Kimetsu no Yaiiba le pertenece a Gotage y a Ufotable. El K-drama "What's wrong with Secretary Kim?" le pertenece a Tvn. Créditos a todos los autores de las imágenes de Nezuko y Sanemi.

Aquí esta el capitulo 4, ¡Disfrútenlo!

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La entrevista con la sucesora de Nezuko se lleva a cabo, con desastrosos resultados. La relación de Nezuko y Sanemi se tensa un poco mas y los dos terminan lastimando al otro sin darse cuenta. Y resultado de ello es la nueva secretaria es contratada.

¡Bienvenida, Secretaria Aoi!

Nezuko decide ser sincera con Sanemi acerca de algunos de los motivos de su renuncia mientras se siente completamente confundida. ¿Ella en verdad deseaba irse? ¿O quería seguir siendo la secretaria Nezuko?

Con la información que Nezuko le dio, Sanemi llega a una conclusión, y decidido a no dejar ir a Nezuko toma medidas extremas.

What's wrong with Secretari Nezuko? Capitulo 4

Nezuko terminaba de afinar las recomendaciones que le daría a la futura secretaria de su jefe, ella mejor que nadie podía deducir cuales serían la persona más apta para poder estar tranquila al saber que dejaría al Vicepresidente en buenas manos.

A pesar de saber que era lo que ella deseaba aún dolía dejar al Vicepresidente, quizá no era el mejor jefe en el mundo pero la ayudo a crecer, pago sus deudas por él, pero sobre todo la hizo evolucionar como persona y eso era algo que ella nunca le podría pagar. Al menos podía asegurarse de dejar solo lo mejor a su lado.

Debes ser reservada pero rápida con los pies. Ya que hasta yo lo hice sin experiencia ni aptitudes.

Sonrió sin poder evitarlo, ella extrañaría tanto esto. Antes de poder seguir escribiendo leyó la nota más grande que tenía sobre su computadora.

"Piensa firmemente. Siente con cariño. Corre como si tus pies estuvieran en llamas".

Nezuko decidió terminar sus recomendaciones con una frase positiva.

Se que harás un buen trabajo.

Y la última cosa que deseo decir a la secretaria que se quede en mi lugar, la razón por la que me voy, la más importante es…

No pudo terminar de escribir por que pudo ver al Vicepresidente doblar por la esquina hacia su oficina, ella también pudo escuchar el suspiro que dejo salir cuando la vio -Vicepresidente- se colocó de pie y miro lo pálido que se veía, especialmente con ese traje negro, así como la falta de corbata en su cuello -No tienes buen aspecto. ¿No te sientes bien?

-No pude dormir. En cambio, tú, secretaria Nezuko, te ves muy bien.

Nezuko asintió -Dormí mucho gracias a ti- su sonrisa se borró cuando el giro su rostro y pudo ver lo que estaba ocultando su cabello de frente -¿Te salió un grano en la frente? ¿Debería llamar al doctor?

Sanemi negó con la cabeza al ver como su secretaria ya tenía su teléfono en la mano -Esta bien.

-¿O debería obtener una prescripción del doctor para unas pastilla para dormir?

Sanemi abrió la boca para negarse nuevamente pero decidió preguntarle otra cosa cuando vio la caja negra con algunas pertenencias de ella dentro -¿Estás preocupada por mi ahora mismo?

Nezuko alzo la mirada de su teléfono -¿Qué? Por supuesto que estoy preocupada.

-¿Entonces eres la secretaria Nezuko o Kamado Nezuko?

-¿Qué quieres decir?

Pero ninguno de los dos pudo decir nada mas ya que Tomioka interrumpió su conversación con algo que fracturaría un poco más su relación -Vicepresidente, el reemplazo de la secretaria Nezuko está aquí para su entrevista, ¿Debería dejarla pasar ahora?

-Dile que pase ahora- Sanemi vio como los ojos rosas de Nezuko lo miraban ligeramente dolidos -Secretaria Nezuko, entra también, ya que ella es tu reemplazo.

Sin esperar a que ella le contestara el ingreso a su oficina, estaba molesto. Nada de esto hubiera pasado si ella no se le hubiera ocurrido renunciar. Se suponía que ella siempre estaría con él. Nezuko miro desaparecer la ancha espalda de Sanemi, no tenía la menor idea sobre lo que estaba sucediendo entre los dos, pero de lo que si estaba segura era que él lastimaba su corazón -Si- respondió aun sabiendo que él no la escucharía.

Giro su rostro para ver a Tomioka-san quien la miraba fijamente con sus dos orbes azules, Nezuko sacudió la cabeza y le sonrió al pelinegro antes de indicarle que guiara a su posible reemplazo hacia la oficina del Vicepresidente.

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Kanzaki Aoi miraba fijamente a las dos personas sentadas frente a ella, trataba de no ponerse nerviosa al sentir los ojos purpuras de su posible jefe sobre ella. Shinazugawa Sanemi tenía una mirada muy profunda como ella había escuchado. Tenía muchas ganas de esconderse detrás de su cabello, el cual estaba suelto, y salir de la habitación. Pero sabía que debía acostumbrarse si ella quería obtener este trabajo.

Sería lo mejor que podía pasarle en su vida.

Ella, una recién graduada de la universidad, trabajando para el Vicepresidente más importante de todo Japón. Ella podría ser su secretaria cuando el tomara el puesto de Presidente cuando el padre de Shinazugawa-sama se jubilara. Ella podría hacer muchas cosas con el alto salario que tendría.

Le sonrió a la amable señorita Kamado quien era a quien remplazaría. Ella había sido muy amable desde que la espero en el que podría ser su futuro escritorio hasta guiarla a la oficina del Vicepresidente, le había susurrado palabras relajantes antes de que cruzaran las puertas lo que la ayudo a tranquilizarse un poco antes de tener que enfrentar al guapo Vicepresidente.

Pudo ver como ella tomaba una carpeta para después entregársela al peliblanco, quien estaba sentado estoicamente aun lado de ella -Vicepresidente, seleccioné algunas preguntas.

El tomo la carpeta sin mirarla mientras Nezuko-san, como había insistido que la llamara, le volvía a sonreír. Vio como Shinazugawa-sama leía las preguntas antes de cerrar de un golpe la carpeta, algo que sobresalto tanto a Nezuko-san como a ella.

Sanemi frunció el ceño antes de mirar a la pelinegra que sería el reemplazo de su secretaria. El no quería ver ojos azules, él quería ver ojos rosas -Kanzaki Aoi, si usted se convierte en la secretaria Nezuko, ¿Cómo se llamaría? - pregunto con una sonrisa, sonrisa que se veía completamente falsa -¿Secretaria Kanzaki o secretaria Aoi?- termino mirando fijamente a la que aún era su secretaria.

Nezuko giro su cabeza para mirar a su jefe, ella no podía entender de donde demonios se le había ocurrido preguntarle eso, sobre todo, algo que se sentía como una indirecta para ella.

-Preferiría secretaria Aoi- contesto la pelinegra con una gran sonrisa -Seria la secretaria Aoi, y no la secretaria Nezuko.

Nezuko asintió, quería que su reemplazo se sitiera lo más cómoda posible antes las raras preguntas que el Vicepresidente había elegido hacer. Sanemi le regreso la carpeta a su secretaria -Secretaria Nezuko, también haz preguntas.

-Si- ella abrió la carpeta y selecciono la primera pregunta -¿Podría hablarme de los deberes de una secretaria?

Aoi asintió -Tener la mentalidad de cuidar a su jefe como lo haría con un niño…

-¿Qué piensas que sería trabajar para un jefe que fuera prácticamente perfecto?- interrumpió Sanemi.

Nezuko quiso borrar su sonrisa, pero se obligó a seguir sonriendo, ella no podía taparle la boca a su jefe. Aoi sonrió -Seria muy feliz.

Sanemi sonrió y Nezuko sintió ganas de quitarle esa sonrisita presumida. Sin poder aguantar más ella boto la carpeta mientras su sonrisa se volvía sarcástica -¿Piensas que podrías coincidir al 100% con un jefe que sea perfecto? ¿Crees que podrías satisfacer a esa persona?

El peliblanco borro su sonrisa y miro a su secretaria. Aoi asintió disminuyendo su sonrisa -Eso debe ser muy difícil.

Nezuko asintió sonriendo genianamente. Sanemi apretó los puños e intervino -¿Renunciarías con una excusa tan abstracta como razones personales por el hecho de que no puedes ser responsable con lo que has hecho?

Nezuko borro su sonrisa y miro nuevamente a su jefe, apretó los puños en un intento por no golpearlo. Aoi nuevamente asintió -Si me dan una oportunidad, trabajare hasta morir aquí.

Decidida a no dejar pasar eso, Nezuko giro su rostro para ver a la ojiazul, ya no sonreía solamente quería decirle la verdad a su reemplazo -Cuando trabajes aquí, en realidad sí morirías aquí.

Sanemi apretó sus labios mientras contaba diez mentalmente. Aoi borro por completo su sonrisa -¿Qué? ¿Es tan difícil? - Nezuko asintió y Aoi retrocedió asustada.

-La compensación por tus esfuerzos es el mejor en la nación- intervino Sanemi claramente molesto. Aoi mordió sus labios interesada.

-Definitivamente vas a ser compensada, pero tu identidad como Kanzaki Aoi será borrada. Solo permanecerás como la secretaria Nezuko.

El peliblanco sonrió sarcásticamente y miro nuevamente a su secretaria -¿Entonces el tiempo que has estado trabajando para mí no ha sido parte de tu vida, Kamado Nezuko?

Aoi se sentía muy confundida, ella no estaba entendiendo lo que estaba pasando. Sacudió la cabeza cuando vio la mirada llena de dolor y molestia que ambos se estaban dirigiendo, ella se sentía como una niña pequeña en medio de la pelea de sus padres. La secretaria Nezuko y el Vicepresidente discutían como un matrimonio. Como no sabía que decir ella dijo lo que su mama siempre le decía que dijera en una entrevista -¡Si me elige, hare mi mejor esfuerzo!.

-¡Contratada!- exclamo Sanemi sin dejar den mirar los ojos de su futura ex Secretaria.

-¿De verdad?- pregunto incrédula Aoi.

Sanemi se giró para mirar al reemplazo de Nezuko -Subgerente Nakahara.

Sumi ingreso por la oficina rápidamente, ella había podido escuchar todo el alboroto que había resultado ser la entrevista. La tensión se podía sentir en la habitación, la secretaria Nezuko estaba dolida y el Vicepresidente también -¿Sí?- dijo sabiendo que no era su obligación intervenir.

-Te presento a la secretaria Kanzaki Aoi, ella será la nueva secretaria Nezuko- Sanemi pronuncio cada palabra mirando a Nezuko, sus ojos rosas reflejaban enojo, tristeza y dolor. Él no estaba mejor. A lo lejos pudo escuchar el grito de alegría de la pelinegra, pero él no le importo, lo único que le importaba era ella -Secretaria Nezuko, toma las riendas y haz de la secretaria Aoi una copia exacta tuya. Luego te vas.

-Sí.

Sin saber Aoi interrumpió lo que sea que se estaba formando entre ambos -Gracias- exclamo mientras realizaba una reverencia a su jefe. Ella no podía estar más feliz. El trabajo de sus sueños era suyo, ella no defraudaría a Shinazugawa-sama. Siguió a Nakahara-sama cuando ella le indico que se fuera con ella, dejando solos a la secretaria Nezuko y al Vicepresidente.

Nezuko dejo escapar un suspiro mientras se colocaba de pie, esto estaba resultando más duro de lo que ella había creído, antes de que pudiera dar un paso la grave voz de su jefe la detuvo.

-Espera. "Encontraras tu propia vida". ¿Exactamente qué es lo que significa?

Ella se sorprendió de que el leyera sus recomendaciones, pero en realidad no debería hacerlo, el siempre leía todo lo que ella le daba -Ya que únicamente he vivido mi vida trabajando, quiero tener tiempo para mí misma.

-¿Y?- Sanemi se cruzó de brazos.

-Y ya tengo 27 años- Nezuko bajo la mirada ligeramente avergonzada -quiero salir y casarme.

-¿Qué?

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Cuando vio el restaurante a lo lejos Nezuko sonrió, ella necesitaba distraerse de lo que sea que había significado aquella entrevista en la oficina de Shinazugawa-sama. Ella había visto el profundo dolor en sus ojos y sabía que ella reflejaba lo mismo, algo que se supone que no debería suceder.

Ella debería estar feliz de irse. Ella seria libre.

Pero había algo que hacia su corazón doler con el simple pensamiento de dejar de ver al Vicepresidente. Así como también era consciente de que era momento de volar, porque si no escapaba ahora, nunca lo haría.

Estaba confundida.

Así que una rica comida con viejos compañeras quizás pudiera aclarar lo que sea que estaba sintiendo en ese momento. Ingreso por las puertas y alzo su mano para saludar al grupo de mujeres en el fondo del restaurante que en cuanto la vieron la saludaron alegremente. Apagando su cerebro camino hacia ellas, ella se merecía una buena tarde.

Media hora después todas estaban riendo mientras terminaban sus bebidas, acaban de ordenar y estaban esperando su comida. -¿Cuál es la ocasión? ¿La secretaria Nezuko sale a reuniones? - pregunto Kanao cruzando los brazos mientras miraba a su hermosa ex compañera de escuela.

Nezuko sonrió -Lo siento. De ahora en adelante, no se reúnan sin mí. Ahora tengo mucho tiempo.

-También aparecías en las noticias, justo al lado del Vicepresidente- Daki fue la siguiente en intervenir. Nezuko se cubrió los ojos avergonzada mientras Kanao y ella reían -Eres genial.

-Cierto. Nezuko-chan fuiste quien más estudio de todas nosotras. Una mujer de carrera total. Estoy totalmente celosa. Yo solo soy una ama de casa.

Nezuko negó con la cabeza. Daki cruzo los brazos -¡Al menos eres la tradicional ama de casa! Mírame, estoy trabajando mientras crio a mis hijos. Nezuko-chan, no te cases.

Nezuko abrió los ojos sorprendida -¿Por qué?

Kanao negó con las manos -Si te casas, tienes estas clases de historias.

-¿De verdad?- Nezuko pregunto un poco sorprendida. Lo que ninguna de ellas sabia era que ella quería esa clase historias. Siempre había crecido en una familia llena de amor y cuanto más crecía ella más deseaba tener su propia familia, tener un esposo e hijos a los que llenar de amor. Por eso había llorado tanto cuando sus dos hermanos se casaron y les dieron sobrinos. Sus dos hermanos eran los mayores ejemplos de que tener una familia impedía que siguieras haciendo lo que más amabas.

Daki asintió riendo -Voy al baño- exclamo mientras se colocaba de pie. Cuando paso por detrás de la silla de Nezuko tiro sin querer su bolsa, la pelinegra inmediatamente se agachó para recoger sus cosas mientras Daki la ayudaba sorprendida por el contenido de la misma -¿Qué esto Nezuko-chan? ¿Pañuelo, corbata y encendedor de hombre?

Nezuko rio -Nunca sabes cuando el Vicepresidente puede necesitarlos. Aprendí a lo largo del tiempo que siempre era mejor traer conmigo un repuesto.

Daki y Kanao sonrieron incómodas, ni siquiera ellas que estaban casadas llevaban ese tipo de cosas. Nezuko agarro su bolsa y sonrió -Una mujer de carrera vive así- comento antes de sentarse y tratar de seguir con la plática como si nada hubiera pasado.

Tomo el autobús de regreso a su casa hasta la noche, a pesar de la inicial incomodidad después del incidente con su bolsa, tanto Daki como Kanao se recompusieron y siguieron poniéndose al día toda la tarde. Ahora Nezuko se encontraba sentada en los asientos individuales en el fondo del autobús. Su cabeza estaba recargada sobre la venta y miraba como los pasajeros subían y bajan en cada estación. Tres estaciones antes de que ella tuviera que bajar vio como una familia se subía al autobús.

Eran dos niños pequeños que parecían llevarse dos años entre ellos, sus papas los cargaban antes de sentarse en dos asientos diferentes, los niños comenzaron a jugar y el matrimonio reía con las travesuras de sus hijos. Nezuko miro fijamente a la familia, todos parecían tan felices, ella quería eso, no quería ser la secretaria de nadie el resto de su vida.

Ella quería tanto ser Kamado Nezuko.

Pero entre más tiempo lo pensaba, entre más recordaba a Aoi, el dolor en su corazón parecía regresar. Ella tampoco quería dejar al Vicepresidente, había estado mucho tiempo a su lado, ella ni siquiera tenía 20 años cuando empezó a trabajar para él.

Camino lentamente hasta su departamento, y cuando entro al mismo lo único que la recibió fue la soledad de este, ni siquiera se molestó en prender las luces solamente se dejó caer sobre su cama. Ella deseaba tanto regresar a casa y ser recibida por dos pares de brazos que le gritaran mama mientras le daba un beso a su esposo.

Pero tampoco quería dejar de trabajar. Ella quería seguir siendo independiente. Algo que solo el Vicepresidente le había dado.

Inhalo profundamente mientras miraba su bolsa, ¿Quién quería ser? ¿Kamado Nezuko? ¿La secretaria Nezuko? Ella no tenía la menor idea.

Recordó el incidente del banco donde ella firmo un cheque como la secretaria Nezuko, algo que en ese momento la había horrorizado. Ella se estaba dejando de lado, se estaba perdiendo a sí misma. Apretó los puños y mirando su escritorio lleno de tantas cosas de la empresa para la que trabajaba, ella no era así.

Ella había tomado una decisión y debía seguir no importaba cuanto doliera.

Empujo el dolor al fondo de su mente, asintió y con renovadas fuerzas se levantó de la cama, sin dudarlo ni pensar atrás ella comenzó a aguardar todas las cosas que tenían que ver con Shinazugawa-sama, ella debía sacarlo de su vida por completo. Acomodó cada carpeta por número y tapo cada caja nueva que sacaba, aventó el contenido de su bolso en una de ellas y cada vez que veía desparecer otra cosa que le recordaba su profesión sentía como un peso se levantaba de sus hombros.

Ella ya no volvería a ser solamente la secretaria Nezuko.

¿Dolía? Si, pero jamás había sentido tanta libertad. Su sonrisa era sincera y no podía sentirse mejor que en ese momento.

Dos horas después, ya cambiada por completo, estaba sentada en su escritorio parcialmente vacío, frente a ella tenía el manual de instrucciones para su remplazo, agarro sus notas adhesivas y una pluma, decidida a dejarle un pequeño mensaje a la ojiazul. Ella le escribiría el consejo más valioso a Aoi-san.

Lo más importante es asegurarte de tener tiempo para ti.

Su predecesora, Kamado Nezuko.

Pego la nota en el manual y se levantó de su silla. Guardo los últimos folders en la caja abierta y dejo caer el manual sobre los mismos, cerrando la caja. Ella aplaudió contenta y miro a su alrededor, sus muebles ahora tenían más espacio.

-Todo está hecho- susurro para sí misma mientras estiraba su espalda.

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Sanemi miraba a la nada, Teruko estaba a su lado esperando pacientemente que el dijera otra cosa, los tipos con los que se supone debería estar celebrando una reunión lo miraban desde la mesa esperando que él se uniera a ellos.

Pero su cabeza solo estaba llena de una sola cosa.

¿Qué demonios había pasado en la entrevista? ¿Por qué ella le dijo todas esas cosas?

-¿Su propio tiempo?¿Vida? ¿Citas? ¿Matrimonio? - quería reír porque por primera vez no podía entender absolutamente nada. ¿No era irónico? - ¿Cómo pudo decirme esas cosas, como si fuera un extraño? Debió de habérmelo explicado… Estuve con ella por 9 años.

-¿Quién?- pregunto Teruko sin entender de lo que estaba hablando.

-¿Cómo estoy?

-¿Qué?

Sanemi giro su rostro para ver a la que pronto se convertiría en su exnovia. Teruko lo miraba con sus grandes ojos cafés y su pálida piel resaltaba por el negro del vestido. Él quería que fueran ojos rosas los que lo estuvieran mirando -¿Cómo estoy?- pregunto nuevamente.

La castaña sonrió -¿Qué pasa? Por supuesto que eres el hombre perfecto. Capaz, guapo, alto, educado- ella se acercó a él y Sanemi se sintió abrumado de mala manera por su perfume muy dulce -y sexy- Teruko susurro sobre muy cerca de sus labios esperando una reacción.

Sanemi sonrió y se alejó de Teruko, su nariz necesitaba aire fresco. -¿Pero por qué la secretaria Nezuko hizo eso?

Teruko borro su sonrisa -¿Qué? ¿Qué hizo la secretaria Nezuko? ¿Estás hablando de otra chica frente a mí?

Sin decir otra palabra Sanemi salió del restaurante, tomo su carro y condujo a toda velocidad hacia la casa de su secretaria.

El necesitaba respuestas.

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Nezuko le dio un gran trago a su gaseosa, estaba sentada en su silla giratoria frente a su escritorio. Ahora que había terminado con todas sus actividades ella podría tener el tiempo de leer nuevamente su viejo cuaderno.

Lo tomo con delicadeza y sonrió al ver la pasta adornada con todo tipo de stickers, ella había seleccionado solo las mejores para adornar su cuaderno. Pero antes de que pudiera abrir el cuaderno para leer la primera página escucho como su timbre sonaba con fuerza, quien sea que estuviera afuera exigía verla.

Ella suspiro y se encamino a ver quién demonios era -¿Quién es?- pregunto mientras tomaba el pomo de su puerta. Se asomo por la mirilla de la puerta y se sorprendió cuando vio al Vicepresidente esperando afuera de su puerta. Sin dudarlo ella abrió.

-Vicepresidente, ¿Por qué está aquí a esta hora? - pregunto mirando como él le daba la espalda, sus brazos estaban cruzados y ella se sintió un poco intimidado por su altura y el ancho de su espalda. Escucho como suspiraba y fue cuando se dio cuenta de lo grosera que estaba siendo -Primero, por favor, entre.

Sanemi apretó sus puños -No me des órdenes. Hablemos afuera- ordenó antes de bajar las escaleras.

-Seguro- Nezuko siguió a su jefe no sin antes cerra su puerta. Ella no sabía porque Shinazugawa-sama quería hablar a esta hora. Se detuvieron hasta quedara frente al pequeño café que había en la planta baja de su edificio. Él se giró y ella sonrió.

-Citas y matrimonio, ¿Hablas en serio?

-¿Has venido hasta aquí a estas horas solo para preguntarme eso?

-¿Por qué, tan de repente? ¿Conociste a alguien sin que yo lo supiera?

Nezuko sonrió aún más sin poder evitarlo, él sonaba tan enojado -Vicepresidente, ¿Estas enojado?

Sanemi alzo una ceja, sentía como se le formaba un tic nervioso en uno de sus ojos -No, no me importa a quien conozcas- siseo entre dientes -¿Por qué estaría enojado?

-Es exactamente a lo que me refiero.

-No desvíes el tema, solo responde las preguntas que te estoy haciendo.

-No veo a nadie en secreto.

-Por supuesto que tenía que ser así.

-¿Qué?

-¿Qué?

Nezuko negó con la cabeza -No hay ninguna razón para que vea a nadie más sin que lo sepas. Ni siquiera tengo el tiempo para hacerlo, para comenzar- ella dejo de lado su sonrisa, esto no era un tema que le hacía feliz -Siempre llegaba al trabajo a las 6 am, y no sabía cuándo saldría. Cuando me llamas, aunque este durmiendo, siempre me pongo en contacto contigo.

-¿Así que…? Estas teniendo dificultades para convencerme- Sanemi bajo sus brazos para meter sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón.

Nezuko dejo salir un gran suspiro -Sí continúo trabajando a tu lado, nunca me podre casar, y jamás podre salir con mis amigos a tomar un café.

-¿Solo por esa razón?

-¿Solo… Por esa razón? - Nezuko sintió que ese dolor de dejarlo solo se transformaba en otro dolor diferente. El dolor que él no entendiera sus razones, algo que ella anhelaba. -Cuando sea mayor y ya no pueda permanecer a tu lado por más tiempo, ¿Quién me cuidara cuando este sin trabajo?

-Bien. Te prometo que tendrás tu trabajo durante toda tu vida.

-Eso me disgusta aún más- Nezuko sonrió ampliamente, Sanemi sabía que ella no le estaba sonriendo porque quisiera. Quizás lo estaba matando en su mente -Me estás diciendo que permanezca a tu lado y que siga sola a medida que envejezca. Porque el trabajar para ti es que me aislé de todos mis allegados.

Sanemi asintió con la cabeza, quizás había subestimado la importancia que ella le daba a su vida social y afectiva -Entonces, ¿Para casarte, tienes que abandonar la empresa?

-Sí.

Ella seguía luciendo esa misma sonrisita que a él le irritaba. Que siempre colocaba cuando ella estaba enojada -¿Tanto quieres casarte?

-Sí.

Dio un paso hacia adelante provocando que su secretaria subiera aún más su mentón para poder obsérvalo a los ojos -Entonces sigue haciendo tu trabajo. Yo, Shinazugawa Sanemi, dejare que te cases conmigo.

¡Hola!

Se que debería seguir festejando las fiestas patrias de mi país (México), pero creo que no hay mejor manera de hacerlo que ¡Con un nuevo capitulo!

Debo de admitir que me pase un buen rato escribiendo la entrevista de Aoi, que contra todo pronostico fue contratada. Veremos como se desarrollara la relación entre Nezuko y Sanemi ahora que hay una nueva secretaria.

Espero les haya gustado el capitulo, me encantaría que dejaran un comentario con amor. Esta historia también esta disponible en Wattpad y Ao3.

Nos vemos en cuatro días, ¡Cuídense mucho!

Con amor, la Vicepresidenta Fer.