--Capitulo 3--
Karakura, 6:07 de la mañana
-¿¡Como que Rukia se ha ido?
Ichigo agarraba a Urahara de su bata japonesa, furioso, no podía creerse lo que le había explicado, no entendía por que Rukia se había ido sin despedirse. Kisuke se separo hábilmente del chico, que dejo de agarrarle.
- Bien… Veo que lo has entendido a la primera – le dijo mientras se colocaba bien su bata
Aquel comentario le enfureció aún más, Ishida puso su mano sobre su hombro, como intentando calmarle y dirigió su mirada hacia el tendero.
-Debe haber alguna razón para que Kuchiki-san se marchara sin despedirse, cuando todos decidimos que vendríamos a esta hora y es más, ella lo sabía y estaba de acuerdo, ¿Me equivoco, Urahara? – le dijo seriamente, mientras se colocaba bien sus gafas como hacía siempre
Urahara volvió a ponerse bien el sombrero, tenía las miradas de Ichigo, Inoue, Chad e Ishida clavadas en él, sus ayudantes también le miraban. Se dejo caer al suelo, mientras una mano continuaba sobre el sombrero, que le tapaba un ojo y respondió a Ishida.
-Tienes razón…
-Entonces, comienza a explicar
Había llegado el momento que temía, recordó las palabras de Rukia "invéntate algo, no es tan difícil" y así lo hizo. Cogió aire, ya estaba listo para explicar lo sucedido.
- Escuchad bien, por que solo os lo pienso explicar una vez – Todos atendían más que nunca a la palabras del tendero- Era una noche radiante, la Luna brillaba como nunca, no podía conciliar el sueño pensando que bajo el mismo techo que yo, dormía una joven y hermosa muchacha, entonces me dirigí al salón para ver la tele y despejarme, a los pocos minutos, apareció ella, diciéndome que tampoco podía dormir, sobre todo cuando pensaba que estaba durmiendo bajo el mismo techo de un hombre tan guapo, tan inteligente, tan maduro y tan peligrosamente irresistible como yo- cada vez que decía un adjetivo positivo la cara de los chicos cambiaba por completo e Inoue parecía muy interesada en aquella historia- Sin hacer cosas que los menores, como vosotros… – Abrió su abanico y comenzó a señalarlos a todos, finalmente escondió su cara con él, tan solo dejando visibles sus ojos, tapando una gran sonrisa- No podéis saber.- Remarcó con mucho entusiasmo esto último- Entonces me suplico que la dejase marchar, yo solo le abrí la puerta, y ella… decidió volar – Ahora se abanicaba mientras una brillante lágrima salio de sus ojos.
Hubo un breve silencio, el tendero miro a cada uno de los que estaban en aquella sala y comenzó a reír felizmente.
- ¿Queda realista, no?
Justo cuando paró de reírse y abrió los ojos se encontró con el puño de Kurosaki más cerca que nunca y con muy malas intenciones. Logró esquivar el puñetazo, aunque faltó poco para que fuese a parar directamente a su cara.
-Oh, Kurosaki-kun, no deberías de ser tan agresivo, si no, tendré que…
- ¡¡¡Dime al verdad, desgraciado!- Urahara le miró sorprendido y sonrió
-… Echarte de la tienda
Justo cuando Ichigo estaba dispuesto a quejarse, Tessai le cogió con una mano e hizo lo mismo con Ishida. Urahara volvió a taparse la cara con su abanico, dejando solo una mirada fría dirigida al chico de pelo naranja.
-Kuchuki-san se fue sin despedirse por que así lo decidió y ahora está en la SS, su hogar, recuerda-lo.
Tessai les hecho a fuera. Lo que le había dicho Urahara le dejo sin fuerzas para oponerse.
-¿No vas a volver a entrar, Kurosaki?- Le preguntó Ishida, que estaba a su lado, de pie, con los brazos cruzados.
- No…
Inoue y Chad aún permanecían dentro de la tienda, el tendero les miraba extrañado, el chico le miraba seriamente y la chica aún estaba embobada pensando en la historia de antes.
-Urahara-san, la historia que contaste antes era preciosa
El tendero se acercó a ella, coloco sus manos sobre sus hombros y con una sonrisa le dijo
-Si quieres te explico la historia de amor de un tendero con una joven quinceañera.
-¿De verdad? – Inoue parecía emocionada
-Claro… y si quieres la ponemos en practica – Le decía mientras la llevaba lejos de donde estaba Chad
Él se plantó delante de los dos, cogió a Inoue y la llevo fuera, donde se encontró con Ishida. Nada más salir y no ver a Ichigo, comenzó a buscarle tan disimuladamente, para ocupar su preocupación, como pudo.
-Kurosaki se ha ido – Le informó mientras se colocaba bien sus gafas- Y creo que nosotros deberíamos hacer lo mismo.
Las palabras de Urahara resonaban en su cabeza…
Soul Society, 7 días después…
-¡Kuchiki Fukutaicho! –Escuchó la joven que andaba tranquilamente, reconoció inmediatamente la voz de quien la llamaba, era Hinamori, que corría cansada hacía ella con muchísimos informes entre sus manos– Por fin te encuentro- Rebuscó entre los informes los de la 13 división y se los entregó- Estos son los tuyos
Rukia se los comenzó a ojear rápidamente, Hinamori la miraba, cuando dejó de mirarlos, le sonrío.
- ¿Cómo va tu primera semana de Fukutaicho?- Desde lo de Aizen Hinamori había dejado de ser la misma, pero por fin había recuperado aquella alegría que perdió un día
- Bien, gracias…
- ¡Eso es bueno! Estaba preocupada por que casi no sales de tu oficina y et veo muy preocupada, tómatelo con un poco más de tranquilidad, ¿Vale?
"No es eso…", pensó Rukia mientras observaba como Hinamori se marchaba corriendo y despidiéndose con la mano de ella. Decidió ponerse en marcha, primero dejó aquellos informes en su oficina y rápidamente se dirigió a la zona de entrenamiento de la división 13. Cuando llegó se encontró con su capitán, Ukitake, que la estaba esperando.
-Muy bien Kuchiki, es hora de que comencemos a entrenar – ella asintió.
Ya había oscurecido y Rukia volvía sola a la gran mansión donde vivía.
Notó una extraña sensación, una sensación que le hacía sentir incomoda. De repente hubo una explosión cerca de donde estaba, el humo le impedía ver lo que pasaba y repentinamente un shinigami se abalanzó sobre ella, Rukia desenvaino su espada rápidamente y paró el ataque. Su enemigo se alejo de ella, entonces se dio cuenta, aquella extraña sensación ya la había sentido más de una vez.
- He venido a matarte
