El anime/manga Kimetsu no Yaiba le pertenece a Gotage-sama y al estudio Ufotable. El k-drama "What's wrong with Secretary Kim?" le pertenece a TvN.
Créditos a todos los autores de las imágenes tanto de Nezuko como de Sanemi.
Y sin mas créditos, el capitulo tres. ¡Espero lo disfruten como yo lo hago al escribirlo!
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Nezuko le informa a sus dos hermanos mayores, Tanjiro y Hanako, que va a renunciar. Sus dos hermanos, preocupados por su estado de animo, le hacen las preguntas que desde hace mucho tiempo rondan sus cabezas.
¿Acaso los dos se gustan? ¿El Vicepresidente esta enamorado de Nezuko? ¿A Nezuko le gusta el Vicepresidente?
En una platica con Iguro, Sanemi reflexiona acerca del motivo personal que llevo a renunciar a su secretaria. En su misma reflexión, Sanemi malentiende la alergia a las flores de su secretaria y asume que ella esta enamorada de el. Decidido a no dejarla ir, realiza el primer paso.
Nuevamente no funciona como el espera.
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What's wrong with Secretary Nezuko? Capitulo 3
Nezuko estaba cenando con sus dos hermanos en el restaurante barato al que iban desde que eran niños. Ella se sentía muy contenta mientras asaba la carne en la pequeña parrilla en la que estaban sentados alrededor. Sus dos hermanos la estaban mirando fijamente como si un tornillo se le hubiera zafado de su cabeza.
Hanako estiró su mano y trató de quitarle las pinzas a su hermano menor -Déjame hacerlo.
La pelinegra negó con la cabeza -Son gajes del oficio. Tengo una obsesión en organizarlo todo.
-Nezuko-chan, comamos ahora- Tanjiro intervino sirviéndole un poco de comida en su plato.
-Hermanos mayores sírvanse también- ella realizó un puchero cuando vio las caras tristes de sus hermanos -pero, las caras de mis hermanos no lucen bien. ¿El trabajo del hospital es muy difícil?
Tanjiro y Hanako se miraron nerviosos antes de que Tanjiro fuera el que hablara por los dos -Nezuko-chan, de ahora en adelante, no te preocupes por nosotros. Tus hermanos mayores se sienten muy avergonzados de no poder cuidar a su hermana pequeña. Debido a nuestro egoísmo, sufriste mucho.
Nezuko negó con la cabeza -¡Qué sufrimiento!- volvió a sonreír mientras comía un pedazo de carne -Ustedes también me ayudaron a pagar parte de las deudas. Y ustedes, al menos no causan problemas como papa.
-¿Problemas?- preguntó sorprendida Tanjiro.
Hanako abrió los ojos -¿Oto-san causó un problema de nuevo?
-Para ser honesta, a principios de este año, averigüe sus deudas con el banco.
-¿Cuánto fue?- pregunto con miedo Tanjiro.
-Alrededor de tres millones de yenes.
-¡¿Que?! ¡¿Tres millones de yenes?!- explotó Hanako apretando las pinzas en su mano.
-¡Nezuko! ¡¿Por qué nos dices eso ahora?!- Tanjiro pregunto completamente exasperado.
Nezuko se encogió de hombros -Se hubieran preocupado si les hubieran dicho antes. Ustedes tienen sus propias familias que mantener.
Tanjiro se tranquilizó un poco -¿Entonces cómo te fue?
-Lo resolví vendiendo mi auto- respondió Nezuko como si no fuera nada mientras cortaba otro pedazo de carne.
-¿Tenías un auto?- Hanako interrumpió a su hermana, a su lado, Tanjiro le dio un codazo.
-Sip. El Vicepresidente me compro uno porque un día perdí el autobús y llegué tarde por 10 minutos- Tanjiro y Hanako miraron sorprendidos a la pelinegra -lo vendí después de una semana de uso.- sus hermanos resoplaron enojados y Nezuko río mientras dejaba escapar un suspiro -Me siento tan aliviada ahora, después de saldar nuestras deudas.
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Iguro reía mientras Sanemi estaba sentado a un costado suyo con el ceño fruncido y los puños apretados. Obanai sentía que el estómago le dolía, se limpió las comisuras de la boca sin dejar de reír, Sanemi giro su rostro y apretó la mandíbula.
-Tú rostro sonriente me está molestando mucho- siseo entre dientes Sanemi.
-Lo siento, pero pienso que es muy divertido.
Sanemi alzó una ceja -¿Qué es lo divertido exactamente?
Iguro borró su sonrisa y se recargo en el respaldo del sofá -Si lo pienso mejor ahora, no es divertido realmente.
El peliblanco asintió -Ella ha trabajado conmigo por tanto tiempo. ¿Como puede renunciar, así como así?
Iguro cortó un trozo de su carne -¿No dijiste que te reúnes con ella todos los días simplemente por trabajo?
-¿Cuál es su motivo?- se preguntó a sí mismo Sanemi mientras frunció el ceño. Nada tenía lógica para él.
-¿Crees que la secretaría Nezuko actuó así al recibir una oferta increíble? Piensa al respecto cuidadosamente. ¿Algo podría haberla llevado a renunciar ese día?
Sanemi aflojo sus puños y comenzó a reflexionar -Ese día…- empezó a recordar cada momento del día que paso con ella, y solo se detuvo cuando algo le llamo la atención.
"¡Cariño!"
-¿Teruko?
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Nezuko estornudo y limpio su nariz con una servilleta -Esto me va a volver loca.
Tanjiro fue el primero en reaccionar y busco en su portafolio la medicina que su hermana necesitaba -Deberías tomar tu medicina para la alergia.
-¿Por qué eres la única en nuestra familia con alergia al polen?- preguntó Hanako mientras veía a su hermana pequeña sacar su pastilla.
-Eres muy lindo Onii-chan. Valió la pena que los apoyara en la escuela.
Tanjiro y Hanako se miraron nerviosos -No tenemos derecho a decirte algo- Tanjiro dijo claramente nervioso. Pero antes de que pudiera decir otra cosa Hanako agarró las pinzas mientras saltaba para voltear la carne, Tanjiro golpeó a su hermana en el codo quien colocó carita de cachorro regañado.
-Lo siento. Estaba quemado.
Nezuko comenzó a reír mirando fijamente a sus dos hermanos -¿Por qué tocas las flores cuando tienes alergia al polen? ¿Tu jefe te lo ordeno de nuevo? - pregunto Hanako. Nezuko mordió sus labios mientras comenzaba a recordar aquella noche que cambió las cosas entre el Vicepresidente y ella.
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Sanemi y Nezuko caminaban por la reunión, estaban platicando amenamente mientras veían a los demás invitados. Hasta que fueron interrumpidos bruscamente por la novia de Sanemi, quien agarró su brazo para girarlo.
-"¡Cariño!"
Ambos giraron para ver a la hermosa chica de grandes ojos cafés y largo cabello castaño, Estaba vestida con un corto vestido rojo y unos tacones negros, un hermoso collar dorado colgaba de su cuello. Sanemi quitó delicadamente la mano de la chica de su brazo mientras la miraba con ligera irritación.
-"¿Por qué estás aquí?"- preguntó Sanemi mientras Nezuko se hacía a un lado, jugando con su cartera.
-" Fui invitada como una celebridad. Vi tu nombre en la lista de invitados"- Teruko respondió mientras jugaba con sus uñas -" así que, vine secretamente para sorprenderte".
Teruko rio dulcemente y tanto Sanemi como Nezuko se miraron incómodos. No fue hasta ese momento que Teruko giró su cuerpo para ver a Nezuko e inmediatamente borró su sonrisa mientras miraba de arriba a abajo a la pelinegra.
-" Debiste de haberme llamado. Viniste con la secretaría Nezuko porque pensaste que estaba ocupada, ¿Verdad?"- Nezuko frunció los labios incómoda, Sanemi frunció el ceño -" Pero, cariño, ¿Me veo diferente en alguna parte?"- Teruko río coquetamente mientras caminaba frente a Sanemi.
El peliblanco alzó una ceja sin ver nada diferente en ella, Nezuko se colocó a un lado de la castaña y mientras fingía acariciar su pecho le señalo el cuello a su jefe. Sanemi asintió y miró el collar dorado que colgaba del cuello de su novia -"El collar se te ve bien".
Nezuko asintió complacida y Teruko dio pequeños brincos emocionada -"Tú me lo regalaste, cariño. Y, ¿Qué día es hoy?"
Nezuko volteo sus ojos mientras Sanemi miraba a la joven castaña sin poder entender a lo que se refería. Al ver que él no le respondería Teruko golpeo juguetonamente el musculoso brazo de su novio -"¡Es mi cumpleaños! ¡Teruko solo necesita algunas flores…"- la chica hizo un puchero con sus labios mientras pisoteaba el piso.
La pelinegra resoplo enojada antes de subir un poco su vestido y comenzar a correr hacia la tienda de flores más cercana. Dos minutos después pudo ver una gran tienda abierta y sin dudarlo ingreso por las puertas, sus ojos llorosos y su nariz irritada. Vio a la empleada y se acercó hasta el mostrador intentando regularizar su respiración y no estornudar todo el tiempo.
-"Deme algunas flores"- pido rápidamente.
-"¿Qué tipo de flores le gustaría?"- preguntó amablemente la mujer.
-"No importa. Flores. Un ramo de flores, uno grande".
Y fue lo último que pudo decir antes de comenzar a estornudar como loca, ni siquiera se despidió de la señorita y solamente agarró el gran ramo alejándose lo más posible de su cuerpo, deteniéndose cada cierto tiempo para estornudar al punto de que su cabello terminaba sobre su rostro. Fueron los dos minutos más largos de su vida.
Teruko sonrió mientras olía el gran ramo de rosas de distintos colores -"Gracias, cariño. Realmente eres el mejor, son tan lindas".
Sanemi asintió y giró su rostro cuando escuchó a su secretaria sorber por la nariz, se sorprendió de verla con los ojos llorosos mientras apretaba los puños, casi como si estuviera aguantando las lágrimas. Su rostro tenía una mueca como si no quisiera demostrar que estaba dolida y que quería llorar, como si la escena frente a ella le doliera.
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-¿Estás diciendo que la secretaría Nezuko lloro?- pregunto Iguro genuinamente intrigado.
El peliblanco asintió -Creí que estaba equivocado en ese momento. Los ojos de la secretaría Nezuko estaban llorosos.
-¿Sus ojos estaban llorosos? Entonces puede que piense, ¿Tengo que comprar un ramo para otra chica? - Sanemi sonrió complacido y cubrió con una de sus manos su rostro sonriente -"Eso es demasiado sucio. Ya no puedo seguir trabajando". ¿Algo así dijo?
Sanemi negó con la cabeza sin dejar de sonreír -No, no. Creo que lo se ahora, la razón de la renuncia de la secretaría Nezuko.
Obanai negó con la cabeza -Tengo un mal presentimiento de lo que estás sospechando.
El peliblanco aplaudió sobresaltado a su amigo -¿Por qué no supe de ello?- rio genuinamente contento -soy un todo tipo.
-¿Todo un tipo? ¿Qué significa eso exactamente?
-Esa razón personal, esa razón indescriptible está escrita en sus ojos. La secretaria Nezuko…
-La secretaria Nezuko…
Sanemi golpeó los reposabrazos del sillón donde estaba sentado mientras se colocaba de pie, sobresaltando nuevamente a Iguro -A la secretaria Nezuko… Le gusto- cruzó los brazos encima de su pecho mientras sonreía.
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Nezuko reía fuertemente ante la atónita mirada de sus hermanos. Rio hasta que el estómago le dolió y las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos -¿Gustarle? Qué tontería- exclamó mientras limpiaba sus ojos y trataba de regularizar su respiración.
-¿Pero por qué no? ¿No te dio un montón de ropa, zapatos y bolsas de mano como regalo? - pregunto incrédulo Tanjiro mientras cortaba un trozo de carne -Incluso si es para que tu aspecto sea adecuado, ¿No es un poco raro? Le gustas al Vicepresidente, está confirmado.
La pelinegra volvió a reír -No, no hay manera. Nunca. Él se ama demasiado, no creo que esté en sus planes formalizar alguna relación que tenga. ¿Qué le guste alguien más que físicamente? ¿Enamorarse? No lo creo.
-¿Eso tiene sentido?
-Lo que digo es cierto Onii-chan. No por el hecho de que estés felizmente casado significa que todos vivan lo mismo que tú.
-¿Nunca ha amado a nadie a su edad?
-Él tiene a su secretaria- comentó Hanako provocando que Nezuko la mirara mal mientras su sonrisa se borraba. Al ver la reacción de su hermana Tanjiro pellizco su codo provocando que Hanako se quejara para después voltear a ver a su hermana quien portaba una máscara de frialdad -¿Quieres comer esto?- le preguntó acercándole un pedazo de carne.
Nezuko negó con la cabeza -Come, Nee-san- ordenó con la voz fría antes de sorber por la nariz.
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-Fui muy cuidadoso para evitar que se enamorara de mí.
Iguro sacudió la cabeza -Que considerado eres.
-De hecho, si la secretaría Nezuko no tuviera sentimientos por mí después de estar juntos por 9 años, ella no debería considerarse un ser humano sino un robot.
-No estés tan seguro de eso…
Sanemi negó con la cabeza -La secretaria Nezuko, ¡Dios! Solo somos compañeros de trabajo. - dando un largo suspiro Sanemi se dejó caer en el sillón individual, y recargo su cuerpo sobre su codo izquierdo -Si, esa es la razón. Le gusto, sin duda.
Iguro río mientras miraba la gigante sonrisa que adornaba el rostro de su amigo, su risa era mitad sincera mitad sarcástica. Él creía fervientemente que Sanemi estaba equivocada, pero dejaría que el concluyera sus propias cosas, el solo sería espectador.
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-¿Por qué importa si me gusta o lo odio?- pregunto Nezuko sin entender hacia dónde se dirigían sus hermanos -el Vicepresidente y yo no tenemos ningún tipo de relación. Solo trabajamos juntos. Además, acabo de renunciar a la compañía.
Tanjiro y Hanako comenzaron a ahogarse con la comida, Nezuko comenzó a hacerles aire con las manos mientras sus hermanos recobraban el aire, los dos la miraron con los ojos abiertos - ¿Renunciaste?- el primero en preguntar fue Tanjiro seguido de Hanako.
-¿Por qué renunciaste de la nada?
Nezuko solamente sonrió mientras tomaba un sorbo de agua. Tanjiro inmediatamente saltó -¿El Vicepresidente te maltrato? ¡Oh, ese bastardo! - exclamó mientras golpeaba la mesa estrellando los platos contra la mesa.
-No, nada de eso. Ahora que Oto-san, Onii-chan y Nee-san se han asentado, y hemos pagado nuestra deuda puedo estar tranquila. Por eso quise renunciar.
Tanjiro suspiro, no se sentía tan tranquilo ante la idea de su hermana renunciando sin un plan -¿Que vas a hacer ahora que renunciaste?
-Aún no lo sé. Es triste de alguna manera, con mi edad y mis habilidades, será difícil encontrar beneficios similares. Pero, estoy demasiado ocupada y no me queda tiempo para nada. Además, si no me voy ahora, siento que nunca lograré irme. Y también…
El teléfono de Nezuko empezó a sonar interrumpiendo su plática con sus dos hermanos, la pelinegra dio un suspiro cuando vio el nombre de su jefe en la pantalla, sus dos hermanos la miraron con una ceja alzada y ella sonrió incómodamente. Agarró su teléfono y estuvo muy tentada a rechazar la llamada.
Al ver la duda en los ojos de su hermana Tanjiro inmediatamente supo quien hablaba -Es el Vicepresidente, ¿Verdad?- preguntó mientras intentaba estirar los brazos hacia su hermana menor siendo detenido por Hanako.
-No respondas- ordenó Hanako intentando detener los fuertes brazos de su hermano.
Tanjiro siguió luchando mientras intentaba detener a su hermana -No respondas. No respondas.
Al ver la pelea entre sus dos hermanos, Nezuko sonrió traviesa y alzó el teléfono con intenciones de contestar la llamada. -¡No respondas! ¡Te digo que no respondas! - gritaron los dos al mismo tiempo y ella presiona para contestar mientras reía ante la cara enojada de sus dos hermanos mayores.
-¿Sí, Vicepresidente?
-Sabes dónde estoy, ¿Verdad? Ven aquí inmediatamente
Nezuko borró su sonrisa al escuchar la orden con la voz grave de su jefe. Quizás si le inventaba un pretexto ella podría librarse de cumplir su orden -Vicepresidente, tengo trabajo que hacer en este momento. ¿Solamente por hoy, podría pedírselo a Tomioka-san? ¿O que tal si le envío un conductor?
-¿Cómo puedo confiar en ellos?
La pelinegra abrió la boca intentando buscar una explicación. Tanjiro frunció el ceño y hablo en voz baja -¿Te está pidiendo que vayas ahora? Oye, dame el teléfono- exigió y Nezuko negó con la cabeza mientras le señalaba a Hanako que callara al pelirrojo. Hanako inmediatamente tomó del torso a su hermano quien estaba intentando pararse para tomar el teléfono de Nezuko.
-Oh, ¡Entonces, llame a Teruko! Solamente por hoy, puede dormir con Teruko…
-Ven aquí inmediatamente.
Nezuko sentía como un tic se formaba en su ceja -¿Vicepresidente?- pregunto pero lo único que escucho del otro lado de la línea fue el sonido de él terminando la llamada -¿Hola?- su mano tembló y sentía como el enojo calentaba sus venas -¿Hola?
Pero sabía que no importaba cuantas veces ella intentara hablar, él ya había ordenado algo. Molesta retiró su teléfono de su oído y enfrentó la mirada de molestia de Tanjiro -¿Te está diciendo que vayas ahora? ¿Que vayas y manejes por él? - pregunto el pelirrojo entre dientes, evidenciando lo molesto que estaba.
Nezuko asintió con una sonrisa, ella no ganaba nada con enojarse -Incluso si pasaba una noche fuera de casa, no habría nadie que pudiera decir algo. Pero no sé porque esta tan obsesionado con mantener las cosas en privado.
Dando un suspiro comenzó a tomar sus cosas ante la impotencia de sus hermanos -Es lo que digo. ¡Es un alivio que renuncies! ¡Un alivio! - exclamó Tanjiro golpeando la mesa.
Ella negó con la cabeza mientras comenzaba a buscar en su bolso las llaves del automóvil del Vicepresidente -¿Dónde estaban esas llaves? Las había visto esta mañana- Nezuko se detuvo en seco cuando vio como una pequeña araña caminaba hacia su pie. Rápidamente se colocó de pie mientras gritaba, sus dos hermanos también se pararon y corrieron a abrazarla cuando la vieron temblar.
-¡Tranquila! ¡Hanako se hará cargo de ello! - Tanjiro agarro la cara de su hermana, sus ojos rosas estaban llenos de lágrimas -¡Todo va a estar bien!
Hanako rápidamente mató a la araña -¡Está muerta! ¡Está muerta! - gritó Hanako llevándose la evidencia que pondría mal a su hermana.
-¿Estas bien?- Tanjiro abrazo a su hermana sintiendo como dejaba de temblar mientras trataba de regularizar su respiración -¡Te he dicho más de una vez que vayas al psicólogo a tratar tu fobia!
Nezuko alzó su mirada del pecho de su hermano, con ojos llorosos les preguntó a sus dos hermanos -Onii-chan, Nee-san, ¿De verdad nunca me perdí cuando era joven ni una vez? ¿Cuándo tenía cuatro o cinco años?
-¡No digas eso! No sé de dónde sacas eso, pero eso nunca sucedió.
Nezuko asintió mientras volvía abrazar a su hermano tratando de que el latido de su corazón volviera a su ritmo normal.
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Sanemi esperaba pacientemente dentro de su carro de lujo, estaba sentado en el asiento del copiloto con una gran sonrisa que cubría con su mano, su brazo libre extendido sobre el respaldo del asiento del piloto.
-Gustarle a ese extremo, por supuesto que estaría molesta porque le hice comprar flores para otra mujer.
Nezuko vio el automóvil azul del Vicepresidente a lo lejos, dando una largo suspiro sonrió para acercarse con paso firme al carro, pero se detuvo bruscamente a unos pasos de la puerta del copiloto cuando vio al peliblanco hacer gestos extraños, como si estuviera hablando con alguien más.
-Secretaria Nezuko, terminare con Teruko. Lo hare, ¿Esta bien? - Sanemi quito la mano de su boca, aún seguía sonriendo mientras negaba con la cabeza -¡Sanemi, fuiste increíblemente acertado esta vez!- Se acomodo de mejor manera en el asiento dejando salir un largos suspiro. Su secretaria no esperaba nada de lo que el haría.
Nezuko frunció el ceño ante los gestos de su jefe, especialmente cuando lo veía sonreír como una niño enamorado -¿Que está haciendo? ¿Shinzaugawa Sanemi está hablando con Shinazugawa Sanemi?- sacudiendo al cabeza termino de acercarse al auto y toco la ventanilla del copiloto sobresaltando al peliblanco -Vicepresidente, ya llegue.
Su jefe se recompuso rápidamente para recargar su codo sobre su rodilla y borrar cualquier rastro de sonrisa que tenía, ella le dio vuelta al carro y abrió la puerta del conductor. Se sentó mientras cerraba la puerta, giro su cuerpo para agarrar el cinturón de seguridad y cuando estaba colocando el mismo alrededor de su cuerpo se detuvo en seco cuando su nariz comenzó a congestionarse y sus ojos se llenaron de lágrimas. Olio un poco antes de que su nariz dejara de funcionar y pudo conformar su mayor pesadilla.
Sus labios temblaron mientras intentaba contener el estornudo que sentía en el fondo de su garganta, cuando giro su rostro para ver al Vicepresidente fue recibida en toda la cara por un gran ramo de flores, abrió los ojos mientras sentía como los ojos se le llenaban aun más de lágrimas. Su nariz se movía como la de un conejo mientras se ponía roja.
Sanemi sonrió al ver como su secretaria contenía las lágrimas mientras temblaba, sus labios querían decir algo, pero seguramente estaba tan impactada que las palabras no salían de su boca.
-Lloras de nuevo y haces que me sienta avergonzada de nuevo, ¿Lo disfrutas verdad?
Sin poder contenerse más Nezuko estornudo sobre la cara de su jefe, ella inmediatamente se sonrojo por la vergüenza mientras intentaba de alguna manera de ayudar al Vicepresidente -Lo siento.
Sanemi cerró los ojos y con su pañuelo limpio su cara, sintiendo las manos de su secretaria ayudarlo en su trabajo. Cuando ambos terminaron, él le entrego el pañuelo -Tíralo- ordeno serio.
-Lo siento- Nezuko guardo el pañuelo en su bolsa y tomo las flores -pondré estas flores en el maletero.
La pelinegra rápidamente abrió la puerta del carro, tratando de tener el menor contacto posible con las flores. Salió del vehículo y corrió hasta el maletero donde aventó las flores con furia intentando no estornudar ni llorar. Cerro el maletero y con su mano hizo aire para secar las lágrimas que estaban a punto de correr por sus mejillas.
Sanemi sonrió cuando vio en el espejo retrovisor a su secretaria tratando de contener las lágrimas, él sabía que una vez que le diera un detalle ella estaría tan conmovida. No esperaba las lágrimas, pero tampoco se quejaba. Ella realmente debe estar muy enamora de el -¿Fue tan conmovedor? De cualquier manera, no me puedo contener.
Nezuko regreso al automóvil cuando sintió que podía hablar nuevamente sin tener que estornudar cada segundo, cerró la puerta con delicadeza y giro su cuerpo para ver al Vicepresidente -Lo siento.
Y sin retrasarse otro minuto encendió el auto para dirigirse a la casa de su jefe. Estaban a medio camino, un silencio cómodo entre ellos, cuando Nezuko sorbio un poco por la nariz, sus ojos aún estaban rojos y estaba concentrada en el camino que no pudo ver la sonrisa que se formó en el rostro de su jefe cuando la escucho.
-¿Con quién estabas?
Nezuko no pudo evitar sorprender ante la pregunta tan íntima y directa del Vicepresidente, así que decidió evadir su pregunta -Es un secreto.
Sanemi borro su sonrisa y giro su rostro para ver a su secretaria mirar por el parabrisas. Al ver que ella no tenía la intención de aclararse y que seguramente, porque conocía su ritmo de vida, ella estaba con su familia. Así que por primera vez decidió ignorar su escueta respuesta -Terminare con Teruko. Eso está bien, ¿Verdad?
-¿Ahora tienes a otra mujer?
-No me veré con nadie más por una larga temporada. Eso está bien, ¿Verdad?
Nezuko alzo una ceja, ella no entendía que quería decirle su jefe -¿Por qué me preguntas si está bien?
-Tampoco dormí con ella. Eso está bien, ¿Verdad?
La pelinegra giro su rostro sorprendida por la declaración de su jefe, ya podía sentir como sus mejillas se teñían de rojo -¿Qué?
Sanemi cerró los ojos, él no le debía explicaciones a nadie, pero por ella haría una excepción -Dije que no tuve sexo con Teruko. Teníamos una relación de negocios, secretaria Nezuko. Tú mejor que nadie lo sabes.
-Claro que lo sé, mejor que nadie.
-Se que sufriste todo este tiempo… Puedo llegar a entenderlo. Así que mañana descansa y piensa de nuevo. Sera una excepción especial solo para ti.
Nezuko abrió los ojos sorprendida y giro nuevamente para ver al peliblanco -¿De verdad?- pregunto claramente feliz. El Vicepresidente asintió y ella recordó un pendiente que tenía -pero tengo una entrevista mañana para mi sustituta- sus labios formaron un puchero mientras fijaba su mirada en el camino.
-Ven para la entrevista- exclamo Sanemi fastidiado. Él quería que ella olvidara todo el tema de la renuncia.
Nezuko asintió emocionada -Si. Gracias.
-Después de renunciar, ¿Encontraste algún lugar a donde ir?
-Aún no.
-¿Te quedaras en Tokio?
-Tampoco puedo estar segura de ello.
Sanemi frunció el ceño -Si no tienes ningún plan básico, ¿Por qué renunciaste?
-Ahora quiero encontrar mi vida.
-¿Qué significa eso?
Nezuko sonrió mientras apretaba el volante -Sin ser la secretaria de nadie, la familia de nadie, solo Kamado Nezuko.
Sanemi miro fijamente a su secretaria, algo dentro de sus palabras le pego duramente. Ella nunca había tenido otra opción y siempre había terminado haciendo lo que le correspondía, ya fuera como su secretaria o como una hija. Pero aun así él no quería que ella se fuera de su lado, aun le dolía saber que posiblemente su relación por 9 años solo era una etapa para ella.
Esa misma noche tampoco pudo dormir, las ojeras comenzado a formarse debajo de sus ojos y una sola pregunta rebotando por su mente -¿El tiempo que paso conmigo no fue parte de su vida?
Cuando sonó su alarma anunciando un nuevo día, se levantó sin energías, camino arrastrando los pies hasta su regadera, el sol brillaba con todo su esplendor y si no se sintiera tan lábil quizás hubiera podido disfrutar del paisaje que tenía frente a el gracias a las puertas de vidrio de su ducha la cual daba a uno de los ventanales de su mansión. Se recargo en la pared con mosaico que permitía solo fuera visible su pecho a través de las puertas de vidrio y dejo que el agua fría corriera pro su cuerpo, enfriando su cabeza que parecía no poder dejar de pensar en la secretaria Nezuko.
10 minutos después termino de ducharse, seco su cuerpo y se colocó una bata para caminar rumbo a su armario, como su secretaria no estaba con él desde la mañana tenía que escoger el traje que utilizaría, se acercó hasta el espejo y comenzó a secar su cabello, y cuando paso por su frente sintió una pequeña molestia, como si sus dedos estuvieran irritando algo. Intrigado separo quito su cabello de la frente y abrió sorprendido cuando vio lo que adornaba su frente.
-¡¿Un grano?! ¡¿Cómo demonios llego eso ahí?!
Enojado peino sus cabellos hacia atrás, el cabello se secaba solo. Sin perder ni un minuto más se metió a su armario para vestirse, no podía permitir que todo lo que sea que planeara su secretaria lo afectara. Él era Shinazugawa Sanemi.
Estaba amarrando su corbata mirando su reflejo en el espejo cuando recordó a Nezuko amarrando todas sus corbatas con una sonrisa y una delicadeza que solo ella tenía. Sanemi dejo salir un suspiro y deshizo su trabajo, el cual ni siquiera estaba bien hecho, desabrocho el primer botón de su camisa, tomo su saco y se encamino hacia donde Tomioka lo estaba esperando.
Que un día no llevara corbata no afectaría su imagen.
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Nezuko se estiro en su cama con una gran sonrisa, tenía mucho tiempo que no había dormido tantas horas -¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que me desperté tarde?- se preguntó mientras estiraba sus pies. Giro su cabeza para ver su escritorio desordenado, anoche había decidido comenzar a guardar las carpetas que correspondían a todo lo relacionado con el Vicepresidente.
Pero ni siquiera le importo el desorden, ella había tenido una fantástica noche -¡Esto es tan bueno!- sacudió sus pies desordenando su cama. Se permitió estar acostada un minuto más antes de sentarse sobre su colchón para observar como el sol ingresaba por su ventana -Debería levantarme.
Se paro y estrió un poco más su cuerpo, cuando dio otro bostezo ella agarro la carpeta que había termino aventando sobre su computadora cuando había decidido que era hora de dormir. Le coloco sobre la caja con las demás carpetas para después comenzar a acomodar todas ellas por numeración, silbando coloco cada carpeta sobre la caja hasta que un pequeño y viejo cuaderno llamo su atención. Lo separo del resto y sonrío cuando vio la portada, era tan fácil saber que el cuaderno había pertenecido a un niño pequeño.
Se sentó en la silla giratoria y cuando estaba dispuesta a leer un poco vio el reloj en su escritorio. Su sonrisa se borró e inmediatamente se colocó de pie, quizás y solo quizás ella había dormido demasiado. Rápidamente camino hasta su regadera para darse una ducha, ella aún tenía muchas cosas que hacer antes de ir a la oficina.
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Sanemi caminaba hacia su oficina, saludo a sus empleados y siguió su camino ignorando las amables respuestas de sus empleados. Se detuvo en las grandes puertas de su oficina y giro su cuerpo para ver el escritorio de su secretaria vacío, dando un suspiro ingreso a su oficina.
-Necesito un cambio de actitud- se dijo a si mismo mientras se dejaba caer en su silla. Asintiendo con la cabeza giro la silla para comenzar su trabajo, o eso intento, porque su actitud inmediatamente cambio cuando vio sobre su computadora la carta de renuncia de Nezuko.
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Nezuko salió de su departamento, inhalo profundamente y vio el paisaje moderno iluminado por el sol -¿Cuánto ha pasado desde que fui a trabajar durante el día? Es muy agradable.
Bajo las escaleras mientras silbaba, saco su teléfono y miro sus contactos, ella necesitaba una salida con sus viejas compañeras de escuela. Con una sonrisa llamo a una de ellas, deseando que no se hubieran olvidado de ella.
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Sanemi llevaba más de 15 dulces e iba por otros cinco, Iguro solamente podía mirar a su amigo temblar nervioso mientras comía rápidamente, su mirada estaba perdida -¿Qué pasa contigo? Ayer dijiste que solo era un terrón de azúcar con 0.3% de ginseng rojo.
El peliblanco dejo salir un suspiro -¿A qué tipo de tontería se refiere con intentar encontrar su vida? Con 8 horas de trabajo, durante 9 años son 18,000 horas.
Iguro decidió quitarle la bandeja de la mesa antes de que Sanemi decidiera que necesitaba más para poder superar lo que sea que en ese momento tenía.
Él ni siquiera fue consciente solo seguido hablando -La secretaria Nezuko no se tomó los fines de semana, ni tuvo vacaciones durante más de 9 años. Entonces eso sería un total de 59.130 horas- Iguro abrió la boca sorprendido por la bien contando que Sanemi tenía el tiempo que pasaba con su secretaria -El tiempo que ha estado conmigo es más que el de la mayoría de las parejas, ¿Cómo puede decir que no significa nada?
-¿Dijo que significaba nada? Que lastima…
-¿Sufrió por qué le guste mucho?
Obanai negó con la cabeza. El tonto iba tan bien -Aunque la secretaria Nezuko hizo su trabajo realmente bien, parece que tú le prestas demasiada atención. Podría ser… ¿Qué te guste la secretaria Nezuko?- pregunto intentando que su amigo abriera los ojos.
-¿Has perdido la cabeza?- Sanemi contesto enojado.
Iguro cruzo sus brazos, sabía que hablar con el peliblanco era como hablar con una pared. Ni siquiera le sorprendía su respuesta -¿Entonces por qué estas tan preocupado? Puedo decirte que además de la secretaria Nezuko, nunca has sostenido la mano de otra chica. -Sanemi bajo la cabeza mientras terminaba el dulce que le faltaba por comer -Realmente, hay un montón de mujeres a tu alrededor. Pero nunca te he visto tener contacto con nadie más que ella. ¿Tienes un trauma con las mujeres?
Sanemi negó con la cabeza, estaba comenzando a apretar los puños -No. Solo odio a las mujeres.
-¿Eso incluye a la secretaria Nezuko?
-La secretaria Nezuko es diferente.
Iguro negó con la cabeza, él no podía comprender como funcionaba la mente de su amigo -Es una mujer. ¿Qué tiene de diferente?
-La secretaria Nezuko solo es…- Sanemi mordió su lengua antes de decir algo estúpido -Solo es Kamado Nezuko. Olvídalo. Me voy.
Obanai quiso detener a su amigo, al fin estaba llegando a un lugar con él, pero sabía que él no se lo permitiría. El hablaría cuando estuviera listo, solo podía esperar que no fuera demasiado tarde. Negando con la cabeza se paró para ir hacia su escritorio, mientras estaba sentándose en su silla su linda secretaria entro por la puerta con un folder azul.
-Buenos días director. Aquí está el informe semanal- dijo antes de caminar hasta su escritorio y entregarle los documentos. Iguro sonrió sintiendo que la frustración que le hacía sentir su amigo desaparecía cuando veía ese característico cabello rosa entrar por su oficina.
Sin poder evitarlo le pregunto a su secretaria la duda que había tenido desde que la secretaria Nezuko había decidido renunciar -Mitsuri, ¿Alguna vez haz pensando en renunciar?
Los ojos verdes de su secretaria lo miraron fijamente antes de sonreír, una sonrisa que podía opacar al mismo sol -Siempre voy a estar contigo director Iguro.
-¿Siempre?- pregunto temeroso.
-Siempre.
¡Hola! ¿Como están?
Como lo prometido es deuda, aquí les traigo el tercer capitulo de esta historia. La primera gran revelación se ha hecho, ¿Ustedes por que creen que Sanemi odia a las mujeres? ¿Que hace especial a Nezuko ante sus ojos? Me encantaría leer sus hipótesis.
Espero les haya gustado, y si fue así, si gustan me encantaría que dejen un comentario lleno de amor. Recordatorio de que esta historia también esta disponible en Wattpad y Fanfiction.
Nos vemos en tres o cuatro días. ¡Cuídense mucho!
Con amor, la Vicepresidenta Fer.
