Los personajes de esta historia no me pertenecen, son propiedad de CLAMP, la historia si es mía.
Shaoran
Estaba en su oficina consultando al señor Jefferson, un paciente que no paraba de hablar, era increíble que hace poco menos de un año hubiera sufrido un ataque al corazón, bajo otras circunstancias ya lo habría interrumpido para agilizar su consulta, pero hoy no, hoy estaba de buen humor, suficiente para dejarlo seguir con su parloteo.
Y es que ¿quién podría culparlo?… Sakura le había dado luz verde para salir con ella … y para hacer otras cosas.
Desde el momento en que vio cómo se cerraban las puertas del elevador se le había pintado la más estúpida de las sonrisas, su ánimo había incrementado de forma considerable, incluso luego de la escena con el imbécil jugador de rugby, en las horas siguientes se había sentido como adolescente jugando a mirarse fijamente para después apartar la mirada con una sonrisa seductora, era parte del coqueteo previo a su cita.
Una vez en su departamento se había dedicado a planear su cita con Sakura, no recordaba cuando ni con quien había sido su última, así que para él se sentía como si fuera la primera vez.
¿Debería llevarle flores? ¿Llevarla a cenar a un lugar formal o casual?
Estas y más preguntas se había formado en su cabeza, pero al final su conciencia le recordó que tanto él como Sakura sabían en que culminaría su cita, así que no tenía por qué planear una velada romántica, simplemente haría una reservación en un buen restaurante, cenarían y luego la llevaría a uno de sus hoteles favoritos.
¡Listo! No había de que preocuparse.
Esa mañana en cuanto llegó al hospital programó todas sus cirugías para la mañana-tarde, revisaría sus postoperatorios y haría sus notas antes de irse al departamento de Sakura e invitarla a cenar. Gracias a Eriol sabia la dirección de Sakura (a solo 8 manzanas de su departamento), aunque claro, le había costado una mirada acusadora y una sonrisa ladina por parte de su amigo de la infancia.
Ahora lo único que se interponía entre la esmeralda y él en una cama sudorosos y agitados… eran las 10 horas de trabajo que tenía por delante.
El golpeteo en la puerta lo sacó de sus pensamientos, el señor Jefferson seguía hablando de su esposa, parecía no haberse percatado del sonido.
—Pase— respondió al insistente ruido.
—Lamento la interrupción, Shaoran cuando termines con tu paciente pasa por mi oficina, tengo un paciente que necesita de un buen cardiólogo. — le dijo Eriol asomándose por la puerta. — Con su permiso. —Shaoran asintió muy serio y luego vio a Eriol desaparecer tras la puerta.
Hoy más que ningún otro día no necesitaba pacientes extras.
Dirigió su atención a su paciente y comenzó a revisarle y explicarle todo lo necesario para mantener su corazón en óptimas condiciones, a pesar de las constantes interrupciones del señor Jefferson se las arregló para salir de su consultorio 10 minutos después.
Antes de llegar al elevador su amigo de anteojos se materializó enfrente de él.
—¿Listo para desayunar?... — dijo Eriol pasando su brazo por los hombros de Shaoran— me estoy muriendo de hambre. —
—¿Desayunar? ¿Y tú paciente? — preguntó extrañado el castaño
—Ay Shaoran ¿te lo creíste? — Dijo el inglés sofocando una carcajada—¡Eres tan ingenuo!
—¡Déjame en paz! —Le gritó al tiempo que se separaba de él— Además no tengo hambre.
—Oye solo porque no va a estar Sakura, no significa que no puedas desayunar con nosotros. — comentó el ojiazul.
A pesar de que iba discutiendo con su amigo, este de alguna forma se las arregló para arrastrarlo todo el camino hasta la cafetería, al entrar se resignó y pensó que ya que estaba ahí, podría comer algo rápido y regresar a su plan original.
Ordenó un sándwich y café a Eleonor quien como siempre lo atendió con una gran sonrisa en su rostro y mirada pícara, luego se encamino a la mesa con Eriol y Tomoyo que ya los esperaba.
—Buenos días Shaoran— lo saludó amablemente la amatista.
—Buenos días — gruñó.
—Tendrás que perdonarlo amor, pero es que esta triste porque no está Sakura. —le dijo el inglés a su prometida luego de darle un beso.
—Jódete Eriol. — le dijo fulminándolo con la mirada, podía sentir como sus mejillas habían aumentado de tono.
—Amor Shaoran está siendo grosero conmigo, defiéndeme. — le pidió a su novia con ojitos de cachorrito.
—Eriol deja al pobre Shaoran, ¿no ves que lo estas avergonzando? —explico Tomoyo, el castaño se permitió sentir alivio demasiado pronto. —además es bueno que Sakurita tenga un día libre, así nuestro querido Shaoran podrá pasar más tiempo atendiendo a sus pacientes y no observando todos los movimientos de Sakura. —
La pareja comenzó a reírse y a seguir molestando al pobre Shaoran.
—Los odio a ambos. — les dijo a la pareja, que seguían riéndose estruendosamente.
Los 3 amigos siguieron comiendo sus alimentos, hasta que les llegó una suave risa proveniente del fondo de la cafetería.
Shaoran había pasado casi un mes deleitándose con esa risa, como si hubiera escuchado que alguien lo llamaba volteo su cabeza rápidamente y fue entonces que la vio.
Sakura estaba sentada en una de las mesas que daba hacia los jardines, esas mesas eran solo para dos personas, desde donde él estaba tenía una vista perfecta de Sakura y pudo ver como ella reía a grandes carcajadas mientras comía sus hot cakes.
¿Si aún estaba en el hospital por que no se había reunido con ellos?
Entre las personas de la cafetería y unas plantas colocadas cerca de la mesa de la esmeralda, le era imposible al ambarino ver al acompañante de Sakura.
La situación no le agradó nada a Shaoran, podía sentir otra ronda de celos apoderarse de él, no recordaba haberse levantado de su lugar y caminar a grandes zancadas hacia ella, estaba a pocos metros de ella cuando vio como Sakura cortaba un pedazo más de sus hot cakes y lo llevaba hasta la boca de la persona sentada enfrente de ella.
¡¿Cómo se atrevía a salir con alguien más si apenas ayer lo había besado a él?!
El cardiólogo sintió una patada en el estómago, estaba fuera de sí, y aunque sabía que era estúpido sentir tal cantidad de celos por una persona, apretó más el paso hasta que tuvo una visión clara de la situación.
Fue entonces que se declaró la persona más estúpida del universo, sentada enfrente de Sakura estaba una niña pequeña con grandes ojos color miel y rizos a juego, parecía una muñeca de porcelana y parecía estar maravillada por la presencia de Sakura.
—Te dije que te gustarían… los hot cakes de Eleonor son los mejores. — le decía la castaña a la pequeña en medio de una risa.
La niña no dijo nada, siguió saboreando el bocado que acababa de llevarse a la boca, Shaoran olvido todo el enojo, celos y vergüenza que había sentido hace unos cuantos segundos atrás, se limitó a sonreír ampliamente al cuadro que tenía enfrente.
—Hola Shaoran ¿Qué tal va todo? — lo saludó Sakura.
—Hola. — y por impulso le plantó un suave beso en los labios.
El roce duró apenas unos segundos y una vez que se separaron, se reprendió a si mismo por su falta de control, y para comprobarlo vio la mirada llena de sorpresa y confusión de la esmeralda.
Intercambiaron miradas de espanto por unos segundos, luego centraron su atención en la pequeña que los veía con los ojos como platos.
—Abi te presentó a Shaoran, él también es doctor. —le dijo a la pequeña castaña. —Shaoran ella es Abi, mi nueva amiga. —
—Hola, mucho gusto en conocerte. — saludó él poniéndose a la altura de Abi, agradecido por tener que desviar la mirada de Sakura.
La niña parecía estar en una especie de trance, observaba todo el rostro de Shaoran y cuando por fin volvió a la realidad, se sonrojó intensamente y regresó la vista a su plato, un apenas perceptible "hola" salió de sus labios.
Él se incorporó y muy a su pesar, dirigió su atención a Sakura.
—¿No deberías estar disfrutando de tu día libre? — cuestionó.
—Sí, pero le prometí a Abi que la vería hoy, en cuanto terminemos me iré. — respondió tomando un sorbo de jugo, evitando la mirada color chocolate de él.
—¿Y qué harás más tarde? — presionó Shaoran, algo le pasaba a su lengua, parecía tener vida propia, era obvio que no era el mejor momento para invitarla a salir.
—mmmmmm no lo sé, supongo que dormiré, comeré y volveré a dormir— contestó la esmeralda.
—Estaba pensando que …ammm ya sabes …podríamos ….— balbuceó, pero antes de que pudiera terminar, una voz bajita y dulce los interrumpió, Shaoran agradeció que alguien lo obligara a guardar silencio.
—¿Ustedes son novios? — preguntó Abi con inocencia, aún seguía sonrojada.
Ya no estaba tan agradecido.
Fue el turno de ambos doctores para sonrojarse y dirigirse una rápida mirada buscando como explicarle a una pequeña e inocente niña de 5 años que planeaban tener sexo una vez y luego seguir con su relación de amigos, suponiendo que el lapso de idiotez del castaño ni hubiera arruinado las cosas…
Shaoran fue el primero en reaccionar y responder a Abi.
—Algo así linda— respondió Shaoran antes de que su cerebro le impidiera decirlo.
¡¿Algo así?!
Lo sabía, había sido una respuesta estúpida y la mirada de la castaña de ojos color esmeralda solamente pudo confirmar este hecho era obvio que esa respuesta la había hecho sentir incomoda.
Bravo Shaoran …
Al parecer esta noche su única compañía seria su mano derecha.
—¿Pero quién es esta princesa tan hermosa? — dijo Eriol mirando a la pequeña.
Por primera vez en muchos años, Shaoran agradeció la intromisión de Eriol y Tomoyo, su presencia había impedido que Abi hiciera más preguntas y que Sakura siguiera viéndolo como si le hubiera crecido una segunda cabeza e intentara comérsela.
Abigail volvió a sonrojarse.
—Soy Abi…y no soy una princesa…—respondió avergonzada.
—¿Pero cómo no vas a serlo? ¡Mira esos ojos tan hermosos y ese cabello! — continuo alagándola el ojiazul.
—Abi ellos también son amigos míos, él es Eriol Hiragizawa y ella es Tomoyo Daidouji. — los presentó Sakura, todavía parecía incomoda.
—Un placer encanto. — Tomoyo le sonrió.
—Bueno Abi ya es tarde, le dije a Rika que solo desayunaríamos y te regresaría a tu habitación. — declaró Sakura.
El rostro de Abi se ensombreció, era obvio que no quería regresar a su habitación, no sabía cuál era su historia, pero no parecía una típica niña feliz y traviesa, de cierta forma parecía más madura que cualquier otra niña que el ambarino hubiese visto antes.
Después de intercambiar despedidas las 2 castañas salieron por las puertas de la cafetería en dirección al elevador.
Hasta ese momento Shaoran pudo respirar y calmar sus nervios.
Eriol y Tomoyo se despidieron de él y regresaron a su mesa, Shaoran quería interceptar a Sakura cuando saliera del hospital y hablar con ella sobre lo sucedido con Abi, asi que empezó a caminar pero antes de que pudiera llegar a la entrada del hospital su celular comenzó a sonar insistentemente.
Tan metido en sus pensamientos estaba que no verifico a quien pertenecía el número, no fue hasta que la voz falsa y melosa de Kaho lo sacó de sus pensamientos.
—¡Shaoran querido! Que grosero te has vuelto, llevo semanas marcándote. — reclamó la voz de su ex jefa. — Ya deja de hacerte el mártir y regresa a la clínica, tengo una nueva oficina y un gran aumento con tu nombre, solo tienes que decir que sí. —
—¿En qué momento te volviste tan estúpida que no entiendes cuando alguien te dice que no? — exclamó Shaoran.
—Shaoran cariño, lamento mucho los problemas que te cause, pero ya todo quedo en el pasado. — Kaho hablaba despreocupadamente. — Si regresas me encargare de enmendarte todo… hasta podríamos festejar en la cama, como aquella vez. —
—Esa noche fue un completo error, me da asco pensar en eso. — respondió Shaoran completamente exasperado, la verdad era que si había disfrutado de esa noche pero ahora solo podía sentir asco y vergüenza de haberse involucrado con semejante mujer. — No volveré y deja de buscarme. —
—No deseo que terminemos en malos términos cariño, sabes que no me quieres de enemiga. — la voz de la mujer se había vuelto amenazadora. — Tal vez ya no tenga tu carrera en mis manos… pero puedo buscar la manera de hacerte daño. —
—Jódete Kaho, tu tampoco me quieres de enemigo, ¿crees que no puedo averiguar con qué tipo de personas estas involucrada? ¿Qué no puedo averiguar con cuantas personas has estado traficando órganos? — él mismo tuvo problemas en reconocer esa voz tan afilada y helada que salía por su garganta.
—¡Eres un malagradecido! ¡Yo te enseñe todo lo que sabes! — del otro lado de la línea, Kaho parecía haber perdido la cordura. — ¡Eres uno de los mejores cardiólogos del país gracias a mí, bastardo! … ¡No dejare esto así, ya lo veras!
Lo siguiente que escuchó el castaño fue el sonido de la línea indicándole que Kaho había colgado.
Él tenía una nueva vida aquí y no iba a dejar que la puta de Kaho Mizuki arruinara todo, si ella quería pelea, él se la daría.
Sakura
Ya eran casi las 9:30 de la noche, llevaba corriendo casi una hora alrededor de un pequeño parque en el centro, que a esta hora estaba casi vacío, gracias al frio que se sentía, ya casi no quedaba nada de nieve, pero el frio aire persistía.
Luego de dejar a Abi en su habitación y despedirse de ella, se había marchado a casa, durmió cerca de 5 horas, aseó un poco su departamento, comió algo y se sentó a ver el televisor. Muerta de aburrimiento alrededor de las 8 pensó que salir a correr le despejaría un poco la cabeza.
Se había puesto sus pantalones y blusa deportivos, con una ligera chamarra, el frio no era problema para ella, siempre le había gustado.
Una vez lista comenzó a correr hacia el parque del centro, escuchando música en su Iphone.
A pesar de que ya había cumplido su hora reglamentaria de ejercicio, no se sentía cansada y no había podido aclarar su mente, era bastante exasperante preocuparse por lo mismo una y otra vez. Además si lo pensaba detenidamente, ni siquiera era un problema apocalíptico… pero es que en serio se había sorprendido con el comportamiento de Shaoran …
¡La besó a modo de saludo… eso era algo que una pareja hacia y ellos ni siquiera se habían acostado aun!
Albergaba la esperanza de que Shaoran solo lo estuviera bromeando o …
¡Basta Sakura! Estas comportándote como una imbécil… no significa nada.
Se detuvo en una de las esquina del parque, esperando a que el semáforo le indicara que podía avanzar, aunque había estado corriendo la pasada hora, a estas alturas estaba completamente helada, su nariz seguramente estaría muy roja, pero no importaba, no vivía muy lejos.
El semáforo cambio a rojo, evitando que los autos siguieran avanzando, comenzó a trotar hacia el otro lado de la calle, las farolas le iluminaban el camino, sin embargo antes de que pudiera llegar a la siguiente esquina una voz masculina, suave pero al mismo tiempo grave gritó su nombre.
Estaba sorprendida por la presencia del castaño en ese lugar, se giró en su dirección y lo vio acercarse trotando desde su auto hacia ella.
—Shaoran…¿Qué haces aquí? — lo miró intrigada.
—Podría preguntarte lo mismo… es muy tarde para salir a correr ¿no crees? —apuntó mirando su atuendo. — ¡Además está helando Sakura! —
—¡No seas exagerado! No esta tan frío…— le dijo con una sonrisa al ver su gabardina y sus guantes negros.
—Loca— le respondió también con una sonrisa. —Fui a buscarte a tu departamento pero el portero me dijo que habías salido, iba camino a mi departamento cuando te vi corriendo alrededor del parque. —
—Si… estaba aburrida y decidí salir a estirar un poco las piernas. — le contó. — Pero que bueno que te veo… ammm escucha Shaoran, sé que estoy exagerando pero…—
—ya se ya se, te incomodo el beso de la mañana ¿cierto? — se adelantó Shaoran. — No te preocupes, de eso te quería hablar, creo que deberíamos dejar las cosas claras antes de que ocurra cualquier otra cosa ¿no te parece? —
—¡Exacto! Mira yo pienso que… — comenzó a hablar la castaña bastante aliviada, pero antes de explicar sus términos Shaoran la interrumpió.
—Sakura por favor… ya no siento mi nariz ¿podemos ir a otro lugar y hablar ahí? — le pidió el castaño.
Hasta ese momento la esmeralda vio la nariz de Shaoran que bien podría ser una cereza, sus dientes estaban castañeando y él se abrazaba a sí mismo para entrar en calor. Se veía adorable.
Luego de una carcajada asintió y ambos se encaminaron al auto del ambarino, en el momento que entraron en el vehículo, Shaoran encendió la calefacción y suspiró.
—Mucho mejor— le dijo.
—¿Cuánto tiempo has vivido en Inglaterra? — preguntó observando al joven deshacerse de sus guantes.
—Toda mi vida— respondió con simpleza.
—¿Toda tu vida?¿ Y aun así no soportas el frio? … patético. —declaró ella.
—Discúlpame si no disfruto de una muerte lenta por congelamiento, yo prefiero los climas cálidos… con poca ropa. — le dijo sugestivamente y encendiendo el motor.
—jajajajajaja pues muchos dicen que para entrar en calor la mejor solución es el calor corporal. — contraatacó ella siguiéndole el juego. —en los días fríos es una buena excusa para quedarse e cama… disfrutando del calor de alguien más. —
—Tenemos que cambiar de tema… al menos hasta que estemos en mi departamento. — le dijo girando el auto a la derecha.
—¿Y por qué vamos a tu departamento?… vamos al mío, tengo que bañarme. — exigió Sakura.
—Muy tarde… ya llegamos, además si tanta es tu insistencia en bañarte, puedo prestarte mi ducha. —le dijo al tiempo que bajaban del auto.
Solo había conducido dos cuadras más adelante del parque… no pensó que viviera tan cerca.
Era un edificio de unos ocho pisos de alto y también se veía bastante lujoso, entraron por un pasillo lleno de plantas hacia un elevador plateado, una vez dentro Shaoran presionó el botón con el número 5 y el ascensor comenzó a subir.
—Eres un tramposo, no me dijiste que prácticamente estábamos en tu casa. —le dijo Sakura sacándole la lengua.
—Prefiero pensar que soy ingenioso. —bromeó con ella mientras la acorralaba contra la esquina del ascensor. —Ahora si… dime tus condiciones. —
—Bien, primero tenemos que dejar bien claro que esto solo pasara una vez ¿verdad? — preguntó al castaño.
—Correcto, después de esta noche mantendremos nuestra amistad…—continuo él besando su cuello.
—Pensé que íbamos a hablar. — le dijo la esmeralda, al mismo tiempo que rodeaba con sus brazos el cuello del ambarino.
—Y eso hacemos. — contestó Shaoran mordiendo el lóbulo de su oreja. — seguiremos siendo amigos…. ¿qué más? —
—Si… no habrá sentimientos de por medio, osea que tienes prohibido enamorarte de mi Shaoran. — le susurró al oído.
—Tú tampoco puedes enamorarte de mí. — le dijo rozando sus labios.
—No lo haré, ¿algo más? — lo interrogó, besándolo suavemente antes de dejarlo contestar.
—No— respondió rápidamente, casi al instante se abrieron las puertas del elevador y Shaoran la cargó, ella envolvió sus piernas alrededor dela cintura del ambarino.
Estaban a unos cuantos metros de la puerta del departamento de Shaoran pero tuvieron que detenerse cuando la necesidad de besarse fue más grande, él la sujetaba firmemente por la cintura mientras se posesionaba salvajemente de la boca de Sakura, ella sujetaba el rostro de Shaoran con ambas manos impidiendo que él se apartara de ella.
Al final tuvieron que separarse para que Shaoran pudiera abrir la puerta, Sakura no tuvo ninguna duda de que a él también le gustaba vivir rodeado de ciertos lujos, su departamento era un poco más grande que el de ella, su decoración era moderna y no tenía que preguntar cuál era su color favorito… las paredes, las cortinas y los cojines de los sillones eran verde esmeralda, combinaban perfectamente con el color negro o platinado de los muebles alrededor de la casa.
Volvió a sentir los labios del castaño sobre su cuello, reclamando su atención.
—Después te daré el tour. — le dijo con la voz completamente ronca.
Se miraron por unos segundos antes de que ella le quitara la pesada gabardina que llevaba y lo dejara en una fina playera blanca, podía ver todos los músculos que cubría la dichosa tela, se relamió los labios antes de quitársela y revelar un cuerpo perfectamente esculpido. Podía decir que él estaba orgulloso de haberle causado semejante reacción, tenía su típica sonrisa ladina y un brillo de malicia en los ojos.
—Tus pupilas se han dilatado. — le afirmó el castaño en tono burlón.
¡Por supuesto que se habían dilatado! La visión de su abdomen, espalda y brazos sin nada que los ocultara, era por más una de las experiencias más excitantes de toda su vida. De cualquier forma ella no dejaría que se burlara de ella… le pagaría con la misma moneda.
—Veamos si yo puedo dilatar tus pupilas— lo retó, sin romper el contacto visual abrió su chamarra y la arrojó a algún lado del departamento, acto seguido tiró de su blusa hacia arriba revelando un sujetador negro. El efecto fue casi instantáneo, Shaoran gruñó algo y en 3 segundos ya la había tumbado en un sillón y volvía a besarla con furia. Sus manos guiaron a los pantalones de la esmeralda hacia abajo, una vez que se encontró cubierta solo por su ropa interior, observó a Shaoran incorporarse solo unos centímetros para examinar todo su cuerpo, sintió el momento exacto en que la erección del ambarino creció.
Sakura movió un poco sus caderas, ambos gruñeron ante el contacto, pero pareció sacar al castaño de su trance, se agachó y comenzó a dejar una serie de besos por todo el cuello de Sakura, al llegar a su sujetador lo desabrochó con un poco de dificultad, ya que logró removerlo se pasó la lengua por los labios y luego empezó a succionarlos con hambre, cada vez que llegaba al delicado pezón de Sakura le propinaba una mordida, en respuesta ella gemía más alto y movía su cadera contra la de él.
Cuando considero que había sido suficiente atención hacia sus senos, siguió bajando por su vientre, ella tuvo que debatirse entre reír o gemir ante dicho roce, sintió la respiración de Shaoran muy cerca de su intimidad, se relamió lo labios y abrió más las piernas para facilitarle el acceso.
El ambarino le sonrió y se deshizo de la última prenda de Sakura, besó el interior de sus muslos y siguió el camino hasta la parte más húmeda de la esmeralda, la penetró con su lengua una y otra vez, ella gemía cada vez más fuerte y se aferraba con una mano a los cabellos color chocolate del chico y con la otra al borde del sillón, aumentó los movimientos de su lengua y subió una de sus manos hasta toparse con el seno derecho de Sakura, lo masajeó por un rato hasta que escuchó que los gemidos de Sakura eran más intensos, entonces con ambas manos sujeto su cadera y succionó con más fuerza, finalmente la dulce esmeralda culminó con un gritó de placer.
La fuerza de su orgasmo fue indescriptible, sentía todo el cuerpo acalambrado, su respiración era irregular y se mordía con fuerza el labio inferior, podía ver la cara de satisfacción de Shaoran.
Ya que pudo regular su respiración se incorporó, quedando sentada encima del ambarino, sus ojos se encontraron nuevamente, a igual que sus labios, ella se encargó de que el beso fuera muy lento y suave, sentía la necesidad de Shaoran de profundizarlo, pero era su turno de sufrir.
Siguió con el ritmo de sus besos y poco a poco fue deslizando una de sus manos en los pantalones del castaño, localizó el miembro de Shaoran completamente erecto y deseoso de introducirse en ella, volteo a ver el rostro de su "compañero de esta noche", pudo ver una mezcla de anhelo y sorpresa en sus ojos, se aseguró de no romper el contacto visual, comenzó a mover su mano sobre su miembro con una lentitud desesperante, lo sentía caliente contra su mano, aumentó ligeramente la velocidad, los ojos de Shaoran eran más negros que café, de su boca salían gruñidos que al principio eran muy leves pero conforme fue aumentando la velocidad se tornaron más intensos.
—Saku… Sakura…detente— se ve que no fue fácil para él formular esas palabras.
—¿Me detengo?... — le preguntó con malicia, rozando sus labios contra su garganta.
Él ya no pudo hablar, tenía sus ojos firmemente cerrados, se limitó a asentir.
Sakura le hizo caso y liberó a su miembro de su agarre, sintió como los músculos del castaño se relajaban, hasta que ella comenzó a besarlos y dejar mordidas por todos lados.
—Te necesito ahora Shaoran. — le dijo al oído mientras su lengua y sus dientes marcaban esa área.
Shaoran obediente planeaba acostarla en el sillón e introducirse en ella, pero ella lo hizo permanecer en su lugar, se levantó unos centímetros y colocó su miembro en su entrada, el ambarino sujetó las caderas de la mujer con fuerza y empezó a introducirse en ella.
Sakura comenzó a moverse sobre Shaoran, se dio cuenta que no tardaría mucho, estaba demasiado excitada, se sujetó con fuerza de los hombros del muchacho, él buscó sus labios con desesperación para ahogar sus gemidos en su boca, sus lenguas comenzaron a entrelazarse.
Luego de unos minutos los gemidos de ambos podían escucharse en todo el departamento, la velocidad y la fuerza de las estocadas de Shaoran contra Sakura habían incrementado bastante, el castaño se impulsó un poco hacia delante y mordió el cuello de la esmeralda, ahogando parcialmente su orgasmo, Sakura no tardó en hacerle compañía cuando sintió a Shaoran derramarse dentro de ella.
Descansaron unos minutos así, sin romper su unión.
—Ya me estoy arrepintiendo de la regla de solo una noche. — dijo Shaoran jadeando y quitándole un mechón de pelo de la cara.
—La noche es joven. — respondió la castaña, inclinándose sobre él para besarlo.
Shaoran
¡¿Qué diablos te pasó Shaoran?!
Seguía preguntándose eso desde que despertó, eran las 4:30 am, llevaba despierto media hora y al igual que entonces miraba fijamente la espalda de la mujer dormida a su lado.
¡Y era ella la culpable de todo!
Por culpa de ella le dolía todo su abdomen y su espalda, por culpa de ella se le había olvidado que él no llevaba a NINGUNA mujer a su departamento y mucho menos compartían cama TODA la noche, ¡carajo! Ni siquiera habían usado protección …
Luego de haber tenido sexo en el sofá, lo hicieron en la mesa del pasillo hasta que lograron llegar a la cama… donde lo habían hecho otra vez…
¡¿Por qué carajos se había idiotizado de tal forma?!
Sintió a la dueña de sus preocupaciones removiéndose a su lado, ella se volteo y quedo de frente a él, se estiró y le sonrió ampliamente.
Por eso …
Su cabello estaba revuelto y más rizado de lo que podía recordar, sus labios seguían algo hinchados por toda la acción nocturna que tuvieron. Se inclinó y la besó.
—Hola— la saludó aun sobre sus labios.
—Hola— respondió ella después de largo suspiro. —¡No me quiero levantar! —
—Pues no lo hagas…todavía es muy temprano. —le dijo jugando con unos mechones de su largo cabello.
—Sí, pero yo aún tengo que ir a mi departamento y arreglarme… porque alguien no quiso llevarme a mi departamento anoche— lo acusó.
—Lo pasamos mejor aquí…— se defendió.
—También tengo un sofá, una mesa y una cama en mi casa ¿sabes? — le dijo dándole una palmada en el pecho, a lo que el respondió con una carcajada.
Dicho esto, la vio sentarse y frotarse los ojos, la sábana que la cubría se había resbalado, podía ver sus senos desnudos, senos que ahora conocía muy bien. Ella parecía no notarlo o no darle importancia.
Antes de que se decidiera a salir de la cama la jaló hacia atrás hasta que su espalda se posó nuevamente en el colchón, le pasó un brazo por la cintura y la acercó más a él.
—Es muy temprano Sakura, además yo puedo llevarte más tarde a tu departamento. — le dijo el castaño.
—Si se nos hace tarde tú serás el único culpable. — le avisó luego de meditarlo un rato, mientras se acomodaba más contra él.
Permanecieron unos minutos en silencio, acurrucados, hasta que Shaoran decidió hablarle sobre lo que lo tenía tan preocupado.
—Sakura… ammmm anoche… tú y yo— se aclaró la garganta. — no nos protegimos…—
—No te preocupes… mira— le indicó al tiempo se enderezaba y extendía su brazo izquierdo, tomó su mano y la colocó en la parte interna de su brazo. Debajo de la piel se sentía algo similar a una aguja. —Es un implante subdérmico… faltan 2 meses para que tenga que cambiarlo. —
Shaoran relajó los hombros casi al instante, Sakura se había acomodado nuevamente en la cama.
Se le había olvidado con quien estaba tratando, Sakura no dejaba ningún cabo suelto, no le hubiera permitido tocarla y hacerla suya tantas veces la noche pasada, de no haber tenido protección.
Al igual que ella cerró sus ojos y se hundieron en un profundo sueño.
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Dos horas más tarde estaban en el departamento de la castaña que en este momento le gritaba desde la regadera.
—¡Te lo dije Shaoran! ¡Te dije que se nos iba a hacer tarde!... — su voz era amortiguada por la puerta del baño.
Él estaba recostado en su cama con una gran sonrisa, examinando la habitación de Sakura, color rosa adornada con pétalos de cerezo, del lado izquierdo estaba su tocador lleno de productos de belleza, a la derecha tenía un escritorio pequeño con flores y algunos papeles sobre el, a la cabecera de la cama se amoldaba un librero que iba del techo al suelo en toda la extensión de la pared y enfrente de la cama estaba una pantalla de plasma y dos puertas blancas que el imaginaba llevaban al closet de la esmeralda.
—… ¡y ahora no sé qué ponerme! — dijo entrando a la habitación envuelta por una toalla, se acercó a las puertas blancas y las abrió.
Fue entonces que Shaoran, sí que se sorprendió, el closet de Sakura parecía otra habitación y toda estaba llena de vestidos, faldas, pantalones, abrigos, zapatos y joyería.
Se levantó de la cama y la siguió al interior del armario.
—¿Quién necesita tanto espacio para su guardaropa? — preguntó desconcertado.
—¡Todas las mujeres!... pero tristemente no todas pueden costeárselo. — respondió ella buscando algo que ponerse entre los vestidos.
Encontró un vestido verde esmeralda de manga larga con un escote algo pronunciado y hasta la rodilla, dejó caer la toalla y comenzó a vestirse.
Shaoran se la imagino haciendo ese ritual todas las mañanas, ese pensamiento le provocó un calor en el pecho.
—¿Qué te pasa? — le preguntó Sakura, al parecer la había estado observando detenidamente por mucho tiempo.
—Nada… me gusta ese vestido. —le dijo.
—Gracias… supuse que te gustaría es tu color favorito ¿no? — le preguntó cepillándose el cabello.
—Si, es mi color favorito…¿Cómo lo supiste? — la miró sorprendido por su descubrimiento.
—jajajajaja Shaoran… casi todo en tu departamento es verde. — apuntó, acercándose a su tocador.
—Entonces te lo pusiste para mi…— Era más una confirmación que una pregunta.
Terminó de aplicarse maquillaje y fue hasta él.
—Claro… me lo puse para captar tu atención. — le dijo en broma mientras se daba una vuelta para que la viera de todos los ángulos.
Rápidamente se puso unas botas de tacón alto negras, se dirigía hacia la sala por su bolso y abrigo, cuando Shaoran tiró de su muñeca y la besó hasta quitarle todo el labial que se había aplicado.
— Si rompo una regla será tu culpa…— le advirtió regalándole una suave mordida en el labio inferior. —¿Ya estas lista? —.
—ammmm… ya, vámonos. — dijo con voz temblorosa.
Llegaron al hospital a las 7:15 am, cosa que Sakura seguía reprochándole, a él no le importaba disfrutaba viéndola enojada y nerviosa.
Ambos se bajaron en el piso de la castaña, en donde Keffer la estaba esperando.
—Dra. Kinomoto, pensé que no vendría. — le dijo sonando bastante aliviado.
—No sería capaz de dejarte solo Keffer, ¿Qué hay hoy? — preguntó mientras se dirigían a su oficina.
—El paciente en la cama 70 sigue quejándose de dolor, ya revisé su medicamento y la dosis y son los adecuados, aun así exige verla de inmediato, la Sra. Saunders viene a su curación, en emergencias hay una niña con fractura cerrada de cubito y radio, un joven con luxación acromio-clavicular grado 2 y una señora con fractura de Colles. —reportó el interno. — ¡Cierto! La Dra. Sasaki me pidió que le informara que a una niña llamada Abi le harán una punción lumbar, está programada para las 3 de la tarde, me comentó que sería de mucha ayuda que usted este ahí. —
—¿Punción lumbar? ¿Por qué? — notó como se alarmaba la esmeralda ante la mención de Abi.
—No lo sé, no me lo dijo— respondió Keffer.
—¿Y por qué no se lo preguntaste? — le reclamó el castaño, se volteo hacia Sakura y la sujetó de los hombros. —Tranquila, las punciones lumbares son comunes en niños, tal vez lo está haciendo para encontrar el mejor tratamiento para Abi. —
La castaña lo considero un rato y al final más calmada asintió con la cabeza.
—Si … tienes razón, iré a verla mas tarde. — le sonrió.
—Me tengo que ir… te veré más tarde. — Se despidió dándole un beso en la mejilla, antes de que pudiera protestar le dijo— Eso no va en contra de las reglas.
Se subió al elevador hacia su piso, hoy iba a estar de buen humor.
Sakura
Se encontraba en el quirófano con Keffer colocando una placa de compresión sobre el húmero derecho de un joven de 23 años que escalando un árbol, resbaló y cayó sobre su brazo derecho completamente extendido, llegó con fractura expuesta y sangrado profuso que no podía ser controlado por los métodos convencionales así que fue programado automáticamente para cirugía.
—¿Te gustaría poner uno de los clavos? — le preguntó a Keffer, el muchacho se sonrojó y asintió con la cabeza.
Cambiaron de lugar para que el interno pudiera tener mayor visibilidad, ella le pasó uno de los clavos de Kirschner y le indicó como montarlo en el taladro.
—Bien, en la placa de compresión hay varios orificios, vas a colocar este clavo en el primer orificio, ten cuidado, solo debes atravesar el hueso y colocarlo intramedular. — le explicó Sakura.
Keffer encendió el taladro y se dejó guiar por el orificio que le había indicado su doctora, sabía que no era tan difícil, pero tener la mirada esmeralda de su tutora lo ponía nervioso, el taladró fue abriendo un agujero en el hueso, estuvo pendiente del momento en que la punta del clavo se perdió en el interior del húmero, luego lo acomodó de forma que quedara transverso.
—Perfecto. — dictaminó Sakura. — Te has ganado el derecho a colocar los otros 3. —
No podía ver su sonrisa porque tenía puesto el cubrebocas, pero podía ver ese brillo tan especial que se apoderaba de sus ojos cada vez que sonreía. Le encantaba estar en su servicio, se divertía mucho… y ella era tan linda.
—Keffer ¿Estás bien? —le preguntó la castaña, notó que el Dr. Boxwell se había quedado absortó en sus pensamientos.
—Si… lo siento. —dicho esto prosiguió a colocar los clavos faltantes bajo las instrucciones de Sakura.
Ella disfrutaba de cualquier cirugía, la relajaban bastante, pero hoy su mente estaba completamente distraída, y es que AHHHHHHHHH su noche con Shaoran había sido perfecta, no recordaba haber sentido tanto placer con alguien más.
Se sentía como adolescente estúpida que acaba de recibir un beso del chico que le gusta, tenía mariposas en el estómago, sentía un cosquilleo en la punta de sus dedos y tenía una sonrisa que no podía quitarse de encima. Por eso agradecía que Keffer estuviera ahí para auxiliarla.
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Tardaron otra hora y media en terminar toda la cirugía, iba saliendo de la sala de lavado, movía su cuello para aliviar la tensión que tenía, consultó su reloj y vio que casi eran las 3 de la tarde.
Tenía que apurarse si quería llegar a tiempo con Abi, apretó el paso hacia los elevadores, pero antes de llegar alguien chocó contra ella, se detuvo para ver como Neil Anderson, el interno de Shaoran, se disculpaba repetidamente con ella.
—Dra. Kinomoto lo siento mucho, no vi por donde iba— se disculpó.
—No te preocupes— lo calmó. — ¿Dónde está Shaoran?
—Viene detrás de mí. — y sí, en ese momento venia saliendo del quirófano de al lado. —¡Dra. Kinomoto no lo va a creer el Dr. Li me dejó hacer una anastomosis de los grandes vasos y también cerré el pericardio de nuestro paciente! —
—¿Enserio? — preguntó asombrada a Shaoran.
—No entiendo cuál es el gran alboroto…— le dijo mirándola fijamente. —Hoy estoy de buen humor, además ya era hora de justificaras tu estancia en este hospital Anderson. —
—Gracias— gritó el interno mientras se marchaba corriendo, seguro a contarle a los demás lo que acababa de hacer.
—¿Así que lo único que hacía falta para que fueras amable con los internos… era tener sexo conmigo? — le preguntó la esmeralda alzando una ceja.
—No sé de qué hablas. — evadió Shaoran. —Solo te diré que esos molestos internos te deben mucho… ¿A dónde vas? —
—Son casi las 3… voy a ver a Abi. —le recordó.
—Bien, voy contigo. — le dijo Shaoran.
Ambos tomaron el ascensor hacia el quinto piso para ver a Abi, la subida estuvo llena de miradas y sonrisas furtivas entre los dos doctores.
Una vez en el piso de pediatría Sakura localizó a Rika y se acercó a ella con Shaoran pisándole los talones.
—Sakura, que bueno que viniste… Dr. Li. — los saludó, ambos respondieron al saludo y ella prosiguió. —Estuvimos dándole a Abi una dieta rica en hierro y proteínas para incrementar su recuento eritrocitario, pero los laboratorios de hoy muestran que la anemia está empeorando en lugar de mejorar… me gustaría empezar a descartar algunas patologías para establecer un diagnóstico más certero, es por eso que ordené la punción lumbar. —
—¿Y cómo esta ella? ¿Aún no viene nadie por ella? —cuestionó Sakura a la pediatra.
—Desde ayer mejoró bastante su ánimo, me parece que fue gracias a ti. — le respondió con una sonrisa. — En cuanto a sus familiares… no nadie ha venido por ella, esta mañana llamé a servicio social y ya están haciéndose cargo del caso, pero como Abi aún requiere de atención médica, no se la han llevado. —
—¿Podemos verla? — preguntó Shaoran.
—Claro, de hecho ha estado preguntado por ustedes, sobre todo por ti Sakura. — les dijo Rika.
Los dos entraron en la habitación de Abi, que como la mayoría en el piso de pediatría estaba pintada con colores alegres y tenía cuadros con animales y flores.
En cuanto los vio Abi se le dibujó una gran sonrisa en el rostro.
—¡Sakura viniste! — gritó la niña con alegría. — y trajiste a Shaoran. — dijo, esta vez sonrojándose.
—¡Claro! Es solo que teníamos mucho trabajo, pero aquí nos tienes. — le habló con dulzura.
El semblante de Abi cambio a uno de preocupación y miedo.
—La doctora Sasaki dice que me tienen que picar con una aguja en la espalda Sakura, pero yo no quiero, ¡va a doler! — se quejó la pequeña.
—Si, a mí también me lo mencionó y no te voy a mentir si duele un poco, pero eso nos va a ayudar a curarte y a que ya no te sientas mal. — le explicó Sakura, no sabía cómo hacerle entender a Abi que tendría que soportar un dolor inmenso.
—Además nosotros vamos a estar ahí contigo ¿verdad Sakura? — señaló Shaoran.
—Así es— afirmó Sakura. —Mira, te van a decir que te acuestes y que acerques tus rodillas a tu pecho, así, luego van a descubrir tu espalda y te van a poner un líquido aquí para…
Sakura no pudo terminar su explicación, cuando descubrió la espalda de Abi se encontró con un gran hematoma en su espalda.
Shaoran debió ver la expresión en su rostro porque se acercó a ella y vio lo mismo que ella, le puso una mano sobre su hombro en señal de apoyo.
—¿Y luego? — preguntó la niña.
—… luego sentirás un piquete, será incomodo, pero será rápido. —terminó Sakura, el tono de su voz se había vuelto más inestable.
Abi se hincó en la cama y abrazó a Sakura, la castaña sintió que se le formaba un nudo en la garganta al momento de regresarle el abrazo, volteo a ver a Shaoran y le dijo.
—Dile a Rika que llamé a Naoko…—.
El cardiólogo suspiró y salió de la habitación.
Esperaba con todo su corazón estar equivocada… porque de no ser así, casi podría asegurar que Abi tenía cáncer.
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Siento mucho la tardanza, pero aquí les dejo el quinto capítulo de la historia.
Muchas gracias por seguir leyendo, no olviden dejar sus reviews.
Nos vemos en el siguiente capítulo.
Light up13.
