Capítulo XL: De una despedida y un encuentro
Entró a su habitación, estaba tan anonadada que no puso hechizo a la puerta, se sentó frente a la mesita que tenia y puso la caja sobre ella, cuando la abrió se sorprendió al ver que definitivamente no había alucinado, ahí lo tenia justo frente a ella. Con manos temblorosas lo sacó y lo observo con detenimiento, estaba totalmente destruido, donde debía estar la serpiente de Slytherin solo había un agujero ennegrecido, el guardapelo ya no existía más, eso significaba que estaban mas cerca de lograr su objetivo.
Cuando lo tomó se dio cuenta que en el fondo de la caja había una nota, tomó la hoja de pergamino y comenzó a leer la firme letra del profesor Snape:
Sé que será difícil poder confiar en mi palabra, pero ahora no es lo único que tienen, cuando me dijo lo del guardapelo y la nota que había supe casi de inmediato quién era el autor de esa nota, y por lo tanto se me hizo fácil encontrarlo, ahora está destruido. Por información de primera mano se que son 6 los que debemos encontrar y destruir, si mi memoria no falla ya hemos encontrado 4. El más difícil lo destruiré yo, no pueden saber cual es. Solo quiero que hable con el señor Potter y me permita hablar con él sin que quiera asesinarme. Espero su respuesta.
No sabía que hacer con tanta información, por una parte, estaba el guardapelo que estaba totalmente destruido, no había duda de eso, de repente una idea inquietante entró en su cabeza y comenzó a taladrar de a poco:
¿Y si no es real, si es una réplica?
Quiso disipar esa idea de su cabeza porque en verdad quería confiar en él, y de otra forma no podría convencer a Harry de que el también lo hiciera. Ahora el profesor Snape sabia cuántos Horrocruxes había, y si era verdad que eran solo 6 ya solo faltaba encontrar 1, porque al parecer él aun no se había dado cuenta de que habían encontrado la daga de Hufflepuff. Y si todo eso que decía esa nota era real, entonces el que faltaba lo iba a destruir él mismo y sus amigos y ella ya no se tendrían que preocupar por eso.
Lo pensó por un momento y supo que era demasiado bueno para ser verdad, pero no encontró una razón para que el profesor mintiera, no después de arriesgarse tanto para ponerlos a salvo a Draco y a ella.
No lo pensó mucho, tomo una pluma del cajón y en un pedazo de pergamino escribió:
Cuartel general OF, 23 septiembre 20:00 horas.
Era todo, él lo entendería, no tenía ni idea de como iba a convencer a Harry de que lo escuchara, pero lo haría. Estaba segura. Guardó el guardapelo y la nota en su bolsa de cuentas, solo faltaban unas horas para que fuera a Grimmauld Place y poder ver a sus amigos de nuevo.
Tenía que regresar y hablar con Malfoy, tenía que decirle que cuando amaneciera iría a ver a sus amigos y no solo eso, que probablemente se quedaría allá unos días, por lo menos hasta que hablaran con el profesor Snape y eso serian mínimo 3 días, aunque era obvio no iba darle toda esa información.
Tomó una gran bocanada de aire y abrió la puerta de su cuarto, comenzó a bajar uno a uno los escalones, cuando estuvo en el vestíbulo se dirigió primero a la cocina, estaba vacía, ya no estaba ahí. Abrió entonces la puerta de la biblioteca y lo encontró, tenia en sus manos el segundo libro muggle que ella le había prestado para leer.
-¿Ya te dio la gana decirme por qué saliste así de la cocina?
Nada, su voz no era molesta, tampoco arrogante, no tenia ninguna emoción y eso la desesperaba.
-No puedo decirte que me regaló el profesor Snape, pero hay algo que si debo decirte.
-Pues dilo…
No había despegado los ojos del libro, ella quería hablarle, ver su ojos cuando le dijera que iba a irse 3 días, aunque probablemente no iba a suponer mayor problema para él, ya que cuando desapareció toda la mañana ni siquiera se había dado cuenta.
-¿Podrías mirarme?
Giró su cabeza y ahora podía verlo, sus ojos ya no eran cálidos como lo habían sido horas antes, pero tampoco parecían tan fríos como de costumbre, así que no pudo descifrar como se sentía.
-Dilo de una vez Granger.
¿Por qué era Granger de nuevo?
-Mañana iré a visitar a Harry y a Ron, puede que me quede donde están ellos por unos días.
-Conque esos dos idiotas ya llegaron.
-No, aun no lo hacen, llegan el día de mañana, y ya te he pedido que no los llames así.
-¿Me estás diciendo que te iras corriendo a verlos y me dejaras aquí?
-Debo ir a verlos, son cosas realmente importantes y no puedo dejar pasar más tiempo.
-Entonces ¿te pondrás en peligro de nuevo solo para ir a ver al cabeza de alcancía y al pedazo de zanahoria?
No sabía de donde sacaba esos apodos tan graciosos, casi sonreía, pero no lo hizo, eran sus amigos y podía ver que Malfoy realmente estaba furioso ahora mismo.
-No me pondré en peligro, me desaparece en Hogsmeade y apareceré justo en la puerta de donde ellos estarán, están en un lugar igual a este, solo los que sabemos donde está lo podemos encontrar y ha sido así durante mas de una década, así que no, no me pondré en peligro Malfoy.
-¿Por qué vienes a decirme si de todas formas harás lo que quieras?
-Porque supuse que debías saberlo, luego de… de lo que ha pasado pensé que querrías saberlo.
-Mira Granger toma lo que pasó como una extensión del regalo por tu cumpleaños, ve con ellos y quédate ahí 1 año completo si quieres, mientras haya comida y algo para leer estaré bien aquí.
Dicho eso había vuelto su mirada al libro, y parecía que con eso había dado por terminada esa conversación. No sabia como sentirse al respecto.
Una extensión de regalo de cumpleaños.
¿En verdad eso había sido?
Había hecho el amor con ella solo porque ella se lo había pedido, en verdad era una estúpida por pensar que había sido algo más ¡Por Merlín! El seguía siendo Draco Malfoy y ella jamás dejaría de ser Hermione Granger.
No dijo más nada, solo se dio media vuelta y se dirigió a su cuarto, debía preparar todo para el día de mañana.
Se había largado hacía más de media hora y no podía ir a ver que pasaba porque no podía entrar a su cuarto sin que ella se lo permitiera. Ya había leído 4 capítulos del libro y ni siquiera sabia que canijos estaba leyendo, volvió a regresar las hojas para leer todo de nuevo, justo cuanto había comenzado a leer ella había entrado por la puerta de la biblioteca.
-¿Ya te dio la gana decirme por qué saliste así de la cocina?
No quería mirarla, desde que había salido de la cocina había sentido una roca que comenzaba a caer en su estómago, el era bueno con la Legeremancia pero no tenia una maldita varita, pero algo dentro de el le susurraba que ella se iría.
-No puedo decirte que me regaló el profesor Snape, pero hay algo que si debo decirte.
Ni siquiera le importaba ya saber que le había dado, solo quería que le dijera de una maldita vez que iba a dejarlo ahí solo, que después de lo que había pasado hacia unas horas se iba a ir.
-Pues dilo…
-¿Podrías mirarme?
¿Por qué quería que la mirara?
Quería ver como su semblante cambiaba muy probablemente, pero eso no iba a pasar, aunque ella lo hubiera hecho vulnerable a demasiadas cosas el podía no mostrar emoción alguna y se lo iba a demostrar.
Giró su cabeza y podía verla, algo en ella había cambiado en solo media maldita hora, y no sabia que era y tampoco estaba seguro de querer saber.
-Dilo de una vez Granger.
Esperaba que con eso se diera cuenta que en verdad estaba disgustado con ella, pero no se lo iba a decir abiertamente.
-Mañana iré a visitar a Harry y a Ron, puede que me quede donde están ellos por unos días.
Lo sabía, nunca fallaba, ella se iría y lo dejaría ahí botado.
"Unos días".
¿Qué quería decir con eso? Se iba a ir y si era con esos dos imbéciles lo mas seguro era que no regresaría, jamás dejaría a sus amigos por estar con alguien más, y mucho menos si era él.
-Conque esos dos idiotas ya llegaron.
-No, aun no lo hacen, llegan el día de mañana, y ya te he pedido que no los llames así.
-¿Me estás diciendo que te iras corriendo a verlos y me dejaras aquí?
-Debo ir a verlos, son cosas realmente importantes y no puedo dejar pasar más tiempo.
Lo sabia todo lo que le importaba era Hogwarts y lo que tuviera que ver con sus amigos, en sus prioridades no estaba ni estaría nunca él. Aun después de haber hecho el amor de la forma en que lo habían hecho.
-Entonces ¿te pondrás en peligro de nuevo solo para ir a ver al cabeza de alcancía y al pedazo de zanahoria?
No sabía si había sido su imaginación pero había percibido una ligera mueca en ella, como divertida, pero no dejó que eso lo ablandara.
-No me pondré en peligro, me desaparece en Hogsmeade y apareceré justo en la puerta de donde ellos estarán, están en un lugar igual a este, solo los que sabemos dónde está lo podemos encontrar y ha sido así durante más de una década, así que no, no me pondré en peligro Malfoy.
-¿Por qué vienes a decirme si de todas formas harás lo que quieras?
-Porque supuse que debías saberlo, luego de… de lo que ha pasado pensé que querrías saberlo.
-Mira Granger toma lo que pasó como una extensión del regalo por tu cumpleaños, ve con ellos y quédate ahí 1 año completo si quieres, mientras haya comida y algo para leer estaré bien aquí.
Si para ella no era importante lo que había pasado, porque literalmente iba a dejarlo en menos de un día después de eso, a él no iba a importarle tampoco, tenia que cuidar un poco su ego y su orgullo.
Ya no dijo nada y ella tampoco respondió, le dio una ultima mirada porque solo Merlín sabia cuando volvería a verla y siguió leyendo el libro, solo supo que ella había salido cuando escucho la puerta de la biblioteca cerrarse.
Había llegado a su cuarto y las malditas lagrimas no la dejaban ver claro, supo que no podía hacer nada hasta que se calmara, pudo ver en su reloj que eran las 11:30 de la noche, tenia tiempo suficiente para calmarse y después guardar todo, no podía dejar pasar nada.
No quería irse, no quería dejarlo ahí, pero en realidad era importante que ella fuera a donde estaban ellos, y sería mucho más fácil quedarse ahí en lugar de estar apareciendo y desapareciendo cada día.
Se recostó un momento en su cama y dejo que las lagrimas que denotaban tristeza, coraje y muchas otras emociones que ni siquiera conocía salieran de ella.
Tuvo que esperar casi media hora para estar completamente serena, se levantó y comenzó a meter cosas a su bolsa de cuentas, unos cuantos cambios de ropa, varios frascos con diferentes pociones, sus medicamentos y unas cuantas cosas más. Cuando supo que estaba todo lo que necesitaba se puso su pijama y se acostó a dormir, la mañana siguiente se iría lo más temprano que pudiera para no tener que verlo de nuevo.
Se había dormido pasadas las 4 de la mañana, se había peleado consigo mismo por ir a buscarla y decirle que lo que había dicho no era real, que era la primera vez que había sentido que en verdad había hecho el amor con alguien y no era solo sexo, aunque antes le parecían patéticos los que decían eso ahora no, ahora lo entendía, desde que ella había llegado a confundir su cabeza ya nada era como había pensado que era siempre.
Se había levantado de su cama en mas de 3 ocasiones dispuesto a buscarla, pero cada una de ellas había regresado y se había quedado ahí mirando el techo pensando en que haría si ella ya no volvía.
Ya había amanecido y en su reloj pudo ver que eran las 10 de la mañana, no la había escuchado desde que despertó hacia casi media hora, supuso que ya se había marchado, otra vez tenía en su estómago esa sensación de cuando había ido al mundo Muggle a comprar esas cosas extrañas, aquella vez temía que no regresara porque la atraparan los mortífagos y ahora eran sus amigos, para sus adentros lo había pensado, si ellos le pedían que se quedara ella lo haría sin pensarlo.
Por eso no se había levantado, no quería ver que estaba solo en casa y que había desaprovechado la que probablemente seria la ultima oportunidad para estar con ella, porque el era un Malfoy y su orgullo era lo último que conservaba porque, aunque él era un Malfoy no le hubiera importado perderlo por pasar una sola noche con ella…
Ya estaba amaneciendo cuando los dos estaban parados en el ultimo escalón para entrar en el número 12 de Grimmauld Place, Harry era guardián ahora que el profesor Dumbledore había muerto, así que tomó el pomo de la puerta y lo giró, de inmediato el olor a humedad, a soledad y sobre todo a recuerdos llegó a su nariz, ahí había pasado Sirius demasiados días solo.
Ambos entraron al mismo tiempo y dejaron su maleta en la entrada, ambos llevaban solo una maleta de pequeño tamaño, comenzaron a recorrer la casa y vieron que en verdad estaba hecha un desastre.
Hermione les había dicho que llegaría a las 9 de la mañana, entonces les quedaba un poco menos 3 horas para dejar todo medianamente decente. Así que ambos pusieron manos a la obra:
-¿Crees que Hermione se quiera quedar aquí con nosotros?
-No creo Ron, ella esta en Hogwarts haciendo algo importante, lo que es realmente positivo es que estando aquí podremos verla mas a menudo.
Ambos sonrieron, en verdad la habían extrañado mucho. Cuando llegaban a un sitio nuevo siempre había algo que les hubiera gustado que ella viera, pero no había sido posible.
Limpiaron primero la cocina y luego la sala de estar, había un cuarto de baño en cada piso, solo limpiaron los de los primeros dos y arreglaron 3 habitaciones por si ella quería quedarse un par de días.
-Deberías avisarle a la señora Weasley que ya hemos llegado.
-Cierto, si se entera que llegamos y no le avisamos nos matará.
Ambos se encaminaron a la chimenea para comunicarse con ella en la red Flu, la vieron de pronto en la cocina. Estaba fregando unos trastos:
-Mamá, mamá.
Había girado buscando la voz, inmediatamente se acercó a la chimenea y pudo verlos.
-Gracias a Merlín están bien, o Harry tienes unas ojeras enormes y tu Ron estás demasiado delgado.
Ambos rieron, para la señora Weasley siempre estaban ojerosos y demasiado delgados.
-¿En donde están?
-Ya hemos llegado señora Weasley, estamos en Grimmauld Place.
-¿Y están bien? ¿No se han roto nada? Díganme la verdad los dos.
-No mamá, no nos hemos roto nada, estamos bien. Solo queríamos avisarte que ya estamos aquí y que ambos estamos bien.
La señora Weasley les sonrío y fue ahí cuando los dos se sintieron en casa de nuevo.
-Por la tarde iré a llevarles algunas cosas porque parece que los mataron de hambre estos meses.
-Está bien mamá, puedes hacer unos emparedados de trufa por favor.
-Claro que si ¿tu quieres algo en especial Harry?
-No señora Weasley, gracias, lo que traiga estará bien para mí.
-Bien, entonces los veo por la tarde, que bueno que hayan llegado bien.
Los tres se despidieron y sacaron su cabeza de la chimenea, justo en ese momento escucharon como tocaban la puerta y ambos se abalanzaron hacia la salida para abrir.
Harry miro por la mirilla y no vio nada.
-¿Quién es?
-Harry soy yo.
-¡Hermione!
Gritaron ambos al unísono y Harry abrió la puerta.
Cuando abrieron la puerta Hermione se quito la capa que la cubría y por fin pudieron verla, dio unos pasos para poder entrar y cerraron la puerta, los tres se abrazaron como hacía mucho tiempo no lo hacían, y ahí cuando los tres estaban juntos parecía que nada estaba mal, parecía haber esperanza en terminar con todo eso y sobre todo había esperanza de volver a ser libres de nuevo, de no tener que esconderse debajo de una capa o tomar poción multijugos para estar seguros.
Eran justo las 9 cuando llego al la puerta de Grimmauld Place, había optado por esconderse debajo de la capa de invisibilidad, no quería ponerse en riesgo de forma innecesaria, aun sentía la desazón en su estomago por no despedirse de Malfoy, había estado a punto de bajar las escaleras, entrar a su cuarto y abalanzarse sobre él para poder besarlo una sola vez antes de irse, ella estaba segura que volvería pero después de lo que él le había dicho no pensaba humillarse al ir a buscarlo. Todos esos pensamientos se fueron cuando le abrieron la puerta y pudo verlos por fin en persona, entró a la casa y los tres se abrazaron por lo que parecieron horas, cuando ya tenia los ojos llenos de lagrimas se separaron.
-Están bien, no saben lo preocupada que estaba cuando se fueron, no saben lo difícil que fue hacerme a la idea de que iban a estar tan lejos y solos ustedes dos.
-Lo se Hermione, también para nosotros fue difícil confiar en que podríamos hacer las cosas nosotros dos, pero siempre nos sentíamos tranquilos al saberte segura en Hogwarts.
Sintió un nudo en el estómago, no quería seguir mintiendo, les diría la verdad en cuanto pudiera.
-Pero vamos a la cocina por algo de desayunar y ahí platicamos todo.
Los tres se dirigieron a la cocina y entre los 3 prepararon un desayuno sencillo pero sustancioso. A ella eso la puso aun mas angustiada, porque le recordó las veces que había preparado el desayuno con Malfoy.
Los tres desayunaron tranquilamente y le contaban todo lo que habían hecho en su viaje.
-Te hemos traído unos regalos de cumpleaños.
Los dos estaban sonriendo y ella no tuvo de otra que sonreír también.
-Pero chicos les dije que no necesitaba nada, con que ustedes estén aquí, sanos es suficiente para mí.
-Bueno pero unos regalos nunca caen mal ¿o si?
-No Ron claro que no.
Harry sacó un paquete largo y delgado, ella lo abrió y sus ojos se abrieron de sorpresa.
-¿Es papiro?
-Así es, y no es cualquier papiro, este es papiro puro y tiene cientos de años de antigüedad.
-¡Muchas gracias Harry es maravilloso!
Se levantó de su silla y lo abrazó de nuevo.
-Yo te traje esto…
Ron sacó una pluma de su bolsa y se la tendió, era larga y de color blanco.
-Es de un buitre egipcio, allá son blancos y según los locales es de buena suerte, yo pedí que te la adaptaran para que puedas escribir con ella.
-Muchas gracias Ron, en verdad es fantástica.
A él también lo abrazo nuevamente.
-Vamos muéstrenme lo que encontraron.
Emocionados y con un claro brillo de orgullo en sus ojos Harry sacó la dama con el zafiro en lugar de corona y Ron la daga con la gran piedra preciosa amarilla.
-¿Cómo los destruiremos Hermione?
-Es de verdad una lastima que tengamos que destruir estos artículos que son realmente hermosos, pero mi plan es ir a la cámara de los secretos y conseguir los colmillos del basilisco, solo que no lo he hecho porque no tengo idea de como abrir la bóveda, dijiste que se tiene que hablar en pársel y yo no sé como hacerlo.
-Wow Hermione esa es una idea grandiosa, no es tan difícil yo puedo enseñarte como, quisiera ir yo mismo, pero no creo que eso sea seguro, además tu estando en Hogwarts tendrás mas oportunidad de conseguirlos.
No respondió a eso, no quería seguir mintiendo, aunque callar y no decirle la verdad era para ella una mentira también.
-¿Cuántos hemos destruido ya?
La voz de Ron sonó alegre como si por fin pudieran ponerle fin a todo este asunto.
-Pues solo el anillo y el diario y no sabemos cuantos nos falta por encontrar aún.
-Harry hay algo de lo que tenemos que hablar, yo sé cuantos queda por encontrar y también tengo esto…
Sacó de su bolsa de cuentas el guardapelo y lo dejó sobre la mesa.
-Pero… ¿Qué… ¿Cómo lo has conseguido?
Los ojos de Ron se abrieron como dos platos y tomó el guardapelo.
-¿Y como hiciste para destruirlo?
-Es eso de lo que debemos hablar, yo no lo encontré y tampoco lo destruí, alguien lo encontró y destruyó por nosotros y no les va a gustar para nada saber quien fue.
-¡Dinos de una vez Hermione!
-Lo ha encontrado y destruido el profesor Snape.
Nada, no hubo gritos de rabia, no hubo comentarios, solo vio como en la cara de ambos se instauraba un gesto de incredulidad y algo mas que no supo que era… solo 5 segundos mas tarde ambos estaban gritando.
