Los personajes de esta historia no me pertenecen, son propiedad de CLAMP, la historia si es mía.

Sakura

Martes 31 de marzo de 2013 18:40 pm

—Haber señoritas… pastel de zanahoria con un Chai latte para Naoko, Expresso americano y un Panini de portobello para mí adorada esposa y finalmente un Vanilla rooibos latte con rollos de canela para la doctora Sasaki. — dijo Yamazaki mientras repartía los productos a las doctoras y a su esposa. —Sé que esperaban a sus príncipes azules, pero lamento decirles que uno está en cirugía y el otro tiene día libre.

Tanto Naoko como Rika aceptaron gustosas sus alimentos, aunque luego del comentario de Yamazaki las mejillas de la pediatra se sonrosaron mientras que la oncóloga se removió incómodamente en su asiento.

Ya casi era su hora de salida, el día había sido bastante pesado, así que aprovechó de ese pequeño momento de descanso que tenía para reunirse con sus amigas en la sala de doctores, una vez ahí vio que todas sus amigas esperaban ansiosas a que regresaran los muchachos con su comida, se arrepintió enormemente de no haber llegado algunos minutos antes para pedir algo para ella

—Para mi amada Tomoyo un chocolate caliente y un Muffin de nuez con plátano. —le dijo extendiéndole su comida como si se lo fuera a entregar a un rey, como siempre provocó las risas de todos los presentes.

—Amor te dije que leche descremada y con poca crema batida…—le decía Tomoyo a su prometido.

—Cariño yo no lo preparé… así me lo dieron y sinceramente nunca he diferenciado la leche descremada de la light o la deslactosada… — se defendió el ojiazul. —el punto es que venga de una vaca y que sea blanca ¿no?

—No estás haciendo bien tu trabajo de esclavo…—le recordó la amatista dando tragos a su Chocolate.

—Recuerden que la esclavitud está penada por la ley. —comentó dejándose caer en un sofá.

Sakura sonrió con más ganas a la expresión de su amigo, desde la noche en que los muchachos decidieron espiar su conversación todas coincidieron en empezar el castigo de los chicos a la mañana siguiente, lo cual había contribuido sobremanera a mejorar los ánimos de las doctoras, sobretodo en el caso de Chiharu, Tomoyo y Naoko ya que ellas enserio explotaban a sus "esclavos", por otro lado ella y Rika solo los usaban para mandados pequeños… bueno en el caso de la esmeralda usaba más su poder sobre Shaoran en la cama…

El ambarino la sacó de sus pensamientos pasando unos de sus brazos por detrás de su cintura y enseñándole una bolsa de Starbucks que sostenía en su otra mano.

—…Yo no te pedí nada…—le dijo sonriendo de oreja a oreja.

—Ya lo sé. —respondió besándola en la frente.

Entusiasmada tomó la bolsa y sacó una rebanada de su pastel favorito, era un Cheesecake Brulee de frambuesa y un Hazelnut Macchiato, solamente con oler la comida su estómago comenzó a gruñir de hambre.

—Gracias, moría de hambre. —exclamó gustosa.

Ellos también habían comprado comida para ellos, hubo un momento de silencio mientras todos comían, todo parecía indicar que ese día había sido pesado para todos, no solo para ella. Sin embargo tuvo que interrumpir el silencio, ya que desde hace algunos días quería hablar con Naoko acerca de los laboratorios de Abi.

—Mmmmmm Naoko… ¿ya sabes algo de Abi? —preguntó intentando sonar casual y no tan preocupada como lo estaba en realidad, pudo notar que el brazo de Shaoran alrededor de su cintura se tensaba.

—Lo lamento Sakura, desde el incendio de hace una semana radiología y los laboratorios han estado ocupadísimos, ayer bajé a preguntar pero aún no tienen nada… comienzo a pensar que tal vez los perdieron. —contestó luego pasar un trago de su bebida, debió notar la expresión en el rostro de la esmeralda porque se apresuró a decirle. — Tranquila Sakura… sabes que esto no es rápido, pero puedo decirte que siento que ella está respondiendo bien al tratamiento… desde hace casi tres semanas no ha tenido ningún tipo de sangrado y eso contribuye sobremanera a su recuperación.

Lo sabía… como doctora sabía que eso era algo bueno y también sabía que no debía impacientarse, los pacientes con cáncer no responden en los primeros días, sus tratamientos son muy largos y pesados… pero ahora se daba cuenta que es muy difícil pensar como doctora cuando es alguien tan cercano a ti.

—¿Y qué tal van los trámites de adopción? —preguntó Chiharu.

—Pues también van lento… aunque Touya está moviendo todos los contactos que tiene. —declaró la castaña.

Ante la mención de Touya, su abogado, todas las doctoras dejaron salir una risita y los tres hombres presentes las miraron interrogantes.

—¡Es que Touya es tan guapo! —explicó Naoko.

—Dra. Yanagisawa le recuerdo que usted esta semi comprometida con nuestro buen amigo el Dr. Keane. — le recordó Yamazaki.

—Llevamos saliendo apenas una semana…—aclaró la doctora de anteojos.

—¡Por eso dije semi! —exclamó Yamazaki.

—Bueno pero que esté en una relación no significa que no pueda gustarle alguien más. —explicó Tomoyo.

—Es como dicen "Que estés a dieta no quiere decir que no puedas ver el menú". —les dijo la esmeralda sonriendo.

Sus amigas la apoyaron pero los varones la vieron con mala cara por darles ideas erróneas a sus mujeres.

—Ni me vean así, que ustedes lo hacen todo el tiempo. —se defendió. —además tú estás de acuerdo conmigo. —dijo señalando a su amigo de anteojos.

—Pues si… pero no quieras confundir a mi Tomoyo. —le dijo Eriol.

La amatista rodó los ojos y se encogió de hombros, mientras que la esmeralda le sacaba la lengua.

—Que conste Sakura… mientras salgas conmigo tus estás a dieta y ciega. —dijo Shaoran enrollándola en sus brazos.

—Lo mismo te digo. — dijo ella.

No tardaron demasiado en terminar sus alimentos, luego de un arduo día de trabajo, la comida le supo a gloria… no tenía ganas de moverse pero tenía que hacerlo, acababan de avisarle que estaba llegando a la sala de emergencias un nuevo paciente para ella, pero que no aparentaba estar demasiado herido como para recurrir cirugía.

Se sacudió los restos de la corteza de su cuerpo, se despidió de todos, reservando a Shaoran para el final…

—A ti te veo esta noche…—le dijo antes de besarlo e irse, antes de que pudiera caminar más de tres pasos el comentario de Eriol.

—Huele a sexo. —dijo en tono burlón, seguramente a Shaoran.

Miércoles 1 de Abril de 2013 5:15 am

Podía sentir los labios de Shaoran en su cuello, ascendiendo hasta el lóbulo de su oreja, sus manos se deslizaban por su cintura, subiendo poco a poco su ligero camisón, ella se removió perezosamente en su lugar… tenía ganas de corresponder a las caricias de su insistente novio… pero también quería continuar durmiendo.

Entendió que no podría volver a dormirse cuando sintió una de las manos del ambarino colándose entre sus piernas, en un último intento por detenerlo intentó cerrarlas, pero fue demasiado tarde, los dedos de Shaoran ya se habían colado dentro de ella y se movían insistentes, eso fue suficiente para disipar su somnolencia, sus muslos se separaron gustosos para permitir que el castaño se colocara entre sus piernas, entreabrió sus ojos para encontrarse con las gemas color ámbar de Shaoran, ninguno de los dos dijo nada, simplemente se miraron, Sakura extendió sus brazos y los enrolló en el cuello de su amado, al mismo tiempo que él guiaba sus manos hasta la cadera de la muchacha y se deshacía de sus bragas, aun sin romper contacto visual, el ambarino se adentró en ella y comenzó a moverse lentamente.

La castaña liberó el cuello de Shaoran para bajar sus manos hasta el vientre el castaño, una vez ahí se dedicó a contornear cada musculo a su paso, arrancándole varios gemidos, la excitación de ambos iba creciendo a medida que sus cuerpos aumentaban la velocidad de sus movimientos, Sakura había rodeado la cintura de Shaoran con las piernas, ya que él había soltado su cadera para posicionar sus manos sobre sus senos y masajearlos, permanecieron en esa posición durante varios minutos hasta que el deseo de ambos creció tanto que tuvieron que incrementar la velocidad y fuerza de las penetraciones, la esmeralda comenzó a sentir que le faltaba la respiración, su corazón latía a una velocidad inusitada, el clímax estaba cerca y a juzgar por la fuerza de los gruñidos del castaño, dedujo que estaban en igualdad de condiciones, el ambarino recargó todo su peso en ella y atacó su boca justo en el momento en que ambos llegaban al orgasmo.

Como cada vez que hacia el amor con Shaoran, Sakura necesitó de unos minutos para permitir que las sensaciones post éxtasis se apaciguaran un poco, la reconfortó sobremanera escuchar al castaño respirar trabajosamente encima de ella.

—… creo que has encontrados la forma perfecta de despertarme…—dijo Sakura jugando con los cabellos chocolate de él, quien seguía recostado sobre ella.

—Feliz cumpleaños… —respondió alzando la cabeza para contemplarla.

Ella le agradeció con la mirada y comenzó a jugar con sus cabellos.

—¿Qué? —cuestionó luego de sentir la intensa mirada del hombre.

—Te sienta bien tener treinta y un años. —le dijo besando todo en su camino hasta sus labios, una vez ahí la besó con delicadeza. —Tal vez deberíamos llamar al hospital y decir que nos hemos enfermado.

—jajajajajaja ¿Los dos? ¿Y al mismo tiempo? No nos van a creer cariño… y recuerda que ya le pediste a Yue un favor… dudo que quiera hacerte otro. —le recordó la castaña. —Además estos días no ha estado de buen humor con nadie… no hay que tentar nuestra suerte.

La única respuesta que obtuvo de Shaoran fue un gruñido de molestia, le había contado recientemente que hace cinco días había ido a hablar con Yue para pedirle que cambiara sus días de guardia y descanso para que coincidieran con los de la esmeralda solo por esa semana, ya que de otra forma su novio no habría podido pasar el día con ella, el director del hospital no le había dado una respuesta concreta hasta que Shaoran volvió a preguntarle la noche anterior luego de su cena entre amigos, al final Yue de mala gana se lo concedió.

Nadie alcanzaba a entender el origen del malhumor de su jefe, cuando él siempre se comportaba tolerante con todos sus trabajadores, pero de un tiempo a la fecha había cambiado bastante, incluso con la misma Sakura, en el momento que la veía venir por el pasillo en su búsqueda, Yue se iba en dirección contraria, ella trató de hacer memoria y recordar si había hecho algo que pudiera molestarlo pero no se le ocurría nada.

Permanecieron en la cama otros veinte minutos, luego ambos pesarosos comenzaron a prepararse para otra jornada de trabajo. El camino hacia el hospital fue tranquilo, no fue hasta que llegaron a la recepción del hospital que comenzaron a llover las felicitaciones y los gritos de feliz cumpleaños aquí y allá, provenientes de pacientes, enfermeras e incluso de los guardias de seguridad, como era de esperarse cuando la felicitación o los abrazos provenían de algún hombre, su novio los miraba con desconfianza y gruñía en su lugar, Sakura agradecía por las atenciones con una gran sonrisa, una vez que estuvo libre se metió en el ascensor con Shaoran para ir a su piso.

—Deberías de considerar ser menos agradable con la gente Sakura…—comenzó Shaoran. —Por el bienestar de tu novio.

La esmeralda soltó una larga carcajada y lo besó en la mejilla, llegando al piso de Sakura las puertas del elevador se abrieron revelando del otro lado el piso de traumatología y ortopedia, que en esos momentos tenía más gente de la habitual, en cuanto puso un pie fuera del elevador se dio cuenta que la mayoría de esas personas eran sus amigos.

—¡FELIZ CUMPLEAÑOS! — gritaron casi a coro, ella sonrió y nuevamente comenzó a recibir abrazos de todos sus amigos, volteo a ver a Shaoran para recibir una mirada de resignación, encogió los hombros y se limitó a seguirla.

—¡Abran paso gente! ¡El mejor amigo soy yo! —gritaba Eriol abriéndose paso entre los demás. —¡Que se quiten les digo!

Cuando por fin logró llegar hasta ella cambió su expresión de malhumor por una de auténtica felicidad y la estrechó en sus brazos.

—¡Sakurita! ¡Parece que solo fue ayer cuando te conocí, ambos éramos dos bellísimos e increíblemente brillantes internos! —gritaba al mismo tiempo que la ahogaba en un abrazo de oso. —¡Y míranos ahora! Nos hemos vuelto tan sexys… seguimos siendo brillantes y ahora somos como hermanos…. ¿Quién lo hubiera dicho?

—…Eriol… no puedo…—trataba de decir Sakura con el poco aire que conservaba en sus pulmones. —respirar…

—¡Cállate Sakurita! ¡Estoy expresándote mi amor! —respondió sin aflojar su abrazo, con un brillo casi maniaco en su mirada. —Como te decía…

—¡Serás animal! Ya suéltala. —exclamó el castaño separándolos.

Mientras Sakura intentaba recuperar el aire perdido, su mejor amigo y su novio se enfrascaban en una pelea.

—¡El mejor amigo va por encima del novio… TODO el mundo lo sabe! —gritaba el de anteojos.

—¡Pero que estupideces estas diciendo! —se defendía Shaoran.

—Prueba de esto es que YO he visto ir y venir a un montón de fulanos…—se jactaba el ojiazul.

—Tal vez… pero ella te cambiaría por mí—se mofó el ambarino. —Hay algo que TU no le puedes dar y YO si…

—Prostituto…—atacó Eriol.

—Simplón…—contraatacó su novio.

Como era de esperarse la pelea se prolongó alejándose bastante del tema que la había provocado, ahora era sobre quien era mejor doctor, la mayoría de las personas que habían felicitado a la esmeralda ya habían regresado a sus puestos de trabajo, al final solo Tomoyo, Naoko, Yamazaki, Chiharu y Rika continuaban observando divertidos la pelea, el sonido del ascensor logró desviar la atención de los presentes, Ansel Keane y la pequeña Abi, con expresión adormilada, descendieron y caminaron hasta ellos, en cuanto la niña vio a Sakura su somnolencia se disipó.

—¡Sakura! ¡Feliz cumpleaños! —exclamó arrojándose a sus brazos, de todos los abrazos y felicitaciones que había recibido en el día, sintió que el de Abi fue particularmente cálido. —Hice esto para ti…—le dijo al mismo tiempo que le entregaba una hoja de papel, Sakura la tomó y la extendió era un dibujo hecho con plumones de colores, ambas estaban tomadas de la mano dentro de una casa rodeada por muchos árboles, fuera de la casa había dibujado algo parecido a un automóvil y a un lado de este se encontraba Shaoran, como todo dibujo hecho por una niña de cinco años parecía burdo y disparejo pero el mensaje estaba bastante claro. — Esa eres tu… ahí estoy yo y Shaoran está llegando del hospital para jugar con nosotras… ¿te gusta?

—…Es hermoso— contestó luego de unos segundos, el dibujo pasó de mano en mano, todos al parecer quedaron conmovidos por el dibujo porque sonreían a la pequeña con ternura, además de elogiar sus habilidades artísticas, provocando un intenso sonrojo en la mejillas de Abigail, aunque mirándola más de cerca se podía notar cierto orgullo en sí misma.

—Bueno no quisiera ser el aguafiestas pero… se está haciendo tarde y los internos andan sueltos sin supervisión. —comentó Yamazaki—Mejor nos movemos antes de que maten a alguien.

Los doctores se fueron dispersando hasta que el único en quedarse con ella fue Shaoran, y Abi que había suplicado permanecer un rato más con Sakura, ya habían permanecido demasiado tiempo junto al elevador celebrando y causando alboroto, lo mejor sería entrar en su consultorio antes de que el malhumor de Yue se hiciera presente, introdujo la llave y abrió la puerta, de inmediato quedó boquiabierta, su oficina estaba llena de arreglos florales y alguno que otro regalo.

¿Shaoran había hecho todo eso?

Se giró para ver al ambarino y al instante supo que no había sido él, podía ver con toda claridad los músculos de su cuello completamente tensos, cualquiera hubiera pensado que era por estar cargando a Abi, pero ella sabía que esa no era la razón… sus ya conocidos celos comenzaban a hacer acto de presencia…

Abi estaba emocionada al ver todos los presentes en su oficina, de un salto bajó de los brazos del ambarino y se puso a recorrer la habitación, de repente se detenía para tocar algunas de las cajas. Todos sus obsequios tenían etiquetas, uno era de Tomoyo, otro de Eriol, de Chiharu y Yamazaki, Keane y Naoko, incluso Eleonor le había comprado algo, uno que otro de algún paciente…

Bueno eso tendría que calmar a Shaoran ¿no?

—Parece que Ryu Darnell no se ha olvidado de tu cumpleaños…—comentó con amargura, revisando las etiquetas de los arreglos florales.

¿Quién?

Ryu…

Oh no… ¡Claro!

¡¿Cómo pudo olvidarlo?!

El año pasado había hecho lo mismo, además de haberla invitado a cenar…

—¿Es tu amigo? —preguntó inocentemente Abi jugando con una de las flores.

—Más o menos… es un paciente. —respondió luego de meditar su respuesta.

—Bastante agradecido diría yo. —concluyó el castaño recorriendo la habitación con la mirada.

El primer pensamiento en la mente de Sakura fue decirle que no era para tanto, al fin y al cabo eran unos cuantos arreglos, no es como si Ryu le hubiera regalado lencería o alguna joya, pero antes de decirlo en voz alta, recordó que eran de Shaoran de quien estaba hablando… ese comentario solo lograría hacer que su enojo aumentara, así que optó por acercarse a él y darle un beso en la mejilla, ambos escucharon una risita, voltearon y vieron que Abi algo sonrojada pero sin perder ni un detalle de sus movimientos.

—Bueno también debo irme. — informó a las dos castañas luego de consultar su reloj. —Que tengan un lindo día… las veré en el desayuno. —besó a ambas y salió apurado.

—Muy bien pequeña… ¿lista para pasar consulta? —preguntó con una sonrisa a la pequeña, Abi respondió dando pequeños saltitos y aplaudiendo en el aire, se apresuró a ponerse su uniforme y salir a ver a sus pacientes.

Eran casi las once cuando terminaron la consulta, resulta que había varios pacientes quejumbrosos, otros que necesitaban curaciones o cambio de tratamiento y los restantes estaban programados para diferentes procedimientos radiológicos, pero en general estaban bien. Al principio no estaba segura si haber llevado a Abi consigo había sido buena idea, ya que con solo cinco años la niña podría ser muy impresionable, sin embargo se llevó una sorpresa bastante grata cuando la vio hablar con todos sus pacientes como toda una mini enfermera, tratando de calmarlos y asegurándoles que la esmeralda los curaría, pero al estar ella misma en un tratamiento tan agresivo como lo es la quimioterapia quedó exhausta a la mitad de la consulta y Sakura tuvo que pedir a Neil (su interno del día) que la llevara a su habitación para que se recostara.

En ese momento estaba terminando de actualizar los historiales de sus pacientes, se estaba tomando su tiempo ya que había visto en la pizarra de cirugías que habían movido sus cirugías y por lo tanto ese día no tenía programada ninguna, así que terminando con el papeleo iría a la sala de emergencias a ayudar en lo que pudiera.

—Neil hoy no tengo ninguna cirugía así que si quieres puedes ir con otro doctor…—le dijo a su interno, mientras seguía escribiendo. —Aunque también podrías ser de ayuda en la sala de urgencias.

—Creo que iré a ayudar… de todas formas quería entrar a la cirugía del Dr. Li… reemplazo de aorta… pero creo que ya deben ir bastante avanzados. — respondió Neil.

—¿Reemplazo de aorta? … no él iba a hacer una reparación de aneurisma endovascular en la sala de cateterización —lo corrigió. —Hoy solo hará procedimientos menores.

—Pues acabo de ver la pizarra y eso es lo que decía… quirófano cuatro. —concluyó antes de tomar varios expedientes e irse.

Qué raro… el plan de Shaoran era salir temprano para llevarla a cenar…

Además ¿un reemplazo de aorta?... ese era un procedimiento con gran porcentaje de complicaciones postoperatorias… estaba segura que Shaoran no se tomaría tan a la ligera ese tipo de cirugías como para hacerlas ese día en particular.

No sabía cómo explicarlo… pero sentía que detrás de todo eso pasaba algo, terminó de escribir, puso el historial en su lugar y comenzó a bajar las escaleras hasta llegar al piso de los quirófanos…

¿Cuál había dicho Neil?

cuatro.

Encontró la puerta que dirigía a esa habitación pero no quiso interrumpir, así que en lugar de entrar directamente al quirófano caminó hasta la galería desde donde se podía observar todo el procedimiento sin estorbar a nadie, le extrañó que no hubiera nadie ahí y que las luces estuvieran apagadas, sobretodo porque un reemplazo de aorta no se ve tan a menudo, avanzó con cuidado y se asomó por el gran cristal…

Ahí no estaba Shaoran, ni se estaba realizando la cirugía que le había dicho Neil…

Dentro del quirófano estaba Kaho Mizuki dando instrucciones a su personal quirúrgico, la castaña intentó reconocer a alguien, pero ninguna de las caras se le hizo familiar, así que tuvo más cuidado para que nadie pudiera verla… era bueno que las luces de la galería estuvieran apagadas.

Unos minutos después unas enfermeras ingresaron a la sala empujando una camilla con un muchacho de unos treinta años preparado para cirugía…

Su cerebro trabajó a una velocidad inusitada, salió de la habitación lo más rápido que pudo, tomó su localizador y le marcó a Neil, solo tuvo que esperar dos minutos antes de ver al interno acercarse al final del pasillo.

—No hagas preguntas necesito que vayas a cardiología y revises cada habitación, de aquellas que estén vacías revisa si fuera de la habitación esta la historia clínica y me las traes… — le explicó tan rápido como pudo, pudo ver que Neil estaba a punto de hacer alguna pregunta… pero no tenía tiempo para saciar su curiosidad. —¡Solo hazlo! Y que nadie se entere.

Volvió a entrar a la galería y vio que un anestesiólogo comenzaba a dormir al paciente, no sabía lo que ese muchacho tenia pero la situación parecía demasiado sospechosa…

Neil regresó con seis expedientes más o menos al mismo tiempo en que el equipo quirúrgico comenzaba a preparar la zona de incisión, vio las fichas de identificación con rapidez y descartó a una niña de once años, una señora de setenta y tres años, otra de cuarenta y siete, un señor de cincuenta años, al final solo quedaron dos muchachos uno de treinta y cuatro años y el ultimo de veintiocho… recorrió las notas y vio que ninguno era paciente de Kaho.

¿Quién sería el muchacho sobre la mesa de operaciones?

¿El de veintiocho o el de treinta y cuatro?

—El chico de treinta y cuatro años es paciente de la Dra. Simmons, vi cuando lo llevaba a la sala de aparatos para hacerle una prueba de esfuerzo…—comentó Neil quien al parecer comenzaba a atar cabos.

—Gracias Neil… regrésalos a su lugar… menos este. —su interno vaciló un poco antes de retirarse con los expedientes.

Se aproximó al botón del intercomunicador para encenderlo.

—Evan Larson, veintiocho años, ingresado por regurgitación pulmonar… el Dr. Li lo ha tenido bajo observación… lo lamento mucho pero no puedo encontrar la nota médica que diga que necesita cirugía… ni que le derivan el paciente a usted Dra. Mizuki. —relató la esmeralda, desde que comenzó a hablar Kaho alzó la mirada y a cada palabra que decía la fulminaba más y más con la mirada. —Me parece que tienen que cerrar a este joven… y creo que es conveniente llamar al jefe.

Kaho

¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!

¡Esa puta de Kinomoto!

¡Y la estúpida de Meiling!

¡Le dijo claramente que tenía que permanecer junto a la puerta de la galería y evitar que alguien entrara!

¡Lo peor es que Lord Reed la culparía a ella de todo!

Venia saliendo de la oficina del idiota de Yue… encontró un armario de mantenimiento y se encerró en el antes de hacer alguna estupidez… necesitaba relajarse antes de llamar a su jefe y decirle que no podría hacer la entrega de los riñones que le habían encargado…

¡Carajo!

Sentía todo su cuerpo temblar… Lord Reed, una de las personas más importantes en el mercado negro de Japón, le había explicado que esos órganos irían destinados a un tipo ruso cuya candidatura se estaba viendo comprometida por un problema de salud… bueno en teoría no le darían los riñones que ella había pretendido sacarle a ese muchacho si no que estos serían destinados a alguien más, mientras que los riñones conseguidos por dicho paciente pasarían a ser del político ruso… ahora gracias a la entrometida de Kinomoto ella no podría cumplir con la parte del plan… con lo cual ella no solo estaría quedando en deuda con un paciente … sino con dos.

Llevaba trabajando para Lord Reed varios años luego de que él la ayudará para poder pagar la hipoteca de su casa… se había iniciado en ese negocio por necesidad, pero eventualmente le tomó aprecio a lo que hacía y al dinero que ganaba haciéndolo claro está, gracias a ese trabajo podía darse el lujo de vivir cómodamente, tal y como ella se merecía…

Pero ahora… ahora estaba en un verdadero aprieto… en sus años de servicio nunca había fallado en entregar un pedido…

Y lo peor es que estando suspendida del hospital, tenía prohibido realizar cualquier operación, osea que aunque encontrara a un buen sustituto para removerle sus riñones… no tenía hospital, personal o material para realizarlo…

¡¿Cómo pudo fiarse tanto de la inútil de Meiling?!

Su celular comenzó a sonar desesperadamente… con manos temblorosas lo sacó de su bolsillo y lo llevó hasta su oreja…

—D-d-diga—tartamudeó.

Kaho… he hablado con Zeke, tu anestesiólogo de esta mañana, y me ha contado todo lo que pasó… no creo que tenga que decirte que TU tendrás que pagar por esos órganos que TU perdiste…—le dijo una fría y serena voz.

—Lord Reed… déjeme explicarle… es que no fue mi culpa… verá. —dijo atropelladamente.

¡A mí me vale una mierda Kaho! —gritó la voz del otro lado del auricular. —¡El señor Dimitrov ya había pagado por todo… el traslado, la intervención, el traslado del órgano… TODO! ¡Sabes que con un ruso no se juega! ¡Y menos con un candidato a la gubernatura en ese país! —la voz del hombre la hacía temblar a cada palabra. —El equipo médico que tengo aquí intentara mantenerlo vivo, hasta que alguien más capacitado que tu pueda cumplir con el trabajo!

—Tal vez pueda encontrar a otra persona… solo necesito... —tartamudeo la pelirroja, su voz comenzaba a denotar pánico.

¡Tú eres una buena para nada! —la cortó el hombre. —Si este hombre muere… tú también puedes darte por muerta. — la comunicación se cortó después de eso.

Shaoran

—Si… definitivamente hay una cardiomegalia…—decía el ambarino viendo una radiografía de tórax. —¿ya tienen su historial? —

—No, una enfermera se está encargando de eso. —respondió Keffer.

—Bien, cuando lo tengas me lo traes. —le dijo saliendo de la habitación.

Ya eran más de las cuatro de la tarde, tal como lo había planeado su día había estado bastante tranquilo, se había asegurado de que todos sus pacientes en piso estuvieran bien, hizo consultas y después comenzó a realizar cateterismos y procedimientos poco invasivos, incluso tuvo la oportunidad de ir a visitar a Abi, quien le contó todo sobre su mañana con Sakura, pero a su novia no la había visto en ningún lado.

Caminó hasta la estación de enfermería para pedir papelería para un paciente, pero antes de que pudiera llegar chocó contra alguien, ninguno de los dos terminó en el suelo pero el chocó contra la pared de su lado izquierdo, cuando levantó la vista para ver quien había sido el causante del choque, se encontró con la cabellera pelirroja de Kaho, de inmediato maldijo para sus adentros, desde el día en que ella había comenzado a laborar en el London Medical Center, él había hecho hasta lo imposible por mantenerse alejado de ella, pero en aquellas ocasiones en que no había podido evitarlo, ella siempre se portaba melosa y hasta cierto punto burlona, sin embargo en ese momento lo miró como si estuviera fuera de sí, sus ojos ardían de ira...

Y… ¿Miedo?

De hecho podría jurar que su cuerpo temblaba…

Antes de que pudiera verla con más detenimiento movió su larga cabellera, se giró y siguió avanzando en la dirección contraria a la de él.

Qué raro

—¡Hey Shaoran! —gritó el ojiazul. —Necesito una consulta… masculino de veintiún años… Tiene un… ¡Hey! ¿Estas escuchándome?—preguntó su amigo chasqueando sus dedos frente a los ojos del ambarino logrando captar su atención.

—Si… ¿Qué decías? —contestó todavía un poco distraído.

—Que necesito una consulta… pero mejor te enseño… y en el camino puedes contarme porque andas como zombi. —

Comenzaron a caminar mientras Shaoran relataba todo lo sucedido con Kaho Mizuki, poco después de que su mentora comenzara a trabajar en el hospital le había contado toda la verdad a Eriol, desde su verdaderos motivos para mudarse a Londres hasta la conversación que Sakura había escuchado entre ella y la enfermera, el castaño no sabía si Eriol había tomado tan seriamente la situación (cosa difícil para él) porque lo consideraba como un hermano para él o porque en la situación ahora también se veía implicada Sakura… tal vez ambas, el punto era que su amigo de anteojos escuchó toda la información y llegó a la misma conclusión que la de la castaña y él… Kaho solo estaba celosa, pero además le recomendó mantener una distancia bastante prudente de ella y tener mucho cuidado en su vida profesional, ya que si ella quería que regresara a Liverpool con ella, hacer que los despidieran del hospital le facilitaría mucho las cosas.

—Ha decir verdad no fue nada… pero su mirada era demasiado intensa… demasiado llena de enojo—explicó a su amigo.

—Tal vez solo estaba teniendo un mal día… o tuvo algún problema con un interno…—sugirió Eriol. — A todos nos pasa de vez en cuando… y más siendo doctores.

—Si… pero es que no solo era enojo… no se…—intentó explicarse. —Tal vez es porque la conozco desde hace mucho… pero podría jurar que también vi un poco de pánico en sus ojos.

—¡Venga hombre! No te preocupes por eso… y menos hoy. —lo animó Eriol. —¿Ya tienes planes con Sakura?

—Si… saliendo de aquí vamos a cenar a un restaurante italiano y ahí le daré su regalo. — le dijo Shaoran.

—Uhhhhhhh ¿Qué le vas a dar? —le preguntó entusiasmado como niño chiquito.

—Mañana lo veras cuando ella te lo muestre. —le dijo al mismo tiempo que se imaginaba a su novia radiante de felicidad enseñándole su regalo a todos mañana por la mañana.

Llegaron a la planta baja e ingresaron en la sala de emergencias, como siempre era la sala con más movimiento en todo el hospital, comenzaron a abrirse paso hasta donde se encontraba el paciente de Eriol, pero antes de que pudieran llegar ahí, vieron a la esmeralda parada a unos cuantos metros de distancia escuchando a Neil quien le hablaba apresuradamente y al parecer bastante harto.

—¿Con que no puede esperar hasta mañana? Bien. —dijo Sakura en un tono que hizo que se le erizaran los vellos de la nuca, la vieron recorrer la cortina de una paciente de unos cuarenta y tantos, que despotricaba todo tipo de palabras altisonantes en contra de su novia, el interno, las enfermeras y el hospital en general, mientras la señora continuaba con su letanía, Sakura dándole la espalda se ponía unos guantes estériles, con la mirada le indicaba a Neil que tomara varias gasas, la botella de yodo y que se pusiera a su izquierda.

—… ¡Es inaudito! ¡QUIERO HABLAR CON SU JEFE! ¡¿QUE NO SE DA CUENTA QUE TENGO MUCHO DOLOR?! —continuaba gritando, en un momento en que Sakura se movió un poco, pudo ver el brazo de la señora, estaba hinchado, brillante y muy rojo cerca del codo… tal vez era un absceso. —¡VOY A LEVANTAR UNA QUEJA EN SU CONTRA! ¡USTED Y SU ESTUPIDO ESTUDIANTE! ¡SE REUSAN A ATENDERME… LLEVO TRES HORAS EN ESTE LUGAR DE MIERDA…

Antes de que su lengua continuara moviéndose en contra de todo el personal médico, la castaña indicó a Neil que chorreara el yodo en todo el codo de la señora, quien al ver liquido derramándose por su brazo estuvo a punto de reclamar al respecto pero no llegó ni a abrir completamente la boca cuando la esmeralda ya había hundido una hoja de bisturí en el hinchado codo, el efecto fue instantáneo, la vieja gritona se quedó muda por la impresión, abrió los ojos tanto como pudo, la mayoría de la gente que los rodeaba habían volteado buscando a la persona que logró calmar a esa paciente, del codo comenzó a emanar una cantidad impresionante de pus mezclada con un poco de sangre, Sakura se inclinó y prácticamente ordeñó el brazo de la señora que seguía en shock, mientras Neil le pasaba gasas para limpiarla.

—¡PERO QUE DEMONIOS!… —exclamó una vez que pudo recobrar el habla.

—¿Quería que la atendiera inmediatamente no? Pues bien ahí está, como le había comentado antes de que empezara a desquiciar a toda mi sala de emergencias con sus berridos… era un absceso pudo ser causado por una herida mal curada, algún piquete con un objeto o de insecto, el tratamiento era drenarlo en un quirófano pero USTED no quiso esperar así que acabo de hacerlo aquí en su camilla y ahora si me disculpa tengo pacientes que llevan esperando MAS DE TRES HORAS y por padecimientos MAS GRAVES. — explicó en el mismo tono glacial, elevando la voz en los momentos en que veía que la señora pretendía volver a gritar, le dio unas rápidas instrucciones a Neil y se retiró a la estación de enfermería, pasó junto a él y Eriol pero no se detuvo, ambos doctores al igual que la mayoría de la gente alrededor de ellos seguían boquiabiertos por la escena, una vez que recobraron la compostura, fueron detrás de Sakura.

—¿Sakurita? ¿Qué rayos acaba de pasar? —preguntó Eriol ligeramente temeroso.

—¿Es que no viste? Acabo de drenar un absceso…—explicó con tono cansino.

—Si… pero parece que estas a punto de matar a alguien. —le dijo el ambarino. —¿Qué pasa? ¿Estás bien?

—¿Aún no te has enterado? ¡Pero si es paciente tuyo! —gritó escandalizada, fue en ese momento que él se dio cuenta que cualquier cosa que hubiera alterado de esa forma a Sakura, era grave y peor aún lo involucraba a él.

—No entiendo… Sakura ¿Qué pasó? —volvió a preguntar.

Su novia miró a todos lados, debió pensar que había demasiada gente a su alrededor, les hizo señas para que la siguieran, caminaron rápido y tomaron el elevador, en cuanto llegaron a su piso bajaron y se metieron en su consultorio, dejó salir un largo suspiro, como si hubiera estado esperando la oportunidad perfecta para sacarse un gran peso de encima, de esta forma les contó todo lo que le sucedió luego de terminar su consulta, a cada palabra Shaoran podía sentir viejos sentimientos despertando dentro de él, Kaho nuevamente pretendía manchar su reputación, arruinar lo que estaba construyendo desde cero aquí en Londres… pues bien ya se lo había dicho hace mucho tiempo… no iba a dejar que eso pasara.

Se puso a un lado de Sakura y tomó su mano en señal de agradecimiento.

¡Dios! De no haber sido por ella seguro que ya estaría enfrentándose a otra demanda.

—Tranquila… lamento haber sido tan descuidado… pero no se repetirá. —comenzó a exponer su plan. —Solo tenemos que esperar… ella volverá a intentarlo y entonces podremos desenmascararla ante Yue y él la entregará a la policía.

—Sin duda es un gran plan… pero hay un gran problema. —le dijo Sakura, su mirada se había ensombrecido. — Después de descubrir a Kaho fui a hablar inmediatamente con Yue, por un momento pensé que la había atrapado y que podríamos deshacernos de ella, pero no fue así, Yue palideció apenas le dije todo lo que había visto, sin embargo se molestó y nos gritó a ambas por igual.

—Espera, espera… ¿y a ti porque te gritó? ¡Tú no hiciste nada! —gritó molesto Eriol.

—Pues al parecer para Yue el que haya "robado" el expediente del paciente es igual de grave que un intento fallido de tráfico de órganos. — dijo con amargura la castaña.

—¡¿Qué?! —gritaron los dos doctores al unísono.

—Lo que oyeron… había momentos en que parecía más enojado porque tomé el expediente sin autorización de Shaoran que por el hecho de que Kaho hubiera estado a punto de operarlo sin autorización y con personas ajenas al hospital.

—¡Pero era necesario! ¡Además no lo robaste solo lo tomaste prestado! — alegó Eriol completamente escandalizado, el ambarino por dentro se sentía de la misma manera, pero decidió dejar que Sakura terminara de hablar para expresar su enojo.

—¡Eso mismo intenté explicarle, pero no entendía razones, además cada vez que intentaba recordarle que ella estuvo a punto de operar a un paciente que no era suyo, para realizarle un procedimiento completamente innecesario, se desviaba del tema o inventaba excusas de lo más estúpidas! —explotó Sakura. —¡AHHHHH! ¡Simplemente no puedo creerlo! ¡Siempre creí que él sobre todas las personas estaba en contra de ese tipo de bajezas!

Los dos le concedieron unos minutos para calmarse y luego seguir interrogándola.

—¿Y al final que hizo? —preguntó Shaoran. —No pudo dejar una acusación tan seria sin un castigo…

—Nos suspendió a ambas… ninguna de las dos tiene derechos para laborar en el hospital por lo que resta de esta semana y toda la semana que viene. —les dijo con amargura.

—¿A ti también te ha suspendido? ¡¿Por el puto expediente?! —gritó el ambarino lleno de rabia.

—No fue por el expediente…—dijo pesarosa. —¡Explote! Comencé a decirle lo imbécil que era por no darse cuenta de lo que estaba pasando bajo sus narices… me ha suspendido por cuestionar su autoridad y agresión verbal o algo por el estilo.

—¡Pero es que enserio es idiota! —gritó el de anteojos furioso con la situación. —¡Voy a hablar con ese pedazo de inútil en este momento! ¡JA! ¡No pienso dejar que te suspenda solo porque tiene dos neuronas! ¡Además es obvio porque fue tan injusto ¿no? ¡Se está tirando a la perra esa! ¡Esta ardido por que no logró captar tu atención Sakura! ¡Y sabemos muy bien por Shaoran que Kaho es una de las putas más corrientes de Londres!

—No lo sé Eriol, pero algo es seguro Yue no parece dispuesto a aceptar la clase de bruja que es Kaho, y te prohíbo hablar con Yue… dudo mucho que la maldita esa vaya a hacer algo en estos días… pero si lo hace, Shaoran puede que necesite tu ayuda, además recuerda que no solamente me estaba vigilando a mi… a todos mis amigos también… te necesito aquí —le dijo la esmeralda con una sonrisa de agradecimiento en el rostro, Eriol tardó un poco en soltar un bufido que ambos interpretaron como una señal de aprobación.

Shaoran seguía algo aturdido por la información que acababa de recibir, por un lado estaba molesto, furioso, por lo que Kaho había intentado hacer otra vez y por la injusticia tan grande en contra de Sakura, por otro lado estaba inmensamente agradecido con su Sakura por haberlo salvado aunque eso significara ser castigada.

—Gracias…—le dijo en medio de un abrazo. —Lamento que hayas tenido que encararlos tu sola…

—No fue nada…además… te amo ¿recuerdas? —le susurró al oído… esas palabras fueron como un bálsamo que consiguió aliviar el enojo que sentía. —Lo único que me preocupa son mis pacientes y Abi…

—¡Nosotros nos encargaremos de eso! —gritó Eriol inflando el pecho cual superhéroe. — Además en cuanto le cuente a Tomoyo y ella se lo cuente a sus amigas y esas amigas a otras personas… se va a desatar el apocalipsis… Kaho no es muy querida por el personal del hospital.

El rostro de Sakura se suavizó, había estado más molesta y preocupada de lo que él había pensado, se disponía a consolarla un poco más y dejarle ver que la situación le molestaba tanto o más que a ella, pero en ese momento el celular de Eriol comenzó a sonar como loco.

—¡¿Qué cosa?! —gritó sin antes ver quien lo llamaba. —Ay Tomoyo mi amor perdón… es que… si amor pero ya te ayudé ayer… pero…— y entonces cortó la comunicación. —Bueno tengo que irme… Tomoyo quiere que transcriba sus notas… ¡Ay en serio que ya no hay respeto! —y Salió de la habitación.

¿Y si no le gusta?

Tal vez sea demasiado pronto para hacerle ese tipo de regalos.

Quizás debería haberle preguntado su opinión a Eriol…. O a Tomoyo… o a alguien más.

Iba en el elevador de camino a la recepción, quedó de verse ahí con Sakura para salir rumbo al restaurante… había ido a cambiarse a su oficina y también por el regalo de la esmeralda, el cual contemplaba en ese momento, consistía en una delgada cadena de oro blanco, a la mitad de la misma colgaba una flor de cerezo conformada por varias piedras preciosas color de rosa… en el momento que la vio en la tienda pensó que era perfecta para su Sakura… pero ahora que estaba a solo unos cuantos minutos de dársela le parecía bastante cursi y tonto.

Suspiró profundamente, cerró los ojos y rogó porque a Sakura le gustara.

Escuchó el sonido del ascensor indicándole que había llegado a la recepción, se apresuró a poner la cadena en su caja de terciopelo y la guardó en su abrigo.

¡Dios! Parecía adolescente a punto de tener su primera cita.

Salió del ascensor y enseguida vio a la razón de sus nervios, Sakura estaba vestida igual que al llegar al hospital esa misma mañana, usaba un vestido azul marino strapless, el faldón le llegaba hasta la rodilla, para cubrirse del persistente frio tenía un abrigo blanco como la nieve del mismo largo que su vestido y por si eso fuera poco calzaba unas plataformas negras, su cabello en esa ocasión iba recogido en un moño alto con un par de mechones sueltos, en conclusión … se veía hermosa.

Acortó la distancia hasta llegar a su lado, como siempre que lo veía le sonrió.

—¿Pasaste a despedirte de Abi? —preguntó rodeando su cuello con sus brazos.

—Fui como hace una hora, llegué justo a tiempo, ya se estaba quedando dormida. — respondió perdido en sus esmeraldas. —¿Ya terminaron de leer Harry Potter?

—El primero si, cuando regrese empezaremos la cámara de los secretos. —le dijo emocionada, le gustaba esa nueva faceta de ella, el lado maternal de Sakura se la hacía más bien curioso, a momentos parecía una leona cuidando a sus cachorros, lo había demostrado a la perfección al enfrentarse a la fastidiosa de Meiling, pero al mismo tiempo su lado infantil siempre salía a relucir, en ocasiones parecía más ser la hermana mayor de la pequeña.

—¿Lista para tu cena? — preguntó aspirando un poco de su perfume.

—Claro… aunque viéndote así me dan más ganas de …—Shaoran supuso cual era el final de esa oración, de hecho sus labios ya esbozaban una gran sonrisa, sin embargo nunca pudo escuchar a Sakura terminar el resto de su comentario.

—¡Monstruo! —gritó un hombre desde la entrada del hospital.

—¡Touya! —gritó en respuesta su Sakura, en cuestión de segundos ella ya había desaparecido y abrazaba fuertemente al extraño sujeto.

La amaba… la amaba tanto

Pero… ¿Porque dios?

. ¿Por qué no podía tener más amigas que amigos?

Miró hacia arriba como si intentara comunicarse con alguna fuerza divina dejó salir un bufido de exasperación, contó hasta diez y comenzó a acercarse.

Se quedó dos pasos detrás de Sakura, quien seguía abrazada del tal Touya, este lo regresó a ver como si fuera ÉL el que estaba fuera de lugar, en respuesta lo miró con la misma antipatía. Segundos más tarde se separaron.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Sakura entusiasmada.

—¿Pues que no es tu cumpleaños monstruo?—respondió con indiferencia, o al menos eso aparentaba, Shaoran lo observó más detenidamente y pudo ver que Touya estaba muy feliz de ver a Sakura.

—¿Todavía no se te quita esa maña? —le preguntó al mismo tiempo que hacia pucheros.

—No es maña… es la verdad… eres un monstruo—contestó el hombre de ojos oscuros.

—No le digas así Touya…—dijo un muchacho de anteojos y mirada amable, parecía un fantasma ya que su piel era muy blanca, pero parecía que no era debido a nada patológico ya que sonreía de oreja a oreja… a dos perfectos extraños. —Mucho gusto en conocerte Sakura… Touya tenía razón eres muy bella…

—Fea Yuki… dije fea. —corrigió el moreno, ganándose un pisotón de la castaña.

—Cállate… entonces tu eres Yukito ¿verdad?... — preguntó Sakura.

—Así es… soy Yukito Tsukishiro, gusto en conocerte. —se presentó extendiendo su mano a la esmeralda.

—Sakura Kinomoto y este es mi novio Shaoran Li…—respondió cortésmente y presentó al castaño a los dos hombres, sin embargo la mención del apellido Tsukishiro había captado la atención de ambos castaños…

¿Cuáles serían las posibilidades de que fuera pariente de Yue?

No tuvo que esperar mucho para conocer la respuesta a esa pregunta.

—¿De casualidad no eres pariente de Yue? —interrogó la castaña.

—Si… él es mi hermano mayor. —afirmó aún más sonriente. —También vengo a verlo.

El ambarino intentaba mentalmente relacionar a un tipo duro y frio como Yue con una persona tan sonriente y jovial como lo era este muchacho… pero simplemente parecía imposible, a eso había que sumar el hecho de que en su corta estancia en el London Medical Center, nadie le había comentado que Yue tuviera un hermano, tal vez no se llevaban bien…

—Lo sé… es difícil de creer… los dos somos algo diferentes…—comentó Yukito luego de observar sus caras de incredulidad.

—Bueno los dos son muy guapos. —dijo Sakura.

—Sakura…—dijeron al unísono Touya y Shaoran, con un dejo de molestia, el castaño imaginó que el moreno como él era algo celoso, el aludido simplemente sonrió más.

—Bueno ya se conocieron… ahora… toma—dijo Touya extendiéndole una carpeta adornada con un moño. —Feliz cumpleaños. —

—¡Una carpeta! ¡Lo que siempre quise! —dijo sarcásticamente aceptando el paquete.

—Solo ábrelo y ya monstruo…—respondió Touya impaciente.

Su novia deshizo el moño y abrió la carpeta de par en par, dentro había varias hojas, Sakura comenzó a leerlas con detenimiento, a cada palabra que leía su sonrisa crecía más y más… fue entonces cuando recordó que Touya era el abogado de Sakura y que él estaba llevando el caso de la tutoría de Abi… tal vez…

—¡Touya! —exclamó la esmeralda cubriéndose la boca con la palma de la mano. —¡¿Es enserio?! ¡Lo lograste!

Se abalanzó sobre él y lo estrujó tan fuerte como pudo, desde esa posición ella no podía ver la expresión en el rostro de su amigo, pero Shaoran y Yukito si, estaba sonriendo ampliamente, tanto que la sonrisa se irradió hasta sus ojos.

Pero al parecer sentirse observado lo hizo volver a su actitud normal.

—¡¿Dios mío Sakura subiste de peso?! —gritó recobrando su actitud indiferente y de ligera molestia, este comentario no pareció afectar en lo más mínimo a Sakura, pero sí logró que lo soltara, ella seguía irradiando felicidad por cada poro de su cuerpo.

—¡Shaoran! ¡Abi está oficialmente bajo mi cuidado! —gritaba Sakura dando saltitos. —¡Podemos sacar a Abi de aquí! — fue su turno de ser abrazado, pero a diferencia de Touya el compartió por completo la felicidad de su novia, la sujetó y rio con ella, pasados unos minutos se separaron.

—Felicidades. —les dijo Yukito. —Touya quiso venir a darte los papeles en cuanto se los enviaron. — les contó el joven Tsukishiro, quien termino ganándose una mirada de reproche.

—Sakura recuerda que esto es temporal… lamento decir que la mayoría de los abogados en este tipo de casos son viejos y chapados a la antigua. —comenzó a explicarle a Sakura, aunque no estaba seguro si esta le estaba poniendo atención. —Siguen pensando que siendo soltera es difícil que puedas hacerte cargo de Abigail tu sola…

—Ese no es problema—le dijo el ambarino. —Sakura no está sola.

—Bastante tierno mocoso, pero hasta que no vean un anillo y un documento que lo avale no tiene relevancia. —aclaró Touya mirándolo con escepticismo.

¿Mocoso?

¿Le dijo mocoso?

¡A lo mucho él sería uno o dos años mayor que él!

—Touya al menos deja que disfruten un poco más la noticia…—lo reprochó Yukito—Anda ya que nos tenemos que ir, Yue nos está esperando.

El aludido soltó un bufido, abrazó a la esmeralda y a Shaoran solo le dedicó una mirada de antipatía, Yukito por otro lado se despidió de ambos con expresión jovial.

—¿Crees que deberíamos ir por Abi de una vez? —preguntó Sakura una vez que Touya y su pareja se hubieran perdido detrás de las puertas del elevador.

—Ya es tarde para ella Sakura… además Naoko tiene que darle el alta. —le recordó, al parecer en su emoción estaba olvidando ciertas cláusulas del hospital, la verdad es que no podía culparla, él mismo se sentía feliz y ansioso por averiguar cómo sería su vida ahora que agregarían oficialmente a la pequeña, ambos habían supuesto que el proceso sería mucho más lento de lo que fue en realidad, así que no tenían nada de las cosas que Abi necesitaría viviendo con ellos… ammm bueno en realidad viviendo con Sakura…

¿Cómo no lo había pensado antes?

Abi no podría estar viniendo de un departamento a otro todos los días como ellos venían haciendo desde que comenzaron a tener sexo, tendrían que acondicionar una de las habitaciones en el departamento de Sakura para la niña, también tendrían que inscribirla a una escuela, gracias al abandono y a su enfermedad ella se estaba atrasando en su formación preescolar, además Abi no tenía ropa que no fuera una bata de hospital o algunas prendas que trabajo social le había donado, los pocos juguetes que tenia se los habían dado las enfermeras, Sakura, Eriol o él mismo…

Dios…

¿Sakura se estaría sintiendo tan abrumada como él en ese momento?

Pues si ese era el caso, lo estaba disimulando bastante bien, porque la sonrisa que tenía desde que recibió los papeles de su abogado seguía plasmada en su rostro.

Dejo salir un suspiro, la tomó de la mano comenzaron a avanzar hacia a salida del hospital…

Bueno… no sería él quien le borraría esa hermosa sonrisa.

—¡Estuvo delicioso! —exclamaba Sakura tomando un sorbo más de su vino, la cena había transcurrido bastante normal y amena, ahora estaban terminando el postre, que en su caso era una gran rebanada de pastel de chocolate mientras que el de su novia era una rebanada de tiramisú, sintió la mano de Sakura sobre la de él trazando el camino de las venas del dorso de su mano.

Se dijo a si mismo que ese era el momento indicado para entregarle su regalo, nuevamente las traicioneras mariposas que solían hacerse presentes cuando estaba junto a Sakura, comenzaron a revolotear completamente descontroladas…

—Cierra los ojos…—le pidió, ella lo complació. Pensó que así mataría dos pájaros de un tiro, por un lado la emoción se apoderaría de ella y por otro lado… no podría ver el temblor que comenzaba a apoderarse de sus manos.

En ese momento nadie diría que él era un cirujano profesional…

Se las arregló para sacar la caja forrada con terciopelo de su abrigo y abrirla revelando el magnífico collar…

—Ábrelos…—sus parpados se separaron revelando sus gemas verdes que inmediatamente al ver su regalo se agrandaron por la sorpresa, soltó un gritito de sorpresa, arrebatándole la caja de las manos, sacó el collar y comenzó a examinar cada centímetro de la cadena, al llegar al colgante en forma de flor de cerezo lo recorrió con sus dedos esbozando una pequeña sonrisa.

—Estás loco…— susurró aun contemplando su collar.

—No lo pongo en duda…—respondió observándola fijamente. —Me volví loco el día en que te conocí.

Sakura se inclinó sobre la mesa para besarlo, sus labios sabían dulces por el pastel con un ligero toque del vino que acababa de tomar… sintió deseos de gritar cuando la sintió alejarse de él.

—Es hermoso Shaoran…—le dijo encantada. —Debió costarte una fortuna…

Él simplemente se encogió de hombros, aunque su ego masculino se encontraba rebosante de orgullo, no tenía palabras para describir lo bien que se sentía ser el responsable por la felicidad de Sakura…

Ella misma se puso la cadena, tal como lo había imaginado, le quedaba perfecta, la flor de cerezo caía justamente en el espacio entre sus dos clavículas, se la imagino completamente desnuda, sin usar otra cosa que no fuera ese collar… podía sentir como la temperatura de su cuerpo iba en aumento… pronto sus pantalones comenzaron a sentirse demasiado apretados…

Dios tenía que sacar a Sakura de ese lugar.

Pidió la cuenta al mesero que los había atendido y salieron del lugar, hacia la fría y húmeda noche londinense, subieron a su auto y pronto se dio cuenta de que el camino del restaurante hasta el departamento de Sakura sería una verdadera tortura… podía ver por el rabillo del ojo que el delicado vestido de su novia había subido unos centímetros, dejando a la vista la mitad de sus muslos, trató de concentrarse pero las piernas de Sakura alrededor de su cintura era lo único en lo que podía pensar, volvió a mirar en su dirección y fue entonces que la vio subiendo su vestido a propósito…

Apenas logró aparcar en el estacionamiento del edificio en el que vivía Sakura, no supo si ella se le aventó o si él la jaló, pero en segundos ella estaba sentada en su regazo y la besaba con desesperación, sus caderas entraron en contacto, sus manos y las de ella empezaron a colarse debajo de la ropa del otro arrancando jadeos…

—Nunca… he sido fan… de tener sexo en el auto. —le dijo Sakura entre jadeos, negándose a separar sus labios de los de él.

—¿Por qué … no? —dijo con una voz ajena a la suya… sonó más como una voz ronca casi imperceptible.

La esmeralda trató de acomodarse mejor sobre él, el ligero roce entre ellos lo estaba matando… sentía la urgencia de profundizarlo, pero las condiciones en las que estaban no les permitían libertad de movimientos, ella no tuvo que decirle a que se refería…, colocó una de sus manos detrás de la cadera de Sakura y la movió hacia adelante en un intento por sentirla más cerca de él… funcionó pero cual droga, necesitaba más.

Su muy excitada novia deslizó sus manos hasta su pantalón para iniciar su trabajo con el cinturón y el cierre, una vez logrado su objetivo coló una de sus manos para tocarlo, sintió la necesidad de facilitarle el trabajo, se removió un poco en el asiento pero el reducido e incómodo espacio no le permitió hacer gran cosa… lo que sí logró fue golpear con su rodilla el volante del automóvil provocando una sensación de punzada en el lugar, la castaña lo notó y levantó la cabeza para mirarlo, pero lo único que logró fue golpear su cabeza con el techo del vehículo…

—Mierda…—exclamó Sakura entre risas, ambos se rieron, obviamente el ambiente se había enfriado. —Es tu culpa por impaciente. —lo regañó todavía riendo y sobándose la cabeza.

—¿Mi culpa? ¿Quién se echó encima de quién? —se defendió Shaoran compartiendo su buen humor.

Permanecieron dentro del auto unos minutos más antes de bajar y encaminarse hacia el elevador, ambos seguían riéndose, por su intento fallido de hacer el amor en un auto.

Recordó que en el hospital le habían surgido algunas preocupaciones con respecto a Abi… tenían que hablar sobre eso ahora… no quiso dar tiempo a que el buen humor de la castaña se disipara y fue directo al grano sobre algo que traía su mente ocupada.

—Creo que al final el que Yue te haya suspendido no fue del todo malo…—comenzó a decirle. —Tendrás tiempo de ambientar a Abi en su nueva vida.

—Si… hay muchas cosas que tengo que hacer para que se sienta cómoda… parece que mañana será el día perfecto para ir de compras. —comentó la esmeralda. —Hay que arreglar su habitación, inscribirla a una escuela, comprar ropa, juguetes y un montón de cosas más…

Asintió con la cabeza y esperó uno o dos minutos mientras las puertas del ascensor se cerraban frente a ellos.

—Sakura… ¿y nosotros? —terminó preguntando

De todas las formas en que podría haber planteado la pregunta… esa fue la peor.

Se había escuchado tan necesitado… e inseguro.

Fue casi infantil.

—¿ A qué te refieres? —cuestionó Sakura, mirándolo extrañada.

—Bueno ammm… es obvio que nuestra relación va tener que cambiar en ciertos aspectos…—las palabras salieron de su boca abruptamente… pudo ver en sus ojos como si una alarma se activara. —¡No Sakura! Prometí que te ayudaría con Abi y no he cambiado de opinión…—se apresuró a aclarar para tranquilizarla. — Es solo que creo que sería más fácil para todos si mmmmm tu sabes… si todos estuviéramos en el mismo lugar.

—¿Piensas que deberíamos … vivir juntos? —preguntó insegura.

—Bueno si lo piensas detenidamente… hemos estado viviendo juntos en los últimos meses…—señaló sintiendo sus orejas arder. —No habría mucha diferencia… y nos ahorraríamos varios problemas.

Llegaron al piso de Sakura y ella aun no le respondía… no fue hasta que hubieran entrado en el departamento que ella lo encaró y le dio su respuesta.

—Sé que tienes razón… se podría decir que ya vivimos juntos pero…—le dijo nerviosa—es solo que formalizarlo… podría cambiar las cosas después… me refiero a que tú y yo no estamos acostumbrados al compromiso y tal vez hacerlo oficial…

—¿Podría arruinar las cosas? —terminó por ella. —Sakura la razón por la que nos ha ido bien es porque nos enamoramos, puede que en muy poco tiempo y puede que si sea demasiado pronto… pero hasta ahorita ha funcionado, y estoy seguro que mientras tú me ames y yo te ame a ti seguirá funcionando.

Su esmeralda no estaba convencida… podía ver la duda en sus ojos.

Se acercó hasta ella y junto su frente con la de ella…

La entendía, el mismo no estaba cien por ciento seguro, pero había una vocecita en su cabeza gritándole que era tiempo de hacerlo, que venciera su miedo, que se arriesgara, porque al final valdría la pena...

La castaña llenó de aire sus pulmones y dejó escapar un suspiro…

Hola! Buuuuuu intenté publicar este capítulo desde el sábado pero no lo logré!

El sábado fue mi cumpleaños y me parecía perfecto publicar el capítulo en mi cumple pero bueno, aquí está ya por fin el capítulo diez de nuestra historia…

Antes que otra cosa quisiera hacer una corrección del capítulo 9… verán en la fecha puse 2014 y en realidad era 2013... Agradezco mucho a julietamarilyn por haberme hecho ver mi error…

Ahora sí, con respecto a este capítulo…

¿Qué tal la actitud de Yue?

¿Y la de Kaho?

¿Creen que alguno de nuestros personajes corra peligro?

¡Por fin! La tutoría de Abi ha pasado a manos de Sakura ¿creen ella y Shaoran podrán afrontar los cambios en su relación?

¿Qué creen que vaya a responder Sakura?

Ya se acerca navidad y año nuevo… así que me siento bastante feliz y navideña por lo tanto me parece que como regalo tomaré en consideración las ideas que me dejen en sus reviews junto con sus dudas, aclaraciones etc!

Díganme… ¿qué les gustaría ver más en la historia?

¿Quieren saber más acerca de algún personaje?

¿Quieren peleas?

¿Quieren más lemon?

¿Quieren que mate a todos los personajes?... ok no jajajaja

Ya estoy de vacaciones y podré trabajar un poco más en la historia, pero en caso de que no logré publicar antes, les deseo una muy Feliz navidad y un próspero año nuevo, atragántense de comida, beban mucho, bailen, rían y reciban muchos regalos…

Abrazos y besos a todos!

Nos leemos luego!