Los personajes de esta historia no me pertenecen, son propiedad de CLAMP, la historia si es mía.

Sakura

Ahora se encontraba en la cama 5 examinando una radiografía, esperando ver alguna alteración y si, ahí estaba …. luxación escapulo-humeral, pero parecía que ninguna de las estructuras vecinas se vieron afectadas. Esto sería rápido.

-Muy bien Sr. Harrison, efectivamente la articulación de su hombro esta fuera de lugar, tendré que colocarlo en su posición original pero va doler.- habló con voz suave y pausada.

- Ok ok … - la miró con la cara ligeramente más pálida.

- Bueno y cuénteme ¿estuvo usted en el accidente?- preguntó Sakura para distraerlo, mientras comenzaba a palpar la zona afectada.

- Si, iba camino al trabajo y de repente veo como todos intentaban frenar su auto para no estamparse con el auto de un imbécil que se quedó dormido a la mitad de la carretera! ¿A quién diablos se le ocurre… CARAJO! – no pudo terminar la oración por que en ese momento Sakura dio un fuerte tirón a su hombro hacia atrás, acomodándolo en su lugar.

-Lo lamento, ¿todavía duele?- preguntó intentando reprimir una sonrisa.

- No… bueno si, pero el dolor ha disminuido.- contestó el Sr. Harrison luego del breve momento de dolor.

Sakura le sonrió antes de decirle- Muy bien, entonces iré a buscar un cabestrillo para su brazo, va a tener que usarlo mínimo 3 semanas ¿De acuerdo?- vio como el Sr. Harrison asentía.-Perfecto traeré sus papeles para darlo de alta y el cabestrillo.-

Suspiró de camino a la bodega de material, pero antes de que pudiera entrar escucho la voz de su jefe.

-Dra. Kinomoto- la llamó una voz profunda y fuerte.- Hoy es su día de descanso o ¿me equivoco?

- Oh Hola Yue- saludó con una sonrisa en su rostro. -Es que me quedé a ayudar con los pacientes involucrados en el accidente.-

- Apreció mucho su cooperación pero el accidente no fue tan grave como pensamos, así que por favor vaya a casa.- le dijo Yue

- Ash ya oí ya oí- le respondió haciendo un pequeño mohín. – Solo debo llevar este cabestrillo al paciente de la cama 5, cambiar las vendas de Dylan en la 8, recoger unas radiografías en radiología y pasar consulta en el séptimo piso.-

-Sakura- Yue le habló con más dulzura que a la mayoría de la gente.- Ve a casa ahora, pediré a alguien más que haga todo eso.-

-¡Pero puedo hacerlo! No me llevara más de unas 2 horas y después me iré.- siguió alegando – además ¿Que no se supone que mientras más trabajemos es mejor para el hospital?-

-No Sakura, hay reglas acerca del horario de los trabajadores y, personalmente no quiero que mi personal caiga enfermo por agotamiento.- respondió Yue dejando en claro que no tenía más opción que irse a casa.

Sakura aceptó a regañadientes las indicaciones de Yue.

¡Justo cuando estaba entrando en calor! Pensó Sakura y se fue caminando en dirección a su oficina para recoger sus cosas e ir a casa.

Shaoran

¡Con razón había tenido un infarto! Pensó Shaoran mientras observaba las desastrosas arterias del corazón de su paciente.

-Dios, es un milagro que este corazón siguiera bombeando sangre.- señaló Shaoran.

Llevaba alrededor de 2 horas en el quirófano haciendo una angioplastia a un hombre que al parecer solo ingería comida rápida y su único ejercicio era levantar el teléfono para ordenar más comida.

Se detuvo por un momento, para estirar su cuello y relajar sus hombros, fue en ese momento que escucho una voz masculina hablándole desde la entrada del quirófano.

-Dr. Li al fin lo encuentro- le dijo un hombre pulcramente vestido de traje (¡claro él si podía llevar traje por ser el jefe!), tenía unos ojos azules muy claros y su cabello era rubio muy platinado… tanto que casi parecía blanco.- No esperaba verlo en el quirófano tan pronto.-

- Infarto, había que actuar rápido- le respondió con simpleza.

- Parece que no nos equivocamos con usted, no lo molesto más, solo le pido que una vez que haya terminado aquí suba a mi oficina para que hablemos sobre su contrato.- le dijo antes de desparecer por la puerta.

Le tomó al menos otras 2 hrs. terminar su cirugía sin mayores complicaciones, ahora se dirigía a la oficina de su nuevo jefe cuando vio a Eriol hablando con una Dra. Bastante linda, de piel tan blanca como la nieve, cabello negro hasta la cintura y grandes ojos amatistas… Tomoyo pensó.

-Eh! Shaoran! ¿Cómo va tu primer día?- le preguntó alegremente su mejor amigo.

-Bien, acabo de salir de cirugía y ahora voy a hablar con Yue.- contestó algo cansado.

-¿Cirugía? ¡Ese es mi amigo!- lo felicitó con una palmada en la espalda. – Como sea, te quiero presentar a la futura madre de mis hijos y actual amor de mi vida Tomoyo Daidouji.

- Mucho gusto, Shaoran Li- le extendió la mano a la loca que planeaba unirse en matrimonio con su insufrible amigo.

Ella ignoró su mano y se acercó para abrazarlo fuertemente.

-¡Por fin te conozco Shaoran! ¡Eriol me habla tanto de ti que siento como si ya te conociera!- gritó mientras lo estrujaba.

- Amor … se está poniendo azul…- le habló dulcemente a Tomoyo.

- ¡Lo siento tanto!- se separó de él para dejar que su cara recobrara su color normal.

- Esta… bien.- jadeó Shaoran - ¿Trabajas aquí?-

- Si, yo estoy en el tercer piso… psiquiatría.- le respondió con una gran sonrisa. –Bueno chicos me tengo que ir, que tengan un lindo día y fue un placer conocerte Shaoran.- Se despidió de ellos arrojándole un beso Eriol quien fingió atraparlo. ¡Puag! la gente enamorada es tan… ridícula- Pensó.

- ¿Verdad que es perfecta?- Suspiró Eriol

- Dios mío… me voy a volver diabético.- le dijo como respuesta mientras avanzaba hacia los elevadores.

-Algún día te pasara a ti mi querido amigo y desearas no haberte burlado de mi.- le advirtió Eriol siguiendo sus pasos.

- jajajajaja Eriol el día que eso pase te regalaré mi Mercedes Benz y adoptaré al primer perro callejero que encuentre para que destruya mi departamento.- se mofó Shaoran.

- Está bien, es un trato.- le siguió el juego.

Shaoran se limitó a poner los ojos en blanco, ja! Amor … ese era un sentimiento que tenía reservado para su madre y sus hermanas.

Ni siquiera sentía un poco de curiosidad por experimentar ese sentimiento con alguien más. Él no se veía pensando las 24hrs del día los 7 días de la semana en una sola mujer.

Y ¿por qué hacerlo? Si puedes tener sexo desenfrenado y sin ataduras con cuanta mujer quieras siempre y cuando utilices la protección necesaria para evitar "imprevistos". Pensaba él.

Al menos así había sido su vida desde los 18 años cuando experimentó el sexo por primera vez y él se sentía perfectamente feliz con su estilo de vida. No tenía que preocuparse por recordar aniversarios, comprar regalos y planear veladas románticas, no, él simplemente se presentaba en algún bar y seleccionaba a una mujer de entre la multitud, le invitaba un trago o simplemente le decía hola y ¡listo! era seguro que horas después estarían en alguna habitación sudorosos y jadeando desesperados por el tan anhelado orgasmo. Una vez que el ambiente se calmara, él comenzaría a vestirse, dejaría la habitación y se iría a su casa a descansar, sin importar los reclamos, ruegos o insinuaciones de sus compañeras de cama.

Muy pocas veces había tenido sexo en más de una ocasión con la misma chica y eso sí, nunca las llevaba a su departamento, no quería tener a ninguna mujer en su puerta reclamándole porque no la había llamado.

Puede que suene como un verdadero hijo de puta, pero antes de acostarse con quien fuera dejaba muy en claro que eso es lo que pasaría, una vez que su acto hubiera finalizado. La mayoría aceptaba esas condiciones y aunque después se arrepintieran… ese ya no era problema de Shaoran.

El sonido del elevador lo trajo de vuelta a la realidad, se subieron al elevador y marcó el número 11 en el tablero que llevaba a las oficinas administrativas y a otras habitaciones que no sabía para que eran.

En todo el camino hacia arriba Eriol no paraba de hablar acerca de lo perfecta que era Tomoyo cuando… respiraba aparentemente.

-…Y no la has escuchado cantar… es como un sueño…- seguía Eriol con cara de estúpido.

-Ya entendí, ella es perfecta, ¡cállate ya!-suplico Shaoran mientras descendía del ascensor con Eriol a sus talones.- Pareces un puto adolescente.- En ese momento se abrieron las puertas del elevador.

No alcanzó a escuchar lo que le dijo Eriol, por que enfrente de ellos estaban Yue y Sakura. Ella ya no llevaba su uniforme, había sido sustituido por un par de leggins negras, unos botines altos y una blusa azul con un generoso escote… muy bien ahora el parecía adolescente.

-Dra. Kinomoto insisto en que se tome el día libre mañana, el hospital le debe bastantes días.- escuchó que le decía Yue MUY amablemente y con su brazo sobre los hombros de la castaña. Cuando Yue notó la presencia de Shaoran y Eriol retiro su brazo y se alejó un paso de Sakura, quien no pareció percatarse de nada.

-Pero no quiero- Sakura lo estaba mirando directamente a los ojos. –Gracias por la oferta pero no.- dijo poniendo fin a la conversación.

En ese momento se giró para seguir con su camino pero antes de dar otro paso vio a los 2 doctores con miradas de duda.

-Eriol, iba a ir a buscarte- le dijo a Eriol.

-Veo que por fin te vas a tu casa.- le contestó. – Ya necesitas un descanso… ¡te ves terrible!

-¡¿Qué dijiste inútil de porquería?¡- le gritó golpeándolo con su puño en el brazo.

Shaoran siguió observando la escena enfrente de él con una Sakura golpeando fuertemente a Eriol, exigiéndole una disculpa y Eriol intentando esquivar los golpes de la esmeralda.

Yue al igual que él … estaba sin palabras.

-Ammmm … Dr. Li pase a mi oficina.- le indicó, con la mirada aún encima de Sakura quien seguía maltratando a Eriol.

-¡Sakurita recuerda que soy neurocirujano! ¡Vivo de mis manos!- gritaba desesperadamente Eriol.

-¡Cállate! ¡No te estoy golpeando tan duro como debería!- seguía golpeándolo aunque en los labios de la castaña ahora había una gran sonrisa.

Era difícil de creer que ambos fueran doctores de renombre, muy codiciados por la mayoría de los hospitales de Inglaterra, cuando se comportaban como niños chiquitos peleando por un juguete nuevo.

Por fin apartó la mirada de ese par de locos para entrar a la oficina de Yue.

-Toma asiento.- le pidió Yue

-¿Así son siempre?- le preguntó Shaoran.

- Si cuando no están riéndose a carcajadas usualmente están peleando sobre algo.- el director del London Medical Center intento decir eso en forma indiferente pero era obvio que algo le molestaba sobre esa situación.- Bueno solo quería repasar algunos puntos importantes en su contrato, su horario de trabajo va a ser de 7:00am a 7:00 pm, los doctores de este hospital deben de realizar guardia nocturna a la semana, en su caso serán los martes, su día de descanso serán los miércoles.- decía Yue.- En caso de emergencias tendrá que alargar su horario y posteriormente esas horas le será remuneradas monetariamente o puede acumularlas y tomarse días libres, teniendo en cuenta que haya alguien que pueda cubrir su puesto.

Shaoran intentaba asimilar todo lo que decía su jefe pero la imagen de Sakura golpeando a Eriol en ese conjunto tan provocador parecía empeñarse en nublar su mente.

-¿Tiene alguna duda?- preguntó Yue luego de terminar su larga lista de reglas.

- No… ninguna.- respondió Shaoran

-Bueno pues oficialmente le doy la bienvenida a este hospital.- le dijo mientras le extendía una mano.

-Gracias-. Estrecho su mano con la de Yue y se dispuso a salir de la oficina.

Sakura

Estaban en el pasillo esperando al Dr. Li, Eriol seguía quejándose mientras se sobaba su brazo.

-Eres un exagerado, por cierto ¿Cómo van los preparativos para la boda?- preguntó Sakura a su mejor amigo.

-Pues Tomoyo y su madre se están encargando de todo, así que no sé nada de nada.- le explicó.- Mi único trabajo es dar el dinero y esperar que no me estén robando.-

Sakura bufó antes de hacerle otra pregunta.- ¿Ya convenciste a Tomoyo de buscarse otra dama de horror?-

-Nop, te quiere a ti y yo también te quiero ahí.- le dijo viéndola a los ojos y demostrándole todo el cariño que sentía hacia ella.

Tomoyo también era gran amiga de Sakura pero ella no podía quitarse el sentimiento de que alguien le estaba robando a Eriol y que luego de la boda ella se quedaría sola.

El problema era que Eriol se veía realmente feliz… y ella no quería hacerle elegir entre su larga amistad y la mujer que hacía que su mirada se iluminara de esa forma tan especial.

-¿En serio? Por qué te diré que ni siquiera sé que es lo que tiene que hacer la dama de honor- le confesó.

-Le preguntas a la persona equivocada Sakurita… yo aún no sé qué tiene que hacer el novio.- bromeó con ella.

-pffff espero que sepas que hacer en la noche de bodas porque si no, no creo que tu matrimonio dure mucho.- se mofó Sakura dándole otro golpe en el brazo.

-¡ya no me golpees!- gritó agarrando su brazo.- Además para tu información he estado practicando mucho para ese momento.- le dijo Eriol mientras le sacaba la lengua.

Sakura se rio de su amigo y después se quedaron en silencio, viendo como pasaban algunas enfermeras y observaron a grupo de adolescentes pidiendo informes a una recepcionista.

Seguro están buscando condones- pensó Sakura.

-¿Qué hará toda esa gente ahí?- se cuestionó Eriol.- No parecen de más de 25 años.

-Adolescentes buscando condones gratis Eriol.- respondió ella con simpleza.

-Pues ya no creo que sean adolescentes… Ay no… ¿y si son internos?- se alarmó Eriol

Sakura les dirigió otra mirada y se dio cuenta de que Eriol tenía razón, ya no eran adolescentes, tenían cara de miedo y parecían perdidos. Uno hasta parecía a punto de vomitar.

Ninguno de ellos tenía nada en contra de los internos, es decir, ellos están en formación para ser futuros doctores, pero es que … los últimos internos que tuvieron…fueron peor que incompetentes, ella recordaba la vez que estaba enseñándole a uno de sus internos a poner un yeso en una fractura cerrada simple, lo dejo 5 minutos con el paciente mientras iba a buscar los papeles para darlo de alta y cuando regresó el paciente ya no estaba.

Resulta que su interno le dijo que podía irse sin realizar ningún papeleo, pero eso no fue lo peor, el verdadero problema fue que ella no pudo verificar como quedó el yeso y el brazo del paciente.

El Sr. Reingreso al hospital un día después quejándose de dolor en todo el brazo, cuando Sakura se puso a examinarlo inmediatamente notó el cambio de coloración y tamaño de su brazo.

Su brillante interno había dejado el yeso muy apretado y le corto la circulación al brazo del paciente, provocándole un síndrome compartimental. Tuvieron que quitarle rápidamente el yeso y realizarle una fasciotomía en plena sala de urgencias… fue todo un milagro que no tuvieran que amputar todo el brazo y que no demandaran al hospital.

De 10 internos que tuvieron el último año solo 4 lograron comenzar su residencia, entre ellos no estaba el interno del yeso.

-Espero que se hayan equivocado de hospital.- dijo Sakura después de recordar ese incidente.

El silencio volvió a hacerse presente.

Nuevamente Eriol lo rompió.

- Sakura… ¿lo harás?- preguntó Eriol ahora en tono más serio y con un ligero toque de nerviosismo.

Sabía que se refería al tema de dama de honor, pensó en hacer como que no entendía pero era estúpido negarle algo que sabía que lo haría feliz.

- ¡puag! Está bien.- se rindió ante esa estúpida mirada de cachorro mal herido.- ¡pero no pienso ponerme un estúpido vestido de solterona color pastel!

Antes de que pudiera reaccionar Eriol estaba intentando ahogarla con un abrazo de oso.

Una vez que la puso en el suelo ambos se voltearon para ver como cierto castaño los veía con cara de diversión.

-Ustedes sí que son raros… o bipolares.- se mofó de ellos.

-Bipolares incomprendidos con episodios de locura por favor.- respondió Eriol.

Mientras Eriol y Sakura reían a grandes carcajadas y Shaoran los veía con resignación, se encaminaron dentro del ascensor, para ir a sus respectivos pisos y en el caso de Sakura salir del hospital.

Ya en el elevador el móvil de Sakura comenzó a sonar.

-Diga- contestó.- Sip voy saliendo… se supone que tengo que descansar pero… puedo esperarte como a las 8 en el departamento… hasta entonces.- y colgó con una sonrisa pícara en el rostro.

- Sakurita ¿Por qué presiento que no vas a dormir hoy?- bromeó Eriol con ella, pero se percató de algo curioso… Shaoran parecía haber apretado su mandíbula…

-Por qué no lo planeo.- le dijo Sakura sonriéndole.- Te veré mañana en mi departamento a las 8.

-No lo olvido.- y salió del ascensor en el piso 9, dejándolos solos.

-Cita importante con tu novio por lo que veo.- masculló Shaoran.

- jajajajaja ¿novio? No, Travis es un compañero nocturno… ¿entiendes?- Sakura lo miraba divertida.

- No creí que las mujeres tuvieran "compañeros nocturnos", siempre pensé que a ustedes les gustaban las relaciones formales.- le dijo francamente sorprendido.

- pffff lo formal es aburrido, yo quiero divertirme y no preocuparme por casarme, tener hijos y tener mi final feliz con divorcio incluido.- siguió hablando mientras las puertas del ascensor se cerraban nuevamente.- El problema es que la sociedad ve mi modo de vida por ser mujer semejante al de una puta, claro que si fuera hombre nadie lo vería mal… lo bueno es que me vale una mierda lo que opine la sociedad de mí.

Shaoran se quedó boquiabierto no solo por lo que acababa de confesarle, sino porque en serio parecía no importarle lo que los demás pensaran de ella, así como tampoco le importaba decirle a todo el que la juzgara que se metiera su opinión por donde más le entrara.

Él seguía mirándola fijamente y aunque ella no quisiera admitirlo se estaba poniendo nerviosa, había algo en su mirada que conseguía alterarla… que raro- pensó Sakura.

Cuando logro controlar sus nervios, le sostuvo la mirada y le dijo.- Ya sé … estamos en peligro de extinción.

-Ahora entiendo… con razón todas las mujeres que he conocido vienen con anillo y vestido de novia incluido.- bromeó con ella.

-¡Exacto! En su desesperación por satisfacer la idea que tiene la sociedad de felicidad perdieron su originalidad y su capacidad para tomar decisiones por si solas.- le guiñó un ojo y le sonrió.- ¿no es este tu piso?

- Si… te veré luego Dra. Kinomoto.- se despidió.

- Ya eres amigo de Eriol lo que significa que tú y yo seremos amigos tarde o temprano, puedes llamarme por mi nombre.- le explicó.

Las puertas del ascensor interrumpieron su contacto visual, dando por terminada su conversación.

Sakura bajo hasta la planta principal y en su camino fue saludando a enfermeras, pacientes, intendentes, guardias y extraños que encontraba.

No sabía muy bien por qué, pero se sentía muy feliz.

Ya en su departamento dejo su bolsa y su abrigo en la mesa de entrada, luego fue quitándose la ropa hasta quedar en su lencería, tomo un vaso con agua y se dirigió a la cama.

Llevaba dormida ya 4 hrs. cuando el sonido del timbre la despertó, tardo unos minutos en espabilarse lo suficiente para ponerse una bata muy ligera e ir hasta la puerta.

Del otro lado se encontraba un hombre alto, musculoso, cabello negro y ojos grises.

Sus labios dibujaron una sonrisa y se acercó a ella cerrando la puerta.

-¿Así le abres la puerta a todas tus visitas?- le dijo apuntando a su escasa vestimenta.

-No …- respondió ella jugando con las cintas de su bata. – Así le abro a mis visitas.- dejó caer la bata y le mostró a Travis su lencería negra.

El no necesitó otra razón, con ambas manos sujetó su rostro delicadamente y selló sus labios en un beso dulce y tranquilo. Ella intento profundizarlo pero él parecía no darse cuenta del hambre de Sakura.

Sakura no tenía nada en contra de los besos y caricias dulces, pero con Travis era todo lo que tenías, incluso al tener sexo, él siempre era suave y lento.

La cargó y la sentó en la mesa de entrada, abriéndole las piernas para colocarse en medio de ellas.

Comenzó a trazar la forma de sus piernas, muslos y cintura con las manos sin dejar de besarla.

Sakura decidió quitarle la camisa que traía mientras el comenzaba a besar su cuello y el lóbulo de su oído.

El ambiente se estaba calentando bastante y ella estaba segura que no dormiría mucho… pero después escucho cerca de su oído un leve Te amo.

Fue bueno mientras duró- pensó Sakura alejando a Travis.

Shaoran

Aparte de la cirugía de la mañana su día había transcurrido tranquilamente, seguimiento a pacientes con antecedentes de infartos, anginas de pecho, interpretación de electrocardiogramas etc.

Tenía que reconocer que su día sí que había mejorado, pero no hablaba del trabajo sino de la castaña de ojos verdes que había logrado lo que ninguna mujer había hecho en mucho tiempo… impresionarlo.

Ya eran casi las 8 y el aún no salía del hospital a pesar de que su turno había terminado hace una hora, había quedado con Eriol para salir a un bar local, pero al parecer su amigo lo había dejado plantado.

-¿Todavía aquí doctor?- le pregunto una voz algo chillona proveniente de una de sus enfermeras que lo asistió esta mañana en el quirófano.

- ammm si eh Meijing cierto?- le respondió con evidente orgullo por haber recordado su nombre.

- Meiling- lo corrigió.

Ups … bueno empezaba con "M"

-Lo siento, si espero a Eriol.- observó bien a Meiling, también era bastante atractiva, grandes ojos rojos y cabello negro muy largo.

¿Qué les daban a las mujeres de ese hospital?-pensó Shaoran recordando involuntariamente a Sakura.

-Oh acabo de verlo en el tercer piso, se estaba despidiendo de la Dra. Daidouji.- le informó su enfermera.

Perfecto yo aquí congelándome y Eriol arriba disfrutando del calor corporal de una mujer.

-Bueno en ese caso será mejor que me adelante.- le dijo dando por terminada la conversación, pero aquella mujer no logro captar la indirecta o tal vez solo la ignoró y caminó a su lado hasta el estacionamiento.

-Fue bastante excitante ver como entraba en acción tan rápido cuando ese hombre comenzó a infartarse.- le dijo Meiling

-Es mi trabajo.- respondió

Estaba junto a su auto rogando porque Eriol apareciera, había algo en esta mujer que no le gustaba.

-¿Es usted casado?- le preguntó de repente.

-No.- contestó de golpe.

Notó como Meiling se encogía en su lugar por el tono en que lo dijo.

-Bueno en ese caso no habría ningún problema si lo invito a tomar una copa.- lo invitó con evidente deseo en los ojos.

- Ya tengo planes… ¿recuerda?- le recordó Shaoran.

-Como usted dijo podríamos adelantarnos.- le dijo ella mientras rozaba su brazo.

¡Dios esta mujer no capta indirectas!- pensó.

Este era el tipo de mujer que no quería en su vida, ni siquiera por una sola noche, si le dabas alas no habría forma de quitársela de encima después.

-No salgo con mi personal de trabajo.- Ja! Que gran mentira, le dijo una voz en su cabeza.

-Bueno después de esta noche … podría dejar de ser solo parte del personal de trabajo.- propuso Meiling.

¿En qué momento se me acerco tanto?- se alarmó Shaoran, esta mujer es como una serpiente, no te das cuenta que estaba ahí observándote y cazándote hasta que ya te ha mordido.

-¡Shaoran! Perdón hombre es que estaba… Oh perdón ¿interrumpo?- Eriol corrió hasta él y al verlo abrió los ojos como platos.- Buenas noches Meiling.

La saludó pero ella lo ignoró y le mandó una mirada asesina, antes de darse vuelta y caminar hacia la calle.

-¿Qué hacías con ella?- le preguntó Eriol.

-Nada.- negó Shaoran.

- Si claro, bueno sígueme en tu auto.- le indicó Eriol.

Recorrieron las calles londinenses alrededor de 10 minutos antes de que viera como Eriol detenía su auto enfrente de un bar llamado "After Midnitgh", él imitó a su amigo y procedió a bajar del auto.

Una vez dentro buscaron se sentaron en la barra mientras ordenaban sus bebidas, se volteó para ver "el paisaje" y a pesar de que vio a muchas mujeres muy hermosas no sintió deseos de acercarse a ninguna. Shaoran pensó que era por el cansancio del primer día en su nuevo trabajo, así que giro nuevamente hacia la barra para platicar con Eriol, quien como él no estaba interesado en ninguna de las mujeres del bar, claro que por razones muy diferentes a las de Shaoran.

-Ya me vas a decir ¿por qué renunciaste a tu trabajo en Liverpool?- preguntó Eriol

-Ya estaba harto… necesitaba alejarme de ahí.- concluyó Shaoran.

-Esa no es una respuesta.-exigió Eriol. Él sabía que su amigo no habría abandonado todo en Liverpool solo porque se sentía harto.

-Déjalo Eriol.- le dijo usando un tono que no admitía más preguntas sobre el tema.

- Tarde o temprano me lo tendrás que contar.- Eriol seguía insistiendo.

-Mejor cuéntame de Sakura, no pensé que fueran tan cercanos.- sugirió Shaoran.

-jajaja Yo creo que ella y yo íbamos a ser gemelos… pero una sola madre para 2 demonios como nosotros no iba a ser suficiente.- comenzó a explicar.- La conocí en el internado, no ha cambiado mucho, siempre ha sido hermosa y muy inteligente, todo el mundo la adoraba y para serte sincero no se bien cuando fue ni como pasó, pero de repente ya éramos inseparables.

-¿Nunca intentaste nada con ella?- se interesó.

- Tuvimos una relación como de una semana.- recordó Eriol con una sonrisa.- Pero se sentía como incesto… eventualmente terminamos y fuimos más felices.-

-Y como su hermano gemelo de otra madre ¿Qué piensas de su actual vida amorosa?- intentó disfrazar la pregunta.

-Shaoran… entiendo que ella es muy hermosa y sexy pero te lo advierto, te romperé la cara si le haces daño.- lo dijo mirándolo fijamente a los ojos, detrás de sus anteojos podía ver que la advertencia iba enserio.

-¿Qué te hace pensar que quiero salir con ella?- preguntó Shaoran.

-Te vi en el elevador, cuando ella estaba hablando con Travis, casi te salen rayos por los ojos y solo llevas un día de conocerla-. Apuntó Eriol.

-Pues te equivocas, además como dijiste ella esta con el paramédico ese.- Sintió un sabor amargo en la boca al decir esas palabras.

-Está bien, solo te diré que involucrarte con ella… tiene sus consecuencias.- dio un gran trago a su copa, viéndolo divertido.

¿Consecuencias? - pensó.

No se imaginaba que tipo de consecuencias.