—No diría que eres la peor novia del mundo, pero realmente actuaste como la peor novia del mundo—Comentó Kanade luego de escuchar su historia, pero claro, Kanade no era tonta y sabía que Tsubasa se estaba reservando varios (bastantes) detalles.
Según lo que le había contado, una vez pudo reaccionar al recordar que:
1. Maria estaba fuera de sus facultades.
2. Tsubasa tenía una novia y esta no era Maria.
Se encargó de crear distancia, apaciguando a una bastante sensible Maria, hasta que terminó dormida nuevamente, y llamó a Phara, quien claramente no se iba a tragar el "aquí no pasó nada" si ni siquiera podía darle la cara a Nastassja.
—Hice lo que creí mejor.
—Después de arruinarlo.
Tsubasa suspiró—No pude reaccionar a tiempo.
—Y eso te hace la única persona que sabrá que sucedió con exactitud.
—Y tú, y Phara—Agregó, pero Kanade negó con la cabeza.
—Aun si la mente de Maria es prodigiosa, no recordará jamás los momentos en donde su torrente sanguíneo estaba a tope con los ruffies—Ilustró—Y lo poco que recuerde, será en fragmentos. Phara y yo hablaremos a base de suposiciones, y por lo que me contaste, tu aspecto no era el mejor.
—Maria se aferró mucho a mí.
—Y el de ella tampoco—Se burló.
—Traté de recomponerlo lo mayor posible—Buscó defenderse—Te juro por lo más sagrado que no pasó de besarnos.
—Te creo que solo hayan sido besos, no que hayan sido todos inocentes.
Tsubasa se sonrojó.
—Pero por lo menos la bofetada de Phara te hizo espabilar.
—Si pensabas que las de Yukine dolían, puede que Phara te haga cambiar de opinión.
—Chris nunca te ha tocado ni un pelo.
—Pero sí he visto cómo te dejan.
Kanade se rio de buena gana y Tsubasa terminó de narrarle su desventura.
Ya que había bebido, no le quedó más remedio de pedirle a Hayate asilo por la noche; ya había cometido muchas imprudencias en menos de veinticuatro horas, no le sumaría conducir su motocicleta estando ebria. La única condición que tenía que cumplir era quedarse a limpiar el día siguiente, aquello le valió llegar bastante más tarde de lo previsto a casa, afortunadamente, su padre le dio la razón y nuevamente agradeció que el viejo Fudou dejara el mundo cinco años atrás, porque de no ser así, en esos momentos seguro estaría más que muerta.
Puso su teléfono a cargar (estaba totalmente muerto) y se durmió otro rato, la noche anterior pudo el sueño aproximadamente a las cuatro de la mañana al fin conciliar, levantándose a las ocho para entregar la casona al abuelo Graham cómo se las entregó para las diez en punto, posterior a eso desayunaron por lo que la Kazanari arribó pasado el mediodía a su casa.
Su estómago dio un vuelco en culpabilidad al ver un par de llamadas perdidas, dos audios de cinco minutos cada uno y finalmente una mega biblia como mensaje, dónde Yukine no solo le estaba pidiendo disculpas por su inmaduro actuar, sino que le confesó sus inseguridades y como las habladurías la iban consumiendo. No necesariamente porque creyera que fueran la verdad absoluta, sino más bien porque era agotador tener que soportarlas de manera diaria mientras la trataran de usurpadora, cuando no había nada más lejos de la realidad y Tsubasa no tuviera la decencia de hacer algo.
Tsubasa le dio un punto bastante válido, y es qué de un tiempo para acá, no le daba a su novia el lugar que le daba en antaño, pero en su defensa… ella ni siquiera sabía que se hablara de ella o de sus relaciones interpersonales.
Yukine prácticamente luchó por dejar su tsunderismo de lado y ser complemente honesta con ella, lo que sentía, lo que le molestaba y lo que reconfortaba.
«La mayor seguridad que tengo, es que sé que tú nunca recurrirías a jugar con los sentimientos de otra persona, eres una de las personas más honestas que conozco»
Porque eso es justo lo que necesitaba, otra puñalada más en su orgullo.
—Después de llamar a la profesora Nastassja me puse a plantear si contarlo o no, quiero decir, Maria no recordaba nada y podría sepultar todo en el olvido.
— ¿…Pero?
—Estaría perdiendo la única cualidad que no he mancillado con ella, y si Yukine abrió su corazón conmigo, yo igual debía corresponderlo, ¿verdad?
—Tsubasa, Tsubasa…—Nuevamente le frotó los nudillos en la cabeza—…mi tonta, torpe pero bien intencionada Tsubasa eres una idiota completa.
— ¡Hey! —Se quejó después de recibir un coscorrón.
—El amor no es de deber—Le dijo—Se trata de querer, recuérdalo bien.
Kanade dio por terminada la conversación con eso y abrió nuevamente el Dojo. Ya estaba cerca la hora de la cena.
Hablar con otra persona casi sin tapujos le hizo sentir más relajada, pues estaba reservándose obviamente sus últimos instantes con Maria.
"No me olvides"
Joder, ¿no podía ser más patética? Esa era la promesa más inútil que jamás pudiera hacer con alguien, y lo hizo en parte por la desesperación de escuchar que Maria la buscaba sepultar. Ni siquiera tenía sentido, porque, contrario a una espera, ésta no tiene un objetivo claro que completará su fin, y si las cosas con Yukine se solucionaban y ella podía mantener a raya lo que Maria le despertaba, entonces no servía para nada que mantuviera aquello.
Ahora que lo pensaba con los cinco sentidos en orden, entendía porque Maria quería olvidar, y porque hacerlo era un regalo. Tenía que hacer una decisión. No, mejor dicho, su decisión estaba tomada y, por lo tanto, no podía aprisionarla, no era tan porquería de persona.
¡Decidido, a partir de mañana sería una nueva Tsubasa con una nueva Maria!
Oh Jo Jo. Si tan solo hubiera sabido que alguien ya se había adelantado a sus planes, podría haber sido que el golpe no fuera lo suficientemente duro.
Al día siguiente, sabiendo que Yukine no le hablaría porque su tiempo y espacio no se reduciría a solo un día; se dijo que actuaría con total naturalidad con Maria. Sería raro que de un día para otro la tratara fríamente, así que lo haría de manera paulatina, por ende, se reducirían los acercamientos y poco a poco podrían dejarse ir ¿cierto?
Su pequeño "error estratégico" fue no tomar en cuenta que Phara haría lo posible por evitar que siquiera hicieran contacto.
— ¿A qué juegas Kazanari? —Wow, ya no era Tsurugi-chan, así de grave estaba la situación.
—No estoy jugando a nada—Respondió.
—Yukine te deja y rápidamente buscas el consuelo en Maria, ella no es un plato de segunda mesa.
De acuerdo, eso sí le cabreo.
—En primer lugar, Yukine no me ha dejado—La mirada de Phara se encendió con esto, pero antes de que dijera algo más, decidió adelantarse—Le conté lo que sucedió y me pidió un espacio para pensar las cosas. No puedo ponerme fría de la nada o Maria sospechará algo, ella dijo que quería olvidarme y le voy a ayudar con eso.
—Por fin piensas con la cabeza—Se sintió insultada por eso—Pero sigues siendo lenta, ella ya me pidió ayuda con eso, así que acostúmbrate a mi presencia porque a partir de ahora seré tu compañera de asiento.
—De no ser porque estás con Leiur, pensaría que tanta reticencia contra mí son celos. —Masculló entre dientes.
—Tener pareja no pareció detener tus propios celos antes. —Apretó los nudillos y se mantuvo rígida viendo hacia el frente, recordando con exactitud a qué momento se refería, pero no era algo que haya podido controlar, y más que celos, fue un acto de protección contra Maria para su ex.
Y si lo pensaba detenidamente… ya sabía por culpa de quien comenzaron los rumores y por qué llevaron a Yukine a su cúspide.
La ex pareja de Maria a Tsubasa se le hacía detestable, no podía cavilar como es que Maria decidió salir con ella en primer lugar y no es que hubiera tenido la oportunidad para preguntar tampoco. Tsubasa tuvo el no placer de conocerla un mes después de que comenzara su tercer semestre durante la revisión médica que hacían por grupos al inicio de un nuevo curso. Sabrá porque al universo gustaba de tocarle las pelotas que no tenía, pero iban ordenados por clases, 1-A, 2-A y 3-A, cuando acabaran con ellos seguirían lo antes de ir con 4to, 5to y 6to, y dejando los últimos semestres juntos, ya que por lo general eran de un solo grupo. Y voalá, Garie apareció a unos pasos de ella, acercándose a una distraída Maria, portando una sonrisa que no le gustó para nada y abrazándola de una manera muy íntima.
— ¡¿Garie?! ¿Qué haces aquí? —Preguntó ante su sorpresa, queriendo romper el abrazo, aunque la chica, a pesar de ser de baja estatura, parecía darle complicaciones.
Fue en ese momento que decidió intervenir.
— ¿Sucede algo? —Tsubasa no sabe cómo logró que una pregunta tan inocente sonara tan agresiva.
Garie le miró con amenaza, muy justificada.
—Nada que te importe.
Su mirada se dirigió a la Cadenzavna— ¿Maria?
— ¿Serías tan amable de soltarme? —Se dirigió a la castaña.
— ¿Por qué debería?
—Quizá porque te lo está pidiendo—Dijo con el tono más grave que pudo encontrar—Y sería mejor que lo hagas ahora, antes de que llame a tu tutor para reportarte por acoso, no sé si lo sabías, pero eso es algo que está bastante penado en este plantel.
La chica masculló y finalmente la dejó ir, y aunque fue completamente innecesario, su cuerpo actuó antes que su razón y dejó que su mano recorriera la cintura de la mayor, y la acercara a ella.
—Bien, y ahora, ¿ella es…? —Habló a Maria con un tono más amigable.
—Mi ex. —Respondió, haciendo que cierta ira invadiera su ser.
—Volveremos a estar juntas nuevamente —Restó importancia, la molestia dentro de la Kazanari creció.
—Ve con tus fantasías a otro lado—Le dijo junto a una mirada asesina, aunque Tsubasa no fue muy consciente de ello.
— ¿Te interesa?
—Evidentemente ves que sí—Maria actuó rápido y puso una mano sobre su hombro, logrando tranquilizarla.
—Garie, ya hablamos de esto. Lo nuestro se acabó, yo seguiré mi camino y tu seguirás el tuyo.
—Mi camino está junto al tuyo, ve, incluso nos volvemos a encontrar.
Maria rodó los ojos—No, tu obsesión te lleva a seguirme, te he dicho varias veces que no tengo intenciones de regresar contigo.
Antes de que las cosas escalaran a una pelea, aparecieron Phara y Leiur, quienes ayudaron a que las cosas se calmaran con Garie, resultó ser prima de Phara, por ende, ya sabía a la perfección como tratar con ella.
La Kazanari por su parte, no la dejó de ver hasta que desapareció de su campo de visión.
—Tsubasa
— ¿Sí?
—Ya me puedes soltar. —Escuchó una suave risa que la devolvió a la realidad.
—Ah, disculpa—Se separó rápidamente de la mayor—No sé qué me pasó.
Solo quería demostrarle a esa chica que no tenía derecho de tocarla de una manera tan íntima como lo hizo.
Y eso todo mundo pudo verlo.
—No te preocupes, y gracias por la ayuda. —Le restó importancia.
—Siempre que la necesites, ya sabes. Así sea porque tienes un acosador o porque los tomates finalmente comenzaron con su plan para el dominio mundial.
—Oh mi héroe—Dijo con sarcasmo, haciéndola reír.
Si lo analizaba con la cabeza fría, era bastante obvio que Garie haciendo berrinche fuera la base de los rumores, la gente solo tuvo que sumar dos más dos. No es como si su manera de actuar con Maria pasara desapercibida; sin contar que según lo dicho por Yukine –remarcado por Kanade–, Tsubasa tenía acciones bastante ambiguas la mayoría de las veces. Y si bien Garie estaba en artes escénicas y Chris en música, ambas estaban en primer semestre, y en primer semestre, bastantes carreras tomaban las mismas clases e incluso los grupos se mezclaban para algunas otras.
Dios mío, pero que estúpida había sido, pareciera que Tsubasa sola empeorara su situación de adrede.
Se la pasó ignorando a Phara todo el tiempo en que estuvo a su lado, impidiendo que tuviera un contacto directo con Maria durante los días siguientes. La chica ni siquiera se molestaba en ocultar su desagrado por lo que apenas le dirigía el saludo… si se sentía de buenas.
Desistió de la mensajería cuando la Cadenzavna comenzó a ser más cortante en las conversaciones, razón que llevó a que, por los siguientes seis días, sus conversaciones consistieran "buenos días" y un " ve a descansar, ya es tarde" si veía que la mayor estaba conectada en LINE a altas horas de la noche.
La indiferencia de María le calaba más que la distancia con Yukine, y realmente llegaría al punto de la desesperación si no se reducía aunque fuera un poco. De vez en cuando le mandaba un saludo a la distancia que era correspondido con la misma sonrisa de siempre y un movimiento de mano, por lo que Tsubasa no podía estar más confundida.
¿Habría recordado Maria su promesa?
Aun si fuera así, no tenía siquiera el derecho de reclamar, es decir, Tsubasa buscaba crear una distancia gradual para que no la hiriera, pero Maria se le había adelantado y creó el muro de Berlín entre ellas, literalmente de la noche a la mañana.
Ahora se cuestionaba a quien realmente buscaba proteger, si a Maria o a Tsubasa misma.
Maria se veía bien sin ella… puede ser que la hubiera subestimado.
Puede ser no, la había subestimado totalmente. Por un momento se olvidó de que la peli-rosa era una mujer fuerte. Por un momento se olvidó de que Maria era una persona independiente, y le sabía mal, bastante mal, el pensar que, de quererlo, la Cadenzavna le sepultaría para siempre como había hecho con Garie.
Por un carajo, ahora incluso comprendía el inmaduro actuar de su ex, uno no podía simplemente soportar ese desplante.
Se dejó caer sobre el escritorio sin delicadeza alguna, provocando un golpe sonoro que llamó la atención de los compañeros a su alrededor, y dibujó en su nueva compañera de asiento una sonrisa, seguramente feliz de ver como la realidad la había golpeado.
Se resignó a que nada nuevo pasaría ese día que le ayudara a encontrar una mínima paz, se sentía del asco sinceramente, y estaba considerando ir por voluntad propia a algún bar de mala muerte arrastrando a Kanade con ella, quien parecía ser por ahora su única aliada en este tormento que no había iniciado más que ella junto a su imprudencia.
Nuevamente el universo le mostró que nunca debía dar las cosas por sentadas.
Estaba guardando sus cosas cuando recibió un mensaje en su celular. Lo sacó de inmediato, pensando que Maria finalmente reducía la distancia, pero no se trataba de ella, sino de Yukine, y aquello solo le provocó temor, temor de lo que fuera que Yukine le fuera a decir, temor de que todo terminara con un mensaje y no hubiera nada que hacer para remediarlo. Pero no, su paranoia fue injustificada, afortunadamente.
«¿Podemos hablar, de preferencia hoy?»
«Claro» decidiendo que su mensaje era demasiado cortante, optó por enviar otro «¿Te parece bien si vamos al café de acá cerca?»
«Seguro, ¿por qué no?» A los segundos Yukine le mandó otro mensaje «Llegó mi siguiente profesor, te dejo por ahora»
«Te esperaré afuera»
Muy breve y bastante insignificante fue su intercambio de mensajes, pero le otorgó calma. Las cosas no podían estar del todo mal si Yukine había aceptado, en cierta forma, salir con ella.
Después de eso, debió sacar su motocicleta del estacionamiento en la universidad y llevarlo al del café mismo que estaba tan solo a unas cuadras, antes de volver al plantel y esperar sentada bajo el frondoso árbol frente a la entrada a que las siguientes dos horas pasaran, aprovechando también de avanzar unos cuantos niveles más en el único juego instalado en su teléfono.
Cuando vio que la hora de salida de Yukine estaba cerca, guardó el teléfono, se puso de pie, y miró hacia la entrada buscando por una albina de baja estatura. No fue difícil encontrarla, después de tenerla cinco años en su vida, podía distinguirla fácilmente sin importar a la distancia que estuviera. Le dirigió una sonrisa tímida y un gesto de mano como saludo, una vez la tuvo cerca y los ojos de Yukine se encontraron con los suyos.
No esperó que la albina se acercara a ella con una sonrisa tenue y procediera a abrazarla.
Aquello le dejó estupefacta. Si bien ninguna de las dos era enemiga jurada del contacto físico, cuestiones de cultura en el caso de Tsubasa y una extrema timidez por parte de Yukine, les hacía mantener el PDA al mínimo. A lo mucho se sostenían de la mano, y no era por una cantidad de tiempo memorable.
—Extrañaba esto—La escuchó decir, y sus emociones se hicieron cargo.
Correspondió el abrazo de la menor e inclinó su rostro para dejar sus labios lo más cerca posible de su oreja.
—Yo también. —Susurró.
Se quedaron así unos momentos más, sin decirse alguna otra cosa. Con Tsubasa aspirando el aroma tan característico del perfume de Yukine a lirios, olvidándose por un momento de lo mal que se había estado sintiendo gracias a la presencia de la menor. Yukine siempre había tenido un efecto relajante en ella, por eso Kanade solía molestarla diciendo que era un león domado.
—Debo suponer que no me esperan malas noticias—Bromeó una vez soltaron el abrazo y la albina enlazó sus meñiques.
—Estás en lo correcto—Afirmó.
—Es un alivio.
Yukine decidió devolverle una broma también.
—No, es un alivio que el lugar esté cerca. Así no sufro a manos de tu ataúd portátil.
Tsubasa se rio de buena gana.
—Sabes que caminaré el doble del recorrido solo para hacerte sentir cómoda.
El desagrado de Chris por el medio de transporte de Tsubasa no era precisamente un secreto, y era bastante respetable. Chris preferiría que su novia usara un medio de transporte que no la dejara tan vulnerable, mientras que Tsubasa optaba por la practicidad que una motocicleta le otorgaba. Si Tsubasa manejara un scooter pudiera ser que Chris no tuviera tanto nervio, e inclusive se subiera cuando se sintiera particularmente "aventurera"; pero no, Tsubasa usaba una motocicleta estilo deportivo con doscientos cincuenta centímetros cúbicos y tomó cursos de manejo competitivo durante la preparatoria, a los cuales todavía asistía (de vez en cuando) y la hacían, al igual que Testarossa, una amante de la velocidad.
Ojo, que tampoco es que Chris desconfiara de Tsubasa, ella siempre había sido muy prudente y era lo que hacía a la albina estar calmada acerca del pensamiento de la Kazanari en una moto, pero ella ni de coña se subía a ese ataúd con ruedas.
—Siempre tan considerada—Dijo en un exagerado tono de ensueño, que hizo a Tsubasa sonreír con ligereza.
—Todo sea por mi doncella de las nieves. —Le guiñó el ojo.
Yukine se sonrojó ante lo dicho, no había momento en que la galantería de Tsubasa, ya fuera real o sobre actuada, no la dejara sin palabras. Era un arma bastante poderosa y ella agradecía a buda que la mayor no fuera consciente de esto… como otras varias cosas. El apodo solo era un extra que surgía por el amor de Tsubasa al antiguo folclore japonés y su apellido, Yukine; apodo que la avergonzaba hasta la médula, pero que en el fondo la hacía sentir especial, aunque su novia no lo usara tan seguido.
— ¿Aparcaste tu motocicleta acá? —Desvió el tema al distinguir el característico casco que le regaló para su primer aniversario, que actuó también como obsequio por haber ingresado a la universidad; sobre una motocicleta aparcada en el fondo, en un ángulo ciego para las cámaras o clientes que vinieran del lado contrario a ellas.
—Te lo dije, hago el doble del recorrido para mantenerte cómoda—Dijo con suficiencia—Además la universidad cierra en una hora y no me quiero arriesgar a quedarme sin transporte.
Chris no pudo evitar sonreír al escucharla y se adentraron al local, que era bastante pequeño si se le comparaba con sucursales de otras franquicias; pero que era el paraíso para todas las personas en esa zona, mayormente los universitarios.
— ¿Podemos sentarnos junto alguna ventana? —Cuestionó recurriendo a su ternura, ternura misma que Tsubasa tenía dificultades para ignorar. El lado suave de Yukine era todo un mundo.
—No veo ningún problema—Y la paz que Tsubasa experimentó por casi treinta minutos, se fue al garete en menos de un segundo al momento en que abrió la puerta e ingresó al local.
Comenzó a maldecir a su yo del pasado por pensar que esto era una buena idea, pero tampoco es como si pudiera pedir de manera repentina que cambiaran el lugar.
Le reclamó a su cerebro con una enorme cantidad de insultos mientras su voz interior le recalcaba que el auto de Maria no estaba afuera ni a los alrededores, se hubiera percatado enseguida de ser así.
Tsubasa estaba segura que Yukine no se había percatado de la presencia de Maria al fondo del local, sonriendo junto a un hombre bien parecido, igualmente albino como su novia y de ojos azules que se escondían tras las gafas que portaba en su rostro. Apretó la mandíbula llena de coraje, con tan solo pensar que, de todas las personas, Maria decidiera reemplazarla con él.
—Divisé una mesa, ¿vamos?
—En situaciones así agradezco tu estatura—Así es, desde la perspectiva de Yukine, solo podía ver a personas amontonadas, pero no una mesa desocupada. Tsubasa la guío, y corrió su silla en un acto caballeresco con una doble intención: dejarla a espaldas de la Cadenzavna, que, desde la perspectiva de Tsubasa, podía observar las facciones de su rostro sin desviar mucho la mirada de Yukine.
Dudaba que el doctor la reconociera, pero por si acaso, aprovechó la planta decorativa para esconderse enteramente de su campo de visión y dado que, el doctor a Yukine no la conocía, no había habitación para que le advirtiera a Maria de su presencia.
Pronto llegó un mesero rubio, bastante alegre, que les tomó la orden y les dejó a solas.
Su cambio de actitud pareció pasar desapercibido para Yukine, por lo que ésta no perdió de vista su objetivo y comenzó entonces con la razón que las tenía allí. Pronunciando unas palabras que Tsubasa no supo si le daban alivio o remordimiento.
—No voy a terminar con nuestra relación.
— ¿De verdad?
— ¿Por qué suenas tan sorprendida? —Preguntó por la inmediata reacción que tuvo.
—No lo sé, siempre que las personas dicen "un tiempo" las relaciones terminan en desastre.
—Pero si te dije que todo estaba bien—Se rio.
—Pensé que intentabas hacer que no me sintiera tan mal.
—No tienes remedio, senpai. —Soltó una pequeña risilla que ocultó tras una mano, viéndose como toda una princesa. En otro tiempo, Tsubasa quedaría absorta en ella, sin embargo, le llamó más la atención el hecho de que la Cadenzavna a unas cuantas mesas de distancia, sonreía tras algo dicho por el doctor, que igualmente correspondía esa sonrisa.
—Puede que no—Dijo distraídamente.
—Estuve pensando mucho en estos días, pero fue apenas durante el fin de semana que comprendí lo que me habías tratado de decir.
— ¿Ah sí?
—Sí, y tenías razón.
— ¿Acerca de qué? —Cuestionó ahora Tsubasa, sin saber exactamente a que de todo lo que dijo, se refería.
Chris estiró su diestra para tomar la mano de Tsubasa sobre la mesa, conectando su mirada con la suya, lo que la obligó a dejar de observar la mesa contraria.
—Independientemente de los rumores, de lo que pudo haber pasado entre ustedes o de las emociones que hayas despertado, tú me elegiste a mí—Recitó parcialmente lo que le había dicho antes, agregando, obviamente, los últimos eventos.
Yukine apretó su mano y Tsubasa devolvió el apretón.
—Hablé con Maria—Tsubasa se tensó, ¿sería Yukine la razón de su distanciamiento? —Nos encontramos por mera casualidad, y me di cuenta de que ella no recuerda absolutamente nada de lo acontecido mientras conversábamos.
Tsubasa asintió dándole la razón.
—Kanade me comentó que es muy poco probable que recuerde algo, y que lo que haya sucedido cuando el efecto de la droga estuviera en lo más alto, sería algo que jamás recordaría. Puedo entender porque es la favorita de los perpetradores—Comentó.
—Y aun así decidiste contármelo—Dijo—Decidiste ser sincera conmigo.
—No merecías que fuera de otra manera—Respondió.
Yukine suspiró.
—Creo que no lo entiendes—No, definitivamente no—Hiciste algo que muy pocos harían en tú situación. Te arriesgaste a perdernos con tal de decir la verdad, aceptaste tu culpa y eximiste a Maria. Fue algo muy valiente y que te reconocí al momento. No cualquiera lo hubiera hecho.
Tsubasa guardó silencio y Yukine continuó hablando.
—En ese momento supe que no podía odiarte, ni a ella ni a ti.
— ¿Pero…? —Porque Tsubasa sabía que había algo más.
—Tuve miedo.
— ¿Qué? —Se sobresaltó, aquello le pareció inconcebible.
—Que Maria sintiera algo por ti no es algo que fuera precisamente un secreto, por lo menos no para mí—Mierda—Era algo obvio si consideramos que te mira de la misma forma en que yo lo hacía en secundaria, con la misma frustración de no saber cómo interpretar tus acciones porque eres naturalmente amable con las personas. Tú eras la única que pasaba de ello, hasta bueno, hace poco.
—Me tomó por sorpresa.
—Sí te creo.
—No pude evitar preguntarme desde hace cuánto se sentía así y cuando tiempo llevaba confundiéndola.
—Te puedo asegurar que fue desde antes de conocernos mutuamente—Dijo—Pero si ella respetó nuestra relación, a pesar de no saber qué salías con una chica y no con un chico como habrá supuesto, no había riesgo de que buscara dañarnos, por lo menos de manera consciente.
Tsubasa se mordió la lengua, luchando por no decirle que no es que Maria las hubiera respetado, es que no sabía que había que hacerlo, que su inconsciente deseo de mantener a Yukine oculta llevó a que Maria sintiera que fue solo un juego para ella.
—Me puse también en su lugar y pensé que muy posiblemente yo actuaría de manera similar si hubiera reprimido lo que siento por tanto tiempo.
Tsubasa asintió.
—Lo que me dio temor fue que su súbita exposición removiera cosas en ti—Y bien que lo había hecho—No sé si lo has notado, pero nos tratas a ambas de manera muy diferente, y no lo digo únicamente por el hecho del nombre. Comparten más tiempo juntas gracias a que estudian lo mismo y tienen una química increíble, es imposible no verla, que la desarrollaran tan rápido es lo que me hizo sentir amenazada, que, dentro de ti, aunque fuera algo muy pequeño, se despertara algún sentimiento por ella.
—Lo lamento—Bajó la mirada.
—Era inevitable, supongo—Se encogió de hombros—Fue algo similar a lo de Miku con la idiota.
—La ley de la atracción por cercanía—Comentó.
—Y a final de cuentas no terminó funcionando.
¿Pero no había sucedido también entre ellas?
—Pasamos mucho tiempo separadas, puedo comprender porque la chispa se dio en primer lugar—Reconoció—Pero como dije, escogiste estar conmigo, eso quiere decir que lo que sientes por mí es más fuerte que lo que sientes por ella. Por eso, si me lo permites, quiero trabajar en nosotras, reparar la confianza que fue rota y que nuestra relación resurja más fuerte que antes.
—Eres increíble—Dijo Tsubasa pasmada ante la madurez con la que habló Yukine.
—Ya lo sabía —Bromeó, pero justo antes de que dijera algo más, apareció nuevamente el mesero con sus pedidos, lo que le dio la oportunidad de mirar nuevamente hacia la mesa de Maria, notando que estaba sonrojada hasta la médula.
Aquello le llenó de rabia.
Bebió de su te de matcha con lentitud, buscando calmarse, debía mantenerse a raya.
— ¿Te comió la lengua el ratón? —Se burló Yukine al ver que Tsubasa permanecía en silencio.
El gato más bien.
—Me dejaste sin palabras, siento que no te merezco—Yukine era demasiado buena para ella.
—Bueno, tendré que ir a los términos y condiciones antes de lo previsto— ¿eh? —Primero que nada, quiero que dejes atrás la culpa, así como yo dejaré atrás lo sucedido.
— ¿Así de simple?
—Así de simple.
Vaya.
—En segundo lugar, quiero que sigas siendo amiga de Maria— ¿Escuchó bien? —No me mires así, Maria es una excelente persona y confío en ella. Sé que tratándose de Maria, nada de lo que pasó se va a volver a repetir.
En pocas palabras, Tsubasa era el problema, ¿no es cierto?
Bueno, aun si Yukine realmente pensara de esa manera, no es que estuviera del todo equivocada. Mejor dicho, no estaría equivocada en lo absoluto.
— ¿No te incomoda?
—Claro que me incomoda, pero yo no te voy a prohibir relacionarte con quien tú quieras, eso no es sano y nuestra relación jamás se basó en eso. Tampoco quiero que te restringas pensando en cómo me voy a sentir, sería igual a que te lo prohibiera directamente.
—Me pides algo muy difícil. No me gusta que te sientas incómoda.
—Y agradezco eso, pero no es lo mismo a que uses otro medio de transporte cuando estás conmigo porque tu motocicleta me da ansiedad, a que elimines una linda amistad porque un evento aislado irrepetible me causó un mal rato.
—Supongo que tienes razón.
—Claro que la tengo—Dijo Yukine nuevamente con falso ego y mientras la observaba, su visión periférica captó como Maria se levantaba de su mesa y caminaba hacia los sanitarios.
Sus piernas comenzaron a moverse y su mirada se quedó totalmente fija en el letrero que indicaba damas.
— ¿Qué tantas miras? —Se giró siguiendo la dirección de sus ojos, riéndose al creer que entendía la situación— ¿Quieres ir al baño? ¿Es eso?
Sí.
—Puedo esperar.
No voy a ir. Le dijo a su voz interior.
—No tengo problema, quiero decir, es algo natural y tenemos todo el tiempo del mundo.
Te está dando entrada, vamos.
—En serio, puedo esperar.
No voy a cometer otra imprudencia. Se volvió a decir.
—No me hagas arrastrarte al baño, Kazanari Tsubasa—Bromeó Yukine.
¿No querías aclarar las cosas con ella? Esta es tu oportunidad.
—Ya vuelvo—Dijo mientras se ponía de pie.
—Te espero.
Teóricamente ya es lunes, así que ya puedo traer el capítulo tres de esta desventurada cosa. Ando viendo que se andan molestando mucho con Tsubasa... ella no va a ser la única con la que se van a enojar (?)
Angel Akai: A mí igualmente me gustaría actualizar ese fic, lastimosamente perdí el documento junto a las notas, por lo que lo ando reestucrando... de nuevo. Veré si puedo hacer algo durante las vacaciones, pero no prometo nada ewe Muchas gracias por leer.
Kaede Kitajima: Ve tu bandeja xD
Muchas gracias a todos por leer, nos leemos la siguiente semana n.n
