Quince años en el pasado, Yintos siempre pasaba por un mal momento, la tierra se encontraba realmente en un mal estado, la gente vivía en malas condiciones y el actual rey era alguien realmente ambicioso y egoísta que se quedaba con toda la fortuna, por esa razón la gente vivía en una pobreza y los agricultores se llevaban todo el cultivo que realizaban.

Los niños, a pesar de la situación, jugaban y se la pasaban totalmente despreocupados de lo que sucedía alrededor de ellos, eso era como una luz de esperanza para los adultos, creyendo que el futuro sería mucho más brillante si ellos pueden traer el cambio.

- Por aquí, rápido. – Un joven de unos diez años de cabello verdoso estaba corriendo por el bosque, de ahí le seguía otro joven de cabello castaño, aunque le costaba seguirle el paso. – Es por este sitio, lo vi.

- Espera Nathan… por favor no vayas tan rápido… - Este se encontraba agotado y no sabía cómo es que su amigo podía tener tanta energía para seguir adelante.

- Vamos Kayzo, no debemos de perder el tiempo, si alguien más se nos adelanta, podríamos perder la única cosa capaz de sacarnos de esta miseria. – Señaló este, el joven Kayzo no sabía que pensar, ya sabía que su amigo Nathan lo acaba metiendo en problemas durante muchas ocasiones, ya sea que se aleja del pueblo y eso acaba por regañarlos, pero en esta ocasión tenía algo diferente según su expresión.

- La verdad que no entiendo que has hecho hasta ahora, pero si tú lo dices… - Sin decir nada más, continuó siguiéndolo para saber qué es lo que había descubierto. Unos quince minutos de caminata, finalmente Nathan señaló a su objetivo.

- Es en esa cueva, vamos Kayzo. – Fue el primero en adentrarse a pesar de las advertencias que lanzaba el castaño.

- Espera, es peligroso que vayas solo. – No pudo escucharle ya que estaba en lo profundo, el castaño solo pudo suspirar. – En lo que me acabo metiendo…

Entró en ese momento, la cueva estaba húmeda y oscura, además de que había un silencio sepulcral por lo que solo sus pasos podían oírse, eso le causó algo de miedo por si salía algún tipo de animal o bestia.

Preguntándose por donde podría haber ido Nathan, siguió adelante, por suerte la cueva era de un solo camino por lo que no había forma de perderse, caminaba aunque sea a ciegas cuando entonces lo sujetaron del brazo.

- ¿Qué?

- Shhhh… - Era Nathan quien le señaló que no hiciera ruido, ya con un gesto le señaló que se movieran, llegando a esconderse detrás de una roca grande. – Es mejor que no hables muy fuerte…

- ¿Por qué? – Sin decir nada más, señaló al frente y este no pudo evitar asombrarse ante lo que vio, una serpiente gigante estaba ahí durmiendo, su tamaño era realmente peligroso.

- Por eso… no debemos hacer demasiado ruido…

- Y yo le digo ¿Qué diablos hacemos aquí? – En eso el peliverde sonrió.

- Es que descubrí algo sumamente interesante al fondo, pero para poder llegar a él, debemos superar a esta criatura, así que vamos… - A pesar de las quejas, Nathan siguió adelante, Kayzo no tenía de otra más que ir tras él, los dos se encontraban pasando las rocas por detrás, siempre manteniendo un ojo para evitar despertar a la bestia, Nathan era quien iba más adelantado y hacía uso de su sigilo para evitar despertarlo, en cierto momento logró superarlo, yendo detrás Kayzo, que sintió alivio de que no ocurriera un problema, el peliverde le señaló a seguir.

- Eso fue realmente peligroso…

- Relajate Kayzo, ya verás la razón por la cual quise que me acompañarás. – Caminaron durante un rato más hasta que llegaron a lo que era una sala, Kayzo veía a los alrededores con curiosidad.

- Que es esto…

- Lo que quería mostrarte, ahora ven aquí. – Abrió una puerta, el castaño le siguió para ver y entonces al entrar, quedó asombrado.

- Eso es…

- Jeje ¿a que no es asombroso? – Se encontraban armas ahí dentro pero no como las que conocían, sino que tenían formas raras. – Encontré esto durante un día de excursión y no podía dejarlo pasar. Según leí en la biblioteca, estos son teigus.

- ¿Teigus?

- Armas creadas a raíz de la carne y sangre de bestias peligrosas, se supone que solo existen en el imperio porque el primer emperador las creó, pero que haya aquí en Yintos… debe ser una inspiración a raíz de las originales. – Nathan tomó una de ellas. – Es asombroso…

- Espera Nathan, es peligroso si tomas una, no sabemos que pueda suceder. – Advirtió el castaño.

- No creo que suceda nada malo si la tomo, además no es que sepa el nombre del teigu para activar su efecto… lo importante es que esto es un tesoro. – Señaló el peliverde. – Solo piénsalo Kayzo, podremos usar estos teigus para finalmente llevar a Yintos a una mejor era… podemos usarlo para levantarnos contra el actual rey.

- E-estás loco, el solo hecho de pensar en levantarse contra el rey es…

- Kayzo. – Nathan se puso serio. – La gente ha sufrido mucho… nuestros padres, amigos, si esto sigue así nunca podrá ocurrir un cambio verdadero, yo deseo traer lo mejor para nuestra gente, aunque ahora solo sea un niño, deseo ser quien avive esa chispa de esperanza, así que Kayzo… ¿estás conmigo en traer una mejor vida a nuestro reino? – El castaño no sabía qué pensar, era cierto que la situación actual del reino era pésima pero solo pensar en pelear de regreso era un suicidio… más creía que podía hacerlo posible.

- … Muy bien, te seguiré… como amigo. – El peliverde sonrió.

- Gracias Kayzo… - En ese momento un fuerte rugido invadió la sala, teniendo que cubrirse los oídos.

- ¿Qué es eso?

- Parece que la bestia despertó de su sueño… debemos de escapar de aquí. – Aún con ese teigu en mano, se fue corriendo, Kayzo no sabía que hacer, tomó uno y lo siguió, la cueva empezó a temblar, era la señal de que necesitaban salir de ahí. – Rápido Kayzo, antes de que…

Para sorpresa de ambos, la serpiente salió directamente la pared, generando un agujero y abrió sus fauces, buscando devorar a ambos.

- ¡Cuidado Nathan! – Kayzo quiso apartarlo pero parecía ser demasiado tarde, su amigo iba a morir. – No lo permitiré. – De repente el teigu que llevaba en mano se activó, empezando a darle una gran fuerza al castaño en ese momento, este pudo saltar y darle un gran puñetazo a la serpiente la cual salió volando, impactando la pared de la cueva, este quedó asombrado. – Que pasó…

- Kayzo… lo activaste, el teigu. – El peliverde sonrió, la serpiente se levantó de nuevo, Kayzo lo vio seriamente.

- No volverás a lastimar a mi amigo. – Volvió a atacar a la serpiente, esta vez con una patada, arrancándole sus colmillos y empezando a sangrar, la serpiente comenzó a agitarse, generando temblores en la cueva, el castaño no iba a permitir que siguiera mucho más, comenzó a atacar a la serpiente mientras Nathan observaba detrás, la fuerza de un teigu le asombraba.

- Esto es… genial…

La serpiente estaba en las últimas, en ese momento Kayzo decidió lanzar un golpe final, perforando el ojo de la serpiente y alcanzando su cerebro, esta finalmente cayó muerta en ese momento.

- Se acabó… - Estaba respirando agitadamente, en eso Nathan se acercó a él.

- Lo hiciste Kayzo, eres fuerte.

- Bueno… fue este teigu lo que hizo todo…

- Pero no hubiera sido posible sin tu fuerza y eso podrá ayudarnos en la lucha para ayudar a Yintos, entonces... ¿me ayudas? – Extendió su mano, Kayzo realmente veía en Nathan a alguien como seguir, pensaba por la gente, quizás… él era adecuado para ser rey.

- Nathan… no, mi rey, yo pelearé a tu lado, sé que serás aquel que lidere a la gente y yo quiero estar a tu lado… como tu general.

- Muy bien Kayzo… juntos vamos a cambiar este reino. – Ese fue el día en el cual le juró lealtad y ayudó a mejorar totalmente a Yintos, una batalla que fue dura para logró su cometido.


- Ah… ah… ah… - Kayzo estaba agotado y sangrando, a pesar de su mejora, la fuerza abismal de Esdeath y Ronnie estaba teniéndolo contra las cuerdas.

- Escucha, es mejor que te rindas ahora, esto se vuelve triste. – Señaló Esdeath, a pesar de todo el general se seguía levantando.

- No… no voy a caer… por Nathan… mi rey, le prometí que lo llevaría muy lejos… así ha sido en el pasado y eso no cambiará.

- Ronnie… ¿Qué hacemos? – Miró a su esposo, el castaño entendía lo que Kayzo estaba haciendo, lo daba todo por su rey, pero aún más, por su amigo, lo sabía porque él hizo lo mismo con Kanno, peleó para asegurar que todo fuera seguro bajo su mandato.

- No piensas rendirte ¿cierto? – Preguntó él, Kayzo negó con la cabeza.

- Mi lealtad es absoluta… es hacia el rey… nada lo cambiará…

- Muy bien… vamos a respetar esa decisión, dándote una muerte honorable.

- No será así. – Kayzo en ese momento activó Spiritbox finalmente, fortaleciendo su propio cuerpo el cual se hizo más grande. – Voy a usar todo lo que esté a mi alcance para derrotarlos.

- ¡Esdeath! – En ese momento que Ronnie quiso reaccionar, un fuerte vendaval los golpeó, separándolos, en ese momento Kayzo fue hacia el castaño y empezó a golpearlo, este se defendía con su espada más la fuerza aplicada de Kayzo era mucho mayor. – Tsk… ¡Guurgh!

Recibió un fuerte golpe que lo mandó a volar al suelo, el castaño no se detuvo ahí y siguió golpeándolo repetidas veces en el abdomen.

- ¡No toques a mi esposo! – Esdeath liberó una fuerte helada, generando témpanos para detenerlo, más Kayzo tuvo facilidad en destruirlos con sus manos, eso sorprendió a la peliazul cuando lo vio moverse y entonces sujetar del cuello, ella buscó librarse dando patadas.

- Soy más fuerte que antes… todo sea por proteger al rey. – Esdeath apretó los dientes, buscó con su mano el estoque que ella llevaba y entonces apuñaló el brazo del castaño, atravesándolo por completo, entonces dirigió su poder de hielo a través de este para congelárselo en su totalidad, al estar de ese modo, ella pateó ese brazo, rompiéndolo en pedazos. - ¡Aaaagh!

Kayzo perdió el brazo con ese ataque de Esdeath, ahora no quedaba nada de la extremidad más que solo sangre saliendo de ahí, Ronnie se recuperó en ese momento y fue hacia Kayzo para atacarlo con una patada, debido al cansancio y haber perdido el brazo, no podía resistirse demasiado en ese estado.

- Tsk… no caeré… no importa qué ¡Nathan!

- ¡Demasiado tarde! – Esdeath no perdió el tiempo y generó hielo a los alrededores de Kayzo, aprisionándolo en ese momento de sus piernas y brazo, quiso usar su fuerza restante para librarse pero Ronnie se acercó, apuntando con su arma al cuello de él.

- No puedes ganar… ya es mejor que te rindas. – Comentó él, Kayzo bajó la mirada.

- No… sé que Nathan lo conseguirá al final, porque confío en él, soy su general y su amigo.

- … Entonces así será. – Acabó por atravesar el pecho de Kayzo, llegando a su corazón, el general castaño escupió sangre antes de finalmente caer, lo dejaron así en el hielo. – Esdeath, es mejor que nos vayamos.

- Sí… en serio fue un general muy honorable que lo dio todo por su gente, eso es algo que respeto. – Sin decir más se fueron, ahí se quedó Kayzo, inmóvil y con la vida escapando de su cuerpo.

- (Mi rey… Nathan… tu has conseguido lo imposible… podrás hacerlo de nuevo…) – Y entonces sus ojos dejaron de tener vida.


La batalla en la frontera era cada más dura en ambos lados, los soldados de ambos ejércitos comenzaban a caer, con el apoyo que había de los usuarios de teigu, se encontraban más muertes del lado del ejército de Yintos.

- Parece que vienen más por la izquierda. – Señaló Mine mientras disparaba, Tatsumi asintió.

- Yo iré a encargarme por ese lado. – Se fue para dar ayuda, por su lado Seryuu y Cosmina se encargaban de otro sector en el ejército, acabando con soldados.

- ¿Qué tan grande es este ejército? No dejan de venir. – Se quejó la pelirrosa.

- Parece que muchos soldados fueron simples civiles en el pasado, reclutan a bastante gente, por eso hay demasiados. – Respondió Seryuu, uno quiso atacarla, entonces plumas se clavaron en el soldado, Run fue a ayudar.

- Debemos seguir deteniéndolos, hasta que el emperador pueda asegurar de que la batalla se haya terminado si detiene al rey de Yintos.

- Muy bien. – las dos asintieron, continuando peleando. Por el otro lado Sagiri se estaba moviendo, su ejército tampoco era demasiado resistente como para aguantar pelear por tanto tiempo así que iría directamente a la cabeza del encargado, si podía acabar con el general, seguro el ejército cedería.

- Aaagh.

- Maldita perra, gaagh. – Corría mientras derrotaba a soldados, tenía que llegar hacia donde estaba él para acabar con todo de una vez, ella entonces creó un pilar de roca con Architects para impulsarse por el aire.

- ¡Ahí vamos! – Logró dar el gran salto, pasando una buena cantidad de soldados mientras dio vueltas en el aire, en ese momento pudo aterrizar cerca de la pared de la frontera de la capital, justo donde estaba Sushi, este se quedó asombrado de verla.

- ¡¿De dónde viniste!?

- Jeje, todo gracias a mi teigu, tampoco subestimes mis habilidades de gimnasta… ahora, eres quien comanda al ejército ¿no?

- Así es, mientras el general Kayzo debe estar muy entretenido matando a sus generales en el bosque, yo me haré cargo de ustedes.

- No permitiré que suceda… puede que nos hayas sorprendido esa ocasión en el palacio, pero no ocurrirá dos veces.

- Eso piensas, Electric Callboy no solo posee el poder de paralizar con el rayo, sino que puedo darle más usos.

- Así que algo parecido al teigu del antiguo general Budo, Adrammelech… pero seguro es una versión inferior al antiguo general del rayo.

- Eso estás por verlo, vas a morir aquí y ahora. – Sagiri ahora iba a encargarse de Sushi, el cual era la última barrera para poder entrar a Yintos, la batalla entre ambos iba a comenzar y para la pelinegra, no iba a ser fácil.


Ninja Britten 11: Son batallas duras por suceder, y más cerca del final que estamos, son las decisivas, es todo una preparación para lo que está por llegar y será emocionante como tal.

Aquí ya pasamos con lo primero, como narré eso del pasado de Budo es que me dio la inspiración, así que no hubo tanta batalla pero si muestra que él, aunque haya estado del lado enemigo, peleó creyendo en lo que era correcto, así entonces cayó un enemigo, ahora viene otro y Sagiri está lista para enfrentarlo, hasta el próximo cap. Saludos.