La razón y el corazón
Cáp.33: Últimos días juntos.
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Aquel instante en la mañana, pasaba con un vaso de leche en la mano.
No había podido dormir y necesitaba fuerzas para terminar algunas cosas pendientes sobre su proyecto.
Tomó un sorbo de su bebida y se detuvo mirando de reojo a la joven de cabellos rosas que aun comía su desayuno. La sorprendió aquella mañana, observando la mesa del recibidor y como su mirada expresaba que recordaba la noche anterior.
Al darse cuenta que él le observaba igual, ambos desviaron su mirada tratando de tranquilizarse.
Ren actuaba con naturalidad muy bien fingida mientras que Tamao se mostraba callada pero sumamente nerviosa.
Era un fin de semana y era incomodo que en cada momento se encontraran.
Ren trataba de pensar en algunas cosas mientras se dirigía a su habitación con algunos papeles en mano. Supo que no estaba a gusto con toda la situación, pero trataba de sobrellevarla.
Si, fingía bien hasta que en su camino se encontró con que la pelirosa abría la puerta de su habitación. No pudo fingir la sorpresa cuando la miró cubierta con una diminuta toalla alrededor de su cuerpo.
Tamao, quedó igual de paralizada y sus mejillas optaron por cubrirse más de rubor.
Ren frunció el entrecejo ante aquella visión que lo frustró.
"- Demonios¿no puedes ponerte algo encima?."
"- Tengo la toalla – dijo mostrando un puchero, más sin embargo era el nerviosismo que intentaba ocultar."
"- Claro... – murmuró Ren de reojo."
"- Solo salía por algo que dejé en la sala – se explicó ella."
"- ¿Y saldrías así? – preguntó mirándola con severidad."
"- Pensé que estarías en el estudio, así que..."
"- No pensaste – respondió por ella – maldita sea... – murmuró tratando de seguir su camino hacia la habitación, ahora sabía que no se concentraría pensando en aquella escena."
En su andar, una hoja cayó haciendo que Tamao la recogiese de inmediato.
"- ¿Esto es sobre el proyecto? – preguntó con naturalidad."
"- Así es – respondió tratando de mirarla a los ojos cuando se giró."
"- Estas cosas siempre se te dificultan demasiado – sonrió ella con calma al recordar su empleo – si gustas podría..."
Ren analizó por un segundo aquello. Ciertamente se creía autosuficiente, pero debía admitir que quien le salvaba de aquellos embrollos era la eficiencia de esa mujer. Suspiró internamente tratando de aceptar, sin embargo sus ojos vagaron por el cuerpo de ella.
"- Maldita sea... – murmuró nuevamente."
"- ¿Qué? – preguntó ella sin comprender."
"- Vístete y te espero en el estudio, admito que tu ayuda me vendría bien - desviaba su mirada antes que ella se diese cuenta que no le observaba con buenos ojos."
Tamao sonrió sin ocultarlo. Asintió y entró a la habitación cerrando la puerta tras de sí.
Él sacudió sus cabellos en un extraña mezcla de alivio y resignación. Si, admitía que le afectaba esa mujer, pero le volvía loco que fuese tan inocente y distraída en algunas ocasiones.
Se dirigió al cuarto de estudio, encontrándose con ella veinte minutos después.
Debía admitir que gracias a ese trabajo no estaba prestando la atención suficiente a ella. Aquello era algo que agradecía.
Tamao había concluido la mayoría de cosas sin esfuerzo alguno. Ren podía recordar que ella siempre fue así, el único percance era la extraña torpeza que mostraba a veces sabiendo ahora que era a causa de él.
Aquello lo dejó divagando por segundos mientras miraba una de las hojas que ella había concluido.
"- ¿Esta errónea? – preguntó preocupada al mirar su expresión – pero... creí que..."
Ren alzó su mirada a ella y le observó por más tiempo del que él se permitía. ¿qué demonios le sucedía?.
Se puso de píe rápidamente sabiendo que no podría concentrarse del todo estando ella cerca
"- Salgamos a comer – dijo de pronto al observar la hora."
"- Pero... ¿qué pasara con el trabajo? – preguntó ella sorprendida."
"- Lo terminaré en cuanto volvamos, no es tu obligación, este es asunto mío."
Tamao le miró con tristeza reflejada en sus ojos.
"- Pensé que lo había hecho bien."
"- Lo has hecho perfectamente – respondió sin inmutarse – como siempre."
Levantó su rostro sorprendida. Sabía que se estaba sonrojando por lo tibia que se sentían sus mejillas. Aquel halago fue muy distinto a todos los demás, a pesar que él no intentó mirarla. Sonrió con agrado y le miró con cariño.
Se había levantado esa mañana algo avergonzada, pensando en lo que había pasado con él la noche anterior, pero se tranquilizó al recordar que ella así lo había deseado y admitía felicidad por ello.
Atendiendo problemas y pasando cierto tiempo con ella, transcurrieron los días en los que ella le ayudaba sin razón y en los que Ren se maldecía por desearla.
Tamao se sonrojaba con algún beso de improvisto que terminaba sin nada fuera de lo común.
Ella se alegraba, no podía evitarlo, pero sabía que él se contenía en no profundizarlo sabiendo que ambos perderían el control. Se sonrojaba al pensar que ella no impediría si él la tomaba nuevamente y él lo sabía, por ello, no dejaba que pasase a más.
En raras veces salía a relucir que los días en su compañía se acababan. Ella sacaba aquel tema el cual él se mostraba tranquilo pero ciertamente inaccesible.
Sentada en su cama pensaba en qué era haber pasado todo ese tiempo junto a él.
Suspiró cansada, aquella era su ultima noche y él no había regresado de un compromiso ese día.
Su corazón palpitó con más fuerza al escuchar la puerta del apartamento abrirse. Se apresuró a recibirlo con una sonrisa haciendo que él la saludase en tono sin importancia.
Tamao entristeció era obvio que él no estaba decepcionado por la noticia ¿acaso aun esperaba un cambio en él, su estudia esperanza, estaba siempre presente.
"- ¿Ah sido un día duro? – intentó hablar más cuando él depositó su abrigo a un lado."
"- Nada fuera de lo común, solo firmé algunas cosas – dijo sin girarse."
"- Esta bien... entonces me retiro – dijo sin más."
"- ¿En verdad te iras mañana?- preguntó frío."
"- S-si... – respondió nerviosa apareciendo de nuevo aquella esperanza."
"- ¿a dónde exactamente?."
"- Yo... Pues... regresaré con mis familiares"
"- Solo dime la hora, yo mismo me encargaré de dejarte en la estación – respondió sin emoción escondida."
A ella se le paralizó la respiración por segundos ¿ ella le estorbaba, ahora lo sabía, ya se cumplió el plazo ahora ¿por qué tenía que retenerla?. Sonrió con tristeza, su esperanza solo era una imaginación que la hacía sufrir.
Sintió como sus lagrimas escapaban de sus ojos. Agradeció que él estaba de espaldas haciendo que ella se girara y respondiese tratando de tranquilizarse.
"- A las seis estaría bien... – respondió. Mientras más pronto se fuera de ahí, mejor."
"- Entonces es mejor que vayas a dormir – dijo al final para luego dirigirse a la cocina."
Tomó asiento en una silla del comedor y miró el contenido de su vaso cuando se sirvió una bebida.
Parecía que ella estaba dispuesta a irse, era obvio, ella era quien más sacaba el tema de su partida.
Si ella lo decidía así, lo trataría de aceptar. Se dijo que no sería un idiota como para pedirle que se quedara, el único percance en todo era que se sentía más idiota al no pedirle nada.
Frunció el entrecejo, no esperó tener que trabajar ese día, pero ¿pasarla con ella sabiendo que era el ultimo?. Le incomodaba saber que era el ultimo día, logrando así que pasara de mal humor toda aquella mañana.
Recordó de pronto lo que había hablado con Hayato aquello días en los que estuvo en las montañas.
Se había encontrado con él, haciéndole fruncir el ceño. Era obvio que tenía que contratarle, después de todo era muy bueno en su trabajo.
En uno de aquello días de inspección, pudo hablar con él sobre el estado de aquel sitio, sin embargo pudo notar como ese sujeto le observaba.
"- ¿Cómo esta Tamao? – preguntó sin rodeos."
Ren le observó con indiferencia para luego volver la vista hacia sus papeles.
"- Esta casada conmigo – respondió."
El hombre pareció sorprenderse y mirarle incrédulo.
"- ¿Cómo ha podido enamorarse de usted? – se le había olvidado todo respeto, más bien su curiosidad le obligaba a preguntar de aquella manera."
"- ¿Qué le hace pensar que se debe enamorar de mi para casarse? – preguntó sonriendo con arrogancia y haciendo que Hayato frunciera el entrecejo."
"- Ella jamás se casaría si no se enamorara de esa persona – dijo con firmeza"
"- Veo que intenta decir que la conoce."
"- No lo intento, lo afirmo."
"- No la conoce demasiado, ya que antes de mi estuvo a punto de casarse con otra persona por un trato."
El joven le miró con frialdad mientras analizaba las palabras del peliviolaceo.
"- ¿Supongo que se ha casado con usted por un trato...?"
"- Supone bien – respondió de igual manera."
"- No entiendo bien el problema pero más vale no le haga daño."
"- Ella sabe bien el trato, no le hago ningún daño – respondió molestó por aquella sobreprotección que mostraba ese hombre por su esposa. Se regañó mentalmente, pero ella era su esposa en aquellos momentos."
"- Y ni siquiera ha avisado... – le escuchó murmurar haciendo que Ren preguntase por curiosidad."
"- ¿Avisado?."
Pudo percatarse de aquella mirada indecisa pero le escuchó hablar.
"- Pensé que por lo menos me avisaría a mi o a sus abuelos."
Por primera vez, Ren escuchaba hablar algo de ella. Lo que no pudo explicar fue la extraña sensación de querer saber todo acerca de ella.
"- Cuentéeme algo de sus padres."
"- ¿Los míos o los de su esposa? – sonrió burlón haciendo que la paciencia de Ren se estuviese acabando."
"- Los de ella."
"- Para serle franco soy un amigo de infancia, y desde que la conozco he sabido que sus padres murieron cuando ella era pequeña. Solo vive con estas personas que ella considera como abuelos."
Ren se impresionó un poco pero recordó algo que estaba dispuesto a preguntar.
"- Supongo que se fue de casa a corta edad."
"- Si, y no solía escribirnos mucho, supongo que había pensado que al final sus abuelos le obligarían a casarse."
"- ¿Casarse? – preguntó incrédulo."
"- Si, y afirmo que era el primer candidato – Ren notó la sonrisa de agrado que se dibujo en el rostro de Hayato ,al presentir que su enojo se incrementaba por aquel comentario."
"- No se preocupe... jefe, Tamao no me interesa de esa manera."
"- No me importa si le agrada o no – respondió molestó."
"- Claro – dijo Hayato tratando de no sonreír más."
"- Ahora será mejor que continué trabajando."
"- Una cosa más... señor – dijo cuando este había girado su cuerpo para marcharse – si esto solo es un trato ¿el matrimonio tiene limite?."
A Ren pareció molestarle mucho más esa pregunta, pero decidió responder para que ese sujeto no siguiera sonriendo.
"- Esta a apunto de concluir – dijo secamente."
"-Entonces... –agregó sin dejar de sonreír – Talvez la veamos pronto."
Ren presionó su puño, pero decidió responder.
"- Así es, así que es mejor que estén preparados."
Con aquellas ultimas palabras se alejó y no volvió a entablar una conversación con ese sujeto.
Ahora que sabía que él era amigo de infancia de la pelirosa, pudo haberse imaginado que el nerviosismo de ella se debía a alguna de las cosas que él había mencionado.
En una ocasión, estaba dispuesto a preguntarle más a ella, pero era irremediable que se notase su extraño interés por ella así que no lo mencionó.
Sentía cosas demasiado intensas cuando estaba en compañía de esa mujer, recordando así a Kein.
¿Por qué siempre la recordaba, ahora lo sabía, solo trataba de compararla. Si Kein había despertado cosas nuevas en él, Tamao las hacía avivar y aumentarlas, algo que sin duda lo desconcertaba.
Siempre tenía el pensamiento en aquella mujer y al sentirse tan extraño con Tamao, le hacía odiarla por ello.
Estaba pensando de más y algo en sí mismo le advertía que si indagaba más en sus emociones, encontraría respuestas que lo dejarían vulnerable y desconcertado, algo que sin duda no podía pasarle a él.
Tamao le había atraído por su extraña personalidad, pero aun así no era suficiente para admitir que sentía algo por ella.
Se entregaba a él con dulzura a pesar de su trato, algo que le enfermaba debido a que sabía que ella se lastimaba fácilmente con sus palabras. ¿aquello era masoquismo, sonrió con ironía, no encontraba otra palabra, aunque podía ser también aquellos extraños sentimientos que le profesaba.
Se puso de pie rápidamente, aquello no importaba ya. Tenía que intentar dormir para levantarse temprano.
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Suspiró cuando el auto estaba en marcha esa mañana. Se había preparado para que sus ojos no se notaran hinchados. Era inevitable que llorara.
Ren conducía pero de vez en cuando le miraba de reojo. En todos aquello minutos ella no le había mirado ni una sola vez.
Tamao iba sumida en sus pensamientos, recordando cuando se había despedido de los Usui, escuchando un solo "solo has lo que creas mejor"
Y eso era lo que estaba haciendo, se dijo ella misma. Lo mejor era despedirse de una sola vez.
"- ¿Le has avisado que te vas? – preguntó sin despegar la vista del camino."
Tamao se llevó una sorpresa pero respondió mirándole por primera vez.
"- Si te refieres a los Usui... la respuesta es si, también lo hice del anciano Shintani – sonrió con nostalgia."
Ren la había mirado por segundos. Su cabeza gritaba que la detuviese pero el se abstenía a hacerlo. Él nunca diría tal cosa, eso debía esperarse de él y eso es lo que él mismo se esperaba.
"- También... -dijo la suave voz de ella - ¿entregara al joven Nichro...?"
"- Ese es un asunto que arreglaré, no te preocupes – dijo sin fingir el mal humor que le causaba que se preocupara por eso."
Tamao le miró tristemente y calló, no estaba de humor para hacerlo acceder aunque algo en el interior de ella le avisaba que podía lograrlo.
Pasaron minutos cuando él estacionó el auto y esperaron en la estación el transporte que ella tomaría.
Tamao tenía la maleta en su mano justo cuando estaba por irse.
Ren mantenía las manos en su bolsillo mientras la miraba de reojo.
"- Siento todo esto... – dijo ella logrando que él se sorprendiera, no esperaba que fuera ella quien se disculpase – yo... solo intenté ayudar... supongo que no tomé una buena decisión cuando accedí con..."
No supo que le impulsó, pudo haber sido un extraño sentimiento de culpa, pero se acercó a frotarle la cabeza con cuidado. Aquel extraño gesto la sorprendió de sobremanera logrando que levantara su cabeza a él.
Aprovechando el gesto, decidió inclinarse para besarla. Esta vez, ella tenía ansias de llorar, era obvio que se estaba despidiendo.
Ren se separó de ella justo antes que el roce se intensificara, le observó por minutos mientras su rostro no parecía inmutarse.
"- Ya es hora – movió su cabeza señalando el transporte."
Tamao se le encogió el corazón ante tanta frialdad. Pero aquello tenía que habérselo esperado, entonces ¿por qué no se preparó?.
Se giró sin responderle, sabía que si lo hacía comenzaría a llorar.
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Inoue se paseaba por la oficina. Había regresado aquel día de las montañas junto con Asakura y su representante.
"- Terminó el plazo, ya lo sé – dijo Inoue mirando a Hao y pensando en el estado de la pelirosa."
Intentó nuevamente contactar a Ren por el teléfono móvil. Lo logró casi una hora después.
"- ¿Por qué demonios no respondes!."
"- ¿Qué quieres ahora? – escuchó la voz fría responder."
"- ¿Dónde has estado?."
"- Solo terminaba el plazo – dijo sin tono en especial."
Inoue quedó en silencio por varios segundos para luego hablar.
"- ¿Tan cínico eres!."
Hao y Kein le miraron intrigados por el enojo repentino de Inoue.
"- ¿Cinismo? – le escuchó preguntar en tono algo irónico – voy hacía allá, necesito que contactes a Shintani, tenemos que arreglar una ultima situación."
"- ¿Es sobre su parte?."
"- Si, esta vez le daré lo que le pertenece – Dijo antes de colgar."
Inoue miró el teléfono en su mano. Se escuchaba algo extraño y estaba seguro que Ren no quería contactar a Nichrom solo para una pacifica charla.
Continuara...
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n/a: Aquí esta al fin el otro cap. Si, el fic pronto acabara.
Sinceramente agradezco el gesto que tienen las personas de leerlo, aunque no puedo alargarlo ( sango tsunade) porque prácticamente en sí los fics me salen largos pero cuando ya siento que es el final, ya no puedo alargarlos, ya que si lo hago sería a costa de lo que he planeado y pues para mi gusto se hacen monótonos y eso que me gustan las historias larguísimas, pero incluso yo tengo limite hehe.
Otra cosilla que quería mencionar (kumi) que haces viendo semejantes películas he, estas chiquita, (u . u supongo yo) la verdad la idea del lemon anterior me la dio Zuriko y de ella me espero la perversión (uf de las ideas que me dio, la del lemon anterior era la más sana)
Bueno espero no pervertir más a las personas pero bueno debo admitir que me cayó en gracias que más de alguno se sorprendiera por semejante lemon (que para mi experiencia en ese campo es demasiado eso, ya que soy principiante)
Gracias a:
Asuka ishida:.:.drake dark:.:.:Inory:.:.:figer mazu zuriko:.:.aoshmi seshlim:.:.hibari usui:.:.hanna li asakura:.:.:ady:.:..haryhi:.:.:soledad:.:.:alchemist souma:.:kri:.:.:kumi strife:.:.:.sango-stunade.
Espero el Cáp. guste de quien lo lea.
