Notes:
Este capítulo al igual que el anterior, será muy largo.
Espero les guste ❤️
Ya que esto que acabo de escribir, es un tanto personal para mí y más que estamos muy cerca del día de muertos en mi país.
Este capítulo está dedicado a ese ser especial que su partida enseña que hay vida más allá de la muerte y quiero abrirlo con el verso de una de mis canciones favoritas de la Oreja de Van Gogh ❤️
Perdona que entré sin llamar
No es esta la hora y menos el lugar
Tenía que contarte
Que en el cielo no se está tan mal
Mañana ni te acordarás
"Tan solo fue un sueño", te repetirás
Y en forma de respuesta
Pasará una estrella fugaz
-Historia de un sueño.
Espero lo disfruten ❤️
Capitulo 04.🌵 Preantesis🌵
🌼Primavera🌼
"La etapa previa a la floración suele llamarse preantesis... es como un pequeño momento de reflexión antes de madurar completamente"
—Maki...
Aquel susurro parecía venir del mar.
Instintivamente, aquella chica se giró sobre su hombro para ver quién pudo ser la persona que la nombro, pero para su sorpresa no había nadie ahí.
Busco rápidamente con su vista y agudizó el oído, pero no pasaba nada más.
—¿Maki san, esta todo bien?— pregunto Nitta abriendo la puerta del conductor de aquel auto que ya estaba listo para ellas.
Maki sentía una extraña energía a su alrededor, la cuál era un tanto nostálgica.
—Lo está... solo vámonos, como dije quiero terminar pronto la misión.— respondió la hechicera subiendo a los asientos traseros de aquel vehículo.
Su mano se posó delicadamente en su vientre, aquel susurro la había dejado muy inquieta.
—Esa voz... sonaba tan familiar...
Atami es una ciudad turística, ideal para una escapada de fin de semana cuando se busca un descanso de la agitada ciudad.
Pero ambas mujeres no estaban ahí para estar en traje de baño, ni para usar bloqueador y tomar el sol, ni mucho menos para darse un chapuzón.
Estaban ahí para exorcizar una maldición.
El auto se había detenido en las inmediaciones donde inicia el pequeño malecón.
Esto lo hicieron para admirar un poco el mar y sus alrededores antes de llegar a su destino, del cual ya estaban muy cerca.
—Lo bueno que no hay muchos turistas en este momento— comento Nitta bajando momentáneamente del auto.
—Aunque cuando llegue el verano, si que este lugar estará a reventar.— su mano fue hacia su frente para darse un poco de sombra en la cara.
En la playa había algunas familias y parejas disfrutando de la arena y del agua salada.
Al igual que uno que otro campista con sus tiendas para protegerse del sol.
Maki también bajo del auto, tenía un bochorno horrible que iba acompañado de nauseas.
—¡Si que está haciendo un calor del puto infierno aquí afuera!— gruño echándose aire con su mano derecha mientras la izquierda la ponía en su cadera.
Empezaba a odiar aquellos síntomas del embarazo.
—Ni que lo digas y eso que apenas la primavera está en su pleno apogeo— comento Nitta mirando al mar y aflojando levemente su corbata.
La brisa marina era cálida y un tanto sofocante al golpear la cara, pero el paisaje a la vista era hermoso.
En aquel momento, algo había llamado la atención de Maki, más específicamente algo que estaba sucediendo muy cerca de la orilla del mar.
Dos niñas jugando en la arena... más específicamente, dos hermanas gemelas.
Esas hermanas estaban tratando de construir un castillo de arena.
Ambas niñas se habían instalado muy cerca de la orilla, haciendo que las olas derrumbaran su intento de castillo.
Al inicio esas pequeñas discutieron por que el castillo no se mantenía de pie.
—¡El mar se lo está llevando!—Contesto la que parecía ser la mayor.
—¡Te dije que estaba muy cerca del agua! ¡Pero fue tu idea hacer el castillo aquí! ¡Tonta!— grito la menor.
—¡Bueno! Mejor Sigamos intentándolo, trae más arena y demos unos pasos hacia atrás, hacia donde las olas no nos toquen— contesto la Mayor.
Ambas niñas no se rendían.
Aquella escena, a Maki le trajo algunos recuerdos sobre su hermana Mai.
Recordó tanto sus discusiones como los fugaces buenos momentos que pasaron juntas. Como cuando jugaban con algunas canicas o comían dulces a escondidas.
Aun le dolía su partida... era algo que aún no podía superar.
Sus manos fueron directamente hacia su vientre y la intriga le invadió una vez más.
Si su hermana siguiera viva...
¿Qué pensaría de su situación actual? ¿Qué le aconsejaría Mai en este momento donde su decisión sobre su maternidad aún flaqueaba? ¿Acaso la apoyaría a tener a ese bebé? O ¿Acaso se burlaría de ella por estar embarazada?
De nuevo la duda la atormento, porque ante la llegada de un nuevo ser, sentía que aquella revelación debería ser una buena noticia para toda persona importante en su vida y Mai aún seguía siendo alguien importante para ella.
—¡Oh lo están logrando!— dijo Nitta emocionada por lo que veía.
Esas palabras sacaron a Maki de su trance.
Aquellas gemelas se hicieron unos pasos hacia atrás, alejándose como a un metro de aquella orilla y juntas empezaron a moldear la arena, logrando, aunque sea levantar un primer piso.
Esas niñas se veían muy emocionadas por ese pequeño logro.
—¡Qué lindas son esas pequeñas! ¡Buen trabajo en equipo!— dijo Nitta con una gran sonrisa y dando algunos aplausos, parecía muy contenta por lo que veía.
Eso hasta que cayó en cuenta que su acompañante estaba muy callada...
Rápidamente miro a Maki, quien estaba en completo silencio mirando aquella escena, sus labios estaba apretados y en sus ojos pudo ver como parecía estar conteniendo las lágrimas.
—¡Yo!...— Nitta se sintió muy mal por ella
—Lo siento Maki san... lo digo por lo de Mai...— se empezó a disculpar haciendo una leve reverencia —¡Sera mejor que nos vayamos de aquí!— abrió rápidamente la puerta del auto.
Pero Maki no decía palabra alguna mientras seguía mirando aquella escena.
—¿Maki san?— pregunto Nitta un tanto preocupada ya que la hechicera no se movía para nada.
Maki suspiro un poco y movió la cabeza para salir de aquel trance.
—Estoy bien... no debes porque disculparte, lo de Mai fue hace años atrás...— trataba de que su voz no sonara triste.
—Vámonos, aún tenemos una misión que completar — sus manos se despegaron de su vientre y subió rápidamente al automóvil.
Nitta no dijo nada más y así ambas continuaron hacia su destino.
Maki siguió admirando el inmenso mar a través de la ventana de aquel vehículo.
Aquellas niñas le habían hecho recordar demasiado a Mai.
Internamente se seguía lamentando por su perdida, sobre todo porque en sus últimos años de vida, no pudo construir un lugar apropiado para ella en ese jodido mundo de hechiceros.
¿Acaso no le corresponde al hermano mayor velar por los hermanos menores?
Sabía que su sacrificio no había sido en vano, porque gracias a ella es que pudo alcanzar "la perfección".
Pero aquella culpa y dolor aún la carcomía por dentro, que incluso había noches que despertaba gritando su nombre.
¿Acaso con su pequeña semilla de soja podría expirar aquel sentir? ¿Acaso podría darle una mejor vida a su bebé?
Maki por un momento, recordó las palabras que Megumi le había dicho el día anterior sobre ese tema.
—Quizás a Mai no pudiste darle el lugar que se merecía dentro del clan... pero quizás a ese niño que llevas dentro de tu vientre sí puedas dárselo, porque ya no hay nadie más que te lo impida o te lo niegue... tienes el camino libre, si es que decides tener a ese bebé, así quizás podrías empezar a construir desde cero y con tus propios ideales a este "nuevo clan" si así lo deseas...— comento Megumi dándole un trago a su bebida.
Pero ¿Y si a su bebé no podría darle ese lugar que tanto merece dentro de ese mundo? ¿Y si cometía los mismos errores que su clan?
Tampoco estaba segura si lo que estaba haciendo en aquel momento era lo correcto... ella era un total caos.
Y eso lo proyecto, suspirando pesadamente y llevándose las manos al rostro e inclinándose hacia el frente.
Además de estar soportando las náuseas, estaba peleando internamente con todas sus emociones y miedos.
—Mai... ¿Por qué me dejaste sola?...— soltó en un murmullo mientras sus manos cubrían su rostro.
Nitta miro aquella escena por el espejo retrovisor, incluso alcanzo a escuchar aquello que pronuncio la hechicera en voz baja.
—Maki san... ¿Está todo bien?— pregunto la asistente disminuyendo la velocidad pero sin dejar de conducir.
Maki seco rápidamente algunas lágrimas y trato de hablar lo más "normal" posible, tratando de que su voz no se quebrara.
—Lo está...— Tomo un gran respiro.
— Es solo que sigo mareada... debe ser por el movimiento del auto— mintió recobrando una postura firme y acomodándose en los asientos.
—¡Oh! ¡Hablando de eso!— Nitta tomo con cuidado una bolsa de plástico que tenía en el asiento del copiloto.
—Aquí tienes el medicamento para las náuseas que te mande a pedir, espero que esto te ayude con esos síntomas — le paso aquella bolsa por encima de su hombro.
Maki sujeto aquella bolsa y una botella de agua.
—Gracias, que amable... espero que esto me los quite, porque de verdad, no soporto los mareos — saco un jarabe para el estómago, pero al leer las instrucciones, estas recomendaban no consumirlo durante el embarazo.
—¡Mierda!— pensó mientras buscaba en la bolsa.
Miro los demás medicamentos y todos decían lo mismo... aquello era un arma de doble filo.
Una parte de ella quería aliviar su malestar, pero, por otra parte, Maki no quería que nada malo le pasara a su bebé si tomaba aquello.
La pobre solo trago saliva, no quería arriesgarse con aquellos medicamentos, así que solo tomó del agua embotellada.
Aprovechó que Nitta no quitaba la vista de la carretera para fingir que se llevaba alguna pastilla a la boca, para después tomar una gran cantidad de agua.
De nuevo, aquel automóvil se llenó de un completo silencio por unos minutos, donde Maki cerró los ojos con fuerza y respiraba profundamente para controlar aquel mareo.
Aquel silencio fue roto por Nitta, quien trató de hacer sentir mejor a Maki.
—Me pregunto si esas niñas habrán logrado hacer su castillo de arena — comento Nitta mirando por un momento a Maki por el retrovisor.
Esas palabras no iban con mala intención hacia la hechicera, simplemente quería sacar un tema de conversación.
Maki abrió los ojos y la miró fijamente por aquel espejo.
—Pero ahora que lo pienso... —Nitta parecía hacer memoria sin dejar de conducir y sin dejar de mirar hacia el frente.
—De lo que yo recuerde, con mi hermano Arata, solo UNA VEZ intentamos hacer un castillo de arena y la verdad no fue nada sencillo—La miro por el retrovisor.— Jeje pero eso fue hace muchos pero muchos años atrás ... ver a esas pequeñas me hizo sentir ya muy vieja— se río levemente.
Maki seguía en silencio.
—¡Ay que buenos tiempos!— sonrio la asistente de manera nostalgia, mientras seguía conduciendo.
—Además, hoy está haciendo un buen clima para pasar el día aquí en la playa jeje ¿No lo crees?— suspiro de anhelo —¡Ay! Como me gustaría tener unas vacaciones aquí en Atami ¿No te gustaría pasar unos días aquí?— comento Nitta con una leve sonrisa y mirando momentáneamente a aquella chica a través del espejo.
Aquella hechicera suspiro un poco mientras sobaba su estómago, había guardado un momento de silencio ante todo lo dicho por Nitta.
Maki sabía que la asistente sólo estaba tratando de ser amable y que trataba de crear una atmósfera de confianza entre ellas.
—¡En realidad me gustaría estar en un lugar más fresco en este momento!—Contesto Maki levantando la voz—¡Está haciendo un maldito calor del infierno ahí afuera!— maldijo y después se encogió de hombros.— ¡Sabes! Deberías pedirle al explotador de Gojo que te de unas vacaciones con todo pagado. Dinero le sobra a ese idiota— respondió mirando a la asistente por aquel espejo.
—Creo que será una buena idea pedir unas vacaciones una vez terminemos esta misión — contesto Nitta con una sonrisa.
—Y... sobre esas gemelas— Maki respiro profundamente y siguió hablando —Yo sí creo que esas dos terminaron de hacer su castillo de arena— cruzo los brazos por un momento.
—Si esas dos niñas siempre se apoyan la una a la otra y lo hacen sin pelearse, es muy seguro que lograran eso y mucho más — movió simplonamente su mano como si supiera de lo que hablaba.
—Así es el carácter de los gemelos, y quizás hasta eso sea una ventaja que tenemos al ser casi la misma persona— Maki sonrió levemente, como si un recuerdo la hubiera invadido.
Nitta la miro por el retrovisor, mientras la hechicera seguía hablando.
—Además, la gemela que traía el bañador azul supongo que era la hermana mayor, esto por cómo se dirigía a la otra niña— contesto mirando hacia la ventana con una leve sonrisa. —se nota que será una buena líder—
—¡Vaya, parece que tienes un buen ojo para reconocerlas! ¿Acaso es algún "instinto de gemelas" o algo parecido? Porque si me lo preguntas, yo ni siquiera hubiera sabido diferenciar entre cual era la mayor y cuál era la menor, ¡ambas eran muy idénticas!— dijo Nitta con curiosidad.
Maki se encogió de hombros y movió levemente su mano, mientras cruzaba las piernas.
—Solo lo intuyó, esa niña con el bañador azul me recordó demasiado a mi cuando era pequeña, siempre buscando soluciones y tratando de ir más allá de las cosas — se halago a sí misma.
—Y la del bañador morado me recordó a Mai, quien tenía la costumbre de llamarme tonta cuando se enojaba.— Su vista regreso hacia la ventana.
Nitta la volvió a ver momentáneamente por el espejo retrovisor.
—¿Y ustedes dos eran muy unidas?— pregunto con curiosidad.—No es necesario que me contestes si no te sientes cómoda hablando de eso...— respondió cortésmente.
Maki rascó levemente su cabeza —No te preocupes, sé que estoy con alguien a quién puedo contarle sobre esto...—
Aquella hechicera seguía mirando por la ventana.
—Ella y yo solo nos llevábamos bien cuando éramos unas niñas— suspiro un poco —Lo que más Recuerdo de ella, es que yo tenía que tomarla de la mano porque los espectros y los fantasmas le daban demasiado miedo jeje siempre fue una miedosa.— contesto con una gran sonrisa.
Nitta escucho con mucha atención todo aquello que Maki hablaba de su hermana fallecida.
—Mai quizás era débil físicamente, pero supongo que siempre hizo lo mejor que pudo...— suspiro—Mi pequeña y tonta hermanita...— comento cariñosamente.
— Hay días en que de verdad la extraño y la necesito a mi lado —Miro con nostalgia por la ventana —Y hay otros días, en los que sé que ella está descansando en paz donde quiera que este... —Sonrió un poco— E incluso a veces siento que ella me manda alguna especie de señal para decirme que todo está bien... o para burlarse de mí y decirme que soy una idiota jajaja — rio levemente.
Nitta sonrió por aquellas palabras y risas mientras la miraba fugazmente por el retrovisor.
Después de esa pequeña carcajada, Maki suspiro mientras seguía acariciando su vientre.
—Pero sea donde quiera que este... solo espero que sepa que fue una buena hermana...— seco unas lágrimas —Como extraño a esa idiota...—
Nitta sintió que todo lo decía Maki era con sinceridad.
—Yo sé que tu hermana estaría orgullosa de ti— comento la asistente mirando a la hechicera por el retrovisor.— Y más ahora que te has convertido en toda una mujer muy valiente y muy fuerte—
En aquel momento, la asistente giro a la derecha y entró por un camino de tierra. Estaban llegando a su destino.
Maki suspiro un poco por aquellas palabras —Eso creo...—
—Ojalá tu tía estuviera aquí...— pensó mientras acariciaba a discreción su vientre y otro suspiro salía de su pecho.
—¡Llegamos! —Dijo Nitta estacionado el auto.
Ambas mujeres habían llegado a una zona un tanto boscosa, la cual no quedaba muy lejos del castillo de Atami y de otra zona turística de aquella ciudad.
Nitta y Maki estaban paradas a unos metros de lo que parecían ser las ruinas de una antigua residencia muy al estilo japonés, escondida en aquel bosque.
Por la maquinaria y todos los materiales de construcción, parecía que recientemente en aquel lugar habían hecho algunas remodelaciones.
Algo que le llamo demasiado la atención a Maki, fue que aquel lugar parecía haber sido dividido con una marca en el suelo, la cual parecía ser un sello de protección puesto del lado en el que ellas se encontraban.
Nitta empezó a explicar la situación.
—La empresa hotelera que compro este terreno empezó a tener accidentes y muertes en circunstancias muy misteriosas desde hace dos meses atrás, más específicamente después de que empezaron a construir una piscina dentro del inmueble, los accidentes aumentaron dentro del lugar— dijo mirando la tableta.
Maki empezó a analizar aquel lugar mientras Nitta seguía hablando.
—En total van cinco accidentados y tres fallecidos dentro de las instalaciones, sospechamos que esas muertes debieron ser provocadas por la misma maldición. Y por parte de nuestros trabajadores, han resultaron heridos dos hechiceros de segundo grado que no pudieron vencer a esa criatura— siguió deslizando su dedo sobre aquella pantalla.
—Si no actuamos pronto, esta maldición podría convertirse en una de categoría especial, la cual, no dudamos que podría bajar a la zona turística a atacar ...pero por el momento, solo se mantiene dentro de la residencia, por eso mismo pusimos esta barrera— explicó Nitta mirando aquella infraestructura.
A Maki la sacudió un escalofrío, parecía que aquel lugar estaba lleno de una muy mala energía típica de esos lugares.
—¿Qué era este lugar antes de que se pusieran a construir en él? — pregunto Maki mirando a su alrededor.
Aquella fachada le recordaba un poco a la antigua residencia Zenin, por sus toques clásicos y largas murallas.
—No se sabe con exactitud, pero por lo que hemos investigando y con la información que hemos recolectamos con las entrevistas hechas a algunas personas de la zona, creemos que este lugar fue una casa de campo que pudo pertenecer a algún señor feudal, aunque también se averiguó que dentro de esta residencia se cometieron algunos crímenes en años más recientes... de ahí que algunas personas que han entrado a explorar el lugar, digan que han escuchado lamentos o que ven "fantasmas" vagar por ahí...— Nitta leyó aquel informe y después miro a Maki.
Aquella hechicera hizo puño sobre su vientre... hacía años que no sentía aquel miedo y nerviosismo de entrar en una misión como esa y más estando sola.
—Sea lo que sea que haya sido antes este lugar, parece que toda la acumulación de esa mala energía provocó el nacimiento de esta gran maldición, sobre todo hemos notado que cuando alguna persona con energía maldita cruza esa línea— Nitta apunto hacia la marca en el suelo.
— La maldición sale de su escondite y la ataca sin piedad... por eso mismo te hemos pedimos ayuda a ti Maki san para eliminar a esta criatura, ya que como tú no poses ni una gota de energía que la pueda atraer, quizás con un ataque sorpresa la puedas eliminar.— explicó dirigiéndose a la cajuela del auto.
Ahí detrás traían algunas de las nuevas herramientas malditas de Maki, pero, sobre todo, transportaban la espalda que le había hecho Mai.
Maki de nuevo sintió un leve mareo, pero pudo disimularlo muy bien mientras se recargaba en el borde del auto antes de sujetar su espada.
Incluso un muy leve dolor en su vientre se hizo presente, al igual que su estómago era de nuevo un revoltijo.
¿Acaso su bebé le estaba advirtiendo de algo?
—¿Maki segura que estás bien? Te vez un tanto pálida — comento Nitta al ver el rostro de esta.
La hechicera solo fingió una sonrisa.
—Lo estoy, debe ser que apenas el medicamento me está haciendo efecto.— mintió.
—Bien, entonces iré bajando el velo, entra cuando te sientas lista — comento Nitta acercándose a la frontera de aquella línea.
Maki se terminó de preparar, así que tomo su espada, pero esta parecía que pesaba más de lo normal, que incluso por un momento le fue difícil alzarla.
—¡¿Qué carajos?!— se preguntó molesta al ver que aquella arma se le hacía demasiado pesada.
¿Acaso todo aquello era una señal?
Después de unos minutos, Maki ya estaba lista, así que empezó a acercarse a la barrera.
Y cuando ya estaba dispuesta a entrar y terminar con esa misión de una vez por todas.
En aquel momento sintió su celular vibrar demasiadas veces dentro del bolsillo de su pantalón. Así que decidió ver quien era.
Era una llamada de Megumi.
Maki solo hizo una mueca al ver el nombre de su familiar en la pantalla.
—¡No tengo tiempo para contestar en este momento!— desvío la llamada y decidió silenciar su teléfono.
Maki tomo un gran respiro y juntó el suficiente valor y la terquedad que le quedaban.
—Bien Nitta, estoy lista... cuando salgamos de aquí quiero ir por unas hamburguesas.
Fueron sus últimas palabras antes de poner un pie dentro de aquella barrera.
—¡Tsk! ¡Maldita sea Maki senpai, contesta!— refunfuño Megumi.
—¡Parece que esta vez ella fue quien desvío la llamada! ¡Demonios y más ahora que al fin ya teníamos señal!— comento el azabache con molestia.
Una hora atrás, ambos hechiceros buscaron a Utahime para pedirle amablemente la ubicación y la información sobre la misión de Maki, ambos argumentaron que ella pudiera estar en peligro, ya que parecía que Maki no se encontraba muy bien de salud ese día.
Una vez Utahime les dio todos los detalles de aquella misión, ambos partieron lo más rápido posible a Atami... aunque esas dos mujeres ya les llevaban varias horas de ventaja.
—Debe estar ocupada...— contesto Yuta mirando su celular — Pero ya se me hace demasiado tiempo para que no conteste a ninguno de nuestros mensajes ni llamadas... ¿Qué le estará pasando? ¿Por qué estará actuando de esta manera?— también intento marcar al celular de su esposa, pero sonaba como si este estuviera apagado.
—Ya me estoy empezando a preocupar más de lo normal, tengo un extraño presentimiento...— miro a Fushiguro con preocupación.
—Tratemos de localizar a Nitta, quizás ella si nos responda— Megumi miro el reloj en su celular —¡Tsk! Y Aun estamos a casi una hora de camino.—
Yuta solo hizo un si con su cabeza y se apresuró a localizar por teléfono a aquella asistente.
Aquel hechicero de grado especial, presentía que algo no andaba bien con su esposa, tenía un extraño presentimiento que le aplastaba el pecho.
Megumi suspiro pesadamente
—Solo espero que Maki no haya cometido una locura...— dijo un tanto preocupado.
Desde que Maki puso un pie dentro de aquella barrera, podía sentir los escalofríos recorrer por todo su cuerpo.
La energía maldita de aquel lugar era un tanto asfixiante y bajo aquella luz color sepia, todo se veía más tenebroso de lo normal.
Aquello parecía la escena de una película de terror.
Pero al ser ella, una mujer muy terca y al mismo tiempo una "Zenin" decidió avanzar entre aquellas ruinas.
Quería demostrarse a sí misma que podría con aquella misión.
Maki noto que había una que otra pequeña maldición rodeando la residencia, pero estas eran tan inferiores a la categoría cuatro, que con un simple movimiento de su espada bastó para acabarlas rápidamente.
Aunque había algo que la seguía molestando además de las náuseas y eso era que su espada que siempre cargaba, la sentía más pesada de lo normal... era como si cargará con un peso extra.
Pero decidió no tomarle tanta importancia en aquel momento.
—¡Tsk! Este lugar es un asco y de paso me recuerda a la estúpida residencia Zenin— se dijo a sí misma mientras entraba con cuidado en aquel recibidor que estaba en remodelación.
Las pequeñas maldiciones tipo moscas seguían apareciendo sutilmente, pero al no sentir la presencia de esa mujer eran eliminadas rápidamente, pero había algo que no andaba bien con ella.
Quizás Maki no había hecho mucho esfuerzo físico en eliminar esas pequeñas cosas, pero su respiración ya era agitada... se empezaba a cansar demasiado rápido.
—¿Acaso será por ti?— se dijo a sí misma mientras se apoyaba en una pared para recuperar el aliento.
Su mano fue sobre su vientre. —Nunca me había pasado algo así... quizás el embarazo ya empezara a afectarme... ¡Demonios!— chasqueo la lengua. —¡Acabemos pronto con esto!—
Tomo aire y decidió avanzar.— Vamos bebé... deja trabajar a mamá en paz... y te prometo que saliendo de aquí comeremos toda la comida chatarra que quieras — se animó a sí misma.
Mientras más avanzaba por los pasillos de aquella gran residencia, más y más notaba que lo que había dicho Nitta era verdad sobre que aquel lugar fungió alguna vez como casa de campo y como lugar de tortura.
Habitaciones lujosas comidas por el paso del tiempo y el polvo. Pisos chillantes y la madera que en su mayoría ya estaba podrida. Al igual que había huellas de la sangre que fue derramada en aquel lugar.
Por un momento se preguntó que habrá sido de aquella infernal residencia Zenin.
Megumi no estaba interesado en reclamar aquel inmueble como suyo y mucho menos invertir en él. Así que aquel lugar quizás pronto acabaría como aquella demacrada residencia, si es que algún otro clan no lo reclamaba como suyo.
—¿Dónde demonios estará esa estúpida maldición?...¡Agh!— se quejó por un momento mientras daba vuelta en lo que parecía haber sido la habitación principal de alguna persona.
Aquellos malestares volvieron a aparecer y de nuevo, decidió detenerse a tomar aire.
Apenas había pasado más de media hora y ya se sentía demasiado frustrada, no se sentía como ella misma en aquel momento.
—¿Acaso así se sentirán todas las misiones que haga de ahora en adelante?— se preguntó a sí misma sobando levemente el costado derecho de su cintura. —Bueno, después me crecerá la maldita panza y no me dejara hacer nada... — se quejó mientras daba unos pasos más hasta entrar a otro cuarto que parecían ser la sala de té.
—¡Esa maldición tampoco está aquí! ¡Demonios! ¡Ya sal de donde quieras que estés!— grito furiosa por sus bochornos y ascos.
El calor que sentía por todo el cuerpo empezó a molestarla demasiado y los ascos llegaron a desesperarla bastante que incluso vomito en aquel pasillo.
— ¡Sal de mí y déjame trabajar en paz!— grito sin pensar, haciendo puño sobre su ropa y apretando contra su vientre.
En aquel momento Maki cayó en cuenta de algo muy importante... sí decidía ser madre, quizás esta sería su última misión y mientras más avanzará su embarazo menos podría hacer las cosas que le gustaba... sus misiones y su estilo de vida cambiaría drásticamente.
No quería sentirse como una "Inútil"
La peliverde detestaba aquella palabra, ya que así también les decían a las hechiceras de su clan que quedaban embarazadas y ya no "servían" para nada más que tener hijos.
Maki solo se quedó parada en aquella habitación, dejando caer su mano izquierda a su costado y con su mano derecha apretó como podía aquella espada que aun sostenía con dificultad.
—No quiero renunciar a ser una hechicera por ser madre... ¡Demonios!...¿Qué debería hacer con este ...— fue interrumpida por una voz distorsionada.
—bé... bebé... bebé... co...mi...da...
Un escalofrío muy pesado la estremeció, no se había dado cuenta pero sus gritos habían atraído a la maldición.
Maki rápidamente se dio la vuelta, se había distraído bastante en sus pensamientos y ese había sido un grave error.
—¡Mierda!— maldijo mientras lograba esquivar las garras de aquella criatura.
Como había descrito Nitta, aquella criatura era de categoría uno. Aquella cosa era muy asquerosa. Parecía ser una maldición provocada por la angustia, el dolor y las torturas.
Era verdosa y muy grande, tenía unas garras enormes y se movía arrastrándose como un gusano.
Maki decidió atacar primero, pero aquella espada la seguía sintiendo muy pesada en sus manos y también notó que su cuerpo se movía un tanto lento... por mala suerte no pudo acertar aquel primer golpe.
Aquella maldición también atacó, haciendo algunos destrozos en aquella habitación y Maki como pudo salió corriendo de ahí.
—¡Esta cosa ya me detecto! ¡Mierda! ¡Mi plan de atacarla por sorpresa fracaso! ¡Y todo por andar de distraída! ¡AGH!— Grito de frustración mientras escapaba de ahí.
Aunque Maki no tuviera energía maldita, estaba comprobado que las angustias, los miedos y las emociones negativas de las personas atraían también a las maldiciones.
—¡Mierda! Y Tampoco es que pueda hacer tantos destrozos dentro de las instalaciones ¡Tsk!— se dijo muy enojada mientras corría con todas sus fuerzas hacia afuera de aquella residencia.
Quizás sería más fácil atacar aquella maldición desde campo abierto.
Maki se estaba cansando más rápido de lo normal, incluso sintió un par de calambres en sus piernas ... empezaba a dudar de sí misma y más que sabía que debía cuidarse de que aquella cosa no le asertará un golpe.
—¡Resiste por favor!— se decía a si misma.
Por suerte, logró detener con su espada un ataque que lanzó de frente aquella maldición.
Pero una vez que Maki se giró para de nuevo tratar de correr, aquellas garras lograron arañarle un poco la espalda, la cual empezó a arder y a sangrar.
Maki grito de dolor y de coraje—¡Hijo de puta! ¡me la pagaras!— Logro golpear a aquella maldición con su pie para zafarse e impulsarse hacia el frente.
Tomo con fuerza su espada que había dejado caer y de nuevo, por aquel pasillo que ya daba hacia la piscina, logro esquivar los ataques de aquella maldición.
La hechicera esta vez logró atravesar la mano de aquella criatura, la cual soltó un horrible chillido ya que Maki logró contarle aquella extremidad de un solo corte, pero aquella cosa se regeneraría rápidamente.
En su defensa, aquella criatura empujo a Maki con todas sus fuerzas y esta salió estrellándose contra una vieja pared de madera, la cual rompió al golpe.
Maki apretó los labios y sobo su vientre, sabía que lo que estaba haciendo era una locura y que debía acabar rápido con aquella cosa si quería salir con vida de ahí.
Y más que empezó a sentir temor por la vida de su pequeña semilla, la cual parecía ser su razón actual para escapar de ahí.
Pero su orgullo como Zenin y su terquedad en querer demostrarse a ella misma que podía con aquello aun estando embarazada, la movían más que cualquier cosa.
—Les demostraré a todos que incluso yo estando embarazada, puedo contra esta cosa...— Escupió un poco de saliva y sangre, se limpió el labio y se levantó como pudo tomando aquella espada que su hermana había forjado para ella.
—Mai sí que se estaría burlando de mi en este momento si me viera de esta manera... patético — pensó tomando ánimos para seguir peleando.—¡Solo espero que todos los del clan me estén mirando desde el infierno y vean que puedo contra esto!— grito con furia.
Una vez más, logro acertarle varios golpes a aquella cosa en diferentes partes del cuerpo, descubriendo así que quizás su "núcleo" o "alma" estaba en la cabeza, ya que era la parte que aquella cosa más protegía en cada estocada.
Pero aquella maldición no daba tregua con su rápida regeneración y una vez más, logro sacar a Maki volando.
Esta vez salió rodando por el piso.
—¡Ya estamos cerca de la salida! ¡Quizás allá fuera pueda derrotarlo!— parecía que se lo decía a su bebé.—¡Quizás en la piscina podamos detenerlo!— se levantó a toda prisa, sujeto su espada y corrió hacia afuera.
Las ganas de vomitar de nuevo se presentaron.
—¡Por favor aguanta un poco más!— Maki al fin salió de la residencia y corrió hacia la piscina, la cual empezó a rodear lo más rápido que podía.
Tenía un plan y para eso debía llegar al otro lado de esta.
Esa piscina era un lugar grande y un tanto profundo que estaba lleno de agua.
Aquella maldición salto sobre el agua para atacar a aquella hechicera.
Maki logro llegar hasta el otro extremo de la piscina y con el trampolín que estaba de ese lado, logró impulsarse en el aire, yendo directamente hacia arriba de esa cosa para así poder atravesarle la cabeza.
Ambas cayeron al agua, provocando que esta salpicara por todos lados.
—¡Mierda! ¡No le di!— pronunció Maki con frustración una vez salió a la superficie.
Pero con lo que tampoco contaba, era que aquella maldición sabía nadar, parecía que esa cosa había nacido en aquella piscina, ya que esta se movía muy bien dentro del agua.
—¡Maldición! ¡Deje caer mi espada! ¡Que idiota soy!— se regañó mientras tomaba aire, llenando así sus pulmones lo más que pudo.
Se volvió a llenar de valor y se sumergió una vez más.
Bajo nadando lo más rápidamente que sus piernas y brazos le permitían, tenía que recuperar su arma, la cual estaba hasta el fondo. Pero aquella cosa le sujeto del pie y la arrastró dentro de aquella piscina.
A aquella hechicera le empezaba a faltar el aire, al mismo tiempo que estaba un tanto aturdida.
Maki golpeo con todas sus fuerzas a aquella criatura con sus pies, la cual, parecía no recibir daño alguno mientras acorralaba a esa mujer en el fondo de la piscina.
Cuando Maki estaba sintiendo su conciencia querer desvanecerse por la falta de oxígeno.
Como pudo logro tomar su espada y atravesó varias veces a esa cosa, logrando así zafarse y salir a la superficie una vez más por aire.
De nuevo se sumergió y con todo el coraje y brutalidad que la caracterizaba, logro atravesar la cabeza de esa cosa, la cual soltó un chillido horrible mientras se iba desintegrando.
Maki sintió dolor en todo su cuerpo y sentía que perdía el conocimiento mientras su mano derecha alzaba aun su espada.
Se sentía muy cansada y sin energía... sentía que debía dejarse hundir...
—Maki...
Volvió a escuchar aquella voz tan familiar que la llamaba desde hace rato.
Esa hechicera sintió como si algo la tomara de la mano con la que aún sujetaba su espada sobre su cabeza y con la poca energía que le quedaba, subió nadando a la superficie.
—¡AAAH!— respiro en seguida y nado como pudo a la orilla.
Tocio demasiado y una vez salió del agua, se dejó rodar por el pasto.
Miro un momento hacia el cielo y sus manos se fueron directo hacia su vientre.
—Si que tienes una madre muy terca y loca...— se dijo recuperando el aliento.
Maki se sintió muy mal por todo lo que había hecho y estaba cayendo en una dolorosa conclusión.
—Parece que yo no serviré para ser madre... — seco sus lágrimas que empezaron a brotar por montón — solo te pondría en muchos peligros ... soy tan imprudente... tan gruñona y demasiado orgullosa... parece que yo no nací para esto— se sentó como pudo y se levantó toda tambaleante.
El velo sobre ella aún seguía de pie ya que este solo se rompería una vez ella saliera de ahí o hasta que otra persona lo rompiera desde afuera.
Maki estaba toda desorientada y así en ese estado empezó a caminar hacia el lado contrario por donde había entrado, internadose en aquella zona boscosa.
La cabeza le daba demasiadas vueltas y todas sus emociones eran un caos mientras se soltaba a llorar.
Camino varios metros dentro de aquel bosque, sin rumbo fijo, desorientada y con su mano izquierda sobre su vientre y la derecha aun tomando con fuerza su espada, la cual le sirvió de bastón.
—Pero tampoco quiero perderte... me he ilusionado tanto contigo al grado de que realmente quiero tenerte... pero tampoco quiero dejar de ser una hechicera... yo... yo...— Sentía su respiración cortarse y su vista se nublaba...
—Maki
Esa voz la volvió a llamar.
La peliverde se giró confundida, de su garganta logro salir un nombre antes de caer desmayada.
Alguien soltó un suspiro de decepción.
—Como siempre, eres tan terca que no mides el peligro...— dijo aquella voz que sonaba tan familiar.
Maki no podía abrir los ojos, lo sentía super pesados y su cuerpo lo sentía super cansado, que ni sus dedos lograba mover.
Parecía que estaba acostada boca arriba, ya que sentía como su cabello estuviera sobre tierra o arena.
El mar parecía estar muy cerca, ya que podía escuchar las olas chocar contra la arena... aquel sonido era muy relajante.
Maki sentía un calor muy agradable chocar contra su piel.
—¿El mar? ¿Dónde estoy? — pregunto al sonar de las olas.
—Tranquila... estas a salvo...— contesto aquella voz.
— ¿Y esa maldición? — pregunto tratando de abrir los ojos, pero sus párpados estaban muy pesados.
—La derrotaste, y de paso le demostraste a todos en el infierno que eres muy fuerte aun estando embarazada, aunque debo decir que eso fue muy imprudente de tu parte, pero es clásico de ti ser tan arriesgada— contesto aquella femenina voz.
—¡El infierno! ¿Dónde estoy? ¿Acaso morí? ¡Embarazada! ¿Y mi bebé? ¿Mi semilla de Soja está bien?— pregunto Maki abriendo de golpe sus ojos ante tal preocupación y su cuerpo al fin logró reaccionar ya que sus manos lograron ir sobre su viente.
La luz del sol por un momento la cegó, pero después de unos segundos en que su vista se fue adaptado al ambiente, empezó a notar que había alguien sentado a su lado mientras ella seguía acostada en la arena.
Aquella persona soltó otro suspiro.
—Tranquila... no moriste por suerte, solo estas inconsciente y tu semilla de soja está bien... aunque esa es una forma muy rara de nombrarle a un bebé... siempre te gusto nombrar de maneras extrañas a las cosas ¿Cierto? — contesto aquella persona aguantando la risa por aquel apodo.
—¡Pero Yo...!— la peliverde fue interrumpida.
—En serio Maki, sí que eres una mujer muy dura contigo misma y si sigues comportándose de esa manera, nunca vas a terminar de florecer... ¡Tonta!— comento aquella persona.
La voz de Maki titubeo al descubrir quién era esa sombra que empezó a tomar color frente a ella—¡¿M-Mai?!— pregunto con los ojos lloroso mientras lograba sentarse.
—Si que tardaste demasiado en darte cuenta de quien era la que te estaba llamando... ¿Qué acaso nunca ves mis señales?— contesto su hermana con una mueca de fastidio que luego se transformó en una leve sonrisa.
—¡¿PERO?! ¿QUÉ HACES AQUÍ? ¿YO? ¿TÚ?— Maki tenía miles de preguntas. En su rostro podría verse la incertidumbre.
Por un momento sintió todo su cuerpo doler —¿Segura que estoy bien?—
Mai respondió rápidamente.
—¡Lo estas, de eso no debes porque preocuparte! Y Solo vine a hablar contigo— aquella chica se veía tan joven como el día que murió.
—En serio... Debes relajarte un poco y dejar de atormentarte con el pasado que ya quedó atrás... También debes comprender que no está mal cambiar de opinión en ciertas "cuestiones" cuando se es un adulto...sobre todo cuando son cosas deseadas por ti y no por los demás— comento Mai en una suave sonrisa.
—¿A qué te refieres?— Pregunto Maki confundida.
Su hermana apunto hacia su vientre.
—Me refiero a que no debes cambiar ni dejar de hacer lo que amas solo por que deseas convertirte mamá... ambas cosas pueden ir de la mano, ¡PERO NO DE ESTA MANERA ARRIESGÁNDOTE A LO IDIOTA!— contesto Mai llamándole la atención, después su rostro molesto cambio a una sonrisa de compasión.
—¡Pero yo...!— Maki fue interrumpida.
— Se que tienes miedo, pero no estás sola... y sea lo que decidas, todos te vamos a apoyar— contesto Mai sujetando un momento la mano de su hermana.
Aquel tacto se sentía tan real que Maki tuvo que apretar con fuerza la mano de su hermana para comprobar si aquello no era un sueño.
—¿Pero y si no soy una buena madre?— en la voz de Maki se notaba la angustia— ¿Y si me vuelvo loca como nuestra madre? ¿Y si repito los mismos errores que el clan?— pregunto asustada.
Mai soltó una risita.
—Loca ya estas, de eso no hay duda... — después suspiro.
— Es más que obvio que tu no repetirías lo mismo errores que ese asqueroso clan, ya que tu misma te encargaste de eliminarlos y de paso saliste de ahí siguiendo tus propios ideales...— explicó Mai con una sonrisa — y además, siempre fuiste una chica con un carácter de madre enojona... no creo que seas una mala madre después de todo, siempre te preocupas por los demás aunque te cueste admitirlo — contesto sin soltar la mano de su hermana y poniéndose de pie.
Maki solo la miro confundida, pero en ningún momento le soltó la mano.
Mai siguió hablando mientras miraba al horizonte
—Sabes... es lindo saber que nos tomaste en cuenta a Megumi y a mi sobre lo que sentías de tu embarazo, quizás eso es un gran paso en tu decisión final sobre lo que realmente quieres hacer de ahora en adelante... además, sabes que tanto Megumi como yo te apoyaremos en la decisión que tomes...— regreso su vista hacia su hermana.
Maki seguía muda y con los ojos llorosos.
Mai miro a su hermana con una sonrisa de compasión.
Después de eso, ella se puso de cuclillas frente a Maki, apretando con suavidad su mano, la cual nunca soltó.
— Escucha... en realidad hay una persona más importante que nosotros dos con la que debes hablar sobre esto... — de nuevo apuntó con su dedo índice al vientre de su hermana
— Y ese es Yuta...— hizo una leve mueca al hablar de él — aunque sigue sin agradarme ese sujeto al que elegiste como marido— rodo los ojos y después miró a su hermana— Pero volviendo al punto principal...con él es con quien debes tratar este tema con más profundidad y seriedad y más que ahora él es tu familia principal— sonrió un poco moviendo levemente su cabeza a un lado.
Maki seguía muda ante todo lo que le decía su hermana.
—Con lo único que me quedo tranquila, es el saber que él realmente te ama y sé que te apoyará en todo lo que decías.— Mai se puso de nuevo de pie, soltó con cuidado la mano de Maki y empezó a dar unos pasos hacia el mar... entrado poco a poco a él.
—¡Espera!— grito Maki poniéndose de pie casi de golpe.
Así toda tambaleante empezó a ir tras Mai, quien seguía adentrándose en el mar.
Mai se detuvo un momento y se giró para mirar a su hermana.
—¿Recuerdas que a mí me gustaban los cactus? ¿Cierto?— pregunto con curiosidad.
Maki entro en el agua.
—Lo recuerdo muy bien y sé que los querías más que a mí... pero Mai... no te vayas... ¡Espera!— estiro su mano para alcanzarla.
—¡Maki!
—¡Senpai!
A lo lejos se empezaron a escucharse unas voces que la nombraban...
Mai siguió hablando mientras seguía mirando a Maki, la menor solo seguía dando pasos hacia atrás, internándose más en el mar.
—Bueno...¿Sabías que a algunos de ellos les suelen salir una pequeña flor en la frente cuando ya están maduros?... pero antes de que esa flor abra sus pétalos, suele pasan por una etapa previa llamada preantesis...— Mai siguió hablando y siguió dando unos pasos hacia dentro del mar —Esa etapa es como un pequeño momento de reflexión antes de madurar... Maki ahora mismo tu estas en esa etapa... estas a solo un paso de florecer por completo—
Maki empezó a llorar y luchaba contra aquellas olas que la arrastraban hacia la orilla —¡Quizás y tienes razón! ¡Soy como un cactus que apenas su flor está terminando de madurar! Pero... — lucho contra las olas — ¡Mai vuelve aquí! ¡No me dejes sola de nuevo!— grito.
—No estás sola...—Mai se detuvo un momento, el agua ya les llegaba a ambas hasta la cintura. — Quizás más adelante te vuelva a visitar en tus sueños para ver que decision tomaste al final...— sus manos jugaban con el agua.
—¡Maki!
—¡Senpai!
Esas dos voces se escuchaban cada vez más cerca.
Maki estaba tentada a girarse para ver quiénes eran, pero no quería volver a dejar ir a Mai.
—Por favor Mai... no me dejes sola... regresa aquí — suplicaba mientras sus lágrimas bajaban por sus mejillas, estaba a punto de tomar a su hermana del brazo.
En ese momento, Mai solo sonrió y le lanzó agua en la cara—Maki, es hora de despertar...—
—¡Mai!— Grito Maki abriendo los ojos de golpe.
—¡Maki san, despierta por favor!— suplico Yuta con su esposa en brazos.
—¡Senpai!— decía Megumi todo preocupado y a su lado estaba su perro negro ladrando.
—¡Mai!– Maki grito mientras despertaba toda sobresaltada y veía a esos dos ahí frente a ella.
Maki empezó a recuperar el aliento.
—¡Maki! ¿Estas bien?— pregunto Yuta todo preocupado.
—¿Mai? ¿D- donde esta Mai? ¡Yuta! ¿Y MAI? ¡MAI ESTABA AQUÍ! ¡MAI! ¡¿DONDE ESTAS?!— Maki empezó a gritar, estaba muy alterada y sus manos se aferraron a las mangas de la sudadera de su esposo.
Yuta la abrazo fuertemente porque sabía que aquello era una crisis que Maki solía sufrir en algunas ocasiones y el solo estar entre sus brazos y el escuchar su voz la lograban tranquilizar.
—¿Mai, donde estas? ¡No me dejes!— Maki lloraba toda temblorosa.
—¡Mai está bien! ¡Tranquila amor, todo está bien!—Yuta la abrazo, acomodando la cabeza de su esposa en su hombro—Ya todo está bien— susurro al oido de esta— Todo fue un sueño...— trataba de consolarla.
Maki se soltó a llorar amarga y desconsoladamente, mientras se aferraba a Yuta en un abrazo muy fuerte, pasando sus manos a la espalda de su esposo para sujetarlo con fuerza, mientras ahogaba sus gritos en el hombro de este.
Él era su mayor y único consuelo.
Megumi suspiro un poco aliviado de que hubieran encontrado a Maki a tiempo... pero era la primera vez que la veía en aquel estado tan vulnerable.
Maki solo seguía llorando, mientras Yuta le acariciaba cariñosamente tanto el cabello como la espalda, sus manos le empezaron a curar y a confortar su lastimada espalda...
Después de unos minutos, aquella crisis nerviosa ya estaba pasando.
Aquella hechicera sabía qué hora le tocaría hablar con su esposo sobre su bebé...
🌸Continuará...
Espero les haya gustado este largo capítulo.
Quise hacer una referencia a Mai porque siento que Maki si la seguiría tomando en cuenta en algunas cuestiones de su vida... además, quise plasmar lo de los cactus porque Mai tiene, según el fanbook oficial de JJK, el hobby de coleccionar cactus.
Al igual siento que esa planta es una buena comparativa con Maki. Ruda y dura por fuera donde sus espinas la protegen, pero está a un solo paso de madurar y de mostrar esa flor que son sus verdaderos sentimientos.
También quise plasmar esta pelea porque siento que eran todos los miedos e inseguridades que Maki sentía sobre su embarazo.
Además, últimamente me salían videos de testimonios de mujeres que tenían rutinas de ejercicios muy pesados y que seguían con estos ejercicios aun en el primer trimestre del embarazo, ya que aún no se enteraban que estaban embarazadas hasta casi los dos o tres meses y que quizás por su condición física soportaban los síntomas o se los atribuían a otras cuestiones, pero que por suerte nunca tuvieron un aborto y sus bebés nacían sanos.
Incluso, algunas de ellas seguían ejercitándose casi en todo su embarazo, pero solo bajaban la intensidad, el ritmo y el peso que cargaban y siento que Maki seria así.
En fin, el arco de la primavera ahora si llegara a su fin en el siguiente capitulo para ahora si iniciar con el verano, además que ya tendremos la tan esperada reacción de Yuta.
Como dije, espero les siga gustado esta historia. Sus votos, sus vistas y comentarios son super importantes para que este fic siga continuando.
Nos seguimos leyendo ❤
Atte; Vera
