¿Alguna vez les ha pasado que desean algo con demasiada intensidad, pero no se dan las cosas como se lo imaginaban, haciendo que les resulte incluso decepcionante?

Supongo que sí, como cuando estudias toda la noche para una prueba que al final no te aplican, o no sacas el resultado que esperabas.

María ya lo había experimentado varias veces en su vida, pero ninguna situación le había pegado tanto como aquellas que involucraban a Kazanari Tsubasa.

¿Y quién es esa chica? Justo a eso vamos.

Tsubasa, en un inicio, solo era su compañera de clases en la universidad, quizá con un poco de sana rivalidad en el paquete. Conforme pasaron las semanas, y la poca habilidad de Tsubasa para integrarse –comparable solo a su inexistente capacidad para dibujar–, Maria le ofreció un dulce de menta cuando la vio jugando con su bolígrafo durante la clase de teoría musical, con la intención de integrarla un poco más al grupo, ya que a todos les quedaba más que claro el talento que guardaba. Lo que si habían notado es que la chica parecía ser un tanto reservada, algo que resultaba curioso, considerando que estaba en artes escénicas junto a Maria.

Y como a todos nos ha pasado alguna vez en la vida, hubo un clic, una conexión instantánea, que fortaleció un lazo bastante delgado hasta hacerlo más grueso y duro que el acero. Aunque se encontraron congeniando en las cosas que les causaban ruido al principio, transportaron la rivalidad a otros sectores un poco más físicos. Tsubasa era una persona que gustaba de hacer deporte y Maria era alguien que, si bien no lo llevaba al mismo nivel, llevaba una disciplina muy parecida que, en ciertos ámbitos, competía por superarla, pero orgullosa como ninguna, Tsubasa no quería dejarse vencer.

Cuando Maria menos se dio cuenta, se encontraba pensando en la chica peli-azul a todo momento, se terminaba avergonzando por sus bromas (que aumentaron en cantidad e intimidad), sintiendo que los nervios la traicionaban ante su cercanía y una paz la inundaba cuando escuchaba su risa. Cuando menos lo sospechó, descubrió que se había enamorado de su amiga.

Siguió de manera normal, decidiendo que las cosas surgieran por sí solas como debería pasar.

Para Tsubasa Kazanari, Maria no era del todo indiferente y aun si ella no lo veía, los demás sí que lo hacían.

A pesar de que la chica fuera abriéndose a sus compañeros de clase y considerara a algunos amigos también, todos veían el brillo que surgía en esos ojos índigo por la sola mención de la mayor, como su postura se relajaba cuando la chica extranjera estaba junto a ella, o la facilidad con la que su serio rostro adoptaba una ligera sonrisa cada vez que entablaba una conversación con Maria.

Estaban enamoradas, eso cualquiera que pasara cinco minutos con ellas podía asegurarlo.

En más de una ocasión fueron ambas conscientes del tiempo que pasaban perdidas en contemplar a la otra, cada vez, aquellos finos labios se le antojaban a Maria más tentadores y en más de una ocasión, en la completa soledad, Tsubasa estuvo cerca de terminar aquella agonía.

A Maria no le preocupaba la espera, tenían todo el tiempo del mundo.

O eso creía.

— ¿Entonces al final si me hiciste caso e hiciste amigos? —Dijo una chica de baja estatura y falsa soberbia, abrazada al objeto de su adoración.

—No puedo ser una asocial el resto de mi vida—Comentó con una mano en su hombro, apartándole delicadamente—Y sabes que no me gustan las muestras de afecto público.

La chica hizo un puchero, pero no dejó de sonreír.

—Lo siento, estoy un poco perdida—Sonrió Maria de manera amable ante la surreal escena. Sin duda esa chica y Tsubasa eran cercanas, pero lo que le turbaba era verse reflejada en la albina. No es que tuviera celos o se sintiera amenazada, sin embargo, su instinto le decía que no saldría nada bien después de eso.

La mirada de la Kazanari parecía pedirle disculpas, y en su semblante notó que tenía cierto conflicto, pero la otra chica parecía inconsciente de ello.

—Yukine, ella es Maria. María ella es Yukine… Chris—Agregó al final tras una pequeña pausa.

—Vaya, me perdí mucho en este año, incluso le llamas por su nombre—No había reproche en su voz, sino asombro puro.

—No puedo pronunciar su apellido de manera correcta—Rio avergonzada, Chris también se mostró sorprendida por eso.

—Maria Cadenzavna Eve, es un placer—Se presentó con su nombre entero para validar su punto. La cara de Chris lo dijo todo.

—Bueno, mi nombre es Chris como ya escuchaste, siéntete libre de llamarme por él.

—Lo tendré en consideración—Bromeó— ¿Se conocen desde hace mucho?

—Desde la secundaria—Contestó fácilmente—Aunque nos volvimos más cercanas para la preparatoria.

—Vaya—Maria no supo qué decir del tono de ensueño que usó la menor.

—Maria—Llamó Tsubasa, su corazón latió de manera arrítmica, presintiendo algo—Yukine y yo, eh, llevamos saliendo por casi dos años.

Y no se equivocaba.

—Oh.

Sí, oh, ¿qué más podía hacer o decir? No escuchó de ella en todo ese año, y Tsubasa no se había comportado como alguien que tenía pareja, le dio ilusiones.

Dolió, y demasiado.

Quizá por el temor de que actuara mal o algo, Chris tomó la mano de Tsubasa y entrelazó sus dedos.

—Me alegro por ustedes—Dijo al fin, tragando con dificultad el cúmulo de emociones e ignorando la pesada mirada de Tsubasa que le pedía perdón profundamente—Me sorprendes cada vez más, Kazanari Tsubasa-san, no esperaba algo así.

—Sabes cómo es la homofobia en Japón, no me siento muy a gusto exponiendo mis preferencias sexuales—Y ese punto lo comprendía perfectamente, pero de Chris solo sabía que era su kouhai, una misteriosa kouhai sin nombre ni rostro que gustaba molestar a Tachibana Hibiki y que era algo tsundere. Eso era lo que más ruido le estaba haciendo, no era necesario ocultar tanto de ella.

¿Lo había hecho a posta?

—Bueno, cuenten conmigo para lo que quieran. Para eso están las amigas, ¿no?

Vio la tristeza en Tsubasa ante sus palabras y le pareció sin sentido, quien había resultado herida era ella.

Las cosas cambiaron a partir de ese momento, a pesar de que todos los sentimientos continuaban donde mismo, se le agregó una creciente tensión en los intentos de Maria por marcar un límite y no caer en lo mismo, como así Tsubasa luchaba por respetar lo más posible a su pareja.

El precioso tiempo del almuerzo dejó de ser de dos, para posteriormente ser tres y finalmente dos otra vez, pero no las mismas dos personas de antes. Las salidas después de clases se volvieron más escasas y siempre debía haber una persona acompañándoles, por lo mínimo. Sin embargo, sus miradas se gritaban aquello que no se podía decir. Y ya deberían saber que entre más reprimes algo, con más fuerza explota.

Besos húmedos eran dados, ocultos bajo la oscuridad, profundos y desesperados. La pregunta aquí era, ¿en quién recaía la culpa? En algún momento de la noche, alguien puso algo dentro de su bebida y no se dio cuenta de ello hasta que su cuerpo comenzó a actuar por cuenta propia. Tsubasa se quedó a cuidarla y le apartó de ojos curiosos o gente que tratara de aprovecharse de la situación, y Maria la conocía lo suficiente como para saber que ella no había buscado propiciarlo.

Sobraban demasiadas razones para reconocer porque aquello estaba mal, pero Maria sentía que no podía contenerse más, y sabía que tentó lo suficiente el auto control de Tsubasa como para hacer ella lo mismo.

Y realmente, ella nunca deseó cumplir su anhelo de esa manera.

Así no es como se supone que debería de ser.


Hola~ Sí, sigo con vida, jajaja. Haría una biblia con mis penas, pero ya las dejé en corazón traslúcido (esa historia cuyo título está en letras griegas).

En realidad este era un proyecto clandestino, pero me terminé picando con esto y varias personas que lo estaban leyendo de contrabando me pidieron que lo publicara, y me di cuenta que faltaba una historia para llegar a mi límite auto-impuesto de historias (porque borré una) en curso por lo que dije "YOLO".

Advertencias antes de aventurarte en este fic:

1. Esta es otra de esas historias para enojarse con todo el mundo, menos con Chris porque Chris es perfecta (?) y tocará otros dos temas algo serios, no solamente la infidelidad en la pareja, pero todavía no diré cuales ewe

2. Los capítulos son LARGOS, tengo escritos los capítulos 1-5 y tienen un promedio de 5K-5,5K, actualmente los estoy editando, pero trataré de subirlos de manera constante, mínimo uno al mes.

3. Retomando lo del punto 1, es una historia un poco más adulta y me andaré rodeando el rango M, sin embargo, no hay lemon porque soy un asco para ello, pero una que otra escena subida de tono pues si hay :V

Y ya... creo

Muchas gracias por leer, nos leemos en los siguientes días, dejaré el capítulo 1 como regalo especial porque los quiero mucho uwu

Cuídense y hasta la próxima