Capítulo XLI: De una discusión y una manta negra.

-¡Deja de decir tonterías Hermione!

-Sabía que iban a reaccionar así, tengo pruebas para demostrar que es verdad.

-Esto no demuestra nada Hermione. El mató a Dumbledore, yo mismo lo vi, no puedes decir que eso no es verdad ¿o si?

-No, evidentemente no voy a negar algo que está bastante claro Harry, pero las cosas no pasaron como tu las estas imaginando.

-¡Ese es el maldito punto Hermione! No tuve que imaginarme nada, yo lo vi.

-No Harry no confundas las cosas, y si sigues así de alterado no voy a poder decirte nada. Si, yo sé que esa noche viste morir al profesor Dumbledore a manos del Profesor Snape, pero él no quería hacerlo.

-¿Por qué dices eso?

Aunque el tono de Harry ya se había calmado un poco aún seguía demasiado alterado.

-Yo vi los recuerdos del profesor Snape…

-Hermione ¿Cuántas veces nos dijo Harry que esos se pueden cambiar? Se lo dijo el profesor Dumbledore.

-Esto se resume a lo siguiente: ¿confiaban en el Profesor Dumbledore?

Ambos contestaron que si de forma inmediata.

-El profesor Dumbledore siempre confió en el Profesor Snape. Hasta el último momento así fue y a mí me consta.

-¿Por qué? ¿Porque lo viste en unos recuerdos que muy probablemente el mismo modificó?

Ron no sabía que decir ni que pensar al respecto, si bien Harry les había contando innumerables veces como el Profesor Snape había matado a sangre fría al Profesor Dumbledore había algo que no cuadraba, si era verdad que pertenecía a la Orden del Fénix, nadie se había arriesgado más que él al ser espía doble.

En ese momento vino a su cabeza el recuerdo de cuando afuera del Sauce Boxeador el Profesor Snape los había puesto a salvo cuando el profesor Lupin se había transformado en hombre lobo, los había puesto a salvo a los 3. De no haberlos protegido probablemente alguno de ellos hubiera terminado mal herido o muerto.

En el donde de su cabeza hacía eco un pensamiento de que en verdad el Profesor Snape no había sido tan culpable como Harry pensaba pero nunca se lo había dicho porque ni el mismo estaba seguro de cómo se sentía al respecto con ese tema.

-Esta bien, si no confiabas del todo en el Profesor Dumbledore, ¿Qué dices de la profesora McGonagall?

-¿Qué tiene que ver la profesora McGonagall en esto?

-Ella también vio los recuerdos del profesor Snape y también pensó que eran reales.

Muchas ideas estaban dando vueltas en la cabeza de Ron pero no podía concretar ninguna pero sentía la necesidad de hablar, no podía dejar que Harry siguiera con esa idea si en verdad estaba equivocado.

-¿La profesora McGonagall le cree?

-No solo eso Ron sino que lo apoya, hay muchas cosas que ustedes no saben, pero no sé si puedo decirles.

-¿Tiene que ver con lo rara que estabas en los días del funeral del Profesor Dumbledore?

Algo en el interior de Hermione cayó de golpe, sentía la culpa en sus adentros, sabía que debía contarles, pero no quería hablarles de Draco.

-Si Ron, tiene todo que ver con eso.

-¿Y esta vez si nos vas a contar? ¿Sin mentiras?

-¿Me escucharan hasta el final? ¿Y no harán comentarios molestos mientras les cuento?

-Yo no puedo prometer nada.

-Harry si no abres tu mente a escuchar otro lado de la historia no vamos a llegar a ningún lado.

-Yo lo prometo Hermione, yo si tengo demasiada curiosidad en saber ¿Qué era mas importante que ayudarnos a organizar el funeral del profesor Dumbledore?

Muy bien ahí estaba la tregua pasivo-agresiva que le había hecho Ron, pero eso le servía.

Salvar la vida de alguien era importante ¿no?

Aunque ese alguien fuera Severus Snape…

Tomando la respuesta de ambos como un trato tomó un instante para acomodar las ideas en su cabeza y así poder contarles lo mejor posible, tomó una gran bocanada de aire y comenzó a narrar lo que había pasado.

-Ese día cuando todo comenzó estaba caminando sin rumbo en realidad, pasaba cerca del Sauce Boxeador cuando de repente en el piso vi un rastro de sangre seca…

Así continúo contando una historia a medias, conto absolutamente todo, menos que también había ayudado a Draco Malfoy, contó como le había salvado la vida al profesor Snape y como le había prestado la capa de invisibilidad, como se había quedado a cuidarlo y como después él mismo la había hecho pasar por muerta. Les contó todo menos que Voldemort le había ordenado a Draco matarla y que él no lo había podido hacer.

Les contó todo menos que estaba perdida e inevitablemente enamorada de su enemigo en común por mas de 6 años.

Les contó todo menos que ella estaba ahorita con ellos, pero que su mente estaba dividida entre ellos y unos ojos color iceberg a muchos kilómetros de ahí.


Cuando su estómago ya no permitió que siguiera tirado en la cama tuvo que salir. Salió al vestíbulo y era obvio que ella ya no estaba. Toda la casa olía a su perfume.

Abrió la puerta de la cocina con la esperanza de encontrarla ahí pero no, no estaba, en la mesa había un desayuno completo y solo para él, y en el fregadero estaba su plato y un vaso, era obvio que ella ya había desayunado y se había marchado.

"Tómalo como una extensión de tu regalo de cumpleaños".

¿Por qué demonios le había dicho eso?

Era obvio que para nada había sido eso pero en su cabeza eso era lo mejor que podía hacer para no sentirse humillado porque lo iba a dejar botado a las pocas horas de haber estado en esa forma con él.

Ni siquiera se despidió.

Si bien le había dicho que solo eran 3 días, en su cabeza eso no podía ser real, rara vez se despegaba de sus estúpidos amigos y no iba a hacerlo ahora que no los había visto durante meses.

Se sentó en la silla y comió solamente un plato de cereal con leche y una manzana verde. En un vaso sirvió jugo de betabel, pero ni siquiera lo tomó.

No sabia que demonios iba a hacer en esa casa él solo todo el maldito día, subió a la planta alta con la esperanza de verla en la biblioteca o en el aula de pociones pero no estaba, su cuarto permanecía cerrado y él no podía entrar ahí.

Optó por no engañarse más y regresó a su cuarto, revisó las pociones que estaban en espera e hizo los cambios de unas cuantas, comenzó a hacer otras y cuando terminó de hacer eso solo habían pasado 3 malditas horas.

Se sentó mirando hacia la nada recorriendo con su mirada cada estante, cada frasco de poción, cada caldero, de repente se quedó mirando en un punto en especial, no lo había notado antes, justo en medio de dos estantes había un borde ligeramente ornamentado que no aparecía en ningún otro sitio de la habitación, se levantó y se dirigió ahí, en efecto parecía una rara puerta, pero no tenia cerradura y no tenia idea de como abrirla.

Recorrió con sus largo dedos el contorno y no había ninguna cerradura, solo cuando bajó un poco la mirada pudo distinguir un pequeño circulo del tamaño de un Knut, se acercó un poco mas y sus ojos se iluminaron de inmediato, corrió hasta su habitación y de encima del buró tomó el anillo con forma de serpiente que le había dado Snape en su cumpleaños número 15.

Lo puso en su dedo y después lo colocó justo en donde estaba la marca, giró solo un poco y de inmediato se abrió.

Evidentemente esa puerta estaba ahí para que solo él pudiera abrirla o al menos el que tuviera el anillo. Entró y encontró un cuarto pequeño, solo iluminado por unas velas que al parecer se encendían al entrar ahí. No podía medir mas de 4 metros cuadrados, no había nada, ni una mesa ni una silla solo algo de gran tamaño, prácticamente abarcaba desde el piso hasta el techo cubierto por una manta negra.

Se acercó y la jaló de un solo movimiento, cuando la manta cayó con un golpe sordo en el piso pudo ver un espejo enorme con una leyenda sobre él:

"Oesed le nozaroc ut ed onis arac ut se on otse".

Lo leyó una y otra vez y no entendió el significado, no eran runas ni ningún idioma que el hubiera visto. Se retiró un poco para poderse ver reflejado en el espejo pero cuando observó quien le regresaba la vista un escalofrío recorrió su cuerpo de arriba a abajo.

Él estaba en el espejo, pero no estaba solo, primero vio a su madre sonriéndole y tendiéndole los brazos, para abrazarlo, no podía escucharla, pero podía leer en sus labios que le decía que le quería.

De inmediato volteó hacia atrás por instinto pero era obvio que no iba a encontrar a nadie. No entendía que pasaba, sabia que su madre no estaba ahí y ella nunca le había dicho que lo quería, al menos él no lo recordaba, se llevó las manos a la cara para intentar borrar esa imagen, pero después fue peor.

Se vio reflejado y de nuevo no estaba solo, pero esta vez era Hermione quien le regresaba la mirada, sonreía solo para el y lo abrazaba y besaba de forma dulce y ahí parecía que no se había ido que aún estaba con él.

No pudo con eso, no pudo ver en ese espejo lo que el deseaba desde que había aceptado que la quería, no pudo ver como en ese reflejo ella estaba con el y ahora no sabia si eso iba a ser posible, no solo porque ella no estaba ahora mismo con el, en la casa, sino porque estaba casi seguro que al regresar sus amigos ella no iba a poder decirles que estaba con él.

Volvió a tapar ese espejo y salió inmediatamente de ese lugar.


Ninguno de los dos intervino cuando les estaba contando como había salvado al Profesor Snape, ni siquiera Harry cuando le dijo que le había prestado la capa de invisibilidad de su padre. Cuando llegó a la parte del plan para hacerla pasar por muerta ambos contuvieron el aliento por unos segundos, ella les reveló que eso era porque había ordenes para que el mismo Profesor Snape la matara, que al final de cuentas no era una mentira, Voldemort le había inculcado a él la misión después de que Draco la rechazara. Solo cuando ella terminó de contarles fue que Harry hizo la primer pregunta:

-¿Y solo por eso le crees? ¿Por qué no te mató?

-¿Qué no has escuchado nada de lo que he dicho? El puso en riesgo su propia vida, si alguien descubre que yo no estoy muerta definitivamente lo matara, tu no viste la herida que le dejó a causa de la maldición, no lo viste casi morir desangrado en ese horrible y sucio cuarto en La Casa de los Gritos.

-¡Hermione él mató al Profesor Dumbledore!

-¡Lo sé y no te estoy discutiendo eso! Sé que lo mató, se que lo viste, se que lo sufriste, se que no lo vas a superar que jamás lo haremos. Pero te estoy diciendo que no lo hizo porque quería. El profesor Dumbledore así se lo pidió, no sé los planes que él tenía, no se que pensaba o por qué debía ser el Profesor Snape quien debía matarlo y quizás nunca lo sabremos, pero así era, el Profesor Dumbledore planeó todo para que todo ocurriera tal y como ocurrió. Con las palabras que dijo que Profesor Snape "En realidad todo lo planeó él y no Voldemort".

-¿Y por qué yo no puedo ver esos malditos recuerdos?

-Harry, eso hasta yo lo sé, no creo que Hermione traiga el pensadero en esa bolsa de cuentas sin fondo. Y aunque lo tuviera no creo que sea justo que tu veas algo que él no ha permitido que veas.

¿Cuándo Ron había madurado tanto?

Los ojos de Hermione se llenaron de orgullo, de emoción, de cariño, demasiadas emociones juntas.

-Así es Ron no creo que se para nada justo que te los muestre sin que el profesor Snape lo permita. Pero hay algo más que deben saber…

-¿Qué? ¿También ayudaste a Bellatrix? o ¿tienes escondido al mismo Voldemort?

-Sino cambias esa actitud no voy a decirte nada más, me estás tratando como si fuera una traidora, te conozco Harry, ni siquiera tu hubieras dejado morir al Profesor Snape si lo hubieras encontrado como lo encontré yo. Y no te atrevas a mentir y decir que lo hubieras hecho, porque no dejaste que Sirius matara a Colagusano cuando te diste cuenta que fue por su culpa que tus padres murieron.

No supo por que lo dijo, pero era la verdad, en verdad lo pensaba, solo que no quería decírselo de esa manera.

-No sabemos que hubiera pasado porque no estuve en esa circunstancia.

-¿Cómo te sentiste luego de arrojar aquel Sectumsempra a Draco?

-¿Por qué lo llamas Draco?

-Perdón quise decir Malfoy, estoy un poco alterada Ron. ¿Cómo te sentiste Harry? Quisiste ayudarlo, pero no sabias como, pero estoy segura y tu lo sabes que si hubieras sabido como hacerlo, tú mismo lo hubieras sanado y no hubieras esperado a que llegara el Profesor Snape.

No quería aceptarlo, no quería demostrar que había entrado la duda en su cabeza, pero ella tenía razón en todo lo que había dicho, estaba seguro que tampoco lo hubiera dejado morir, pero ahora estaba demasiado enojado y la imagen del profesor Dumbledore perdiendo la vida en sus ojos no se borraba de su mente.

-No te diré que le creo, no puedo hacer eso, pero puedo al igual que tu darle el beneficio de la duda, creo que Ron ya lo ha hecho.

-Yo no te había querido decir nada Harry, sé que tu estabas mas apegado al profesor Dumbledore que el resto de nosotros, pero había cosas que no cuadraban.

-Dinos lo que nos tienes que decir ya Hermione.

-Antes deben saber que el Profesor Snape está al tanto de los Horrocruxes, de todos no solo de este.

Señalo el guardapelo que durante todo ese rato había estado en el mismo sitio sobre la mesa.

-¿Qué quieres decir Hermione? ¿El profesor Dumbledore le contó?

-Si Ron, y no solo eso, el Profesor Snape tiene también la parte de Voldemort.

Los ojos de Harry se abrieron el doble de lo normal y las manos de Ron comenzaron a sudar. Hermione pudo ver como los dos estaban callados y esperando que ella prosiguiera con lo que estaba diciendo.

-El profesor Dumbledore le habló de los Horrocruxes, del plan que creía tenia Voldemort para ser inmortal, de los dos que ya habían sido destruidos y del tercero que iba a ir a buscar a aquella cueva contigo Harry. Pero el Profesor Snape averiguó con Voldemort cuantos Horrocruxes son.

-¿Qué? ¿Él sabe cuáles son y no nos dijo nada?

-De todas las cosas que te pedía el Profesor Dumbledore ¿Cuántas te explicaba realmente?

Definitivamente no tenía como refutar eso. Siempre había tenido esa duda y no se las había dicho, pero siempre que el Profesor Dumbledore le pedía realizar una misión, nunca le daba la información completa.

-Pero ya dinos Hermione ¿Cuántos Horrocruxes son?

-Son 6. Y hasta ahora se han destruido 3 y ustedes consiguieron dos. Lo que quiere decir que solo que da 1.

-¿Y dices que el profesor Snape sabe cual es?

-Y no solo eso Ron, el se comprometió a destruirlo, dice que es el más difícil y que él lo hará.

-¿Y te dijo cual era?

-No, y para ser franca tampoco pregunté. Si el profesor Dumbledore confiaba en él ciegamente yo también lo haré.

-Pues ya viste donde terminó el profesor Dumbledore por creerle.

-Dijiste que le ibas a dar el beneficio de la duda ¿no es así?

-¡No puedo hacerlo y olvidar todo tan fácil como lo hiciste tú!

-¡Que entiendas que no quiero que lo olvides! Solo escúchalo.

-¿Qué lo escuche?

-Si, el quiere hablar contigo.

-No lo haré.

-Lo harás, porque yo ya le dije que lo harías, si después de hablar con él no le crees entonces acabamos con este asunto.

En verdad ella estaba realmente molesta, y ni siquiera sabía si era con Harry o con ella misma, en verdad quería verlos, pero odiaba estar en esa situación, ahora era intermediaria entre sus mejores amigos y el que pensaban era un traidor y un asesino.

Se habían quedado callados por un minuto, Harry fue el que rompió el silencio:

-¿Cuando se supone que hablare con él?

-En tres días a las 8 de la noche.

-No, quiero que sea hoy mismo. Dile que venga hoy.

-Harry no sé si él pueda.

-Yo ya cedí a hablar con él, ahora dile que si en verdad le importa hablar conmigo venga hoy, la hora no importa, pero que sea hoy.

-Lo intentaré.

Los tres habían guardado silencio por un instante cuando de pronto todos se sobresaltaron porque comenzaron a tocar la puerta.

Los tres corrieron hacia la puerta, Ron se asomo por la mirilla y vio a la profesora McGonagall.

-¿Pero por que no entra?

-Cuando murió el Profesor Dumbledore Harry quedó como guardián, y ahora no puede entrar nadie al menos que él habrá la puerta.

Harry estaba a punto de abrir cuando Hermione lo detuvo.

-Primero debemos asegurarnos que sea ella. Por lo tanto, no puedo yo hacerle la pregunta, ya que todo mundo piensa que estoy muerta.

-¿Y qué preguntamos?

-¿Cómo sabemos que es usted Profesora?

Fue lo primero que se le ocurrió a Ron.

-Hay dos sitios igual a este.

Hermione palideció un poco, no solo por la repuesta sino por el tono que la profesora había usado.

-¿Qué?

-Abre Harry es ella.

Harry abrió la puerta y dejó entrar a la profesora. Ella buscaba a alguien con la vista más allá de verlos a ellos.

-¿A quien busca profesora?

-¿Ha venido aquí sola?

-Si profesora, esta mañana tomé todas las precauciones y me oculté bajo la capa. ¿Ha pasado algo?

-Debemos hablar en otro lado. Solo nosotras dos.

Las caras de Ron y Harry tomaron una mueca de franco asombro. Pero no pudieron decir nada, ninguno de los dos pudo articular palabra, la presencia de la Profesora McGonagall aún les parecía bastante imponente.

La profesora se dirigió a la cocina y llevó a Hermione tras ella. Cuando supo que estaban solas insonorizó la puerta.

-El señor Malfoy no está en la falsa Casa de los gritos.

Fue todo, no escuchó nada mas de lo que la profesora le decía, cientos de imágenes vinieron a su cabeza y todas tenían que ver con el entregándose a los mortífagos o muerto sobre la alfombra de su propia casa.