Adv: Antes que nada, quiero aclarar que este fic fue escrito en el 2011 (antes de la película de The Last), y para las personas que ya habían leído este fic hace años, sólo les pido que por favor no hagan spoilers de lo que sucederá, porfis :c solo disfruten y si quieren, comenten como en el pasado 7u7 (?)
En fin, ¡A leer!
…
La boda de mi mejor amigo - Fic
Continuación del Cap. 3 "Él no es así conmigo"
El rubio se había encargado de llevar a su amiga al departamento donde le habían asignado y también pedirle de que fuera una de las madrinas de su boda. Ella no muy gustosa aceptó y así se despidieron… él dejándola a las puertas de su edificio y ella adentrándose.
- ¡Vaya, ya era hora de que llegaras! - Recriminó una ojiazul que la esperaba dentro de dicho edificio. - Vine por una explicación y no me iré hasta que no me lo hayas contado todo! - Advirtió cruzándose de brazos.
- Que gusto verte Ino. - Dijo la pelirrosa no tomando en cuenta su comentario.
Abrió la puerta de su departamento y dejó que su amiga pasara, después de ofrecerle algo de tomar y platicar amenamente, la ojijade le confesó la razón de su llegada a la aldea, sorprendiendo con su determinación a cierta rubia.
- ¡Wow! Así que… estás dispuesta a impedir la boda… - Decía muy asombrada tomando un sorbo de su té mecánicamente mientras veía hacia la nada.
- Si… pero… tengo dudas. No sé si sea lo correcto. - Confesó soltando un profundo suspiro. - ¿Tú qué piensas Ino? - Preguntó esperando a que la rubia le diera una respuesta alentadora.
- Que, ¿Qué pienso?… Pues… no sé, creo que si estaría en tu situación haría lo mismo. - Respondió pensando dar una respuesta correcta.
- ¡Gracias Ino! - Exclamó felizmente la ojijade al saber que en su cometido no estaba sola, si no que habían más personas que la apoyaban en su decisión. Pero la imagen de la prometida de su amigo se le cruzó por la cabeza, dudando en qué pasaría una vez que el rubio se decidiera por ella, y no por su prometida. - Y… ¿Hinata? - Cuestionó nuevamente a su rubia amiga.
- Eso es lo malo Sakura, o eres tú o es ella. - Respondió la de ojos celestes.
…
El rubio llegaba a su hogar, más confundido que de costumbre… se preguntaba ¿Qué había significado aquel comentario hecho por su amiga? ¿Qué era lo que ella le quería decir con todo aquello? ¿Por qué no dejaba de pensar en ella? Esas y otras tantas preguntas se hacía internamente al meterse en su habitación para dejarse caer pesadamente sobre su cama. En su cabeza solo vagaba la imagen de la pelirrosa, aquella mirada y aquel contacto… sin embargo, jamás le llegó a la mente la imagen de la ojiperla, aquella persona con la que se casaría.
- Así que eso te dijo… me pregunto cómo te sientes. - Le dijo internamente el Kyuubi irrumpiendo entre sus pensamientos.
- No sé… muchos sentimientos se removieron en mí. - Contestó tristemente el ojiazul.
- ¿Y qué harás con la otra? ¿No crees que debas deshacer la boda? - Preguntó el zorro, haciendo que el rubio se acordara de su prometida.
- ¡Estoy en un gran dilema! - Confesó mientras cerraba sus ojos para ya no seguir pensando. - A Hinata la quiero, ha estado ahí para mi… es muy buena y me gusta estar con ella. Pero Sakura… a Sakura la amé desde que éramos pequeños, con el tiempo pensé que eso solo era una simple ilusión… pero ahora… ya no sé qué pensar. - Comentó muy enojado consigo mismo.
- Solo recuerda que faltan tres días para tu boda Naruto, y dos para la despedida. - Dijo el Kyuubi.
- Si… ya sé. - Contestó el rubio soltando un suspiro. - No sé qué hacer… no sé si parar la boda y pedirle más tiempo a Hinata para recapacitar sobre mis sentimientos hacia Sakura, o…
- ¿O? - Preguntaba el Kyuubi muy desesperado por que el rubio se había quedado callado.
- O casarme aun estando confundido. - Comentó el rubio sintiéndose el tonto más grande de todo el mundo por estar en esa situación.
- Es tu decisión Naruto. Solo recuerda que es una o es la otra, no puedes tener a las dos. - Sentenció el Kyuubi para después quedarse callado y dejar al rubio sumergido entre sus pensamientos y decisiones.
.
.
.
Cap. 4 - ¿Culpable?
Al día siguiente, Hinata fue a visitar a la pelirrosa para ponerla al tanto de los detalles que llevarían las madrinas de su boda, pues el rubio le había comentado que su amiga había aceptado. Cautelosamente se adentró al edificio en donde habitaba la ojijade, subió las escaleras que llevaban a la planta alta y al ver la puerta 7 tocó… poco después la puerta se fue abriendo dejando ver a una pelirrosa sorprendida por su llegada.
- ¡Hinata! - Pronunció al verla parada en la puerta de su departamento, pues no se esperaba aquella visita a tempranas horas del día.
- B-Buenos días Sakura-san. - Saludó la ojiperla un tanto nerviosa. - N-Naruto-kun me dijo que serías una de las m-madrinas de nuestra boda y venía a…
- ¡Ah, sí! - Interrumpió la ojijade. - ¡No te preocupes, yo me pongo al tanto con Ino! - Dijo antes de tener que soportar la presencia de la Hyuga durante esas horas del día, y más si era para hablar de su boda con el hombre al que ella también amaba… simplemente no soportaba esa idea.
- S-Si pero… c-creo que lo más conveniente sería si…
- Hinata, acabo de llegar… déjame eso con Ino. ¡No te preocupes! - Dijo una vez más para convencer a la ojiperla de irse de ahí.
- B-Bueno… - Analizando aquellas palabras no tuvo otra opción que aceptar la propuesta de la pelirrosa, aunque sabía que no era lo correcto, muy en el fondo agradecía no tener que pasar mucho tiempo al lado de la ojijade, pues en cierta forma se sentía incómoda con su presencia. - Entonces, nos vemos Sakura-san. - Se despidió la Hyuga dando media vuelta para irse.
- Si, si… ¡Hasta luego Hinata! - Exclamó un tanto harta para después dar un suspiro para liberar su alma, ya que se había contenido de decirle a la Hyuga de que dejara a Naruto, pues sabía de antemano que él no la amaba realmente, si no a ella; y que él solo estaba sacrificando su felicidad por el favor que le debía desde hace tiempo, cuando la Hyuga casi muere por salvarlo de Pain. Sakura sabía que por eso él se casaba con ella, o al menos eso pensaba… la odiaba. Estaba mal, pero no podía evitar odiarla hasta cierto punto.
- ¡Eres mala Sakura! - Comentó la rubia tras de sí, cuando ella por fin cerró la puerta de su departamento.
- No es mi culpa ser así, además… ¡Ella me lo está robando! - Exclamó desesperada.
- Sakura… te recuerdo que pasado mañana se casan. - Respondió la ojiazul.
- Y es por eso que tengo que hacer algo, ¡Pero ya! - Comentó pensando en lo más conveniente que pudiera hacer, su amiga solo se le quedó mirando muy preocupada.
- Estoy empezando a dudar de lo que te dije ayer… no sé si sea lo correcto si intervienes a estas alturas…
- ¡Entiende Ino! Ponte en mi lugar, yo lo amo y sé que él también me ama… ¡Tengo derecho a luchar por su amor hasta en las últimas consecuencias!
- ¡Pero ya es muy tarde! - Replicó queriendo hacer entender a su amiga de sus palabras.
- ¡No Ino… aún no! - Respondió muy decidida. - Dime… ¿Tú no harías lo mismo? Si supieras que la persona que amas, también te ama pero está condenado a casarse con otra por el estúpido favor que le pudiera deber… ¿No harías lo mismo? ¿No lucharías por él? - Cuestionó dejando a su amiga sin palabras que contradecir.
…
Tal cual lo había dicho, la pelirrosa no desaprovechó ninguna oportunidad para estar al lado del rubio, mientras que la ojiperla estaba detallando los últimos preparativos para la despedida de solteros de ambos y también para la boda.
- Naruto… - Llamó la pelirrosa obteniendo toda la atención de su rubio amigo. - Acaban de abrir un local de comida… y hoy va a ser la inauguración… me preguntaba si podrías acompañarme. - Dijo muy sonriente esperando a que él aceptara
- Umm… ¡Qué más quisiera Sakura-chan! Pero Hinata me está esperando y…
- ¡Oh vamos! Puedes enviarle un recado y avisarle. - Sugirió. - ¡Además no vas a estar con nadie más que no sea conmigo! - Pidió convincentemente recargándose en el escritorio esperando una respuesta del rubio
- Pero…
- Bien! - Interrumpió muy enojada. - ¡Si no quieres acompañarme solo dímelo! - Dijo indignada para darse media vuelta y tratar de salir de ahí.
- ¡No es eso Sakura-chan! - Reaccionó ante su enojo para salir tras de ella. - ¡Espera! - Dijo tomándola del brazo. - Solo déjame enviarle un mensaje a Hinata para visarle. - Pidió a lo que la pelirrosa sonrío por dentro, pues había logrado justo lo que quería.
- ¡Muchas gracias Naruto! Prometo que esta noche va a ser la mejor que hayas vivido. - Dijo muy feliz.
…
Los minutos pasaron lentamente para una ojiperla que esperaba a que su prometido llegara, sin embargo lo único que había llegado era una carta explicando su ausencia… estaba molesta y celosa. ¿La razón? Su amiga… suspiró pesadamente para hacer desaparecer la opresión que segundos antes había aparecido en su pecho.
- Bien… debo seguir con los arreglos. - Se dijo para convencerse a sí misma de que no podría pasar nada malo.
…
Detrás de los minutos, siguieron las horas… ya llevaba mucho tiempo en aquel sitio especializado en sake y no en comida como tenía pensado, hablaba con su amiga amenamente hasta que empezó a hablarle de cosas más íntimas y ciertas insinuaciones… empezaba a creer que la pelirrosa ya había tomado lo suficiente como para ponerse en ese estado tan "curioso" a tal grado de quererlo provocar de alguna u otra manera… era cierto, su amiga en verdad era hermosa y no podía contradecirlo.
- ¡Es hermosa al igual que Hinata y sé que lo sabes! - Le dijo el zorro dentro de sí cuando la ojijade se levantó para ir al baño, a lo cual el rubio solo pudo contemplarla de espaldas.
- ¿Qué puedo decirte?… Lo es. - Dijo para posponer aquella conversación, pues no estaba en condiciones para pensar en ello… no a dos días de su boda.
- ¡Admítelo! ¡Esa mujer te gusta! - Exclamó el Kyuubi. - ¡Siempre te ha gustado! No entiendo que haces con la Hyuga, si se nota que a ella también le gustas. - Comentó un tanto molesto por aquella situación.
- No sé qué decirte… ¡Yo me voy a casar con Hinata! - Replicó dentro de sí mismo no dándose cuenta de que la pelirrosa ya había regresado. Pronto sintió dos brazos envolverlo por detrás y aquel cuerpo femenino de su amiga apegándose a su espalda, cortándole al instante la respiración mientras sus mejillas se empezaban a tornarse de un color carmín.
- ¿Me llevas al departamento? - Habló su amiga con una voz sensual en su oreja, que no conocía hasta ese momento, haciéndolo estremecerse.
- S-Si… ¡V-Vamos! - Contestó nerviosamente el rubio parándose de su lugar torpemente.
…
- ¡No entiendo por qué Ino no viene! - Dijo muy molesta una castaña mientras miraba por la puerta principal, para ver si en un momento dado entraba la rubia.
- ¡No te preocupes Ten-ten! Ya ha de venir. - Respondió la ojiperla para calmar a su amiga.
- ¡Es que es una impuntual! ¡Ni si quiera se ha aparecido en toda la tarde! - Exclamó muy exasperada porque ya era de noche y aún no sabían qué flores usarían para adornar el lugar en donde se daría la boda, pues la experta en todo ello, aún no se aparecía. - ¿Sabes qué? Iré a buscarla. - Anunció la castaña para salir de ahí.
- ¡Ok, cualquier cosa házmelo saber! - Exclamó un tanto divertida la ojiperla al ver la desesperación de su amiga, pues ella siendo la que se casaría no estaba tan desesperada como su madrina de lazo.
- ¡Bien! - Contestó la castaña antes de perderse de vista.
…
- Naruto… ¡Me gustas! - Soltó la pelirrosa al llegar a la entrada de su edificio.
- ¡S-Sakura-chan!… que dices… - Decía el rubio muy asombrado por lo que acababa de escuchar y pronto pensó en que quizás su amiga estaba bromeando o que era producto del sake que se habían tomado. - Es bro…
- No Naruto. - Interrumpió la pelirrosa antes de que él dijera algo más. - ¡Me gustas! - Volvió a repetir mientras posaba ambos brazos alrededor del cuello del rubio. - ¡Y no sabes cuanto! ¡Ya no puedo callar esto que siento! - Dijo antes de dar el primer paso para el primer beso de ambos.
- ¡E-Espera Sakura-chan, estás tomada! - Exclamó el rubio separándose de ella rápidamente, cortando así aquel beso.
- Nunca he estado más sobria que ahora. - Comentó volviéndolo a besar. - ¡Y sé que a ti también te gusto, no lo niegues! - Decía entre beso y beso.
- N-No lo niego. - Dijo cediendo ante sus encantos, correspondiendo a sus labios.
Mientras ellos se comían a besos, una rubia veía muy preocupada aquella escena montada por su mejor amiga.
- ¡INO! - Llamó la castaña, quien se acercaba hacia la rubia. - Por fin te encuentro. Te estamos esperando, ¿Qué haces aquí? - Preguntó muy incrédula al verla parada a media calle.
- Viendo lo que hace mi mejor amiga con el prometido de mi otra mejor amiga. - Comentó mecánicamente golpeada por el shock para después señalar en donde se encontraba la pelirrosa y el rubio comiéndose a besos… Ten-ten no lo podía creer.
- ¡Maldita sea! ¡No puede ser! - Exclamó la castaña muy furiosa al verlos. - ¡Tenemos que hacer algo! - Dijo muy desesperada.
- Yo… no sé qué hacer… ella es mi mejor amiga… pero Hinata…
- ¡Eso no es excusa para quedarse aquí paradas como idiotas sin hacer nada! ¡Tenemos que hablar con el estúpido ese! - Decía muy alterada, sin saber exactamente qué hacer… y pronto empezó a caminar en dirección hacia el rubio.
- ¡No! - Exclamó la rubia tomándola del brazo. - ¡No lo hagas, él sabrá que hacer! Él sabe muy bien a lo que se atiene al meterse con Sakura, nosotras no podemos hacer nada sobre este asunto. ¡Él es el que tendrá que tomar una decisión! - Exclamó sabiamente.
- ¿Pero y Hinata? ¿Acaso te gustaría que tu pareja te engañara y que tus amigas lo supieran y no te dijeran nada? - Replicó muy enojada la de ojos caramelo.
- No… pero… ¿Apoco una mujer no tiene el derecho de luchar por la persona que ama hasta en las últimas consecuencias? - Cuestionó la rubia poniéndose de parte de Sakura.
- Quizás tengas razón… ¡Pero esa no es la manera! Él está a punto de casarse y…
- En todo caso él es el que tiene que tomar una decisión. - Interrumpió la rubia antes de que la castaña dijera algo más.
Ten-ten comprendió aquellas palabras para después soltar un profundo suspiro de resignación y volver a mirar hacia donde estaba aquella pareja segundos antes, pues ya se habían adentrado al edificio.
- Bien. - Soltó tristemente. - Esperemos mínimo un cuarto de hora… si Naruto sigue ahí y no sale, irás por Hinata para que se entere de la verdad. - Dijo seriamente mirando a la rubia.
- ¿Y-Yo?, ¿Por qué yo? - Preguntó muy nerviosa la ojiazul.
- ¡Porque tú eres la mejor amiga de Sakura y sé que harás lo imposible por encubrirla! Así que yo me quedaré a vigilar. - Respondió más molesta de lo que ya estaba.
…
- ¡S-Sakura-chan… creo que esto está mal! - Decía temerosamente el rubio cuando la pelirrosa ya se había encargado de despojarle sus ropas.
- Que dices Naruto… tú también lo quieres al igual que yo. - Respondió quitándose la pequeña blusa que llevaba puesta para sí descubrir su pecho, quedando solo en ropa interior.
- ¡No Sakura-chan, yo me voy a casar! - Comentó no sabiendo como sentirse… ¿Culpable? ¿Feliz? Su vida y su situación estaba hecha un remolino de emociones.
- No pienses en eso ahora. - Decía besándolo nuevamente mientras lo empujaba hacia su cama.
…
- ¡Ino, ya pasaron quince minutos! Ve por Hinata. - Ordenó la castaña.
- Pero…
- ¡Ve por Hinata! - Ordenó nuevamente, haciendo que la rubia diera un respingo.
- B-Bien… - Fue lo único que dijo antes de alejarse de ahí.
…
Entre tanto, el rubio y la pelirrosa yacían sobre la cama, besándose desenfrenadamente…
La rubia no tardó mucho en llegar a la mansión Hyuga, solo con un único objetivo en mente… ir por la ojiperla para llevarla hacia el edificio en donde habitaba la pelirrosa, pero… ¿Cómo se lo diría? ¿Acaso le diría que Naruto y Sakura estaban en el departamento de ésta para…? ¡No! ¡No era buena idea decírselo así! Estaba perdida, no sabía cómo guiar a la ojiperla.
- ¡Hinata! - Exclamó Ino al entrar en aquella mansión.
- ¡Ino, qué bueno verte! ¿Y Ten-ten? - Preguntó la ojiperla mirando hacia la puerta, pues se le hacía raro no ver a la castaña llegar con la rubia.
- Hay algo que tienes que saber. - Comentó nerviosamente la rubia mirando hacia todos lados.
- ¿Si, dime? - Preguntó desconcertada la Hyuga.
- ¡Lo sabrás! - Exclamó. - Pero no aquí. ¡Acompáñame! - Pidió tomándola del brazo para guiarla… se dijo que eso era lo mejor.
.
.
.
Cap. 5 - 2 días
- S-Sakura-chan… - Gimió el rubio. - S-Se más sutil…
…
- ¿Ten-ten? - Llamó la ojiperla al llegar a la cera en donde se encontraba la castaña esperándola. - ¿Q-Qué haces aquí? - Preguntó incrédula ante el comportamiento de su amiga.
- ¿Ino te dijo algo? - Respondió un tanto nerviosa mientras dirigía su mirada hacia aquel edificio.
- No, no le he dicho nada. - Respondió la rubia, posando igualmente la mirada hacia el edificio y por la actitud de la castaña, podía darse cuenta de que el ojiazul no había salido de ahí.
- ¿D-Decirme que? - Soltó la ojiperla un tanto confundida.
Había llegado la hora de decirle a Hinata Hyuga toda la verdad.
- Hinata… - Suspiró la castaña con pesadez. ¿Cómo le diría a su amiga del engaño de su futuro esposo? - Quiero que te lo tomes con calma… - Pedía evasiva. - Y… si te digo esto es porque somos amigas y…
- Ten-ten, m-me estas asustando. - Interrumpió la ojiperla al no entender a donde quería llegar la castaña con todo lo dicho.
- Naruto… Naruto está…
- Él está con Sakura. - A completó la rubia al notar que le resultaba difícil a la castaña decirle a Hinata del engaño del rubio.
- Si, eso ya lo sabía. - Respondió la ojiperla aturdida por cómo le decían algo que ella ya sabía.
- Están en su departamento. - Dijo Ino una vez más.
- Los vimos besándose. - Soltó la castaña.
- ¿Q-Qué? ¿E-Es una b-broma cierto? - Preguntó confusa la ojiperla ante lo que había escuchado.
- No Hina… - Respondió la castaña un poco triste. - No es broma, puedes verlo con tu Byakugan. - Terminó por decir para posar su mirada hacia aquel edificio, pues no podía ver el momento en que su amiga se derrumbara, porque si no ella también lo haría…
Ino no sabía que hacer o decir, simplemente prefirió callar mientras varios remordimientos golpeaban en su mente.
"Están en su departamento" "Los vimos besándose"
Por inercia su Byakugan se activó, pudo ver dos figuras que estaban unidas la una a la otra y las palabras de Ino y Ten-ten hicieron ecos en su cabeza. Cerró sus ojos y sus dos perlas se empañaron de gruesas lágrimas que querían salir de lo más profundo de su ser, lágrimas de dolor y sufrimiento al no saber qué hacer… el amor de su vida, su prometido se encontraba dentro de aquel departamento junto con la pelirrosa, haciendo… no, no quería recordar lo que había visto.
Lloró.
Lloró amargamente como nunca en su vida había llorado, sus manos se posaron en su cara para cubrir los rastros de su dolor mientras su pecho seguía doliendo a cada segundo que pasaba. Dentro de sí, sabía perfectamente que eso podía pasar con la presencia de la pelirrosa a unos cuantos días de su boda, pero egoístamente no quiso hacer caso a su instinto, solo quería creer en que todo estaría bien, que todo sería como siempre soñó… solo quería luchar por él, pero ya todo estaba perdido. Ahora se daba cuenta, él ya había elegido a quién amar desde hacía tiempo.
Su corazón se destrozó en mil cachitos y una sonrisa vaga adornó su rostro. Recordó aquel momento en que extrañamente creyó que él era de ella, que él nunca la dejaría y que vivirían juntos por toda la eternidad… irónicamente soñó más de lo debido. Se daba cuenta que él nunca la amaría como ella lo amaba a él. Su sonrisa se borró y lloró nuevamente sintiéndose más estúpida que el segundo anterior.
…
- S-Sakura, esto no debe pasar… - Decía el rubio entre los besos que le daba la pelirrosa. - Esto está mal…
- No digas nada. - Respondió ella un tanto agitada, encimándose en él. - ¿Sabías que tu parte baja dice lo contrario? - Cuestionó pervertidamente tocando la entrepierna del rubio. Naruto gimió y ella aprovechó para besarlo apasionadamente, metiendo su lengua.
La cordura lo abandonó y sus bajos instintos se apoderaron de su cuerpo. En la mente del rubio divagaba la imagen de su pronto esposa, pero su cuerpo reaccionaba al de Sakura…
- Eres un tonto. - Le dijo el Kyuubi en su interior. - Mira que estar pensando en la Hyuga mientras fornicas con ésta. - Comentó burlonamente.
…
- Hinata, es mejor que nos vayamos. - Sugirió Ten-ten al mirar a su amiga derrotada y abatida sobre la acera de la calle.
- Si Hina, no vale la pena… él ya eligió. - Dijo Ino un tanto triste por lo que le pasaba a la ojiperla.
- P-Por favor… - Pidió llorando. - D-Déjenme quedarme a-aquí… q-quiero darle una oportunidad de que salga. - Aunque sus esperanzas se agotaban, quería creer que él saldría y le daría una explicación, que se arrepentiría y que no la engañaría completamente con ella… con su antiguo amor.
- Hina… - Dijeron al mismo tiempo Ino y Ten-ten al compadecerse de su amiga.
…
- M-Me haces daño. - Dijo el rubio en un afán de querer parar ante los movimientos de la pelirrosa.
- P-Pues enséñame como te gusta. - Gimió.
El rubio no podía más con su excitación, dio la vuelta, quedando él encima de ella. Penetró varias veces a la pelirrosa sintiendo su clímax llegar. Ella se aferró a él con tal de llegar al mismo tiempo y no dejarlo escapar.
- ¿Qué pensará Hinata? - El último comentario del zorro empezó a hacer ecos en su cabeza… ¿Qué pensaría su prometida?
Inesperadamente el rubio se separó de la pelirrosa rápidamente, derramándose así sobre las sábanas. Estaba aturdido, portaba una cara desconcertada y quizás ni él mismo sabía el motivo de su arrebato.
- ¡AHH! - El gemido de la pelirrosa al llegar por sí sola a su propio clímax, solo dio pauta a un nuevo sentimiento de culpa en el rubio... ¿Qué demonios había hecho?
- ¿Qué pasa amor? ¿Sucede algo? - Preguntó la pelirrosa mientras le tomaba del brazo.
El rubio la volteó a ver con muchas dudas y nuevamente se preguntó ¿Qué diablos había hecho?
…
- ¡Solo te estás haciendo más daño! ¡¿Qué no lo entiendes?! - Regañó Ten-ten furiosa por el estado de su amiga. Estaba realmente molesta, pues si de ella dependiera en esos instantes Naruto Uzumaki y Sakura Haruno no vivirían para contarlo.
- Ten-ten, cálmate. - Tranquilizó la rubia. - Yo… Hina… no sé qué decirte… - Balbuceaba torpemente sintiéndose culpable por lo que estaba pasando entre su amiga y el prometido de la Hyuga. - En cierta forma me siento culpable. - Confesó tristemente.
Hinata por su parte no quitaba su mirada de aquella ventana, sus ojos yacían irritados de tanto llorar y aunque escuchaba lo que decían Ino y Ten-ten, no quería entender o más bien se rehusaba a prestarles atención. En esos momentos no quería pensar en nada, pues sentía que poco a poco todo dejaba de existir, envolviéndola en una soledad eterna.
…
- Naruto…
- No digas nada. - Interrumpió el rubio antes de que su mundo se enredara más y pronto le dio la espalda.
- Pero…
- Esto fue un error. - Comentó más para sí que para la ojijade, mientras trataba de encontrar sus ropas para vestirse apresuradamente.
La pelirrosa no lo podía creer, ¿Acaso había escuchado mal?
- N-No te entiendo… - Confesó temerosa por lo que se avecinaba.
- ¡Nosotros! ¡Esto! - Exclamó el rubio muy aturdido. - Yo no debí… Hinata no se merece lo que le hice, yo…
- ¡¿Y qué se supone que le hiciste?! - Exclamó la pelirrosa muy dolida, pues aunque el rubio no se explicara bien, ella podía entender perfectamente a lo que se refería. - ¡Oh vamos Naruto, tu no la amas! - Exclamó en un afán de querer hacer que el rubio recapacitara. - ¡Es más no sientes nada por ella! - Aseguró tan pronto lo abrazó por detrás, apegando su cuerpo desnudo a la espalda del ojiazul. - Solo… gratitud. - Terminó por decir como si fuera lo más obvio del mundo.
¿Gratitud? Se cuestionó el rubio. ¿En verdad sentía gratitud hacia Hinata? ¿No la amaba? Esa pregunta empezó a retumbar en su cabeza.
Si en verdad no la amaba, entonces… ¿Por qué se esforzaba tanto en no actuar como un idiota delante de ella solo para impresionarla? Si no la amaba entonces, ¿Por qué visualizaba el resto de su vida junto a ella? ¿Por qué quería y ansiaba compartir nuevos momentos con ella?… si en verdad no la amaba, ¿Por qué le asustaba tanto la idea de estar con Sakura ahora? ¿Por qué su pecho dolía al saber el daño que le provocaría a Hinata si ella se llegara a enterar de lo sucedido?
- No. - Respondió débilmente.
- ¿Cómo? - Preguntó la ojijade al escuchar un murmullo.
- ¡Te equivocas! - Exclamó el rubio dándose cuenta de su error. - Yo… ¡Yo la amo!
- ¡Te estás confundiendo Naruto, tú no la amas! ¡Tú me amas a mí!
- No Sakura-chan, yo no te amo… porque yo… - La pelirrosa no lo dejó terminar, pues selló su boca con un beso desesperado, sin embargo el rubio no le correspondió esta vez.
- ¡Niégame que te gusto! - Retó llorando al separarse de él. - ¡Niégame que no sientes nada por mí! - Exclamó dolida por aquellas palabras que aún se negaba a aceptar.
- No niego que me gustes. - Confesó el rubio viéndola directamente a los ojos y pronto le acarició la mejilla delicadamente. - Quizás por mucho tiempo estuve enamorado de ti, y así lo creí hasta hace unos minutos… - La pelirrosa tomó la mano del rubio que estaba acariciándole la mejilla y cerró sus ojos temblorosamente aguardando a lo que le dijera el rubio. - Eres linda Sakura-chan… en verdad lo eres. - La ojijade abrió los ojos con algo de esperanza pero aun temiendo por lo peor. - Te quiero, pero como una amiga nada más… no te amo. - Terminó por decir para después quitar su mano y suspirar pesadamente. Se dio media vuelta y tomó su playera que estaba tirada en el suelo para ponérsela, y luego tomó su chamarra. Estaba listo para salir de ahí. - Perdóname… esto nunca debió pasar.
- ¡Naruto! - Llamó tomándolo del brazo. - Por favor… no te vayas. - Pidió con los ojos llorosos.
- Lo siento Sakura-chan, pero…
- Por favor. - Pidió una vez más. - ¡Yo te amo! - Lloró. - ¡No te estoy mintiendo! ¡TE AMO MALDITA SEA! - Exclamó dolida.
- Sakura-chan…
- Además… si te vas a estas horas… ¿Qué podría pensar la gente de su actual Hokage? ¿Qué podrían decir al verte salir tan de noche de mi departamento? - Preguntó retadora. - Recuerda, ellos saben que yo fui el gran amor de tu vida. - El rubio abrió los ojos de par en par… esa no era la Sakura que él conocía. La persona que estaba delante de él y que le decía todas esas cosas, no podía ser su amiga…
- Sakura-chan, tú…
- No me malinterpretes… solo… no te vayas, quédate conmigo. - Pidió derrotada. - No te pido mucho, solo quédate conmigo esta noche. - Dijo una vez más, pero el rubio no respondió. - Solo… solo quiero que me mientas. - Confesó sintiéndose tan miserable por pedirle esas migajas de amor al rubio. - Hazme creer solo por esta noche que soy yo a quien amas… que tú me sigues esperando y que yo te corresponderé con mi amor. - Sintió cómo su garganta se anudaba y sus ojos empezaron a doler. - Quiero dormir entre tus brazos y despertar a tu lado… quiero imaginarme en que habrá un futuro para nosotros… por favor… - Lloró no conteniéndose más. - No te vayas…
- S-Sakura… chan…
Aquel acto lo conmovió, nunca se imaginó ver a su amiga en ese estado tan lamentable y menos que él fuera la razón de su sufrimiento. El rubio suspiró pesadamente, ¿Haría bien?
…
- Hinata… ya no tiene caso. - Comentó Ten-ten.
Iluminadas bajo la luz de los faroles, yacían ellas… los minutos ya habían pasado, las horas también; cada segundo fue convirtiéndose en otra puñalada más que le daban de lleno a su torpe corazón.
A las afueras de una calle silenciosa, la escasa gente que aún pasaba por ahí se preguntaban qué hacían esas kunoichis a altas horas de la madrugada… quizás ninguno se imaginó que una de ellas era la prometida del actual Hokage. ¿Para qué pensarlo? Seguramente la princesa Hyuga estaría durmiendo plácidamente en estos precisos momentos…
Ya no podía llorar más, las lágrimas se le habían secado o quizás ya se había resignado.
- Hinata… - Llamó tristemente Ino. - Yo… lo siento. - Susurró sin ánimos.
- ¿Y ahora qué harás Hinata? - Se preguntaba la castaña al ver a su mejor amiga en el peor de los estados.
Hinata se limpió el rostro con las mangas de su Kimono y después les sonrió a sus amigas.
- Gracias. - Dijo débilmente. - Ustedes son las mejores amigas que alguien pueda tener…
- ¡No! - Interrumpió Ino desesperada. - Yo… yo aconsejé a Sakura que…
La mano de Hinata se posó en su hombro y le sonrió.
- Eres una muy buena amiga, Ino. - Dijo y tan pronto como pudo, tomó una mano de la castaña. - Y tú también Ten-ten… - Declaró sonriente y empezó a caminar.
- ¡¿Hinata a dónde vas?! - Exclamó la castaña muy desesperada por no entender las palabras de Hinata, y tan pronto como su mente empezó a divagar, el pánico se apoderó de ella.
- No te preocupes Ten-ten. - Sonrió una vez más la Hyuga. - Soy una tonta, pero no haré nada estúpido. - Declaró emprendiendo su viaje.
- ¡Hinata!
- Déjala Ten-ten… quizás necesite estar sola. - Dijo Ino al ver como la Hyuga se perdía por las calles obscuras de Konoha…
…
"Ser noble como mi madre y fuerte como mi padre"
Sus palabras sonaron una vez más en su mente. Sabía que tomaría la decisión correcta, la más adecuada.
- "Ser noble como mi madre y fuerte como mi padre." - Se repitió una vez más.
¡Qué ironía! Su voz ya no sonaba igual a como cuando tenía apenas cinco años, mismo tiempo en que lo conoció, mismo tiempo en que él la salvó de unos niños… sonrió.
¿Cómo podría odiarlo? Él se merecía lo mejor, se merecía todo lo que de niño se propuso, se merecía ser amado por la persona que él amara… Entonces, ¿Dónde cabía ella?
Divagó por las calles de Konoha, sumergiéndose entre sus propios pensamientos… No, no lo odiaba. A pesar del sufrimiento causado a unos días de su boda, ella podía sentirse feliz de haber llegado a hacer algo más que una simple amiga para él.
Lloró.
Había imaginado que sus lágrimas se habían acabado, pero no era así. Su corazón aún dolía, pero no lo odiaba.
¿Qué tipo de mujer era?
"Una noble y fuerte."
Su nobleza superaba por mucho a su orgullo y al coraje que debió tener. Y su fuerza de voluntad era tanta que no la dejaba hacer alguna estupidez.
Sonrió débilmente.
Era todo lo que quiso ser de niña, ahora podía estar orgullosa de sí misma. Nunca se arrepentiría de lo que había vivido junto a Naruto pues aunque momentáneamente, fueron los días más felices de toda su vida. Lo seguiría amando y quizás nunca encontrase una persona que la enamorara tanto o igual que él lo hizo… hasta estaba segura de no volverse a enamorar otra vez. Y si lo hiciera, estaba segura de que no lo amaría tanto como amaba a Naruto… su Naruto.
¿Cómo dejarlo de amar si desde niños ya lo amaba? Quizás fuera estúpida, pero así era ella… y así sería por el resto de su vida. Prefería mil veces la felicidad de Naruto antes que la suya. No importaba que su dignidad estuviera pisoteada, lo único que importaba era su decisión. La que ella creía correcta.
El viento gélido de octubre se llevó consigo un te amo y un siempre te amaré seguidas de unas lágrimas tristes camuflajeadas de felicidad…
Continuará…
Lo dije hace 11 años y lo digo ahora: ¡No me maten! Se que esta historia es cruel y le rompe el kokoro a cualquiera que se ponga en el lugar de Hinata… (Incluso yo hasta lloré la primera vez que escribí este fic T.T), no tengo mucho que decir, excepto que agradezco los comentarios que me dejan, ¡Los adoro! Y para las personas que ya habían leído este fic hace tiempo, les pido que por favor no hagan spoilers de lo que acontecerá, solo disfruten como en el pasado 7u7 (?) ¡Los quiero mucho! ~Pronto la conti.
