3. LA VIDA EN EL CASTILLO

Si por algo se caracteriza la vida en el castillo es porque nunca dos días son iguales, es imposible que exista la monotonía y, menos, con unos amigos como los míos. Por un lado estaban las peleas de James y Lily y por otro lado, estaban las bromas de James, Sirius, Remus y Petter. Pero tampoco podemos olvidar las pequeñas aventuras que compartíamos Liz y yo, cuando nos escapábamos del colegio un fin de semana… Es decir, Hogwarts no era un colegio como los demás, no ya porque se enseñase magia, sino porque allí todo era especial, todo se podía convertir en una fiesta, cada día era una aventura nueva, cada día un reto que superar.

En concreto hoy lunes, primer día de clase, ya habíamos vivido los Gryffindor una broma de James y Sirius a los Slytherin, consistente en hacer explotar todo el juego de calabaza, llenándolos de la cabeza a los pies de líquido. Dos segundos después de la explosión, todos pudimos ver como Sirius y James se cogían la barriga riéndose ruidosamente, mientras que Lily les regañaba:

- Tenéis dieciséis años ya¿cuándo vais a madurar?

- Estos dos no van a madurar nunca – dijo Liz mirándolos divertida.

- No pueden seguir así. Van a hacer que perdamos la copa de las casas – dijo enfadada Lily. – Remus diles algo.

- Les diga lo que les diga no me hacen caso – dijo Remus resignado ante la mirada de Lily, la cual pedía ayuda.

- Lily, son como niños pequeños, dentro de cuerpos de dieciséis años. El día que maduren será todo un acontecimiento – dije divertida a Lily. – Aunque mientras se les puede dominar utilizando sus puntos débiles… Lily entonces¿con quién has quedado este sábado? – Esto último lo dije más alto...

- ¿Cómo? – dijo la pelirroja, entonces recibió un codazo de parte de Liz, mientras Remus veía divertido la escena. - ¡Ah! Pues he quedado para dar una vuelta con Sean Davis, de Gryffindor.

James dejo de reír.

- ¿De verdad? – dijo Liz. - ¡Que suerte tienes Lily¡Esta buenísimo! Le sienta muy bien eso de estar en el equipo como golpeador. Esos músculos…

- Hay que verlo sin camiseta – afirme yo, siguiendo la broma.

- Tengo que ir a por un libro a la habitación – dijo de repente James, levantándose, cogiendo su mochila y yéndose corriendo, con cara de pocos amigos.

Cuando James desapareció, las tres empezamos a reírnos.

- Si. Se les puede manejar cuando se conoce su punto débil – afirmó segura Liz.

- Sois muy crueles chicas – intervino Remus.

- Amigo así es la vida - le di una palmada en la espalda a Remus, mientras me levantaba para irme a clase. Petter mientras tanto miraba la escena sin decir nada. – Vamos chicas a clase. Ahora nos toca Pociones.

La mañana pasó sin más contratiempos, sin más bromas, aunque eso si: James estuvo de mal humor todo el día, pensativo y sin ganas de nada. Lily, en cambio, pasó la mañana más contenta que unas pascuas y cuando Sean Davis se le acercó, antes de la comida, a hablar a la salida de una clase, todos pudimos ver como James lo miraba con profundo odio, mientras analizaba como torturarlo y matarlo. Remus, Liz y yo nos divertíamos viendo a James con los nudillos blancos de la furia, mientras Sirius y Petter, el cual no había entendido que era una broma, a pesar de haber escuchado toda la conversación, intentaban tranquilizar sin éxito a un James a punto del homicidio.

- Chicas sois unos genios – nos dijo al final de la cena Remus.

James estaba absorto, mirando con una mirada triste a Lily, la cual había ido a hablar con unas chicas de quinto de Gryffindor, entre las que se encontraba la nueva prefecta.

- ¿Creéis que es hora ya de decirle que era una broma? Me da pena – Liz empezaba a preocuparse por la salud mental de su amigo…

- Un momento¿era una broma? – pregunto de repente Sirius. – Queréis decir que he estado persiguiendo a James todo el día, intentando que no hiciera nada de lo que podría arrepentirse, por una broma – Sirius estaba realmente alterado: había pasado todo el día persiguiendo a James, el cual a su vez perseguía a Davis por todo el colegio.

- Chicos – James, sin enterarse de lo último que habíamos dicho, parecía haber vuelto del mundo de los muertos. – He tomado una decisión: voy a buscarme novia para darle celos a Evans.

Silencio.

- ¿Qué os parece?

Silencio.

- ¿Vas en serio? – preguntó de repente Liz, realmente preocupada por la salud mental de James.

- ¡Claro que voy en serio!

- James, me parece que a Lily no le gustas mucho que digamos… - Liz cada vez estaba más preocupada por James: Todos sabíamos que James estaba colado por la pelirroja, pero esta no mostraba el menor interés por el chico. De hecho, solo se le acercaba para gritarle y regañarle, por lo que James hacía cada vez más tonterías únicamente para poder estar cerca de ella y gritarle a los cuatro vientos si quería salir con él, aunque ello conllevaba que Lily lo mirase cada vez más mal.

- ¡No es una idea tan mala!

- Lo es – le dije sinceramente. – No lo vas a conseguir.

- Amigo, lo que necesitas es poner cabeza a bajo a Snivellus. Ya verás como eso te anima.

- ¡Sirius! – Lily acaba de llegar. – Madurar. Es nuestro sexto año, no sois unos crios. Por cierto, - cambiando su tono de reprimenda a uno normal - Liz, Emy me voy a la sala común.

- Vamos – afirmó Liz levantándose.

- James, no hagas tonterías – le dije posando mi mano sobre su hombro, para darle ánimos, mientras me levantaba. – Y bajo ningún concepto le hagas caso a este zoquete – señale a Sirius, él cual comía un trozo de tarta.

- ¡Oye! Yo no soy ningún zoquete.

- Claro, claro – Liz asentía enérgicamente. – Te creemos Sirius.

Seguimos a Lily hasta la sala común, pero antes de llegar tuvimos que parar porque un grupo de alumnos apiñados alrededor del tablón de anuncios impedía el paso.

- ¿Qué ocurre aquí? - preguntó Lily a unos alumnos menores.

- Acaban de poner las fechas para presentarse al equipo de Quiddicth – nos respondió Davis, el cual se encontraba justo detrás de nosotras. – Gryffindor necesita a un guardián y a un cazador.

- Por cierto¿quién es el capitán este año? – preguntó Liz.

- Potter. ¿No os lo había dicho? – dijo Davis ante las miradas de sorpresa de nosotras tres.

- Pues la verdad es que no. No ha dicho nada – le respondí. – No lo entiendo, porque conociéndole hubiese venido gritando a decírnoslo.

- James esta cada día más raro – dijo Liz.

- Pues yo lo veo más engreído cada día – dijo como quien no quiere la cosa Lily.

- ¿Vienes a la sala común? – le pregunte a Davis.

- Vale, vamos. Bueno¿y qué tal el verano chicas?

- Bien, en casa. El de Emy ha sido más movidito¿no Emy? – Liz me miro con una mirada picarona.

- Eres muy graciosa Lizzy – respondí irónicamente con un tono meloso, lanzando una mirada que mataría a cualquiera. Liz me respondió con otra mirada de amor: odiaba que le llamasen así.

- ¿Qué pasó?

- Que Black intentó que Emy actuara de celestina entre su hermana y él, cuando la familia de Emy vino a Inglaterra a por ella.

- Si fue divertidísimo. El zoquete de Black babeando por la creída de mi hermana – dije con resentimiento. – Yo creo que lo repetiría.

- No seas así Emy, por lo menos no fue detrás de ti dijo Liz.

- Si, menos mal. Me hubiese suicidado si eso llega a pasar.

Lily y Davis se reían mientras contábamos los hechos: desde como Sirius se fijo en mi hermana, hasta que le dije que mi hermana tenía novio, una mentira piadosa para que no me diese la lata. Aunque esto ultimo no impidió que se pasase el verano enviándome cartas para que las remitiera a mi hermana. En resumen: una pesadilla.


Terecer capitulo!

Siento haber tardado tanto en actualizar, pero me ha piyado por medio el Selectivo, que mañana acabo:D

Espero que a pesar de la tardanza, sea de vuestro agrado!

Muchas gracias por leerlo! Dejar reviews dando vuestra opinion por favor!

Kannabi-no-mikoto: que decir? muchísimas gracias! No sabes los animos que me da ver que por lo menos alguien lee mi fic... Espero que te gustee! besosssssssssss!