LOS HEROES SON RECORDADOS PERO...
LAS LEYENDAS VIVEN POR SIEMPRE.
IV HUIDALa luz de los primeros rayos matutinos atravesaba por la ventana dando justo en su rostro. El calor sobre su faz la hizo abrir los ojos y entrecerrarlos rápidamente para evitar los brillantes rayos.
Recorrió la habitación con la vista. La ventana de madera frente a su cama, un tocador al lado de dicha ventana, una pequeña mesa de noche con una jarra llena de agua y un vaso por si le daba sed en las noches, y por supuesto un pequeño florero siempre con algunas flores. Maat cuidaba de ello desde que se había dado cuenta de que a ella le fascinaban.
Se levanto lentamente de la cama y se dirigió al ropero que antes había pertenecido a Maat, y cambio su camisón sin mangas por la ropa que recién había adquirido.
Casi cuando había terminado de vestirse, la puerta se abrió.
Buenos días Maat.- Le dijo, con una encantadora sonrisa.
El chico estaba asombrado, como si estuviera visto a un muerto resucitado.
¡ESTAS BIEN!.- La abrazo.
¿Qué ocurre Maat?, ¡Parece que no me habías visto en días!.-
¡EXACTAMENTE! ¡TENIA DIAS QUE NO DESPERTABAS!, ¿Qué no recuerdas nada?.- Dijo la ultima frase entre preocupado y sorprendido.
Aura se quedó callada, solo mirándolo, ¿Qué tendría que recordar?. Parecía que su memoria en vez de mejorar, estaba empeorando.
ï
