DISCLAIMER
Los personajes de Digimon, así como la trama principal de la historia pertenecen a TOEI Animation y Akiyoshi Hongo.
Esta historia es solo con fines de entretenimiento de la autora y de los fans del mimato.
ADIÓS
-¡No Sora!- nunca antes le había gritado, pero ya estaba muy cansado de todo, antes me sentía confundido, ahora lo veo todo muy claro.
-Yamato…- me decía Sora con una voz apenas audible y sus ojos llorosos.
-Necesito que te vayas por favor… ¡No te quiero ver!
-No Yamato…
-¡Es mi última palabra!, ¡estoy harto de esto y de tu indecisión!, ¡fueron muchas veces que lo preferiste a él antes que a mí con el pretexto de que es tu amigo!, pero Sora por favor, esa relación no era de amigos… ¡Vete y déjame en paz!…
La dejé sola en la sala y me fui a mi cuarto, azoté la puerta y me tiré a la cama. Después de unos minutos escuché cuando cerró la puerta, por fin se había ido Sora.
Estaba recostado boca abajo, me recargué en mis brazos, miraba a la ventana pero no pensaba nada en realidad, me sentía como ido, distraído. Hacía ya tiempo que teníamos peleas constantes, prácticamente desde que empezamos nuestra relación, no eran tan fuertes, solo que si había bastantes diferencias. Ahora que lo veo en retrospectiva, creo que era muy obvio todo.
Tomé mi celular, el grupo de todos tenía mensajes de Koushiro, al parecer era algo sobre los portales que se estaban abriendo últimamente. Taichi, Hikari y Takeru se encargaron de la situación. Por un momento pensé en llamarle a Taichi, pero, ¿qué le diría?, apagué el celular mejor, busqué mi bajo y me puse a tocar un rato para distraerme.
Me sentía muy frustrado, no me salían las notas, decidí mejor escribir, eso me ayudaría más a sacar mis pensamientos. Me levanté, busqué entre los cajones la libreta donde siempre escribo mis canciones, tomé una pluma y mi bajo y me fui a la sala. Busqué en el refrigerador una cerveza y me senté en el sofá para dedicarme a escribir.
Le di un sorbo a la cerveza y me quedé pensando un momento, ¿por dónde empiezo?, se vinieron tantos recuerdos a mi mente… Ahora sabía dónde comenzó todo.
-… Y también te traje estas galletas Yamato- No podía creer lo que estaba pasando, estaba Sora ahí, de pie, declarándome su amor y dándome unas galletas como prueba de ello. Sentí cómo me sonrojé y mi corazón se aceleraba. Acepté las galletas y la acompañé para que tomara su lugar entre el público antes de empezar mi show.
En ese momento, no sabía cómo es que mi relación con Sora había empezado, quiero decir, no éramos tan unidos antes, ella siempre estaba con Taichi, siempre se preocupaba más por él que por los demás, estaban juntos todo el tiempo, incluso Taichi la salvó contra Datamon y yo… Di otro sorbo a mi cerveza y seguí recordando.
-Entonces, pues solo viene unos días en primavera y nos pidió que fuéramos a unas aguas termales, su abuelo le rentaría una Van para poder visitar diversos lugares y no nos preocupáramos por el transporte, ya estuve armando un itinerario y está casi todo organizado- decía Koushiro mientras tecleaba en su computadora.
Habían pasado solo unos meses en que Sora y yo habíamos iniciado nuestra relación, todo iba bien, no pasábamos mucho tiempo con los chicos, pues más bien disfrutábamos nuestros días como pareja, salíamos a caminar, de compras, todo iba bien, o eso parecía.
-Qué gusto que Mimí regrese aunque sea unos días- decía Hikari.
-Yo solo espero que los proyectos no sean tan pesados para poderlos acompañar, ahora tengo algo de tiempo- comentaba Joe.
-¡Decidido!, Sora, dile a Mimí que todos confirmamos el plan, solo que nos confirme la hora en que nos reuniremos para partir de excursión.
-Claro que si Taichi, yo les informo bien los detalles en unos días.
Para estas fechas, Mimí nos dijo que nos visitaría algunos días y quería que armáramos una excursión, lo cual me parecía buena idea, sería como una especie de descanso después de todo lo vivido en el Digimundo.
-Te veo contenta Sora.
-Lo estoy, me da gusto saber que volveré a ver a Mimí, que estaremos todos juntos… Siento que mientras somos más crecemos, más actividades tenemos y más nos alejamos.
-Tienes razón, incluso a mí la banda me absorbe algo de tiempo, no me quejo, solo que no quiero alejarme tanto.
-Por lo menos nosotros tenemos tiempo juntos y eso para mí es más importante- se acerca y me da un beso en la mejilla- Te quiero Yamato.
-Y yo a ti Sora.
Recordar esto me dolió un poco, hasta ahí todo parecía marchar tan bien. Me recosté hacia atrás, miré al techo y nuevamente me flagelé por no darme cuenta de las cosas, "soy un estúpido", era mi pensamiento más constante. Me enderecé, tomé otro sorbo a mi cerveza y seguí escribiendo.
-Mimí siendo Mimí, ya lleva algo de retraso, incluso la Van de su abuelo ya está aquí- se quejaba Taichi.
-Por Dios Taichi no seas desesperado, vamos en buen tiempo- le decía Sora.
-¡Ahí viene!- dijo Takeru, Mimí venía llegando en un coche muy elegante, al llegar, se bajó muy alegre, como solo ella era, y bajaron también 2 maletas enormes.
-¿Te vas a mudar?- le decía Taichi en tono de broma.
-¡Tengo que estar preparada para lo que sea!, ya estoy aquí, así que ¡vámonos!
Todos empezaron a subir, nos dejaron a Taichi, Sora y a mí al Final, así que nos tocó sentarnos hasta atrás, Sora quedó en medio de nosotros.
-Sé que les va a gustar el lugar a donde vamos a ir, mi familia lo frecuenta mucho y logré conseguir que nos dieran un descuento y trato preferencial, así que tendremos dos habitaciones increíbles- decía Mimí desde el asiento del copiloto.
-Tengo que admitirlo, me hacía mucha falta este descanso- decía un Joe visiblemente emocionado.
-Koushiro, por favor deja esa computadora por lo menos por este viaje- le comentaba Hikari.
Koushiro no le contestó.
-Bueno, dejémoslo mientras vayamos en camino, allá no le permitiré que la tome para nada- decía Taichi.
Había pasado casi media hora de viaje, todavía nos faltaba un tramo largo, así que todos decidimos descansar un poco para llegar con energía. Yo me puse mis audífonos y empecé a escuchar música, Taichi ya se había quedado dormido y hasta estaba roncando, Sora sacó un libro y se puso a leer.
Sin darme cuenta me quedé perdido viendo el paisaje en la ventana, me giré para hablarle a Sora y admirara el paisaje, pero para mi sorpresa ella ya se había quedado dormida… Y se había recargado en Taichi. Regresé mi mirada al paisaje.
Esa fue la primera vez que pasó, cuando Sora y yo estábamos juntos, ella se miraba penosa, tensa de acercarse o tener contacto conmigo, cuando estaba con Taichi, era todo lo contrario, se notaba esa química que había entre ellos, esa confianza, confianza que conmigo no había. En un inicio pensé que era porque son amigos desde hace años, sin embargo, no notaba que hubiera algún avance en nuestra relación.
Muchas veces me llegué a preguntar si yo era el problema, si mi seriedad hacía que ella no me tuviera confianza, que sintiera rechazo… ¡no!, no era yo, simplemente desde un inicio esto no funcionó.
-¡Llegamos!- en cuanto nos estacionamos, Mimí se bajó y exclamó eso, con su mano al aire, en señal de victoria.
Yo había estado intentando despertar a Sora, pero seguía plácidamente dormida, así que me bajé, dejándola a ella y a Taichi ahí dormidos.
-¿Listo para las aguas Yamato?- se acercó Mimí muy entusiasmada conmigo. Recuerdo cuando fuimos por primera vez al Digimundo y yo siempre estaba cerca de ella, me transmitía querer cuidarla y estar pendiente de ella, parecía mimada y caprichosa, además de berrinchuda, ahora, me di cuenta que más bien es alguien decidida, clara y directa, además de que no se detiene ante nada y lucha por lo que es justo y es alguien que perfectamente puede ser líder, qué gusto que haya regresado aunque fueran unos días- traje para ustedes chicos algunos adornos con flores para tomarnos fotos- aunque también recordé que es muy cursi y a veces algo entrometida y solo reí por dentro.
Mimí nos estaba repartiendo los collares de flores y, cuando preguntó por Taichi, solo torcí la boca.
-Creo que está dormido adentro, junto con Sora- dijo Hikari, aunque después se dio cuenta de cómo se interpretó eso, pues las caras de todos fueron de incomodidad, yo solo desvié el rosto hacia otro lado.
-¡Iré por Sora!- dijo Mimí tratando de salvar la situación.
Yo me fui a la parte trasera de la van para ir bajando el equipaje, Joe se acercó a ayudarme.
No me di cuenta cuando Taichi y Sora bajaron, pues yo me dirigí al onsen para ir llevando el equipaje. Estando en la recepción, escuchando las indicaciones del personal, sentí que una mano tocó mi hombro, era Sora.
-¿Dónde estabas?, me desperté y ya no te vi- me decía Sora, todavía algo adormilada y un poco confundida, yo solo me tensé y no quise mostrar que estaba molesto, no quería que pensara que estaba celoso.
-Te vi dormida tan a gusto que no te quise molestar, así que ayudé a traer el equipaje aquí, ¿todavía te sientes cansada?, para que vayas a la habitación y te recuperes.
-No, ya estoy bien, mejor hay que ver el itinerario y empezar las actividades del día- me sonreía.
Recordando el resto del viaje, podría decirse que todo transcurrió con normalidad, estuvo muy bien, divertido, Sora disfrutó mucho de ver a Mimí y eso me alegró bastante.
Ya tenía un borrador, lo leí nuevamente y a partir de ello vinieron más recuerdos a mi mente, di un par de sorbos más a mi cerveza antes de continuar. Hubo muchos eventos muy similares, eventos donde Sora mostraba más confianza hacia Taichi que hacia mí, situaciones con su mamá, sus ideas y pensamientos con respecto a seguir los pasos de ella y toda la presión, también su relación con Biyomon… Demonios, Taichi sabía más sobre ella que yo, de Mimí lo entendía, sin embargo sabía que con Taichi era diferente, esa fue una de las razones por las que rompimos la primera vez.
-¡¿No?! ¡¿estás segura que no?! Sora, ¿te parece normal que no me tengas confianza?, ¡se supone que soy tu novio!, ¡la persona a quien amas y confías!, ¿y me escondes cosas?, ni siquiera cuando te sientes mal me hablas, corres con Taichi, entiendo que sean amigos de hace años, pero no pareces mi pareja Sora… No entiendo…
-Yamato lo siento… A veces me guardo las cosas para no preocuparte, prefiero arreglar todo por mí misma y…
-¿Por ti misma corriendo a consolarte con Taichi?
-¡No me hables así!- me decía llorando y cerrando sus ojos- Entiende, Taichi es…
-Sí, sí, si… Taichi es tu amigo, ¿cuánto tiempo más necesito para que me hagas sentir como tu pareja?, llevamos más de 6 meses, nos conocemos desde hace años y de todas maneras no logro nada…
-No pienses eso por favor Yamato, me ha costado adaptarme a esta nueva etapa entre nosotros y…
-Y nada Sora… Creo que es mejor que nos demos un tiempo… Necesito replantearme lo que quiero en una relación y más si es contigo y tú también…
-No Yamato, te prometo que…
-¡Eso has dicho hace tiempo!, es mejor que sigamos cada quien por el momento y después hablamos.
Dicho esto, me di la vuelta y salí de su casa.
Estaba caminando sin rumbo, pensé el hablarle a Takeru, no sabía si estaría disponible, así que le marqué.
-¡Hermano!, ¿cómo estás?
-No muy bien Takeru, necesito hablar contigo, ¿te puedo ver?
-Claro, estoy en la cafetería de siempre, por la casa de mamá, aquí te espero.
Tomé el metro para llegar con Takeru, en el camino empecé a pensar si lo que hacía era lo correcto, si no fue muy apresurado o impulsivo, ya me estaban entrando las dudas.
Busqué a Takeru con la mirada, era inconfundible su gorro, me acerqué a él, que ya me esperaba con un café.
-Hola Takeru…
-Aquí tienes tu café favorito, adelante, ¿qué pasó con Sora?
-¿Cómo sabes que fue con Sora?
-Porque es muy obvio, he notado tensión entre ustedes cada que nos vemos y bueno… No quiero ser imprudente, mejor dime- ante su comentario solo fruncí en ceño, no pensé que fuera tan evidente, pero en realidad habían sido varias ocasiones anteriores donde incluso él mismo se extrañaba de la relación entre Taichi y Sora.
-Takeru… Acabo de terminar con Sora y no sé si fue lo correcto… Siento que fue muy impulsivo, me dejé guiar por mi enojo y… Bueno, no escuché a Sora…
-Hermano, si me dejas darte un consejo, sé que te va a parecer raro lo que te voy a decir, pero podrías hablar con Mimí, ella te puede ayudar mejor.
-¿Mimí?
-Sí, ella es mejor amiga de Sora, y también puede orientarte mejor sobre cómo debes actuar… Y pues… Sabemos lo que pasa…
Nunca pasó por mi mente hablar con Mimí. Cuando nos conocimos en el Digimundo, siempre estaba con ella y con Takeru, creo que, de alguna manera, nos hicimos cercanos y nos entendíamos muy bien incluso sin hablar, cuando se fue a Estados Unidos perdimos contacto y la verdad no hice por seguir en comunicación, su comunicación era constante con Miyako y Sora, e incluso Takeru.
-Entiendo que hace mucho no hablan tanto, pero creo que si puede ser de ayuda hermano.
Esa misma noche quería hablar con Mimí, no sabía si le parecería extraño, así que sin más, le marqué esperando una respuesta.
-¡Yamato-san!- me decía muy alegre, ni siquiera tardó en contestar.
-Hola Mimí, ¿cómo estás?, ¿no soy inoportuno?
-Para ti siempre hay tiempo Yamato-san.
-Mimí… lamento hablarte solo para esto, sé que hemos perdido comunicación y de buenas a primeras te llamo así y…
-Te escucho- no la veía, pero imaginaba su sonrisa al momento de decirme eso.
-Mimí… Iré directo al grano… He tenido problemas con Sora y, bueno, eres su mejor amiga, sé que habla contigo muy seguido y quería pedirte consejos, me siento muy desorientado…- empecé a hablar y hablar, solté todo lo que pasaba y todo lo que sentía, noté que ella ya conocía algo de lo que le contaba por la manera en que me retroalimentaba, así que fue más fácil poder darme a entender con respecto a la situación.
-Yamato-san, muchas de las cosas que me comentas yo ya las conozco, también algunas me ha tocado vivirlas… Sora es mi amiga y no te puedo contar más allá de lo que su confianza me permite, sin embargo entiendo lo que estás pasando… Sora lleva bastante tiempo con un conflicto consigo misma, tanto por lo que siente personalmente como con la relación con su mamá, con Taichi… Yamato-san, no quiero decirte que tomes una decisión, sin embargo piensa bien en lo que te voy a decir… Esta crisis por la que está pasando Sora puede durar mucho tiempo, y te puede traer inconvenientes, tanto a ella como a ti, piensa bien a largo plazo en lo que quieres y en qué estás dispuesto a aceptar y en tu paciencia, una vez lo reflexiones, decide lo que harás en tu relación con Sora.
No me lo dijo directamente, pero me confirmó que algo pasaba.
-Gracias Mimí, y disculpa que fuera tan de repente mi llamada.
-¡De nada Yamato-san!, espero visitarlos pronto, ¡cuídate!
Toda esa noche estuve pensando y reflexionando sobre lo que me dijo Mimí y lo que ha ocurrido con Sora, me daba vueltas y vueltas "esta crisis por la que está pasando Sora puede durar mucho tiempo, y te puede traer inconvenientes, tanto a ella como a ti, piensa bien a largo plazo en lo que quieres y en qué estás dispuesto a aceptar y en tu paciencia", ¿estaba dispuesto a todo?, ¿podría esperar?, ¿qué quería de mi vida?
No recuerdo cuando me quedé dormido. Ese domingo, al despertar, sabía que tenía que hablar con Sora a como diera lugar, así que me preparé un café, me hice el desayuno y le marqué para vernos y definir lo nuestro.
Todavía al recordar ese día se me amargaba la boca, vaya que no había tenido una crisis así hasta ahora, ¿era normal sentirme tan dañado?, el amor no debería ser así, aunque…
Estaba en el parque esperando a Sora, llegué un poco antes para intentar controlar mis nervios y pensar un poco en lo que le diré.
-Yamato…- Me tomó desprevenido su voz, me giré y ahí estaba ella. Al mirarla inmediatamente me sonrojé, ella iba vestida con un vestido blanco ligero y unas sandalias, tenía un broche en su cabello con un girasol que combinaba muy bien con su outfit.
-Hola Sora… -Desvié un poco la mirada- perdón, me tomaste desprevenido.
-Lo siento Yamato, solo que si te llamé antes pero supongo que no me escuchaste.
-Creo que estaba algo inmerso en mis pensamientos…
Nos miramos a los ojos y se sintió algo incómodo el momento.
-Te ves muy linda- le dije para tratar de romper la tensión.
-Gracias- la miré sonrojarse. Pasaron algunos segundos y ninguno de los dos decía alguna palabra, así que decidí empezar.
-Sora… He estado pensando este tiempo con respecto a todo, y pues…
-Espera Yamato, antes que digas algo, permíteme hablar primero- me tomó por sorpresa, últimamente no tomaba nada de iniciativa- He reflexionado lo que está pasando y… Sé que tengo bastante culpa en los problemas que hemos tenido en la relación, la realidad es que la relación con mi mamá y la presión que me ejerce en ciertos aspectos de mi vida me han hecho cambiar de una manera en que no me gusta, he tomado decisiones que no quería y hacía contra mi voluntad sin estar segura, pero te juro que ahora si pondré el 100% en nuestra relación, no quiero que esto termine por mis inseguridad ni mi indecisión, me comprometo a ser más clara y sincera y congruente, sé que muchas veces me reclamabas eso y tienes razón, de verdad haré un cambio por nosotros, por ti.
No sabía cómo tomar sus palabras, esta discusión ya la habíamos tenido y ella había negado todo, sin embargo ahora lo está admitiendo y veo en sus ojos que si quiere que retomemos nuestra relación, no contesté de inmediato, me quedé algunos minutos en silencio, ella ya no me decía nada, solo esperaba mi respuesta.
-Yamato…- me dijo con sus ojos llorosos después de que la abracé.
-Intentémoslo Sora, hagamos que esto funcione.
Me miraba muy contenta, por su rostro corrían algunas lágrimas que sequé con mis manos.
Para este momento, yo ya había escrito 3 canciones más, donde plasmaba mi frustración, mi enojo y sobre todo mi ingenuidad.
Tenía un poco de hambre, ya estaba anocheciendo y decidí hacerme algo de cenar y, por qué no, tomar otra cerveza. Me acerqué a la cocina y me hice un omelette, lo comí tranquilamente para poder seguir en lo mío, no tenía nada de sueño y este momento para mí es para cerrar ese ciclo con Sora.
Después de esa reconciliación, había pasado otro año, otro año de desacuerdos, de dudas, de reclamos, de peleas, de Sora con Taichi, ese era siempre el problema, ese era siempre el motivo de discusión. Creía que podríamos tener esa conexión, sin embargo, siempre que había desacuerdos ella apoyaba a Taichi, lo socorría, lo procuraba, se preocupaba, siempre lo tenía en mente y, aunque siempre era muy seguro de mí mismo, me causaba inseguridad que Sora no tuviera ese tipo de gestos conmigo, ni cariño. Nuevamente nos habíamos dado un tiempo, ahora sin hablarlo antes, quería ver realmente el interés que ella tenía conmigo. Para estas fechas, recuerdo que Mimí se había regresado a Japón y hora estudiaría con nosotros en la misma escuela, además, se presentó la situación con Meiko y ese tiempo que nos dimos, de alguna manera quise retomarlo con ella, sin embargo lo de Meiko nos rebasó, aunque también me sirvió para darme cuenta de las cosas.
Estuve recordando esos detalles, que Sora tuviera conflicto entre ir al partido de Taichi o a mi show, siendo que me acababa de decir que yo le importaba y que la invité primero al concierto, también las veces que siempre defendía a Taichi de nuestras discusiones, no era objetiva, se ponía exclusivamente de su lado, siendo que Mimí estaba de parte mía, entre tantas cosas más y, lo definitivo, lo que más me dolió, fue que, cuando pensamos que Taichi estaba muerto, ella lloró frente a mí, preocupada por él, pidiéndome que la consolara ante la supuesta muerte de Taichi. Sé que todos somos amigos, que todos nos preocupamos por todos, pero esa preocupación no era la de una amiga, lo vi en su mirada, su sonrisa hacia él tampoco era solo de una amiga, conmigo no reía de esa manera.
Una vez solucionada la situación de Meiko, tuvimos tiempo para hablar de nosotros y, nuevamente en mi ingenuidad, retomamos la relación, sin embargo ahora era peor, ahora todo desencadenó en esta última discusión. Ella prefirió a Taichi, la escuche hablar con Mimí, la escuché decirle que si Taichi no le hubiera dicho que se acercara conmigo cuando me llevó las galletas, habría salido corriendo hacia él y a declararle su amor. Estúpidamente sentí que yo podría ser mejor para ella aunque no estuviera segura, que era quien le convenía. Su mamá le había metido ideas, ella no estaba segura de su relación conmigo y, cuando la confronté, intentó seguir excusándose, intentó negarlo y convencerme que ya estaba segura ahora, pero cada pequeña acción seguía demostrándome lo contrario, por eso la corrí de mi casa, ya no la quería volver a ver. Este era el fin de nuestra relación.
Yamato
Después de aquella discusión entre Sora y yo, ya había pasado algo de tiempo, ya estábamos en universidad y, a pensar que ya no pasaba nada grave en el mundo digital, continuábamos pendiente de todo, por lo general Koushiro, Taichi, Hikari, Takeru y yo éramos los de siempre, puesto que Mimí viajaba emprendiendo su negocio, Joe estaba ocupado en medicina y Sora, pues ella simplemente desapareció, solo se enfocó en lo que le ordenaba su madre, el negocio de flores.
Curiosamente, algún tiempo después de aquella fatal discusión entre Sora y yo, Mimí me llamaba constantemente, sabía que Sora le había contado todo, así que, más que molestarme por nuestra comunicación constante, me dio gusto saber que se preocupaba por nosotros, por mí y, muy en el fondo de mi corazón, me alegraba saber que podríamos recuperar esa conexión que llegamos a tener de niños.
-¡Yamato-san!- justo pensando en ella y me llama- ya vi que pudieron cerrar ese otro portal, ¿cómo fue?, ¿estás bien?
-Si Mimí, afortunadamente todo salió muy bien, ahora estoy llegando a la Universidad porque tengo clase, tuve que salirme un poco antes de la anterior y aproveché que tenía una hora libre para alcanzar a los chicos.
-¡Oh!, menos mal que no pasó nada más y que puedes retomar tus clases, no te interrumpo, me da gusto saber que todo salió bien y que tú estás bien Yamato-san, te llamo después, tengo una buena noticia que darte, ¡cuídate!
¿Buena noticia?, con esta chica no hay nada seguro y puede ser cualquier cosa. Caminaba por las escaleras de la facultad, me quité los lentes, pues había salido ya de clase y me alcanzó un compañero para decirme que fuimos noticia de nuevo debido a los Digimon, era incómodo para mi saber que tenía tanto foco de atención, traté de no prestarle atención y seguí con mis actividades, aunque debo admitir que lo que me dijo me dejó algo inquieto.
Al salir de clases, caminé por las calles pensando en todo esto de ser adulto, vi a un niño tocando la armónica, luego a una banda haciendo un show callejero, me sentía algo triste por aquello que no fue, entonces recibí una llamada de Taichi y me pidió ir por una cerveza y platicar.
En esa plática recapitulamos las metas de cada uno, ya estaban en temas serios y Taichi y yo aún dudábamos un poco, dolía saber que las cosas no pueden quedarse igual para siempre y que los amigos se separan al ir sus vidas en diferentes direcciones.
Nuestra plática quedó interrumpida debido a que una chica en la mesa de al lado se había desmayado, Taichi me pidió que llamara a una ambulancia para que se la llevaran, parecía un hecho aislado hasta que Koushiró nos contactó debido a que había una emergencia, el desmayo de esta chica tenía otro trasfondo.
En una reunión con Koushiro en su oficina nos presentó a Menoa Bellucci, quien nos explicó la situación, en resumen los Digimon desaparecen cuando maduramos. Toda esa aventura en la que nos metió Menoa me hizo darme cuenta de algo.
-¿Estás bien Yamato?- me decía Gabumon visiblemente preocupado, tenía bastante tiempo sin conciliar el sueño debido a la investigación que estaba haciendo- llevas mucho sin dormir, deberías dormir algo.
-No es algo con lo que no pueda lidiar, además, estamos en crisis.
Después de eso, recibí una llamada, era Joe, la noticia que me dio hizo que se me hiciera un hueco en el estómago, inmediatamente apagué la computadora de la biblioteca y emprendí camino al hospital. Iba corriendo por los pasillos, aunque el personal me dijera que me detuviera, busqué con mucha ansiedad la habitación donde estaba, ¿por qué ella?, logré encontrar la habitación, me detuve y entré.
-¡Joe!- Koushiro y Taichi estaban ahí también, me acerqué a la cama y la vi tendida, estaba muy sorprendido y ahora mi pecho es el que sentía ese hueco.
-Alguien reportó un ruido fuerte y cuando la policía llegó al lugar, encontraron a Mimí inconsciente y sola en el almacén- me explicaba Joe.
-¿Qué le sucedió?- preguntaba Taichi, yo no podía dejar de quitarle la mirada a Mimí, mientras Koushiro analizaba la situación.
-Todavía no lo sabemos- decía Joe algo apenado- no parece haber nada malo además de estar inconsciente.
-Supongo que Eosmon está detrás de todo esto- soltó Koushiro.
-Taichi, Koushiro, necesito hablar con ustedes- dije al fin después de algunos segundos.
Los llevé al baño para explicarles algo de lo que había averiguado gracias a mi investigación, sin embargo, la imagen de Mimí ahí no dejaba de rondar por mi mente.
Una vez que terminé de hablar con ellos, quise regresar a la habitación, pero a la vez, mi mente me decía que tenía que resolver esto para poder tenerla de nuevo conmigo… Con nosotros.
Después de perder a Gabumon, me sentía muy deprimido, no encontraba algo para seguir, incluso dejé de lado un poco el estudio.
-¡Yamato-san!- me hablaba Mimí, no sabía cuánto tiempo estuve disperso.
-Lo siento Mimí…
-Yamato-san… Me regresé a Japón para estar con ustedes y apoyarlos… Estoy aquí contigo, sabes que cuentas conmigo y lo que necesites no dudes en llamar, y esto incluye ayudarte con tus estudios en inglés y demás cosas, sé lo duro que fue para ti perder a Gabumon, yo no sé qué haría si me pasara eso con Palmon… Aún recuerdo esa primera vez que nos despedimos de ellos y me dolía mucho saber que Palmon no me quiso ver- vi cómo sus ojos se llenaron un poco de lágrimas- y afortunadamente nos tenemos nosotros- me toma de la mano.
-Gracias Mimí, ha sido muy importante tu compañía en estos días, yo sé que Takeru tiene que ver, no me engaña.
-Bueno, digamos que él fue el pajarito que me pidió ayuda- me sonríe.
Sentí cómo me ruboricé y me levanté rápidamente para que no lo notara.
-¿Pasó algo Yamato-san?
-Haré algo de comer- le dije sin mirarla, intentando que no se diera cuenta de mi complexión.
-¡Te ayudo!, sé que no te gustan mis combinaciones, pero tenme algo de Fe.
Sentí cómo se acercaba y me ponía un poco más nervioso, así que disimuladamente me fui al baño.
-Ahora vuelvo, iré al baño.
-¡Ok!, empezaré a cocinar.
Rápidamente entré al baño y me miré al espejo, sentía mi rostro algo caliente y decidí lavarme la cara para relajarme un poco, ¿qué me estaba pasando?, me puse muy nervioso de repente, y de solo sentir a Mimí cerca…
-¡Yamato-san!, ¿dónde tienes la salsa de soya?
-¡En la gaveta que está arriba del microondas!- demonios, me asustó su grito, necesito relajarme ya, de lo contrario notará mi semblante. Como pude me tranquilicé, sequé mi rostro con una toalla y salí para ir a la cocina.
Caminé despacio y al acercarme a la cocina la vi, vi su figura detrás de su vestido rosa casi transparente. Inconscientemente y sin dejarla de mirar, me acerqué a ella, al estar justo detrás la abracé y me solté a llorar.
-¿Qué pasó Yamato-san?- escuché la preocupación en su voz, no podía decir una palabra. Apagó el fuego, se volteó para verme y me regresó el abrazo- Oh Yamato…
No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero no me quería separar, se sentía tan reconfortante.
-Vamos a sentarnos- me decía Mimí.
Me tomó de la mano y nos dirigimos al sofá.
-¿Quieres hablar?- se notaba visiblemente preocupada. Le dije que no con mi cara, no sabía qué decirle- Estoy contigo Yamato-san- me apretó la mano para demostrarme su apoyo.
Estuvimos algunos minutos en silencio, un silencio que no era incómodo. Levanté mi rostro para mirarla, su rostro de preocupación me dio mucha ternura. Le sonreí y eso la alivió un poco.
-Lo siento Mimí, en ocasiones tengo estos episodios, solo que procuro no dejarme caer y contigo…
-Gracias por la confianza Yamato-san- se acercó a darme otro abrazo.
Al momento de separarnos, me quedé frente a su rostro, no permití que se alejara, ella estaba algo confundida, sin pensarlo, tomé su rostro con mis manos y la acerqué a mí para besarla. Sentí como se tensó un poco por la sorpresa, pero inmediatamente se relajó y me correspondió, aunque no por mucho.
-¡Me voy!- se levantó repentinamente, buscó su bolsa y su chaqueta y cuando estaba por abrir la puerta la cerré, se giró para verme y se recargó en la puerta.
-Yamato-san…- se notaba visiblemente sonrojada y nerviosa.
-Mimí, sé que piensas que es incorrecto esto por Sora- me desvió la mirada-recuerda que ya pasó y tú y yo sabemos lo que pasa aquí.
-Yamato…- vi cómo apretó sus piernas.
-Recuerdas esa noche, ¿verdad?- la confronté.
Estábamos en mi apartamento, terminando de estudiar para mi examen de inglés, pues necesitaba tener un promedio alto para poder seguir con mis estudios en la especialidad.
-¡Ves!, te va a ir muy bien, la música te ha ayudado a que sepas más de inglés, así que ya con lo que te ayudé a estudiar y repasar vocabulario tendrás un excelente resultado.
-Gracias Mimí, me sentía perdido la verdad, pero tu ayuda fue importante para mí.
-¡Ahora a festejar!- saca una botella de su bolsa- traje vino tinto para celebrar, yo sé que te gusta la cerveza, pero es una ocasión especial.
-Te tomaré la palabra, me siento exhausto, iré por unos vasos, aún no tengo compas elegantes como las que tienes tú.
-Te comparé unas para brindar nosotros el día que te gradúes- me sonríe.
Fui por los vasos mientras Mimí destapaba la botella, al acercarme a ella todavía no podía abrirla.
-Te ayudo- dejo los vasos sobre la mesa y tomo la botella, al abrirla, estaba algo duro el corcho, por eso es que no podía salir, así que necesité un poco más de fuerza, solo que al momento de que salió el corcho, la botella se me ladeó y derramé algo en el pecho de Mimí.
-¡Ah!- gritó Mimí, para después reírse.
-Tu vestido Mimí…- le dije preocupado.
-No te preocupes Yamato-san, tengo el pretexto para quitármelo- al escuchar esto, miré nuevamente su vestido, su pecho, noté que no tenía sostén, pues sus pezones se endurecieron un poco debido al vino, mi entrepierna reaccionó- perdón, no quise decir eso- se notó visiblemente sonrojada.
Sin pensarlo, con mi dedo índice recorrí el camino que había dejado el vino por su pecho, llegando a la abertura de su escote, retiré el dedo y lo llevé a mi boca.
-Delicioso…- dije después de haberla probado.
-¿Quisieras probar más?- me dijo ella en tono provocativo.
-Lo deseo…- nos miramos un momento, nos acercamos lentamente y fuimos interrumpidos porque tocaban bruscamente la puerta del departamento. Me dirigí a abrir contra mi voluntad.
-¡Yamato!- se me abalanzaba Taichi, borracho, detrás de él estaba Koushiro.
-Lo siento Yamato, Taichi insistió en que lo trajera, se puso muy terco y… Bueno, ya sabrás.
-Agh… Adelante.
-Dime que no, y te dejo en paz- le dije de manera directa, ya estaba cansado de seguir fingiendo, quería estar con ella.
-Yo… Yamato…
-Te repito, si es por Sora, eso pasó hace tiempo, ahora ella está con Taichi y tú y yo…- me acerqué a su rostro nuevamente, quería que sintiera mi cuerpo, mi aliento, mi deseo por ella.
-Bésame.
En cuanto escuché esas palabras la cargué de la cadera y la besé locamente, metiendo mi lengua en su boca, saboreándola, ella hacía lo mismo.
La falda de su vestido se subió y quedó descubierta su ropa interior, la cual sentí con mis manos mientras la sostenía por la cadera. Ella se rozaba conmigo, con ese movimiento me hacía saber que me deseaba como yo a ella. Con toda mi fuerza, la cargué y la llevé al sofá.
Una vez que nos tumbamos ahí, me quedé contemplando su belleza, su piel, su cabello, su rostro, su cuerpo. Por unos segundos recordé cuando éramos niños, cuando estábamos siempre juntos, hablábamos, nos entendíamos sin siquiera hablar, concordábamos en tantas cosas, ella era mucho para mi hasta que se fue a Estados Unidos y eso provocó un cierto quiebra, pero ahora está aquí, por fin conmigo y ya no quiero que se vaya.
Lograba ver sus pantaletas y eso provocaba más reacción en mi miembro, quería devorarla, pero también quería saborearla tranquilamente.
-Tendremos más tiempo, ahora solo quiero que me hagas tuya ya, he esperado esto por años.
Estaba tan sorprendido que no sabía qué hacer, ella lo notó y hábilmente abrió mi pantalón para sacar mi miembro ya erecto e introducirlo a su boca.
-¡AH!- gemí tan fuerte por la sorpresa de lo que hacía, estaba disfrutando tanto su boca en mí, me sentía tan excitado y tan lleno de deseo. Después de algunos minutos la detuve, estaba a punto de venirme y no quería terminar en su boca, quería hacerlo dentro de ella.
Bajé para besarla, era muy estimulante sabiendo que acababa de probarme. Mis manos se fueron inmediatamente a su cadera, necesitaba retirarle sus pantaletas, no sin antes introducir dos dedos y sentirla húmeda, lista para mí. Gimió en mi boca y fue el sonido más delicioso. Rápidamente quité sus bragas, ella, muy ágilmente, se acomodó para que yo pudiera entrar.
-Yamato… Condón…- me dijo con mucho deseo.
¡Mierda!, ¿tenía condones?, debo de tener, nunca los usé con Sora, perobla caducidad me preocupaba. En mi mente pasó todo tan rápido, hasta que recordé la semana de la salud en la Universidad y me habían dado unos cuantos, ¿dónde quedaron?, ¡cierto!, me acerqué a la mesa a un lado del sofá, abrí el cajón y ahí estaban, saqué uno y rápidamente me lo puse.
-Hazlo ya…- eso me provocó todavía más, así que me acomodé, acomodé la punta de mi pene y, aunque estaba en condón de por medio, podía sentir su vagina más que lista para mí. Antes de entrar, la miré a los ojos, era inocente y a la vez deseosa.
-Por favor- me suplicó, dicho esto, entré.
Lentamente fui entrando en ella, sus manos se aferraban al sillón, lo hacía con cuidado porque sabía que era su primera vez, entraba tan lento que lo sentía delicioso, los dos gemíamos ante este placer.
-¡Ay Yamato!- gritó un poco, eso fue música para mis oídos, así que empecé a moverme.
Sentí cómo recibía deseosa mis movimientos, yo luchaba por no terminar, estaba tan excitado. Con cada movimiento empezaba a acelerar más y más y ella me lo pedía.
-Yamato… Quiero más de ti…- me pedía Mimí, ante eso, quise hacerla llegar al orgasmo, quería verla disfrutar y explotar.
Tomé su cadera con más fuerza, la subí un poco y empecé a embestirla, ella gemía mucho, lo disfrutaba.
-¡Por Dios Mimí!- iba sintiendo las contracciones, sabía que estaba a punto de llegar y yo con ella.
Y llegamos al orgasmo.
Me tiré encima de Mimí, tratábamos de tranquilizar nuestra respiración. Algunos segundos después, me levanté un poco, la miré y ella me sonreía, se notaba todavía sonrojada.
-¿Cómo estás?
-Muy bien- me decía tranquilamente.
-Voy a salir- ella asintió.
Con cuidado, salí de ella, me quité el condón y busqué una servilleta para envolverlo y poderlo desechar.
-¿Me pasas mis pantaletas por favor?- Mimí me decía un poco apenada. Me puse a buscarlas, por la emoción no sabía en dónde las había aventado- seguro, deja… Veo… Por dónde quedaron… ¡Aquí están!- estaban detrás del sofá.
-Gracias… Voy al baño.
-Claro.
Una vez ella entró, me senté para pensar en lo que había pasado, me sentía tan feliz, sentía que por fin había llegado ese momento, la culminación de algo que debió pasar desde un inicio.
Algunos minutos después, Mimí ya estaba frente a mí, con su cabello arreglado y seguramente con sus pantaletas puestas.
-Siéntate por favor- le dije, ella lo hizo tranquilamente- Mimí, hay algo que necesito decirte- volteó a verme muy confundida- Espera, no pienses que es algo mal.
Me giré para estar de frente y ella hizo lo mismo, tomé sus manos y la miré directo a los ojos, sus hermosos ojos color miel. Se notaba un poco de rímel corrido debido al momento que acabamos de vivir.
-Sé que tú y Sora son muy amigas, sé que sabes perfectamente lo que pasó y te conozco, sé que lo que sientes y piensas con respecto a ello te está molestando por dentro y probablemente lo seguirá haciendo, precisamente porque te conozco… Mimí… Desde que pasó lo de Sora… Tú y yo sabemos que esa relación fue un error, la acepte por… Bueno, te fuiste… Nunca fuimos compatibles, nunca hubo algo más allá de amistad madura, no había química y… A veces ni si quiera congeniábamos en nuestras ideas o cualquier cosa en relación con el Digimundo… No como contigo…
Me miraba inquieta, curiosa, entendía lo que le quería decir.
-Contigo Mimí, desde un inicio hubo algo, era algo inocente en ese momento, éramos niños, yo… Sentía ganas de protegerte, de cuidarte y, además, me encantaba estar cerca de ti y escucharte, verte curiosa, sincera, directa, luchando por tus amigos, por las injusticias, valiente, y en todo estaba de acuerdo contigo, era como si ya nos conociéramos, como si… Estuviéramos destinados…
Después de decir esto, vi un brillo en sus ojos, eso me hizo darme cuenta que le pasaba lo mismo que a mí.
-Más allá de algo físico, de esa química, de algo superficial, era más profundo, me entendías y yo a ti, era como… Como si estuviéramos conectados. Esto que me pasa contigo no me pasó con Sora… Mimí yo, pensé que podría hacer algo, pero no había ni química, era todo muy serio, muy maduro, ella no se soltaba conmigo, no me tenía confianza y pues… Sabemos lo que pasa con ella y Taichi… Fui un ciego por no aceptar la realidad y ella también lo fue al no ser valiente de aceptar sus sentimientos y dejar de ser ella para encajar en algo que no le va… Así que era lógico que termináramos… Además… Siempre Mimí… Siempre he estado enamorado de ti… El inglés inconscientemente era solo un pretexto para acércame de nuevo y regresar a eso que teníamos y que se cortó… Dame la oportunidad de estar contigo por favor… Eres tú quien quiero que sea parte de mi vida.
Mimí estaba en shock, su expresión me hacía pensar que no se lo esperaba tan pronto, tal vez después de tener relaciones no era el momento adecuado, sin embargo no quería perder más tiempo sin ella.
-Yamato-san… Ammm… Yamato- me miraba sonrojada- tengo que admitir que me siento mal por Sora-san, no te lo voy a ocultar, pero tampoco puedo engañarme a mí misma ni a los demás… Todo lo que me dices es correspondido, me dolió mucho dejar Japón y, más que nada, dejarte a ti. Sufrí mucho tiempo y cada que venía y te veía con ella… Me hacía a la idea, y pues… Estando en otro país era más fácil para mí llevar ese dolor…
-Discúlpame por esos momentos, sé que no eran intencionales, y ahora que ya somos adultos, que ya podemos tomar decisiones… Quiero… Preguntarte algo…
-Dime.
-¿Quieres… vivir conmigo?
-Con dos condiciones…
-¿Cuáles?
-Que hablemos con los demás, por lo menos primero con Taichi…
-Por supuesto… ¿y la segunda?
-Que ya no me riñas por el jugo de frutas- me saca la lengua.
-¡No es lo mismo!- ambos soltamos la carcajada.
Unos segundos después, nos miramos, sin decir nada, solo reconectándonos.
