Cap 6: Traidores y enemigos
Buenas! Aqui con un nuevo capitulo de ¡no soy un pokemon! Hoy toca que haga aparicion un nuevo personaje de naruto, sin contar bastahte mas humor absurdo, que es el elemento central de este fic xD Espero que os guste, nos leemos!
uzumaki albert: saludos! gracias, me suelen decir que tengo mucho sentido del humor, y me alegra ver que están en lo cierto. Reirse es parte esencial de la vida! Y me alegra tb verte comentando, ya veo que el Satsuki shinden esta gustando mucho, ojala tuviese mas tiempo para publicaros 3/4 capitulos al mes... Un saludo y suerte a ti tb!
Max arti: hola! gracias, si te ha arrancado una risa, ha logrado su objetivo. Y ya veras, esto empieza a pillar ritmo, el humor absurdo cada vez será mas absurdo, como veras hoy. Y hoy kurama va a descansar, que tiene razon... le tienen explotado...
-aaaaaaaaa- personaje hablando.
-aaaaaaaaa- personaje pensando.
-aaaaaaaaa- Ser sobrenatural/biju hablando (o Kurama quejándose)
-aaaaaaaaa- Ser sobrenatural/biju pensando (o Kurama pensando su queja)
RENUNCIA DE DERECHOS: No soy el propietario de Naruto, ni desde luego de Pokemon. ¿Creéis que estaría escribiendo esto si tuviese esa burrada de millones? No, tendría a un simpático becario escribiendo y yo estaría dictando desde mi piscina olímpica. Ni tan siquiera me llamaron para el guión de detective pikachu… En resumen: solo me pertenece el humor absurdo de este fic, el mundo Naruto pertenece a kishimoto y a su amado Sasuke; el de Pokemon a Nintendo y a Satoshi Tajiri.
-Y bueno chicos, ¡aquí está la montañosa, seca y rocosa Iwa!- exclamó Naruto con felicidad desde lo alto de un acantilado, aunque estuviese lleno de polvo, ramas y mugre del camino, mientras los tres biju le miraban en iguales circunstancias. Frente a ellos, un inmenso paraje de color marrón suave bañado por el sol, lleno de cañones, acantilados y afilados riscos, les daba la bienvenida. Naruto sonrió al aire, y alzó su puño al cielo.- Ha sido un largo viaje, pero…
-Ejemmm ejemmm…- le interrumpió kurama mientras shukaku miraba al uzumaki con ansias homicidas y chomei con una gota gigante de sudor en la nuca… no penséis que kurama estaba tan tranquilo porque sí, era solo que ya estaba acostumbrado a estas tonterías de su entrenador y lo había normalizado…- ¿Seguro que solo un viaje?- Naruto se tomó el mentón para pensar.
(Flashback inicia)
-Y bueno chicos, ¡aquí está la montañosa, seca y rocosa Iwa!- exclamó con felicidad un limpio y aseado Naruto, seguido por sus tres biju, tras coronar el ultimo risco que daba acceso al país de la roca. Oh si, ya lo podía sentir, habían sido dos semanas de camino desde Suna, pero al fin habían llegado. Era raro, supuestamente había solo una semana a lo sumo entre Suna e Iwa, pero bueno, lo importante es que ya podía disfrutar de su destino. Y del clima de la nación de la roca, que era mucho más agradable de lo que le contó su madre. Cerró los ojos, maravillándose con las sensaciones… podía sentir la suave brisa acariciando su rostro, la tierra blanda bajo sus pies… el sonido de las olas, el graznar de las gaviotas, las bocinas de los barcos de pesca volviendo a puerto… oh Iwa, tal y como se la imaginaba… Shukaku abrió los ojos con horror.
-¿Desde cuando Iwa tiene mar?- preguntó con confusión. Iwa era famosa por ser una gigantesca estepa de roca, poblada de riscos, acantilados que daban a los pocos pero caudalosos ríos que la recorrían, de llanuras de tierra marrón con numerosas cuevas y zenotes… Y, ante el ojiazul y sus tres biju, se extendía el mar. EL PUTO MAR, con sus olas, su horizonte insondable que hacía descartar que fuese un lago muy grande, sus barcos de pesca… Era IMPOSIBLE que estuviesen en Iwa.- Maldita sea chiquillo, no sé mucho de geografía, pero me suena que ni Suna ni Iwa tienen acceso al mar…- los otros dos biju se unieron a la mirada reprobadora de shukaku, mientras Naruto fruncía el ceño con confusión.
-¡TE HAS VUELTO A PERDER CACHORRO!- exclamó kurama con rabia, rápidamente sacando el mapa Naruto.
-¿Eh? ¡No, dattebayo!- se excusó el rubio, extendiendo el mapa del continente shinobi que usaban para guiarse en sus viajes.- He seguido el mapa punto por punto, sabiendo que Iwa está al oeste y…- el rubio frunció más el ceño… y dio la vuelta al mapa para luego abrir los ojos con sorpresa, cayéndose los tres biju al suelo de la impresión.- Ahhh, claro… el norte va pa'rriba…- murmuró para sí, tomando kurama de la pechera al chico tras recobrarse.
-¿Me estás diciendo que en lugar de estar camino al gimnasio de la lava de Iwa, ESTAMOS EN EL PUTO PAÍS DEL MAR, EN EL OTRO EXTREMO DEL CONTINENTE?- gritó con furia, mientras chomei agarraba a shukaku para que no matase a su adorado, pero enormemente despistado, Naruto kun. Dos semanas a la mierda…
(Flashback fin)
-Etto… han sido DOS largos viajes, pero ya estamos aquí…- los tres biju le miraron de forma tétrica, recordando cómo tuvieron que volver a atravesarse toda konoha para llegar a su auténtico destino… cómo habían luchado por salir del lodo, atravesando bosques espesos, andado bajo lluvia, sol abrasador…
-Estás tan tranquilo porque aprovechaste el viaje de vuelta para visitar a esa novia de pelo chicle y frente gigante con tan mal genio…- afirmó shukaku, todavía recordando el golpe que le propinó la joven cuando le dejó caer a Naruto que necesitaba una novia servil y con más pechos que solo sirviese para parir y cocinar, como debe de ser una buena mujer… ¿Qué? No le miréis así al pobre shukaku, el fandom opina exactamente eso, fijaos en el final de la serie canónica y en el destino de cada personaje femenino casado…- Deberíamos de empujarte por este acantilado… sería taaaaan fácil…- murmuró para sí el una cola, mientras la arena se arremolinaba alrededor de su expresión psicótica. Naruto negó con ambas manos, nervioso.
-¡Eh! Vosotros también lo habríais aprovechado si alguno pudiese aprender surf, habríamos ido al gimnasio de allí y listo… mira que no ser compatibles con ese movimiento, es que no me lo explico…- los tres biju suspiraron con pesadez. Claro, qué raro que un insecto gigante con armadura de hierro, un mapache del desierto hecho de arena y un zorro de fuego no sean capaces de nadar y flotar en el océano… en serio, se estaban ganando el cielo con este entrenador…- Pero bueno, como dice mi tou chan, "agua pasada…- Naruto se detuvo unos segundos, pensando en cómo seguía.- ...y amanece más temprano".
-Agua pasada no mueve molino, Naruto kun…- corrigió chomei, revoloteando en el aire con desgana. Mira que le quería, y mira que era difícil a veces… Sakura san lo sabía bien…
-¡Eso!- admitió Naruto con felicidad, para volver a mirar al horizonte.- Así que preparémonos: en alguna parte de este valle tan grande está el gimnasio de la lava, donde nos espera un nuevo combate épico para lograr la medalla y…- Naruto entrecerró los ojos unos segundos, para luego mirar a un punto concreto del horizonte con una expresión furiosa que hizo sorprenderse a los biju. ¿Qué había visto Naruto? El rubio se arremangó, y apretó los dientes con enfado.- Prepararos, tenemos pelea…
Naruto corrió en dirección a su objetivo, seguido por sus biju, que no sabían exactamente qué estaba pasando. ¿Había encontrado el gimnasio y estaba cerrado? ¿Alguien se estaba riendo de su chandal naranja? ¿O algún desaprehensivo estaba tirando ramen? Era muy raro ver a Naruto así, normalmente era jovial y cercano… solo le habían visto enfadado una vez, cuando en mitad del viaje vio que se había quedado sin ramen instantáneo… fue un día de intensa furia hasta que encontraron un lugar que vendiese más, desde entonces los tres biju se aseguraban de que hubiese ramen suficiente para su entrenador. Pero, a los pocos segundos de correr, lo entendieron: en medio de la llanura, un grupo de diez adultos, todos vestidos con unas extrañas túnicas negras con nubes rojas bordadas, rodeaba a una chica de cabello negro corto vestida con el tradicional traje de Iwa. La joven estaba magullada, dolorida y llena de polvo, intentando levantarse desde el suelo. Parecía vencida, aunque miraba todavía a sus asaltantes con un brillo de furia en sus ojos negros, dispuesta a vender cara la derrota.
-Dejadme en paz…- espetó desde el suelo, apretando los dientes y salvando como podía su orgullo, obteniendo una risa burlesca de uno de sus enemigos, un individuo alto, enmascarado, con piel morena y ojos verdes.
-Eso será después de que tu abuelo nos pague un cuantioso rescate y nos entregue al cuatro colas… kurotsuchi de Iwa… no debiste de salir sola…- murmuró con perversidad, saboreando el inminente bocado. Pero la voz de Naruto le interrumpió cuando iba a extender la mano para levantar del cabello a su presa.
-Creo que la chica os ha dicho que la dejéis en paz…- los diez enemigos y la fémina se giraron a mirar al rubio, reaccionando de forma dispar. Kurotsuchi abrió los ojos con incredulidad, contemplando a su rescatador. Le parecía alto… muy alto… quizás era porque le miraba desde el suelo, pero no le podía parecer más alto y fuerte en ese momento. Con su pelo rubio ondeando al viento, esos brillantes ojos azules fijos en sus rivales, esa expresión fiera… y rodeado de tres pokemon además. No reconocía cuales eran, quizás eran de la nueva generación, pero no parecían un inútil bulbasur… quizás tenía una oportunidad de salir de ahí. Mientras, los asaltantes también dibujaron una expresión de incredulidad, pero por motivos bien distintos.
-No… no puede ser…- balbuceó uno de ellos, un chico pelirrojo de apariencia juvenil, para luego sonreír con perversidad mirando a los tres biju que acompañaban a Naruto.- ¿Esos no son el kiuby, el nanabi y el shobi? Creo que es nuestro día de suerte…- Naruto frunció más el ceño, realmente enfadado.
-No, no es vuestro día de suerte… He oído hablar de vosotros: una banda de crimínales sin escrúpulos, un grupo de mercenarios que se dedican a asaltar a pobres niños en los caminos para arrebatarles a sus mejores amigos. La policia os busca, los kage también, y gracias a kami os he encontrado yo antes…- les señaló con el dedo, pasándolo por cada uno de ellos. Normalmente, esos diez delincuentes internacionales no habrían tenido ningún reparo en atacar a ese chiquillo, pero… parecía fuerte. Se dirigía a ellos con valor, sin el más mínimo miedo, y parecía muy seguro de poder vencerlos… ¿tendría algún truco bajo la manga? Quizás refuerzos, o alguna técnica shinobi impresionante… kurotsuchi, en cambio, lo miraba con los ojos brillando… Kami santo, era como esos héroes de los cuentos que le leía su abuelo. Naruto cerró el puño en dirección al que parecía el líder, un hombre de pelo naranja y numerosos piercings en la nariz, con los ojos púrpuras anillados, y le sonrió con soberbia.- Hoy se acaban vuestras fechorías, vais a conocer a Naruto uzumaki…- todos se tensaron, esperando un ataque…- ¡OS RETO A UN COMBATE, TEAM ROCKET!- …y todos se cayeron de espaldas al oír eso.
-¡Joder, otro que nos confunde con el team rocket! ¡Que somos akatsuki, AKATSUKI! ¡Mira las capas!- se quejó el líder, un hombre llamado pain, mostrando con vehemencia su vestimenta, para ser respondido por un compañero suyo con forma de planta carnívora atropomorfa.
-Creo que tenemos que cambiar de uniforme jefe…- Naruto lo observó de cerca con una expresión curiosa entre tanto enfado.
-Joder, que meowth más raro tenéis, ¿no?- preguntó, indignándose el hombre planta.
-Eh eh eh, ¡que no soy ese puto gato parlante! Soy Zetsu…
-Ah, encantado, yo Naruto.- le dio la mano el ojiazul, sonriendo amablemente el akatsuki.
-Encantado yo también, qué chico más majo…- halagó Zetsu mientras Naruto sonreía, para luego girarse de nuevo hacia pain y dibujar un gesto enfadado.- Jefe, hay que cambiar de uniforme, siempre nos confunden a mi y a kisame con meowth…- el hombre azulado asintió en conformidad con la idea del hombre planta.
-¡Ni hablar!- exclamó un hombre de pelo negro y ojeras marcadas, sospechosamente parecido al teme por cierto.- ¡Me he pasado días tejiendo esas putas nubes rojas para vosotros, y no ha sido fácil! Soy un puñetero anbu y maestro del mangekyo, no un sastre, me he tenido que esforzar como nunca, ¡AHORA OS LAS VAIS A TENER QUE PONER HASTA PARA DUCHAROS!- y así comenzó una nueva discusión de grupo entre los amantes del actual uniforme y los que querían ir al trabajo vestidos informal, mientras Naruto, kurotsuchi y los biju miraban todo con confusión.
-Joder, os lo tengo dicho, somos akatsuki, la organización criminal más peligrosa del mundo, ¡Necesitamos uniformes icónicos! ¡Si vamos cada uno vestido de calle le quitáis toda a epicidad a nuestras apariciones!- intentó el líder poner orden entre el caos el líder mientras todos se peleaban con todos, para luego suspirar.- Ese puto team rocket nos está jodiendo la fama…- Naruto arqueó una ceja, cayendo en una contradicción.
-Un momento, ¿no sois el team rocket?- Todos los akatsuki allí presentes pararon de pelear y asintieron en su dirección.- Entonces... ¿por qué perseguís a los pokemon?- cuestionó el uzumaki señalando a kurama, shukaku y chomei, que tragaron grueso. Zetsu frunció el ceño antes de contestar.
-No, esos no son pokemon, son biju, las nueve partes del ser mitológico conocido como juubi, vencido y sellado por hagoromo y…- Shukaku saltó de inmediato.
-¿LO VES CHIQUILLO, VES COMO SOMOS…? AUUUUCHHH…- gritó al aire el biju de una cola cuando recibió un pisotón de kurama en su dedo meñique. El shobi se giró a encararse con su hermano, pero se encontró con la mirada furibunda del nueve colas y del siete colas. Un claro mensaje, "cierra la puta boca, bola de grasa, que como descubran que somos biju vamos a echar MUCHO de menos a este inútil de pelo rubio…". Indirecta captada.- …Etto… ¿pika pikachu?- balbuceó, intentando camuflarse como el afamado pokemon tipo rayo. Kurama se dio con la palma en la frente mientras los akatsuki entrecerraban los ojos con sospecha.
-¿No podías escoger para imitar otro pokemon más parecido a ti?- le gruñó por lo bajo, comparando seres: un adorable, delgado y bonachón pikachu; frente a un mapache psicótico, obeso y de naturaleza demoníaca. Mientras, Naruto contestó a la explicación de Zetsu.
-Otro más con eso, que noooo, que son pokemon, al menos hasta que satoshi tajiri lo aclare…- expuso.- Os juro que es verdad, están en una especie de limbo legal…- los tres biju asintieron, reaccionando con hastío uno de los akatsuki, un individuo de cabello gris con una gigantesca guadaña de triple hoja sobre su hombro.
-¡Mientes! Sabes que te vamos a sacrificar a jashin en cuanto te quitemos los biju.- sentenció con una sonrisa psicótica, para luego mirar a su jefe.- Vamos jefe, ¡dejémonos de dialogar y repartamos tortas!- solicitó. Algunos akatsuki no sabían qué creer, incluso su líder dudaba sobre lo dicho por Naruto… joder, no mostraba duda, o era un brillante mentiroso, o decía la verdad… El uzumaki, viendo que los crimínales necesitaban todavía alguna prueba más, tuvo una idea.
-Mirad, sé cómo demostrarlo…- Sacó una pokeball de su mochila, y la dirigió a kurama.- Kurama, ¡a la pokeball!- el biju gritó de horror un NOOOO, pero la luz roja de la esfera le atrapó y le metió en su odiada y húmeda prisión, obteniendo un grito de asombro de cada akatsuki presente.- ¿veis? Pueden ser atrapados por una pokeball, ergo son pokemon...- explicó, haciéndose el silencio en lugar mientras los akatsuki intentaban asimilarlo. Tras unos segundos, habló un akatsuki de unos dos metros con apariencia de tiburón.
-Tiene lógica… lo ha atrapado con una pokeball… si fuesen biju, sería una bijuball…- aceptó el espadachín, temblándole la ceja a un hombre de pelo rubio largo peinado en coleta, con un ojo tapado por un extraño lente futurista.
-¿Me estáis diciendo que he dejado mi galería de arte en candemtown, con sus miles de seguidores y su exposición permanente de mi arte, para perseguir pokemon como esos niñatos de doce años que corretean por los caminos?- preguntó con ira, sumándose a su furia la bella mujer de cabello azul corto con un piercing en el mentón.
-¡Te lo dije pain! ¡Te dije que madara no era trigo limpio! El muy hijo de puta nos está usando para montarse su propio live action del pokemon go…- gruñó, frunciendo el ceño pain.
-¡Ah no, esto sí que no! ¡Hemos movilizado millones de ryu y reunido a los mejores shinobi del continente para hacer un mundo mejor, no para "hacernos con todos"! Que tenemos treinta años de media de edad joder, no estamos ya para estas mierdas…- levantó las manos, dirigiéndose a sus indignados secuaces.- ¡Vamos todos a por él, a pedirle explicaciones!- todos los akatsuki del lugar exclamaron con júbilo, y el grupo entero se dio la vuelta para dirigirse a ame, dejando a los biju, a Naruto y a kurotsuchi solos en el lugar, en un total silencio. Tras unos segundos, la pokeball que encerraba a kurama comenzó a revolverse, hasta que se abrió y un aterrado kitsune, sudado y con los ojos desorbitados, se materializó en medio de todos los presentes.
-ARGGGHHHH, ¡AIREEEEEEEE!- rugió al cielo con desesperación mientras se agarraba a chomei entre lamentos y shukaku intentaba calmarlo a golpes, para luego mirar acusadoramente a Naruto.- ¡No vuelvas a hacer eso chiquillo!- Naruto lo ignoró para dirigirse a la fémina allí presente, que seguía en el suelo, mirándole con los ojos como platos. Había… había vencido. Había vencido a todo akatsuki junto. Era increíble. Se quedó sin aliento cuando se situó junto a ella, en pie, con su pelo rubio ondeando al viento y esos ojos azules brillando con amabilidad.
-Bufff, qué cerca estuvo… ¿te han hecho daño? Me llamo Naruto uzumaki, y esto… me da vergüenza decirlo, pero… no sé cómo te llamas…- reconoció algo apurado, pero con una sonrisa, tendiéndole la mano. La joven la aceptó con un marcado sonrojo, levantándose lentamente.
-Me… me llamo ku… kurotsuchi… Naruto kun…- la joven se abofeteó mentalmente por demasiadas cosas. El tartamudeo, el sufijo, el sonrojo… joder, esos ojazos azules la distraían, eran hipnóticos… Tosió ligeramente, intentando aparentar normalidad. La aterraba hacer el ridículo delante de él…- Y no… no me han hecho nada…- Naruto sonrió aún más… haciendo sonrojarse aún más a la chica. Tenía una sonrisa preciosa…
-Me alegra oírlo, ¿sabes por qué te atacaron?- la preguntó amablemente, rascándose la nuca la chica.
-Van… van detrás del pokemon de mi abuelo… y me querían usar de rehén…- confesó, para luego mirar fijamente a los ojos del rubio.- Eran muy fuertes, son diez shinobi muy poderosos, de rango S… a mí me vencieron sin problemas, y tú… tú les hiciste frente solo... Fu... fuiste muy valiente, Naruto kun…- halagó, sin borrar ese sonrojo ni un instante, mientras Naruto se reía con nerviosismo y se rascaba la nuca también.
-Ya, Ero sannin me enseñó a revisar el chakra, ya me hacía una idea de que eran fuertes… pero bueno, no iba a dejar que te hiciesen nada Kuro chan.- afirmó el uzumaki, guiñándole un ojo… y poco le faltó a kurotsuchi para derretirse ahí mismo. Encima, bondadoso…
-Bu… bueno… muchas gracias…- la joven apartó la mirada con timidez, juntando las manos inconscientemente y murmurando algo.- Si puedo hacer algo por ti…- ofreció con amabilidad… y con interés, no lo iba a negar. Ojalá la pidiese ir a comer algo, a dar un paseo… se quedase unos días con ella…
-Pues… sí que hay algo…- reconoció el rubio con vergüenza.- Soy… soy entrenador pokemon y me preguntaba si… si podrías decirme dónde queda el gimnasio de la lava…- los biju dejaron de discutir y asintieron en dirección a la chica de Iwa. Joder, MARAVILLOSA IDEA, Naruto caminando sin perderse por una vez… La joven arqueó las cejas, sonriendo.
-¿El gimnasio de la lava? ¡Sé dónde está, mi abuelo es su líder! Ven y te le presento…- comentó con alegría, para luego tomarse del brazo de ese chico rubio tan agradable. Quizás era un poco bajito ahora que ella estaba de pie, pero bueno… la gente bajita crece…- Y, de paso, podrías contarme cuales son tus gustos… si puedes quedarte aquí por un tiempo…
Charlaron amablemente de camino al gimnasio, seguidos por los tres bijus, que miraban todo con un gesto tenso. Naruto era muy ingenuo para darse cuenta, pero… esa chica estaba muy interesada en él. Uy como se enterase Sakura... Llegaron al gimnasio, y kurotsuchi les guió hasta el líder del edificio, un hombre de escasa estatura que por poco superaba el metro de altura. Tenía una nariz bulbosa, y dos largos mechones de cabello cano a los lados de la cabeza. Naruto abrió los ojos con impresión… era… era onoki de las dos escaleras. Waw, había leído muchísimo sobre él, era uno de sus ídolos en el mundo de los entrenadores pokemon. El anciano, tras décadas como tsuchikage, y cansado de no poder llegar a fin de mes con el exiguo sueldo de líder de la aldea de la roca, había montado un gimnasio. ¿Qué? ¿Os parece vergonzoso? La derrota en la tercera guerra ninja dejó en una mala posición al anciano; y, con la crisis del continente por culpa de la fiebre pokemon, el puesto de kage ya no era lo que era. El padre de Naruto estuvo en el mismo problema, solo que su solución fue más… elegante. "Transporte express minato namikaze S.L.", la empresa líder en mensajería del continente, capaz de entregar un paquete en un segundo, mantenía al líder de la hoja y a su familia, e incluso les permitía llevar una vida holgada.
El caso es que las técnicas de onoki no tenían tanto potencial en la vida civil… el anciano lo intentó en el mundo del tratamiento de residuos… su elemento polvo era súper efectivo para eliminar la basura sin dejar rastro… Pero era muy poco rentable, por lo que fundó ese gimnasio. Y ahora si podía vivir bien, incluso se había labrado una fama atroz… ningún entrenador le había vencido, su gimnasio era inmensamente rico por ganar cada batalla. Bueno, salvo la de ese chiquillo uchiha, que se presentó con una carta de kishimoto. "O me das la medalla, o kishimoto te mata en Boruto y pone a tu nieta como una inútil". No tuvo elección joder. Y, para mayor enfado, estaba ese chiquillo que ahora le desafiaba… no sabía por qué, pero no le agradaba ese niño, por mucho que su adorada nieta dijese cosas tan buenas de él, o que la hubiese salvado la vida… Quizás fuese ese pelo rubio y esos ojos azules… como odiaba esos rasgos, los rasgos de su archienemigo… y ese niño tenía un aire a él…
No, tuvo que descartarlo, era imposible, se apellidaba uzumaki, no namikaze… Quizás estuviese así por ver a su nieta tan… cercana a él. Su nieta nunca había mostrado interés por ningún chico… hasta ahora. Le contemplaba con un sonrojo cuando creía que nadie la miraba, usaba ese sufijo cariñoso… Si, era posible que estuviese enamorada… Lógico, según parecía se había enfrentado a una decena de akatsuki por defenderla… tenía que vencer sus prejuicios y ser agradecido. A parte, no parecía mala persona, era amable y atento con su nieta. Quizás podría llegar a aceptarle. Encima, no parecía un inútil como entrenador… tres pokemon tipo biju y dos medallas, eso no se lograba sin tener talento. Podría darle trabajo en su gimnasio para que se asentase en Iwa con su nieta, formasen una familia y le diesen bisnietos que malcriar... Si, se enfrentaría a él en ese combate para probarle, y después le ofrecería trabajo… Aunque su nieta tenía otros planes…
-¡Buenas noticias Naruto kun!- exclamó la joven al grupo de uzumaki y biju, tras unos minutos discutiendo con su abuelo.- Mi abuelo está muy enfermo y no va a poder luchar…- kurama arqueó la ceja… joder, ¿eso son buenas noticias? ¿No debería de estar preocupada o algo? Aunque el viejo maestro pokemon no parecía enfermo… solo enfurruñado, como si le hubiesen obligado a renunciar a la pelea.- ¡Así que yo seré tu rival! Vamos a ver si eres tan buen entrenador…- coqueteó, sacándole la lengua, y respondiendo Naruto con una sonrisa pícara.
-¡Estupendo dattebayo!- miró al grupo, y kurama tembló… no, otra vez no…- ¡Shukaku, te elijo a ti!- gritó, saltando kurama de alegría por librarse de bailar por una vez, y shukaku… porque era shukaku…
-¡LEROOOOOY YENKIIIINS, ES EL MOMENTO DE LAS TORTAS JODER!- rugió al aire el psicótico biju, disponiéndose para el combate. Kurotsuchi sonrió de lado, y tiró su pokeball.
-Songoku, ¡te elijo a ti!- exclamó la joven, apareciendo en el dojo del gimnasio el pokemon en cuestión… y abriendo los ojos con asombro los tres biju. Era el yonbi, el mono de cuatro colas, señor de la lava y hermano de los allí presentes.
-¿Haborimo Andrialfo Silfo Sogoth Belfegor, marques del bosque de los suicidas, visir del mar de llamas y…?- comenzó a recitar con asombro el kiuby, pero estuvo tanto tiempo diciendo nombres que perdió todo el efectismo, y nanabi procedió a interrumpirle.
-¿Ves como tenemos que usar nuestros nombres humanos? Es como decir una lista de la compra…
-¡Hola chicos! Qué sorpresa veros por aquí después de tanto tiempo.- saludó amigablemente el mono de cuatro colas, feliz. Kurama arqueó una ceja en dirección al yonbi.
-… supongo que hola… Songoku…- recriminó veladamente el kiuby. El mono pilló la indirecta, sonriendo nervioso.
-Es que… a kurotsuchi sama le encanta Dragon ball…- kurama suspiró ante el mono de cuatro colas, decidiendo ser piadoso el kiuby… su hermano tenía pinta de haberlo pasado tan mal como él…
-Pobre desgraciado... está claro que tú sí que cumpliste mi orden de atacar a los ningen, perdiste, y por eso te pusieron ese horrible nombre… tu hermano biju te rescatará de tu cautiverio…- se ofreció con calma, pero el biju de cuatro colas reaccionó con sorpresa.
-¿Atacar a los ningen? ¡Qué va, si me uní a ellos! Esa guerra la teníamos perdida desde el primer minuto, te lo dije… Me rendí, dejé que me capturasen y les di TODA la información que necesitaban para venceros por si aparecíais por aquí. No puedo ser más feliz…- con una sonrisa de oreja a oreja, el biju comenzó a explicarlo todo.- Onoki sama me dio libros, tengo tres meses de vacaciones retribuidas, seguro dental, mogollón de plátanos… ¡Incluso me he echado novia! Una bella chimpancé de invocación llamada Chita, tenemos dos niños preciosos, ¡tengo que presentároslos!
-¡Maldito esquirol! ¡Nos has vendido por cuatro plátanos y la puñetera mona de Tarzán!- acusó un indignadísimo kurama, mientras chomei asentía con enfado. Joder, podías cumplir la orden de kurama o pasar de todo, pero joder… no entregarte al enemigo de primeras y vender a tus hermanos… era ruin hasta para shukaku… Kurotsuchi aprovechó la discusión para hablar más con su objetivo amoroso.
-Y bueno, Naruto kun…- la joven miró con un sonrojo al suelo, reuniendo todo el valor posible para hacerle la gran pregunta.- Y… tienes… ¿novia?- cuestionó, y Naruto decidió hacer lo que mejor sabía hacer… cagarla.
-Ah, pues si, ¡se me había olvidado hablarte de ella, Kuro chan! ¡Se llama Sakura chan, es majísima, tienes que conocerla! Aunque tendremos que ir a konoha a verla, la pobre está todo el día estudiando para hacerse médico…- comentó con toda su inocencia, sin darse cuenta de las consecuencias. La ceja de kurotsuchi temblando, el corazón de la fémina rompiéndose… y su abuelo saltando de la tribuna con los ojos abiertos como platos.
-¿has dicho Konoha? Un momento...- el anciano volvió a mirar de arriba abajo al uzumaki.- …rubio, ojos azules, de konoha... chiquillo, ¿quién es tu padre?
-Etto… el hokage, minato namikaze…- contestó el joven sin entender el porqué de la tensión del ambiente, ni los gritos furiosos posteriores. Kurama paró de abroncar a su hermano pequeño para mirar a onoki con una sonrisa.
-¿Tú también le odias? ¡Es mi archienemigo número 33! Bueno, 34, mi hermanito acaba de escalar en la lista por traidor…- confesó, mientras los shinobi allí presentes seguían gritando furiosos, y onoki y su nieta enrojecían de rabia.
-¡El hijo del relámpago amarillo!
-¡La sangre maldita!- Naruto arqueó las cejas, confuso, ante lo que acabó de estallar el anciano tsuchikage.
-¡Tu padre mató a quinientos de nuestros mejores anbu en la guerra!- acusó onoki al joven, abriendo los ojos con sorpresa el rubio.
-Naruto kun, ¿tu papá es un genocida?- preguntó una también asombrada chomei, negando Naruto con premura.
-¿QUÉ? ¡No, si mi tou chan es muy bueno! Mis padres no me hablan nunca de la guerra, pero estoy seguro de que, si lo hizo, no tuvo más remedio, y se siente mal por ello…- intentó excusarse, pero se unió a la bronca la que faltaba, una kurotsuchi roja de ira, despechada, furiosa por creer que Naruto había jugado con sus sentimientos… aunque el pobre realmente no lo hubiese hecho… lo cierto es que su enfado tenía una causa más lógica.
-¿COMO PUEDE GUSTARME EL HIJO DEL DESGRACIADO DE MINATO NAMIKAZE?- exclamó con furia, quedándose todos en silencio de golpe ante la revelación y tapándose la joven la boca por ese lapsus.
-Eh, ¿Cómo que desgraciado? ¡Que es mi tou chan!- contestó Naruto, pero otra voz se alzó sobre la suya.
-¿Cómo que "gustarme", Kuro chan?- preguntó un pálido onoki. Joder, lo que le faltaba, el único chico por el que su adorada nieta mostraba interés ¡y resultaba ser el hijo de su enemigo mortal! La joven enrojeció diez tonos más.
-Etto, ¡QUISE DECIR PUDO! Pudo gustarme…- Nadie la creyó, por supuesto, así que la joven decidió centrarse en otro asunto para calmar su vergüenza. Concretamente, en su combate pokemon.- AGGGGHHHH, SONGOKU, ¡USA AUTODESTRUCCIÓN!- El yonbi abrió los ojos con terror ante esa orden.
-¿Qué? Joder, ¿no te parece muy bestia? Somos cuatro colas contra una, ¡lo tenemos ganado en un combate conservador!- intentó hacerla razonar, pero la joven estaba demasiado ofuscada, roja por la rabia y la vergüenza, no estaba para pensar.
-¡Quiero que se muera YA! ¡ÚSALO!- chilló con furia, tragando hondo el biju mientras shukaku se rascaba la cabeza con confusión.
-Pe... pero, ¿no puedo usar ataque lava o algo así? Quedaría mucho más bonito para la versión en anime de este fic…- sugirió con temor, pero onoki todavía tenía en mente una duda.
-Kuro chan, no me has contestado, ¿te has enamorado del hijo de mi nemesis?- preguntó con horror, y la chica tragó hondo para enrojecer aún más.
-¡AUTODESTRUCCIÓN!- gritó de nuevo al biju, y Songoku bajó la mirada, resignado.
-Bu… bueno, vale, autodestrucción… de… déjame al menos llamar antes a mi mujer y a mis hijos para despedirme y decirles que les quiero…- rogó el cuatro colas. Una petición razonable, kurotsuchi le estaba mandando inmolarse, normalmente se lo habría concedido… pero, cuando vio a Naruto asentir en su dirección con esos ojazos azules, diciéndola sin palabras que le dejase hacer esa llamada, su enfado se multiplicó por mil. Joder, estaba adorable con ese gesto…
-Oh, perdona, ¿te he dicho usa autodestrucción después de llamar por teléfono a tu familia para despedirte? NO.- gritó con ironía, para luego fruncir el ceño como nunca en dirección a su biju.- HAZLO YA.- ordenó, mientras chomei, kurama y Naruto observaban todo con un gesto de horror.
-Joder, qué cruel…- murmuró el príncipe del infierno con sus nueve colas al viento, mientras chomei y Naruto asentían. Songoku sollozó ligeramente y activó la autodestrucción, comenzando a brillar y dirigiéndose a un confuso shukaku.
-I close my eyes, only for a moment, and the moment's gone…- tarareó entre lágrimas, emitiendo calor por el ataque.- …All my dreams pass before my eyes, a curiosity- aquí lloro desconsoladamente y tuvo que pararse unos segundos de cantar, mientras su ataque estaba a punto de completarse.- Dust in the wind… All they are is dust in the wind- Y, finalizando la estrofa, el gimnasio se iluminó en una luz blanca cegadora, sonando una tremenda explosión… y siguiendo todo exactamente igual tras el ataque.
-Vaaaaya potra…- murmuró para sí shukaku, que no se había movido ni un centímetro… lo único que había cambiado por culpa del ataque de Songoku era el propio Songoku, que ahora estaba chamuscado y sufriente en el suelo. Todos los allí presentes miraron a kurotsuchi, mientras a esta le temblaba una ceja.
-Aggghhh, solo un cinco por ciento de probabilidad de fallar ¡y falla ahora! ¡MALDITO INÚTIL!- gritó, pateando el suelo. Naruto y los biju estaban por celebrar la victoria y la nueva medalla, pero onoki no sé lo iba a permitir.
-Ah no, esto sí que no, ¿una nueva humillación ante el clan del relámpago amarillo? NI DE COÑA, ¡PRENDED AL HIJO DEL RELÁMPAGO AMARILLO!- los guardias se dispusieron para atrapar a Naruto, que dio un paso atrás con temor.
-¿Qué? Eh, ¡que he ganado limpiamente!- gritó Naruto, mientras dos hombres le tomaban de los brazos para llevarle a prisión, y sus biju también eran rodeados.- Esto va contra las normas de la liga pokemon, ¡Al alto mando que vais!
-¡CUIDADO CON MI PELAJE!- rugió kurama al primero que se le acercó.- ¡QUIERO MI DERECHO A UNA LLAMADA!
-¡brutalidad policial!- gritó chomei, mientras la tomaban de una pata para que no escapase volando. Naruto y los dos biju siguieron insultando y revolviéndose para liberarse, hasta que shukaku decidió poner orden.
-¡YA BASTA!- rugió, parándose todos los allí presentes de golpe.- ¿Veis lo que estáis haciendo? Os estáis comportando como animales, deteniendo a un pobre niño cuando podemos dialogar…- el tanuki regordete se dirigió a onoki, que contemplaba todo con un rictus serio.- Entiendo que perdisteis a muchos de los vuestros en la guerra, pero este pobre chico inocente no tiene la culpa de esos pecados… - Shukaku se acercó un poco más al dirigente de iwa, que analizaba esas palabras con detenimiento. Quizás se había dejado llevar por la rabia y el rencor… ese chiquillo había salvado a su nieta, estaba siendo injusto al detenerle...- Debemos de perdonar, olvidar los viejos rencores… Ya lo dijo ghandi…- el biju ya estaba a un paso de onoki.- Ojo por ojo y… ¡ATAQUE ARENA!- exclamó de forma sorpresiva, lanzando un puñado de arena a los ojos del anciano de Iwa, que ni por asomo se lo esperaba.- ¡COGED LO QUE PODÁIS Y ABRIROS!- Mientras onoki se frotaba los ojos entre maldiciones, shukaku le arrebató la medalla del gimnasio y salió corriendo con su barriga bamboleándose.
-HIJO DE LA GRAN PUTA, TE VOY A MATAR… ¡MIS OJOOOOOS!- gritó onoki, comenzando a lanzar ataques de elemento polvo a diestro y siniestro para intentar matar al tanuki, sin éxito. Pedazos del gimnasio comenzaron a caerse sobre los allí presentes, liberándose Naruto y los restantes biju. Kurama, enfermo de avaricia, se arrojó sobre la caja registradora del gimnasio, tomando todo el dinero que pudo con sus colas; mientras Chomei agarraba a Naruto para sacarlo de allí.
-Joder, mi madre se va a enfadar muchísimo cuando se entere de esto, ¡MUCHÍSIMO!- chilló de terror el uzumaki.
-¡VUELVE AQUÍ NARUTO KUN! ¡SÉ UN HOMBRE Y AFRONTA LAS CONSECUENCIAS DE ENAMORARME!- gritó una furiosa kurotsuchi, apareciendo de entre los escombros para atrapar al rubio, pero chomei la lanzó una silla a la cabeza, tirándola al suelo. El siete colas comenzó a llevarse a Naruto, aunque cayó en manos cuenta de algo.
-Kurama, ¿No deberíamos de llevarnos a Songoku?- preguntó entre el caos reinante, mirando los biju al destrozado yonbi, que se lamentaba en el suelo, rogando que le rescatasen de ese infierno. El kiuby, con la expresión más despectiva de su repertorio, y sus colas llenas de dinero, ropa, muebles y todo lo que pudo atrapar en la huida, miró a su esquirol hermano.
-Kurama no paga traidores…- murmuró, para salir corriendo con shukaku, chomei y Naruto rumbo a la libertad, mientras el gimnasio entero seguía viniéndose abajo por los ataques de elemento polvo del furibundo onoki, que continuaba maldiciendo al aire. Podría parecer algo terrible este final, pero… tenían la medalla…
Y fin por hoy. Si, un puto caos... primer akatsuki, luego iwa y onoki con kurotsuchi en modo yandere... Y songoku, el traidor, con su ataque autodestruccion... nunca me gusto ese ataque, pero tiene mucho potencial comico xD Espero que os haya gustado, ya nos veremos! un saludo!
