N/A: Hola bueno, atualicé rapido, la verdad fue porque en horas libres pude digitar, aunque la verdad sí creía que iba a tardar pero bueno es mejor. agradezco mucho la ayuda de zuriko (sé que no puse muchas cosas pero te prometo que en caps venideros sí)

Advertencia: este cap contiene lemon y pues... creo que en dos caps más habrá lemon tambien así que verán la advertencia más seguida.

agradezco mucho el apoyo de:

Asuka ishida:.:.:andrea nefisto:.:.:drake dark:.:.:kumi strife:.:inory:.:.:soledad:.:.:alchemist souma:.:Kri:.:.:aoshmi seslin:.:.:akira tokugawa:.:.:ady:.:.:hibari usui:.:himeno asakura:.:.:ninde:.:.:haruhi:.:.:

me halagan sus comentarios y espero que el cap le guste aunque afirmo y advierto que en proximo caps el lemon puede aumentar de tono, bueno pero trataré de actualizar en cuanto pueda ya que fecha especifica no tengo por mis estudios. cuidense. hasta luego.

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La razón y el corazón

Cáp.31:Dejándose llevar.

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Se aferró al pecho de él. Estaba ciertamente muy nerviosa.

Siendo Ren un hombre reservado y difícil de tratar, se sorprendió de aquella proposición tan indecorosa.

Sintió como él la depositaba en la cama de una manera ciertamente delicada.

Tamao se sorprendió al quedar sentada mientras él estaba de pie frente a ella.

"- E-esto... no... – intentó explicar algo pero estaba tan nerviosa, expectante y embelesada que no pudo concluir."

"- ¿Acaso crees que en verdad te tomaría? – preguntó en tono burlón."

Tamao le miró incrédula. ¿acaso él se estaba burlando de ella?.

"- No te tomaría a la fuerza – dijo molesto al ver el rostro sorprendido de ella."

La joven no le entendía del todo ¿ la deseaba o no?. Sintió un gran vació el pensar que no le quería como ella a él.

Debía sentirse agradecida que él no continuase pero estaba decepcionada y se regañaba a sí misma por ello.

Instintivamente llevó una mano a su pecho lo cual solo logró que Ren hablase de un modo natural en él. De completa indiferencia.

"- No hagas eso"

"- ¿Hacer que? – preguntó con genuina inocencia."

Ren suspiró frustrado y se sentó a su lado en la cama.

Tamao le miró con curiosidad para luego desviar su mirada por primera vez a la habitación. Era ciertamente espaciosa. Contaba con mas papeles y libros que con muebles donde él se sintiese cómodo.

"- ¿Descansas bien aquí? – preguntó sin ocultar su tono. Dijo lo que había pensado."

"- ¿Cambiando el tema? – preguntó él ahora mirándole de reojo. Al ver que ella no contestaba miró hacia el frente. – tengo mucho tiempo de no descansar."

Dijo de manera normal y tranquila. De ninguna manera diría cosas como, desde que ella estaba en su apartamento lo había sentido menos vació, o cada vez que volvía a casa siempre estaba pendiente en verla.

Analizó un momento los acontecimientos tan rápidos que habían ocurrido en su vida. Ahora no había día monótono siempre parecía pendiente de las fechas, lo más extraño era que estaba pendiente de la fecha en que todo aquello terminaría.

Tamao le notó tenso y decidió hablar.

"- Si tomase el desayuno con más calma y pensase que su día será memorable, talvez..."

No concluyó al oír la risa irónica de él.

"- ¿Día memorable, esos días han sido desde que estamos juntos – dijo serio."

Tamao se ruborizó y le miró con mas intensidad. Ren parpadeó perplejo. Su comentario se había escuchado como una confesión de profundo afecto, cuando solo trataba de decir que su compañía era ciertamente extraña.

Se ruborizó y desvió su mirada.

Tamao sintió ternura al mirarlo. Se puso de pie de inmediato y se posó frente a él.

"- Es un poco tarde y...- estaba tan animada aunque el timbre en la puerta la distrajo. – yo atiendo, es mejor que se apresure."

Ren le miró incrédulo. En un segundo estaba a punto de tomarla y ella estaba nerviosa y en otro, ella estaba completamente relajada. Frunció el entrecejo al pensar que la idea no la había excitado tanto como él. Y se maldecía por no calmar sus hormonas.

Se puso de pie saliendo de la habitación repitiéndose una y otra vez que no era ningún pervertido.

"- Buenas días ... – saludó el visitante desde la sala, al observarlo acercarse."

Tamao sonreía gustosa al recién llegado.

"- ¿qué haces aquí Inoue? – preguntó Ren frunciendo el entrecejo al pensar que si hubiese ido en serio con la pelirosa, esa maldita visita los hubiese interrumpido."

"- Tengo cosas de las cuales informarte – sonrió sin despegar la vista de Tamao mientras esta le correspondía."

"- ¿No pudo esperar a que llegase a la oficina? – preguntó molesto al ver tremenda familiaridad entre ambos."

"- Asakura me informó muy temprano. Antes de vernos en la oficina, debemos reunirnos en su edificio – le miró serio."

"- ¿Acaso es por el plazo de este matrimonio?. – preguntó, no pasando así desapercibido como Tamao se había estremecido al escuchar aquello."

Inoue negó con su cabeza, sabiendo la falta de delicadeza del peliviolaceo.

"- Bien, entonces vamonos. – dijo sin prestarle atención a aquella mirada."

Tamao entristeció pero se apresuró a acercarse a la puerta justo cuando ellos salían.

"- Iras donde el anciano, supongo – dijo al fin Ren al mirarla antes de salir completamente del apartamento."

Tamao asintió y le miró queriendo decir algo pero solo logró inclinar un poco su cabeza.

Ren profirió un bufido y levantó el mentón de ella de una sola vez para colocar sus labios sobre los de ella.

Si, debía admitir que esos impulsos lo estaban volviendo loco y más al saber que Inoue presenciaba todo aquello.

Tamao le correspondió embelesada. Fue algo tan delicado que suspiró de frustración al sentir como él la separaba.

Este siempre tenía aquella mirada frívola pero a ella ni siquiera le importaba ya, con esos actos bastaba para hacerla feliz y tranquilizarla; no estaba segura si él quería hacer aquello, pero la tranquilizó.

Ren aclaró su garganta al volver a la realidad.

"- Es mejor despedirnos como se debe para que nadie sospeche. Creí sentir que nos observaban."

Tamao se sorprendió. Así que todo era para guardar las apariencias.

Inoue hizo una mueca que amenazaba con echarse a reír por aquella absurda mentira mientras Ren le miró amenazante antes que Tamao mirase el rostro de este y sospechase también que había inventado la excusa.

"- Espero vuelvas pronto – dijo triste, lo cual obligó a Ren a maldecirse interiormente¿desde cuando le importaba tanto ella?."

Ren asintió ante aquello y cerró la puerta justo cuando Inoue le miraba con una sonrisa maliciosa.

"- Oye Tao – sonrió aun más – creo que afuera hay aun más personas, deberías besarla nuevamente para que no haya dudas."

Ren le miraba furioso mientras su compañero al lado estallaba por fin en carcajadas.

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Se mostró dolida. Él solo había hecho aquello para no dejar dudas.

Suspiró resignada hasta que recordó no haber visto a alguien cerca ¿era posible que él...?

Se ruborizó y tocó sus labios. Sonrió al pensar que era posible, sin embargo viniendo de Ren Tao no sabía que creer realmente.

Se apresuró a vestirse y salir. Después de todo aquel día tendría que visitar a otras personas, a parte de su trabajo.

Como era costumbre desde el día anterior. Llegó a la casa de los Shintani.

Entró, saludó al encargad, al anciano y comenzó con su trabajo.

Todo estaba yendo de una manera normal hasta que por las escaleras apareció Nichrom.

"- ¿Joven? – preguntó ella quien llevaba unos libros hacia el estudio."

"- Si, también me sorprende verte – le dijo calmo."

"- Pensé que estaría..."

"- Si, supongo que me retrasé."

"- Debe haber sido la fiesta de ayer... – dijo al fin recordando un detalle – me disculpó por..."

".- ¿Por Ren? – preguntó sonriendo con altanería – sé que eres su esposa pero él no merece que alguien justifique sus tonterías."

Tamao se ruborizó al escuchar la palabra " esposa" y es que ella se sentía así, aunque aun no lo era completamente. Se ruborizó al pensar que ese pequeño detalle no tardaría en arreglarse y es que los besos ardorosos de él solo le hacían desear que concluyese.

Nichrom le miró dubitativo al ver que ella sacudía su cabeza.

"- ¿Ocurre algo?."

"- Na-nada – murmuró."

"- ¿Has hablado con él sobre devolverme todo? – preguntó llevando la conversación más seriamente."

"- No... aun no – respondió – pero, estoy segura que él..."

"- Pues no tengo tanta fe como usted – le dijo con mas autoridad."

"- Te lo has buscado ¿por qué le exiges eso? – se escuchó una voz que se acercaba."

"- ¿Señor? – preguntó la pelirosa al mirar tras de sí al anciano."

"- No se meta en esto, se supone que si ella no interviene yo lo haré por mi cuenta – dijo molesto a su padre."

"- ¿Sabes que Ren tiene mas cartas bajo la manga que tu? – preguntó negando con su cabeza."

Nichrom volvió a fruncir el entrecejo y exclamando una maldición, decidió salir de la mansión.

Tamao suspiró y volvió su atención al anciano.

"- Él... a veces cree que usted..."

El anciano suspiró y tomó asiento en uno de los muebles cercanos.

"- Si, sé que el cree que confió más en Ren."

"- Le estima mucho... creo que los celos son naturales... – trató de sonreír ella."

"- Si, pero pueden llegar a más. No quiero arriesgar mas cosas – dijo con seriedad. – Tao no es ni más ni menos confiable que mi hijo, pero sí puede ser más vulnerable – sonrió mirándola."

"- ¿Vulnerable¿el joven Ren? – preguntó incrédula."

"- ¿Aun lo llamas así cuando es ya tu esposo?."

Tamao se ruborizó y negó con su cabeza.

"- So-solo de vez en cuando... es costumbre."

"- Pues bien, si Ren se niega a devolver a Nichrom su parte por resentimiento, puede que tu ayudes – sonrió."

"- Pues... yo solo dije que intentaría hablar con él aunque creo...

"- Ren es un joven muy frió y calculador pero cuando empieza a atesorar algo no le puede negar nada."

Tamao le miró sin comprender haciendo que el anciano riese con más diversión.

"- Estoy seguro que si se lo pides como se debe, él accederá."

Tamao miró sus manos y en ella los libros que sostenía, aquello era ilógico para ella.

"- No creo que él sea capaz de quedarse con algo que no le pertenece – dijo con seguridad."

El anciano sonrió mirándola con más detenimiento.

"- No me sorprende lo posesivo que Ren suele ser, supongo que es una reacción común cuando se desea algo solo para sí mismo."

"- ¿Cre-cree que yo...? – no terminó la frase ruborizándose por la idea."

"- Si, lo creo – respondió."

Tamao le analizó para luego inclinar su cabeza.

"- Lo dudo, él estima a alguien más."

El anciano se sorprendió y recordó aquel detalle. Ella tenía razón, todo indica que Ren aun sentía algo por Kein.

Tamao, al no escuchar una queja o negación del anciano, supo que él pensaba igual que ella, así que volvió a su trabajo, esta vez con una expresión desanimada.

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"- ¿No me dejaras en paz? – susurró Ren furioso cuando los demás entraban a la sala de juntas del edificio."

"- ¿Por qué, es mi oportunidad de fastidiarte – sonrió Inoue - ¿has llegado lejos con ella?."

Ren frunció el entrecejo dirigiendo su mirada hacia unos papeles frente a él para ocultar la vergüenza que ese sujeto le hacia pasar.

¿Por qué se avergonzaba, era normal, no era principiante con las mujeres pero tal parecía que perdía toda confianza al tener a la pelirosa cerca.

Si bien había sentido deseo, nunca uno tan intenso para poseer a alguien.

Suspiró frustrado, talvez solo era por abstenerse tanto tiempo. Si, eso debía ser.

"- Bien, buenos días – sonrió el castaño al entrar."

Ren se mostró firme al entrar Hao junto a Kein. Parecía que nuevamente se reunirían solo los cuatro.

"- ¿Ahora que sucede? – preguntó Ren molesto."

"- vaya humor. Solo hablaremos de una fecha especifica para este convenio – sonrió el castaño."

"- ¿Cuánto tiempo? – preguntó de inmediato."

"- Léelo tu mismo – agregó al pasarle una hoja que le había entregado Kein – Felicidades, hemos supuesto este matrimonio para un mes más."

Ren frunció el entrecejo al leer la noticia.

"- Si, solo un escaso mes. Luego tomaras del dinero y firmaras los papeles de divorcio."

Inoue les observaba molesto al igual que Ren.

"- ¿Hay algún problema? – preguntó Kein conciente que la expresión de Ren no era de alivio después de todo."

"- Si te molesta pasar un mes más – agregó Hao – puedes despreocuparte ya que mañana mismo tendrás que volver al proyecto para reiniciarlo."

"- ¿Qué? – preguntó incrédulo."

"- Estarás fuera por una semana, eso es si claro, deseas recuperar todo."

Ren pensó una y otra vez en cuantas alternativas habían pensado para que todo aquello acabase rápido.

No cometería un error más y tenía que acceder pero, solo le quedarían escasas dos semanas con aquella joven.

Dos semanas y todo aquello acabaría al fin. De pronto aquella idea le hizo contener el aliento. ¿por qué no se alegraba?.

"- ¿Me has hablado solo para entregarme un papel y decirme que me ausentaré desde mañana? – preguntó."

"- Es mejor temprano, además debes reunir a todos los demás y avisarles que esto continua – se encogió de hombros - ¿ no me digas que no aprovecharías la oportunidad de arreglar todo?."

Inoue le observaba de reojo y pudo descifrar que Ren estaba dudando. Le sorprendió descubrir que él dudaba cuando todo lo que pensaba, era en torno a los negocios.

Kein también le descubrió dudando haciéndola temer por esa expresión.

Tardó mucho en responder pero accedió. Kein relajó los hombros, temía que él se negase pero tal parecía que no sucedería.

Inoue guardó silencio hasta que una hora después salieran de ese sitio.

"- Si en verdad no deseas eso no deberías acceder."

Ren no se inmutaba, más bien miraba al frente sin parecer preocupado por algo más.

"- Este era mi proyecto y lo llevaré hasta el final."

"- Si, sé cuanto querías hacerlo pero... – sonrió – por un momento me pareció que no te importaba tanto como antes."

Ren se molestó por el comentario haciendo que Inoue alargara su sonrisa.

"- El hecho que te pongas de mal humor por mi simple comentario, muestra que estoy en lo cierto."

Ren decidió guardar silencio. No estaba de humor para iniciar otra discusión.

Se mantuvo ocupado todo el día tratando de no pensar en lo extraño que se sentía por la noticia.

Concluyó aquel día y se dispuso a regresa a su apartamento. Sabía que ahora no se reuniría con la pelirosa así que decidió regresar a descansar.

Como era de esperarse. Ella no estaba en casa. Le pareció curioso pensar que esa era el hogar de ambos, ya que nunca le sintió un lugar acogedor.

Preparó algunas cosas para él y decidió leer en la sala. Después de todo hablaría con ella esa noche.

Casi cuarenta minutos después pudo sentir como la puerta se abría dejando pasar a la joven.

Parecía cansada, le escuchó suspirar mientras se quitaba la chaqueta y murmuraba cosas como cabellos de gato en la tela.

"- Creí que tardarías un poco más – dijo al dirigir su mirada a lo que leía."

Tamao se asustó un poco pero se calmó al mirarlo.

"- Buenas noches, lo siento solo visitaba a mis conocidos– sonrió con calma – lo más extraño es que justamente este día, Pilika estaba en día libre."

Se notaba feliz mientras Ren parecía indiferente y era el hecho que él le había exigido a Inoue que aquel día dejara libre a la peliazul sabiendo que Tamao le visitaría.

Se sentía un tonto al preocuparse por eso, pero tal como había pensado, ella estaba feliz de haber mirado a su compañera.

"- ¿Has cenado ya? – preguntó ella sin borrar aquella sonrisa."

Ren suspiró, debía admitir que se estaba a acostumbrando a una extraña relación de casados.

"- Si, puedes tomar algo si quieres – respondió sin verle aunque el silencio de ella le obligó a levantar la mirada – ya te he dicho que yo puedo vivir solo, así que no te sorprendas por el que yo cocine."

Tamao se ruborizó y asintió.

Tardó lo suficiente para comer algo ligero. Después de todo ya era algo tarde.

Se sorprendió de cuanto tiempo había pasado con sus amistades, pero era el hecho de explicar unas cuantas cosas y verles.

Se sintió cómoda y feliz al ser Pilika quien le había informado que el día libre fue gracia a Ren. Parecía que se lo había exigido a Inoue y este se lo comentó a la peliazul. Claro que aquello no lo divulgaría, conociendo a Ren, era capaz de armar un escándalo a Inoue cuando lo viese de nuevo.

Pensó un segundo en las palabras del anciano y sonrió con calma. Deseaba que fueran ciertas aunque le animaba saber que no le era tan indiferente como aparentaba con ella.

Por lo menos, tendría que disfrutar cada momento que estuviesen juntos.

Se dispuso a entrar a la sala pero no había nadie. Decidió preparar algo para él y se dirigió a la habitación.

"- Dije que ya había cenado – dijo mirándola de reojo cuando entraba a la habitación mientras él estaba preparando algunas cosas en sus cajones."

Tamao depositó el té en una mesa junto a la puerta y le observó con detenimiento. Parecía apresurado.

"- ¿Sucede algo?."

Ren suspiró al arreglar una pila de documentos.

"-Lee el papel que está en la mesa de noche – dijo sin girarse a ella."

Pudo sentir como el silencio se hizo cada vez más prolongado haciendo que él concluyese en que ella estaba sorprendida por la noticia.

"- Y-ya veo... – murmuró ella sin esconder su tono."

Ren no respondió. Más bien decidió seguir arreglando todo aquello.

"- Me ausentaré por una semana – dijo al fin después de un rato sin mirarla.

El problema era que cuando la observaba se le dificultaba pensar que todo aquel matrimonio era temporal.

Suspiró frustrado al pensar en tanta idioteces. Deseó no haberla implicado en todo eso desde un principio. Hubiese deseado que aquel anciano no hubiese hecho nada.

"- Por lo menos... se me avisó una noche antes... – murmuró la joven."

Ren le observó. Ella creía que él lo había planeado con anterioridad. Podía deducirlo con solo mirarla a los ojos. Estos estaban sin brillo algo que le desagradó por completo.

Estaba triste. Sería un tonto sino lo notase. Ella se preocupaba y ni siquiera era capaz de ocultar aquello.

En ocasiones se le olvidaba incluso dudar de ella.

"- Si te avisé, fue porque ahora se me notificó. Después de todo por eso recibimos la visita de Inoue – respondió acercándose – Tendré que estar fuera por una semana, si no se presenta nada más en el proyecto."

Tamao le observó con calma. Debía haber advertido que era el asunto del proyecto. Desde hacía tiempo sabía que él se había propuesto realizar aquello, así que asintió tratando de decirle con eso que comprendía.

Ren se acercó a paso firme hasta obligarle a mirarlo con cierta dureza.

"- Entonces, ya te he informado de todo ... – murmuró en el instante que unía sus labios a los de ella."

Ya no quería abstenerse y aquella costumbre de besarle se estaba volviendo odiosamente excitante.

Tamao se llevó una sorpresa por el acto pero aunque desease abrazarle, no pudo gracias a un cierto temor en todo.

Ella rompió el beso al dar un paso hacia atrás.

Ren no se sorprendió por aquella reacción de inconfundible temor. Decidió de pronto no dejarla escapar por esa vez.

"- ¿Me temes? – preguntó obligándole a mirarlo."

"- No... es solo... – murmuró suavemente para luego volver a callar."

"- Dímelo... – Exclamó en tono tranquilo aunque se le notaba exigente."

Tamao aun albergaba el pensamiento que él quería a otra persona, al analizarlo mejor decidió decir otra cosa.

"- Soy... una distracción, usted lo dijo... – dijo recordando sus palabras."

Ren le miró sin inmutarse.

"- Eres mi esposa ahora... – se encogió de hombros."

"- Solo por un tiempo más – le interrumpió ella abrumada por su indiferencia."

"- ¡Claro que no! – dijo golpeando la pared y acorralándola lo suficiente a esta."

No supo explicar aquel impulso pero se acercó a ella.

"- ¿Tan alarmante resulta que te bese? – preguntó sabiendo su propia incoherencia para cambiar el tema radicalmente."

"- No... – tartamudeó ella sin temor alguno, mas bien estaba realmente nerviosa por una reacción que nunca se esperó de él."

"- Bien – dijo airado – porque pienso seguir haciéndolo."

Él entonó los ojos mientras Tamao sentía como él disfrutaba salirse con la suya. Estaba desorientada pero pudo apreciar cuando él se inclinaba para iniciar otro beso.

Lo hacía de manera calma y dulce, obligándola a que ella misma buscase profundizarlo. Al no lograrlo, Ren optó por tomarla en brazos.

Se aferró a él tímidamente como aquella mañana.

Aquel tacto solo hacía que ella desease entregarse a un simple beso. Le tomó fuertemente de las mangas tratando de no separarse en lo más mínimo.

Él inclinó más la cabeza para aceptar completamente sus labios. Tomó su tiempo, no deseaba obligarla ni hacerle daño.

Con un movimiento experto, penetró su boca sin ningún esfuerzo siendo presa de su bajo auto control cuando ella emitió un gemido por su inesperado acto.

Ella aprovechó la ocasión para dejar de aferrase a las mangas de la camisa y rodearle el cuello con sus brazos, comenzando así a acariciar sus cabellos con dulzura.

Por como ella respiraba, Ren sabía que la había despertado sexualmente pero él estaba agitándose de igual manera, sabía que no duraría mucho, que su control estaba por caer.

Tamao pudo escuchar como él murmuraba algo que no pudo comprender debido a que este mismo se empeñó en presionar más sus labios y explorar la boca de ella.

De un momento a otro logró sentir como estaba de espaldas en la cama aunque no le importó ya que no dejaba de abrazarlo y halarlo hacia sí.

Ren se presionó a ella sin romper aquel roce. De manera rápida, astuta y experta colocó una mano en las costillas de ella la cual, fue deslizando de inmediato hasta tomar un seno de ella para comenzar a acariciarlo.

Tamao sintió escalofríos, aquellos dedos cálidos tocaban una zona sensible.

Sintió placer, esta vez uno más abrasador que la ultima vez. Gimió ante tal caricia y su ansia comenzaba a crecer aun más.

Sintió de inmediato como los pechos de ella se endurecían e inconscientemente ella abrió las piernas para sentirle aun más cerca.

Ella se arqueó suplicando, con ese acto, algo que no alcanzaba a comprender.

Su inocencia era más que evidente y a Ren le pareció más excitante aun. Se tomó su tiempo con ella a pesar del deseo que lo torturaba, tranquilizándola cada vez que alguna sensación nueva para ella la sobresaltara y es que cuando ella gemía o movía su cuerpo de aquella manera solo lograba que él perdiese el poco sentido que le quedaba.

Toda aquella convicción estuvo a punto de perderse cuando bajo sus manos hasta acariciar sus muslos bajo aquella falda y deslizando sus manos hasta palpar sus caderas y acercarlas a él en un movimiento descarado.

Tamao mordió levemente su labio inferior ya que sintió que gemiría con más fuerza. Lo amaba y lo deseaba, todo lo demás se olvidó para ella.

No recordaba cuando se había comportado con tanta urgencia, le deseaba demasiado y estaba disfrutando cada roce con ella.

Ren hizo uso de uno de sus dedos para friccionar una de las zonas más delicadas de ella.

"- R-Ren... – le llamó en medio de un gemido por tan intima caricia."

A este no le importó ya que volvió a besarla con ardorosa pasión mientras exploraba aquel cuerpo por encima de la tela.

Tamao se aferraba a él con una necesidad que no comprendía del todo pero estaba segura que necesitaba de él.

Trataba de no perder aquella poca cordura y toda esta iba dirigida al estado de la pelirosa.

Debía prepararla lo suficiente para él, aunque tanta preliminar lo estaba frustrando demasiado.

Esta vez quería sentir su piel. Subió sus manos rozando las bondades de la pelirosa una vez más para luego comenzar con cada botón de la camisa que ella portaba.

De inmediato, la joven colocó sus brazos en el pecho como si intentase cubrirse.

"- No... – murmuró ella contra los labios de él."

Ren le observó sin inmutarse, comprendió que aquel temor no era sobre él, más bien era ella.

Frunció el entrecejo. Se sentía posesivo con ella y sentía que en aquel momento tenía derecho a observar aquella redondes y sentir nuevamente la suavidad de su pecho.

Se acercó a ella para rozar sus labios nuevamente. Sonrió con satisfacción al escuchar como ella gemía con solo el hecho que él hiciese ese movimiento .

Increíblemente le sorprendía como la voz de ella le excitaba de igual manera.

"- Me parecen perfectos – dijo firmemente sin perderla de vista."

"- ¿Q-que?... – preguntó embriagada por su calor y cercanía."

"- Me parecen perfectos – repitió al tiempo que envolvía un seno de ella con una mano – Me parecen endemoniadamente perfectos – dijo al final sonriendo al ver como ella mordía su labio nuevamente para no exclamar sonido."

Tamao pensó que él era dominante hasta en aquellos momentos. No tuvo tiempo para analizarle más ya que él le interrumpió al tomar sus labios y al abrirse paso con aquella camisa.

Sintió vergüenza cuando él apartó toda prenda que cubría su pecho. Él le observaba detenidamente colocándola nerviosa.

Intentó mover sus manos haciendo que Ren las tomase con fuerza pensando que se cubriría de nuevo.

"- Ya te he dicho lo que pienso de esto – le dijo en tono severo aunque se escuchó ronco por la excitación."

El único pensamiento de él en aquel instante es que la piel de ella era tibia, pálida y suave.

Tamao se sentía indefensa ante su fuerza. Permitió que él iniciara un camino de besos desde su cuello hasta sus pechos. No lo hizo suavemente. Su boca se cerró apasionadamente sobre aquel botón rosa haciéndola gemir más alto aun.

Tamao se aferró a él con más fuerza sintiendo que no podía contenerse más.

Sabía que no podía tomarla aun, pero al mirar una especie de ruego en sus ojos y algunas lagrimas debido al placer. Solo lograron acalorarlo.

La tenía a su merced cuando quitó todas las estorbosas prendas. Lentamente quitó las lagrimas en los ojos de ella.

Tamao sabía que estaba completamente expuesta mirando lo injusta de la situación al ver que él estaba vestido.

Comenzó a besarla con hambrienta necesidad mientras ella se dedicaba a desabrochar los botones de su camisa. Al principio se comportó tímida, luego, alentada por el roce, lo trataba de hacer con más confianza.

Se maravillo cuando él mismo decidió deshacerse de aquella prenda.

Si anteriormente lo miraba atractivo, ahora no podía despegar los ojos de él.

En realidad era más apuesto de lo que esperaba o más bien imaginaba, con el torso al descubierto.

Ren había parado de tocarla al mirar los ojos de ella fijos en él.

Sonrió con satisfacción aunque luego una duda le atacó de pronto.

Ciertamente sus neuronas trabajaban demasiado.

Estaba completamente excitado y lo único que le evitaba tomarla era el posible temor que pudiera infringirle.

Tamao leyó en su mirada aquella duda.

Negó con su cabeza e hizo una expresión de preocupación. Justo ahora no quería que se detuviera, no lo deseaba.

Alargó sus manos hasta rodear su cuello atrayéndolo hacia ella misma. Quería sentir su peso.

Cuando lo acercaba aun más, él la detuvo.

"- No me harás daño... – dijo ella en un gemido al descubrir que él temía depositar todo su peso."

Lo acercó al fin hasta sentir completamente su cuerpo.

El rostro de él estaba entre el hombro y cuello de ella. Su torso y pecho se rozaban perfectamente, al igual que sus caderas.

Tamao se ruborizó aun más al sentir completamente aquello que le rozaba con dureza a cada segundo, era la prueba irrefutable que él la deseaba.

Aun por encima de la tela, Tamao le sentía completamente, lo cual fue un incentivo más para aferrándose a él con fuerza.

Sintió de pronto como él besaba su cuello hasta llegar a su oído.

"- ¿Acaso crees que me apartaré para dejarlo hasta aquí?."

"- S-si... eso creo... – respondió levemente y con dificultad."

"- Esta vez no... - respondió él encontrando nuevamente los labios de ella y comenzar a devorarlos.".

Como estaba ocurriendo regularmente desde que él la distraía con sus caricias, no se dio cuenta cuando él se encontró en el mismo estado que ella. Desnudo.

Pudo sentir piel contra piel toda la virilidad haciéndola avergonzarse no solo por ese hecho, más bien por el placer que no lograba ocultar.

Tamao le miró indefensa cuando él detuvo el beso arrebatador. Miró tímidamente hacia abajo, cerrando sus ojos instantáneamente debido a su vergüenza que hizo aparición.

Ren no puedo evitar sonreír ante aquella timidez, le pareció tierna en aquella ocasión. Ni siquiera se molestó en regañarse a sí mismo por pensar en la palabra "tierna", estaba tan extasiado que se le había olvidado el porque había iniciado todo eso.

De algo estaba seguro, la necesitaba en aquel instante y la tendría.

Tamao se apenó cuando el se acercó más hasta rozar con mayor intensidad sus cuerpos, sintió su aliento cálido posarse en su oído.

"- No te lastimaría,... calma - susurró"

Tamao se puso un poco tensa debido a lo que estaba sucediendo, sin embargo lo deseaba casi con tanta fuerza que creía que moriría debido a la paciencia de él.

Ella volvió a llamarle en un gemido. con ello tratando de rogarle aun más.

Ren contuvo las ansias de hacer todo de una vez. Aunque ella era muy inocente sabia como volverlo loco en un instante.

Tamao se tensó al sentir que era penetrada. sintió luego una deliciosa sensación en su pecho pero en un momento aquello cambió a un leve dolor.

No quería preocuparlo y trató de contener su gemido que esta vez no estaba relacionado con el placer.

Él se detuvo de inmediato y ella abrió lentamente sus ojos.

Tamao intentó susurrarle algo que le obligase a continuar pero se sorprendió al sentir nuevamente como él le besaba y jugueteaba con sus pechos. aquel placer la recorrió, sintiendo de pronto como de un movimiento él derribaba aquella barrera en su interior.

Aun unidos sus labios, ella trató de recuperar un poco la respiración al igual que él, . tal parecía que la habían perdido en ese instante.

La pelirosa comprendió que él acariciaba su cuerpo tratando de que ella lo recibiese sin problema.

Cuando Ren comenzó a moverse en su interior decidió susurrarle ciertas cosas para que ella se ablandase un poco.

Triunfó en su plan ya que la sintió mas relajada. aquella cavidad era muy estrecha, tibia y húmeda, sin duda ella ya estaba preparada para él, y era algo que ciertamente le fascinó.

Comenzó a besarle con urgencia sabiendo de ante mano que esa mujer ya era suya.

Comenzó embistiéndola con pasión haciéndola aferrase a sus hombros mientras ella gemía.

Ella sintió que el placer aumentaba considerablemente, escuchando como la respiración de Ren se aceleraba en cada momento. Perdió el sentido sintiendo que su cuerpo actuaba solo.

Él la observó en ese instante y su deseo se extendió al igual que su placer.

Cuando aquello llegó a la cúspide, sintió su cuerpo flaquear. En toda su vida jamás se había cansado de esa manera haciendo ese acto. Tomó tantas consideraciones que derramó su esencia sin contenerse un poco.

Ella le miró antes de concluir el acto. Él le observaba con una expresión tan diferente que le hizo besarlo con desesperación y arquearse para sentirlo más dentro.

Ahora que el ardor había concluido, no dejaba de respirar con agitación y de mirarle avergonzada.

Él le costaba respirar. había sentido mucho placer, demasiado, si al principio pensaba que su deseo por ella se calmaría, ahora aumentaba.

Se maldijo internamente mientras colocaba todo su peso sobre ella y suspiraba. Aun estaba íntimamente unido y tal parecía que no se quitaría fácilmente.

Comenzó a sentir un pequeño cosquilleo en el cuello y era que Tamao había comenzado a acariciar su cabello y el cuello con sus suaves manos.

Se sintió un patán por haber pensado hacer aquello con el fin de quitársela de la cabeza pero en ese instante sentía algo muy extraño en su pecho mientras su cabeza repetía una palabra de pertenencia a ella.

Ahora era suya , ni siquiera podía rectificarse, lo único que su cabeza decía al igual que su cuerpo era que esa mujer le pertenecía en todo sentido.

Con la ultima frase, comenzó a dudar, ella le había dicho que le amaba pero ¿Estaba completamente seguro?. estaba confundido, ella se entregó con una pasión sin reservas a pesar de su timidez.

Siguió sintiendo como ella le acariciaba tiernamente. Todo sería más sencillo si ella no mostrase tanto afecto, amabilidad y cariño.

Pero esa mujer era de esa manera y le agradaba demasiado.

Poco a poco se separó de ella, justo cuando sus miradas se encontraron él salió rápidamente de ella haciéndolos gemir a ambos al unisimo.

Se colocó a su lado y llevó una mano a su cabeza. ¿ahora que le diría?.

Se dispuso a mirarla de reojo a su lado y pudo percatarse que ella no trataba de mirarle a los ojos. Diciendo una maldición en voz alta y captando la atención de ella, tomó la sabana y cubrió a ambos con ella.

Tamao le miró expectante aunque luego frotó uno de sus ojos, parecía estar cansada.

"- Es normal que te canses si no te acostumbras, aunque con el tiempo no tendrás tanto sueño y se podría intentar de nuevo – dijo casi sin pensarlo albergando o mas bien afirmando la posibilidad que volverían a hacerlo."

Aquella confesión de él, aceleró el pulso de Tamao haciéndola desearlo. Se ruborizó nuevamente, se reprendía por pensamientos impropios.

Ren en cambio no estaba en mejores condiciones. La idea de repetirlo hizo correr la sangre en lugares que se supone ya había satisfecho. Pensó, de mal humor que si seguía de aquella manera rompería un record.

Se colocó de costado. Ya era suficiente lo que había hecho para que la tomara de nuevo tan solo cinco minutos después.

Tamao observó como él le daba la espalda. ¿acaso estaría decepcionado?. Algo le decía que aquello debía estar mal, ella había sentido cosas en realidad maravillosas¿por qué él no habría de haberlas sentido?.

Tratando de no mortificarse, decidió obedecer su cuerpo y dormir al fin, después de todo él parecía ya haber dormido.

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Despertó en la oscura habitación. Miró el reloj sobre la mesa de noche, sabía que no había dormido más de cuatro horas.

Tendría que dormir un poco más, no podía prepararse tan temprano para salir a sus asuntos.

La observó a su lado. Dormía muy calma de costado cerrando su puño con poca fuerza. Pudo percatarse que al moverse un poco, la sabana de ella se había bajado dejando descubierta parte de su hombro y espalda.

De inmediato la cubrió. Por lo menos ella descansaba, pensó sarcástico al saber que las hormonas le afectaban a un más. Todo aquello había terminado al revés. Ahora no solo la deseaba aun más sino que no quería prescindir de ella.

Miró el techo de la habitación mientras fruncía el entrecejo, si hubiese sabido que eso pasaría, no la hubiese tomado. Habría muerto de puro deseo pero por lo menos no tendría el sabor de ella en sus labios.

La observó nuevamente, se concentró en sus cabellos, estos eran largos y hermosos lo cual le llamaba a intentar otra cosa. Se reprendió a sí mismo al torturarse con sus propios pensamientos.

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Ella despertó poco a poco. Miró el reloj, ese marcaba más de la nueve de la mañana. Tomó asiento de inmediato pensando que Ren ya se había marchado.

Al hacer aquel movimiento brusco sintió a su cuerpo quejarse. Pudo comprobar la fuerza de Ren hasta esa noche, la prueba de ello era como su cuerpo aun dolía.

Se sintió triste al no encontrarlo a su lado pero extasiada al recordar la noche anterior.

"- No te levantes – dijo la voz masculina mientras entraba a la habitación."

Tamao se sonrojó al mirarle. Ya estaba vestido parecía a punto de marcharse.

"- ¿Estas bien? – preguntó acercándose a la cama. Había dicho aquello en un tono casi frió."

La joven comprendió que nada había cambiado. Debía admitir que esta vez esperaba otra cosa. Inclinó su cabeza y comenzó a murmurar.

"- No, estoy bien..."

Se sonrojó al pensar en cada instante de la noche pasada, pero él parecía haberlo olvidado.

"- Es hora de irme – dijo este posándose de pie a su lado y obligándola al fin a levantar su cabeza."

Ren observó algo extraño en sus ojos pero poco fue lo que pudo percibir ya que ella volvió a desviar su mirada, algo que sin duda lo hizo enfadarse.

Tomó su mentón nuevamente y le obligó mirarle, luego acarició sus labios haciéndola estremecerse, pudo sentirlo por como ella se tensó.

Le comenzó a besar con una intensidad como la de la noche anterior haciendo que por la posición, ella aferrase la sabana a su pecho mientras él pasaba una mano a su cuello para profundizar aquello.

Ren estuvo a punto de mandar al demonio todo compromiso aunque su razonamiento volvió de inmediato. Se separó sintiendo que la respiración se le dificultaba, e igual era el estado de la joven sobre la cama.

Ella le miró comenzando a sonreír levemente y él solo exclamó un ruido que mostraba lo molesto que estaba pero al mismo tiempo aliviado por verla sonreír.

"- Volveré pronto – dijo arreglando un poco las solapas de su traje."

"- Por favor... cuídate... – dijo ella con autentica preocupación haciéndolo detenerse."

Ren solo asintió con la cabeza y salió inmediatamente del apartamento.

¿qué había sido todo eso, en aquel momento era mejor haberle dicho que fue un pasatiempo, en cambio se dedicó a besarla hasta hacerla sonreír. Su cabeza planeaba ciertas cosas pero al final, algo le obligaba a hacer otra y debía averiguar que era lo que le impulsaba a hacerlo.

Continuara...

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