Si Maria tuviera que hacer una descripción gráfica de la palabra "incómodo", lo haría tomando una fotografía a su situación actual. De verdad pareciera que alguien allá arriba se entretuviera poniéndola en estos predicamentos, porque esto ya no debería ser posible.
No culpaba a John, a final de cuentas, él no sabía mucho sobre el drama que se desató aquella noche que el joven la recogió fuera de sus sentidos; en medio de su desahogo solo le comentó que había tenido un "pequeño" desacuerdo con la Kazanari cuando éste remarcó lo raro que era que no la mencionara, señalando que no había ocasión en la que Maria no hablase de Tsubasa. Lo típico cuando estas enamorada.
Tampoco culpaba a Tsubasa, pues a final de cuentas, ella intentó ayudarle a escapar de tan incómodo panorama, mucho menos iba a culpar a Chris porque, ¿qué culpa se iba a cargar Chris? Maria sabía que el perdón de la chica fue sincero y no guardaba rencores hacia su persona. Prueba del alma tan bondadosa que era Chris, era esa sonrisa ligera que le dirigía, pues la albina no era del tipo de persona que supiera esconder sus emociones, si algo no le agradaba en lo más mínimo, se le notaba enseguida. No comprendía porque Tsubasa decía que le costaba leerla.
No, si Maria realmente quisiera culpar a alguien, se culparía a sí misma, porque de haber estado más atenta, de no haberse confiado tanto, John no hubiese visto a la silueta de Tsubasa y podrían ignorarse mutuamente sin sentimiento de culpa por ambas partes. Es solo lo normal que una pareja de enamorados se aislara del mundo y los demás quisieran no intervenir.
— ¿Y ustedes se conocen desde hace mucho? —Preguntó Chris, a lo que John sonrió. Maria sintió una especie de Deja Vù.
—Técnicamente, nos conocemos apenas Maria y su hermana llegaron al país.
Maria no pudo evitar reír.
—Fue algo bastante memorable—Comentó mientras tomaba la carta y la leía. De reojo observó a Tsubasa imitar su acción.
—Oh, ¿en serio? —La curiosidad era obvia en el rostro de Chris. De nuevo, Chris era de ese tipo de personas que llevan sus emociones escritas en la cara, caso contrario a por ejemplo, su novia.
—Nos estábamos buscando mutuamente—Respondió él con una de sus típicas sonrisas encantadoras—No sé si realmente lo sabías, pero, la señora Nastassja no es capaz de conducir desde hace varios años.
— ¿Algún accidente? —Preguntó Chris con preocupación, y ahora que lo recordaba, la chica le comentó alguna vez que de pequeña sus padres estuvieron en un feo accidente de tránsito en la que casi no la libraban. Según su testimonio, su padre no podía conducir por la ansiedad que eso le causaba y es la razón por la que su familia contrató un chófer que hasta la fecha seguía trabajando para ellos.
—No, no. Para nada. Madam tiene un problema visual severo que la hace incapaz de conducir. —Respondió Maria rápidamente.
—La señora Nastassja está al borde de la ceguera—Agregó Tsubasa, frente a Maria en el otro lado de la mesa, fingiendo que leía atentamente el menú—Su ojo derecho no ve ya, y el izquierdo va por el mismo camino.
—Así es, aunque cuando Maria llegó su última cirugía estaba bastante reciente y no se sentía con la confianza de dejar que cualquiera fuera por sus preciadas nietas.
—Y supongo que tú no eras cualquiera.
La reacción de Maria hacia el tono empleado por Tsubasa fue instantánea, dirigiendo un golpe con su pie derecho directo a la pantorrilla.
Tsubasa le vio molesta.
No es que John y Tsubasa se llevaran mal, al contrario, John tenía a la Kazanari en alta estima y ésta nunca había sido grosera con él ni mucho menos, pero gustaba de dirigirle comentarios irónicos y sarcásticos, mucho más de lo que se consideraría normal entre dos personas que supuestamente se caen bien.
"Compórtate". Ese era el mensaje implícito en su actuar. No era la primera vez que sucedía, de alguna u otra manera Maria debía marcar los límites a Tsubasa antes de que John se percatase de que los desplantes de Tsubasa no eran un sentido muy ácido del humor. En su momento, esto se debía al deseo de que "la chica con la que estaba quedando" se llevara bien con su mejor amigo, hoy, ya era más una costumbre, un pequeño resquicio de esperanza que se rehusaba a dejar de creer que aquello todavía era posible.
Maria observó como Tsubasa se tensaba, ocultándose en el menú, con sus manos tomándole con más fuerza de la debida.
—Estás en lo correcto—Dijo John sin inmutarse en lo más mínimo, mientras que Chris estaba tan concentrada en él y su historia, que pasó por alto el comportamiento de su novia—Vine a Japón para poder aprender con una heroína como lo es la señora Nastassja, e hice lo posible para ser notado.
—Siendo sinceros, no tenías que esforzarte mucho—Maria intervino en la conversación—Eres un genio, date crédito por eso.
—Creo que prefiero escuchar que me lo digas.
Maria rio por la broma de John, apostando a que Tsubasa, detrás del menú, estaba apretando la mandíbula ya que no podía rodar los ojos o chasquear la lengua.
Tsubasa siempre odió ese tipo de comentarios por parte suya.
—Total, John era el alumno consentido de Madam, y el favorito de toda su carrera como docente, se tenían confianza y demás, por eso Madam le encargó escoltarnos aunque tanto Serena como yo podíamos tomar un taxi.
—La señora Nastassja es demasiado paranoica como para dejarlas a merced de un entero desconocido en un país del que no podían ni decir "hola". —Rebatió.
—Bueno, el punto es que no nos dio descripciones específicas más que los nombres y características vagas. Como que Madam olvidó que todos los días llegan demasiados extranjeros a Japón y que el noventa por ciento de ellos habla inglés. —Dijo Maria resumiendo bastante la historia.
—Yo solo quise ayudar a una bella dama en problemas que viajaba con una niña de doce años a la que nadie se paraba a mirar—Él se encogió de hombros.
—Estuvimos charlando un rato, él me dijo que buscaba a las familiares de su docente y yo qué esperábamos a un amigo de la familia, pero por algún motivo raro no dijimos nombres ni nada. Estuvimos un buen rato en la puerta del aeropuerto esperando a nadie.
—Y hubiera sido peor si Serena no te hubiese preguntado si no había manera de contactarse con el Joven Ver.
Maria volvió a reír.
—Fueron los cinco minutos más incómodos haciendo las presentaciones más raras de la historia.
—Eso es graciosamente tierno—Dijo Chris tras intuir que ese era el final de la historia.
—A Madam todavía le gusta molestarnos con eso, aunque teóricamente fue su culpa y ya hayan pasado cinco años.
Chris rio de buena gana, concordando con ellos.
— ¿Qué hay de ustedes, hace mucho que son amigas?
María palideció. La sonrisa de Chris no flaqueó, sin embargo, tampoco respondió de inmediato, al contrario, se giró con Tsubasa. Maria, con el pasar del tiempo comprendió que Tsubasa y Chris trataban su relación con discreción, por lo que antes de comunicarle su relación a cualquier persona, ambas debían estar de acuerdo. Es decir, que Tsubasa no habló de Chris porque deliberadamente no quisiera hacerlo, sino porque no deseaba romper ese pacto. Ese pensamiento de alguna manera le reconfortaba.
Tsubasa suspiró, cerró los ojos un momento y bajó el menú para ver a John directamente a la cara.
—Si bien compartimos una amistad por un período largo de tiempo, actualmente Yukine y yo sostenemos una relación romántica, de pareja, doctor.
—Oh—Fue lo único que dijo él, con su mirada azulada pasando de ellas a Maria—Oh—Repitió ahora mirándola a ella.
Trágame tierra.
—Me gustaría decir que no estoy sorprendido, pero ya me han visto—Habló con su típica elegancia de siempre, ya recompuesto, empujando sus lentes sobre el puente de la nariz para acomodarlos. Sin embargo, la mirada de John nunca se despegó de Maria.
Ha juntado dos más dos, ¿no es cierto?
—Me resulta curioso como ambos reaccionaron de la misma manera—Comentó Chris con una pequeña risa.
—A veces somos más parecidos de lo que pensarías—Bromeó John.
Apenas el hombre terminó de decir aquello, se acercó una de las chicas que la hacían de meseras por aquel día y tras discutir varios minutos sobre las posibles opciones, finalmente ordenaron de todo un poco con el fin de satisfacerse mejor.
A partir de ahí la conversación se fue a cosas tan triviales que Maria desconectó su mente, participando solamente cuando interactuaban con ella. John le estuvo dirigiendo miradas indiscretas durante todo ese tiempo, parecía que él si se percataba de lo incómoda que era la situación, o a lo mejor Chris también lo hacía y lo estaba pasando por alto, la chica era bastante intuitiva, todo lo contrario a Tsubasa.
— ¡Esto es increíble, tienes que probarlo! —Exclamó Chris con cierta emoción tras probar un bocado, atrayendo la atención de Maria y de Tsubasa, quienes se enfocaban en comer y ya. La albina había tomado entre sus palillos un bocado de su platillo y estaba alzado en dirección a Tsubasa.
No había que ser un genio para saber qué es lo que Chris pretendía hacer, y en otras circunstancias Maria se sentiría mal, pero quizá el reconfortante pensamiento de que no funcionaría le dejaba tranquila. Y es que, de nueva cuenta, a Maria le tocaba presenciar un episodio en el que se demostraba que Chris no conocía a su novia lo suficiente, y la parte más arrogante de sí misma, la más perra, le decía que ella era –y podía hacerlo– mejor. Esa era razón de su distanciamiento paulatino, esa era la razón por la que prefería evitar, en medida de lo posible, verlas interactuar como pareja. En un principio pensó que se trataba de la herida que en esos momentos se encontraba fresca, y de ese sentimiento de traición que no debería tener en primer lugar, de lo abrumada que le hacía sentir todo; pero no, conforme pasaron las semanas lo entendió, más específicamente en un almuerzo, donde Chris se tomó el tiempo de hacer un bentō para Tsubasa y ésta misma apenas pudo enmascarar su disgusto al ver su contenido.
Para haber sido criada de manera tradicional, Tsubasa, a pesar de ser fan acérrima de ciertas cosas, tenía un atípico disgusto sobre las cosas dulces, Maria lo aprendió la primera vez que Tsubasa comió en su casa, cuando Nastassja preguntó cómo prefería que preparara el postre, y solo habían pasado un par de meses desde que se conocieron para ese entonces, no entendía como Chris podía desconocer este sencillo, pero importante, detalle si estas dos llevaban años juntas, hasta que un profundo análisis de la Kazanari le dio la respuesta:
Tsubasa no fue consultada sobre sus gustos y dejó que Chris armara sus propias conclusiones, quizá con la intención de que la chica no se sintiera mal, ¿pero hasta donde duraría esa pequeña mentira blanca? Tarde o temprano le explotaría en la cara.
—Vamos a ver—La voz de Tsubasa sonó grácil en una cantidad justa, de esa manera que Maria detestaba escuchar, porque sabía que la peli-azul estaba encarnando el papel de la senpai confiable, su postura cambiaba, sus movimientos también; y aunque fuera algo sutil, Maria dejaba de ver a la Tsubasa que vio, de la que se enamoró, la veía contenida, atrapada, por eso es que lo detestaba tanto.
Chris no completó su acto como lo hubiera esperado, ya que Tsubasa tomó el bocado con sus propios palillos y se lo llevó a la boca.
—Esto es perfecto para satisfacer tus papilas gustativas.
En pocas palabras, se empalagó.
— ¿Verdad?
Tsubasa asintió mientras disimuladamente tomaba agua para quitarse ese sabor de la boca.
Maria apretó su tenedor con más fuerza de la necesaria, la clavó en algo de lechuga y se lo metió a la boca, reprimiendo así sus ganas de decir algo.
Otra de las particularidades de Tsubasa consistía en sus hábitos de higiene y orden, que viene siendo un poco más extraño todavía porque, acostumbrada toda la vida a tener sirvientes, Tsubasa era un asco para mantener el orden de las cosas, especialmente su habitación que parecía un campo minado, esto lo sabía por las pocas veces que le visitó a su apartamento –no dudaba que en su casa, siempre le mantuvieran todo ordenado–, sin embargo, en el campo académico y/o laboral, ahí las cosas cambiaban, porque entonces el orden de la Kazanari dejaba el suyo como un vil desorden. Ahora, en cuanto higiene se refiere... Tsubasa estaba a nada de adquirir el término "obsesiva", que de nuevo, suena bastante contradictorio, pero bueno, al final Maria gracias a ella comprendió que limpieza y orden no era lo mismo. Relacionado con este último punto, si había una de las cosas que a Tsubasa, notablemente, le causaba ansiedad, era compartir cosas de índole personal. Y ahora que lo pensaba... ¡Maria se dio cuenta de esto también por preguntar sobre ello!
Fue una estupidez, tras una clase de canto, Maria le preguntó a Tsubasa si se molestaría si le tomara un poco de agua, una sutil manera de pedir que le convidara –ya que se había terminado la suya–, se sorprendió un poco cuando le respondió con un franco sí, pero Tsubasa no se quedó con eso y le explicó la razón, procediendo a invitarle una botella de la máquina expendedora posterior a esto. También, cuando Maria quería compartirle una canción que estaba escuchando por audífonos, Tsubasa pedía permiso para usar los suyos propios las primeras veces, hasta que Maria captó el mensaje. Cuando ambas querían escuchar lo mismo, usaban la bocina hasta que Maria adquirió uno de estos adaptadores que te permitían conectar dos juegos de audífonos en un mismo dispositivo.
Tsubasa no era de ocultarte las cosas, de hecho era a veces quizá demasiado sincera, pero siempre y cuando le preguntaras.
— ¿Y a dónde piensan ir una vez terminemos la comida? Podrían juntarse con nosotros e ir a la exposición—Propuso John antes de beber por la pajilla de su bebida.
—Todavía no lo hemos discutido, aunque ya me estoy dando una idea—Dijo Chris observando a Tsubasa de manera burlona, quien suspiró, dejando el vaso de agua sobre la mesa.
—Yukine no es muy fan de las artes visuales, le aburren—Comentó Tsubasa como si nada—Así que posiblemente terminamos yendo donde los literarios o con gente de su carrera y sus maravillosas dinámicas.
Chris se rio por la manera en que Tsubasa entonó la última frase. Maria les miró perpleja.
Tsubasa realmente tenía ganas de ver una escultura de los de ultimo grado, ambas conocían al escultor de un semestre antes, y sin intención, ayudaron a la idea, ¿de verdad iba a renunciar a ello por complacer a su novia? ¿Era así de entregada? ¿Era así como realmente se mostraba amor?
—Es una lástima, pero supongo que podríamos volvernos a encontrar en algún momento.
—Planeamos ver las actuaciones estelares, tengo muchas ganas de ver y prepararme sobre lo que me espera el siguiente semestre. —Dijo Chris entusiasmada con la idea.
—Que coincidencia, nosotros igual, Maria me dijo que varias amigas suyas participarían, podríamos incluso sentarnos juntos, si a todas les parece—John le miró, esperando a que se negara. La pregunta era si de verdad podía hacerlo. Casi se sentía obligada a decir que sí, de la misma manera en que accedió a aquella comida. Afortunadamente, Tsubasa decidió intervenir antes de que pudiera responder.
—Lamento romper el ambiente tan amistoso—Dijo con su mano sobre la de Chris—Pero, realmente ya habíamos hecho el plan de compartir el día entero... a solas, y realmente preferiría apegarme a ese plan. Yukine y yo pocas veces tenemos oportunidad de compartir el tiempo así.
Si bien Tsubasa también le miró, era evidente que la indirecta no era para ella, sino para John. Pero siendo él tan bueno y comprensivo como era, decidió no insistir.
Gracias a Dios.
—Se entiende perfectamente y lo siento si me sobrepasé—Dijo él—De igual manera, por mi trabajo no puedo compartir con Maria tanto como me gustaría.
—Es bueno saberlo—María quería reír por como algo que debía sonar compasivo sonaba como todo lo contrario.
Estuvieron charlando unos cuantos minutos más, posteriores a cuando terminaron la comida y, como para evitar que se creara otra entrada, Tsubasa se apresuró a marcharse con Yukine.
Su heroína.
— ¿Vamos yendo entonces a la galería?
—Por supuesto.
El ambiente relajado que había habido durante las últimas horas se desvaneció en el aire. No es que estuviera tenso, pero Maria sentía que algo había cambiado, el doctor parecía pensativo mientras que ella se sentía extrañamente desnuda, lo cual era ridículo, porque John nunca le dirigió una de esas miradas lascivas típicas de todo hombre lujurioso; y ahora que él la acompañaba, muchos evitaban verla, al pensar que era su novio.
A decir verdad esto era algo que pasaba con bastante regularidad y ya estaban acostumbrados incluso, sin embargo, Maria no podía sentir que hubiese un momento más incorrecto que aquel para dejar a todos sacar sus propias conclusiones. De alguna manera, sentía que abusaba del chico.
Su mañana había empezado bien a decir verdad, se despertó con la fresca brisa que entró por su ventana a tan solo unos segundos de que sonara su alarma. Serena no se había despertado todavía, por lo que podría usar el baño primero y no habría una de sus típicas peleas diarias. En efecto, una vez salió de un relajante baño, Serena iba apenas despertando y abandonando su habitación. Como Maria predijo, Serena tendría una salida con sus amigas planeadas para ese día, pero ya ambas hermanas habían llegado a un acuerdo sobre eso, prometiendo que no se perderían por nada el siguiente festival, pues Maria ya les había anunciado su participación para el siguiente cuatrimestre.
John llegó un poco –bastante– antes de la hora acordada, así que desayunó con la familia. No es que fuera una molestia, él siempre era bienvenido, pero entre las pláticas científicas que se aventaron entre él y Madam, terminaron saliendo un poco más tarde de lo planeado, de nuevo, no es que le molestara.
Cayeron directamente con los literarios, sabiendo que a John preferiría irse por algo tranquilo para comenzar, y sobre todas las cosas, el joven era un fan de la literatura clásica. Algunos estaban abriendo mini clubes de lectura donde leían pequeños cuentos de culto o capítulos cortos de algún libro clásico, para después debatir sobre ellos. John estuvo bastante emocionado sobre eso y siendo sinceros, Maria también. Maria también gustaba mucho de la lectura y fue de esta forma que John conectó con ella una de las tantas veces que se frecuentaron, haciendo un comentario en referencia al libro que estaba leyendo mientras esperaba a Madam; cosa que se repitió hasta que el joven se sintió lo suficientemente valiente como para abordarla de manera personal. Maria no estaba cerrada a conocer gente nueva, especialmente si dicha gente podía hablarle en un idioma que entendiera.
Después de estar en algunos debates literarios, procedieron con diseño de modas y caracterización a petición suya, John no le vio problema y le dio por su lado. Durante el camino y la pequeña gala que organizaron los jóvenes diseñadores, Maria le estuvo explicando que clase cosas podría esperar este día a los exteriores. John pasaba algo bastante similar a lo que Chris le narró con temperaturas altas, quizá se debía a que ambos eran albinos; por lo que también le dijo que zonas les convendría evitar mientras el sol estaba en su apogeo e hicieron ambos un mapa mental de cómo visitarían las diversas atracciones para que tampoco estuviesen caminando más de lo necesario, consideración de John hacia Maria, que, como casi siempre, usaba tacones. Su parada a comer fue más que nada estratégica, no es que realmente tuviesen mucha hambre, pero era mejor comer un poco y atarantar al hambre, para que no les atacase en lo que quedaba del día, o que por lo menos la cena no se sintiese tan tortuosa. Fue solo un momento, que Maria decidió revisar unos mensajes de Serena en su celular, lo que permitió que Tsubasa y Chris se colaran en la vista del Doctor y que éste decidiera ser carismático como solo él podía.
—Lo siento.
La voz de John le sacó de su ensimismamiento, supuestamente observando una pintura, ahora que lo notaba, bastante extraña.
—No entiendo—Dale, quizá puedo haber respondido mejor, pero su cabeza estaba en otros lados muy lejanos.
—No sabía lo mucho que te incomodaría una comida en conjunto y no escuché cuando trataste de detenerme, supongo que aún me falta mucho en comprender tus mudas señales, ¿verdad?
Oh no, no la sonrisa triste por favor.
—No, no. No es tu culpa—Dijo rápidamente, poniendo su mano en el antebrazo del joven, quien rápidamente dirigió su mirada a dicho lugar, tratando de disimular su nerviosismo.
Maria era de ese tipo de personas que son demasiado físicas, especialmente con gente cercana a ella, no podía evitarlo, a pesar de que con John debería, pero no se le ocurría otra manera de tranquilizarlo. De hecho, Maria también forma parte de ese sector de la población que habla con las manos.
—Yo no te hablé en profundidad sobre nuestra situación y estamos tratando de aparentar que nada ha pasado, es solo normal que pasara esto.
—Sientes cosas por ella.
No era una pregunta.
—Sí.
Que bien se sentía decírselo a alguien que no fuera Serena.
—Te confesaste y ella te rechazó.
Negó con la cabeza, sintiendo un sollozo queriendo salir por su garganta.
—Ella no sabe lo que siento—Y era mejor que fuera de esa manera, su rechazo dolía menos siendo implícito—Yo la besé cuando me drogaron, ella me estuvo cuidando antes de que me recogieran esa noche y solo pasó.
—Yo jamás la vi—Dijo John confundido—Fueron otros dos amigos tuyos que me llevaron contigo, te cargué hacia mi auto, eso lo recuerdo bien. Estabas profundamente dormida eso sí.
—Según me dijeron entre Madam, Phara y Tsubasa después, surgió otra situación en la que pidieron ayudar, ya sabes que Tsubasa tiene entrenamiento militar gracias a su familia —John asintió. Maria sopesó un momento que tanto sería bueno decirle antes de seguir hablando— No recuerdo prácticamente nada de esa noche.
—Evidentemente. Tenías ruffies en tu sistema.
—Llegué el día lunes actuando normal, sin embargo, Tsubasa le comentó a Chris sobre lo sucedido y discutieron. Tsubasa trató de que no me enterara y me sintiera mal, pero me terminé enterando de todos modos.
Gracias a mi tremendo instinto de mujer paranoica.
—Chris no se veía molesta con tu presencia.
Y eso es lo peor del asunto y la hacía sentir más de la mierda, porque con poco que cediera a su egoísmo sabía que las cosas terminarían en desastre y no quería dañar a una chica que es tan buena.
—Chris no es de guardar rencores—Menos hacia la chica que ama, porque Tsubasa se encargó, justamente, de dirigir toda la culpa a su persona—Traté de evitar lo inevitable, ¿sabes?
John se vio dudoso, pero al final se acercó más a ella y tomó sus manos, mirándole directo a los ojos. Maria solo pudo centrarse en que tan azules eran y lo mucho que se parecían a los de Tsubasa, quizá si fueran un poco más oscuros… De cualquier manera, eso le ayudó a sentirse vulnerable y segura de una extraña manera, incluso la manera en la que estaba hablando en esos momentos le recordaba a ella, la manera tan suave en que entonaba las palabras.
Se quebró, y él la abrazó.
—Tsubasa siempre fue tan amable conmigo, lo sigue siendo, y yo no puedo traer más problemas a su relación, no puedo, sé que ella no siente lo mismo pero…
¡¿Por qué demonios Tsubasa la besó?! Por más que le daba y le daba vueltas no le hallaba sentido, se supone que Tsubasa no sentía lo mismo, se suponía que el amor a Chris era mayor al suyo, por algo Tsubasa eligió a Chris sobre Maria. Porque Maria no mentiría, durante aquella charla nocturna en el mirador, tenía una pequeña esperanza de ser escogida, porque si la Kazanari tuvo la osadía de elegir un lugar lleno de recuerdos debía ser por algo, o eso creyó.
¿Por qué Tsubasa seguía teniendo los mismos gestos detallistas? ¿Por qué le irritaba su cercanía con el doctor? ¿Por qué le miraba de esa manera suplicante?
—Eres demasiado buena para tu propio bien—Dijo John, acariciando sus cabellos, pues Maria ni siquiera pudo terminar lo que buscaba decir antes de ponerse a llorar—Sé que no puedo hacer más para apaciguar ese dolor aunque me gustaría, pero debes saber que no estás sola, siempre podrás contar conmigo.
Maria perdió la cuenta de las veces que se disculpó con el doctor, por cosas que debería ser Tsubasa quien las escuchara y por cosas que John aseguraba que no le importaban.
Tarde o temprano ella se quebraría, y aunque el momento no era el más ideal, se alegraba que fuera con alguien que no la dejara caer. Sentirlo de esa manera era como un pequeño bálsamo a una herida que no terminaba de cerrar.
Era tan afortunada de tener a un hombre como él con ella. Si tan solo pudiera enamorarse de él…
Deseaba enamorarse de él.
Ojalá pudiera enamorarse de él.
—A veces eres solo un poco, demasiado, perfecto.
—Lo sé.
Tardó un poco, pero tras un rato de John consolando a Maria, finalmente esta se recompuso, y tras éste asegurarle que aunque su maquillaje estuviera corrido, se veía hermosa, se tranquilizó un poco. Fue al baño y como pudo, terminó quitándose lo poco que le quedaba. John le animó, diciéndole que se veía más bella sin él, algo que era más del estilo de Tsubasa, pero lo dejó pasar, sabiendo que el solo buscaba animarle. El hombre incluso le ofreció llevarla a su casa si no se sentía bien, pero Maria se negó, manteniendo firme su postura sobre presenciar las presentaciones de sus amigas y que John disfrutara hasta el último segundo del festival, era solo demasiado conveniente que sus participaciones fuesen de las últimas. Sirve que John presenciaba el anuncio oficial sobre el compromiso de su grupo para el siguiente semestre.
— ¿Sabes? Aun si no soy un erudito, puedo apreciar que acá hay demasiado talento.
Maria por su comentario. Fuera de la literatura, John no era muy apasionado con el arte, el típico prototipo de un doctor.
—No es necesaria tanta adulación, ellas no pueden escucharte —Molestó.
—No es esa mi intención—Dijo él, pero si le preguntaran, Maria sería incapaz de recordar la expresión en su rostro, pues en ese momento observó como por el otro lado del pasillo ingresaba cierta parejilla de ensueño, y quizá es porque había tenido una crisis nerviosa no hace mucho, pero o pudo dejar de verlas, no pudo dejar de analizarlas.
De mera suerte John no las veía, estaban varios asientos al frente, pero en la esquina contraria a donde se encontraban ellos. Maria solo tenía que pretender que dirigía su mirada a John para verlas.
De vez en cuando, Chris parecía decir cosas a las que Tsubasa solo asentía brevemente, desviando su mirada casi al instante.
Qué curioso, nunca se había percatado de que Tsubasa actuara así.
Tardó quince minutos en darse cuenta de que la Kazanari estaba no muy discretamente, buscando algo.
Tardó otros veinte minutos en percatarse que Tsubasa no buscaba algo, buscaba a alguien, a Maria, y solo entonces, sus hombros dejaron de verse tan tensos.
Tsubasa comenzó a verse más centrada en la puesta en escena, pero las miradas furtivas en su dirección fueron cada vez más frecuentes, y es que Tsubasa estaba haciendo lo mismo que ella, ver a espaldas de su acompañante, su novia en este caso, hasta que de repente su ceño se frunció y le miró por más tiempo de lo debido.
No había manera posible en que Tsubasa pudiera ver sus ojos todavía llorosos, ¿verdad? Estaba demasiado lejos. Aunque por otro lado, y comparado a su vista, Tsubasa tenía una vista de halcón.
No, no, se concentraría en la puesta de escena y dejaría de ser tan masoquista para ver a Chris y a Tsubasa juntas.
Bueno, quizá solo una vez más…
Cuando volvió a girar, observó como Tsubasa tenía sus labios al oído de la albina, susurrando algo seguramente, causando que Chris riera de esa manera adorable que solo unas pocas personas podían y se puso de pie, comenzando a caminar a la salida, dirigiéndola una última mirada y un gesto casi imperceptible con la cabeza.
La pregunta acá es, ¿debería o no seguirla?
Observó nuevamente a John, totalmente ensimismado con la obra.
Un par de minutos, no afectaría, ¿verdad?
—John—Llamó, al instante él se giró a verla—Regreso en un momento, iré a la cafetería por unas botanas.
— ¿No quieres que te acompañe, o preferirías que fuera en tu lugar?
—No te preocupes, tu disfruta, yo ya he visto el ensayo de esto varias veces—Mentira—Sirve que tomo un poco de aire fresco y despejo un poco la cabeza.
—Como digas. Te espero.
—No tardaré.
Aunque bueno, si le dijo el lugar más alejado del auditorio, era por algo.
Woaaa, apenitas. Me interrumpieron un poco el mood mientras escribía lo último, pero no me arrepiento de nada (?)
¿Qué decir? Me gusta hacerlos sufrir, si pensaban que ya me había calmado pues no, en el siguiente capítulo les explotará la cabeza ewe
Sin embargo, no puedo irme sin antes agradecerles por el apoyo, que miren que si llego al extremo de hacerlos maldecir, eso quiere decir que hago un buen trabajo, y se siente bonito nwn
Un saludo especial a Kaede Kitajima y perdón por ser tan cruel (?)
