Los personajes de esta historia no me pertenecen, son propiedad de CLAMP, la historia si es mía.
Sakura
Martes 24 de marzo de 2014 10:00 pm
—"Hay algunas cosas que no se pueden compartir sin terminar unidos, y derrumbar un trol de tres metros y medio es una de esas cosas"… —leyó Sakura, la pequeña niña al lado de ella sonreía, pero era evidente que el sueño comenzaba a nublar sus sentidos. —Eso es todo por hoy linda… hora de dormir.
—No… quiero saber qué pasa con Harry … y los demás—replicó Abi frotándose los ojos. —Cinco minutos más …
Sakura sonrió a la pequeña, quien luchaba por mantenerse despierta.
A pesar de la quimioterapia, seguía viéndose hermosa, sus enormes ojos color miel ahora irradiaban felicidad y también sonreía más a menudo … claro que su tez seguía siendo bastante pálida, un poco ojerosa, se le había caído un poco de su rizado cabello y dormía mucho más por el desgaste de su tratamiento, aun así Sakura podía asegurar que Abi era feliz.
Era curioso como una pequeña niña de cinco años pudiera ser más feliz en la compañía de extraños mientras se enfrentaba a una enfermedad fatal que en la compañía de su madre viviendo una vida "normal"…
En el último mes Abi se había convertido en una de las pacientes más queridas por el personal médico y de enfermería, esto había ayudado sobremanera a elevar el estado de ánimo de la pequeña, por supuesto que ella seguía prefiriendo la compañía de Sakura o de Shaoran.
—¿Harry Potter? —preguntó Shaoran desde el marco de la puerta. —¿Qué pasó con la cenicienta? ¿La sirenita? ¿La bella y la bestia? ¿Blanca nieves?
La esmeralda soltó un bufido, mientras arropaba a Abigail, profundamente dormida ya.
—¿Princesas inútiles que solo cantan y esperan ser salvadas por un príncipe? … ¡puag! —dijo Sakura metiendo el libro en su bolsa y tomando su abrigo. — Nop, gracias.
—¿Princesas no? ¿Pero magos, brujas, perros de tres cabezas, dragones y unicornios si? —preguntó Shaoran mirándola bastante divertido, su sonrisa se amplió más cuando la vio rodar los ojos en señal de exasperación.
—Increíble… mi novio es un muggle…—exclamó alzando los brazos.
El castaño la atrapó antes de que terminara de cruzar el umbral de la puerta, ambos reían, ella le pasó los brazos alrededor del cuello y él se aferró a su cintura, poco a poco eliminó la distancia entre sus labios.
Ya no era secreto para nadie en el hospital que la hermosa y alocada Sakura Kinomoto del departamento de Traumatología y Ortopedia era novia del guapo y serio Shaoran Li de Cardiología, la mayoría del personal, aunque decepcionados, coincidían en que hacían una buena pareja, se complementaban tan bien… que nadie creería que solo tuvieran unos meses de conocerse.
La castaña no podía recordar haber tenido un mes tan bueno como ese, disfrutaba mucho de su relación con Shaoran, visitar a Abi la llenaba de una calidez indescriptible, amaba cada momento en su trabajo… todo parecía perfecto.
Al principio se había alarmado al enterarse que Kaho Mizuki trabajaría en el London Medical Center, pero al parecer sus preocupaciones salieron sobrando, ya que, desde la carrera no la habían visto y Shaoran le aseguraba que ella no había intentado contactarlo por ningún medio.
Con un poco de suerte la loca esa habría puesto su atención en alguien más y los dejaría en paz.
—Hoy estuvo bastante animada… —declaró el castaño una vez que el roce de sus labios hubo terminado
—Si… Naoko dice que se siente optimista con el tratamiento…— contestó. —Espero que tenga razón… esta semana le volverán a hacer estudios.
Ambos contemplaron a Abi un poco más y después comenzaron a andar por el pasillo, esa noche Shaoran tenía guardia así que tendría que regresar a casa ella sola.
Ya en la planta baja, justo antes de despedirse de él, vio a Keffer correr en dirección a ellos.
—Dra. Kinomoto… que bueno que la encuentro, en recepción me dieron esto. —le dijo extendiéndole un folder con varios documentos dentro. — Me dijeron que los manda su abogado.
La esmeralda tomó el folder y se lo puso bajo el brazo, ella ya sabía lo que era, hace unas semanas había hablado con su abogado para que le explicara lo que tenía que hacer para volverse la tutora temporal de Abi. Shaoran había estado en la habitación el día que ella prometió a Abigail adoptarla, sin embargo no habían vuelto a tocar el tema y … bueno, es cierto que los dos eran de mente muy abierta pero… tal vez eso fuera demasiado complicado para su relación.
—Gracias Keffer… —le dijo al interno y lo observó fijamente, dándole a entender que su presencia ya no era requerida.
El interno se sorprendió un poco por su actitud y se marchó no sin antes dirigirle una mirada de odio a Shaoran quien usualmente respondería mirándolo con superioridad, pero en ese momento el ambarino lo ignoró olímpicamente, él de inmediato la interrogó con la mirada, al ver que ella permanecía en silencio le preguntó directamente.
—¿Abogado? ¿Para qué? —preguntó curioso.
—Nada… ammm ¿no tenías una cirugía? —le dijo intentando desviar su atención, como era de esperarse no lo logró.
—Si pero es más tarde… Sakura ¿Qué pasa? —volvió a preguntar, su rostro ahora reflejaba preocupación por ella.
Nada nada, no pasa nada…
Solo estoy a punto de volverme tutora temporal de Abi…
Quien por cierto viviría conmigo…
Y dormiría en la habitación contigua a la que usamos para hacer el amor todas las noches…
Para nada complicado… ¿verdad?
—Aghhhh ¡está bien! —exclamó luego de un rato de incomodo silencio. —Es la documentación que necesito para solicitar la tutoría de Abi… ya sé, ya sé … es muy complicado y no te culpo por pensar eso… es una gran imposición para una relación de ¿Qué?... ¿Un mes? … entiendo si quieres… si quieres… ya sabes… no te culparía por…
—¿Dejarte? —terminó él por ella.
—Eso… —fue lo único que pudo salir de su boca, de repente toda la alegría que había estado sintiendo se desvaneció, no quería separarse de él, pero tampoco podía fallarle a Abi…
—Tienes razón… es muy abrumador…—le dijo Shaoran sin rodeos. —me refiero a que … estas a punto de hacer algo increíblemente generoso por la niña más dulce que he conocido, aunque eso implique dar un gran giro a tu vida… es obvio pensar que mi mejor opción sea abandonarte.
Le tomó algo de tiempo captar el tono burlón que estaba empleando y le tomó aún más tiempo comprender a que se refería. El castaño había aprovechado su despiste para acercarse a ella, ahora la miraba fijamente, era un mal día para sus neuronas porque no lograba descifrar lo que Shaoran quería transmitirle con la mirada.
—Es cierto que si alguien más me hubiera dicho esto hace unos meses yo habría salido huyendo… pero Sakura, estamos hablando de ti… y de Abi…—hablaba con gran determinación. —Además alejarme de ti no haría feliz a nadie… para empezar mí abuela me mataría si se entera, Eriol intentaría matarme también, Tomoyo y todo tú sequito de amigas… no podría alejarme de ustedes aunque quisiera… y para que quede completamente claro… no quiero.
Lo miró fijamente a los ojos en busca de cualquier señal de burla o mentira, pero lo único que pudo ver fue seguridad y determinación… estaba hablando en serio…
Significaba mucho para ella saber que él estaba dispuesto a adaptarse… escucharlo decir esas palabras eliminó esa preocupación de su mente aunque otra parte de su mente sintió miedo…
Sakura + Abi + Shaoran… ¿Qué significaba?
Acarició con su mano la mejilla del ambarino, muy a su pesar sabía que lo que sentía por Shaoran no lo había sentido por nadie antes… era algo verdaderamente fuerte, tanto que ni siquiera extrañaba su vida antes de que él apareciera.
Estaba a punto de decirle lo mucho que significaba para ella, cuando un sonido ensordecedor alertó a todos en la planta baja. Al principio nadie supo que era ese sonido, pero cada minuto que pasaba se hacía más y más fuerte, solo cuando vieron las luces de la ambulancia identificaron el sonido, dedujeron que se trataba de más de una debido a la intensidad.
El sonido seguía taladrando sus oídos, tanto que de no ser por la vibración de sus localizadores nunca habrían notado que los llamaban, no fue necesario mirar la pantalla del aparato para saber en dónde eran requeridos, fueron a paso veloz hasta la sala de emergencias, Sakura introdujo sus papeles en su bolsa e indicó a Neil que pasaba por ahí que la llevará a su oficina, se sujetó el cabello y siguió al castaño quien ya estaba siendo informado por un paramédico.
Por la entrada pasaban multitud de paramédicos empujando camillas con personas en estado deplorable, la mayoría iban inconscientes, los pocos que permanecían despiertos, aullaban de dolor, mientras que otros llamaban a gritos a sus familiares.
—Sakura… paciente masculino, ocho años con múltiples quemaduras de primer y segundo grado que abarcan 40% de la superficie corporal con predominio en las extremidades, temperatura ligeramente alta, frecuencia cardiaca y respiratoria disminuida, presión arterial de 90/80, escala de Glasgow 10/15, reflejos disminuidos…— informó Travis, alguien le había proporcionado un estetoscopio y ahora auscultaba al paciente, mientras dirigía su atención a los ruidos cardiacos del niño notó que las puntas de sus dedos tenían una coloración azul.
—Esta cianótico, no está recibiendo suficiente oxigeno… debe de ser por el hollín tendremos que intubarlo… ¡material de intubación! —ordenó a la enfermera que tenía al lado, al momento prepararon todo el material y ella procedió a intubar a su paciente, tuvo que intentarlo dos veces pero al final logró hacerlo. —Bien… parece que hay más llegando… ¡ ! necesito que limpie las heridas de este paciente… dele una dosis de antibióticos y manténgalo estable hasta que alguien de cirugía plástica lo valore…
Antes de que el interno pudiera decir algo ella ya se había puesto en marcha hacia otro paciente, en su camino alcanzó a ver a Eriol y Tomoyo apresurarse a entrar en acción, fue entonces que comprendió la magnitud del accidente… estaban llamando a todo el personal médico de todos los departamentos, volvió a mirar en dirección a la entrada y vio a varias enfermeras llegar, todas abrigadas y desaliñadas, como si se hubieran vestido a la carrera, entre la multitud alcanzó a ver una cabellera lacia y negra, casi todas se precipitaron hacia la sala de emergencias ya que en situaciones como esta esa era la indicación, sin embargo Meiling se apresuró a entrar en uno de los elevadores…
—¡Dra. Kinomoto! — el grito de un enfermero la hizo recordar que en ese momento habían pacientes que necesitaban ayuda… tal vez después podría preocuparse por el extraño comportamiento de la enfermera.
—Infórmame. —le dijo al enfermero y eliminó de sus pensamientos cualquier cosa que no fuera atender a sus pacientes.
Miércoles 25 de marzo de 2014 3:00 am
¿Seguía despierta?
¿Tenía los ojos abiertos?
Si… veía una pared oscura..
Ok …. entonces creo que no…
Cabeceó y regresó a la realidad, estaba en la sala de doctores, Naoko estaba recargada en Tomoyo, ambas dormitaban al igual que ella… las tres estaban exhaustas, a pesar de que en el departamento de Tomoyo no realizan cirugías y que el de Naoko no estaba muy involucrado con la sala de emergencias, ambas estaban capacitadas en primeros auxilios, por lo tanto podían auxiliar en situaciones como esta y mantener viva a una persona, lo cual era bueno porque el hospital estaba a reventar esa noche, nadie contaba con que alguien decidiera dejar la estufa de su departamento sin supervisión y que esta comenzara un incendio que se propagara en todo el edificio y algunas casas vecinas, dando como resultado una cantidad considerable de heridos , veintitrés de los cuales estaban prácticamente fuera de peligro, ocho estaban en quirófano, diecinueve en cuidados intensivos medianamente estables, conectados a infinidad de máquinas médicas que les conceden el tiempo necesario para que se desocupen los quirófanos y hasta el momento dos muertos.
Desde que hubieran llegado las víctimas del incendio, además del niño al que había intubado, había atendido a dos pacientes con costillas fracturadas, múltiples traumas y quemaduras, una fractura de cadera, también varias suturas y curaciones… recordó su año como interna.
Sakura había logrado que sus pacientes estuvieran estables por el resto de la noche, en cuanto Shaoran, Eriol o algún otro doctor saliera de quirófano, ella entraría…
Volvió a cabecear… volteo a ver a sus amigas, a Tomoyo por fin la había vencido el sueño, Naoko seguía resistiéndose, decidió que para mantenerse despierta tendría que ir por un café o al baño para echarse agua en la cara… tal vez ambas.
Salió al pasillo y avanzó hacia el elevador, en esos momentos el hospital estaba desierto, la mayoría del personal seguía en la sala de emergencias, en los quirófanos o en el área de cuidados intensivos, entró al ascensor y apenas fue consiente del botón que presionó, se quedó mirando hacia la nada hasta que escuchó como se abrían las puertas, sin fijarse en que piso estaba, bajó y caminó por el pasillo, tardó varios minutos en darse cuenta que esa no era la planta baja.
Se detuvo unos segundos y se golpeó ligeramente las mejillas, un poco más despierta se dispuso a regresar al ascensor, pero un par de voces la hicieron quedarse en su lugar…
—… todo el tiempo están juntos, visitan a una niña en oncología, comen con sus molestos amigos y al final del día se van en el mismo auto… seguramente para coger toda la noche…—escuchó que relataba la voz de Meiling con un dejo de molestia. —Como te dije… no ha pasado gran cosa.
—mmmmmmm ¿esa niña es familiar de ella? —preguntó una voz que ella no supo reconocer, pero que en definitiva pertenecía a una mujer.
—No… según sé su madre la abandonó aquí y no tiene a nadie más…—respondió la enfermera. —Pero ahora todo el hospital la adora.
—¿Incluso Shaoran? —interrogó la voz algo escéptica.
—¡JA! En especial él… todos los días juega con ella, le compra dulces, la llama princesa. —soltó con amargura. —Aunque tal vez solo lo haga para impresionar a Kinomoto…
—Eso no es normal… Shaoran no es así. —replicó la voz pensativa. —Pero un hombre puede hacer hasta lo inimaginable con tal estar entre las piernas de una mujer…
—¿Es que no me oíste? ¡Ellos ya se han acostado infinidad de veces!, hace como una semana los oí en una de las habitaciones de descanso… Shaoran estuvo de buen humor todo el día. —respondió Meiling bastante molesta. —No sé qué tanto le ve… ni siquiera es tan bonita…
—¿Celosa?... apuesto a que desearías abrir las piernas para él ¿verdad? —preguntó la mujer cuya voz adquirió un tono de burla. —Por eso no volteo ni a verte… eres demasiado fácil.
No escuchó nada por unos minutos, seguramente Meiling fulminaba a su acompañante con la mirada, sin embargo eso no le importaba…. Lo importante aquí es que al parecer alguien estaba muy interesada en su vida… no se le ocurría nadie que pudiera tener tanta curiosidad por su vida.
Tal vez…
—¿Y qué hay de sus amigos? —siguió cuestionando la mujer.
—Tiene muchos… pero diría que su mejor amigo es Hiragizawa. —informó la enfermera. —Si me lo preguntas creo que también ellos dos se han acostado y la estúpida de Daidouji pensando que solo son amigos…
—No te lo pregunté… bien, tendrás que seguir vigilándola. —ordenó la voz femenina. —Aquí esta lo que acordamos…
—No será muy difícil…—contestó Meiling.
—En efecto… lo único que tienes que hacer es preguntar…—le dijo la esmeralda poniéndose a la vista de ambas mujeres. —Si yo fuera tu no le pagaría ni un centavo, todo el mundo sabe lo que ella te acaba de decir…
Ambas se sobresaltaron al oír su voz, Meiling inmediatamente escondió algo detrás de ella, Sakura imaginó que era dinero, giró un poco su cuello y confirmó que la misteriosa voz pertenecía a Kaho Mizuki, luego de la sorpresa Kaho le sonrió y extendió su mano hacia ella.
—Dra. Kinomoto un gusto conocerla. —le dijo como si nada.
—No me veo estrechando manos con la persona que le acaba de pagar a alguien para espiarme…— respondió con un sonrisa escéptica, acto seguido la pelirroja bajó la mano con aire ligeramente ofendido. —¡Oh! Y déjame decirte que te acaban de ver la cara… Meiling no te ha dicho nada que todo el hospital no sepa ya…
Su comentario fue recibido con un par de miradas asesinas, le preocupaba saber que Kaho no había estado cruzada de brazos en el último mes como ella había creído, aunque ciertamente le parecía extraño que hubiera decidido investigarla a ella y no a Shaoran… al final de cuentas ellas dos acababan de conocerse, antes de esa noche Sakura dudaba que Kaho Mizuki supiera de su existencia.
El rostro de la pelirroja se suavizó y se las arregló para componer una sonrisa.
—Me parece que mi estancia aquí va a ser más que interesante — le dijo con una mirada ligeramente amenazante.
La esmeralda la retó con la mirada, en su cabeza ya se estaba formulando la respuesta a su comentario, pero no logró decirlo, dando la vuelta por un pasillo hacia ellas se acercaba Yue, su rostro experimentó muchos cambios al verlas, Sakura podría apostar que había algo de sorpresa e incomodidad al verlas, aun así caminó hasta encontrarse cara a cara con ellas.
—Buenas noches. — Las saludó, a la castaña se le hizo curioso como su jefe evitaba a toda costa mirarla a ella y a Kaho a los ojos…—¿Todo va bien?
—¡Yue querido! … todo va perfectamente, acabo de conocer a la encantadora Dra. Kinomoto. — respondió muy efusivamente, dándole un beso en cada mejilla, al contacto Yue tensó todos sus músculos. — Tenias razón… trabajar en este hospital será una gran experiencia.
Se formó un silencio incomodo, el cual nadie parecía dispuesto a romper.
¿Por qué actuaba de esa forma Yue?
Tenía años de conocerlo y sabía que aunque alguien no fuera de su agrado, él siempre se mostraba caballeroso y atento a su manera.
Ahí pasaba algo raro.
Shaoran
Miércoles 25 de Marzo 21:25 PM
Tomó el control remoto y siguió pasando los canales en busca de alguna película de acción o el resultado final del partido de soccer que no pudo ver el día anterior, suspiró profundamente, no había nada como un día descanso luego de una noche tan intensa, llena de pacientes en estado de gravedad, cirugías y caos por todos lados, había tenido mucha suerte de que ese fuera su día de descanso, de lo contrario se encontraría en la misma situación que su querida novia, ella llegaría en cualquier momento completamente molida después de dos días seguidos de trabajo.
Una vez en su departamento se metió en la cama y durmió por un buen rato, por la tarde, salió a correr y a comprar comestibles para la cena, se bañó y volvió al departamento de la castaña para esperarla con una cena hecha por él, en esas últimas semanas se había acostumbrado a vivir tanto en su departamento como en el de Sakura… es como si tuvieran dos departamentos.
Encontró su canal favorito de deportes, se acomodó más en el sofá dispuesto a ponerse al tanto del marcador de la Eurocopa, cuando escuchó a su novia entrar al departamento, bajo el brazo traía una caja grande y decorada muy elegantemente, él había esperado verla bastante cansada y sin ganas de hacer nada, pero en ese momento hablaba por teléfono, parecía animada…
—…los escaneé … si, se lo dije a tu secretaria… —escuchó hablar a Sakura, ella lo vio, dejó sus cosas en la mesa cercana a la entrada y atravesó el departamento para sentarse a horcadas sobre él y darle un rápido beso en los labios, permaneció en la misma posición y continuo hablando… con quien quiera que fuera.
—si… ya la llamé… ¡Eres un pesado Touya! … ¡Que sí! —seguía escuchándola y observándola hacer pucheros.
¿Touya? … ¿Quién es Touya?
Ese es nombre de hombre ¿no?
—Bueno está bien… si lo haré… ¿y tu como has estado?... —comenzaba a molestarle que la atención de la castaña estuviera centrada en otra persona…
¿Cuánto tiempo puede hablar alguien por teléfono?
Intentado distraer su mente y de recobrar la atención de su novia, comenzó a subir y bajar las manos por las largas piernas de Sakura, en respuesta ella le sonrió, pero luego soltó una carcajada que no fue provocada por él.
—¡¿Es enserio?! … ¡Me alegro tanto por ti! —exclamó moviéndose un poco contra él sin darse cuenta. —¡Tendrás que contarme todo cuando nos veamos!
¿Verse?
La castaña se despidió del tal Touya, dejó el teléfono en una mesa cerca y enfocó toda su atención en él, se veía cansada pero también satisfecha, pronto sus labios jugaban con los de él y despeinaba sus cabellos con las manos.
—Hola…te extrañé... no te vi en todo el día —le dijo su esmeralda haciendo un puchero.
—Yo también… ammm … ¿Quién es Touya? —intentó preguntar casual, otra mujer en el lugar de Sakura le habría reclamado por la falta de afecto.
—Mi abogado. —contestó luego de soltar un suspiro, debió ver en sus ojos que la respuesta no lo estaba convenciendo mucho, así que le dio más detalles. —Somos amigos desde pequeños, es dos años mayor que yo y es gay, de hecho me estaba contando de su nueva pareja.
Bravo Shaoran…
Decir que se sentía estúpido no alcanzaba a describirlo en ese momento, pero al parecer Sakura seguía encontrándolo divertido, porque la expresión en su rostro no cambió, al contrario, lo miró con ternura… estaba comenzando a sonrojarse, así que decidió cambiar de tema.
—¿Tienes hambre? Hice la cena…—apenas salieron estas palabras de su boca los ojos de la esmeralda se iluminaron, se paró de un salto y fue hasta la cocina a inspeccionar lo que había cocinado.
Shaoran había cocinado pasta y un asado de res con papas, llegó hasta donde estaba su novia sirviéndose grandes cantidades en un plato.
—¿Tú ya comiste? —preguntó mientras sacaba una botella de vino tinto y bajaba dos copas.
—No… te estaba esperando. —se arrepintió casi al instante, porque Sakura volvió a mirarlo con ternura… no es que le molestara, es solo que no estaba acostumbrado, las mujeres generalmente lo miraban con deseo.
La castaña sirvió un plato igual al suyo y lo colocó frente a él en la mesa, ella se sentó a su lado y ambos comenzaron a comer con ganas, la cena transcurrió bastante tranquila, hablaban sobre los pacientes que tuvieron la noche anterior, el día de descanso de él y sobre Abi.
Los platos ya estaban vacíos cuando sintió la mirada esmeralda de Sakura posarse fijamente en él, ella le dio un trago largo a su vino y volvió a colocar la copa sobre la mesa.
—Adivina a quien me encontré hoy en la madrugada. —le dijo la esmeralda.
—¿A quién? —preguntó poco interesado en conocer la respuesta, en ese momento lo que más deseaba era abalanzarse sobre la castaña y quitarle la ropa…
—Kaho Mizuki. —en cuanto escuchó el nombre de la mujer su garganta se cerró impidiendo que el vino pasara, comenzó a toser intentando no escupir el vino que aún estaba en su boca, Sakura estiró el brazo y le dio unas palmaditas en la espalda.
—¿Kaho? ¿Estas segura? —le preguntó con los ojos llorosos.
—¡Claro que estoy segura! —respondió. — Y eso que aún no te digo con quien estaba ni lo que estaba haciendo.
Dicho esto su novia le relató todo lo acontecido esa madrugada, al igual que ella se había sentido aliviado por la ausencia de Kaho en el hospital, una parte de él pensó que Yue se lo había pensado mejor y había retirado su oferta, ahora le parecía estúpido haberse sentido tan confiado.
Todo eso pasaba a segundo término cuando se ponía a pensar en que Kaho le había pedido a la arrastrada de Meiling que siguiera a Sakura, era obvio que no había encontrado una mejor manera de atacarlo que usándola a ella, pues bien si lo que quería era sorprenderlo… lo había logrado.
Se reprendió mentalmente por no pensarlo antes, la forma en la que miró y habló de Sakura la noche de la carrera era una clara muestra del desprecio que la pelirroja sentía por su novia exclusivamente por que ellos se estaban acostando, casi podía ver la sonrisa de su mentora ampliarse al igual que su ira al escuchar en los reportes de Meiling lo cercanos que eran y por parte de él lo estúpido que se volvía cuando estaba al lado de Sakura… y eso no es todo, el nombre de Abi también había salido a relucir en la conversación.
Lo único que conseguía calmarlo era que no creía que Kaho fuera capaz de hacer algo radical en contra de Sakura o Abi…
Bueno… hace unos meses no hubiéramos creído que ella fuera capaz de traficar órganos ¿no?
Oh Dios…
—Quita esa cara ¿quieres? —le pidió la esmeralda en medio de un bostezo, la recorrió con la mirada en busca de alguna señal de preocupación o miedo, pero lo único que vio fue el cansancio apoderándose de su hermoso rostro.
—¿No estas preocupada? —pregunto incrédulo.
—¿Por qué debería de estarlo? Meiling no le dijo nada nuevo… además puedo defenderme de ella. —respondió intentando tranquilizarlo.
—Pero no sabemos con qué tipo de gente está conectada… y sabemos que su moral es demasiado flexible… y también…—habló rápidamente, pero Sakura lo interrumpió, se paró frente a él y tocó su mejilla con la palma de su mano.
—Sabemos que ella no es de fiar y andaremos con cuidado… pero no podemos permitir que ella nos descontrole de esta manera… eso es lo que quiere, que tú y yo nos sintamos tan presionados que terminemos separándonos. — lo tranquilizó colocando su frente sobre la de él. — Y yo no sé tú pero no está entre mis planes alejarme de ti.
Sus palabras tuvieron el efecto deseado, se relajó y se concentró en la mujer que tenía frente a él, se inclinó para alcanzar sus labios, besarla se sentía como una bocanada de aire fresco, lograba despertar todos sus sentidos, los colores se veían más vivos, los sonidos se volvían más armónicos…
Y pensar que el odiaba lo cursi…
Odiaba las cosas melosas
Hasta que se enamoró
Fue ella quien rompió el beso, se dirigió a la mesa en la que había dejado la caja que traía bajo el brazo cuando entró al departamento.
—Te tengo una sorpresa. —le dijo dirigiéndose a la habitación.
No sabía si tenía que esperar ahí o seguirla, así que decidió seguirla, vaciló un poco antes de entrar en la habitación, pero cuando finalmente lo hizo sintió que su quijada caía hasta el piso. Ahí estaba su novia frente al espejo, vistiendo únicamente su ropa interior, se estiró para alcanzar la caja a su lado, la abrió y sacó un vestido verde esmeralda, lo deslizó por su cabeza y lo acomodó, cuando estaba por amarrarlo sobre su hombro derecho, alzó la vista y vio a él recargado en el marco de la puerta, observando todos sus movimientos.
—Es mi vestido de dama de horror para la boda…—le dijo terminando de acomodar la prenda. — ¿Qué te parece?
—Te ves hermosa…— le respondió, seguía algo pasmado, pero aun así avanzó hasta llegar hasta ella y abrazarla por la cintura, ambos se contemplaron en el espejo y sonrieron, ninguno de los dos veía el vestido.
Se preguntó si al deshacer el moño que pasaría si deshacía el moño en su hombro derecho, así que aun contemplando su reflejo en el espejo, haló una de las cintas y observó como la delicada tela caía rebelando sus magníficos senos, colocó sus manos sobre ellos, los acarició lentamente mientras depositaba una serie de besos en su cuello…
Sakura se separó de él, giró hasta quedar frente a frente, sus manos se introdujeron debajo de su playera y comenzaron a acariciar cada uno de sus músculos, estos fueron tensándose al toque, tuvo que reprimir un gruñido de pura excitación cuando la castaña desabrochó sus pantalones y acarició con delicadeza su miembro, sintió una descarga eléctrica recorrer toda su columna vertebral en el momento que la esmeralda comenzó a descender hasta quedar a la misma altura que su miembro, la vio relamerse los labios antes de besar la punta de su evidente excitación, siguió bajando y al llegar a la base volvió a subir, esta vez en lugar de limitarse a besarlo lo acarició con su lengua, eso bastó para provocarle un vacío en el estómago seguido de un mareo, estaba demasiado excitado…
Las manos de Sakura se aferraban a sus caderas para aproximarlo más a su boca, había empezado con caricias muy sutiles, ahora lo atacaba con rudeza dejando ligeras mordidas aquí y allá, escucharlo gruñir de placer parecía excitarla ya que ella también había empezado a gemir.
Luego de un rato de disfrutar de las caricias de su castaña, tuvo que detenerla o de lo contrario culminaría en su boca, una vez que ella se hubo incorporado la besó con hambre, en un rápido movimiento la alzó por la cadera, su plan original era llevarla a la cama, pero sus ansias por poseerla eran demasiado grandes, la apoyó contra la pared, ella se sujetaba a él envolviéndolo con sus piernas, el ambarino no supo como pero se deshizo de la última prenda de Sakura, abrió sus piernas y se deslizó dentro de ella, estaba tan caliente y húmeda que necesitó de todo el control que poseía para no derramarse dentro de ella en ese momento.
Entraba y salía de ella, cada embestida era una nueva oleada de placer que los hacia gemir más y más fuerte, las piernas de la castaña estaban fuertemente enroscadas a su cadera, él le había pasado un brazo por detrás de su cintura, mientras que el otro subía por su espalda, ambos habían sido poseídos por un aura salvaje que los hacia moverse más rápido y con más rudeza, como si fuera a ser la última vez que fueran a estar juntos.
—Bésame… bésame —le pidió la esmeralda tirando de su cuello.
De inmediato se abalanzó sobre sus labios e introdujo su lengua en la boca de Sakura, eso enmascaró un poco sus gemidos, pero aumentó el deseo de los dos al encontrarse unidos en dos lugares…
Sus músculos le exigían algo de descanso, sin embargo siguió penetrando a la esmeralda con fuerza hasta que ella gritó al explotar de placer, la imagen de ella completamente extasiada, llena de sudor y con la respiración entrecortada, le dieron el ultimo empujón que necesitaba para derramarse dentro de ella, arrancándole un nuevo grito de placer.
Tenía los ojos cerrados por la fuerza de su orgasmo, cuando abrió los ojos vio el pecho de Sakura subir y bajar con rapidez, al parecer para ella también había sido bastante intenso, pasados unos minutos los dos se encontraban más recuperados, Shaoran la llevó hasta la cama y se acostó a su lado, quedaron frente a frente observándose, grabando cada detalle del otro en sus mentes.
La amo…
La amo tanto…
No podía creer que alguien pudiera amar tanto a alguien
Quería gritarle a todo el mundo cuanto la amaba, quería decírselo a ella… pero solo lograría asustarla y alejarla de su vida… prefería amarla en silencio y tenerla toda para él, que gritarlo a los cuatro vientos y perderla.
Volvió a centrar su atención en su novia… y el alma se le vino a los pies.
Gruesas lágrimas salían de las esmeraldas de su Sakura, ella intentaba desesperadamente ocultarlas y limpiarlas con el dorso de su mano, pero no era suficiente…
—Sakura… Sakura ¿Qué sucede? ¡Dios mío! ¿Te lastime? —preguntó desesperado, al escuchar su voz sus lágrimas aumentaron, cubrió con sus manos su rostro y siguió sollozando en silencio.
¡Shaoran eres un bruto!
¡Imbécil!
Estaba empezando a entrar en pánico, nunca la había visto así y no lo disfrutaba, se sentía impotente al no saber que le pasaba, al no poder ayudarla… él también comenzaba a sentir ganas de llorar.
Con manos temblorosas retiró las delicadas manos de la joven, sus ojos seguían anegados en lágrimas, pero no intentó cubrirse de nuevo.
—Sakura… ¿Qué pasó? ¿Qué te sucede? ¿Qué hago?... dime que hacer.— le dijo con voz suplicante, se sorprendió cuando ella colocó su mano en su mejilla y esbozó una pequeña sonrisa.
¿Cómo podía sonreírle luego de que la lastimara?
—Lo lamento… no era mi intención asustarte… es solo que…—comenzó a explicar. —Yo nunca… es la primera vez… ¡estoy aterrada Shaoran!
—¿De mí?... perdóname… fui demasiado brusco—respondió temeroso de que ella le confirmara lo mucho que él la había dañado. — Me dejé llevar y yo…
—Te amo. —le soltó sin más. —Estoy completa y estúpidamente enamorada de ti… y eso es lo que me asusta… esto es desconocido para mí… pero también está completamente claro que me enamoré de ti. —le dijo rápidamente, como si quisiera decir todo lo que sentía antes de que el miedo y la vergüenza se lo impidieran. —… parece que estoy encaprichada en complicar las cosas ¿verdad?
Escucharla declararle abiertamente sus sentimientos lo dejó sin aire en sus pulmones, asesino algunas de sus neuronas por que no lograba formular una idea coherente… esto tenía que ser un sueño… o una broma de muy mal gusto.
—¿Me amas? ¿Es enserio? —preguntó temeroso, con el corazón en la garganta.
—Si… Te amo y creo que desde hace mucho que lo hago…—contestó apesadumbrada, seguramente porque la expresión en el rostro del ambarino no había otra cosa que expectación disfrazada con miedo.
¿Morí y ahora estoy en el paraíso?
¡Carajo! ¡¿En serio está pasando esto?!
Sakura me ama… ¡A MI!
Si… Te ama y … ¡sigue esperando a que digas algo, estúpido!
—Bueno… creo que de ahora en adelante seremos una de esas parejas que se pelean por decidir quién de los dos ama más al otro…— le dijo apretándola más contra él. —Yo también me enamoré de ti … de tu risa, de tus ojos, de tus rarezas … de lo única que eres…
Su esmeralda lo veía incrédula, buscando algún signo de mentira en su rostro, pero cuando cayó en cuenta de que lo que decía era cierto… nuevas lágrimas aparecieron en sus ojos… aunque estas, supuso Shaoran, eran de felicidad.
Jueves 26 de Marzo 8:15 am
Acababa de dejar a Sakura en su piso, en teoría él tendría que irse a su piso ahora, pero la noche anterior luego observar a su esmeralda dormida por varios minutos, había decidido que tendría que advertir a dos personas sobre Kaho Mizuki, aunque eso significara hablar sobre su propia experiencia con ella y la mancha en su historial.
Necesitaba asegurar su futuro con Sakura, porque después de la noche anterior le había quedado muy claro que por fin, después de años de búsqueda había encontrado un lugar al cual pertenecía, en el que se sentía inmensamente feliz, y eso no sería posible con Kaho rondando por los alrededores, buscando cualquier oportunidad para herirlos y separarlos.
Tomó el ascensor y bajó en las oficinas administrativas en el piso once, caminó por el pasillo hasta la puerta de la oficina de Yue, tocó y escuchó un leve "adelante".
—Buenos días Dr. Li ¿En qué puedo ayudarlo? — preguntó su jefe una vez que él estuvo dentro de la oficina.
—Buenos días… yo venía a hablarte sobre la nueva adición al personal—le preguntó. — tengo entendido que Kaho Mizuki va a formar parte del personal ¿no?
—Así es… me comentó que ustedes dos trabajaron juntos en Liverpool, supongo que estará bastante complacido. — aseguró Yue sin mirarlo a los ojos, al parecer estaba muy ocupado revisando algunos documentos.
—Precisamente a eso vengo, me parece que aún no conoces todo sobre ella... —comenzó a decirle. —Ha estado implicada en …
—¿Tráfico de órganos? Se hacer bien mis investigaciones antes de contratar a alguien…—le dijo Yue en el tono más serio y frio que le hubiera escuchado antes. — Y francamente Dr. Li me sorprende que USTED entre todos los demás se atreva a juzgar a las personas por falsas acusaciones, cuando su historial está más sucio que el de ella.
Ese comentario lo sintió como un puñetazo en el estómago.
—Si tus investigaciones son tan minuciosas como dices entonces sabrás que fui encontrado inocente. —declaró el castaño.
—Si, por falta de evidencia en tu contra. —contestó rotundamente su jefe.
Ya se imaginaba que tendría que escuchar comentarios acerca de su descuido hace unos meses, pero no esperaba que Yue se fuera a mostrar tan a la defensiva, ni que estuviera al corriente de la mala reputación de Kaho y aun así estuviera dispuesto a abrirle las puertas de su hospital.
Ahora sabía que también estaba al corriente de los problemas legales que había tenido en el pasado, tristemente parecía que a los ojos de Yue, Kaho y él habían sido víctimas de falsas acusaciones, aunque para él, Shaoran tenía más probabilidades de estar verdaderamente relacionado a dichas acusaciones que la mujer.
—Es un pena que pienses eso de mí, pero me temo que tengo que insistir con respecto a Kaho…—insistió el castaño tratando de hacer entrar en razón a Yue. — Yo en tu lugar indagaría más porque…
—Entonces es una suerte que el que tenga que tomar esa decisión sea yo ¿no crees? — lo atajó. —Si eso es todo lo que querías hablar conmigo ya te puedes retirar.
Shaoran no podía creer la actitud de Yue, no es que lo conociera desde hace años, pero es que siempre le había dado la impresión de que era una persona bastante sensata y abierta a escuchar las opiniones de los demás, por el contrario se había mostrado muy inaccesible… casi a la defensiva.
Soltó un bufido de exasperación y entró en el elevador para ir a su piso, una vez dentro se encontró con la segunda persona con la que quería hablar… Meiling.
Para ser sinceros, la mujer no le agradaba en lo más mínimo, pero sentía la responsabilidad de advertirle sobre Kaho, ya que si había una mujer más despreciable que Meiling esa era sin lugar a dudas su antigua mentora. En cuanto la mirada de la enfermera se cruzó con la de él su rostro denotó un profundo desprecio, y bueno desde la noche en que ella y Sakura pelearon, Meiling había evitado a toda costa estar en la misma habitación que él.
—Hola… Meiling tengo que hablar contigo…—empezó el ambarino.
¡Dios! ¿Por qué me siento como si estuviera engañando a Sakura?
Ella no regresó ni a verlo, pero parecía expectante, así que se apresuró a continuar.
—¿Qué negocios tienes con Kaho Mizuki? —preguntó sin rodeos.
—No es de tu incumbencia. —lo cortó.
—No, no lo es, pero debo advertirte que a no ser que tengas más poder que ella, corres bastante peligro. —le explicó seriamente. —Ella usará, si algo sale mal con sus planes, te entregará a ti… deberías alejarte de ella Meiling.
La mujer giró la cabeza para observar de frente a Shaoran, su cara no expresaba otra cosa que no fuera indiferencia ante su advertencia.
—¿Por qué te importa lo que pueda pasarme? —preguntó sin cambiar su expresión.
—La verdad es que no me importa… lo hago para tener mi conciencia tranquila. —concluyó Shaoran, pudo ver por el ligero cambio en el rostro de Meiling, que ella había esperado otra respuesta.
Llegaron al piso de cardiología y las puertas se abrieron de par en par, el castaño avanzó hasta cruzarlas, pero entonces recordó algo más que quería decirle a la enfermera, regresó sus pasos impidiendo que las puertas volvieran a cerrarse.
—Otra cosa…puedes elegir no seguir mi consejo, pero te lo advierto si algo le llega a pasar a Sakura o a Abi por culpa tuya te arrepentirás. —advirtió y se alejó en dirección a su consultorio.
Sakura
Uffff
El hospital seguía a reventar, de los pacientes de la noche anterior la mayoría seguía en la sala de cuidado intensivos, aquellos que había desarrollado alguna complicación a lo largo de la madrugada y mañana tuvieron que ser intervenidos quirúrgicamente, entre ellos su paciente con fractura de cadera, acababa de terminar su segunda cirugía y para sorpresa de todos nuevamente se sentía exhausta, pero feliz.
Tenía más o menos media hora antes de tener que ir a monitorear a sus pacientes nuevamente, además la sala de emergencias estaba atascada, así que se había ofrecido para echar una mano antes de irse a su casa. Yue le había dicho que como la noche anterior se quedó toda la noche, no tendría que quedarse esa noche.
Iba de camino a ver a Abi, pues había estado tan ocupada que no había pasado por su habitación en todo el día, bajó en el piso de oncología y se fue al área pediátrica, de oncología y se fue al área pediátrica, al abrir la puerta de cristal divisó a la pequeña Abigail encorvada sobre un recipiente, Eriol recogía su cabello con cuidado hacia atrás y le acariciaba su espalda, volteo a verla y se encogió de hombros.
—Estábamos coloreando y ya sabes… — le mostró su bata, que estaba manchada del vomito de Abi.
Sakura esperó hasta que Abi dejó de dar arcadas, su angelical rostro estaba muy pálido, sus ojeras se le habían marcado bastante y por sus mejillas resbalaban algunas lágrimas, la castaña se acercó a ella y la abrazó hasta que consiguió calmarla.
—¿Te sientes mejor? —le preguntó suavemente.
—Poquito… perdón. — dijo mirando fijamente la bata del ojiazul.
—¿Por esto? No te preocupes linda… mejor afuera que adentro. —le guiñó un ojo.
La pequeña pudo esbozar una pequeña sonrisa, pero seguía firmemente aferrada a Sakura, a pesar de que su vida había mejorado bastante en algunos aspectos, la dulce niña aún se alarmaba cuando comenzaba a vomitar o sangrar.
—Lamento no haber venido antes querida, aunque veo que estabas en buena compañía. — le sonrió a la pequeña.
—¡Pues claro! ¡Los niños me aman! —exclamó su amigo. —y no lo dudé dos veces antes de venir a ver a la niña más hermosa de TODAS.
—¡Cálmate Barney! —se burló, él le sacó la lengua y Abi se rio de ambos, aunque muchas veces no entendiera porque, disfrutaba de la pelea entre Eriol y ella. —¿Quieres un poco de agua?
—… quiero una malteada…—respondió la niña vacilante, la castaña le sonrió ampliamente.
—¡Ay! Ahora yo también quiero una. —apoyó Eriol. —Vamos, vamos.
Eriol cargó a Abi y Sakura los siguió riéndose de los comentarios que hacia el ojiazul, bajaron en el elevador hasta la planta baja y una vez ahí se dirigieron a la cafetería, eran alrededor de las cinco y media de la tarde, la cafetería estaba repleta de familiares, doctores, enfermeras y paramédicos, los tres esperaron su turno y ordenaron tres malteadas de chocolate, cuando Eleonor les entregó la bandeja con las bebidas buscaron una mesa disponible y fueron a sentarse.
Abi se veía más animada y enseguida comenzó a tomar su malteada, completamente ajena a lo que sucedía a su alrededor. Aprovechando su distracción Sakura se giró para encarar a su amigo.
—Tengo mucho que contarte… —le dijo sonriente a su mejor amigo, primero empezó por relatarle toda la historia de su encuentro con Kaho y Meiling, tal y como esperaba Eriol se mostró bastante sorprendido y preocupado a la vez, luego le contó en voz más baja sobre cómo iban los trámites para la adopción de Abi y por ultimo le contó sobre la forma en que le rebeló sus sentimientos a Shaoran y viceversa, llegados a este punto Eriol se sorprendió tanto que en lugar de succionar por el popote de su malteada, sopló regando un poco de su bebida por toda la mesa.
—¡Eriol! — le reclamó la esmeralda limpiándose un poco de malteada de chocolate de su filipina, Abi por otro lado estaba en medio de un ataque de risa.
—¿Cómo? Osea que… ¿Tu? … ¡¿TU?! —balbuceaba completamente anonadado, tuvieron que pasar unos minutos más antes de que volviera a su estado normal y dejara de balbucear. —Guau… no me malentiendas… ya lo veía venir… quiero decir supe que Shaoran estaba enamorado de ti prácticamente desde que te vio… pero me tomó por sorpresa que tú te enamoraras de él tan rápido… Guau.
—Imagínate como me sentí ayer cuando por fin me di cuenta… fui atacada por un torbellino de emociones…— le explicó.
Pasaron unos minutos en silencio, Abi ya se había terminado su malteada, se había recargado en el brazo de Sakura y comenzaba a cabecear, ambos contemplaban a la pequeña, perdidos en sus pensamientos.
—Bueno… pues creo que ahora entiendo cómo te sentiste cuando te conté que me casaría con Tomoyo. —le dijo con una ligera sonrisa, algo tristona.
La castaña lo miró con ternura, tomó su mano y la apretó suavemente.
—Eriol… no te estoy diciendo que me caso mañana, ni que voy a huir el país con él… torpe. —le dijo en tono burlón. —Además ya sabes que tú y yo no podemos estar alejados por mucho tiempo… o podríamos explotar.
—… entonces ¿tendré que llevarte a mi luna de miel? —preguntó Eriol con fingida cara de preocupación.
—Eso depende… ¿A dónde van a ir? —le dijo la esmeralda siguiéndole el juego.
—Grecia… el lugar de todos mis antepasados… ya sabes los dioses del olimpo…—respondió ensanchando su pecho con orgullo.
—jajajajajaja… está bien, pero en cuartos separados… no quiero escuchar tus jadeos cuando intentes complacer a tu esposa. —le dijo luego de soltar una carcajada, sujetó a Abi por debajo de los brazos y la recostó sobre su pecho.
—Querrás decir SUS jadeos… causados por mí obviamente. —la miró con picardía.
—¡UGH! Eriol cambio de tema…—le pidió Sakura haciendo muecas de asco.
—Imagínate Sakurita… ¡Tomoyo va a regresar más embarazada que otra cosa! —continuo con ojos brillantes de anhelo.
—Ya semental… contrólate. —le pidió su amiga.
Ambos siguieron discutiendo y riendo ya más animados, Sakura arrullaba a la pequeña cuando amenazaba con despertarse, pasaron otros veinte minutos y por fin decidieron llevar a Abi a su habitación, después Sakura iría su piso a verificar que todo estuviera en orden, mientras que Eriol iría a la sala de emergencias.
Justo antes de que pudieran entrar al cuarto de Abi, la puerta se abrió, mostrando una cabellera color chocolate.
—Ahí están. — les dijo a modo de saludo, se apresuró a quitarle a Abi de los brazos, una vez que la niña estuviera bien recargada en su hombro, se inclinó para besarla rápidamente y volvió a entrar en la habitación.
—¡Hey! ¿Y mi beso? —reclamó Eriol cerrando la puerta tras él.
El ambarino recostó con delicadeza a Abi en su cama antes de dirigirle una mirada de enojo a su amigo, mientras que ella cerraba las persianas de la ventana de Abi.
—Ahora entiendo… como ahora la amas a ella yo ya no existo ¿verdad? —dramatizó Eriol, pero después sonrió ampliamente cuando regresó a ver a Shaoran y comprobó que las mejillas del cardiólogo habían adquirido un tono rojizo.
—Ya Eriol no lo molestes…—lo regañó Sakura.
—¿Cómo estuvo hoy Abi? — pregunto el castaño tratando de desviar la atención.
Como Eriol fue el que pasó más tiempo con ella, él les relató que cuando llegó, Ansel Keane la estaba ayudando a recostarse, luego le comentó a Eriol que al parecer la quimioterapia de ese día la había afectado mucho, pues casi no había tenido fuerza para regresar a su habitación, después de eso Eriol se había quedado a ver la televisión con ella un rato, hasta que se quedó dormida, tenía poco de haber despertado cuando Sakura entró en la habitación y la vio vomitar.
Luego del reporte de Eriol, todos quedaron en silencio, preguntándose si la quimioterapia la estaba ayudando o si solo era una tortura innecesaria.
—Bueno mis queridos tortolitos… mi majestuoso cerebro tiene que trabajar… voy a la sala de emergencias. —anunció el ojiazul luego de un rato.
—Bajemos todos… yo también tengo que ir allá. — dijo Shaoran. —¿Sakura?
—Yo tengo que pasar a mi piso primero y después los alcanzo. —respondió estirándose para aliviar un poco el dolor en su espalda.
Los tres salieron de la habitación despidiéndose con la mirada de la pequeña Abi.
—Bien… muy bien Neil. — le decía a su interno del día luego de que colocara un yeso en el brazo derecho de una muchacha de veinte años, bajo su supervisión. —antes de que la des de alta ¿que más te hace falta?
Neil abrió los ojos con susto, por lo visto tenía la idea de que su evaluación había concluido, pareció repasar todos sus movimientos en busca de algún fallo, con la esperanza de que pudiera contestar acertadamente a la pregunta de su doctora, sin embargo luego de unos minutos se dio por vencido.
—Bien, es muy importante que después de que coloques un yeso en donde sea… SIEMPRE verifiques el llenado capilar…—le explicó Sakura con paciencia y con la mirada le dijo que lo hiciera, de inmediato el interno presionó firmemente cada uno de los dedos de su paciente.
—¿Tiempo normal para el llenado capilar? —preguntó divertida por los crecientes nervios de Neil.
—Tres segundos Dra. Kinomoto. —respondió acertadamente.
—Bien … ¿Qué podría pasar si el yeso queda demasiado apretado y nosotros olvidamos comprobar el llenado capilar? —volvió a preguntar.
—ammmm pues no habría buen flujo sanguíneo, provocaría isquemia del miembro y posteriormente se desarrollaría un síndrome compartimental. — contestó abruptamente.
—Perfecto… muy bien Neil, ve por los papeles de la señorita Douglas y ya te puedes retirar. — indicó a su interno, se despidió de la paciente y se dirigió a la estación de las enfermeras.
Una vez ahí le preguntó a un enfermero si había otro paciente que requiriera atención, el hombre le indicó que había un muchacho quejándose en la cama número ocho. Tomó el expediente y se encaminó hasta esa cama, corrió la cortina y se sorprendió al ver a un muchacho bastante guapo de pie, completamente desnudo y con mirada perdida, pero eso no fue lo que la sorprendió, Sakura quedó anonadada al ver que el muchacho estaba cubierto de pies a cabeza con espinas de cactus… al verla el muchacho le sonrió como tonto, obviamente estaba drogado.
—¡Doctora! Creo que me espiné con algo…
—No me diga… veamos… Cory… ¿Cómo te pasó esto? —preguntó Sakura intentando aguantar la risa.
—Estaba en la casa de mi novia… completamente sobrio y ciertamente NO fumando marihuana… y creo que me caí en el jardín. — relató tan convincentemente como pudo.
Sakura hizo algunas anotaciones en el historial del muchacho, después dejó el expediente en una mesa cercana y se acercó a Cory, había espinas de diferentes tamaños, observándolo de cerca podía ver que tenía clavadas unas muy pequeñas… esto le llevaría toda la noche.
¡Diablos!
Quería llegar a su departamento o al de Shaoran y tomar una larga ducha, lavar su cabello, enjabonar todo su cuerpo para aliviar un poco de la tensión acumulada en la jornada, no tendría que depilarse ya que… depilarse… depilarse.
—Dime Cory … ¿te has depilado con cera alguna vez? —preguntó bastante divertida por la expresión de sorpresa de su paciente.
Salió del cubículo en busca de un interno o alguna enfermera que la ayudara… en su camino se encontró a Tomoyo, lucia bastante agotada, nuevamente habia tenido que ayudar en la sala de emergencias y ella no estaba acostumbrada a tanto ajetreo en su departamento…
—¿Cansada? —preguntó una vez que estuvo a su lado.
—… molida… es como mis antiguos días de interna…—respondió luego de un largo bostezo.
—Creo que tengo a un paciente que te levantara el ánimo… ¿quieres ayudarme? — la interrogó la castaña, la amatista la miró con cara de escepticismo, por lo cual tuvo que jalarla del brazo hasta el cubículo, en el camino vio a Keffer, lo mandó a comprar mucha cera para depilar, el interno como era obvio la miró como si se hubiera vuelto completamente loca, pero no discutió y salió corriendo.
Pasaron unos quince minutos cuando su interno regresó con su pedido, al igual que Tomoyo sonrió al comprender para que era la cera y prácticamente le rogó con la mirada quedarse a observar.
Las espinas más grandes ya habían sido extraídas por las dos mujeres, ahora solo faltaban las más pequeñas, todos se enguantaron y comenzaron a aplicarle grandes cantidades de cera liquida fría alrededor de todo el cuerpo, Cory estaba tan drogado que no alcanzaba a comprender lo que iba a pasar a continuación.
—Esto va a doler bastante… Boxwell pídele a una de las enfermeras que te regalen un poco de morfina… no necesitaremos mucha. —Keffer salió corriendo y regresó en menos de cinco minutos con el encargo de su doctora.
—¿Cómo diablos pudo llenarse de tantas espinas? —preguntó el interno incrédulo.
—Esta la mar de drogado… tendremos que esperar a que se le pase el efecto y esperar que recuerde que pasó, mientras tanto ya llamamos a sus padres… vienen en camino. —le explicó la amatista.
Esperaron unos minutos hasta que la cera quedó completamente dura y empezaron a tirar de la cera … la sala de emergencias se llenó del sonido de la cera desprendiéndose de la piel de Cory, junto con sus gritos de dolor, muchos doctores y enfermeras se acercaron para ver quien estaba causando tanto estruendo, la mayoría de la gente se retiraba del cubículo con una gran sonrisa en la cara, pues no todos los días veían a un adolescente depilando cada centímetro de su cuerpo.
Tardaron alrededor de unos cuarenta y cinco minutos en remover todas las espinas y comprobar que no quedara ninguna, para ese entonces los padres del muchacho ya estaban ahí mirándolo severamente y reprendiéndolo por su mal comportamiento, Cory seguía drogado, por lo cual solo se reía de sus comentarios. Como el muchacho llegó completamente desnudo al hospital, tuvieron que prestarle una bata que les daban a los pacientes que eran ingresados para que pudiera abandonar las instalaciones.
Ya eran casi las ocho de la noche cuando Tomoyo y ella se encaminaron a la sala de doctores por un café antes de irse a sus casas, todavía se reían del caso tan inusual que tuvieron que atender, al menos se habían olvidado del cansancio del día.
Shaoran
Ya se había cambiado de ropa y había arreglado sus cosas en su consultorio, ya solo tenía que ir a buscar a Sakura para irse a su departamento y descansar. Aunque también tenía que hablar con ella, quería contarle su conversación con Yue y con Meiling.
Después de esos dos encuentros tuvo la desgracia de encontrarse con Kaho, ella se habia acercado para saludarlo y restregarle en la cara que ahora serian "colegas" igual que en los viejos tiempos, como si en el pasado no hubieran tenido ningún problema, como si fueran buenos amigos que se encuentran luego de varios años, como si no supiera que ella es una maldita desgraciada que lo único que buscaba era dañarlo a él o a Sakura, pues bien el ambarino se limitó a ignorarla y evitarla lo más posible, la esmeralda tenía razón, no debía dejar que Kaho jugara de esa manera con su mente.
Salió de su consultorio y bajó por las escaleras, llegó hasta el piso de Sakura, la buscó en su consultorio, pero se sorprendió al abrirlo y no encontrarla dentro, por lo normal ella siempre lo esperaba ahí, salió de la habitación y se dirigió a la estación de las enfermeras y una vez ahí les preguntó por el paradero de su novia, le dijeron que estaba en la sala de emergencias atendiendo un caso bastante peculiar, les agradeció y se fue hacia el lugar indicado, sin embargo una vez ahí tampoco pudo encontrarla.
—¡Eh Shaoran! —gritó Eriol. —¿Ya se van?
—En cuanto encuentre a Sakura ¿no las has visto por aquí?
—Si… estaba por aquí… hubieras visto al pobre chico que atendió… —Eriol le contó sobre el estúpido chico-puercoespín y de la ingeniosa forma en que Sakura lo ayudó, al llegar al cubículo vieron que estaba vacío, aun habían restos de cera pero ninguno de su novia.
—¿Y Tomoyo? Tal vez este con ella. —preguntó el ambarino.
—Pues en su consultorio no está… también la estoy buscando… ¿crees que estén en la sala de doctores? — propuso el ojiazul.
—Espero que si… no me siento con ánimos de buscarlas en todo el hospital… vamos. — comenzaba a exasperarse, Sakura debería saber que él se preocuparía por no encontrarla.
Recorrieron todo el camino hasta la sala de doctores, al dar la vuelta al pasillo se les hizo curioso encontrar a Yamazaki, Keane y Tereda escuchando detrás de la puerta, Yamazaki los vio aproximarse y les hizo señas para que se apresuraran, pero sin que hicieran ruido.
—¿A quién espiamos? —preguntó divertido Eriol.
—Las chicas están ahí dentro… están hablando de nosotros. —respondió Keane.
—Shhhh. —los urgió Yamazaki.
Shaoran pensó que eso era ridículo y que si alguien por casualidad pasara por ahí, seguramente pensaría que ese grupo de doctores había perdido la cordura. Se recargó en la pared contraria, decidido a esperar hasta que su novia saliera de ahí y pudieran ir a casa.
Observó a sus amigos por un rato, seguía pensando que se veían patéticos, de repente sintió que todas las miradas se dirigían a él…
—¿Qué? —preguntó con enojo.
—¿Tienes problemas de salvajismo en la cama? — preguntó Yamazaki en tono de burla, pero aun así hablando en voz baja.
—¡¿Qué?! —gritó y de inmediato tuvo cuatro pares de manos haciéndolo callar, aguardaron en caso de que tuvieran que huir pero no pasó nada, el castaño quitó de un jalón a Yamazaki y se puso en su lugar, para escuchar la conversación de adentro.
—… pero me gusta… es diferente—escuchó la voz de Sakura, enseguida escuchó un montón de gritos entusiasmados.
—Bien Tomoyo te toca… ¿Qué tal es Eriol en la cama? —preguntó Chiharu.
—Pues aunque no me lo crean, en la cama Eriol tiene una excelente condición física. —confesó Tomoyo, instantáneamente se escucharon ruidos de escepticismo. —Es enserio… una vez que esta "entusiasmado" no hay forma de pararlo.
—¿Cuánto duras? ¿Tres minutos? —se burló el ambarino del otro lado de la habitación, los demás también rieron mientras Eriol empujaba a Shaoran.
—Para tu información podría aguantar toda la noche… pero me preocupo por el bienestar de mi amada…—respondió el ojiazul.
—Cállense…—les dijo Terada
—¿Cuál es lugar más extraño en el que lo han hecho? —preguntó Naoko
—jajajaja en el cine… ya saben era una de esas películas aburridas, la sala no estaba muy llena… nadie se dio cuenta. — relató Tomoyo.
Volteo a ver a su amigo de anteojos y lo vio sonreír de oreja a oreja. Volvió a centrar su atención en la conversación de adentro.
—Chiharu… el lugar más extraño con Yamazaki— le dijo Sakura en medio de una risa.
—El armario de mantenimiento del sexto piso—les confesó luego de un momento de silencio, todas las mujeres comenzaron a reír como locas.
—¿Rika? ¿Naoko? —les preguntó Sakura.
—Fue hace años… en la playa, pero no fue con Keane… a no ser que las habitaciones de descanso cuenten…—dijo la muchacha de anteojos como si nada.
—¡¿Ya te acostaste con Keane?! —gritaron todas al unísono. —¿Cuándo?¿En dónde? ¿Qué tal estuvo?
—Fue una semana después de la carrera, él siempre me ha gustado y sentía que me observaba mucho… los dos estábamos de guardia, pero no había mucho trabajo, cuando menos me di cuenta ya estábamos en los cuartos de descanso… bastante memorable diría yo. —contó la oncóloga.
—Con ese cuerpo que tiene, si te lo creo… —dijeron Sakura y Tomoyo entre risas.
Shaoran gruñó y miró a Keane como si no lo conociera, este parecía muy feliz… y no era para menos las chicas en la habitación estaban alimentando bastante su ego… aunque a él solo parecía importarle los comentarios de Naoko, ya que era cuando su sonrisa crecía más.
La atención debió dirigirse hacia Rika porque ella fue la siguiente en contestar.
—Vamos chicas saben que no soy tan osada como ustedes. —respondió al instante Rika, por el tono de su voz debía estar bastante sonrojada.
—jajajaja lo que necesitas es un poco de Terada ¿no creen? —sugirió Tomoyo con su melodiosa voz, las carcajadas no se hicieron esperar.
Todos voltearon a ver al susodicho, también estaba ligeramente sonrojado, para animarlo todos lo empujaron y le dieron palmadas en la espalda… una típica muestra de apoyo masculino.
—¿Y tú Sakura? Tu lugar más extraño. — le preguntó Tomoyo.
En esta ocasión pegó lo más que pudo su oído a la puerta, quería escuchar claramente la respuesta de su novia.
—… en una ambulancia. —respondió luego de unos minutos su novia.
—¡¿En una ambulancia?! — gritaron todas incrédulas.
Del otro lado de la puerta los hombres miraban a Shaoran asombrados, pero él de inmediato frunció el ceño y negó con la cabeza… Sakura no se estaba refiriendo a él.
—¿Pero cómo hicieron Shaoran y tú para que no los descubrieran? —preguntó Rika.
—… no fue con Shaoran … fue con Travis…— aclaró la esmeralda.
Yamazaki le dio un golpe en las costillas para atraer su atención y le dijo.
—Hombre, creo que necesitas conseguirte una ambulancia. —se burló, su comentario lo hizo ganarse un buen golpe en el estómago.
—Bueno ¿y con Shaoran? —insistió Chiharu.
—Pues solo les diré que nos estamos acabando los cuartos de este hospital. — respondió con más algarabía.
Esa respuesta logró hacer que se disipara un poco su incomodidad, le gustaba la manera en que hablaba de él aun cuando él no estaba presente… aunque no podía verla estaba seguro que estaba sonriendo.
—¡Dios mío esa es la hora? —gritó Sakura, en cuestión de segundos se escucharon pasos dirigirse hacia la puerta.
Todos entraron en pánico, Yamazaki cayó sobre su espalda en su intento de huida, Ansel resbaló y se golpeó en la frente con la pared, Tereda se quedó petrificado en su lugar esperando volverse invisible de repente, mientras que Eriol y él intentaron ir en la dirección opuesta del otro, dando como resultado un choque entre los dos. El resultado fue que todos estaban en el suelo, tratando de incorporarse.
Antes de que alguno lograra huir Sakura ya estaba en el marco de la puerta viéndolos con incredulidad, la mayoría suspiró por que las demás chicas no venían detrás de ella, pero el alivio les duró muy poco porque la esmeralda los regresó a ver con malicia.
Él ya estaba más que perdido, pero los demás se olvidaron de su orgullo masculino y comenzaron a hacer señas y ademanes desesperados para que ella no dijera nada a sus amigas.
—Sakurita … cierra la puerta. —le suplicó Eriol.
—Chicos pero es que nadie les enseñó que es de mala educación escuchar conversaciones privadas. —dijo elevando el tono de voz para que las mujeres dentro de la sala pudieran oírla.
En ese momento se desató el caos, dotadas de una rapidez casi inhumana, las mujeres salieron en la búsqueda de sus respectivas parejas, quienes ya habían recobrado la movilidad de sus miembros, incluso Rika salió buscando a Terada… aunque sus razones podrían ser menos agresivas que las de las demás.
Cuando solo quedaron ellos en el pasillo, Sakura lo vio divertida, como retándolo a negar que él también había estado escuchando la plática femenina de hace unos minutos… sentía que todo su rostro estaba en llamas.
—Eriol me obligó… —inventó.
Solo provocó una estruendosa carcajada por parte de su novia, lo tomó por las solapas de su chaqueta y lo besó, antes de jalarlo por el brazo y caminar en dirección al elevador.
—Me parece que tendrán que pagar la apuesta de la carrera más pronto de lo que esperaba. — le dijo mientras las puertas del ascensor se cerraban.
Mmmmmm ¿Por qué Yue confiara tanto en Kaho?
¿Será que Abi ya está mejorando? ¿O estará empeorando?
¿Qué tal la reunión de chicas?
¡Hola!¡Lo sé! Me tarde bastante en subirles este capítulo!... pero entre exámenes y trabajos, apenas y tenía tiempo de respirar y cuando por fin tuve un pequeño descanso, ¡la inspiración no me llegaba!
Pero bueno, espero que puedan disculparme y que disfruten mucho de este capítulo, ya saben para cualquier sugerencia, reclamo, petición, observación o lo que gusten dejen su review!
Hare todo lo posible por actualizar la historia lo más pronto posible… ¡lo juro!
¡Nos leemos luego!
