Los personajes de esta historia no me pertenecen, son propiedad de CLAMP, la historia si es mía.
Sakura
Sábado 17 de febrero de 2013
—… Está bien lo voy a intentar…— decía Sakura recostada en la camilla del hospital. — Si papá yo también te amo… nos vemos. —
Cortó la comunicación y colocó el celular sobre su regazo, aun no podía moverse de ese lugar, tenía una aguja en su vena drenando algo de su sangre hacia una bolsa de plástico esterilizada, esta era otra de las actividades programadas en la semana del corazón… donación de sangre.
—¿Cómo te sientes? — preguntó Shaoran ingresando a la habitación, jaló un banco y se sentó a su lado.
—Bien... ¿no ha venido nadie más a donar? — preguntó Sakura al ver el cuarto vacío.
—Hay mucha gente en la recepción, pero los tenemos que interrogar para saber sus antecedentes… eres la primera del día. —respondió el castaño al tiempo que tomaba su mano. —Será un día ocupado. —
Las enfermeras y doctores del departamento de cardiología serían los encargados de realizar los interrogatorios, el papeleo, la extracción de sangre y claro, de darles los aperitivos a los donadores luego del procedimiento para evitar desmayos.
—¿Qué tipo de sangre eres? —lo interrogó la esmeralda.
—O negativo —le dijo.
—¡¿Es enserio?!... ¡hasta en eso eres perfecto! — exclamó Sakura divertida.
—¿Crees que soy perfecto? — preguntó Shaoran mientras alzaba una ceja y le sonreía orgulloso.
—Shaoran … por favor… te he visto desnudo. —le recordó la castaña. —Hasta ahorita no he encontrado nada en tu cuerpo que no me guste. —
—Tal vez tengas que seguir buscando. — le dijo Shaoran mirándola a los ojos. —Estoy libre esta noche. —
—Nop… esta noche no puedo. — le dijo la esmeralda quien sonreía ante la cara de frustración del castaño. —Voy a acompañar a Tomoyo a elegir su vestido y los de las madrinas ¿recuerdas? —
—¿Y eso les va a llevar toda la noche? —Preguntó sorprendido. —¡Solo tienen que elegir un vestido!—
—Que Tomoyo no te escuche porque te mata… además no nos pasaremos toda la noche eligiendo los vestidos — le explicó riendo. — Rika, Chiharu y Naoko irán con nosotras a la boutique y luego saldremos a algún bar. —
—Pues Eriol, Yamazaki y yo podríamos acompañarlas al bar…— le ofreció el castaño.
—Noche de chicas Shaoran… una noche sin sexo no te matará…— se burló de él.
Shaoran se limitó a fruncir el entrecejo y siguió jugueteando con la mano de Sakura.
—Entonces es un hecho ¿no?— preguntó Sakura, pero al ver la cara de perplejidad del ambarino tuvo que ser más específica. —Nuestras reglas… creo que han quedado anuladas. —
Era más que un hecho, ambos habían pasado la noche anterior juntos, violando las reglas hasta muy entrada la noche y de no haber sido por la guardia de Sakura la noche del jueves, también habrían estado juntos.
—Por mi parte si—contestó Shaoran luego de una carcajada. —¿Osea que ahora somos pareja? —
—Algo así… solo que no es nada serio… nuestra relación seguirá siendo puramente sexual…— aclaró la esmeralda.
—¿Ahora soy tu juguete sexual? — dramatizó el ambarino. —¿Piensas que solo soy un pedazo de carne?
—Si… pero eres un pedazo de carne muy sexy. — le dijo incorporándose para darle un ligero beso en los labios.
—¡Puag!... ¿Todos los donadores tenemos que hacer eso? — dijo Eriol desde la puerta de la habitación, a su lado estaba su prometida Tomoyo y un grupo de doctoras, una era Rika Sasaki de pediatría, y la otra era Chiharu Mihara de ginecología y esposa de Yamazaki. Todas rieron por el comentario de Eriol, aunque Sakura pudo ver en los rostros de Rika y Chiharu una expresión de sorpresa, y no las culpaba a final de cuentas los únicos que sabían de la "relación" que tenía con Shaoran eran Eriol y Tomoyo.
—Buenos días a todos. — saludó la castaña mientras volvía a recostarse en la camilla.
—¡Buenos días Sakurita! ¿Estas lista para esta noche? —gritó su amiga de ojos amatistas a modo de saludo. —
—amm… si —respondió Sakura bastante divertida por la emoción de su amiga. — ¿Van a donar? —
—¡Así es! —contestó Eriol. —Es hora de mi buena acción del día, antes de que nos llenemos de trabajo… ¿Tú solo estás haciendo las extracciones? —
El castaño se había levantado de mala gana del banco hacia la mesa llena de agujas, torniquetes y bolsas rotuladas, respondió a la pregunta del ojiazul con un movimiento de cabeza.
—Aún es muy temprano… la mayoría de las enfermeras están en piso interrogando a la gente. — explicó Shaoran. —Solo termino con Sakura y voy con ustedes. —
—Como si no pudiéramos hacer una simple venopunción… señoritas tomen asiento. — indicó Eriol dirigiéndose a la mesa con el material.
Mientras Eriol tomaba lo que necesitaba y se ubicaba junto a Rika, Shaoran retiraba la aguja del brazo de Sakura y le colocaba un algodón con tela adhesiva para que absorbiera las últimas gotas de sangre, luego el castaño caminó hacia el otro lado de la sala para buscar algo que necesitaba.
La esmeralda se puso de pie y también tomó algo de material y caminó hasta Chiharu, comenzó a realizar la limpieza de su brazo cuando escuchó el gritó de Shaoran.
—¡Sakura! ¡¿Que estás haciendo?! — gritó con los ojos desorbitados.
Tanto Sakura como los demás doctores en la habitación lo miraron con cara de duda, no sabían a qué se refería, era bastante obvio que estaba a punto de sacar sangre del brazo de Chiharu…
—¿Sacándole sangre a Chiharu? —respondió burlonamente, no entendía a que venía la pregunta.
—¡Siéntate! ¡Acabo de sacarte dos bolsas llenas de sangre! — gritó el castaño preocupado. —¡Te vas a desmayar! —
—Shaoran he donado sangre cientos de veces… y nunca me he desmayado así que cálmate. — le pidió Sakura al mismo tiempo que insertaba la aguja en el brazo de Chiharu y retiraba el torniquete. —¿Ves? Ya está. —
No pudo evitar sonreír ante la expresión de Shaoran, era una mezcla de preocupación, enojo y sorpresa, al bajar su mirada a sus manos vio que sostenía una taza de café y una galleta, seguramente para ella. A pesar de que todos en la habitación sonreían, el ambarino no cambio su semblante, dándole a entender que tenía menos de cinco segundos para regresar a la camilla y sentarse o tendría que atenerse a las consecuencias.
Muy a su pesar prefirió optar por el camino más pacífico, giró sobre sus talones y se sentó con las piernas cruzadas sobre la camilla.
—¿Satisfecho? —lo interrogó mientras lo veía acercarse con el café y la galleta.
—Loca. — le respondió, entregándole la comida.
—¡Mi vida que lindos! — exclamó Eriol con voz aguda. —
—Cállate Eriol— dijeron los dos al unísono.
Todos volvieron a reír y luego de varios minutos todos tomaban café y galletas, incluido Shaoran, quien luego de cerciorarse de que Sakura estaba bien, había dejado que le sacara sangre, estaban en pleno debate acerca del exagerado entusiasmo que mostraban las mujeres por su vestido de novia cuando observaron a Naoko Yanagisawa ingresar a la habitación, ella trabajaba en el departamento de oncología, y actualmente se encargaba de monitorizar los estudios de Abi.
—Buenos días…perdón me retrasé con un paciente. — se disculpó. — Ammm Sakura… ya tengo los resultados de Abi… debieron llegar ayer en la mañana pero fue mi día libre así que no estuve ahí para recibirlos. —
Fue hasta ese momento que la esmeralda notó el sobre con el logo del hospital entre sus manos, era extraño pero se sentía nerviosa, conocía a Abi desde hace poco menos de un mes, no consideraba que fuera suficiente tiempo para encariñarse con alguien, pero Abi era tan pequeña e indefensa… eso sin contar que aparentemente estaba sola en este mundo…
—No lo he abierto aun… me pareció mejor que lo leyeras tú…—le dijo su amiga extendiéndole el sobre.
Sakura lo tomó entre sus manos y lo abrió, dentro del sobre estaban todos los resultados de los diferentes estudios que le realizaron a Abi, al pasar su mirada por los resultados de todos los estudios, la castaña comenzaba a confirmar los que había sospechado desde un principio, sin embargo tuvo extremo cuidado de no dejar que su cara la delatara, siguió deslizando su mirada a lo largo de diferentes papeles hasta que por fin llegó al diagnóstico confirmado…
Resultado de punción lumbar, conteo plaquetario y conteo de glóbulos blancos compatible con Leucemia linfocítica aguda…
Cáncer …
Cáncer en una niña de cinco años…
Sin familia…
¿Debería llorar? ¿Gritar? ¿Golpear algo? ¿Hacer como que no pasa nada?
Sakura no lo sabía…
La voz de Eriol le recordó que no podía quedarse en silencio para siempre.
—¿Sakurita? —la miró interrogante, y no era el único, los demás también la veían expectantes.
Tardó unos segundos más en lograr articular alguna palabra.
—Bueno… es la primera vez que no me hace feliz tener razón. — les dijo sin mirar a nadie en particular. —Leucemia linfocítica aguda…—
El cuarto quedó sumido en silencio, todos comprendieron lo que significaban aquellas palabras, pero ninguno pudo encontrar las palabras adecuadas para dicha situación…
Fuera de la habitación, ajenos a lo que pasaba dentro, los internos esperaban dudosos por sus doctores para comenzar su día, a pesar de tener un mes trabajando en el London Medical Center, aun se sentían nerviosos al hablar con sus diferentes doctores…
—Ya llevan mucho tiempo ahí dentro…¿Deberíamos entrar por ellos? — decía Neil mirando por una de las ventanillas en la puerta que daba al cuarto para donación de sangre.
—¿Estás loco? Hoy estoy con él Dr. Li… no hay forma de saber de qué humor este hoy. — dijo Devon. — ¡Si lo hacemos enojar tendrá todo el día para desquitarse conmigo! —
—Seguro que hoy esta de muy buen humor… lo vi llegar con la Dra. Kinomoto en la mañana… y en el mismo auto…— les dijo Lilith.
—¿Qué dices? —preguntó Keffer, quien hasta el momento se había limitado a escuchar la conversación de sus compañeros, esa mañana había llegado muy animado por que ese día le tocaba estar en el departamento de la Dra. Kinomoto.
—Lo que oíste… estaba bajándome de mi auto cuando escuché la puerta de otro auto cerrarse… volteé a ver y era el Dr. Li, se apresuraba a abrir la puerta de la Dra. Kinomoto— relató la interna sin darle mucha importancia. — Fue bastante tierno… pienso que hacen linda pareja. —
—Eso no implica nada…su auto pudo haberse descompuesto y él se ofreció a traerla…—dijo Keffer buscando alguna excusa que pudiera justificar el hecho de que ambos doctores llegaran juntos. —O tal vez ella decidió caminar y se encontraron a medio camino y él le ofreció llevarla el resto del camino, o…—
—O pasaron la noche juntos y él se ofreció a traerla al hospital, punto. — dijo Neil.
Keffer lo fulminó con la mirada, sabía que era el escenario más probable… pero no quería aceptarlo.
En ese momento se abrió la puerta y los doctores fueron saliendo uno a uno.
—Muy bien mis pequeños discípulos… ¿Quién de ustedes tendrá el honor de estar conmigo hoy? — bromeó Eriol al mismo tiempo que sujetaba la mano de Tomoyo, esperó hasta que Lilith levantó la mano, le hizo una señal para que lo siguiera luego de despedirse de sus amigos.
—Nos vemos más tarde. — se despidió Rika llevándose a Neil.
—Te espero más tarde Sakura. — le dijo Naoko antes de marcharse en compañía de Chiharu.
Los dos castaños observaron a sus amigos irse en diferentes direcciones, después de la noticia de Abi, no querían separarse, pero el trabajo lo demandaba, además el hecho de que se quedaran juntos no haría que el cáncer de Abi se fuera ni haría las cosas más fáciles…
—También tengo que irme. — terminó diciendo Sakura, su tono de voz aun no demostraba ningún tipo de sentimiento.
—Lo sé… avísame cuando vayas a verla…—le pidió Shaoran.
—Dra. Kinomoto ¿se encuentra bien?... —preguntó Keffer forzándolos a romper su contacto visual y fijarse en él. —Parece algo …triste. —
Sakura lo miró como si apenas hubiera notado que él estaba ahí, mientras que Shaoran lo vio con deseos de decirle que se largara…
—Hola Keffer… será mejor que comencemos con la consulta de hoy…—indicó la esmeralda, ignorando su pregunta.
Antes de que pudiera avanzar el castaño la tomó de la muñeca y la atrajo hacia él, le robo un ligero beso en los labios, aunque sorprendida, le sonrió, dejando parcialmente sus pensamientos de lado.
—Sonríe. — le dijo Shaoran mientras liberaba su muñeca.
Sakura comenzó a caminar hacia atrás para mostrarle su sonrisa al ambarino, después giró sobre sus talones y siguió avanzando hasta llegar al elevador, concentrada en el elevador no alcanzó a ver la batalla de miradas que Shaoran y su interno sostenían en ese momento… Shaoran sonreía triunfante y Keffer por otro lado lo miraba molesto por su atrevimiento.
Ingresó al elevador y marcó el número de su piso.
Shaoran
¡Tres de la tarde y parecía que la fila de donadores no iba a acabarse nunca!
Sabía que eso era algo bueno, porque después de todo nunca estaba de más tener unidades extras de sangre, pero a este paso no podría tomarse un pequeño descanso para ir a ver a Abi con Sakura…
Además no tenía idea de en donde diablos estaba su teléfono… Sakura podría mandarle un mensaje en cualquier momento y él no lo vería…
¡Dios sentía que la cabeza le iba a estallar!
—¡Devon encárgate de la señora por favor! — gritó a su interno, necesitaba ir por su celular y respirar aire que no oliera a torundas con alcohol y sangre…
Iba en dirección a su consultorio cuando una punzada en su sien derecha lo detuvo.
Será mejor que vaya por un analgésico
Tendría que buscar en otro piso, porque el suyo en este momento era un desastre, prueba era que no había ninguna enfermera en la estación de enfermería, todas estaban interrogando y extrayendo sangre.
Se metió en el elevador y se sujetó la cabeza con ambas manos, eso lo ayudaba un poco con el dolor que sentía, pasó así varios minutos, tomando profundas bocanadas de aire hasta que se sintió mejor, para ese entonces había llegado a la planta baja.
Bueno la sala de emergencias está llena de analgésicos
Con ese pensamiento en mente salió del ascensor y caminó hasta la sala de emergencias, que como casi todos los días estaba llena, no se molestó en importunar a las enfermeras, localizó los gabinetes en que guardaban algunos de los medicamentos y tomó lo que necesitaba.
Sintió que la presión en su cabeza disminuía considerablemente, nuevamente iba e camino al ascensor cuando escuchó a alguien pronunciar su nombre.
—¡Shaoran! — la voz pertenecía a una anciana de complexión media, cabello completamente gris, ojos vivarachos, de unos setenta u ochenta años… y detrás de esta se encontraba una mujer bastante hermosa de cabello largo y negro al igual que sus ojos, piel blanca y de porte majestuoso.
Ay no es cierto…
La sorpresa parecía haberle pegado los pies al suelo, así que solo fue capaz de ver a ambas mujeres acercarse a él.
—¡Pequeño diablillo! ¡Mírate nada más! —gritó su abuela antes de abrazar su cintura. —¡Tan guapo como una estrella porno! —
—Abuela por favor... — regañó a la anciana su madre, Ieran Li. —Hola Shaoran. —
—Hola madre… Abuela…— saludó el castaño torpemente. —¿Qué hacen aquí? ¿Por qué no me avisaron que venían?—
—Hemos estado llamándote pero no atiendes tu teléfono… a tu abuela le toca su chequeo ¿recuerdas? — le dijo su madre
Estúpido celular…
—¡Que chequeo ni que nada! ¡Yo estoy bien! —Gritó su abuela—¡Yo vengo a ver si por fin te has decidido a darme bisnietos!—
Justo en ese momento entraron algunas enfermeras en la sala de emergencias con un montón de gasas y un carro de paro.
—Y no me digas que no has encontrado a la indicada….! Por qué mira nada más a las mujeres de este hospital! —continuó su abuela mirando fijamente a la enfermeras del lugar. —¿Qué les dan de comer por aquí? —
Dios … ¡¿Por qué a mí?!
—Abuela… por favor …—había empezado a decir el castaño, pero se vio interrumpido por la voz de Eriol quien salía de la cafeteria.
—¡Miren nada más! —exclamó su amigo envolviendo sus brazos alrededor de las mujeres. —¿A qué debemos este placer? —
—¿A que debemos este placer?... —repitió la anciana con mirada burlona. —¡ A que si no venimos nosotras ustedes ni se acuerdan de nuestra existencia! —
El ojiazul amplió más su sonrisa, mientras Shaoran volvía a sobarse las sienes.
—Yo jamás podría olvidarme de esta anciana tan bonita. — le dijo Eriol con voz melosa a la abuela de Shaoran, mientras la levantaba en el aire y daba una vuelta con ella. —Señora Li ¿Cómo ha estado? —
—Ocupada como siempre, pero fuera de eso bien Eriol— respondió Ieran. —¿Y tú? ¿Cómo van los planes de la boda? —
—Bastante bien, gracias. — dijo su amigo de anteojos. —De hecho miren… ahí viene mi futura esposa, permítanme presentárselas. —
Todos los presentes vieron a la amatista salir de la cafetería con un café en la mano, Eriol le hizo señas para que se acercara hasta ellos, como es típico de Tomoyo caminó con delicadeza hasta ellos y saludó a todos con una gran sonrisa.
Después de las presentaciones Shaoran, que seguía sobándose las sienes, vio que su abuela analizaba a Tomoyo con cautela.
En la familia de Shaoran, siempre habían considerado a Eriol como un miembro más, era por eso que la noticia de su boda entusiasmaba tanto a su madre y a su abuela, aun más porque sabían que tal vez sería lo más cercano que tendrían a la boda del propio Shaoran.
—Cara de ángel y cuerpo de supermodelo… con razón no nos has llamado Eriol querido. — dijo su abuela cuando terminó de evaluar a Tomoyo. —Ustedes dos deben parecer como conejitos. —
El rostro de Tomoyo adquirió un ligero tono carmín en las mejillas, lo que provocó la risa del castaño y de su abuela, luego de un rato volvió a centrar su atención en Shaoran, eso no era bueno para él.
—¿Y tú de que te ríes Mr. Playboy? —le reprochó su abuela. — ¡Vergüenza te debería dar! ¡¿Teniendo la edad que tienes y todavía soltero?! ¡¿Comportándote como un adolescente caliente?!—
La sonrisa del ambarino desapareció instantáneamente y muy a su pesar terminó sonrojándose violentamente, su abuela tenía ese efecto en él, siempre lograba ponerlo en vergüenza, era la única mujer que le hablaba con la verdad sin importarle como fuera a reaccionar.
Su abuela siguió reclamándole por su falta de atención hacia ellas, su falta de pareja, lo llamó Mr. Playboy otras cinco veces, al mismo tiempo que le daba ligeros golpes en el pecho.
Resignado solo escuchaba e intentaba no sonreír ni sonrojarse demasiado cuando la gente volteaba a verlos, a diferencia suya Eriol y Tomoyo sonreían ampliamente a todo lo que su abuela seguía diciéndole.
—… ¿Por qué no invitas a salir a alguna de las lindas muchachas que hay aquí?... acabo de ver una mujer de increíbles proporciones con una larga cabellera negra…— seguía diciéndole su abuela mirando a todo el personal femenino del lugar.
Muchas de las enfermeras e incluso pacientes los miraban fijamente, sonriendo ante los comentarios de su abuela que en lugar de cuerdas vocales parecía tener un micrófono en su garganta. Justo cuando pensó que su abuela por fin había terminado su discurso, Shaoran se dio cuenta de que miraba en dirección a la sala de emergencias con la boca abierta, tanto él como los demás siguieron la mirada de la abuela y se encontraron con una escena muy peculiar…
Sakura estaba encima de un paciente que aparentemente estaba entrando en paro, haciéndole compresiones en el pecho, gritaba instrucciones a Keffer, mientras dos enfermeros movían la camilla en dirección al elevador…
La mirada de Eriol y Tomoyo era de algo similar al orgullo, la madre de Shaoran la miraba con extrañeza y su abuela la miraba con diversión en los ojos….
En el caso de Shaoran … no entendía por que pero se sentía excitado.
Las puertas del elevador se cerraron después de que el último de los enfermeros atravesara el umbral, estaba tan desconcertado por la "emoción" que le provocó verla en acción.
—¿Quién era esa mujer? — preguntó la anciana completamente extasiada por la escena que acababan de presenciar.
—Nuestra amiga …. Sakura Kinomoto— respondió Eriol, Shaoran seguía viendo las puertas del elevador por el que la castaña había desaparecido. —Les he hablado de ella ¿Recuerdan? —
—Cierto… la ortopedista ¿no? — recordó la madre de Shaoran sin darle demasiada importancia.
—Así es … bueno aún tenemos varios pacientes esperando… las veremos luego. — se despidió la pareja.
—Yo también me tengo que ir … asuntos de negocios en el centro de la ciudad. — se excusó Ieran, rápidamente se despidió de su suegra e hijo y salió a paso veloz del hospital.
Shaoran ni siquiera tuvo oportunidad de reaccionar, un momento estaba viendo a Sakura desaparecer tras el elevador y al siguiente estaba solo con su abuela que lo miraba con impaciencia…
¿Qué acaba de pasar?
¿Tendría que hacer de niñero con su abuela?
¿Por cuánto tiempo?
—Bien Shaoran… ¿nos vamos a quedar aquí todo el día? — lo apuró su abuela sacándolo de sus pensamientos.
—Abuela tal vez debería llevarte a casa, ahí…— empezó a decir el castaño, pero la anciana lo interrumpió.
—¡Qué casa ni que nada! … vine a ver a mi nieto en acción y eso es lo que haré!... —gruñó la mujer dirigiéndose al elevador.
Sabía que no valía la pena pelear con ella… tendría que hacer de niñero por el resto del día.
En cuanto había subido al piso de cardiología, Shaoran se había dedicado a examinar a su abuela, que aunque puede sonar fácil… no lo era.
Solo un par de horas más y ya …
Seguía diciéndose Shaoran, luego de lo estudios de su abuela no podía regresar a extraer la sangre de los donadores con una ancianita contándole a medio mundo como había sido de pequeño, los berrinches que hacía, sus travesuras etc. Lo desconcentraba demasiado.
Lo peor era cuando lo ofrecía a cuanta enfermera, doctora o paciente linda veía su abuela, como si él no pudiera encontrar a alguien por su cuenta, agradecía sobremanera que Eriol estuviera en cirugía, porque su amigo no tardaría más de cinco segundos en decirle a la abuela Li que Shaoran se estaba involucrando con Sakura, lo cual lo llevaba a agradecer también por la ausencia de Sakura en el piso de cardiología, si su abuela se enterara… Sakura lo pasaría aun peor que él.
Estaban en su consultorio, Shaoran se encargaba de todo el papeleo de las personas que ya habían donado, tenía a Devon encargándose de las extracciones, la cantidad de papeleo era tal que no se dio cuenta en que momento dejó de hablar su abuela, cuando alzó la mirada vio que se había quedado dormida en el sillón de su consultorio.
Agradeció esto internamente, ahora podría salir de esa habitación sin que ella lo siguiera.
En cuanto abrió la puerta de su consultorio se encontró con los hermosos ojos de Sakura, había abierto la puerta justo a tiempo, el puño levantado de la castaña le indicaba que había estado a punto de tocar la puerta y muy probablemente de despertar a su abuela.
Se apresuró a cerrar la puerta, sonrió a la esmeralda a modo de saludo.
—Hola Devon me dijo que estabas aquí…—le dijo Sakura. —Voy de salida, pero antes quería ir a ver a Abi y me pediste que te avisara así que…—
—Vamos— respondió el ambarino.
Esta vez en lugar de bajar al piso de pediatría, subieron a oncología que estaba en el piso número once a donde habían movido a Abi desde la mañana.
Al llegar al piso de oncología Shaoran recordó por que no había elegido esa especialidad, en casi todas las habitaciones los pacientes presentaban aspecto pálido y cianótico, la mayoría no tenía cabello, algunos vomitaban, se quejaban de dolor, otros lloraban o simplemente miraban a algún punto en la pared pensando en cuanto tiempo más de vida les quedaba.
Apretó el paso cuando Sakura lo hizo, seguro pensó lo mismo que él… Abi debía estar increíblemente asustada…
Del lado derecho del piso se encontraban los pacientes pediátricos, avanzaron hasta las últimas habitaciones en donde encontraron a Naoko Yanagisawa tranquilizando a Abi.
—Ya no deben de tardar linda…—tranquilizaba a la niña, que no lloraba pero temblaba visiblemente de pies a cabeza.
—Abi … lo siento tanto. — Sakura se apresuró a llegar a su lado y envolverla entre sus brazos.
—Qué bueno que llegaste Sakura… estaba a punto de hacerlo…— le dijo Naoko.
El castaño vio por el rabillo del ojo que la doctora llevaba consigo un suero de color naranja estampado con letras de advertencia… el tratamiento de Abi.
Abigail empezaría su tratamiento con quimioterapia ese mismo día.
—Sakura … no quiero estar aquí…— decía la pequeña entre los brazos de la esmeralda. —Quiero irme contigo…—
—Mira pequeña… no puedo sacarte de aquí porque estas muy enferma…—comenzó a explicarle Sakura. — Y yo no quiero que nada malo te pase…—
Shaoran miraba a las dos abrazadas, como si se conocieran de toda la vida, como si Sakura fuera la hermana mayor de Abi… como si fuera su madre…
No alcanzaba a entender por qué al contemplarlas de esa manera lo hacía sentir completo y al mismo tiempo triste, era extraño … de repente sintió unas ganas tremendas de abrazarlas a ambas y asegurarles que todo iba a estar bien, que no tenían de que preocuparse. Los ojos de Abi se posaron en Shaoran como si hubiera leído sus pensamientos, él solo atinó a sonreírle.
Los enormes ojos de la niña se llenaron de lágrimas, se aferró fuertemente al cuello de la castaña y la miró fijamente.
—Si me curo… ¿me llevarás contigo? —le preguntó en voz muy baja, temiendo que la respuesta de Sakura fuera a ser un rotundo no.
Pudo ver en los ojos de Sakura la batalla interna que tenía consigo misma… decirle que si a Abigail significaba un montón de conflictos legales eso sin mencionar los ajustes que tendría que hacer en su vida…
Si Sakura aceptaba, no sería como hacer de niñera por unos días, no…. Si Sakura aceptaba, estaría ganando una hija…
Tan inmerso en sus pensamientos estaba, que estuvo a punto de perderse la respuesta de la esmeralda.
—… Si Abi… si te curas te llevaré conmigo…— le aseguró sonriendo.
Fue todo lo que la niña necesitó para abrazarla más fuerte y enterrar su pequeño rostro en el pecho de Sakura… solo Shaoran y Naoko pudieron ver la expresión de terror en los ojos de Sakura.
Como si fuera una señal para él, se acercó a ambas y las abrazó, al igual que la castaña estaba aterrado… porque él también había tomado una decisión…
Era hora de poner fin a su vida de soltero.
Sakura
Bajaban hasta la planta baja en silencio, lo que había pasado en la habitación de Abi fue demasiado intenso, todavía podía sentir el rostro de la pequeña contra su pecho, no podía decir que se arrepentía de lo que había dicho, porque una parte ella se preguntaba como seria alegrar un poco la vida de una dulce niña de cinco años… mientras que la otra parte de su ser gritaba desesperadamente que no estaba lista, que lo iba a arruinar todo, que era mejor seguir con su vida tal y como estaba…
—¿Estás bien? —escuchó a lo lejos la voz de Shaoran.
Si… es lo que quería decir, pero la palabra nunca salió de sus labios, los agudos ojos del castaño se encontraron con los de ella y comprendió todo lo que no podía expresar en ese momento, porque lo vio pulsar el botón que detenía el ascensor.
—Sé cómo te sientes… no puedo explicarte cómo es que lo sé… pero te entiendo. — le explicó el ambarino. —Quiero decirte que… en este momento, más que en ningún otro … me siento increíblemente atraído hacia ti… otro en tu lugar no hubiera hecho lo mismo que tu…—
No sabía cómo reaccionar … el efecto que le causaron las palabras de Shaoran era algo que hace mucho pero mucho tiempo no sentía… sintió mariposas en el estómago, fue consiente del vello de todo su cuerpo erizándose, sus mejillas seguramente estaban más coloradas que la blusa que llevaba esa noche, sus manos y piernas parecían de gelatina…
¿Por qué se sentía de esa forma?
—No estoy segura de porque lo hice…— admitió, todavía nerviosa por la presencia de Shaoran. —Es solo que … no quería que sufriera otra decepción…—
—No importa por que hayas dicho lo que dijiste…—le dijo acercándose a ella. —Lo que importa es que la has hecho feliz… le has dado esperanza…—
—Sha…Shaoran yo…— tartamudeó pero el castaño se apresuró a acorralarla contra la pared.
—Eriol tenía razón…—le dijo un segundo antes de besarla dulcemente.
Nunca la había besado de esa forma… como si fuera más preciado y delicado para él.
No podía recordar cuantas veces se había quejado de los hombres cuando la besaban de esa manera, pero en ese momento no tenía ninguna queja…
En el momento que sus labios se separaron sus miradas se encontraron, eran diferentes, no estaban cegadas por el deseo, había algo diferente, algo más fuerte…
Ni siquiera fue consciente del momento en que Shaoran volvió a pulsar el botón del ascensor para hacer que este se moviera nuevamente, ambos seguían mirándose, todas las dudas y preocupaciones que había tenido momentos antes con respecto a Abi se habían disipado, en este momento no había manera en que ella pudiera sentirse preocupada o angustiada…
—¡Aquí estas! ¡¿No pudiste avisarme que ibas a salir del consultorio?! —gritaba una ancianita con expresión de disgusto. —¡¿Quieres que me muera del susto?!... muchacho desconsiderado…—
Entonces la mujer se fijó en Sakura que sonreía abiertamente a la cara de fastidio que tenía Shaoran, hasta el momento había conocido a Shaoran el cardiólogo, el celoso, el apasionado, el hombre casi perfecto… nunca se lo hubiera imaginado en calidad de nieto… al parecer en esa área no era tan perfecto.
La sonrisa de la castaña se apagó un poco al sentir la mirada evaluadora de la abuela Li, pero no tardó mucho tiempo en soltar un gritito de emoción y besarle ambas mejillas a Sakura.
—¡Pero mira nada más que hermosura! —gritó la mujer. —¡Y esos ojos! ¡Con razón el color favorito de mi Shaoran es el verde! —
—Abuela…—dijo Shaoran quien tenía expresión de angustia y vergüenza. —Estas incomodando a Sakura. —
—¿Sakura? … ¡que hermoso nombre!... ¡y mira que cuerpazo tienes!... Seguro que mi nieto no te quita las manos de encima…— siguió elogiándola entre risas.
Entre la cara de pánico que tenía Shaoran, el rostro tan feliz de la anciana además de sus comentarios, la castaña no pudo contener la risa, esto pareció sorprender más al castaño mientras que la abuela Li ahora decía algo sobre lo armoniosa que era su risa…
—Hola… mi nombre es Sakura Kinomoto, es un placer conocerla. — se presentó la esmeralda una vez concluida su carcajada.
—¡Hola querida! el placer es mío… soy la abuela de este cabeza dura, me llamo Arabella Li, pero puedes decirme abuela.— le dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
—¡Dios mío! Abuela ya basta…—seguía diciendo el ambarino masajeando sus sienes.
—jajajajaja ¿Pero cómo supo que hemos estado saliendo? —preguntó Sakura ignorando las palabras de Shaoran.
—Cariño… creo que es obvio que no nací ayer… desde que te vimos entrando al elevador encima de una camilla Shaoran ha estado como ido— explicó sin inmutarse de los comentarios de su nieto, quien a estas alturas ya tenía las mejillas sonrojadas.
Ambas volvieron a reírse, ella nunca conoció a sus abuelos así que no sabía si el comportamiento de la abuela de Shaoran era el apropiado o no, lo único que sabía es que esa señora le agradaba.
Miró su reloj y vio que eran casi seis y media… ¡Se suponía que debía reunirse con Tomoyo y las chicas para ir a la Boutique en busca de vestidos a las seis en punto!
—¡Es muy tarde! — gritó mientras sacaba el celular y marcaba el número de su amiga…
—¡Sakura, aquí estas! — escuchó el grito de su amiga cerca de la entrada del hospital, Chiharu, Rika y Naoko estaban a su lado ya sin uniforme. —¡Vamos! Llamé a la boutique y les dije que sí podrían aplazar un poco tu reservación, en cuanto escucharon tu nombre accedieron, así que aún tenemos tiempo pero tenemos que apurarnos. —
—Perfecto…vamos entonces— respondió a la amatista, se volteo para encarar a Shaoran y a su abuela. —Nos veremos luego, un placer conocerla. —
—¿Van a ir de compras?... yo quiero ir— les dijo al grupo de mujeres. —Además necesitaran de alguien que les dé una opinión honesta. —
—Abuela… se les hace tarde…—comenzó a decir el ambarino, pero su abuela lo cortó de inmediato.
—Cállate Shaoran que a ti no te he hablado… Sakura, Tomoyo ¿Qué dicen? — cuestionó la mujer.
—¡Claro!... no te preocupes Shaoran cuidaremos bien de tu abuela. — contestó Sakura, detrás de ella las demás mujeres asintieron amablemente.
—No es ella la que me preocupa…—respondió con voz apenas perceptible.
—No te preocupes cariño… me encargaré de que Sakura se compre un vestido especialmente para ti…— le dijo su abuela a Shaoran, en respuesta al comentario todas las chicas comenzaron a gritar con entusiasmo, todas las miradas se fueron dirigidas a los castaños.
Sakura sonreía ampliamente y nuevamente reía ante la expresión de Shaoran, este estaba completamente sonrojado e intentaba mirar a otro lado menos hacia la multitud de chicas que reían a sus anchas, Shaoran se despidió rápidamente y salió disparado en dirección al elevador… dicha acción solo aumento el volumen de las carcajadas.
—¡Sakura sal ya! —gritaban sus amigas.
Llevaban ya dos horas en la boutique, ya había perdido la cuenta de cuantos vestidos se había probado ya, en gran parte gracias a la abuela Li, ya que parecía haberse tomado muy enserio eso de buscarle a Sakura un vestido que complaciera a su nieto.
La verdad es que no le molestaba al final de cuentas, la mujer estaba siendo de gran ayuda, tenía un gusto en ropa muy elegante, pero sabía cómo resaltar los atributos de cada una sin que se viera vulgar.
El vestido que tenía puesto en ese momento era color azul índigo, dejaba la espalda completamente descubierta hasta la cadera, en la parte de enfrente también tenía un escote bastante pronunciado que revelaba los lados de sus senos, en la cintura estaba lleno de pedrería fina y caía delicadamente hasta sus pies.
Respondiendo al llamado de sus amigas salió y enseguida se dio cuenta de que a todas lo aprobaban…
—¡Sakura estas preciosa! —gritó Rika quien en ese momento llevaba un vestido de color rosa, strapless, ceñido a la cintura que le llegaba hasta encima de la rodilla, parecía una bailarina de ballet con ese vestido.
—Me gusta… pero creo que mi Shaoran se va a desmayar cuando te vea…—apuntó la abuela Li.
—A mí también me gusta ese modelo… pero yo no tengo tanto busto como Sakura…— dijo Chiharu, ella llevaba un modelo de color uva con trazos en color negro, tenía finos tirantes que se cruzaban por toda su espalda, enfrente dejaba ver el inicio de sus pechos gracias al sostén integrado que tenía, el vestido le llegaba un poco por debajo de la rodilla. —¿Tu que dices Naoko? —
—Es lindo pero muy revelador para mí gusto… —comentó su amiga un poco cohibida, ella había elegido como su favorito un vestido negro con detalles en dorado, no revelaba demasiado en la espalda ni en la parte de enfrente, sin embargo resaltaba bastante su cintura y las piernas de su amiga de anteojos.
En cuanto llegaron al establecimiento empezaron a hablar sobre qué color llevarían las madrinas, pero no lograron llegar a ningún acuerdo, por lo tanto decidieron que cada madrina usaría un color diferente, pero el modelo debía ser el mismo…
—¡Ay niñas! ¿De qué les sirve tener esos cuerpos si no les sacan provecho? —se quejó la abuela de Shaoran desde el probador donde ayudaba a Tomoyo a probarse el tercer vestido de novia. — En mis tiempos una no se podía dar el lujo de usar este tipo de vestidos sin provocar miradas de desaprobación por todos lados… claro que eso no me detuvo, así fue como atrapé a mi esposo…—
Todas sonrieron ante el comentario, pero antes de que pudieran formar la imagen de una Arabella Li más joven, las puertas del probador se abrieron dejando salir a Tomoyo… parecía una muñeca de porcelana, el tercer vestido que había elegido era un modelo sirena, entallado hasta la mitad del muslo en donde comenzaban a caer varias capas de tul que la hacían ver como si flotara en lugar de caminar, el corsé tenia algunas incrustaciones de pedrería, era bastante sencillo, pero se veía hermosa.
—Yo voto por ese…— dijo de inmediato la castaña.
—No lo sé… ¿Creen que a Eriol le guste? — preguntó dudosa la amatista.
—No creo que a Eriol le importe…—le respondió la abuela de Shaoran. —Siempre y cuando pueda quitártelo de encima. —
Las carcajadas comenzaron al instante y aumentaron a la misma velocidad con la que Tomoyo enrojecía, Arabella tenía en las manos un par de guantes largos, se los dio a la amatista para que se los probara y viera que tal combinaba con el vestido… el resultado fue perfecto.
—¿Entonces? — interrogaron todas en la habitación a la novia, esperando a que Tomoyo eligiera al vestido ganador.
—Este es… —declaró sonriendo con emoción, nuevamente rieron, aplaudieron y gritaron mostrando su conformidad.
—Bueno ahora solo faltan las madrinas…—dijo la abuela Li.
—Tal vez tengamos que venir otro día… se está haciendo tarde. —dijo Naoko consultando su reloj.
Ignorando el comentario, la pequeña mujer se metió entre los aparadores buscando y revolviendo por el vestido que pudiera complacer a las cuatro mujeres, tardó varios minutos en regresar con cinco hermosos vestidos, al final todas estuvieron de acuerdo en el modelo…
El vestido original era de color rojo, de tela muy fina y vaporosa, se ceñía al busto y a la cintura, para luego caer graciosamente formando la falda que llegaba por arriba de la rodilla, era un modelo sencillo, dejaba el hombro izquierdo descubierto mientras que se amarraba con un moño en el hombro derecho. Era delicado y al mismo tiempo atrevido, Chiharu usaría el modelo original, Rika pediría el modelo en color rosa, Naoko en color azul y Sakura en verde esmeralda.
Para cuando salieron de la boutique eran casi las diez de la noche, estaban a punto de subirse al auto de Tomoyo y al de Naoko, cuando la abuela Li atrajo su atención.
—Creo que deberíamos ir ahí—les dijo apuntando a un bar que estaba tres locales más adelante, se escuchaba mucho ruido, sobre todo gritos de mujeres emocionadas por algo. Sakura se acercó al establecimiento y supo cuál era la razón por la que las chicas del lugar gritaban tan divertidas y excitadas…
—Aquí dentro hay strippers … —les dijo a sus amigas con mirada picara. —Podríamos hacer de esta noche una "pre-despedida de soltera" ¿Qué dicen? —
—Yo me apunto. — respondió de inmediato la abuela de Shaoran.
Las demás parecían estar sopesando la idea de entrar a ver hombres semidesnudos y tal vez completamente desnudos bailar en un escenario…
Voltearon a verse, antes de encaminarse a la entrada.
Shaoran
¡Sakura atiende el puto celular!
Alrededor de las once Sakura le había mandado un mensaje diciéndole que todas estaban bien y que habían entrado en un bar para tomarse una copa… pero ahora Shaoran comenzaba a ponerse verdaderamente paranoico, si solo iban a tomarse una copa a tendrían que haber regresado…
Eran casi las dos de la madrugada y no había ninguna señal de su abuela ni de Sakura por ningún lado, su madre le había llamado cuatro horas antes diciéndole que tendría que hospedarse un hotel ya que habían surgido varias complicaciones en los negocios que estaba estableciendo en el centro y saldría muy tarde.
—Shaoran contrólate… ya no deben de tardar—bostezaba Eriol recostado en uno de los sillones del castaño, había llegado hace media hora por pedido de Shaoran.
—¿Me estás diciendo que no estas ni un poco preocupado? —espetó el castaño que caminaba por toda la sala de estar con teléfono en mano. —Déjame recordarte quien es mi abuela y quien es Sakura…—
Podría haber sido por el sueño o porque Eriol no estuviera muy al pendiente de lo que el ambarino decía pero poco a poco la compresión fue cayendo sobre el ojiazul…
La abuela de Shaoran mas la alocada de su amiga podrían dar como resultado más libertinaje del que cualquiera pudiera tolerar… y su prometida estaba con ellas.
¡Oh Dios!
Casi al momento sacó su celular y empezó a marcar a Tomoyo, pero igual que Sakura no contestaba.
Ahora también caminaba alrededor de la sala marcando como loco el número de su amiga y el de su prometida… él no era un hombre celoso, excepto cuando se trataba de Tomoyo…
Tan ansiosos estaban que cuando sonó el teléfono del departamento de Shaoran, este casi se aventó para alcanzarlo y responder esperanzado de que fuera Sakura, sin embargo la voz que le llegó del otro lado del auricular era la de Yamazaki, preguntando por el paradero de su esposa…
¿Qué carajos le había pasado a estas mujeres?
Antes de colgar le había dicho a Yamazaki que viniera para que pudieran buscarlas los tres, pero minutos después de haber cortado la comunicación escucharon un estruendo proveniente del pasillo, el ambarino y el ojiazul corrieron a la puerta y la abrieron de golpe.
Ahí estaba el grupo de chicas… por lo visto todas bastante pasadas de copas, ya que se reían de la nada y en el caso de Chiharu y Rika les costaba mantener el equilibrio, al frente de todas venían la abuela de Shaoran quien parecía estar bastante consciente y absolutamente maravillada por la actitud de sus acompañantes.
La única que faltaba en el grupo era Sakura.
—¡Llegamos… fiu debo decir que esta ha sido una noche memorable chicas! —gritó la abuela Li provocando un monto de gritos y risas. —Hay que hacerlo mas seguido. —
—Abuela ¡¿dónde rayos se metieron?! —preguntaba Shaoran fuera de sí. — ¿Y en donde esta Sakura? —
—Fuimos a un bar…lleno de muchachos bastante apetecibles… si tan solo fuera algunos años más joven…— decía su abuela con mirada soñadora. —No te preocupes… Sakura está en buenas manos… manos expertas diría yo. —
¿Muchachos apetecibles?
¿Sakura estaba en buenas manos?
¡¿Las manos de quién?!
—¡Abuela! ¡¿En dónde está Sakura?! —gritó histérico el castaño.
—¡Pero si ya te lo dije! Esta abajo con un muchacho que muy amablemente se ofreció a traernos…— contó la anciana.
Shaoran no sabía que podía correr tan rápido, pasó por el pasillo que ya estaba despejado de muchachas ebrias, Eriol las había ayudado a entrar luego de asegurarse de que Tomoyo estaba bien, en las escaleras casi arrolla a Yamazaki que iba llegando a su departamento, bajo los escalones a saltos dignos de un practicante de parkour hasta que llegó a la recepción en la que se encontraba un policía dormitando.
Salió a la fría calle y volteo a derecha e izquierda hasta toparse con lo que buscaba, Sakura estaba recargada en el auto de Tomoyo, no sabía si para ayudar a su equilibrio o por que el imbécil enfrente de ella la acorralaba con un brazo extendido a un lado de la cabeza de la castaña, lo cual le daba una buena excusa para acercarse más a Sakura si así lo quería.
La esmeralda se reía de algo que el estúpido fulano enfrente de ella acababa de decir, por suerte Shaoran llegó antes de que el extraño tuviera oportunidad de aprovecharse de Sakura.
A esa distancia podía ver para su mala suerte que, quien fuera ese sujeto parecía ser bastante musculoso y lo que las chicas llamarían encantador, casi parecía como si brillara, su piel estaba muy bronceada y su playera estaba muy pegada a su cuerpo…
¡Dios mío este sujeto es un stripper!
Esto tenía el nombre de su abuela escrito por todos lados.
—Buenas noches. —dijo Shaoran haciendo uso de la voz más gélida que poseía.
—Hey. —respondió el tipo, quien aparentemente creyó que era alguien pasando por ahí por casualidad, al ver que no se movía le preguntó. —¿Te podemos ayudar en algo? —
—¡Shaoran! —lo reconoció la castaña. —¡Tu abuela es increíble! —
El ambarino ignoró los comentarios de Sakura y la separó del stripper, llevándola de la mano ambos comenzaron a avanzar por la calle.
—¿Qué haces? ¡Estoy hablando con ella! —gritó el sujeto siguiéndolos.
—Ella no tiene nada de qué hablar contigo— finalizó Shaoran
—¿Y por qué no dejas que ella me lo diga? — le dijo el sujeto claramente irritado.
—¡Por qué esta ebria… y yo como SU NOVIO tengo como derecho y obligación alejarla de zánganos como tú que esperan aprovecharse de su estado! — gritó el castaño en señal de advertencia. —Ahora lárgate de aquí, ella se queda conmigo. —
El muchacho parecía querer seguir debatiendo con Shaoran, intento buscar la mirada de Sakura pero ella estaba muy ocupada viendo el perfil del ambarino, finalmente decidió que no valía la pena pelear por alguien que claramente ya se había olvidado de su presencia.
Caminaron y subieron por las escaleras, Sakura se detuvo en el tercer piso debido a un repentino ataque de risa, cuando logró calmarse vio que Shaoran tenía una mirada asesina.
La castaña caminó hacia el tal como un felino lo haría, como acechando a su presa y le envolvió los brazos al cuello…
—Adoro cuando te pones celoso…—le ronroneo pasando los dedos por su cabello.
—No estaba celoso…—le dijo defendiendo su orgullo masculino.
—¿No?... —preguntó pegándose más a él y rozando sus labios. —¿Ni un poco? —
Intentaba resistirse a los encantos de Sakura, quería enojarse con ella y que ella tuviera que disculparse, pero en un momento de debilidad abrió un poco su boca, dando paso a que Sakura se le fuera encima y lo besara con hambre, ante eso no podría haberse resistido aunque hubiera querido.
La sujetó por las caderas y la estampó en la pared más próxima, rodeo todas sus curvas con sus brazos en un intento por pegarla más a su cuerpo… necesitaba hacerla suya… pero el pasillo no era el lugar más propicio.
Sakura metía sus manos por debajo de la camisa de Shaoran, sintiendo el contorno de sus músculos, mientras que él acariciaba sus senos por encima de la ropa de la castaña.
Así siguieron por un tiempo tocándose y besándose hasta que la molesta voz de su abuela llegó desde el piso de arriba.
—¡Shaoran trae a Sakura de vuelta! —gritó la anciana.
Se besaron por última vez y se dedicaron una larga mirada, después Sakura esbozó una enorme sonrisa.
—Lástima que tienes visitas…— murmuró contra su boca, se soltó del agarre del castaño y comenzó a subir las escaleras.
Shaoran la vio subir las escaleras, tenía una perfecta vista de todas sus curvas…
Sintió ganas de llorar de frustración…
Odio las visitas familiares.
Bueno aquí les dejo el séptimo capítulo de mi historia… ya sé… tardé demasiado y nuevamente les ofrezco disculpas!
Por favor dejen sus reviews o mensajes privados, con todas sus dudas, sugerencias, reclamos etc.
Todos sus comentarios son de gran ayuda para mí y para el desarrollo de la historia.
¡Nos leemos luego!
