Cap1: Los ataques de Kurama
Buenas de nuevo! Hoy tenemos el segundo capitulo de esta historia de humor absurdo. Me gusta escribir estas historias, no se vosotros, pero yo me rio con las gracias que hay aqui (si, son propias y es raro, pero joder, me hace gracia XD). Hoy tenemos el inicio de esta bella aventura, un momento qye todo jugador de pokemon ha vivido. Espero que os guste, yo paso a los review!
Max arti: hola buenas! Gracias, me alegra muchisimo que te guste, las comedias siempre son un riesgo para el que escribe, como los lectores no se rían, mal vas... Hoy vas a ver que, lo de colaborar kurama con naruto, es posible... solo hay que encontrar la motivacion adecuada.
Te aclaro que no, naruto no tendra jutsus. Si, en este mundo hay ninja, chakra y pokemon, pero naruto ha optado por hacerse entrenador pokemon en lugar de shinobi. En las siguientes partes se ira explicando poco a poco la vida de naruto, ahora toca relacionar al duo protagonista. Y tambien se verán las consecuencias de esta decision para Naruto...
Un saludo y espero que te guste lo de hoy!
Nikopelucas: hola! Gracias, espero que te siga gustando! tu tranquilo, la veras completa, espero que lo de hoy te haga reir. Un saludo!
-aaaaaaaaa- personaje hablando.
-aaaaaaaaa- personaje pensando.
-aaaaaaaaa- Ser sobrenatural/biju hablando (o Kurama quejándose)
-aaaaaaaaa- Ser sobrenatural/biju pensando (o Kurama pensando su queja)
RENUNCIA DE DERECHOS: No soy el propietario de Naruto, ni desde luego de Pokemon. ¿Creéis que estaría escribiendo esto si tuviese esa burrada de millones? No, tendría a un simpático becario escribiendo y yo estaría dictando desde mi piscina olímpica. Ni tan siquiera me llamaron para el guión de detective pikachu… En resumen: solo me pertenece el humor absurdo de este fic, el mundo Naruto pertenece a kishimoto y a su amado Sasuke; el de Pokemon a Nintendo y a Satoshi Tajiri.
-Esto es una maldita ignominia…- se quejó al aire Kurama con un tono derrotado, humillado.
Era raro ver a Kurama quejarse así al aire. El grandioso zorro de nueve colas era célebre por muchas razones: su extraordinaria fuerza, su poder ilimitado, sus pupilas como rubíes que irradian odio, su pelaje suave y sedoso… y, por encima de todo, su orgullo. Kurama no kitsune era el rey biju, el ser más poderoso del mundo, su egocentrismo igualaba a su fuerza. Incluso editaba sus propios relatos sobre sus masacres en el mundo humano para asegurarse de que se captase su carisma. Así que verle con ese tono humillado en la voz era algo que solo se podía ver una vez cada mil años. ¿Qué llevaba a Kurama a esto? La mayoría contestaría que el ser capturado por una pokeball y tener que acompañar a un niño de doce años en su viaje a la idiocia tendría algo que ver, pero no era todo. No, podría decirse que su humillación había dado un paso más… porque ahora media tan solo un metro de altura en lugar de sus decenas de metros de fuego y chakra, y se dedicaba a seguir a Naruto como esa puñetera rata amarilla del anime…
-Venga Kurama, no es para tanto…- le intentó consolar Naruto para luego abrazarle, pero el biju no estaba para consuelos ahora. Quería asesinar a toda la especie humana, no ser abrazado… el rey demonio de nueve colas no necesita abrazos…- Fuiste tú quien me pidió estar fuera de la pokeball…
-Joder, ¡porque no quepo dentro! El pokemon más grande es ónix, y mide menos de una decena de metros, ¡Yo triplico ese tamaño normalmente! Estaba encogido, sin apenas moverme, me daba con el techo y me estaba saliendo joroba… sin contar que no me gustan los espacios cerrados, es algo clínico, tengo justificante médico incluso…- murmuró el biju, mientras Naruto suspiraba.
-Y por eso he querido ayudarte. No tengo problema en que vayas fuera de la pokeball, incluso lo agradezco porque me haces compañía así, pero comprenderás que no puedo llevarte con tu tamaño real por las ciudades… destruirías edificios, aplastarías a la gente…
-¿Y qué problema hay con ello?- preguntó con indignación kurama. Joder, los humanos lo hacían con las hormigas cada día, y nadie se quejaba… esto era lo mismo, en esencia, el depredador apex mostrando su poder...
-Que matar gente está mal, Kurama…- el biju gruñó furioso ante su apodo.
-Que no me llamo Kurama…
-¿Ah no? Yo me fío del pokedex, pero si tienes otro nombre no tengo problema en cambiártelo, hay un señor que lo hace gratis en uno de los pueblos de la ruta pokemon… o eso creo…- Kurama bufó con exasperación.
-¿En serio necesitáis que un puto señor cambie el nombre a vuestros pokemon? Joder, llamadles diferente y listo…- Naruto abrió los ojos con horror.
-¿estás loco? ¿Y cómo llevarían el registro de los pokemon que se presentan a la liga? No, debes de bautizar a tu pokemon tras capturarlo, y una vez con su nombre nuevo, queda inscrito y ya todo el mundo lo conoce así, es ley de vida… salvo que ese señor se lo cambie, al parecer es decir el nuevo nombre ante él y acto seguido todo el mundo le conoce por ese nuevo nombre y olvida el anterior… es algo raro, no lo niego, dattebayo… Pero venga, puedo hablar con jiji sarutobi para que nos ayude a cambiarte el nombre, ¿cuál es el tuyo?- preguntó con amabilidad, suspirando el biju. Al menos había alguien que se lo preguntaba...
-Bien, por tus buenos modales te concederé el honor de ser el primer humano que oye mi nombre completo en su idioma natal en siglos...- el kitsune carraspeó, para luego hablar con su voz más profunda y diabólica.- Soy nyarlahothep en'ryleh angekok soggoth kalimá chernebogh, que significa demonio del fuego, señor de la muerte, marqués del odio, aquel que traerá la desesperación al mundo y se bañará en la sangre de los infantes inocentes para luego…- comenzó a enunciar, mientras el cielo se oscurecía entre truenos y nubes negras. El ambiente se volvió tétrico, los gritos de las almas torturadas del infierno comenzaron a oírse a través del suelo mientras los rubíes rojos del biju se iluminaban de forma sobrenatural y terrorífica. Un espectáculo que habría atemorizado a cualquier hombre cuerdo… lástima que el interlocutor fuese un niño tan despistado que no se daba cuenta de esas cosas.
-Esto… creo que lo dejaremos en Kurama…- musitó con un gesto retraído, cortándose de golpe toda la atmósfera mientras el biju rugía de indignación.- Kurama, cuando te elija para luchar no me puedo pasar media hora recitando un nombre del que no me acuerdo ni de la mitad de las palabras. ¿Te lo imaginas? "Te elijo a ti, Niarlajo enrimel angelon sugus kalipo chernobil, marques de no sé dónde y…"
-¡NO HAS ACERTADO NI UNO JODER!- ¿tan difícil era acertar uno? Chernebogh era fácil… al menos para él…
-¡Por que no hablo el idioma del infierno, dattebayo! Aunque te prometo intentar aprendérmelos…- se excusó Naruto. Realmente tenía razón, pero a eso había que unir su memoria de pez: en la escuela, era incapaz de memorizar dos frases.- Aunque será difícil que la gente pueda pronunciar nuestros nombres cuando ganemos la liga y nos inscriban en el muro de la fama…
-¿Cuando ganemos qué? Perdona, pero yo no me he apuntado a nada, ¡Esto es un puto secuestro!- exclamó el biju con rabia.- Es como si me hubieses amordazado y metido en el maletero de tu coche… ¡Yo de este pueblo no me muevo!
-Niarlajo sugus, ¡tenemos que colaborar! Jiji dice que cuanto mayor sea el vínculo con tu pokemon, cuanto más cultives esa amistad, más fuerte serás y…- comenzó a decir Naruto con un tono tan cursi que al biju casi le dan arcadas.
-Nyarlahotep soggoth…- corrigió con desidia el kiuby… vaya pérdida de dignidad de sus títulos infernales...- ¡Y NO SOY UN POKEMON!- gritó de nuevo el biju, por décima vez ese día, mientras se cruzaba de patas, ofendido, y dejaba de andar. Naruto suspiró, iba a ser difícil congeniar… pero, de pronto, tuvo una idea.
-Mira, dices que no eres un pokemon, aún cuando estás dentro de una pokeball ¿no?- Kurama asintió, comenzando a interesarse.- Y que el creador de la saga pokemon, Satoshi Tajiri…
-De su nombre si que te acuerdas perfectamente…- murmuró con rencor, siguiendo Naruto.
-…puede aclararlo si le escribes una carta, ¿no? Pero no puedes escribir sin pulgares, ¿me equivoco?- el biju se miró las patas, para luego levantar la vista hacia el rubio con una ceja arqueada.
-Tenía pensado enviarle psicofonías, así es como nos comunicamos los demonios, pero es cierto que a los humanos os generan inquietud y no las soléis entender…- Era un drama del mundo infernal: los demonios como él enviaban mensajes cariñosos al mundo vivo, como te quiero, pienso en ti, emoticonos… y los humanos recibían en su lugar lamentos de ultratumba, voces satánicas y gritos espeluznantes… ¿el wifi quizá? O a lo mejor pasaba como con el alemán, que a cualquiera que no fuese de Alemania le suena como una amenaza de muerte digas lo que digas… El caso es que ese niño había dado en el clavo y le había ofrecido una solución a eso…- Continúa…
-Bien, te propongo un trato: yo escribo y envío esa carta por ti, y, hasta que recibas la respuesta, me ayudas con mi objetivo en la vida…- propuso el uzumaki, apretando los dientes el biju. Era una oferta tentadora…
-¿y cuál es ese objetivo?- preguntó el biju, deseando oír "¡llegar a la vuelta de la esquina, comprar chicles, y luego quedarme en mi casa mientras tú descansas en el bosque con ofrendas diarias para que no nos destruyas". Era un gran objetivo, heroico si lo vendías bien, seguro que el fic sería igual de épico con ese argumento... Lástima de nuevo que el interlocutor fuese Naruto y no entrase en razón…
-¡SER EL GRAN CAMPEÓN POKEMON DEL CONTINENTE PARA QUE TODOS ME RESPETEN, DATTEBAYO!- exclamó con emoción, tragando grueso Kurama. Joder, eso no sonaba bien… pero ese niño le ofrecía un arreglo para el embrollo en el que estaba metido. Analizó sus opciones, y llegó a la conclusión obvia: tenía que ceder. Era eso o ser llevado a la fuerza en la pokeball para el resto de la eternidad…
-Está bien…- concedió, derrotado, mientras Naruto lo celebraba.- ¡Pero en cuanto Tajiri te diga que no soy un pokemon, me liberas!
-A condición de que no provoques un genocidio en venganza, eso sí…- añadió el rubio, recordando que debía de proteger su hogar y chasqueando la lengua con frustración el biju.
-Agghhh, está bien…- exclamó. Realmente no estaría mucho tiempo así, las cartas iban rápido ¿no? Lamentablemente, el nueve colas no se imaginaba lo lento que es el servicio de correos del continente shinobi… o las ganas que tiene este autor de escribir un fic de varios capítulos…- ¿A dónde hay que ir?
-Pues…- el rubio sacó un mapa de su mochila, mirándolo con el ceño fruncido, sin enterarse de nada.- …qué raro, no encuentro konoha, dattebayo…- El biju lanzó un lamento al aire y dio la vuelta al mapa, ya aclarándose Naruto… ya se estaba arrepintiendo del trato…- ¡Aquí está, ya decía yo! Nuestra primera parada es el gimnasio del agua, al norte...- El ignorante de todo kitsune se dirigió a la salida del pueblo con una expresión de hastío, para ser frenado de inmediato por el rubio con un grito.- ¡CUIDADO, ANGELÓN OSAMA CHERNOBIL!- el zorro dio un respingo del susto, mirándole con pánico.
-Joder, llámame Kurama, que cada vez estás jodiéndome más mi verdadero nombre…- exclamó con exasperación el biju.- ¿Se puede saber qué demonios te ocurre? Solo iba a cruzar estas hierbas altas de aquí para atajar…
-¡Son peligrosas, Kurama! Están llenas de pokemon salvajes, es mucho más seguro tomar el camino que bordea toda la zona… tardaremos algunas horas más, pero…- Explicó Naruto, mientras el kiuby miraba a su alrededor con una ceja arqueada.
-Chiquillo, todo lo que dices es ridículo… joder, entiendo que hay que tener cuidado con la fauna salvaje, sobre todo teniendo en cuenta que hay putos dragones por ahí sueltos y tú tienes doce años apenas… pero yo creo que aquí podemos estar tranquilos… vamos, por eso de que estamos a unos metros de un área urbana…
-No sé Kurama, a mi siempre me han dicho que no debo…
-JODER MOCOSO, ESTAMOS A UN PAR DE METROS DE UN PARQUE INFANTIL, están jugando niños de tres años en el lindero sin vigilancia, no creo que…- el biju puso una pata en la hierba alta, para derrepente sonar una música de tensión y aparecer un pokemon salvaje.- Joder, esto no tiene puto sentido…- se quejó con pesadez, preguntándose de donde había salido esa música...
Si escribiese un libro sobre esto, lo calificarían de ciencia ficción… nada más poner una pata en ese lugar de hierbas LIGERAMENTE altas, no más de un metro de altura a lo sumo, un asqueroso y repugnante pokemon les atacó. Esto no tenía sentido, se trataba de una rata de casi medio metro de altura, fiera y sedienta de sangre. Tenía cicatrices terribles de luchas por el territorio con otras ratas, un ojo inflamado y supurante de pus, escupía babas rabiosas por la boca a través de sus afilados e irregulares colmillos... Joder, ¿en serio tenían niños jugando al lado de un lugar con estos animales corriendo libres? Ese bichejo podía perfectamente matar a un niño de cinco años de un ataque y luego comérselo. Incluso al inútil de su nuevo aliado, visto cómo se escondió tras el biju con un gesto de miedo. Ni un guardia vigilando, ni control de plagas… ¿Cómo podían ser los humanos la especie dominante?
-¡Cuidado Aferdreyfus Enries, es un rattata salvaje!- exclamó el rubio, mientras Kurama suspiraba.
-Llámame Kurama… onegai…
-Como sea, ¡ten cuidado en este épico combate!- dijo con emoción, mirándole el kitsune con una ceja arqueada mientras el rattata gruñía al aire y emitía unos sonidos bastante perturbadores mientras se rascaba por culpa de la sarna.
-¿épico? Es una puta rata campestre con la rabia, triquinosis, miles de tumores y la puñetera peste, si hasta en su barra de vida pone nivel 2…- explicó con desidia.- Yo soy un puto biju milenario, debo de tener nivel 100 como mínimo, y 999999 puntos de vida, puesto a compararme con un pokemon…
-¡Bien, pues vamos a capturarlo! ¡Usa gruñido!- Kurama miró con un gesto confuso al uzumaki.
-¿Cómo? ¿Que use qué?- preguntó, mientras el rattata intentaba atacarle y el kiuby lo contenía sin esfuerzo.
-Gruñido, tu segundo ataque, mi pokedex dice que puedes hacerlo, que es uno de tus cuatro ataques…- expuso el ojiazul.
-¿Cómo, que tengo lista de ataques? Déjame ver…- solicitó, tomando el pokedex con su pata delantera mientras que con la otra sostenía de la cola en el aire al rattata y una de sus colas le ponía unas gafas de media luna. Ser un demonio milenario no te libraba de la miopía...- Umm, es cierto, me han puesto ataques…- leyó con interés el primero, arqueando una ceja.- "Arañazo"… bueno, es lógico, viendo mis afiladas garras…- se jactó, brillando sus zarpas a la luz del sol.- A ver el siguiente… "Gruñido"… a ver, es más bien rugido, un extraordinario y potente rugido de poder…- corrigió con soberbia, para luego seguir y levantar las cejas con emoción.- ohhhh, "bijudama", este ataque es una maravilla mocoso, es puro yo… y a ver el cuarto, supongo que será algo relacionado con invocar zorros infernales, o abrir una puerta al infierno… ¿pero que dem…? ¿"Siesta"?- preguntó con indignación en dirección al rubio.- ¿Cómo que siesta? ¿me ves con pinta de snorlax?
-A ver Kurama… yo creo que es lógico…- intentó explicar Naruto, mientras leía la descripción del kitsune.- Aquí dice que siempre estás durmiendo, se ha registrado que duermes unas dieciocho horas diarias de media… incluso se te llama "el koala de las nueve colas"… - añadió el rubio, apretando los dientes el biju de vuelta mientras el rattata seguía intentando morderle desde el aire, sin éxito.
-Joder, ¿y qué quieres que haga dentro de una pokeball? Solo hay una puta estancia circular con pilares de madera, oscura, sin decorados… incluso me capturaron con una pokeball defectuosa y el suelo perdía agua por algún sitio, ¡la inundación me llegaba por las rodillas!- describió el biju con furia tras recordar ese lugar. Joder, el creador de la serie tenía que odiarle para pasarle de ser mascota de un uchiha a estar encerrado en ese tétrico lugar…- Podrías ponerme libros, o una tele, y no tendría que elegir entre dormir o hablar conmigo mismo…- sugirió, pero el uzumaki negó con vergüenza.
-No tengo dinero Kurama… bastante con poder comer, llevo este chandal porque no tengo más ropa…- se disculpó, entrándole un ataque de empatía al biju al ver ese horrible chandal naranja.
-…está bien, está claro que ahorrar para tu vestuario debe de ser nuestra prioridad…- el kiuby volvió su atención hacia el rattata, que seguía revolviéndose en el aire mientras vomitaba una repugnante sustancia verdosa y rugía al viento.- Volviendo a lo nuestro, ¿estás seguro de que quieres que use gruñido? Sabes que puedo invocar las llamas del séptimo infierno e incinerarlo en directo ¿no? U ordenar a las almas de los condenados que salgan del suelo y lo lleven a un tormento eterno, como en arrástrame al infierno… que jodidamente espectacular queda eso…- comentó con añoranza el biju… ojalá estuviese entre sus ataq… UN MOMENTO, él no era un pokemon, podía hacerlo cuando quisiese…
-Esto… preferiría que este rattata siguiese vivo, para poder capturarlo y tener más pokemon disponibles para un combate y eso…- se excusó con una gota de sudor en la nuca, algo cohibido ante esa descripción de los poderes de Kurama. Al final iba a tener razón el biju al decir que era una locura darle un demonio a un niño, imagínate que un niño con un charmander le ordena hacer ascuas en medio de un orfanato… El kitsune suspiró con fastidio.
-Mira que eres aburrido… - se quejó el biju, para luego tirar al rattata a unos metros y prepararse para atacar.- …está bien… hubiese quedado mil veces mejor lo de las almas en pena, pero bueno…- el biju aspiró con fuerza, hinchando el pecho.- GROAAAAAARRRR- rugió con toda la potencia de sus pulmones. El extraordinario rugido del zorro infernal invadió el lugar, aterrorizando a su rival. El rattata se olvidó de su ataque rabioso, se orinó encima y salió huyendo… y no solo el pokemon. Los niños del parque infantil comenzaron a gritar de terror y a llorar, saliendo corriendo hacia sus enfurecidas madres, que miraban a Kurama con ansias asesinas. Alguien inteligente hubiese metido a su pokemon en su pokeball y salido corriendo… pero el entrenador pokemon que estaba allí era Naruto…
-SUGOI KURAMA, ¡ha sido épico!- exclamó con emoción, para luego sacar una pokeball de su bolsillo derecho.- ¡Voy a buscarlo a ver si lo capturo! Tú espérame aquí por si aparece otro más…- pidió… o más bien ordenó, porque no le dio oportunidad de réplica al incómodo biju, que se vio de pronto rodeado de madres furiosas.
-¿te parece normal asustar a mi niño así, mala bestia?- le gritó una mujer morena, mientras su hijo lloraba en sus brazos con miedo.
-A este le reconozco, es ese zorro que intentó destruir mi casa hace unos años…- declaró otra, con su hija escondida tras sus faldas.
-¡Quiere destruir konoha de nuevo! Deberíamos de llamar al hokage…- acusó otra, mientras el kitsune suspiraba con hastío y esas agudas y estridentes voces, unidas a los llantos de los infantes, llenaban sus sensibles orejas. Incluso una comenzó a darle con su bolso, debiendo el zorro que contar hasta mil para no provocar un nuevo genocidio. Este viaje iba a ser demasiado largo…
Bien, por hoy terminamos. Es muy facil escribir esta clase de historias, los capitulos cortos se escriben rapido, y mas si te hace gracia el argumento.
Como veis, ya se han presentado el duo protagonista. Kurama ha decidido colaborar, muy a su pesar, todo para lograr comunicarse con el creador de pokemon y poder demostrar que es un biju y no un pokemon mas. El hecho de ser un demonio no ayuda a facilitar la comunicacion con el resto de seres humanos, es una putada...
Y ese encuentro con el rattata... en serio os parece que los pokemon todos iban a ser tan adorables? no dejan de ser animales salvajes que viven en entornos hostiles, suerte que era un rattata rabioso y no un dragonite xD Y en lo referente a los ataques del biju, siesta estaba CANTADO. En el proximo le vereis aorender nuevos, sera divertido. disfrutad, nos leemos!
