Tarde de quidditch y cartas de Hogwarts


El Potterverso es de Rowling y los prompts de la cuenta Hinnyfest en Tumblr


Prompt: Quidditch en familia


Año 2015

James corría por el campo con su escoba en la mano. Estaba realmente feliz. Papá había vuelto de una misión la semana pasada y hoy tenía el día libre, mamá se había pedido el día libre en la Oficina del Profeta para estar el día todos juntos. Encima, Teddy les había hecho una visita. El día no podía ser más perfecto.

— ¡Venga, no tenemos toda la tarde! ¡Qué en cualquier momento vendrá la abuela de Teddy a decirle que vuelva a su casa!

— Puedo pedirle quedarme a cenar... No creo que me diga que no. — Teddy se dirigió al sitio donde estaba el primogénito de su padrino, con su escoba en la mano y la quaffle en la otra.

— Pero algún adulto, pondrá cualquier excusa, como que está oscureciendo o que hay que preparar la cena. — respondió James.

Teddy rodó los ojos.

Salió Albus con su escoba.

— ¡Venga, enano! ¡No tenemos todo el día! — le gritó James a su hermano menor.

— James — le regañó Teddy. El metamórfago vio como Albus le sacaba el dedo del medio a su hermano. — Albus — le regañó.

— ¿Y Lily? — preguntó James cuando su hermano los alcanzó.

— Con mamá y papá. Mamá le está haciendo una coleta para que el pelo no le moleste cuando juguemos.

— ¿No se la puede hacer ella? Así no empezaremos nunca a jugar.

— James, Lily tiene siete años. Todavía necesita ayuda para algunas cosas.

— Tenemos que aprovechar ahora que todavía estoy en casa, que en septiembre empiezo a estudiar en Hogwarts y ya no podremos jugar los seis juntos.

A James le angustiaba que nadie comprendiera su situación. No estaba así por capricho. Papá estaba meses fuera de casa por las misiones, desde que Teddy estaba en Hogwarts ya no lo veían tanto y cuando él empezara en septiembre ya no podría estar con sus padres y hermanos hasta Navidad o el siguiente verano. Quería aprovechar todo el tiempo posible con su familia al máximo.

— Primero tiene que llegarte la carta de Hogwarts. Y todavía no te ha llegado. — se mofó Albus en tono burlón.

— Cállate. A Teddy tampoco le ha llegado para este curso y él ya hace varios años que va allí. Seguro que todavía no las han enviado. Además, mi primer estallido de magia fue a los tres años y desde entonces he hecho varias veces magia accidental. Seguro que la recibo.

Albus iba a contestar, pero una voz los interrumpió.

— ¿Ya os estáis peleando? Ni unos minutos solos podéis estar. — Harry iba hacia ellos con Ginny y Lily. Los tres llevaban una escoba en la mano.

— Siempre se pelean. No podemos dejarlos solos. — contestó Teddy.

— En fin, dejémoslo. Ahora Harry y yo ya estamos aquí para poner paz. — Ginny calmó las ganas de discutir de sus hijos varones. — ¿Cómo dividimos los equipos?

— ¡Yo quiero ir con Teddy! — gritó Lily.

— ¡No! ¡Yo iré con Teddy! — chilló Albus.

— ¡No! ¡Yo! — siguió James.

— ¡Basta! — bramó Harry. — Yo haré los equipos. — Con un movimiento de varita hizo aparecer tres pelotas pequeñas, dos de color rojo y otra de color dorado. — Las lanzaré al aire. El que capturé la dorada irá con Teddy.

Los tres hermanos estuvieron de acuerdo. Y se pusieron en posición para capturar la pelota dorada.

Harry las lanzó hacia arriba.

Los tres hermanos se lanzaron empujándose los unos a los otros para capturarla.

Des de la posición donde estaban los señores Potter y Teddy era imposible ver quien se alzaría como ganador, hasta que uno de los hermanos levantó un brazo con la pelota dorada.

— ¡He ganado! ¡Voy con Teddy! — gritó James victorioso.

Albus y Lily bufaron.

— Bien. James y Teddy van conmigo y Albus y Lily con mamá. — concluyó Harry.

Todos estuvieron conforme con los equipos. Subieron a sus escobas y se elevaron al cielo. Harry y Ginny se colocaron en las "esquinas" del "campo de juego" que delimitaban como aros siempre que jugaban en el campo que tenían detrás de casa. Ellos harían de guardianes y los niños de cazadores. Tanto Harry como Ginny preferían los puestos de buscador y cazadora respectivamente, pero por la falta de participantes (y al ser los adultos) tenían que sacrificarse.

Harry y Ginny levitaron la quaffle con magia hacia el centro del campo y la soltaron.

Había empezado el partido.

Los cuatro chicos bajaron precipitados hacia la quaffle, James la cogió y se dirigió hacia donde estaba su madre. Lily intentó detenerlo. Él la esquivó. Lanzó la quaffle para marcar, pero su madre detuvo el balón. James hizo una mueca. Con una sonrisa socarrona, Ginny pasó la quaffle a Albus, quien se dirigió hacia donde estaba Harry. Teddy y James le siguieron, Lily se puso debajo de Albus, quien le pasó la quaffle. Lily aceleró hacia donde estaba su padre, quien se preparó para detener el balón. Pero Lily para sorpresa de los presentes, pasó la quaffle a Albus, quien la lanzó hacia su padre, que no pudo detenerla. El equipo de Albus, Lily y Ginny anotó diez puntos.

— ¡Bieeen! — chillaron Albus y Lily. Ginny aplaudió la victoria de sus hijos menores.

— Bien hecho, Lily. — la felicitó Harry, mientras recuperaba la quaffle y la lanzaba donde Teddy.

Este se dirigió al campo contrario. Seguido de Lily. Albus se puso delante de James para evitar que este le pasara el balón. James hizo un movimiento con la escoba en zigzag esquivando a su hermano, momento en el que Teddy aprovechó para pasarle la quaffle a James y este lanzarla donde estaba su madre, quien no pudo detenerla.

— ¡Vivaaa! — gritaron James y Teddy mientras Harry les aplaudía.

— Un gran movimiento, hijo. — le felicitó su madre mientras le lanzaba la quaflle a Lily, que de inmediato se fue hacia donde estaba su padre. Los tres chicos la siguieron.

...

Y así estuvieron toda la tarde. Albus y Lily llevaban 70 puntos. Albus marcó tres veces y Lily cuatro. Mientras que James y Teddy marcaron 60. Teddy marcó dos veces y James cuatro.

No se dieron cuenta que tenían una espectadora debajo.

— ¡Teddy! ¡Ya es hora de volver a casa! — gritó Andromeda, quien había ido a casa de los Potter mediante red flu.

— ¡Solo un poco más Andromeda! ¡Hasta que ganemos el partido! — suplicó James.

— James, se está haciendo tarde. Ya es casi la hora de hacer la cena. — le regañó Ginny.

— Es cierto. — Harry miró hacia el cielo. Empezaba a oscurecer. — ¡Final del partido, chicos!

— ¡¿QUÉ?! — James, Albus y Lily estaban atónitos. ¡Querían seguir jugando!

— Haced caso a vuestros padres. — les regañó Teddy. — Lily, dame la quaffle. — Eso último, lo dijo solo a la menor de los Potter.

La chica bufó molesta, pero le pasó la quaffle al ahijado de su padre. Teddy empezó a descender hacia donde estaba su abuela, como estaban haciendo Harry y Ginny.

Los hermanos miraron el cielo. Efectivamente, estaba anocheciendo. Querían quedarse volando y jugando al quidditch un poco más, pero sin quaffle no valía la pena.

Se dirigieron hacia donde estaban los mayores un poco mustios. Bueno, Albus y Lily estaban un poco más alegres por haber ganado, pero James no.

Cuando bajaron al suelo, Albus y Lily chocaron las manos con su madre en señal de victoria. James se lo reprochó.

— ¡Habéis jugado con ventaja! ¡Que mamá fue jugadora profesional!

— Tú y Teddy sois mayores que nosotros. Así que también jugasteis con ventaja. — le contestó Albus.

— Es verdad. — Lily estuvo de acuerdo con el varón más joven.

— ¡Cuando queráis, hacemos la revancha! — les desafió.

Ginny se encogió de hombros.

— Mañana tengo que redactar la entrevista que le hice a Gwenog Jones. Pero lo puedo hacer tanto en la oficina como en casa. Así que por mí, podemos hacerla mañana si quieres.

— Por mí también — dijo Harry — Tengo que redactar el informe de la última misión en la que participé. Pero eso lo puedo hacer en casa.

— ¿Mañana por la mañana? — preguntó su primogénito con un hilo de voz.

Sus padres asintieron.

— ¡Bien! — exclamó.

— Andromeda ¿podéis quedaros a cenar Teddy y tú? — preguntó Lily.

— Sí, por favor, abuela. — suplicó Teddy.

— Bueno... Todavía no he hecho la cena... Si a Harry y Ginny les parece bien... Por mí no hay problema.

— Claro que nos parece bien, Andromeda. Sabes que Teddy y tú sois siempre bienvenidos. — contestaron los señores Potter.

— ¡Mirad! ¡Unas lechuzas! — Albus señaló un punto en el cielo.

Efectivamente, en el cielo se vieron dos lechuzas que llevaban un sobre en la boca. Una se acercó a Teddy y la otra a James. Los niños cogieron las cartas y miraron el sello.

Eran las cartas de Hogwarts.

— ¡Vivaaa! — exclamó James. — ¡Mi carta de Hogwarts!

— Qué bien, James. — su madre le revolvió el pelo.

— ¿Estás contento, Teddy? — le preguntó su abuela.

— Sí. La carta de mi sexto año. — Teddy sonrió.

— ¿Queréis dejar la revancha para otro día y mañana vamos al Callejón Diagon todos juntos a comprar los útiles escolares? — preguntó Harry.

— ¡Sí! — exclamaron Albus y Lily.

— ¡Pero si vosotros no vais a ir a Hogwarts todavía! — sonrió Ginny.

— Por mi bien. — contestó Teddy. — ¿Te parece bien, abuela? — le preguntó a Andromeda.

— Sí, claro.

James estaba indeciso. ¿La revancha o ir al Callejón Diagon a comprar su material para Hogwarts?

— Me parece bien que vayamos mañana al Callejón Diagon. Siempre y cuando pongamos nueva fecha para la revancha. — aclaró.

Todos le miraron y estallaron en carcajadas.

James se les unió.

Pese a no haber ganado el partido, ese día se convirtió en uno de los mejores de su vida. Y el día siguiente, en el Callejón Diagon fue aún mejor.


Este James es un poco competitivo ¿no?

Pensaba que me aburriría escribir sobre el partido de quidditch pero me divertí.

Este es el primer fic en el que los hijos de Harry y Ginny tienen más protagonismo. ¿Os ha gustado?

Hasta la próxima