Cap 4: mi segundo pokemon

Buenas! otro capitulo rapido de esta obra. Veo que el mundo de los crossover es mas jodido para encontrar lectores, pero yo no me rindo, me divierto escribiendo esta historia! Asi que aqui teneis mas humor absurdo, disfrtar!

Carlos juan ad: buenas! Me alegra que te gustase, si, ya tenia gabas de que apareciese mi sakurita. Exacto, no se puede hacer una historia sin sakura: o bien la tienes que hacer bashing, o enlazarla con quien sea aun a costa de volverla subnormal (ejem ejem, Boruto), o matarla... hinata en cambio la dejas en la sombra y no se nota (mi fjaka por ejemplo). Es el pj femenino con mas desarrollo canonico, es algo logico, no un simple shippeo. Sin contar que es un pj muy rico, no entiendo como puede haber alguien que la tenga asco...

En fin, un gusto encontrar gente con mi misma opinión, espero que te guste lo de hoy, un saludo!


-aaaaaaaaa- personaje hablando.

-aaaaaaaaa- personaje pensando.

-aaaaaaaaa- Ser sobrenatural/biju hablando (o Kurama quejándose)

-aaaaaaaaa- Ser sobrenatural/biju pensando (o Kurama pensando su queja)

RENUNCIA DE DERECHOS: No soy el propietario de Naruto, ni desde luego de Pokemon. ¿Creéis que estaría escribiendo esto si tuviese esa burrada de millones? No, tendría a un simpático becario escribiendo y yo estaría dictando desde mi piscina olímpica. Ni tan siquiera me llamaron para el guión de detective pikachu… En resumen: solo me pertenece el humor absurdo de este fic, el mundo Naruto pertenece a kishimoto y a su amado Sasuke; el de Pokemon a Nintendo y a Satoshi Tajiri.


-Este mundo tiene CERO sentido cachorro…- refunfuñó el biju milenario, quejándose de nuevo de la obra de satoshi tajiri. Luego se preguntará por qué no le contesta la carta y pone fin a esta historia…

-Kurama, que ya te he dicho que estamos acostumbrados, que todo funciona así por algo… que mi kaa chan me lo ha dicho muchas veces dattebayo…

-¡Que estéis acostumbrados no significa que sea normal! Recapitulemos…

-¿Requé?- Naruto dibujó su clásica cara de confusión, esa que le hacía al biju querer estrangularlo con sus colas.

-Que uses esa nuez que tienes por cerebro un poco…- murmuró el kitsune, conteniendo sus ganas de asesinar a su compañero forzoso de viaje.- Estáis tan obsesionados con el mundo pokemon y el shinobi que os habéis olvidado de TODO lo demás de la rama civil. No tenéis hospitales, estructura de gobierno, servicios básicos, vuestro servicio de correos es exasperantemente lento e ineficiente…- esta queja era justificada, la carta a satoshi tajiri, la luz de esperanza que le sacaría de ese infierno, se había perdido por problemas burocráticos y habían tenido que mandar otra… que puto horror.- Vuestra tasa de paro es tan alta que los caminos están llenos de entrenadores pokemon desesperados por retar a niños de doce años y ganar una pelea para conseguir algo de dinero y llevar comida a sus casas; incluso la mayor eminencia en medicina del continente, tsunade senju, prefiere regentar un gimnasio pokemon porque está mejor pagado que ser cirujana jefe de konoha… Y TODO ESO SIN CONTAR LO DE LA BICICLETA…

-¿Qué te ha dado con la bicicleta Kurama?- interrumpió Naruto la disertación del kiuby, defendiendo su juguete nuevo. Naruto estaba pedaleando mientras hablaba desde una bicicleta naranja con detalles azules, con dos flamantes ruedas de color negro con detalles plateados… y una cesta delante con un minúsculo biju en forma chibi dentro, barajando seriamente el suicidio.- ¿Te recuerdo lo que habríamos tardado en llegar al gimnasio de la tierra si hubiésemos ido andando?

-Ya ya, pero me dirás que te pareció normal que costase 999.999 ryu…

-Ya te digo, cuanto ramen se podría comprar con eso… menos mal que ese viejete tan majo nos dio un vale gratis para conseguirla, así, sin más, sin conocernos una mierda…- reconoció el uzumaki, pedaleando feliz por el camino de tierra mientras el biju negaba… cero sentido todo...- Pero piensa que ahora, como tenemos que ir sí o si por caminos por culpa de la bici, ya no nos perdemos y acabamos casi ahogándonos en cuevas malolientes…- el biju tuvo que asentir. Si, eso no estaba tan mal…

-Pero sigo manteniendo que deberíamos de venderla… ¡joder, si la colocamos por 500000 ryu, pagamos la hipoteca de casa de tus padres, la de la tuya propia para que te vayas a vivir con tu novia de pelo chicle y te sobraría para vivir tranquilo! Y dejar esta absurda aventura, ya puestos…

-Eso lo dices porque no la tenían con sillín extra y tienes que ir en la cesta de delante…- contraatacó el rubio con una ceja arqueada, achicando los ojos Kurama.

-Parecemos el extraterrestre y el niño de ET…- el orgullo del biju estaba al borde de la muerte por inanición. Porque, no contento con llevarle en esa cesta (era eso o ir en la pokeball defectuosa de Minato, y recordemos que el grandioso kiuby tenía claustrofobia), como hacía frío, Naruto lo había envuelto con una manta roja para que no pillase un constipado. Entre una marea de tela roja asomaba el hocico y las orejas del depredador apex del continente, con sus ojos rojos de pupila rasgada observando todo con fiereza… una imagen de sentimientos encontrados, concretamente ridículo y terror a la vez… Sin embargo, su aspecto no era el principal problema del kiuby en ese momento… esa frase había dado un dato a Naruto que el biju iba a lamentar…

-¿tú también viste ese peliculón? ¿A que mola mucho?- gritó con emoción el uzumaki, temblándole una ceja al kitsune. Lo que le faltaba… lo había emocionado, y Naruto emocionado era todavía más imbécil… Naruto aceleró el paso de la bici como un loco, riéndose al aire y sin mirar por dónde iba.- ¡Vamos kurama, como en la película cuando huyen de los federales! TAAAANAAAAANANANANANAAANAAAA- tarareó, obviamente desafinando, mientras el biju comenzaba a entender por qué tenía tan pocos amigos el ojiazul… era demasiado entusiasta a veces… Sin embargo, de pronto la bici comenzó a flotar en el aire, abriendo los ojos el rubio con sorpresa.- ¿Y esto? ¿Has aprendido el movimiento volar o estás volviendo a tu planeta Kurama?- preguntó con emoción, mientras el kitsune abría los ojos con terror.

-¡NO IMBÉCIL! ¡QUE COMO NO MIRAS POR DÓNDE VAS HAS IDO DIRECTO A UN PUTO TERRAPLEEEEEEEEEEEEEEEN!- gritó, siendo pronto acompañado en el grito por Naruto, mientras la bici se precipitaba contra la cristalera superior de un edificio del pueblo al que iban.

Mientras, en el gimnasio de la tierra, un joven pelirrojo luchaba por dormir. Este joven, de nombre Sabaku no gaara, era un joven de unos doce años, de pelo rojo como el fuego y ojos azul turquesa, y se encontraba a tan corta edad ya a cargo de un gimnasio pokemon. ¿Cómo lo logró? Lo cierto es que fue contra su voluntad. Su padre, el kazekage de Suna, era un tirano obsesionado con la guerra, un hombre de un talante incompatible con el pacífico gaara y sus hermanos, ergo no tardaron mucho en independizarse los tres infantes. Su hermano mayor, Kankuro, era artista callejero gracias a sus marionetas… no traía mucho dinero a casa, y gastaba mucho en maquillaje, pero no dejaba de ser su sueño el ser el mejor titiritero del continente, y tenían que apoyarle. Su hermana mayor, Temari, una bella joven de cabello rubio, se había ido a vivir con su novio recientemente, un puñetero vago redomado si le permitían opinar. Les enviaba dinero, y les ayudaba como podía, pero no era mucho, el tabaco del Nara era muy caro... Por tanto, la supervivencia de la familia recaía sobre gaara y su gimnasio de tierra.

¿Cómo lo logró? Os seguiréis preguntando. Realmente, con trabajo duro, y por un golpe de suerte. Antes de irse, le quitó a su padre una extraña esfera de color rojo y blanco que el kazekage guardaba como oro en paño. La denominaba "su arma para destruir Konoha". Lo hizo por joder realmente, no por saber qué era, pero resultó que se trataba de un pokemon, y de uno bastante poderoso: Shukaku. Cierto es que hablaba, y que estaba empeñado en que no era un pokemon, si no un… ¿biju? ¿Qué era eso? Daba igual, estaba dentro de una pokeball. Si está dentro de una pokeball, es un pokemon, si no estaría dentro de… no sé… ¿una bijuball? Pero ese pokemon gordito era una máquina en los combates, y gracias a él había encontrado trabajo con el que mantener a su familia. Con solo doce años, era el maestro de un gimnasio. Aunque ese meteórico ascenso tenía su parte mala: estaba trabajando siempre de sol a sol. Era estresante, no le gustaba mucho, no se relacionaba con nadie, y lo peor de todo… le provocaba insomnio. Le costaba mucho dormir últimamente… aunque ahora estaba a punto… sus párpados se caían, su mente se perdía… estaba a punto de…

-¿Te estás durmiendo chiquillo?- preguntó shukaku con la sonrisa más maliciosa de su vida. Si, estaba a punto… de ser despertado por decimotercera vez por su pokemon, experto en desvelar a la gente. Ahora entendía por qué los pokemon no hablaban…

-Si…- murmuró, haciendo acopio de toda su paciencia. Si discutía, se desvelaría definitivamente, y no podía permitirlo… todavía tenía sueño, estaba a punto de dormirse otra vez, solo tenía que cerrar sus ojos y…

-Ah, lo siento, creía que estabas despierto…- se disculpó… falsamente. Lo cierto es que lo hacía a posta, había esperado a que gaara estuviese a punto de dormirse otra vez, de ahí que gaara acabase estallando.

-¡MALDITA SEA SHUKAKU, LLEVO CUATRO DÍAS SIN PEGAR OJO POR TU CULPA! ¡Déjame dormir!- gritó el pelirrojo, con sus ojos inyectados en sangre y unas marcadas ojeras. Gaara normalmente era una persona equilibrada, tranquila, pero joder… es que ya eran cuatro días en los que ese mapache psicótico le despertaba siempre que le veía a punto de dormirse. Y no podía meterlo en la pokeball… había aprendido a salir, y cuando lo hacía aterrizaba sobre él…

PUES LIBÉRAME DE MI CAUTIVERIO, MALDITO SECUESTRADOR! Es una vergüenza que Yog-soggoth ahurimem ansyahalahan okhta rujilamem, señor de la muerte bajo el sol, sultán de la depravación, tenga que hacer de mascota de…

-Por última vez, shukaku… que te necesito para mantener a mi familia, y que si te libero vendrá Suna a atraparte de nuevo y estarás en las mismas, solo que al mando de mi padre…- intentó mediar el pelirrojo, desesperado. No le faltaba razón, de momento le necesitaba, y, mientras lo tuviese en su poder, estaría oculto de suna. Era una especie de simbiosis, pero el mapache no lo entendía, para él era tan sencillo como ser liberado y causar un par de genocidios para marcar el territorio… pero eso estaba mal según gaara... Su discusión, sin embargo, se interrumpió cuando la cristalera del techo del gimnasio se rompió en mil pedazos, cayendo a través de ella… ¿un chico rubio en bicicleta y una especie de zorro deforme envuelto en una manta roja?

-AAAAAHHH/AAAAHHH- gritaron a la vez, para luego caer por suerte en uno de los numerosos montículos de arena que decoraban el ring del combate. Ambos cayeron de cabeza y rodaron montaña abajo, para aterrizar boca arriba llenos de arena y tierra.- ¡¿Quieres…- el zorro, furioso, le pegó una patada al chico rubio desde el suelo, mientras escupía arena desesperado.- …dejar…- otra patada, más escupitajos y arcadas.- …de arrastrarme en tu puto viaje al ridículo?!

-Ayyy… creo que me he roto algo…- se quejó desde el suelo el uzumaki, para sacar de debajo suyo los restos destrozados de la cesta de la bicicleta. Estupendo, ahora tendría que llevar a kurama en su mochila, con lo que odiaba eso el biju...- ¿la bicicleta está bien?- preguntó desesperado, gruñendo el biju en respuesta mientras se levantaba y señalaba con una de sus colas a la bicicleta. Gracias a kami, estaba intacta, llena de arena, pero intacta.

-Esto… ¿estáis bien?- se interesó amablemente gaara, ayudando al rubio a levantarse, mientras shukaku miraba a los recién llegados con los brazos en jarra.

-¿sabéis que hay una puerta, no? Los jóvenes de hoy no tenéis respeto por… ¿KIUBY?- preguntó shukaku, botando del susto incluso mientras el zorro hacía lo mismo. El tanuki se fijó en la compañía del kitsune y de inmediato ató cabos.- ¿tú también?

-¿Shobi?- cuestionó de vuelta el biju de nueve colas, para ver que ambos estaban exactamente en la misma situación.- Si, me capturaron en una pokeball cuando intente destruir Konoha entera… supongo que a ti te ocurrió lo mismo al atacar suna como te ordené, ¿no?- Se interesó el kiuby, sudando frío shukaku.

(Flashback inicia)

-Je, ¡qué bien se vive en el desierto joder!- exclamó con felicidad el tanuki, andando con sus diez pisos de altura a través del paisaje arenoso mientras daba de vez en cuando saltos como si la vida fuese un musical, feliz por estar en su hábitat.- Sin problemas, sin preocupaciones, rodeado de arena… ¡Que le den a kurama con su obsesión con extinguir a la especie humana, soy un tanuki con suerte!- el inmenso mapache se fijó de pronto en algo que relucía entre tanta arena, una especie de esfera de color rojo y blanco.- ¡Uy, una pokeball! Siempre me he preguntado cómo funcionan, voy a verla más de cerca…- exclamó con alegría, tocándola y…

(Flashback fin)

-Esto… si…- el tanuki intentó disimular la verdad… como Kurama descubriese que se había autoatrapado sin querer en una pokeball, siendo encontrada esta por un grupo de mercaderes del desierto y cambiada al kazekage por agua y especias, se estaría riendo de él por meses…- Esas pokeball las carga el diablo… ¡Dime que has venido a rescatarme! Estoy harto de luchar en este puto gimnasio... ¡Se creen que soy un pokemon!

-Más quisiera… si no se han dado cuenta de que no somos pokemon tras ver que NO TENEMOS NI NIVEL NI BARRA DE VIDA, dudo en que haya esperanza…- murmuró con derrotismo, mientras Naruto intervenía con sorpresa.

-un momento, ¿Este es el gimnasio de la tierra?- gaara y shukaku asintieron, confusos.- ¡Perfecto, dattebayo! ¡Te reto a un duelo por la medalla!- gritó a todo pulmón, dibujándose una expresión de molestia en el rostro gaara. Justo cuando estaba a punto de dormir una siesta...

-Bueno…- suspiró el pelirrojo.- Iba a dormir de una puñetera vez, pero no tengo más remedio que aceptar… Shukaku…- llamó, suspirando también el tanuki.

-Oh, qué sorpresa, otra vez yo haciendo todo el trabajo…- se quejó, llegando al centro del ring.

-Anubis Rail Yakhisoba, ¡te elijo a ti!- exclamó con pura emoción el uzumaki, hinchándose una vena en la frente del kiuby.

-¡Que me llames Kurama y dejes de denigrar mi título de duque infernal!- rugió avergonzado, pero no pudo evitar la risa del tanuki.

-JA, yakhisoba, ¡como la sopa!

-¡Tú calla, Sucaca!

-¡Es shukaku!- exclamó con enfado el una cola, que bastante le costó llegar a un acuerdo sobre su nombre con gaara tras intentar que memorizase el auténtico sin éxito… ese niñato sabe inglés, pero no sabe el idioma del infierno… ridículo, ya verás cómo se arrepiente cuando se muera y acabe allí, como el resto de la puta humanidad… mira que era simple, "no tengáis pensamientos impuros", pues nada, sacan el icha icha y todos a pensar en cosas sucias…- Deberías de ser amable, nueve colas… puede que decida darte una paliza un poquito menor de la que te mereces si estoy contento…- amenazó, saliendo a la luz un aspecto básico de los dos hermanos, la competitividad. El kitsune se revolvió con enfado ante esa afrenta.

-¿paliza? ¿Tú? Pero si obedeces órdenes de un niño de doce años…- el mapache arqueó una ceja, cayendo Kurama en lo irónico del comentario.- Aggghhh, no es lo mismo, ¡yo con mi cachorro formo una sociedad! Yo le doy mi sabio consejo y le defiendo cuando se mete en líos, y él escribe a satoshi tajiri para que aclare de una vez nuestra existencia como biju.- explicó el kiuby con altivez, pero Naruto intervino.

-¡Kurama me va a ayudar a hacerme campeón pokemon! ¡Y no te metas con él, que con la danza de la lluvia te revienta!

-¡SÉ DEFENDERME SOLO CACHORRO, MUCHAS GRACIAS!- gritó un desesperado Kurama al descubrirse que usaba ese ataque ridículo, mientras shukaku reía aún más y Gaara se dormía lentamente aprovechando que estaba distraído.

-¡JA! Danza de la lluvia, ¿lo has oído, gaara?- se burló el una cola, dando un golpe en la espalda al pelirrojo y de paso despertándole y arrancándole un gesto de enfado.- Un ataque ridículo para un biju ridículo… nueve colas, seguro que te resultan cómodas para sentarte…- el kiuby enseño sus dientes… con sus colas no se metía NADIE.

-¡Mejor nueve de pelaje suave que una deforme sin pelo! Y no te rías tanto de mis ataques… Déjame adivinar los tuyos… barrigazo…

-¡es placaje! ¡Y no estoy gordo, solo retengo arena!- rugió con enfado el mapache, sonriendo con malicia el kiuby mientras Naruto arqueaba una ceja… así que usaba arena, eh...

-…asaltar la nevera… vomitar lo comido entre sollozos… y dar lástima…- completó, estallando el una cola de indignación.

-¡la bulimia es un problema demasiado serio para bromear con ello, maldito insensible!- gritó el tanuki, asintiendo gaara y Naruto con comprensión. Ahí kurama se había pasado.- ¡Y ya verás tú lo que es dar lastima cuando te reboce en arena como si fueses una croqueta! ¡Gaara, ordéname usar la bijudama!- dijo con furia… y volviendo a despertar a Gaara de nuevo, que estaba a punto de dormirse. El pelirrojo frunció el ceño con enfado.

-Joder, haz lo que quieras, yo solo quiero dormir…- el sabaku intentó conciliar de nuevo el sueño, pero el tanuki no estaba dispuesto a dejar de torturar a su secuestrador.

-¡De dormirte nada! ¡Sé testigo de mi brillante victoria sobre el imbécil de mi hermano, BIJUDAMA!- exclamó, comenzando a acumular energía en su boca, mientras Kurama rugía en desafío.

-Arggghhh, ¡tiene la bijudama! ¡Y tú me cambiaste la mía por esa danza ridícula!- se quejó, pero el rubio se mantuvo tranquilo.

-No te preocupes, ya te dije que es muy lenta, tenemos como dos turnos antes de que la use… Kurama, ¡usa hipnosis!

-¿Qué? ¿Cómo que hipnosis? ¡Que todavía no me he leído el libro sobre hipnotismo que nos dio ese probable depredador sexual que tienes por padrino!- gritó con horror el biju, mientras Naruto le miraba con reprobación.

-Joder, pues léelo y úsalo, podrías haberlo hecho en el viaje en bicicleta en lugar de quejarte de parecerte a ET, ¡no voy a hacer yo todo el trabajo!- el kitsune tomó con desesperación el libro de más de quinientas páginas, leyendo frenéticamente.

-Agghhh… hipnosis, hipnosis…- mientras leía las páginas sosteniendo el libro con una cola, con una pata libre tomó un péndulo y comenzó a agitarlo delante del tanuki que, aún en su lento ataque, le miraba con la boca abierta y una ceja arqueada.- Mira este péndulo, este péndulo es tu vida, su movimiento te evoca la infancia y la…- el biju pasó la página del libro y se desesperó al ver que todavía tenía unas cinco páginas de ritual, agotándose su paciencia y optando por una táctica más directa.- AGGGHHH, ATAQUE LIBRAZO.- exclamó, lanzando el farragoso volumen contra shukaku. El problema vino porque el biju de nueve colas no se acordaba de la antinatural agilidad del mapache, que se movía como una culebra a pesar de su enorme barriga. Simplemente canceló su bijudama y esquivó el proyectil… con tan mala suerte que el libro impactó de lleno en el rostro de gaara, dejándolo inconsciente en el acto… y a shukaku sin supervisión paterna…

-HAHAHAHAAAAAAAA, ¡LIIBREEEEEEEEEEE!- chilló de felicidad, comenzando a crecer de tamaño mientras acumulaba arena entre risas psicóticas. Cuando lo hacía con gaara vigilando, el sabaku le reprendía y le metía en la pokeball para hacerle pequeño de nuevo… pero ahora ya no podía. Y no pudo quedar inconsciente en mejor momento… podría matar a ese advenedizo de su hermano zorruno y al limitado de su entrenador antes de que le volviesen a encerrar.

-La que has liado Kurama…- balbuceó Naruto tras tragar hondo, mientras un aura depresiva rodeaba al kiuby. No había salido como lo tenía pensado joder... Mientras, shukaku crecía y crecía.

-Ha… ha sido un accidente...- se disculpó, para luego mirar con pánico a Naruto.- Cachorro, ¡me tienes que dejar a mi crecer también para enfrentarlo en un duelo épico!- pidió, viendo cómo única salida posible el hacerse también grande y liarse a zarpazo limpio en medio del pueblo. Seguramente shukaku le lanzaría balas de aire, él las esquivaría con gráciles saltos y luego pondría a Naruto a darle un santo cabezazo que lo dejase vencido… si, era un plan brillante, sin fisuras… lástima que Naruto pensase por su cuenta.

-Ah no, que no dejareis un solo edificio del pueblo en pie y mataréis a cientos de inocentes…- expuso, chasqueando la lengua el biju de nueve colas… ¿Qué importa un pequeño genocidio ahora? Mientras, shukaku ya media tres metros de alto (y otros tres de ancho, como diría Kurama) y comenzaba a acumular la arena del lugar de la que clavaba sus ojos psicóticos ojos en sus dos enemigos.- ¡Ya sé! ¡USA DANZA DE LA LLUVIA!

-¿Qué? ¡Ni muerto me pongo yo a bailar delante de shukaku!- exclamó con terror el kiuby. Joder, si iba a morir, al menos quería hacerlo con dignidad, no entre burlas de su puñetero hermano y rival. Pero Naruto supo cómo responder a eso.

-Kurama, todo esto es culpa tuya por lanzar ese libro como un loco, ¡hazme caso y confía en mí! ¡DANZA DE LA LLUVIA!- el biju no pudo negar lo lógico del comentario… agghhh, se supone que los demonios milenarios no tienen alma, ¿por qué se sentía culpable ahora? Resignado, el biju se puso sobre dos patas y comenzó el ataque.

-Boooooooomba…- gritó, comenzando a mover las patas al ritmo de la música que comenzó a sonar se ninguna parte. Shukaku paró de crecer y miró al kiuby con incredulidad, luchando por no reírse por si dejaba el biju de nueve colas de hundirse en el ridículo, mientras una fina lluvia comenzaba a caer en el campo de batalla.- Sensual… un movimiento sensual… sensual…

-HAHAHAHAHAAAAA, ¡ESTO SOLO MEJORA!- se carcajeó el biju de una cola, tomándose el estomago incluso de la risa, mientras la lluvia aumentaba en intensidad y empapaba a todos los presentes. Kurama apretó los dientes y continuó con el plan de Naruto, rezando por una muerte rápida al menos…

-Un movimiento muy sexy… sexy…- siguió tarareando, moviendo la cadera tras asentirle el rubio. La señal de que, fuese lo que fuese lo que tuviese pensado, estaba ocurriendo… quizás le odiaba y lo estaba haciendo por joder, en plan ultima venganza…- una mano en la cintura… una mano en la cintura… un movimiento sexy… Y AHORA EMPIEZA A PERREAR.- continuó, para luego empezar a bajar con giros de cadera. Shukaku se cayó de espaldas de la risa, chapoteando en el agua que comenzaba a acumularse.

-HAHAHAHAAAAAA, en serio, qué gran día, ¡qué gran día! No solo te voy a matar, si no que encima vas a perder antes cada ápice de la dignidad que tenías…- se siguió burlando, mientras el kiuby se sentía a un paso de morirse solo por la vergüenza… qué jodido bajón de carisma el morir imitando a King africa…- Voy a disfrutar muchísimo recreándoles tu baile a nuestros hermanos con mis figuras de arena, pero antes… creo que toca poner un final a vuestra historia…- sentenció, extendiendo desde el suelo su mano en dirección a los dos amigos y dibujando una sonrisa psicótica en su rostro.- ATAÚD DEL DESIERTO.

El ataúd del desierto, su ataque más célebre. La arena envolvía a su enemigo y lo trituraba como en un sarcófago, haciéndolo reventar en sangre y vísceras… Kami santo, cómo adoraba ese momento y qué poco le dejaba hacerlo gaara. Que matar estaba mal decía… Vaya estupidez. Pero bueno, ahora estaba inconsciente, era libre hasta que se despertase y usase la pokeball… era hora de disfrutar. Sin embargo, cuando apretó el puño para que la arena envolviese a Kurama y Naruto y les triturase, su ataque se quedó corto… muy muy corto. La arena apenas se alejó un metro de él, mientras Kurama lo miraba todo con una ceja arqueada y Naruto asentía satisfecho. Volvió a abrir y cerrar el puño, quizás es que se había distraído imaginándose a Kurama hecho pulpa… y ocurrió lo mismo. La arena apenas se movió. Era como si fuese mucho más pesada de lo normal…

-¿Sorprendido shukaku? De pequeño, mis padres me llevaron a la playa, y allí me fijé en algo… la arena mojada pesa mucho más que la seca…- explicó, arqueando ambas cejas Kurama. Joder, ¡el chiquillo a veces pensaba! Era esperanzador y perturbador a la vez, como ver a un mono usar una herramienta… es bonito pero, como le pille el tranquillo, te monta un planeta de los simios en un segundo… el planeta de los Narutos… argghhh, que escalofrío de terror más tonto…- Y también me fijé en algo cuando tou chan y yo hicimos un castillo de arena: que no aguanta bien los golpes… kurama, ¡USA ARAÑAZO!- Shukaku abrió los ojos con horror ante esa orden, mientras kurama dibujaba la sonrisa más zorruna de su vida. Al fin su cachorro decía algo con sentido…

-Esto…- balbuceó desde el suelo el biju de una cola, incapaz de huir por su peso recién adquirido, notando un sudor frío recorrer su espalda… esto pintaba feo.- ¿Sabéis que soy disléxico y que, cuando dije "creo que toca poner un final a vuestra historia", quería decir "Qué bien me caéis los dos y ese pelo rubio me tiene loco entero"?- intentó librarse con diplomacia, pero kurama no estaba por la labor de ser piadoso.

-¿Y cuando dijiste "Voy a disfrutar muchísimo recreándoles tu baile a nuestros hermanos con mis figuras de arena" quisiste decir "Voy a perder humillantemente por culpa de un baile y un arañazo"?- se burló, para luego tragar hondo el tanuki y atacar kurama. Un solo golpe en un brazo hizo falta para que toda la figura gigante que había formado shukaku con su arena se viniese abajo, comenzando a derrumbarse mientras cada pedazo de arena mojada era vencido por la gravedad hasta que solo quedó una montaña de arena. Después de unos segundos salió el tanuki versión chibi intentando coger aire

-¡AGGGHHH, AUXILIO, ME AHOGOOOOOOO!- Kurama negó al aire… otra comicada absurda, los biju no necesitan respirar, a shukaku le encantaba el drama…- ¡Mi reino por un flotador!

-¿Qué reino, maldita rata alopécica?- preguntó kurama, que no iba a asesinar a los miembros de su propia especie, por mucho que desease convertir en pulpa a su hermano de una cola. No al menos hasta que satoshi tajiri declarase que los biju no eran pokemon y estuviesen a salvo de esta manía de encerrarlos en pokeball. Así que el biju simplemente esperó con sus brazos en jarra a que shukaku dejase de hacer el ridículo, mientras Naruto trataba de despertar a gaara.

-Aghhh…- se lamentó el pelirrojo, recuperando la consciencia mientras Naruto le zarandeaba un poco.- qué… ¿Qué ha pasado? Solo recuerdo algo negro y grande volando hacia mi cara…- kurama tragó hondo mientras Naruto le miraba con reprobación.

-Etto… te desmayaste solo…- mintió el kiuby, de la que el uzumaki negaba y ayudaba a levantarse a gaara.

-Joder, qué dolor de cabeza…- se volvió a quejar el sabaku, para luego mirar el puñetero desastre empantanado que era su antaño seco y árido gimnasio.- ¿Qué rayos ha pasado con mi gimnasio?

-Tu pokemon, Shukaku, empezó a crecer e intentó matarnos, y nos defendimos…- se excusó Naruto, mirando esta vez con reprobación gaara al tanuki.

-¿Otra vez? ¿Qué te he dicho de no intentar asesinar a la gente?

-Que está mal, que hay que dialogar y ser amable…- contestó con pena el shobi, mirando al suelo como un niño pequeño.

-Aghhh… no tienes remedio…- murmuró el pelirrojo, para luego volver a dirigirse a Naruto.- Bueno, si le habéis vencido, supongo que os habéis ganado la medalla…- anunció, sacando de un bolsillo un emblema de una duna de arena del tamaño de un Ping, sonriendo con felicidad el uzumaki, ¡su segunda medalla! Pero Gaara se la tendió con un gesto cansado que hizo interesarse al rubio.

-¿Estás bien?

-Más o menos… este trabajo es agotador, si te soy sincero solo estoy en él por el dinero…- confesó, sobándose la nuca con cansancio.- …al menos he podido dormir un poco al desmayarme… lo que daría por poder dejar esta mierda y dedicarme a la política, pero mientras no ahorre, difícil…- añadió, arqueando una ceja Naruto.

-Etto… a ver, sé que nos acabamos de conocer, pero… no me gusta ver a la gente mal, dattebayo…- entre las dunas de arena, el ojiazul rescató su bicicleta, tendiéndosela al sabaku.- Creo que te hace falta más que a mi… si la vendes, te dará para empezar de cero….- Gaara abrió los ojos con sorpresa. Esa bicicleta valía como mínimo medio millón de ryu, si la vendía tendría suficiente para volver a su casa y disputarle el asiento de kazekage a su padre en las próximas elecciones. En definitiva, ese chico ojiazul que acababa de conocer le estaba resolviendo la vida joder…

-Me… ¿me la ofreces así, sin más?- preguntó, impactado, contestando Naruto con un asentimiento.- No… no puedo aceptarla, es demasiado…

-Venga, si te soy sincero, prefiero andar con kurama y ver el mundo, y creo que él también viendo cómo se quejaba de la cesta en la que iba…- reconoció con un tono divertido, mientras kurama achicaba los ojos… cierto, pero lo de andar tampoco le gustaba mucho… sobre todo si era siguiendo al rubio mientras interpretaba un mapa… era elegir entre mal y peor…- Mira… podrías… ser mi amigo… y eso… y así estamos en paz…- sugirió finalmente el uzumaki, algo sonrojado, volviendo a sorprender a gaara. Un… amigo… ¿acaso tenía alguno? Realmente no tenía ninguno… sus hermanos no contaban, eran familia… y fuera de eso no se relacionaba con nadie, solo trabajaba y aguantaba a shukaku. Lo cierto es que se sentía muy solo… El sabaku le tendió la mano al rubio, emocionado a pesar de su pose solemne.

-Naruto… será un honor para mí ser tu amigo…- se dieron la mano, sonriendo, y xk tincando gaara.- Y, como somos amigos, voy a ayudarte con tu proyecto de ser campeón pokemon… llévate a shukaku…- le ofreció, reaccionando los biju de forma dispar.

-Joder, ese chiquillo te odia, gaki…- declaró un apesadumbrado kiuby, indignándose shukaku.

-¡Eh! Agradecido tendría que estar si le acompaño, soy un puto mapache demoniaco, DOY PARA MÍ PROPIO MANGA JODER- el tanuki dirigió su mirada de odio de su hermano a su anterior propietario.- ¡Y tú! ¡Que soy un biju, no una puta caja de bombones, si quieres demostrar tu amistad invítale a una puta copa y ya! ¿Cuán bajo va a caer la raza de los biju?


y fin por hoy. Como veis, los demas biju tambien van a aparecer, algunos para unirse a naruto, otros como rivales... por lo pronto, ahora naruto tiene al una cola y al nueve colas... conseguira otros? se vera próximamente!

Y si, espero que tengais un amigo como shukaku, con esa habilidad para despertaros en el peor momento... xD Un saludo y nos leemos!