Nobody Knows who I really Am
--Capitulo 1--
-1 mes después de lo de Aizen-
Era de noche, Ichigo, tumbado en su cama miraba la brillante Luna, más redonda que nunca, mientras recordaba lo que Rukia había dicho a la hora de la cena.
Mañana será mi último día aquí, os agradezco que me hayáis acogido en vuestra casa durante todo este tiempo, Ichigo no dijo nada, sabía que algún día tendría que marcharse a la SS, al resto de la familia si que le sorprendió bastante la noticia, incluso Karin, que en un principio no parecía muy contenta de que se quedase en casa no quería que se marchase.
El chico seguía mirando la Luna, aunque no quería reconocerlo, le hubiese gustado pasar el último día con Rukia, pero esta había quedado con Inoue.
A la mañana se escucho un fuerte "Kuchiki-san", era la voz de Inoue, aquella noche no había dormido mucho y le acababan de despertar, salio de su habitación donde se encontró con Rukia, lista para salir, se miraron un momento y vio como le decía adiós con la mano mientras bajaba por las escaleras, él solo se rascaba la cabeza algo molesto.
Rukia se coloco los zapatos rápidamente y nada más salir por la puerta se encontró con una feliz Inoue.
-¿Vamos? – le preguntó sonriente a Rukia
-Ah… Claro – le contesto mientras cerraba la puerta
Se marcharon tranquilamente, Inoue le intentaba explicar algo alegremente, haciendo gestos extraños con las manos, Rukia parecía poner interés en lo que explicaba.
Inoue llevo a Rukia al distrito comercial, como era bastante temprano no había demasiada gente. De repente Inoue agarró la muñeca de Rukia y comenzó a correr.
-Inoue… ¿Q-que pasa? – Preguntó Rukia extrañada por su comportamiento, Inoue se giro y le sonrió
Inoue paro de correr y soltó la muñeca de Rukia, esta se miro un poco la muñeca y luego miro a donde la había llevado. Era una gran heladería.
-¡Esta heladería es fantástica, hacen helados de todos los sabores! ¡Incluso de judías verdes!
Rukia no dijo nada, tan solo pensó que él helado de judías verdes tenía que estar asqueroso, pero no le resultó raro después de ver las cosas que comía Inoue.
Entraron y cada una se pidió su helado, Rukia decidió cogerse uno de limón, Inoue se decanto por el de judías verdes, tamaño extra-grande. Hacía buen día, así que prefirieron sentarse en la pequeña terraza que tenía el establecimiento y comenzaron a planear de quien se irían a despedir. Inoue al principio tenía pensado prepararle una fiesta de despedida, pero Rukia se negó, diciendo que no tardaría tanto en volver como para montar una fiesta de despedida, Inoue se alegro al saber que volvería pronto.
-Kuchiki-san, lo siento- le dijo la chica con sentido de culpabilidad a su amiga
- ¿Eh? – Rukia no entendía por que se disculpaba
- Es que… Seguro que hoy te hubiese gustado pasar el día con Kurosaki-kun
Rukia la miro fijamente, no dijo nada. De repente le dijo con una de aquellas sonrisas que raramente deja ver
-No… Así ya está bien
Inoue se alegró de escuchar aquello y se levantó de si asiento muy animada
-¡Bien, primero iremos a ver a Ishida y después a Sado-kun!
Cuando acabaron de tomarse el helado fueron a casa de Ishida, Inoue le pidió si podía usar el teléfono, este le dijo si, mientras Inoue lo buscaba, Rukia se despedía de Ishida. Cuando al fin Inoue encontró el teléfono marco un número rápidamente.
Después de que Inoue llamase a Rukia, Ichigo no pudo volver a conciliar el sueño, así que desayuno y subió a su habitación a escuchar música, y así se le paso la mañana. Cuando por fin se canso, se vistió listo para salir a algún sitio, ni él mismo sabia donde iba a ir. Justo cuando iba a salir por la puerta escuchó sonar el teléfono.
-¡¡¡Ichigo, coge el teléfono!- le grito su padre desde el piso de arriba
-¡¡¡Cállate, ahora mismo lo iba a hacer!- Le respondió enfadado a su padre
Ichigo contesto la llamada, ¿Ichigo?, enseguida reconoció la voz de la persona que le llamaba
