Darcy miraba pensativo por la ventana, mientras el carruaje se acercaba toda velocidad a su destino...
El último mes y medio de su vida fue un torbellino, actividades, muchas obligaciones y grandes cambios. Se sentía agotado física y mentalmente, pero era optimista que todo iba a mejorar en el futuro. Afortunadamente su administrador, el Sr. Stones, era un hombre honrado, trabajador y con mucha experiencia cuya ayuda era invaluable. Había decidido que no iba a pedir ayuda a sus familiares..., de hecho, prefería limitar el trato con ellos lo más posible.
Después de la tensa discusión en que Lord Matlock y Lady Catherine trataron de persuadirlo para que cancelara su compromiso, la relación con ellos se deterioró completamente. Tuvo que contenerse en más de una ocasión para no golpear a su tío cuando habló tan despectivamente de Elizabeth, y de echarlos a ambos de Pemberley. Sus familiares no entendían que ni por todo el oro del mundo iba a romper su compromiso; amaba a Elizabeth más que a nadie en el mundo, y además estaba comprometido su honor como caballero. Estaba seguro que juntos iban a poder sortear todas las dificultades que se presentarán en el camino e iban a ser muy felices. Elizabeth era una mujer muy inteligente y compasiva, que gran parte de su vida había vivido en una hacienda e iba a adaptarse con facilidad a la vida en Pemberley y a todas las tareas que implicaba ser su esposa. La Sra. Reynolds era una excelente ama de llaves y la iba a ayudar.
Durante las siguientes semanas, se reunió en las mañanas con el Sr. Stones y posteriormente inspeccionaban los campos, y visitaban a los inquilinos. Basándose en los consejos del Sr. Stones, los libros de contabilidad de la hacienda, cartas de negocios que su padre había guardado cuidadosamente, y los libros de técnicas de agricultura moderna que había en la biblioteca de Pemberley, tomó varias decisiones importantes para el futuro de la hacienda, y firmó los contratos pertinentes para vender los productos de la cosecha.
Cada dos o tres días recibía una carta de Elizabeth que le alegraba el día. Eran cartas largas, optimistas y cariñosas, que le daban ánimo para seguir trabajando...
Finalmente, después de tres largos días de viaje, el carruaje se detuvo en la puerta de Longbourn, y muy feliz Elizabeth corrió a su encuentro y se abrazaron fuertemente...
"Elizabeth, te extrañe tanto." Le besó ambas manos, "prométeme que nunca más vamos a estar tanto tiempo separados."
"Yo también te extrañe muchísimo, y no quiero volver a estar separado de ti" ambos sonrieron, "Vamos adentro con mis tíos y mis primas. Te estábamos esperando para desayunar…"
La familia Bennet lo saludó afectuosamente y efectivamente lo invitaron a desayunar. En dos días iba a ser la boda y la Sra. Bennet estaba muy nerviosa y un poco desilusionada...
"... Por fin llegó Sr. Darcy, estaba tan preocupada y tan nerviosa que algo malo le pasara en el camino y que tuviéramos que cancelar la boda a último momento..."
"Lamento mucho que se haya preocupado tanto por mi Sra. Bennet; créame que no fue mi intención."
"Bueno afortunadamente ya está aquí y en dos días va a ser la boda... pero tenía tantas ilusiones de hacer una gran fiesta de compromiso y un suculento desayuno de bodas..."
Acostumbrada a los lamentos de su tía, Lizzy la interrumpió, "Tía, te agradezco muchísimo todo lo que querías hacer por nosotros; pero recuerda que el Sr. Darcy está de luto." señaló la banda negra que tenía su prometido en el brazo.
"Es cierto, es terrible lo que pasó. ¡Nadie está libre que lo maten en Londres!" Hizo un gesto, "¡pero ahora usted, Sr. Darcy, tiene 10.000 libras al año!" Miró a Lizzy, " Lizzy vas a ser tan rica e importante... Tienen que invitar a Jane a ir a Londres; ¡con su belleza va a atraer la atención de un hombre muy rico o incluso de un conde! Lady Jane, ¡qué bien suena!"
Jane e incluso Mary se sonrojaron profundamente; la Sra. Bennet miró a Lizzy y al Sr. Darcy expectante mientras que el Sr. Bennet tenía una sonrisa muy divertida en el rostro, y Kitty y Lydia estaban hablando entre ellas de otra cosa.
Darcy miró a Elizabeth, y ella levemente asintió. Habían acordado que iban a ir a Pemberley después de la boda, y por varios meses no iban a ir a Londres... "Sra. Bennet, después de la boda nos iremos a Pemberley y por varios meses no volveremos a Londres." Hizo una pausa, "Nos gustaría que vengan a Pemberley en Navidad."
Lizzy agregó, "Tía, sé muy bien que por tus nervios no te gusta viajar tan lejos, y que al tío tampoco le gusta viajar, pero nos gustaría mucho que vengas a conocer Pemberley, o al menos que Jane y Mary vengan."
"Oh Lizzy, que lejos vas a vivir..."
Debido a la insistencia de la Sra. Bennet, Darcy se hospedó en Longbourn los siguientes dos días, e incluso le ofrecieron un pequeño cuarto a su sirviente personal...
