Capítulo 4: Historical Record
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Sobre el comienzo del Reino de Eldia
La maravillosa isla de Paradis, contiene al Reino de Eldia. Es un reino que cuenta con más de quinientos años de historia. Sus primeros registros escritos constan de un pequeño poblado campesino que vivía sin relacionarse con otros. Eran apenas unos cien habitantes, pero gozaban de nutridas tierras y abundante agua, flora y fauna. Fueron liderados por una joven campesina llamada Ymir, quién era una persona amable, organizada y conciliadora, elegida por todos a pesar de su corta edad.
Los más ancianos decían que Ymir era poseedora de poderes espirituales que obtuvo de la misma naturaleza en uno de sus paseos por uno de los bosques que los rodeaban. Gracias a eso, podían vivir en comodidad y sus poderes ayudaban a un pueblo que jamás había experimentado el hambre, la guerra o deseo de explorar su entorno. Para los niños eran cuentos que agradaban escuchar, para los adultos más jóvenes era una forma correcta de ensalzar la imagen de la líder.
Pasaron los años, y el resto del mundo llegó a ellos. No sabía que vivían en una isla, que estaban rodeados de mar y que existía más gente habitando la tierra. Pero bastó que una flotilla del continente con trescientos navegantes anclara en sus costas y comenzara la exploración de las tierras para dar con el pueblo de Ymir.
Eran liderados por Karl Fritz, un acomodado hombre con apenas treinta años encima, perteneciente a la línea real que gobernaba el continente, pero bastante lejano al trono. Por lo que "descubrir" esa isla le pareció el mejor destino que podía tener. Su flota llevaba de todo, por lo que al tomar los caballos para explorar la zona se topó con un enorme pueblo tras sus frondosos bosques.
No atacaron brutalmente; Fritz quiso observar antes de actuar. Se quedó sin habla al notar escondido entre los árboles como la gente vivía en una real paz, organizada y cooperadora. Pudieron observar los grandes recursos naturales con los que contaban, además del amplio terreno que contaba cada familia. Sus hombres estaban ansiosos por invadir, pero bajo su orden no lo hicieron.
Decidió hacerse ver de forma amigable. Todos salieron de los escondites del bosque con tranquilidad acercándose. Un niño vio a los desconocidos y se asustó, alertando a todos los que lo rodeaban. Era un acontecimiento único para los nativos al nunca relacionarse con otras personas que no fuesen del mismo pueblo y comenzó a cundir el pánico. Nuevamente fue la orden de Fritz lo que detuvo el avance violento de sus hombres.
Todos los pueblerinos se ocultaron, a excepción de una sola persona: una mujer alta, joven de rubios cabellos y ojos azules que vestía una larga túnica blanca ajustada a su cintura. La misteriosa mujer se adelantó hacia ellos, no sin antes mirar hacia su pueblo, alzar la mano y decir unas palabras ininteligibles. Los hombres conquistadores miraban con aprensión a la presencia casi etérea que presentaba, pero esperaron que ella diera el primer paso.
-¿Quiénes son ustedes?- Preguntó Ymir impresionando a los extranjeros de poder comprender el idioma de alguien a quien podrían considerar salvaje y extraño.
-Somos hombres y mujeres sin tierra, en busca de un nuevo hogar. Venimos en paz. -Responde Karl Fritz dando un paso hacia adelante. -Yo soy su líder, Karl Fritz.
-No sabíamos que existía más gente además de nosotros. -Dijo Ymir sorprendiendo nuevamente. –
Fritz hizo acople de toda la educación real que obtuvo en su anterior vida para convencer a Ymir de que venían en paz y no levantarían armas contra ellos. La mujer fue recelosa, pero aceptó. Luego de eso, fue el choque cultural: el pueblo de Ymir era sincero y trabajador, no tenían grandes ambiciones y contaban con todo lo necesario para una vida plena; a diferencia de ellos que pretendían descubrir y conquistar todo a su paso.
Hicieron el pacto de no agresión entre líderes; Ymir no tenía problemas con que los extranjeros se adueñaran de tierras que ellos no conocían, al fin y al cabo, mientras no se entrometieran con su espacio no pondrían una queja. Así Fritz y su gente fue comenzando a habitar poco a poco la isla hacia el sur del pueblo de Ymir, pero un hecho inevitable fue el que ambos grupos comenzaran a interactuar. De ambos lados, el contrario ofrecía un mundo desconocido que atraía como un imán.
Por eso, poco más de un año de la llegada de Fritz a la isla, celebró su matrimonio con Ymir y fueron llamados Reyes. Lo que en un comienzo quisieron tomar a la fuerza fue entregado libremente a medida que fueron conociéndose entre pueblos y después del matrimonio entre líderes el mestizaje de ambos grupos formó lo que llamaron por primera vez Eldia. La Reina Ymir y los suyos enseñaron al correcto uso de los recursos naturales que tenían, su organización para realizar las diferentes tareas, mientras que El Rey Karl y compañía enseñaban los diferentes artefactos creados por el hombre, incluido las armas, los animales domesticados, y las embarcaciones marítimas que conocían de esos tiempos.
Esto trajo consigo grandes cambios: en un comienzo los conquistadores no entendían por qué el no someter al pueblo de Ymir como ya se había hecho incontables veces en otros lugares, pero después de un tiempo interactuando con ellos renunciaron a las armas con ellos al ver que no conocían lo que era el conflicto. Por eso, después se preocuparon de enseñarles que no podían esperar lo mismo del resto del mundo; así como ellos llegaron a las costas de la isla, muchos más podrían hacerlo. Por lo que, bajo el mando de la mano derecha del Rey Karl Fritz, George Rodden, fueron entrenando al pueblo de Ymir por si se debían defender de invasores que no fuesen tan condescendientes como ellos.
Y ocurrió, fueron invadidos por desconocidos con sed de violencia, por lo que el formado ejército de Eldia fue a su encuentro después de recibir la bendición de su Reina. Ahí obtuvieron su primera victoria, donde con apenas cien soldados se defendieron y lo que más recibieron fueron cortes en todos sus cuerpos, mas ninguno fue dado por muerto.
No supieron cuántos años pasaron, pero sí todo lo que lograron: entre todos forjaron un enorme castillo para sus monarcas y nobles, así como edificaciones y casas a lo largo y amplio de la tierra. Mejor aún fue cuando levantaron tres murallas de cincuenta metros de altura, impenetrables para el visitante con malas intenciones, fueron nombradas en honor a las tres hijas que el Rey y la Reina tuvieron: María, Rose y Sina. El Reino de Eldia pudo mantener todo lo necesario dentro de las murallas y fueron creando diferentes poblados y cuidades; de las cuatrocientas personas que eran aproximadamente al momento de topar ambos pueblos originales, en unión se contaban casi doscientos mil.
Para ese entonces Eldia ya era reconocido en el continente por tener un reino muy cohesionado, autosustentable y un ejército que era imposible de derrotar, mas eso no detuvo a muchos países de intentar invadirlos. Pero ante cada batalla, eran bendecidos por su Reina y salían para regresar con la victoria y el mínimo de bajas. Se decía que todos los habitantes de Eldia amaban a sus Reyes y vivían en esa paz que el pueblo de Ymir les enseñó.
Un primer evento menguó la tranquilidad del Reino: el fallecimiento de la Reina Ymir. Los eldianos estaban destrozados al perder a su líder, que siempre parecía estar alegre y gozar de buena salud. Pero más aún fue lo que sufrió su Rey, cayendo en la depresión y desesperación. Los ritos funerales se realizaron, la gente de todo el país podía ofrecer sus respetos a Mitras, la capital, pero se encontraban con un féretro cerrado por orden de su Rey, quien no podía soportar la pérdida de su amada y apenas podía tratar con sus hijas.
El tiempo restante de su reinado, Karl Fritz mantuvo a su país en las mejores condiciones posibles, con el mejor ejército defendiendo sus murallas por dentro y fuera, emulando las enseñanzas de su fallecida esposa que no deseaba más que su gente rodeada de paz y armonía. Y eso mismo fue lo que inculcó a sus hijas y las siguientes generaciones que recibirían la corona al fallecer su antecesor.
Sobre la creación de las diferentes fuerzas de orden
Las siguientes generaciones fueron las encargadas de abrir Eldia al mundo, de interactuar e intercambiar con los otros, pero como todo tenía su lado negativo no se podía evitar la existencia de personas con sentimientos deshonestos, que gustaban del engaño y la violencia, de dañar al otro. El aumento sostenido de habitantes comenzó a generar inequidad y las actividades delictuales también aumentaron.
Eso fue tratado de resolver con la reorganización de sus fuerzas de orden: la Policía Militar encargada principalmente de proteger al rey y su legado real; la Policía de Guarnición que debía supervisar dentro de las murallas a sus habitantes según su localidad para prevenir los delitos y apresar a los responsables de transgredir la ley; y finalmente la Policía de Reconocimiento, que eran los soldados capaces de defender el Reino de las amenazas externas. En los primeros grupos se fueron formando y entrenando, pero en el caso de la Policía de Exploración desde un comienzo estuvo compuesto por el ejército que fue entrenado por George Rodden desde el comienzo del Reino de Eldia, para mantener la mejor defensa nunca vista.
La Policía Militar se ha mantenido principalmente tras la muralla Sina, siendo también visto resguardando a las autoridades locales de cada región. Contaban con los mejores recursos al tratar directamente con la realeza, por lo que la demanda de sus puestos era muy alta y les daban la oportunidad a los mejores de elegir primeramente en lugar entre sus filas. De la misma forma, es el grupo que más ha tenido que luchar con la corrupción entre sus miembros.
La Guarnición por su lado, se ha formado como policía en cada región, encargado del orden entre los eldianos y siendo formados para cualquier ataque que puedan repeler desde la muralla María. Eran los que más interactuaban con la gente y prácticamente eran reconocidos por ellos al estar tanto tiempo. Eran los que más tenían disponibilidad de tener una familia y poder verla seguido y era el grupo más numeroso de miembros.
Con el pasar de los años el único grupo que sufrió modificaciones fue la Policía de Reconocimiento, ya que sus habilidades fueron ocupadas en los crímenes ocurridos entre regiones ante la menor amenaza de las naciones del continente. Eran entrenados como los demás policías, pero además recibían un entrenamiento militar más exigente que la Policía de Guarnición e incluso de la Policía Militar. Era el grupo que más exigía y que menos integrantes tenía debido a tener la mayor mortalidad de miembros.
Toda la Policía ayuda a la noble labor del Rey de mantener el orden y hacer de Eldia una mejor nación bajo juramento. Son una de las instituciones más respetadas y una de las más antiguas, tocadas con las manos de la Reina Ymir para asegurar su éxito en sus misiones.
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- ¿Me estás jodiendo que esta es toda la información que existe? ¿Esto es para niños y adultos? -Pregunta Mikasa al terminar de leer el registro histórico.
-Por lo menos los textos de dominio público están todos así. Te juro que pasé muchos días leyendo de diferentes mierdas y este es el que más información tiene. -Responde Levi molesto con los pobres resultados de su investigación.
-No te enojes todavía. Mírale el lado positivo. -Dice Mikasa tomando la mano de su esposo para tranquilizarlo al dirigirlo hacia su vientre plano.
-Lo sé, lo sé. Hace más obvio que ocultan cosas. -Suspira Levi al ceder a la azabache colocando ambas manos allí.
-Ahora sólo debemos descubrirlas, para eso somos buenos, ¿no? -Sonríe Mikasa pícara.
-Los mejores, mocosa. –
:-:-:-:-:-:-:-:-:CONTINUARÁ:-:-:-:-:-:-:-:-:
