Disclaimer: H.P. no me pertenece. Le pertenece a J.K Rowling
Capítulo 13
Entre peticiones y exigencias
.
.
Lo primero que Harry hizo cuando salió del cuarto, fue sonrojarse y sonreír levemente mientras se apoyaba en la puerta, pensando cómo le había dado un beso a Draco y sobrevivido al intento ileso, a pesar de haberlo hecho frente sus padres y amigos. No tenía ni un solo hechizo, ni maldición sobre sus partes bajas o a su espalda. Ni siquiera un pequeño insulto le había sido dirigido, así qué podía considerarse una victoria.
Morgana, estaba tan emocionado que su corazón latía con fuerza. Y el de Draco lo había hecho también; pudo sentirlo. El rubio no había podido ocultar su cara sorprendida, ni el enrojecimiento de sus mejillas. Merlín, ni siquiera había podido evitar esa leve abertura de boca, o lo rojas que se pusieron las puntas de sus orejas ante su acción. La magia había traspasado a Harry en un suave cosquilleo y lo llenó de una gran calidez que jamás había sentido. Fue como recuperar algo que no sabía que había perdido, como una pequeña pero valorada bienvenida a casa.
Aun podía sentir los ojos grises sobre él, y el leve toque de los labios del antiguo príncipe de Slytherin sobre sus labios. Siempre había querido saber cómo sabían y ahora que lo hacía deseaba haberlo hecho antes. En la torre de Astronomía, entre clases, después de quidditch...joder, había sido tan estúpido al resistir las ganas de besarlo cada vez que veía sus labios pronunciando insultos y arrogancias por los pasillos... tan estúpido al no abrazarlo cuando lo vio llorando en el baño. Probablemente no habría podido evitar que Draco siguiera del lado de sus padres, pero podían al menos podría haberlo protegido mejor, le hubiera podido ahorrar tantos problemas, tantos malentendidos... Sin embargo, de algún modo, después de tantos años por fin había cumplido su mayor deseo. Ser su amigo y enamorarlo; tal vez no estaba loco por él, pero eso podría arreglarse. Contento, y sin poder ocultarlo, exhaló aire y miró frente a él, donde Ron se encontraba mirándolo fijamente. Tragó saliva, sorprendido de verlo y suspiró. De algún modo, el momento estaba arruinado.
Tuvo la tentación de volver a entrar de la habitación de la que salió, pero terminó por quedarse donde estaba.
-¿Dónde está Molly?-preguntó más por nerviosismo que por interés, y vio al pelirrojo entrecerrar los ojos, como si tratara de analizar algo que Harry aún no comprendía.
-Mamá está hablando con Charlie sobre Ginny. Al parecer los aurores la buscan y nadie sabe dónde está. La gente ya está hablando de ello, todos están murmurando. Creen que está escondiéndose con algún amigo así que están visitando a mucha gente. Aunque bueno, era inevitable dado que atacó a Malfoy en un lugar realmente público.
Harry tragó saliva y asintió; pero la mirada de Ron le dijo que aún no había llegado al punto de lo que quería hablar, por lo que se preparó mentalmente para lo que venía. Todo el asunto de la casi muerte de Draco lo había hecho apoyarse en Ron como en los viejos tiempos, pero la verdad era que ellos llevaban meses peleados y en bandos contrarios; y Harry no estaba tan seguro de que tan rápido regresarían a la normalidad, o si realmente lo harían. Quería creer que sí, pero las palabras de Molly lo habían impactado fuertemente y no estaba tan seguro de su posición con la familia Weasley ni ahora ni en el futuro. No sabía si podría volver a llevarse bien con ellos y en el fondo tampoco tenía tantas ganas de recuperarlos.
-Oh, bien. - Declaró con el fin de llenar el silencio que los embargaba a ambos y miró a los alrededores, notando que todo estaba realmente silencioso ¿Dónde estaban los amigos de Draco cuando los necesitaba? Oh, cierto, adentro. Quizá, si tenía suerte, Michael vendría, después de todo solo se había quedado atrás acompañando a Harry.
-No lo había pensado antes, -prosiguió Ron sin preocuparse en lo más mínimo en aquello-¿Pero dónde está Ginny?
Harry lo miró extrañado por segundos, hasta comprender lo que insinuaba. Su mirada afirmaba que Harry sabía qué pasaba con su hermana, y probablemente nadie sospecharía de él, porque nadie lo conocía tan bien como Ron.
-¿Por qué habría de saberlo?-preguntó defensivamente, y Ron suspiró y se acercó a él.
-No sé si realmente no lo sabes o estás ocultando algo, Harry. No pareces preocupado de ella, de si estará bien o rondando los alrededores. Ya sea por su bien, por el de Malfoy o de tus hijos. No que crea que Ginny sea capaz de lastimarlos.
-Llegué al mismo tiempo que tú aquí, Ron.-Exclamó firmemente- Y llegué justo al hospital para salvar a Draco. No he ido a otro lado, excepto cuando fui a Malfoy Manor a ver a mis hijos. No sé donde está Ginny, -mintió y tuvo que admitir que se sintió terrible por ello, especialmente porque se trataba de Ron, pero se repitió a sí mismo que era para proteger a Draco. Se lo debía. Después de todo, estaba ahí por ser el objetivo amoroso de Harry y haberle hecho el favor de cuidar a sus hijos. Además, no iba a enviarlo a ningún lado lejos de él ni ahora, ni en el futuro.- No sé dónde está, pero sé que donde sea que esté, te aseguro que está mejor que en mis manos-Declaró fríamente, y el pelirrojo lo miró fijamente por unos segundos y luego se mordió el labio y asintió.
-Tienes razón. Disculpa. No sé qué estaba pensando cuando se me ocurrió que sabías donde estaba. Pensé,-rió- por un momento pensé que Malfoy la tendría en los sótanos de su Mansión o algo, pero él está aquí, en el hospital; y su padre estaba en Azkabán. Ningún líder Malfoy tuvo la oportunidad de encerrarla en las mazmorras, y según recuerdo necesitan la orden del Jefe de Familia para enviar a alguien-añadió sacudiéndose el cabello. Te olvidaste de Scorpius, pensó por un momento Harry, pero se abstuvo de decirlo y asintió, esperando a que el otro continuara.- Estoy exhausto, y mamá está furiosa...papá vendrá a recogerla y George se ha puesto como loco en cuanto llegó. Nadie está pensando bien en estos momentos, no con todo este alboroto, dale unos días antes de hablar con ella, ¿Bien? Sé que quieres enfrentarla, pero creo que a ambos les vendría bien tener la cabeza fría. Por cierto, ella ya notó que James no está.
Genial, luego de cuánto tiempo...pensó el Jefe de Aurores, y retuvo la sensación de rodar los ojos.
-Bien-añadió por inercia y se preocupó cuando la cara de Ron no varió ni un segundo.- ¿Pasa algo más?
-Me preocupa Gin, y sé que no debería hacerlo. Casi mata a mi hijo. Quizá solo quiero gritarle a la cara y jalarle las orejas hasta que le pida disculpas a todos por los problemas que le ha causado a cada uno de nosotros.
Si, ella necesitaba una jalada de orejas, concordó el otro en su mente.
Atravesando su cabello con sus manos, Ron asintió y se pegó a la pared.
-Lo que dijo mamá...-titubeó el pelirrojo- sé lo que implica, y que no dije nada cuando Ginny te dijo lo mismo en el Cuartel de Aurores, pero en realidad no es tu culpa. No es tu culpa que Fred muriera o Ginny intentara matar a Malfoy. No fue tu culpa que George perdiera una oreja o Billy fuera infectado por un hombre lobo. Ciertamente siempre tuviste una debilidad por Malfoy que te hizo salvarlo y rescatarlo una y otra vez, pero no creo que lo hayas rescatado sobre mis hermanos porque le quisieras más a él que a ellos o que se debiera a que quisieras de él algo a cambio. Tampoco desearía que hubieras tenido que hacer esas elecciones a conciencia.
Harry dudó de ello, pero lo dejó pasar.
-Creo que cuando quieres realmente a alguien, deseas lo mejor para él. Lo comprendo y entiendo que quizá era una pista de lo ustedes dos realmente eran, aunque sigo sin comprender cómo carajos no se dieron cuenta de esto mucho antes. Es decir, un simple toque de manos les explicó todo, cuando se habían tocado bastante antes. Aunque bueno, quizá fue precisamente el que estaban cerca lo que hizo que sus magias nunca se extrañaran. Y bien, eso explica porque el hurón no nos dejaba vivir en paz, y tú tenías una obsesión con culparlo de estar tramando algo en todo momento.
-Tú también solías hacerlo.
-Si, compañero, pero yo no lo perseguía por los pasillos con una capa de invisibilidad, lo seguía con la mirada en el mapa del merodeador, ni me lidiaba a golpes con él a cada oportunidad.
-No, porque no tenías la capa. Y porque preferías usar tu varita, así ésta no sirviera.
Ron rió.
-Tienes un punto. Bueno, quizá lo único que me enoja es que hubieras estado con Ginny queriendo estar con Malfoy-Susurró el pelirrojo mirando a la habitación cerrada frente a ellos; y Harry se pegó a su lado y asintió.
-Pero la amé Ron. No puedes tener tantos hijos con una persona sin amarla…
El otro sonrió de lado y asintió.
-Es cierto. Justo ahora amo más que nunca a Hermione. La amo por haberme brindado la oportunidad de ser padre, por quererme tanto para darme otro hijo. No puedo creer que tendré un tercer hijo…
Harry sonrió.
-¿Entonces, el hurón se volvió mágicamente atractivo en cuanto enviudó?-añadió Ron un poco incómodo. Era obvio que no le gustaba el tema, pero se estaba esforzando.
-No... Él me gustaba desde cuarto año. -Respondió tranquilamente-Pero nunca me atreví a decirle nada.
-Nunca me lo dijiste tampoco.
-¿Cómo diablos iba a decirte que me gustaba Draco Malfoy?-rió Harry sin diversión- ¿La persona que más odiabas y trataba de jodernos la vida durante años? ¿Cómo te iba a decir lo muy deprimido que estaba por enamorarme y no tener la posibilidad de vivir para disfrutarlo?¿O haberme fijado en una persona que me odiaba y servía al jodido psicópata que intentaba matarme? ¿De verdad crees que te lo iba a decir cuando ni me hablabas, por haber según tú metido mi nombre en el torneo sin decirte? ¿O que te lo iba a decir para que te enojaras de nuevo? Tenía miedo, Ron; por él , por mi, por lo que podía perder sin tenerlo, o al tenerlo a mi lado. No quería que ni tú ni tu familia se alejaran. Tampoco quería que sus padres lo rechazaran, o se aprovechara de mi.
-Debe ser horrible no confiar en quien te gusta.
-Tú tampoco confiabas del todo en tus sentimientos para Hermione.
Ron rió.
-Es que era un poco…
Harry sonrió, alzando la ceja con diversión.
-En fin, no se trata de eso. No confiaste en mí para decírmelo-reclamó-Creí que podíamos decirnos todo y nos apoyaríamos siempre.
-Tú tampoco confiaste en mí cuando dejé que Albus se acercara a Scorpius. -Le reclamó-Mucho menos cuando decidí divorciarme de tu hermana. No me diste siquiera la oportunidad de explicarme. Me enviaste a la mierda desde el principio y te pusiste de su lado. No me preguntaste si yo estaba bien, o quisiste escuchar lo muy difícil que se volvió estar con ella. La única vez que quise hablar de ello a marchas forzadas, me dijiste que estaba cansado y todo mejoraría, pero nunca mejoró.
-Estaba enojado…
-Y yo me sentía solo. Estuve solo por mucho tiempo, Ron. Perdí a mis padres, y perdí a mi padrino. Perdí a Remus. Mi idea de felicidad, no es simplemente aparentar ser feliz, ni vivir completamente solo a pesar de tener a alguien físicamente a mi lado. Ella cambió de pronto, dejó de apreciarme. Se volvió fría. Empezó a tener un rencor que nunca comprendí, o quizá nunca quise ver. Es cierto que siempre estuve enamorado de Malfoy, pero tenía hijos y una esposa; y los amaba, aún los amo. Y a ella también la amaba. Hubiera hecho todo lo necesario para que nuestra familia sobreviviera, incluso si nunca hubiera podido ser amigo o pareja de Draco. Pero tenías razón, estaba cansado. De las peleas, de la indiferencia, de la soledad... Y entonces él fue amable con Albus, y empezó a ser amable conmigo aunque fuese a regañadientes y joder, yo solo, no pude evitar recordar que le quiero. Que le he querido por años... Tú simplemente no comprendes.
Ron tragó saliva.
-Lo comprendo, ¿vale? Comprendo esa sensación de querer a una persona y tener miedo de ella y lo que pueda hacerte sentir. Comprendo que no quisieras perder a tu familia. Así que no me interpondré, ¿de acuerdo? Dejaré que te sonría, que te tome de la mano...dejaré que te mire y te bromee, dejaré que lo mires como lo más importante del mundo y lo abraces como si nunca quisieras dejarlo ir. Lo haré y no diré nada...Quizá haga una mueca de disgusto cada vez que lo haga, pero no será por mucho tiempo. Solo mientras me acostumbro. De todas maneras-agregó aliviado - gracias a Merlín, Malfoy no parece el tipo de personas que es cariñosa con otros en público. Aunque probablemente quiera regodearse de ello en mi cara-gruñó.
Comprendiendo que hacía referencia a lo que él le había reclamado mientras lloraba, y que insinuaba que ellos seguirían siendo amigos por mucho tiempo más, Harry se mordió los labios y asintió, sintiendo un nudo en la garganta.
-Gracias.
-No es nada. Debería entrar y agradecerle por salvar a mi hijo y a mi mujer. Probablemente también debería disculparme con él.
-Ron…
-Pero no lo haré, al menos no por ahora. Dejaré que Hermione se encargue de eso en cuando se haya recuperado-rió y miró a Harry a los ojos- Quizá incluso Hermione decida que Malfoy puede ser padrino de mi hijo. Aunque bueno, sospecho que él no estará precisamente feliz conmigo.
-¿Por qué no? Trajiste a su padre.
-Si, pero hice algo un poco ilegal para lograrlo.
Harry alzó la ceja.
-¿Ilegal?
-Bueno, en parte sí y en parte no. No lo sé en realidad, solo sé que te acabo de dar la custodia de Lily y un gran pretexto para invitarlo a salir. Y mi madre probablemente me matará si se entera de esto.
La confusión se adueñó de la cara de Harry.
-¿Hiciste qué? Pero si solo fuiste a buscar al padre de Draco.
-El Ministro no quería dejarlo ir así que le dije una pequeña mentira.
-¿Qué tan pequeña?
Ron murmuró algo.
-¿Qué?
-Dije que Malfoy y tú están casados.
-¿Cómo?
-¡Dije que el hurón y tú estaban casados!
Harry lo miró incrédulo. Cuando no respondió al grito de Ron, el pelirrojo frunció el ceño y le pasó la mano por la cara, agitándola.
-Dije que…
-Ya te oí, ¿Cómo fue que se te ocurrió eso?
-No estaba pensando muy bien. Me pareció genial en su momento. Y bueno, parece que a Kingsley también le encantó, se veía como si le hubiera dicho que no tenía que arreglar más el mundo. Como la cara de Hugo cuando tiene cientos de dulces en la mano.
-Claro que sí estaba feliz, Ron. Le ahorraste miles de preocupaciones. Solo tiene que venir y pedir que compruebe que estoy casado, cosa que no quise hacer, y estará libre de la deuda de vida que lo obligaba a darme la custodia de Lily.
-¿Cómo fue que le cobraste una deuda de vida al ministro?
- ¿Cómo rayos iba a lograr que me apoyara a mí, sino? El es una gran amigo de tu padre.
Ron hizo una mueca.
-¿Se vería fatal si uso eso en tu contra y peleo la custodia de Lily?-ojos verdes lo acribillaron y él sonrió culpable-¿Qué tan malo puede ser? Él es después de todo tu pareja destinada, y se encontraron, y se quieren. ¿Porqué habría de ser tan malo casarte con él?
-Ron, casarse con él no es un problema. Merlín, eso no me disgustaría. Lo que me preocupa es que Kingsley va a venir a pedir el registro de matrimonio. Ya debe estar planeando cuándo y te aseguro que de esta semana no pasa. Tiene que aprovechar todo este revuelo, como los demás. ¿Qué se supone que le voy a decir a Draco cuando el ministro le pida una prueba de que estamos casados, y él apenas se esté enterando?
El pelirrojo comprendió de pronto.
-Bueno, ustedes son una pareja destinada; es normal que los magos emparejados mágicamente solo hagan una ceremonia de enlace. Es legal y se escribe por sí solo en los libros del Ministerio.
Harry lo miró interesado.
-Pero solo es válido hasta que se acuestan.-completó el pelirrojo y abrió la boca totalmente horrorizado de sus propias palabras-Por Merlín, vas a tener que acostarte con él hoy.
-¡Ron!
-¡Casarte! digo, ¡casarte!
-¿Cómo se supone que voy a casarme con él hoy?
-Bueno, podrías empezar por cobrarle una deuda de vida- escucharon una tercera voz y ambos voltearon con terror al ver a Kingsley parado junto a ellos.
-Tú y yo tenemos que hablar Jefe de Aurores, Potter-exclamó amablemente el mayor y Harry miró a Ron con una mueca enojada, quien lo miró francamente aterrorizado por la situación.- Por supuesto, también me agradaría su presencia, auror Weasley. Creo que los tres tenemos cosas que aclarar.
.
Draco sabía que estaba bien, pero aún así no se negó mientras sentía la magia de su padre revitalizarlo totalmente. Era una magia cálida y tranquilizadora, que le hacía sentir como un niño pequeño siendo mimado por su padre. Sonrió ligeramente y observó al hombre quien no lo veía, porque estaba concentrado en mirar su mano, donde ligaba su magia a la suya. Notando que se veía adormilado, puso su mano sobre la de él y lo miró.
-Es suficiente.-Exclamó con suavidad y pudo ver la cara insegura de su padre, culpable, como si fuera su culpa que Draco estuviera en esa cama. Probablemente pensaba que así era, con todo lo de Voldemort y esas cosas, pero Draco no lo creía así. Estaba feliz de tenerlo de nuevo a su lado, y de que no solo estuviera vivo, sino también cuerdo luego de tantos años en Azkabán. Había esperado por muchos años este momento; sus padres vivos y a salvo, sus hijos felices y saludables, sus amigos casados y con sus sueños hechos realidad... y su esposa Astri a su lado... Bajó la mirada sintiendo una punzada de dolor al darse cuenta que siempre que esperó este momento, supuso que Astoria estaría con él. Las lágrimas intentaron invadirlo, pero respiró profundo y miró a la puerta, esperando, sin saber realmente si deseaba que apareciera por ella Harry, o apareciera por ella Astoria. Una parte de él sabía que siempre se había sentido atraída por el moreno, pero otra había ligado el sentido de su vida a Astoria. La había amado con tal fuerza que se había prometido no amar así otra persona.
Entonces, ¿por qué su corazón lo traicionaba de tal manera que el simple toque de Harry lo hacía derretirse, sin poder evitarlo? ¿Por qué su voz lo calmaba de tal manera que incluso el recuerdo de la voz de Astoria parecía un susurro en la lejanía? ¿Por qué su cuerpo conservaba la sensación de su toque como si aún estuviera siendo acariciado? ¿o su magia se alborotaba con solo sentir a la otra cerca? Mejor aún, ¿por qué el dolor de perder a Astoria se volvió más soportable, casi inexistente en cuanto Harry estaba a su lado?
Miró a su padre, quien solo había amado a su madre en toda su vida. Todo esto ¿era porque Harry era su pareja destinada? ¿O porque amaba más a Harry de lo que había amado a Astoria?- De verdad padre, estoy bien- repitió, evadiendo sus pensamientos una vez más. Siempre que sus pensamientos giraban en esa dirección se preguntaba a quién de los dos estaba traicionando, y la idea de querer a uno de ellos menos que al otro no le agradaba.
Quizá solo era un amor diferente, pero de igual magnitud. Quizá solo era coincidencia que Harry y Draco se volvieran amigos y de ahí descubrieran lo que eran realmente. Es decir, se habían tocado miles de veces en peleas y Draco nunca había tenido ni una pista de que estaban destinados a estar juntos. Descubrir que eran una pareja destinada después de años de maltratarse era una ironía de la vida. Especialmente porque ambos ya tenían una vida hecha , habían estado casados y tenían hijos. La vida de ellos no había sido planeada para estar juntos.
O quizá si. Quizá solo había sido el destino, que los preparó para este punto.
Draco ya no estaba seguro.
-¿Estás seguro?-preguntó el mayor y Draco sonrió y asintió, tomando su mano para guiarlo a un extremo de su cama.
-Necesitas descansar, Padre. Te ves exhausto. Vuelve a casa con Mamá, estaré bien aquí con Scorpius-mencionó mirando al chico en el sillón- Los chicos están aquí,-exclamó sabiendo que al menos uno de ellos estaría en la sala de espera. Acababan de salir y solo estaban los tres rubios en la habitación, y el menor se había quedado dormido- y también está Potter rondando en los alrededores.
Lucius solo negó y miró a su hijo.
-Estoy demasiado feliz para dormir. Tu madre está haciendo todo un alboroto para dejar todo listo para mi regreso a Malfoy Manor. No puedo esperar para regresar a casa; tal vez no pueda salir nuevamente de ella, pero sin duda la he extrañado. Además, mi arresto domiciliario está justo aquí. En tu habitación, hasta que vuelvas a casa.
Draco hizo una mueca, recordando que era cierto. Y eso lo molestó, porque lo menos que quería hacer, era convertir a Malfoy Manor en otra cárcel.
-Bien.
-Pero si te molesto, y quieres estar a solas con Potter, puedo llamarlo y decirle que…
-¿¡Qué!? No-interrumpió el líder Malfoy sonrojándose- Claro que no.
-¿Qué ha pasado, Draco? Él y tú... No sabía que eran pareja... Creí que se odiaban
-No somos... No, yo. Diablos- Maldijo tirándose sobre su cama- No sé que somos...Scorpius y Albus se hicieron amigos y desde entonces los Potters se fueron acercando a nosotros. Luego tu pequeño nieto rubio decidió invitarlo a las reuniones familiares, y de pronto fue tan familiar tenerlo cerca como ir a comprar una túnica nueva.
-Bueno, ustedes se besan así que, ¿Qué tal amantes?
-¡No! No nos besamos frecuentemente...-gritó- Eso fue...Padre...-gimió avergonzado.
Lucius sonrió.
-Draco, no tienes que avergonzarte si le amas.
-¿Cómo?
-Tú- dijo con el tono de padre severo- le amas, Draco. Puedo verlo en tus ojos brillantes, en la manera en que sonríes, en tus mejillas sonrojadas. Si no le amas, por lo menos le quieres.
-Padre…
-Por supuesto, creí que ya habías superado el enamoramiento adolescente. Es un poco decepcionante que tras años de entrenamiento de control facial, sigas viendo a Potter con esos ojos que gritan lo mucho que le quieres en la cama.
-¡¿Cómo?!
-Draco, no hacías más que hablar de Potter. Puede que sea necio, pero no soy tonto. No sé como tu mamá no pudo verlo hasta ahora, supongo que tuvo mucho que ver lo tanto que deseaba tener una hija. Pero era claro en tu comportamiento que le deseabas, y probablemente de tanto que le veías te enamoraste.
-Él era un espantapájaros estúpido y con miles de defectos.
-Si, pero fue eso precisamente lo que te llamó la atención de él. Recuerdo cuando me dijiste que te casarías con Astoria, Draco. Tus ojos son similares, pero a la vez diferentes.- El rubio se sonrojó.-Tu magia ahora es diferente.-Susurró tocando su mejilla.-Sigue teniendo la magia familiar alrededor, pero se ha modificado un poco. Ahora es más llamativa, más dinámica... aún más cálida, es casi igual a la de Potter.
Draco asintió y mordió su labio, llegando a la conclusión que se debía a la transfusión de magia. Como ambos eran sangre puras, sabían lo que significaba.
-¿Se han enlazado?
-¡Claro que no! -prácticamente gritó-Este fue nuestro primer beso así y me tomó por sorpresa
-Bueno, no fuiste al único que lo hizo, a mi casi se me para el corazón. Aunque tus amigos, tu madre y tu hijo parecían esperarlo.
Draco asintió.
-Llevan meses jodiendo con que le gusto a Potter.
-Bueno, no estaban tan equivocados. Te robó un beso frente a tus padres, o es muy estúpido o muy inteligente, ¿Qué se supone que harás ahora? Debo suponer que dado que te pudo donar magia, sin ser familiar o tu esposo, solo puede ser tu pareja destinada.
Draco asintió.
-¿Y eso te incomoda? ¿Te preocupa algo?
-No, no me incomoda. Es solo... -susurró -No puedo comprenderme a mí mismo en estos momentos, he estado pensando mucho en él y comparándolo con Astoria. Sé que no debería aferrarme así al pasado, y que es injusto compararlos pero...- como si eso encendiera un foco apagado en su cabeza, Lucius lo miró suavemente.
-¿Esto es sobre a quién amas más y al juramento de amor que le hiciste a Astoria?
-Si.
-Bueno, porque no me dices que ha pasado en todo este tiempo que estado lejos, y juntos llegamos a una conclusión.
Draco sonrió de lado y asintió
- Realmente me alegra que estés aquí, padre.
.
James sabía que estar solo, a cuidado de Narcissa Malfoy, era mala idea. Ella era una sangre pura, snob por definición. Estar con ella tenía que ser una pesadilla, fiestas de té aburridas o historias acerca del dinero y las generaciones, también snobs, que los enorgullecían. Aburrido, definitivamente. O al menos eso parecía al principio, porque tenía que admitir que esto era hasta divertido.
-¿Cómo aprendió a hacer que los instrumentos toquen música?-preguntó curioso al notar como las cucharas y las copas de vidrio bailaban a su alrededor tocando una especie de melodía y los elfos eran obligados a bailarla para la pequeña, muy pequeña, dama Malfoy.
Los platos chocaban entre ellos lo suficiente para sonar, pero no para romperse, y los tenedores y los cuchillos se alineaban para funcionar como piezas de piano. Berenice estaba fascinada con el show desde su pequeña silla y Albus sonreía curioso al ver a Lily bailando al compás de la música.
La mujer estaba radiante, pensó al ver la gran sonrisa que tenía desde hace unas horas. Había vuelto rápidamente a casa tras haber salido repentinamente y al regresar, como si no lo hubiera hecho en meses, se había puesto a remodelar parte de la casa y había mandado a los elfos a trabajar. Los dos hermanos Potter se habían mirado, sin saber que hacer sin su padre, Draco, o Scorpius ahí; pero pronto Lily los había invitado a una fiesta de té, al cual habían aceptado ir no muy entusiasmados.
-La comida es grandiosa.-Había exclamado Lily, con las mejillas infladas-Y la abuela
Narcissa tiene muy buenas pláticas
.
-Lily, - había aclarado James- Ella no es nuestra abuela.
-Lo es para mí-se había quejado la menor. Y entonces se había acercado a la rubia mujer y había exclamado sin pena, tal como había visto a Scorpius hacer cientos de veces.-Abuela Narcissa, tengo hambre.
La mujer había alzado las cejas, sorprendida, pero había asentido y murmurado algo sobre la comida.
Y bueno, ahora ahí estaban. En el pequeño comedor de la cocina de los Malfoy, mirando a la señora Malfoy mover su varita como si coordinara una orquesta sinfónica
-Lo aprendí de una gryffindor, en realidad-admitió la mujer- lo aprendí de tu abuela.
Eso inmediatamente llamó la atención de ambos chicos.
-¿De la abuela Molly?
Narcissa sonrió de lado y negó con la cabeza.
-No, en realidad fue de Lily Potter. La gran amiga de Severus. O bueno, en ese entonces lo era. Es curioso como todo cambia, pero de alguna forma se mantiene relacionado. Es decir, ustedes 3,sus nietos, están aquí, y yo les estoy mostrando el hechizo que ella me mostró a mí. Es simplemente curioso
-¿La abuela Lily?-preguntó Albus entusiasmado-¿La conoció en persona?
-¿Eran amigas?-preguntó Lily acercándose aún más al pequeño círculo que habían creado.
-No, no éramos amigas. Ella era una gryffindor y yo una slytherin. Era difícil ser amiga suya con la rivalidad entre las casas y la educación que mis padres me habían dado. Lo más que teníamos era un trato cordial, por Severus más que nada. Fue un día en que me la encontré en las cocinas, yo entré por algo de comer y ella estaba ahí, jugando con los platos, con varios elfos quejándose a su alrededor por la manera en que interrumpió su cocina. Fue raro, e interesante. Me quedé parada en la puerta, viéndola jugar. Nunca en mi vida había visto a nadie hacer música con los platos o vasos, eso nunca era visto en nuestros círculos sociales. Nos limitabamos a usarlos para comer.
-Oh, quizá es sólo una costumbre muggle.-Opinó el mayor. No muy seguro de cuáles eran las costumbres mágicas, ni muggles. Había crecido con ambas, pero había algunas que aún no sabía diferenciarlas.
-Si, bueno. Creo que no pude ocultar mi interés y ella me explicó como lo hacía funcionar. Me pidió intentarlo, pero no lo hice. Solo me animé a intentarlo cuando recibí noticias de que ella murió. No sé porqué. Vine a la cocina, preguntándome qué pasaría con su pequeño hijo, o qué haría yo, si el destino de su padre le hubiera tocado a Draco. Y entonces vi los platos, y realicé el hechizo, recordando a la joven chica que me lo había enseñando, sus brillantes y juguetones ojos ahora apagados, y su voz dulce dando indicaciones; preguntándome cómo había sido su vida luego de que se alejara por completo de Severus. Si había sido feliz, si había abrazado a su hijo por última vez y se había siquiera despedido de él.
Bueno, eso llegó incluso al corazón de Albus.
-¿La abuela Lily se llevaba con los slytherins?-Prosiguió James- Creí que los odiaba.
-Oh, bueno. Odiar sería una palabra muy fuerte para ella. O al menos para la chica que recuerdo, la amiga de Severus. Tu abuelo era otra cosa. Siguió la típica rivalidad entre las casas, creo. Y bueno, recuerdo que era muy bromista. Pobre Severus, James Potter tenía un problema serio dirigido a él. Nunca dejó de hacerle bromas pesadas. No es que Severus fuera un dulce, pero no sé porque tu abuelo y mi primo lo molestaban tanto. Probablemente sólo era un choque de personalidades. Como el de Potter y mi hijo, en sus años mozos. O quizá fue sólo por Lily Evans. Potter siempre quería llamar su atención y ella lo ignoraba y prefería pasar el tiempo con Severus. Ciertamente molestar al mejor amigo de uno no es la mejor manera de conquistar a una chica.- Añadió un poco ofendida.- Eso sólo nos provoca menos ganas de hablar con uno.
Albus hizo una mueca. Ciertamente ella tenía razón, pero al final le había funcionado al abuelo James.
-¿No creerá que al abuelo le gustaba Severus Snape y por eso hizo todo aquello, verdad?- preguntó James, espeso como siempre y Albus alzó la ceja preguntándose cómo su hermano mayor había llegado a esa conclusión. Narcissa lo miró sorprendida, y cuando Albus le dio un codazo en las costillas, James comprendió lo que estaba insinuando. Una versión alterna del típico juego de jalarle la trenza a la chica que te gusta.-Quiero decir, puedo creer que el señor Malfoy y papá se gustaban en la escuela y por eso se molestaban-aclaró sorprendiendo a sus dos hermanos por lo fácil que salieron esas palabras-Pero no creo que siquiera que sea posible que en realidad el abuelo James quisiera a Snape y no a la abuela Lily. O a Sirius Black le gustara ese viejo profesor de pociones. Eso es asqueroso, imagínense a papá como el hijo de Severus Snape con James Potter...-Arrugó la nariz-Sería feo, nosotros seríamos feos.
-Eso no es posible James...Ambos son hombres.
-Oh, bueno. Quizá no, pero existen otros métodos para tener hijos... Madres sustitutas, inseminación artificial…
Otros métodos…
Albus enseguida pensó en la poción para que un hombre se embarace, de la que le platicó Scorpius, y se preguntó si el señor Malfoy algún día la terminaría. Si lo hacía, ¿realmente se animaría a tener un bebé? ¿Cómo se sentiría tener otro hermano o hermana más? Alguien que lo volviera realmente parte de la familia con la que se había encariñado…
-Bueno, no puedo imaginarme a papá con el traje de Aurores y una enorme panza. -continuó su diatriba el mayor-Si se casa con el señor Malfoy, al menos sabremos que no nos darán un hermanito.
-El señor Draco se vería mejor... -sonrió Lily-y sería lindo un bebé como él. Berenice es preciosa. Sería genial no ser las únicas niñas.
-¿Lindo? ¿Tú consideras lindo a Scorpius? Porque así es como va a quedar ese pobre bebé.
-Que te sepas que Scorpius es considerado realmente atractivo por las chicas, quizá no deberías preguntarle eso a Lily. O lo tendrás no solo de hermanastro, sino también de cuñado. No sé si lo notaste James, pero nuestra pequeña hermana tiene un ligero enamoramiento con Draco Malfoy. Dado que es demasiado mayor, yo diría que ella irá por Scorpius mantiene ese deslumbramiento en el futuro.
-¿Qué? ¡Horror! ¿Eso acaso no sería incesto? En todo caso, sospecho más de ti que de Lily, si alguien termina saliendo con Scorpius.
-¡De mí! ¿Y por qué? Que te sepas que me gustan las chicas.
-Quizá eres bi, como papá y el padre de Scorpius.
-¿Bi? ¿Acaso tú eres bi?
-Oh, Merlín-rió Narcissa- Es como tener tres Draco en distintas edades, platicando entre ellos y conmigo a la vez.- Comentó- No, James. No creo que ni a Potter, ni a Lupin, ni a Sirius, les haya gustado Severus. Aunque era realmente guapo de pequeño y se descuidó con el tiempo. Creo que al principio tu abuelo estaba celoso de él, y a mi primo simplemente le encantaba molestar a la gente. Y no, no es posible que los hombres se embaracen, aunque sí pueden tener madres sustitutas, pero aún así solo se parecería a uno de ellos. Y aunque pudieran, Draco siempre ha tenido un conflicto con el aumento de peso. Así que lo siento, tesoro, -se dirigió a Lily-pero no creo que mi hijo acepte nunca tener una panza.
Observando el alivio de James y la desilusión de Lily, Albus miró a la mujer parar de mover los platos y recordó el tema principal.
-¿Qué más sabe sobre la abuela Lily?- preguntó, mirándola fijamente y Narcissa decidió que podía parar momentáneamente su remodelación de la Mansión. Ella, los elfos no. Hizo una mueca de lado y miró pensativamente al frente.
-Creo que tengo un pensadero por algún lado. ¿Les gustaría verla? Estoy seguro de que en algún momento de mi vida, la vi sonreír de la mano de su abuelo. También salió una foto de su boda en los periódicos. Y fue una auror destacable, apareció en los periódicos varias veces salvando a alguien. Probablemente tengamos algunas copias del profeta de ese entonces en la biblioteca, ya saben, historial mágico. ¿Les gustaría verlos?
-Sí-gritaron al unísono y Narcissa sonrió encantada de tener su compañía.
.
Ginny se abrazó a sí misma cuando empezó a caer otra tarde y ella seguía ahí. La ira se había ido y, en contra de lo que deseaba, estaba empezando a perder la esperanza. Suspiró y se cobijó un poco más, mirando de reojo la comida que se había negado a tocar.
Tenía hambre, miedo y se sentía sola.
En momentos así se supone que vendría Harry por ella, ¿no era cierto?
Empezó a sentir como una lágrima bajaba por sus mejillas y la limpió, enojada consigo misma, y arrogante como siempre. Se levantó y tomó el pedazo de pan que había ahí y masticó lo más fuerte que pudo, tratando de no hacerse daño, cuando oyó pasos de alguien bajando por las escaleras.
-¿Qué quieren ahora?-preguntó de mala gana. En su interior deseaba que los Malfoy pidieran ya el pago de su deuda, para salir de ahí; pero por otro lado tenía miedo de lo que pudieran pedirle.
-¿Mamá?
La voz de Lily, temerosa, se escuchó por el lugar y ella no pudo evitar sentir nuevamente esa sensación de traición, recorriéndola.
-¿Qué, te cansaste de jugar a ser una Malfoy?- preguntó pero la mirada dolorosa de Lily le hizo arrepentirse al instante de sus palabras. Especialmente cuando ella mordió sus labios y empezó a llorar silenciosamente, temiendo enojarla más.
-Lo siento, mamá. Yo no sabía que estabas aquí, encerrada. Escuché a James decirle a Albus que ya era hora de que Scorpius te dejara ir, y que en realidad el único que puede hacerlo es el señor Draco. No quise huir de ti. Quizá si le pido a la abuela…
-¿Tu abuela Molly? ¿Ha aparecido por aquí?- cuestionó esperanzada
Lily negó.
-La abuela Narcissa…
Abuela... esa señora…
-Vete, Lily. Por favor.
Asintiendo, la pequeña se marchó y Ginny sintió aún más amarga la sopa frente a ella. Dejó su pan en el plato y suspiró, deseaba que fuera libre de nuevo pronto. Estaba empezando a importarle poco el precio a pagar.
.
Kingsley escuchó la historia atentamente de ambas partes y solo entonces asintió y golpeó la mesa con sus dedos, pensativo.
-Bueno, no veo claramente cuál es el problema, Jefe Potter. Simplemente pídele matrimonio, no es tan complicado. Te daré dos días para casarte, mientras me enfoco en la búsqueda de Ginevra Weasley.
Harry frunció el ceño e iba a replicar cuando el mayor siguió hablando.
-De esta manera todos tienen lo que quieren, tú a tu hija y a tu pareja destinada. Malfoy a su padre, seguridad política y social y el respeto del Mundo Mágico, tus hijos estar con la familia que se encariñaron, yo estar libre de deudas, los Weasley no convivir con los traidores a los gryffindors y Ginevra, bueno, obtuvo el divorcio que tanto deseaba, aunque eso le costara su cordura mental.
Ron lo miró furioso ahora.
-No me mire así, Auror Weasley. Ustedes fueron quienes comenzaron todo este problema. Y su hermana ni siquiera debería estar libre. Debería estar pagando por tratar de asesinar a un ciudadano. Por supuesto, siendo quien es ella, y quién es él, el castigo será probablemente disminuido. Nadie querrá meterse con la ex-esposa del Héroe del Mundo Mágico. Aun cuando ella atacara a su nuevo esposo. Claro, a menos que Harry quiera que ella pague duramente. O el señor Malfoy así lo requiera.
Ambos miraron a Harry.
-No, no lo quiero-admitió para la tranquilidad de Ron, quien no sabía que Harry ya estaba considerando lo que los amigos del rubio le habían hecho pasar, que ella estaba en los sótanos de la Mansión y que la petición del hijo del Nott aún no había sido concedida.
-Gracias compañero.
Harry no dijo nada, solo lo miró y asintió, sintiendo un nudo en el estómago por aquello.
-Auror Weasley-dijo enseguida el ministro-me gustaría hablar con Harry de otros asuntos del Ministerio, puede retirarse.
Ron asintió y se despidió, diciendo que estaría en el hospital. Cuando desapareció, ambos hombres se miraron cautelosamente, esperando quien quebraría primero el silencio. Fue Kinsgley.
-Dígame Jefe de Aurores, Potter ¿De verdad quiere hacer esto?
-¿De qué habla?
-Sabe de qué hablo. No soy tonto, Auror Potter. Malfoy no está exigiendo justicia por su ataque, a pesar de estar respirando con tranquilidad. Y él no es el tipo de persona que ofrece tablas de salvación a la gente, cuando tiene todas las de ganar. Lo que quiere decir que planea obtenerla por sí solo, y ya se vengó y por eso Ginevra Weasley no aparece, o él sabe dónde está y sabe que tiene todo el tiempo del mundo.
Harry entrecerró los ojos.
-Ahora, bien. Lo más probable es que la mujer esté en su mansión, pero solo podemos entrar ahí con permiso de cateo y el acceso de los Malfoy. Y no puedo pedirle a Lord Malfoy que me de acceso a su mansión con el pretexto de que ha secuestrado a alguien mientras estaba muriendo en el hospital. A diferencia de los Weasley, Harry, soy un sangre pura que nunca se alejó de las reglas sociales. Tal vez no esté en contra de los nacidos de muggles y muchos me consideren un traidor a la sangre, pero conozco su mundo porque me críe en él. Y los Malfoy, de haber cometido un delito, lo hicieron a conciencia y sabiendo todas las lagunas legales que hay en el caso. No me sorprendería que ellos puedan bloquear cada sospecha que tenga de ellos, o sus amigos y sus padres e hijos tengan una coartada. Especialmente Parkinson. Son los Malfoy y sus amigos más cercanos. No se han movido en mucho tiempo, pero no quiere decir que hayan olvidado cómo jugar.
Esperaba que Harry expresara culpa o al menos una vacilación, pero lo que no esperaba fue que él sonriera de lado y lo mirara a los ojos.
-Entonces, ¿tiene algo que decirme?
-Claro que lo tengo, pero tú no se lo dirás a nadie. Si, sé donde está Ginny, y sé que está en la mansión. También sé como llegó y como está, pero tú vas a fingir todo el proceso, vas a realizar cada uno de tus planes sobre la inspección a las mansiones de sus amigos, vas a utilizar veriseratum como siempre y vas a investigar el caso de Ginny. Pero no vas a encontrarla en la mansión.
-¿Qué te hace creer que no voy a hacerlo, Harry?
-No lo vas a hacer porque te conviene que Draco y yo estemos juntos, y la reputación de Draco le permita cuidar de mis hijos. Si, puedes darme la custodia y luego ir en contra de Draco o uno de sus amigos por obstrucción a la ley. Te quedarías liberado de la deuda y luego serías tan recto como siempre. Pero no lo harás. Y no lo harás porque me aprecies o Ginny que no esté ahí. No, lo harás porque me debes otra deuda de vida, y con ella me aseguraré que ninguno de ellos sea involucrado más allá de lo que debería en este asunto que si solo fueran los amigos del hombre que fue hechizado.
-Te estás ganando un enemigo, Harry.
-No, porque no termina ahí, Kingsley. No lo vas a hacer porque la condición para que quedes libre de esta deuda es que vas a hacerme un juramento inquebrantable de que no vas a tomar represalias futuras por esto en el futuro, ni con Draco, su familia, nuestros amigos, mi familia o conmigo. No vas a dañarnos por rencor o enojo de ninguna forma, ni directa, ni indirectamente, por el resto de tu vida, a menos que quieras morir.
Kinsley tragó saliva y ofreció su mano de mala gana a Harry.
-Supongo entonces que tenemos un trato-gruñó.
Harry asintió e hizo el pacto; solo cuando el hombre se marchó, suspiró y miró su mano.
No podía dejar que Draco se enterara nunca de esto. No es que no confiara en él o en su comportamiento, pero como buen slytherin intentaría usarlo en su favor, o lo vería como una nueva forma de manipulación; y Harry no quería que se sintiera en ventaja o en deuda con él una vez más.
Miró a sus alrededores y posó su mirada en la mano de una chica que pedía algo de tomar. Luego miró su propia mano y sonrió.
.
-Bien, señor Malfoy-titubeó la enfermera frente a él. La misma que lo había atendido cuando llegó al hospital con Hermione. Deshizo los hechizos sobre él y tomó notas. -Me alegra decirle que se encuentra perfectamente bien y podrá irse en dos horas a casa.
-¿Dos horas?-preguntó un poco extrañado Draco, porque usualmente no lo recibían muy bien en San Mungo, y de hacerlo, procuraban tenerlo el menor tiempo posible.
-Sí, solo es un margen. Queremos asegurarnos que realmente estará bien, después del trauma severo que su cuerpo sufrió. Aunque por supuesto, con la magia de su padre, y del señor Potter, está usted realmente mejor. Y dudo que recaiga.
Draco la miró asustado.
-Muchas felicidades, por su unión.- Concluyó la mujer y Draco comprendió que ella había asumido que la razón por la que le había podido pasar magia era porque estaban casados, y no por lo que realmente eran. Quiso decir algo, pero terminó por guardar silencio y limitarse a verla. -Oh, no se preocupe-enrojeció la mujer-el ... mmm auror Weasley me ha explicado lo que sucederá si se lo digo a alguien por ahora, así que, sí. Todos los que vimos al señor Potter entrar aquí no dirán nada. O al menos yo no. Sin embargo, debo decirle algo, ustedes dos hacen una linda pareja.
-Gracias-titubeó el rubio.
La miró salir, preguntándose a qué se debía tan repentina amabilidad, aunque era obvio que era debido a Potter y su no tan legal situación, y miró hacia la puerta. Su padre dormía por fin, después de tantas horas fuera de Azkabán y Scorpius se había marchado a casa, con Pansy. Un auror estaba fuera, aunque no sabía porqué, y todo estaba tranquilo. Era raro no tener que preocuparse, o estar sin hacer nada. A estas alturas del día, Draco ya habría realizado al menos un negocio o leído algún contrato. Además todavía tenía que terminar de leer los papeles que tenía en mano cuando llegó Granger; tenía muchas cosas que hacer y estar aquí en lugar de casa era frustrante.
Miró a la ventana, pensado en las palabras de su padre, cuando la puerta se abrió y por ella apareció Potter. Su mirada era decidida, e intensa y lo veía fijamente. Y Draco sintió su instinto de supervivencia activándose.
-Hola, Potter-saludó como si no fuera la gran cosa verlo y sonrió de lado, dándole la bienvenida. Tenía que aprender a dejar de verlo como un enemigo si realmente decía amarlo. Además, le convenía que todos pensaran que ellos realmente estaban casados. Pero había algo entre ellos, en este momento, que no le gustaba manifestándose; y sus sentidos le instaban a eliminarlo.
-Draco.
Y ahí estaba, pensó Draco. Tarde o temprano sabía que aparecería esa mirada determinada a hacer algo seguramente problemático. O que se preparaba para atacarle de todas las formas posibles. Esa mirada justiciera que tanto odiaba y a la vez encantaba, porque volvían los ojos de Harry brillantes y profundos.
Joder, que ese latido profundo que dio su corazón fuera por su salud y no por sentirse emocionado
-¿pasa algo?- preguntó preparándose mentalmente para la batalla verbal. Probablemente Potter había descubierto alguna de las empresas que no reportaban ingresos al ministerio, o había encontrado una de sus fábricas de pociones experimentales. Quizá sabía de todas las habitaciones de la mansión que había vuelto inaccesibles y ocultaban centenas de objetos de magia oscura que aún tenían uso. O de los aurores que trabajaban para él en Azkabán para que no mal-alimentaran o maltrataran a su padre siempre. Mierda, quizá había descubierto el dineral con el que chantajeó a varios miembros del ministerio para que no condenaran de muerte a su padre. Joder, también podía ser que descubriera el imperio que le aplicó al ministro para que diera ese veredicto. Quizá descubrió que él era el mago que incrustaba memorias falsas en algunos testigos, o había participado en algunos casos que los aurores tenían sin resolver.
Preparando su defensa a cualquiera de las anteriores opciones, examinó la mirada esmeralda y llegó a la conclusión de que no era eso.
Bien, empresas ilegales, evasión de la justicia, y chantajes emocionales, y monetarios, fuera.
Entonces el problema era alguna de sus acciones.
Joder, probablemente sabía de los bastardos que había matado cuando intentaron tirarle un avada y casi le dan a su hijo, o de los auror a los que literalmente castró por haber obligado a Pansy a tener roces con ellos durante su vigilancia luego de la guerra. Quizá se debía a la forma en que había utilizado multijugos para leer archivos secretos del ministerio, o del veneno con el que había intoxicado a Ginevra, luego del crucio que le había dado a Scorpius, y el cual Draco se sentía orgulloso de decir que le había reducido la mitad de su vida a la muy perra.
Casi sonrió de lado, pero no era el momento. Sonreía cuando la viera a un paso de la tumba, y nadie pudiera salvarla. Cuando los Weasley miren en ella los efectos de un cruciatus extremo diecisiete veces aumentado hasta morir de dolor. Por supuesto, el plan original también incluía la desesperación de Potter, pero podía vivir sin ello. Además, la hubiera matado más rápido, pero de otro modo los aurores se hubieran dado cuenta.
Joder, incluso Potter lo habría notado y con lo mal que se llevaban en aquel entonces, lo habrían condenado al beso del dementor. Para cuando lo de Ginevra sucediera, la poción utilizada habría de evolucionar hasta convertirse en su sangre y sería indetectable. Una bomba de tiempo perfecta.
A todo esto ¿Cuánto se suponía que le quedaba de tiempo a la comadrejilla?¿Existía la posibilidad de que se muriera en su sótano?
-Tengo que decirte una cosa-empezó el moreno y a Draco no se le pasó por alto que él sabía que probablemente había cientos de cosas por las que podría ser encarcelado y que habían pasado por su mente. Tragó saliva y decidió tocar un punto medio entre ambos, con el fin de, llegado el momento, tener tiempo de evadir lo que realmente parecía importarle al Jefe de Aurores.
-¿Es sobre ya sabes ? En dos horas saldré de aquí y solucionaré ese problema-Tanteó.
-No, bueno sí. -Aclaró Harry -Ella tiene que ver, pero no directamente.
Mierda, lo iban a acusar de secuestro. No, irían tras de Scorpius. Probablemente tendría que buscar un traslador y encerrarlo un buen rato en una de sus propiedades no registradas. ¿Qué prefería Scorpius, el mar o las montañas?
Ah, también estaban todas esas propiedades que no había reportado al ministerio.
-Entonces, ¿de qué forma?-preguntó, frunciendo el ceño.
-Seré directo Draco. Cuando nos enteramos de tu condición, la única persona que creímos que podría ayudarte era tu padre.-el rubio asintió totalmente serio pero con la preocupación reflejada en los ojos.- Entonces, para sacarlo de donde estaba, Ron le dijo al ministro que tú y yo estábamos casados y como era un enlace reciente si tu morías yo me sentiría morir y bueno, todos sabemos que muchas personas se han dejado morir así.
Draco asintió pensando en si debía seguir con su plan de reír cuando los Weasley sufrieran la pérdida de la menor de ellos. Y llegó a la interrogante de si debía incluir a la comadreja con su hermana.
Probablemente sería así.
-¿Y qué con ello?
-Hoy el ministro descubrió que todo era una mentira.
Sintiéndose aliviado de estar momentáneamente a salvo, al tratarse de algo que no lo llevaría a necesitar un abogado, dejó salir levemente el aire que ignoraba estar reteniendo.
-¿ quiere una prueba? -preguntó empezando a pensar cómo solucionar esa situación. Gryffindors, en serio. Intentaban solucionar un pequeño lío y lo convertían en uno peor -Espera, ¿él no quería algo para darte la custodia de Lily? Un matrimonio...
-Sí, un matrimonio sería de gran ayuda para mí y la custodia. Y también lo sería para él. Como comprenderás debo de arreglar esta situación, y pensé que no te importaría aceptar respaldar esta historia, después de todo también te beneficia a ti. Por supuesto, el ministro recomendó que probablemente sería útil para ambos que yo decidiera cobrarte una deuda de vida...
Frunciendo el ceño, Draco lo miró. Y sus ojos, opacos como el acero demostró la ira que empezaba a surgir dentro de él.
-Entonces, ¿tú quieres casarte conmigo para conservar no solo la custodia de tu hija, sino también para que yo me asegure que no se llevarán a mi padre? Y si no lo hago por las buenas, ¿técnicamente tendré que hacerlo por las malas?
El hombre no pareció escucharlo, pero caminó hacia él. Draco frunció el ceño todavía más y lo miró mal, pero pronto su cara pareció sorprendida cuando el otro se agachó frente a él y sacó un anillo. Y no solo era un anillo. Joder, tenía el signo de los Potter. Había notado, en algún momento de su vida que el de Ginevra no lo tenía, pero dado que Potter había perdido joven a sus padres, asumió que no lo tenía disponible. Pero joder, si los tenía. Y se lo estaba ofreciendo a él.
No. Esto no era posible. Seguramente estaba soñando. Potter quería un pacto, él no quería...
Miró a los ojos verde esmeralda, que resplandecían con fuerza y no pudo evitar cuestionarlo con la mirada.
-Draco, cásate conmigo.- Repitió Harry y Draco sintió que su respiración se congelaba.
Merlín, esto era... Se había arrodillado y todo.
-Te amo Draco Malfoy...me atrajiste desde que nos conocimos en Madam Malkin, me gustaste desde el torneo de los tres magos, te he querido cada segundo en que estuvimos en guerra y te he amado cada momento desde entonces. Así que, por favor, Draco, cásate conmigo. Cuidemos juntos a nuestros hijos y formemos una familia. Ámame como yo te amo y yo prometo amarte, cuidarte y protegerte del mundo. Cásate conmigo y te haré feliz.
Joder, esto realmente no se lo esperaba.
-Yo...
-Draco...-susurró Harry acercándose a él despacio-Te amo... Eres mi pareja destinada, tú me complementas, me haces sentir vivo, yo te amo.. ¿tú no lo sientes? Ese escalofrío al tocarte, ese deseo de besarte, de tocar tu piel, de ser tuyo... de que seas mío. ..
Tragando saliva, Draco asintió y Harry sonrió mientras se acercaba hasta quedar a milímetros de su boca.
-Cásate conmigo. Te aseguró que hago esto porque te quiero y aunque me estoy aprovechando de esta situación, y me aprovecharé aún más de ser necesario, es esto lo que más deseo desde el momento en que nos tomamos la mano y me diste la bienvenida a tu casa.
Se acercó al rubio y lo besó suavemente, manteniendo los ojos abiertos para ver la expresión de Draco. Él también lo miraba y al separarse, a milímetros de distancia de sus labios, Draco, con las mejillas sonrojadas y los ojos fijos en él, susurró.
-Si.
