Los personajes de esta historia no me pertenecen, son propiedad de CLAMP, la historia si es mía.
Sakura
Lunes 19 de febrero de 2013, 5:35 am.
¡Necesito una cama!
Pensaba Sakura anhelante mientras salía del quirófano cuatro luego de casi seis horas de cirugía, había recibido una llamada alrededor de las once de la noche.
"Paciente masculino de diecinueve años de edad, inconsciente, hipotenso, hipotérmico, frecuencia cardiaca y respiratoria disminuida, presenta múltiples contusiones, dos heridas por arma de fuego, una en hombro derecho con orificio de entrada y salida, la segundo en pierna izquierda, provocando fractura expuesta de fémur, contaminada, presenta perdida profusa de sangre, se le han transfundido dos unidades de sangre A positiva… se está preparando el quirófano para extracción de bala y reducción abierta de la fractura, te necesitamos aquí Sakura…"
Ese había sido el reporte de Travis, mientras le iba dando indicaciones al enfermero, Sakura se alistaba para salir rumbo al hospital.
La cirugía había sido difícil, pero al final todo había salido bien… claro que ahora sentía como si se fuera a desmayar en cualquier momento, le dolía todo el cuerpo… lo mejor sería ir a alguna de las habitaciones del hospital y dormir un poco.
Entro en el elevador y apretó el número once para después recargarse en la pared esperando a que las puertas del ascensor se cerraran, cerró sus ojos por un breve momento, para cuando los volvió a abrir las puertas estaban abiertas y unos ojos azules muy claros la miraban con interés.
—¿Sakura? ¿Qué haces aquí? — preguntó Yue.
—Me llamaron en la noche… hubo una emergencia…—un bostezo la obligó a interrumpir su explicación. —perdón… ¿Qué te estaba diciendo?... ¡ahh sí! Me dijeron que había una emergencia y aquí me tienes. —
—Bueno pues ya adelantaste tu guardia de la semana… deberías irte a descansar. — le dijo Yue.
—Nop… tengo que hacer dos guardias esta semana ¿recuerdas? —le recordó la esmeralda conteniendo otro bostezo. —Me castigaste por darle su merecido a Meiling…—
—Sakura… tenía que hacerlo… fue muy…—intentó explicarle, pero la mano de Sakura le indicó que se detuviera.
—Olvídalo… no me hace feliz, pero no es para menos…montamos una buena escena. — le dijo a Yue. —Bueno… iré a dormir en lo que empieza mi turno, que tengas un buen día Yue. —
Si su jefe le contestó o no, no lo supo, siguió caminando hasta una de las habitaciones dispuestas para los médicos de guardia, entró en la habitación del fondo, se dejó caer en la cama y casi instantáneamente se quedó dormida.
—Sakurita…Sakurita…¡Sakura! — escuchó la voz de Eriol a lo lejos. —Sakura son casi las nueve… te vas a atrasar…—
¿Y qué con que sean las nueve?
… Las nueve
¡Las nueve!
Se levantó de golpe y su cabeza se encontró con la barbilla de su amigo, ambos gritaron de dolor y comenzaron a sobarse las partes afectadas.
—Eriol ¡¿Por qué no me despertaste antes?! —le exigió a su amigo. —¡Es muy tarde! ¡Ya debería de haber checado a mis pacientes en piso y también ya debería haber empezado con la consulta de hoy! —
—Gracias Eriol por despertarme y perdón por casi partir tu maxilar inferior en dos…creo que esas son las palabras que deberían de salir de tu boca. —le dijo con un dejo de molestia y diversión. —Vamos bella durmiente. —
Ambos bajaron al piso de Sakura que parecía inusualmente tranquilo, entraron en la oficina de la castaña y para sorpresa de ambos no encontraron ningún expediente, lo cual indicaba que ese día no tendría que pasar consulta.
—En los años que llevamos aquí… nunca había visto que algún doctor se librara de pasar consulta por un día. — apuntó el ojiazul.
—Tal vez hubo un error… iré a preguntar a las enfermeras. —dijo la esmeralda.
Eriol que recién se había sentado la miro con mala cara pero al final la siguió, una vez ahí esperaron algunos minutos en lo que las enfermeras se desocupaban.
—¿Y Shaoran? —preguntó Sakura intentando sonar despreocupada.
—Ohhh supongo que su ausencia aquí significa que aun esta molesto. — apuntó Eriol.
La castaña se recargó en la pared y soltó un bufido.
Estúpido Shaoran Li
Sakura sabía que el ambarino se había enojado bastante al verla con el stripper, pero todo se había solucionado con su sesión de besos y caricias en las escaleras de su edificio… claro que no contaba con que sus amigas aun borrachas empezaran a contar todo lo acontecido esa noche en el bar, no es que hubiera tenido sexo con el stripper, pero estamos hablando de Shaoran Li… un hombre que se pone celoso de cualquier hombre que ose mirarla.
Por lo tanto cuando se enteró que el stripper mostró el suficiente interés en ella como para hacerle un baile e invitarle varios tragos … Shaoran estaba fuera de sí.
No fue necesario que le gritara, su simple mirada era bastante clara, estaba molesto y no tenía intención de dirigirle la palabra, por eso al otro día la evitó y en momentos en que tenía que hablar con ella no le dirigía más de cinco palabras, esto sumado a la increíble jaqueca que tuvo el domingo en la mañana dieron como resultado un día bastante pesado para ella y justo cuando pensaba que podría descansar como dios manda… la llaman de emergencia.
—Ya se le pasará… lo que pasa es que esta celoso. — sentenció Eriol. —Aunque debo reconocer que nunca lo había visto celoso, estas situaciones siempre le eran indiferentes. —
—Pues allá él… no me caerían mal unas noches de descanso. —miró a Eriol con una expresión traviesa en el rostro.
—Buenos días doctores…¿En qué puedo ayudarlos? —los saludó una enfermera.
—Hola me preguntaba si ya están listos mis expedientes— le dijo la esmeralda.
—Doctora Kinomoto ¿verdad?... tenemos indicaciones del Doctor Yue de referir a sus pacientes a el doctor Lange. — le respondió la enfermera.
Sakura volteó a ver a su amigo quien tenía la misma expresión de sorpresa en el rostro, pero en cuestión de segundos se transformó en una sonrisa burlona.
—Le gustas le gustas. —canturreó.
—¿Podrías pasarme a los pacientes que falten a mi consultorio por favor? — le pidió a la enfermera ignorando a su amigo que seguía cantando como niño chiquito. —¡Eriol ya cállate! Solo lo hizo porque me vio muy fatigada… eso es todo—
—jajajajaja ¡ay Sakurita! Más de la mitad de los doctores de este hospital están agotados todo el tiempo… y yo no he visto que Yue les aligere el trabajo. —explicó su amigo de anteojos.
—Cállate ya… tal vez hoy no hay tantos pacientes. — le dijo Sakura.
—Bueno ya … supongamos que lo que dices es cierto…—respondió Eriol muy poco convencido. —¿Lista para la carrera de la muerte de esta noche? —
—¡Si! … solo que tendré que salir antes para ir por mi ropa y tenis. — comentó la esmeralda caminando a lado de su amigo en dirección a las escaleras. —¿Vamos a desayunar? —
—Está bien— contestó el ojiazul.
El trayecto desde el piso de Sakura hasta la cafetería estuvo lleno de bromas y comentarios principalmente dirigidos al neurólogo sobre cuál sería su condición al terminar la carrera… si es que la terminaba.
Entraron en la cafetería y justo cuando se disponían a formarse para ordenar sus alimentos escucharon la voz de la abuela de Shaoran indicándoles que se acercaran, la ancianita y su nieto se encontraban en pleno desayuno, ambos se miraron y comenzaron a caminar en dirección a ellos.
—¡Sakura Buenos días! —saludó emocionada la señora. —Justo estábamos hablando de ti…—
La castaña se imaginó que no podrían haber estado diciendo algo bueno sobre ella, la expresión del castaño lo delataba.
—¿Y que yo estoy pintado? —preguntó Eriol haciéndose el ofendido.
—Hola Eriol, ahora cállate y siéntate de una buena vez. — gritó Arabella, Sakura se rio al mismo tiempo que se sentaba al lado de Shaoran.
—¿Todavía sigues molesto? —pregunto al castaño que actuaba como si nadie se hubiera acercado a su mesa, la única respuesta que obtuvo fue una especie de gruñido que ella interpretó como un "déjame en paz".
—Déjalo querida… está descubriendo nuevos sentimientos…—declaró la abuela con una gran sonrisa—Me imagino que debe ser difícil darse cuenta de que él no es el único hombre sexy en Londres y que tú lo has notado. —
—Abuela…—dijo Shaoran a modo de advertencia, pero como siempre Arabella lo ignoró.
—Le dije a Shaoran que quería venir a despedirme personalmente… mi vuelo sale en tres horas. —les explicó. —Ieran ya no debe de tardar. —
—Ohhh ¿se va tan pronto? — preguntó la castaña apesadumbrada.
—Así es cariño, pero no te preocupes volveré pronto. —la tranquilizó la señora. —además he hecho que Shaoran me prometa llevarte a Liverpool… ¿verdad ogro? —
—¡Ay que tierno! —exclamó Eriol con su clásico tono burlón.
—Y tú también zoquete… si vas a integrar a Tomoyo a la familia tienes que llevarla a la casa. — lo regañó. —No sé cómo le van a hacer pero los quiero a los cuatro en mi casa para mi cumpleaños ¿Entendido? —
Los tres doctores asintieron, Eriol y Shaoran con algo de temor en sus miradas ya que sabían que de no presentarse, se desataría la tercera guerra mundial.
—Bueno ahora en lo que ustedes desayunan me voy a despedir de las chicas. — les dijo poniéndose de pie y caminando hasta la mesa en la que estaban Rika, Chiharu y Naoko, quienes al verla gritaron su nombre y la recibieron con entusiasmo.
—Yo voy por Tomoyo porque donde se entere que no le avisé que la abuela se va…me mata. —declaró levantándose de la silla. —No sé qué tanto hicieron esa noche, pero todas parecen haberse enamorado de la abuela Li. —
Sakura lo vio andar hasta el elevador y perderse en este cuando las puertas se cerraron, volteó a ver al castaño que leía el periódico y tomaba café.
Si se tratara de otra persona, ella ya le habría gritado que hiciera lo que quisiera que a ella no le importaba, pero Shaoran le inspiraba ternura cuando se ponía celoso, incluso ahora que sus celos eran completamente estúpidos e infantiles en extremo, él la hacía sentirse deseada y amm… querida.
¿Querida o amada?
Al parecer llevaba mucho tiempo mirándolo fijamente, porque él se removió incomodo en su lugar, y se sonrojó un poco.
—¿Por qué me miras? —preguntó con un dejo de molestia.
—Porque te ves muy guapo cuando te enojas…—le respondió apoyando los codos sobre la mesa. —¿Quieres que te cuente que pasó esa noche? —
Al oír esas palabras Shaoran tensó todo su cuerpo, sobretodo la mandíbula y los hombros, nuevamente se removió incomodo en su asiento, a pesar de esto intentó fingir que no le importaba lo que fuera a salir de los labios de Sakura.
Sakura sonrió más al ver su fingida indiferencia, se acercó más a él y le acarició el brazo.
—Entramos al bar que estaba lleno de hombres en excelente forma, con sonrisas deslumbrantes… el sueño oculto de muchas mujeres. —relató la esmeralda, la reacción de Shaoran ante estas palabras fue tensar aun más la mandíbula hasta el punto de escuchar rechinar sus dientes, sus manos se habían cerrado formando dos puños y sus ojos arrojaban destellos que indicaban peligro inminente. —¿Y sabes que fue lo primero que hice? —le preguntó al oído. —Los observé e inevitablemente empecé a criticarlos… uno tenía la espalda muy angosta, algunos eran muy bajitos, muy pálidos etc. Y ninguno de ellos tenía ojos color chocolate que a la luz adoptaran un color ambarino. —
Sus palabras surtieron efecto, el castaño se había relajado considerablemente, podía ver como su orgullo masculino se hinchaba… podría apostar que todo su enojo había desaparecido. Esperó un par de minutos por si Shaoran se aventuraba a decirle algo pero pronto entendió que no sabía que contestarle a Sakura.
—… Te culpo por ello ¿sabes?... un mes atrás me habría acostado con alguno de esos strippers sin pensarlo dos veces. — le dijo ahora mirándolo a los ojos, su tono ya no era seductor ni despreocupado, ahora hablaba enserio. —… en cambio esa noche solo quería verte… como le dijiste al stripper… ahora somos novios. —
Ambos quedaron en un agradable silencio, Sakura miraba por encima del hombro de Shaoran hacia los jardines del hospital, tan sumida estaba en sus pensamientos que se sobresaltó cuando sintió la mano del ambarino sobre la suya.
—Lo lamento… nunca he sido celoso con nadie. —le dijo apretando más su mano, mirando la unión de ambas. —Y contigo… pierdo muy fácil el control. —
—Ya te lo dije… me encanta cuando te pones celoso. —le sonrió y acercó sus labios a los de él, en el momento que sintió sus tibios y carnosos labios contra los suyos sintió como si fuera una bocanada de aire fresco, su pecho se llenó de una calidez tan agradable que deseó poder sentirse de esa manera por siempre.
—¡Ese es mi Shaoran! —gritó Arabella Li quien caminaba muy animada de regreso a la mesa.
El rostro del castaño se enrojeció mientras que Sakura sonrió abiertamente a la escena que tenía ante ella, la abuela Li se dedicó a relatarle historias de Shaoran cuando era pequeño, sus berrinches y travesuras, él trataba de intervenir y defenderse pero su abuela siempre estaba preparada para contratacarlo, hasta que pasada media hora entró a la cafetería una señora muy bien vestida de cabello negro muy largo y mirada severa, mirada que inmediatamente fue dirigida a la unión entra la mano de su hijo con la de Sakura.
Por una milésima de segundo la castaña estuvo a punto de desviar la mirada de tan fina dama y dejar que la sangre subiera a su rostro, justo como el de Shaoran hace unos momentos, pero después pensó… ¿Por qué?
La señora podrá parecer una mujer aristócrata en toda la extensión de la palabra, pero seguía siendo una persona, además aunque no le agradara o se llevara una mala impresión de ella, al final la única opinión que importaba era la de Shaoran.
—Buenos días. —saludó una vez llegando hasta ellos.
—¡Ieran! Tienes que conocer a Sakura… es la novia de Shaoran. —le dijo la anciana. —¡Es tan linda y mira esos ojos! ¡Imagínate Ieran … que tus nietos tengan esos ojos! —
Ante ese comentario todos se incomodaron, el rostro de Shaoran estaba adquiriendo tonalidades más intensas casi moradas, Sakura había abierto los ojos tanto como pudo y la madre del castaño miraba a la anciana como si le hubiera crecido otra cabeza.
—Creo que es demasiado pronto para pensar en eso… Shaoran siempre podría considerar mejor sus opciones. — declaró Ieran mirando a su hijo.
—¡Ay por favor! —exclamó Arabella exasperada con su nuera. — Tendrás que perdonarla Sakurita querida… desde que mi hijo murió… ella no ha sido la misma… necesita tener sexo urgentemente... ¿no crees linda? —
Fue el turno de Ieran de sonrojarse violentamente y de abrir los ojos desmesuradamente, Shaoran solo dejo salir un quejido que dejaba muy claro su grado de frustración. Sakura trató de no reírse, pero fue imposible, terminó soltando una sonora carcajada y asintiendo vigorosamente.
— Arabella… si no nos vamos ahora perderemos el avión…—la apresuró la madre de Shaoran, mirando hacia la salida con anhelo. —Un placer conocerla señorita Kinomoto. —
—Está bien está bien… Sakura cuida al lento de mi nieto y espero verte pronto en mi casa. —le dijo mientras la estrechaba como a una hija. —¡Ya era hora! ¡Muévete Eriol, hasta yo corro más rápido que tú! —
En la entrada de la cafetería estaba la joven pareja caminando a prisa para llegar hasta ellos, Eriol venia un poco más rezagado y con el rostro colorado.
—Lamentamos mucho la tardanza. — Se disculpó Tomoyo mientras Eriol recuperaba de a poco el aliento—Fue un placer conocerla y gracias por la velada del sábado me divertí mucho. —
—El gusto fue mío preciosa, será un placer recibirte en la familia. —Al igual que a Sakura envolvió en sus brazos a la amatista y pasó a despedirse de los muchachos. —Cuídate mucho Eriol, espero que los planes de la boda salgan a la perfección. — y por último se dirigió a Shaoran, quien ahora estaba de pie algo aliviado de ver a su madre y a su abuela irse. —Y tu mi querido Shaoran piensa en lo que hablamos en la mañana ¿sí? … Y no vayas a hacer ninguna tontería ¿me oíste? —
Sus miradas se unieron por tres segundos y fue en ese pequeño lapso de tiempo que Sakura pudo ver cuánto amaba Shaoran a su abuela por la sutil sonrisa que se posó en sus labios, a pesar de los gritos, los regaños y las vergüenzas. La despedida entre madre e hijo fue un poco más formal, aunque también pudo ver en la mirada de Ieran cariño pero sobretodo orgullo hacia su único hijo varón.
El ambarino las acompañó a la entrada del hospital en donde un lujoso auto las esperaba para llevarlas al aeropuerto, volvieron a intercambiar despedidas, se subieron al auto y lo observaron desaparecer por la avenida.
Shaoran
Miraba fijamente como caía el agua de la llave hasta el lavabo y como esta desaparecía, acababa de salir de cirugía, había sido una intervención de urgencia, el paciente Sakura había comenzado a tener problemas respiratorios y a pesar de que había actuado rápidamente no lograron salvarlo, la embolia grasa los tomó por sorpresa, era raro que ocurriera en fracturas por arma de fuego.
Sakura había entrado a cirugía minutos antes de que el embolo de grasa hubiera llegado a una de las arterias pulmonares obstruyendo el paso de sangre, a pesar de eso en cuanto se enteró mandó a Neil su interno del día para que le informaran sobre la condición de su paciente… en estos momentos la esmeralda probablemente estaría con la familia del muchacho dándoles la mala noticia.
Pareciera cosa del destino que todo de alguna manera lo relacionara con Sakura… en ese último mes ya se había acostumbrado a pensar constantemente en ella, pero desde la plática que tuvo con su abuela ya no podía pensar en otra cosa…
"—Entonces ¿Cuál es el asunto con Sakura? — preguntó su abuela cuando recién se habían sentado en la mesa de la cafetería.
—No es nada serio abuela. —había empleado las palabras de la castaña pensando que eso sería suficiente para su querida nana.
—¡No me vengas con esas cosas Shaoran! Desde que aprendiste para que sirve eso que tienes entre las piernas te he observado, veías a las mujeres superficialmente, las querías a tus pies alabándote y prácticamente besando el suelo que pisabas. —le dijo su abuela severamente él puso cara de ofendido e intentó replicarle a su abuela, pero ella no se lo permitió. — te encantaba darte a desear para después botarlas y buscarte una nueva… y antes de que sonrías ante los recuerdos del niño estúpido e inmaduro que eras déjame decirte que eso es lo que me decepcionaba de ti, tú lo tienes todo cariño… eres guapo ¡claro que cualquier mujer caería rendida a tus pies!, tienes dinero, poder y eres un cardiólogo de renombre… ¡pero eras un insensible! —
Sabía que todo lo que su abuela le decía era cierto, pero no por eso dejó de sorprenderse, su orgullo de antaño intentó hacer que hablara para defenderse… pero como ya había dicho, todo era verdad, no había nada que defender, así que dejó que su abuela continuara.
—Me daba pena y miedo que nunca fueras a conocer alguien que pudiera hacerte sentir como la persona más dichosa del planeta con el simple hecho de dedicarte una sonrisa… quería que conocieras ese sentimiento porque yo misma lo he sentido… Si Shaoran, aquí como me ves más arruga que una pasa yo amé a tu abuelo como no he amado a nadie y sé que él también me amó más de lo que yo podría expresar—siguió diciéndole su abuela, ante la mención de su abuelo sus ojos se llenaron de melancolía. — Y puede que no me lo creas pero tu madre también gozó de ese sentimiento, yo misma la veía sonrojarse cuando tu padre se acercaba a ella, cuando la tomaba de la mano, solo con mirarla tu madre se volvía un farolito de navidad y tu padre… bueno tu padre estaba perdido, tu madre se volvió su aire, su fuerza, su razón de vivir… es por eso que tu madre ahora es así Shaoran, ella perdió al gran amor de su vida y ese es un dolor que no puedes ignorar, se aprende a vivir con él pero nunca te deshaces de él. —
La voz de su abuela se había ido volviendo cada vez más ronca, no era la primera vez que hablaban de un tema serio, pero si era la primera vez que hablaban de este tema en particular.
—No creas que deseo que experimentes ese dolor Shaoran querido, eso ni a mi peor enemigo se lo deseo… pero si quiero que te des la oportunidad de ser verdaderamente feliz… Sakura me gusta para ti… y más importante aún… a ti te gusta ella —concluyó Arabella Li.
—Abuela es que… no es tan fácil… ella… AHHH— había soltado un grito de frustración que provocó que varias cabezas se giraran en su dirección, todos con mirada de sorpresa, sin embargo cuando regresó a ver a su abuela ella sonreía incluso más que antes. —¡No me veas así! … Abuela es que no es posible… llevo un mes en Londres ¡UN MES! Y ya puso todo mi mundo de cabeza… eso no es normal… es muy poco tiempo … y además suponiendo que yo sintiera algo por Sakura ella…. Ella me dejó muy claro que no quiere nada formal…—
Para alguien como él haber revelado todas esas preocupaciones a su abuela era una hazaña más que extraordinaria, segundos después de externar todo lo que sin saberlo lo había estado carcomiendo sintió como se le quitaba un gran peso de encima.
—¡Pues claro que te dijo eso niño! ¡Ella es igual o más lenta y terca que tú! Y probablemente por su mente también están formulándose todas estas inseguridades pero no te preocupes, precisamente por eso insistí en salir con ellas, quería echarle un ojo más de cerca. —explicó la ancianita. —Cuando no hablaba de ti, hablaba de algún tema que estuviera relacionado contigo o se quedaba con la mirada fija en algún sitio… ¡Por dios Shaoran! La llevé a bar lleno strippers, que para mí son lo mismo que prostitutos… ¡los ignoró a todos! Les sonreía con cortesía y no niego que se divirtió pero ninguno pudo provocar el brillo que tienen sus ojos cuando te ve a ti. —
Inmediatamente sintió alivio y una felicidad inusitada, toda la noche del sábado y todo el domingo los celos lo habían carcomido hasta alcanzar niveles alarmantes…
—Mientras más pronto aceptes que te has enamorado de Sakura… más pronto comenzaras a vivir de verdad. —
La penetrante mirada de su abuela fue lo último que vio antes de soltar un gemido de frustración y jalarse el cabello con fuerza… en su lenguaje eso significaba… "Ya lo sé."
Salió del cuarto de lavado y se encontró con Keffer, ninguno de los dos estaba muy feliz por tener que trabajar con el otro pero no tenían otra opción.
—Ya revisé todos sus post-operatorios hasta el momento todos están estables, le traigo el electrocardiograma del Sr. Bines que en general se ve bien. —le dijo extendiéndole una tira de papel correspondiente al estudio. — y el Dr. Maxwell me pidió que le recordara invitar a toda la gente que pueda a la carrera…—
—Gracias. —le dijo y siguió caminando hacia las escaleras, estaba por subir el quinto escalón cuando la voz de su interno lo hizo detenerse.
—Me gusta la Dra. Sakura…—a pesar de que ya lo sabía, sintió algo acido subiéndole por la garganta.
—Querrás decir que te gusta la Dra. Kinomoto. — le dijo Shaoran sin voltear a verlo.
—Ella me deja llamarla por su nombre. — en su tono de voz podía percibir una pizca de miedo.
—Si… pero yo no. — le respondió volteándose. — Y ya que yo soy su novio aprovecho este momento para pedirte de forma civilizada que midas tu distancia con ella…—
Shaoran sonrió orgulloso cuando vio como el brillo en los ojos de Keffer desaparecía ante la palabra "novio", sin embargo este chico no parecía tener un buen instinto de supervivencia.
—¿Qué pasa si no lo hago? —preguntó el interno en un claro momento de osadía.
—Ingresarás al hospital en calidad de paciente…—concluyó Shaoran retomando su camino por las escaleras. —Buenas noches Dr. Boxwell. —
Continúo ascendiendo por las escaleras hasta alcanzar el séptimo piso, esperando encontrar a Sakura y besarla hasta poder relajarse lo suficiente como para ir a la estúpida carrera entró a su consultorio, pero este ya estaba vacío, abatido subió el último piso que le quedaba para llegar al suyo, saludó a unos cuantos pacientes en su camino a su oficina y cerró la puerta detrás de él.
—¿En dónde estabas? Llevo como quince minutos esperándote Shaoran. —le dijo Sakura.
Ya no usaba su uniforme, llevaba un vestido morado de manga larga, escote suficientemente generoso y unas plataformas negras. Se encontraba sentada en su escritorio moviendo las piernas como niña chiquita.
—¿Estabas esperándome? — sentía que sus neuronas estaban teniendo problemas para establecer una buena sinapsis.
—¡Claro! Esperaba que pudieras llevarme a mi departamento antes… no pienso correr con esto. — le indicó mientras señalaba lo que para él era un vestido provocador.
Avanzó hasta quedar enfrente de ella, se sentía algo mareado luego de un fin de semana muerto de celos y ahora Sakura lo premiaba con esa imagen…
—Shaaaaaaoran… ¿puedes llevarme…?— trató de repetirle la pregunta pero los labios del castaño ya estaban sobre los suyos, fue un beso lleno de pasión, la aferraba fuertemente de la nuca y de la cintura forzando el roce de sus caderas.
Solo soltaba sus labios una milésima de segundos, que ambos aprovechaban para llenar sus pulmones y después continuar con su beso, el ambarino ahora la aferraba de las caderas, subiéndole el vestido hasta la cintura, descubrió que Sakura llevaba unas bragas verdes fabricadas con un material tan delicado y fino que prácticamente eran transparentes.
La recostó un poco más sobre el escritorio sin dejar de besarla y poco a poco fue deslizando su mano derecha hasta su parte más delicada, comenzó a tocarla por encima de la ropa trazando diferentes movimientos con sus dedos, a estas alturas Sakura ya empezaba a gemir débilmente.
—Podría… entrar… alguien…—le dijo entrecortadamente en lo que el castaño supuso era un esfuerzo por no aumentar el sonido de sus gemidos.
Era cierto, estaban en su consultorio, con varios pacientes, internos y amigos afuera preparándose para ir a la carrera, cualquiera podría entrar a despedirse y verlo a él entre las piernas de Sakura, con su mano ocupada acariciando a su esmeralda con un poco más de rudeza ahora, también verían a la castaña sonrojada, recostada sobre el escritorio y mordiéndose el labio para no gritar de placer… pero eso no importaba en ese momento, lo que más quería era enterrar su miembro en Sakura una y otra vez hasta escucharla gritar cuando llegara su éxtasis, su deseo podía más sobre la razón, movió la tela de las pequeñas bragas de Sakura y le introdujo dos dedos, estaba tan excitada que sus dedos resbalaron fácilmente y ella gimió un poco mas fuerte.
Sus dedos entraban y salían de la esmeralda sin darle tregua, Sakura estaba completamente colorada, mientras Shaoran aumentaba la velocidad de sus dedos ella gemía contra la piel de su cuello depositando varias mordidas, sabía que estaba a punto de llegar al orgasmo así que cuando la vio arquear la espalda se apresuró a capturar sus labios para ahogar su grito de placer.
Shaoran le concedió unos cuantos minutos para componerse, la dejó sentada sobre el escritorio y fue a la puerta para cerrarla con llave… en teoría tener sexo en su consultorio no era nada ético… pero ¡al diablo! No es que quisiera ser el empleado del mes…
Se giró para regresar a Sakura, su miembro ya erecto y henchido se emocionó aún más al ver a la esmeralda con el cabello revuelto, los labios enrojecidos y una sonrisa pícara en el rostro, en cuanto sus miradas se encontraron Sakura abrió las piernas en una clara invitación para que él se adentrase en ella.
El castaño prácticamente corrió hacia ella y se deshizo del estorboso pedazo de tela, sintió las manos de la mujer bajarle los pantalones y los boxers con una rapidez inusitada, de una embestida la penetró y ambos suspiraron al contacto, Sakura se aferró a su cuello y comenzó a mover sus caderas, Shaoran le ofreció más apoyo colocando uno de sus brazos en la espalda de la castaña, se acopló al ritmo que ella le marcaba.
Ahora era el turno del ambarino de ahogar sus gemidos en el cuello de Sakura, ambos estaban cubiertos de sudor y la necesidad de alcanzar el éxtasis los hacia ir cada vez más rápido, ella había enrollado sus piernas alrededor de él desesperada por sentirlo más profundamente, podía sentir sus manos acariciándole el abdomen y el pecho, él besó y lamió su cuello hasta llegar a la deliciosa curva de sus pechos, desocupó una de sus manos y la dirigió al borde del escote de su vestido para exponer un sostén también verde… no tenía tiempo para quitárselo solo lo jaló un poco hacia arriba e inmediatamente empezó a succionar los pechos desnudos.
Sakura se retorcía debajo de él, los dos sabían que ya no podrían aguantar por más tiempo, era casi imposible contener los gemidos del otro, la sostuvo nuevamente con ambas manos por las caderas y se hundió tres veces más tan profunda y salvajemente como le fue posible hasta que ambos gritaron en la boca del otro, la esmeralda seguía con los ojos cerrados disfrutando de la sensación de Shaoran derramándose dentro de ella mientras él la cubría de besos.
Pasados varios minutos Sakura volvía a ponerse sus bragas y se arreglaba el resto de su ropa mientras Shaoran se cambiaba la pijama quirúrgica por un conjunto deportivo rojo con negro, el doctor podía sentir la mirada de Sakura sobre él …
Dios a este paso no vamos a salir del consultorio…
—¿Qué horas son? —preguntó Shaoran en un intento por distraerla.
—mmmmm son las ocho y cuarto…—respondió Sakura volviendo a contemplar cada movimiento que hacía.
—Si queremos llegar a la carrera tendremos que apurarnos…— le dijo al tiempo que subía la cremallera de su chamarra negra.
—¿Queremos llegar a la carrera? —le dijo mordiéndose el labio.
—Sakura… contrólate. —le sonrió
—¡ja! ¿Contrólate? Si no mal recuerdo solo te pregunte si podías llevarme a mi departamento y lo siguiente que supe fue que estabas dentro de mi…— se burló.
—Fue tu culpa… ¿Quién te manda a usar ese vestido tan tentador? — se defendió el ambarino atándose las agujetas, como respuesta solo vio que Sakura ponía los ojos en blanco y luego le sonreía. —¿Lista? —
—Lista. —y ambos salieron del consultorio.
Sakura
La noche era bastante fría, pero a pesar de eso el punto de salida de la carrera estaba rebosante de gente, la mayoría hacia estiramientos para calentar. Sakura y su grupo de amigos estaban junto a las mesas que asignaban las matriculas para los corredores.
—¿A qué hora va empezar esta cosa? — se quejaba Eriol ya enfundado en su conjunto deportivo color azul marino con franjas grises. —¡Ya me quiero ir a mi casa! —
—Cállate ya faltan diez minutos para que empiece… no contábamos con que viniera tanta gente. — le explicó Shaoran dándole un golpe en la nuca.
—¿Y cuál es el maldito premio? —preguntó Eriol.
—En serio eres idiota… es una carrera de caridad, ósea que no hay premio.— lo regañó el ambarino.
—¡¿Qué?! ¡¿No me van a dar ni una puta galleta?! — se quejó su amigo ojiazul.
—¡Eriol! Es por una buena causa así que ya mantén el pico cerrado. — le gritó Sakura.
Todos sus amigos rieron por la cara que puso Eriol cuando comenzaron a llamar a los participantes, por el megáfono les dieron instrucciones sobre qué hacer si algún corredor se sentía mal en alguna parte del trayecto, también le dijeron que el camino estaba marcado por una serie de letreros luminosos y que no había posibilidad de desviarse y perderse, agradecieron en nombre del hospital por la caridad de todos e indicaron que tomaran sus posiciones.
—Eriol tiene razón… el que gane de nosotros debería recibir algún premio... ¿Por qué no apostamos? — sugirió Yamazaki.
—No tiene caso Yamazaki … te puedo decir desde ahorita quien va a ganar esa carrera. — respondió Eriol. —Crecí viendo a Shaoran correr… parece un maldito antílope drogado. —
Después de ver la cara de seguridad de Shaoran, Yamazaki debió comprender que era cierto y se limitó a asentir y colocarse junto a su esposa.
—Hey hey hey… discúlpame Shaoran… no dudo que seas muy rápido pero en nuestro instituto nadie pudo alcanzar a Sakura…— comentó Tomoyo. —Y la verdad es que creo que ella podría ganarte. —
—Yo creo que no. — dijo Shaoran luego de hacer un ruido de escepticismo.
—Bueno eso se arregla fácil. —argumentó Naoko. — Compitan y el que llegue primero de los dos gana la apuesta. —
Ambos castaños voltearon a verse, retándose el uno al otro con la mirada.
—Hagámoslo más interesante… mujeres contra hombres. — propuso Sakura. —Si llega primero una de nosotras, ganamos y si alguno de ustedes llega antes entonces ustedes ganan. —
—¡Trampa! — gritó Eriol. —¡Ustedes son más! —
Entonces Rika intervino.
—Aquí hay otros doctores del hospital. — señaló a lo lejos. — Miren ahí está el Dr. Terada de medicina interna y ese de allá es el Dr. Keane de oncología… pretendiente de Naoko. —
Los chicos consideraron sus opciones y al final aceptaron, llamaron a sus colegas y explicaron la apuesta. Los dos doctores estaban bastante entusiasmados… Sakura no sabía si era por la carrera o por tener la oportunidad de estar al lado de sus amigas.
—Suena bien… ¿pero qué vamos a apostar? —preguntó el Dr. Terada.
Todos se observaron con los ojos muy abiertos, al parecer ninguno había pensado en el premio o castigo, al final fue Chiharu quien tuvo una idea.
—¿Qué les parece internos por una semana? — vio la cara de perplejidad de todos y se explicó. —Si nosotras perdemos seremos sus internas por una semana y viceversa… en otras palabras seremos esclavos del equipo ganador. —
—Osea ¿esto ya es sexual? —bromeó Eriol, todo el mundo se rio y una vez calmados consideraron la idea de Chiharu, al final todos se mostraron de acuerdo con la idea, pintaron su sonrisa más maquiavélica imaginándose al equipo contrario haciendo lo que le pidieran sin chistar.
—Todavía pueden echarse para atrás— dijo Shaoran les dijo a todas las chicas pero su mirada estaba fija en Sakura.
—Yo creo que no… aunque si te asusta perder, tú deberías seguir tu consejo. — le recomendó la castaña.
Su plática fue interrumpida por un montón de voces entusiasmadas que se colocaban junto a ellos, por el micrófono repetían las medidas de seguridad y nuevamente agradecían por su participación en el evento.
Sakura y todos sus amigos se colocaron a la misma altura para que así todos salieran al mismo tiempo y no hubiera mal entendidos al final. La voz del interlocutor se escuchó a lo largo del lugar…
—En sus marcas…—
Todos se pusieron en posición.
—Listos…—
Alzaron un poco sus cuerpos preparándose para tomar algo de impulso y salir corriendo.
—¡FUERA! —
Todos los participantes salieron disparados y comenzaron a correr, Eriol tenía razón, Shaoran era increíblemente rápido en cuestión de segundos ya iba a la cabeza de los concursantes, sin embargo Sakura no corrió a toda velocidad, trotó un poco buscando entre tanta gente a sus amigas que al igual que la mayoría, habían salido a gran velocidad.
La esmeralda había realizado algunas pruebas de atletismo cuando estaba en el instituto así que sabía cómo eran esas carreras… la gente salía a toda velocidad y antes de siquiera recorrer los cien metros comenzarían a respirar por la boca y nariz, provocándoles un dolor muy agudo en el costado que eventualmente haría que disminuyeran la velocidad.
La clave en las carreras largas era tomárselo con calma, luego aumentar la velocidad para pasar a los que comenzaran a mostrar signos de cansancio y así sucesivamente.
Espero no equivocarme…
Siguió trotando por otros diez minutos y luego arrancó a correr a su máxima velocidad, hasta el momento su razonamiento había sido acertado, pasó a mucha gente que ahora caminaba para aminorar el dolor en las piernas y en el costado, pronto divisó a Chiharu y un poco más adelante a Naoko, disminuyó la velocidad al pasar junto a Chiharu.
—Hey… respira por la nariz y sigue trotando, después de 10 o 15 minutos vuelve a correr tan rápido como puedas… sino no van a aguantar… dile a las demás. — alcanzó a ver como su amiga levantaba su pulgar en señal de aprobación, satisfecha Sakura volvió a correr a toda velocidad pasando a Naoko y luego a Eriol que ya parecía a punto de desmayarse.
—Sakurita…. Ayúdame… !Ay creo … que … voy a … vomitar! —escuchó que le decía Eriol respirando dificultosamente, no pudo reprimir una sonrisa, su amigo era toda una Drama Queen. —Ay pero quien… carajos… me manda …. Ya sabía yo… pero no! —
Continuo corriendo a toda velocidad y pasando a muchas personas, los señalamientos marcaban que tenía que doblar a la derecha y avanzar derecho por un trecho muy largo. Se obligó a mantener el ritmo pues comenzaba a sentir como si sus muslos quemaran pero si no adelantaba más terreno ahora más tarde sería más difícil alcanzar a los demás.
Distinguió la espalda de Yamazaki y al lado de él estaba Tomoyo, ambos con las mejillas muy rojas, seguían corriendo bastante rápido, aunque no tanto como ella, se sorprendieron bastante cuando la vieron adelantarlos, seguro habían pensado que iba encabezando la larga fila de competidores.
Pasados otros quince minutos ya no pudo más y tuvo que reducir la velocidad, quería respirar por la boca pero se contuvo, levantó la vista y siguió, minutos después su respiración volvía a ser más regular y acompasada, dio una vuelta a la izquierda y vio a Rika caminando al lado de Terada, le costó trabajo rebasarlos a trote pero una vez que los dejó atrás, otro letrero le indicó que estaba entrando en el kilómetro siete y que a partir de ahí el camino tenía varias curvas, volvió a aumentar la velocidad y a los pocos minutos lo vio, a unos cuantos metros más adelante, su cabello chocolate era inconfundible para ella, en este momento estaba apelmazado en la nuca por el sudor y alborotado en la coronilla por el frio aire invernal.
No podía estar segura porque solo alcanzaba a ver su espalda pero podría jurar que su respiración era un poco trabajosa, tomó todo el aire que pudo guardar en sus pulmones y echó a correr.
—¡Nos vemos en la meta! — le gritó Sakura, y entonces para placer de la esmeralda lo vio abrir mucho los ojos y correr tras ella a toda velocidad…
¡Rayos Sakura tenías que abrir tu bocota!
Sentía arder todos los músculos de sus piernas pero aun así apretó más el paso en un intento por alejarse del ambarino, calculando el tiempo que tenía desde que vio el ultimo señalamiento dedujo que ya debían de estar muy cerca de la meta, dobló a la derecha y se encontró con varios corredores en mejor condición física ya que habían llegado hasta esa etapa de la carrera antes que más de la mitad de los participantes.
Sabía que no debía hacerlo pero miró por encima de su hombro, el castaño le venía pisando los talones, se permitió enorgullecerse de sí misma porque había logrado alcanzarlo y él parecía tener algunos problemas para igualar su velocidad… el problema claro es que ella comenzaba a resentir bastante el cansancio que le había provocado la resaca del domingo, la sorpresiva guardia, su día de trabajo y su sesión de sexo con Shaoran.
Volvió su vista al frente y tropezó porque enfrente de ella había una mujer pelirroja, por desgracia perdió la poca ventaja que había tenido sobre Shaoran, ahora iban a la par y ya podían ver la meta, algunos corredores ya estaban del otro lado…
¡Maldita sea!
Sentía las piernas muy pesadas, le quemaban y comenzaba a sentir que su corazón intentaba escapársele por la boca…
Vamos Sakura un último esfuerzo…
A pesar del intenso dolor en su piernas, tomó una gran bocanada de aire y corrió más rápido, adelantó a Shaoran unos cinco pasos, la meta estaba frente a ella … veinte metros… diez metros… cinco metros…
Y entonces sintió las manos de alguien jalándola por la cintura y alzándola por el aire, depositándola en dirección opuesta a la meta, sintió sus pies tocando el suelo otra vez y se volteó justo a tiempo para ver la sonrisa del castaño y como echaba a correr nuevamente.
—¡ERES UN TRAMPOSO! —gritó corriendo tras de él, la ira y la diversión que le causó el comportamiento de Shaoran la hizo olvidarse momentáneamente del dolor en todo su cuerpo, tomó todo el impulsó que pudo y se arrojó sobre él, con sus brazos se abrazó al cuello del ambarino y con las piernas se aferró a su cintura, debido al impulso que llevaba el castaño más el peso de la esmeralda ambos cayeron al suelo.
Los dos doctores intentaban levantarse pero el otro lo impedía, ahora parecían niños pequeños rodando por el suelo riendo como si jugaran a las luchitas.
A pesar de seguir peleando con Shaoran, Sakura sabía que aunque lograra vencer la resistencia de su novio, cuando se pusiera de pie sus piernas comenzarían a temblar incontrolablemente… solo ganaría si conseguía arrastrarse hasta la meta.
Shaoran dejó salir un suspiro de cansancio y se acostó sobre su espalda a un lado de ella, los dos respiraban con dificultad, ninguno hizo ademan de querer levantarse, estaban demasiado cansados.
—Eres… un… tramposo…Shaoran Li…— le dijo Sakura intentando calmar su respiración.
—Si… lo lamento. —respondió con un poco de dificultad. —Mierda… Sakura… corres…como una puta gacela…
Los dos se rieron bajo el cielo estrellado, la castaña levantó un poco la cabeza para ver como Tomoyo salía de la última curva y un minuto más tarde Yamazaki y el doctor de oncología.
—¡Sakura! ¿Qué les pasó? —gritó Tomoyo a poca distancia de ellos, comenzaba a aminorar la marcha.
—¡CORRE! —le gritó a su amiga, ella era la única esperanza que tenían de ganar la apuesta, porque ella ya no planeaba moverse de ahí. Su amiga pareció no comprender que hacían tirados en el piso pero no lo pensó dos veces y corrió aún más rápido.
—YAMAZAKI, KEANE ¡MUEVANSE! —gritó Shaoran a todo pulmón. Los doctores aumentaron su velocidad haciendo muecas de dolor, pero a no ser que pudieran volar la carrera la ganaría Tomoyo, en cuanto pasó frente a ellos Shaoran intentó levantarse y detenerla, pero o sus piernas no pudieron sostener su peso o … su trasero pesaba demasiado porque volvió a caer al suelo.
La amatista cruzó la meta y ambas gritaron de alegría, los demás corredores sonreían por los festejos de las dos chicas, Sakura necesitó de tres intentos antes de lograr ponerse de pie y llegar hasta su amiga, las dos tenían la cara colorada, el cabello se les pegaba al rostro por el sudor y apenas y podían hablar por la falta de aliento, pero se abrazaron triunfantes.
El Dr. Keane les sonreía apoyando sus manos en sus rodillas mientras gotas de sudor caían en el concreto, Yamazaki se había dejado caer de rodillas cerca de Shaoran que había logrado sentarse, después de unos diez minutos salieron de la curva Rika y Terada trotando lado a lado, ambos debieron suponer que a estas alturas ya habría un ganador, por lo tanto no se molestaron en aumentar la velocidad, Chiharu apareció otros cinco minutos más tarde al lado de Naoko quien parecía ya no querer dar un paso más… una vez en la línea de meta festejaron el triunfo de Tomoyo y escucharon bastante divertidas el incidente entre ambos castaños.
El único que faltaba era Eriol, lo cual no era ninguna sorpresa, pasaron unos veinte minutos y aún no habían señales del ojiazul.
—La mayoría de los corredores ya están aquí… será mejor que vaya a buscarlo. —informó Sakura caminando en dirección opuesta, en otras circunstancias alguno de sus amigos se habría ofrecido a acompañarla pero todos estaban molidos, así que se encaminó ella sola pero antes de llegar a la curva vislumbró a su amigo que a diferencia de los demás venia caminando.
—¡¿Quién …carajos inventó…estas putas… carreras!? —le dijo en cuanto la vio, llegó hasta ella y se apoyó en su amiga, le pasó una brazo por los hombros y con ayuda de ella comenzaron a avanzar nuevamente a la meta. —¡No te …rías!…creo…que mis pulmones… se incineraron…—
—Decirte que perdieron la apuesta… ¿ayuda en algo? —le dijo Sakura riendo.
—¡¿Qué?¡ ¡¿osea que parte de la tortura por la que mi pobre cuerpecito acaba de pasar tengo que hacerla de esclavo?! —se escandalizó Eriol, esto solo provocó que Sakura riera con más ganas. —¡Ya no hay respeto! —
Su amigo de anteojos siguió reclamando hasta que llegaron a la meta, todos le aplaudieron en cuanto llegó, tal vez burlándose de la terrible condición física de su amigo o en señal de admiración por haber recorrido diez kilómetros a pesar de dicha condición.
—Gracias, gracias. —les dijo alzando las manos como si fuera un presidente agradeciendo a su pueblo por la atención. —¿Y entonces quien llegó primero? —
Tomoyo alzó la mano y nuevamente contaron la historia del triunfo de Tomoyo y del encuentro entre los castaños, todos se reían y relataban su experiencia, era un gran momento entre amigos, sin embargo cuando Sakura volteó a ver a Shaoran lo vio mirando en otra dirección, al seguir su mirada se dio cuenta que miraba a la mujer pelirroja por la que se había tropezado…
Sintió que algo en su interior hervía…
Observó bien el perfil de Shaoran, no la veía con curiosidad o deseo, la miraba con ira y con una pizca de miedo…
Como si quisiera lastimarla antes de que ella lo lastimara a él.
Y entonces reconoció a la mujer.
Shaoran
¿Qué diablos hacia ella ahí?
Había escuchado con atención las diferentes anécdotas de sus nuevos amigos, se había sentido increíblemente feliz porque comenzaba a sentir que encajaba perfectamente en ese raro grupo de amigos, se atrevió a pensar que nada podría cambiar eso…
Hasta que vio a Kaho Mizuki la única que podría nublar la felicidad que sentía, ahora estaba recargada contra un poste de luz con su ropa deportiva color rosa y su cabello recogido en una sencilla coleta, contrario a lo esperado, Kaho no lo observaba a él, su vista estaba fija en Sakura, lo cual no lo tranquilizaba en lo más mínimo, de hecho lo preocupaba bastante.
Sin avisar a nadie se encaminó hacia ella y la sujetó del brazo bruscamente, era una suerte que nadie los observara, porque cualquiera pensaría que él era algún agresor de mujeres, ante el contacto la detestable mujer hizo una expresión de dolor, fingida por supuesto, él sabía medir su fuerza aunque le costara mucho hacerlo con ella.
—¿Qué carajos haces aquí Kaho? —le preguntó el castaño.
—Corriendo para apoyar a los niños sin recursos… igual que los demás— le respondió con simpleza.
—No me digas… ¿ahora haces labores altruistas?... que linda. —le dijo hostilmente. —Bueno la carrera ya terminó… lárgate. —
—Yo creo que no… ¿esa de allá es tu nueva zorra? — le preguntó con desdén. —Qué lindo show montaron eh… aunque déjame decirte que se ve bastante vulgar… —
—El león piensa que todos son de su condición ¿verdad? — le dijo. —¿Qué haces aquí Kaho? —
—Buscándote… regresa conmigo Shaoran. — le dijo endulzando su voz y rodeando el cuello del cardiólogo. — Vamos Shaoran… podríamos limar nuestras asperezas en mi hotel…—
Completamente asqueado el ambarino se zafó de su agarre y se alejó de ella.
—Déjame en paz y regresa a Liverpool. —le dijo retrocediendo en dirección a sus amigos.
—Imaginaba que me dirías eso…no me dejas más opción que aceptar la oferta de Yue. — comentó la mujer mirándose las uñas. —Me ha ofrecido la oportunidad de establecer relaciones entre la clínica de cardiología en Liverpool con el London Medical Center… parece que tú y yo nos veremos muy seguido querido. —
Esas palabras lograron helarle la sangre, pero no se detuvo siguió avanzando para reunirse con sus amigos.
Dios ¿Por qué me odias tanto?
Iban en su auto, luego de reunirse con sus amigos habían hablado unos minutos más y luego comenzaron a irse a sus casas, todos estaban cansados, felices, pero definitivamente exhaustos.
Como Sakura y él habían llegado juntos, lo más lógico es que el la llevara a su casa y aunque ninguno de los dos lo dijera en voz alta, Shaoran probablemente se quedara ahí a dormir.
Su pequeño encuentro con Kaho había afectado su humor, estando con sus amigos había intentado sonreír con naturalidad pero no estaba seguro de haberlo logrado, también notó un cambio de ánimo en Sakura estaba mucho más callada que de costumbre, incluso ahora miraba hacia la calle por la ventanilla como perdida, ni siquiera había reaccionado cuando él colocó su mano en su pierna.
—¿Estas bien? — le preguntó mientras detenía el auto frente al edificio de Sakura. —Has estado muy callada. —
Tardó varios minutos en reaccionar, por un momento creyó que no le contestaría.
—¿Qué tienes tu que ver con Kaho Mizuki? —le preguntó con una mirada terriblemente seria, era raro ver a la siempre sonriente, loca y seductora Sakura Kinomoto adoptando esa actitud, pero eso no lo preocupo tanto como la pregunta… preguntando eso demostraba que ella conocía de algún modo a Kaho y por su mirada… conocía el lado más oscuro de ella.
—¿Qué sabes de ella? — de inmediato supo que contestarle con otra pregunta no iba a mejorar su humor.
—No la reconocí en cuanto la vi… pero luego recordé su rostro, en mis años de interna vino a auxiliar en un trasplante de corazón… —le contó mirándolo a los ojos. —Que yo sepa no tiene una buena reputación. —
—¿Qué pasó en ese trasplante? —la urgió el castaño.
—No creas que no me doy cuenta… más tarde contestarás mi pregunta. — le dijo fulminándolo con la mirada. —Ya te dije, yo estaba a la mitad de mi internado, esa semana me tocaba cardiología, asistí al Dr. Ogden, era una paciente femenina de catorce años con insuficiencia cardiaca crónica, estaba en la lista de espera debajo de un señor de cincuenta años de edad del que no sé qué tenía, el punto es que nuestra paciente empeoró mucho y pasó a encabezar la lista. —relataba Sakura. — no tuvo que esperar mucho, nos avisaron que había un corazón en Liverpool listo y debido al cambio en la lista lo traerían hasta acá, Kaho Mizuki se encargó de traerlo, ella y su equipo ayudaron en la cirugía, empezábamos a abrir a la paciente cuando nuestros localizadores comenzaron a sonar, nos necesitaban en otro paciente y había poco personal, Kaho dijo que ellos podrían realizar la cirugía… más tarde cuando buscamos a nuestra paciente nos informaron que había muerto y que el corazón había sido reasignado… curiosamente el segundo en la lista era paciente de ella, un político muy importante…—
No sabía que decir… esa historia tendría que haber ocurrido hace al menos unos seis años… en ese tiempo él aun creía que Kaho era una diosa.
—Fue bastante obvio para todos lo que ella hizo… dejó morir a una niña para salvar a un paciente que se encontraba estable pero que era un pez gordo. — dijo Sakura con amargura. —Como dije era un político importante así que no hubo una investigación en forma a pesar de las múltiples quejas, pero desde entonces solo los doctores del hospital realizan los trasplantes o como mínimo las supervisan. —
Quedaron sumergidos en un silencio bastante tenso, pero solo duró unos segundos ya que Sakura le indicaba con la mirada que era su turno.
—También la conocí en mis años de interno…ella hizo que me enamorara de la cardiología, me deslumbró con su talento y sus conocimientos, ella pareció ver talento en mi porque comenzó a entrenarme más duro que a ningún otro alumno, yo me sentía en una nube. —recordó el castaño con pesar. —Conforme pasaron los años yo maduré y me volví bastante bueno en mi especialidad, Kaho me consideraba su mano derecha, lo cual alimentaba sobremanera mi orgullo, me sentía como un dios, incluso llegué a pensar que era mejor que ella … y la idea de tenerla a ella adorándome me obsesionó un poco. —
—¡Dios!… te has acostado con ella ¿verdad? —preguntó cubriendo la cara con las manos. —¿Sabiendo que era una arpía interesada? ¡Shaoran! —
—¡Oye yo no sabía de sus negocios! —gritó defendiéndose. —Y me enteré de la peor manera… hace unos meses tuve un paciente con fibrosis quística, el daño en sus pulmones era demasiado pero había aparecido un donador compatible … todo iba saliendo bien pero en cuanto hice la anastomosis de las arterias … nada … los pulmones seguían igual de pálidos… no había flujo de sangre—recordó con amargura— declaré la hora de muerte y antes de que comenzaran a desconectarle entró Kaho dijo que el paciente era donador… no me molesté en comprobarlo… confiaba en ella, salí y dejé que se encargara—dijo arrepentido y molesto por su ingenuidad. — Días más tarde me demandaron por negligencia y probable tráfico de órganos, los pulmones que intenté darle a mi paciente no habían sido tratados adecuadamente por lo tanto no eran viables y por otro lado mi paciente no era donadora…—
El rostro de Sakura denotaba el esfuerzo que hacía por deducir si lo que le decía era verdad o mentira, el ambarino decidió no indagar demasiado… no quería ni pensar en lo que pasaría si ella no le creía.
—Esos son cargos muy graves…¿Cómo te libraste? — preguntó Sakura dudosa.
—Mi familia es bastante poderosa… contamos con varios abogados, ellos descubrieron que todo había sido negocio de Kaho. —explicó. —Pero aunque pudieron probar que yo no estaba enterado no pudieron encontrar pruebas que señalaran a Kaho como la única culpable, así que fue absuelto luego de mostrar las pruebas y de pagar cierta cantidad a la familia… no les regresaría a su familiar pero con eso me redimía un poco. — dijo esto último bastante apesadumbrado, aun podía recordar a la familia llorando y gritándole que había sido su culpa. —Después de eso intenté hablar con Kaho, una parte de mi aun creía que todo había sido un malentendido y que ella le explicaría todo, pero en lugar de eso ella tuvo el descaro de agradecerme por cubrirle la espalda y me ofreció formalmente formar parte de su negocio… jamás desee tanto que una mujer se convirtiera en hombre para poder golpearla… mi historial quedó manchado y por eso decidí empezar de cero otra vez. —
Pasaron varios minutos, Sakura ya no lo miraba a los ojos, miraba el techo del auto… no le creía… seguro pensaba que era un ser asqueroso igual que la puta de Kaho… iba a odiarlo… ya no podría besarla ni reír con ella… tal vez tendría que volver a irse a otro lugar…
Sentía un enorme nudo en la garganta, le ardían los ojos y le temblaban ligeramente las manos, el alma se le cayó a los pies cuando la vio salir del auto y entrar en el edificio…
Recargó la cabeza en el volante del auto.
¿Ahora qué?
Carajo Shaoran … que ni se te ocurra llorar.
¿Ahora qué?
Tocaron en su ventana y Shaoran sintió que el corazón se le salía por la boca… era Sakura.
—¿Vas a subir o tendré que dormir contigo en el auto? —le dijo burlonamente, abriendo la puerta de su auto. —La condición es que no vuelvas a acostarte con esa…—
La besó con rudeza… por un momento pensó que lo dejaría…
—No volveré a acostarme con nadie más. —le dijo mirándola a los ojos y sujetando su rostro firmemente entre sus manos.
Le sonrió como solo ella sabía hacerlo y pasó sus dedos entre sus cabellos, podría contemplar su rostro por horas y horas sin cansarse…
Vio como sus mejillas se sonrojaron violentamente y desvió la mirada rápidamente.
—¿Qué pasa? — le preguntó extrañado.
—Quiero que me hagas el amor esta noche…— le dijo sin rodeos, aunque con las mejillas completamente rojas.
Su corazón y sus tripas dieron un vuelco de felicidad, estaba seguro que tenía la más estúpida de las sonrisas en el rostro.
Parecía que por primera le haría el amor a una mujer.
Hola Hola!
Lamento mucho la tardanza.
¿Qué les parece? Parece que Sakura y Shaoran van bastante enserio y ¿será que Kaho vaya a complicar demasiado las cosas?
Déjenme sus reviews ya saben que cualquier idea, reclamación, consejo será bien recibido, todos sus comentarios me animan a seguir escribiendo. :D
Algunas personas han estado mandándome sus direcciones en face, no se preocupen también son bien recibidas y será un placer agregarlos
Espero apurarme más con el siguiente capítulo.
Nos leemos luego!
