El anime/manga Kimetsu no Yaiba le pertenece a Goutage y al estudio Ufotable. El k-drama "What's wrong with Secretary Kim?" le pertenece a la cadena de televisión TvN.
Creo que los milagros navideños se están adelantando, logre cumplir y una semana después tenemos nuevo capitulo. ¡Disfrútenlo!
¡El capitulo 12!
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Nezuko logra librarse de la situación en la que termino con el Vicepresidente, pero para su desgracia, acaba de meterse en una situación peor. Después de tener una pesadilla, Sanemi le pide que se quede a pasar la noche en su casa, pero con el revoltijo de sentimientos, Nezuko no se siente capacitada de quedarse en el mismo espacio que el peliblanco.
Pero sin saberlo, será salvada por el hermano mayor del Vicepresidente, quien viene en camino hacia la casa de su hermano pequeño.
Al día siguiente, la oficina esta de cabeza, uno de los proyectos en lo que llevaban trabajando meses pende de un hilo, queda en manos de Sanemi y Nezuko recuperar el rumbo y lograr lo imposible.
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What's Wrong with Secretary Nezuko? 12
Sanemi se perdió en el rosa de los iris de Nezuko, su pequeño cuerpo se sentía tan bien contra su torso, su compacta cintura era tan fácil de rodear con sus brazos, parecía que ella había sido hecha para encajar con él.
Sus ojos se desviaron momentáneamente a sus labios solo para ver como ella abría ligeramente la boca mientras sus orbes rosas se posaban en sus labios. La nariz de Sanemi estaba a milímetros de la de Nezuko, y por la forma en que ella lo miraba parecía que ninguno de los dos haría nada por separarse.
O eso pensaba hasta que la bolsa con los hielos termino de resbalarse de la mesa, lo que género que ella girara su rostro para ver lo que había sucedido, y que a su vez provoco que ella se parara, alejando completamente su cuerpo de él.
-Agarraré más hielo para la bolsa.
Nezuko tomo rápidamente la bolsa y corrió hasta la cocina, dejando solo a Sanemi quien aún estaba acostada sin poder moverse. Ella dejo caer la bandeja sobre la isla de la cocina, sus manos temblaron y su corazón latía desbocado en su pecho. Dejo escapar un suspiro mientras intentaba dejar de sentirse tan nerviosa. Ni siquiera fue capaz de poder poner más hielos en la bolsa, sus dedos temblaban y a un no era consciente de cómo era posible que sus temblorosas piernas la sostenían mientras su estómago estaba lleno de mariposas.
Después de un minuto, donde había respirado profundamente, ella se sintió nuevamente en control, rápidamente tomo los hielos para colocarlos dentro de la bolsa, sonrió tratando de no parecer tan nerviosa como estaba y se encamino hacia la sala. Cuando estuvo frente al sofá se dio cuenta que el Vicepresidente estaba completamente dormido.
-¿Qué es esto? ¿Ya se ha quedado dormido?
Nezuko se acercó hasta el peliblanco, dejando la bandeja con la bolsa sobre la mesa de centro, se sentó aun lado de su cabeza para mirar el durmiente rostro de su jefe. Sonrió ampliamente cuando vio lo pacifico de su rostro cuando dormía, como si esa persona que se veía tan tranquila no fuera el mismo hombre que la mayoría de las veces tenía el ceño fruncido. Quito delicadamente un mechón de pelo que se posó sobre sus ojos, acariciando de paso la nariz de Sanemi.
Cuando fue consciente de lo que había hecho, borro su sonrisa y quito rápidamente su mano, mirando fijamente a los lados, asegurándose que nadie hubiera visto lo que acababa de hacer. Escondió las manos entre sus piernas, apretando sus muslos para impedir que sus manos volvieran a su rostro. Y sin poder evitarlo ella volvió a mirar su cara, su sonrisa creció de nuevo y tenía muchas ganas de recargar su cabeza sobre la de él.
Pero todo el momento mágico se rompió cuando Nezuko observo como el rostro pacifico del Vicepresidente cambiaba a uno lleno de miedo, su respiración se agito, sus puños se apretaron y su ceño se frunció mientras su cuerpo comenzaba a sudar. Ella no tenía que ser una experta para saber qué es lo que pasaba.
Él estaba teniendo una pesadilla.
Sanemi quiso gritar, decir algo, la mujer de cabellos negros se acercaba lentamente hacia él, intento de alguna marea de moverse, de salir de ese oscuro lugar. Sus tacones rojos resonaban con cada paso que ella daba, su pulcro vestido blanco no tenía nada que ver con la verdadera persona que era ella.
"Pequeño".
Quería llorar, parecía que no importara cuantos años tuviera, él seguiría siendo el mismo niño de 9 años frente a ella. Su pequeño cuerpo temblaba y sus tobillos dolían, sus delicadas manos estaban acercándose lentamente a su cuello.
"¿Me puedes ayudar? Ven aquí, Ven aquí".
Lo único que podía hacer era gritar mientras sus dedos se apretaban alrededor de su cuello, su cuerpo comenzó a agitarse en un intento de liberarse de ella. Su respiración comenzaba a volverse difícil.
¡Vicepresidente!
Una dulce voz sonó por la casa abandona, la mujer frente a él comenzó a desaparecer lentamente, el aire volvió a correr por sus pulmones y lentamente dejaba de ser un niño para comenzar a tener su cuerpo adulto.
¡Vicepresidente!
El apretó sus ojos, tratando de controlar el temblor de su cuerpo. Conocía esa voz, era una voz que el escuchaba todos los días, esa voz era su ancla, lo que ayudaba a no caer en la absoluta locura.
-¡Vicepresidente!
Sanemi despertó completamente agitado, el inhalo profundamente mientras sentía que su cuerpo se debilitaba. Vio a su alrededor para ver que estaba acostado en el sofá de su sala, un dulce aroma inundaba sus sentidos y su cuerpo temblaba ligeramente. Giro su cabeza para ver los pantalones deportivos de Nezuko, intento sentarse, pero su cuerpo estaba tan débil que le era imposible hacerlo solo, sintió los delicados brazos de ella alrededor de su brazo, ayudándolo.
-¿Estas bien?
El la miro, sus ojos lo miraban mientras su mano acariciaba levemente su brazo. No quería preocuparla, no deseaba explicarle lo que pasaba. Así que asintió mientras la miraba, disfrutando de sus dedos sobre sus bíceps.
-¿Me podrías ayudar a sentarme haya afuera?- pregunto en voz baja. Queriendo que ella no le hiciera caso a su tono tan bajo, tan roto.
Nezuko asintió mientras lo ayudaba a colocarse de pie, el abrazo sus hombros y lentamente caminaron hasta el banco que tenía frente al estanque de su jardín principal.
-¿Seguro que estas bien?- pregunto ella, a un aferrada a su brazo.
-No te preocupes, estoy bien- respondió intentando sonreírle. Nezuko hizo una mueca, pero aun así asintió lentamente.
-Voy a prepararte un té.
Sanemi quiso detenerla pero su cuerpo no tenía fuerza para retener su brazo, cuando quiso agarrar su muñeca ella ya estaba a medio camino a la cocina. Se que do solo, en la silenciosa noche, sus ojos se fijaron en el reflejo de las luces en el agua, sus manos aun temblaban y su cuerpo estaba en una rara mezcla entre estar tenso y temblar. Minutos después el escucho como Nezuko se acercaba a él, ella se sentó a su lado, y dejo una bandeja con té y galletas.
-Ten un poco de esto- Nezuko le entrego la taza, sus manos se tocaron por unos segundos y ella sonrió levemente -¿Te sientes mejor ahora?
Sanemi asintió. -Gracias a ti.
Nezuko tomo el fuerte brazo del peliblanco y armándose de valor ella pregunto. -¿Frecuentemente pasas por terrores nocturnos?
-No creo que quieras saber eso. Pero hoy, no quiero estar solo- Sanemi dejo escapar un suspiro. -Secretaria Nezuko.
-¿Sí?
-Solo por hoy, ¿Puedes quedarte a dormir?
Nezuko borro su sonrisa, sus mejillas se tiñeron de rojo y su corazón se detuvo. -¿Qué?
Sanemi se acercó más a Nezuko, casi arrinconándola en la banca. -Quédate aquí esta noche.
-¿Qué? ¿Quieres decir? - ella pregunto tontamente. Podía apostar que sus mejillas ya eran de un nuevo color rojo. -Claro, normalmente tienes pesadillas, puede darte miedo quedarse solo. Pero ya no eres un niño, ¿Cómo podrías repentinamente pedirme que…?- Nezuko pudo ver que el alzaba una ceja por sus deducciones. -¿Hablas en serio?
Sanemi giro su rostro ligeramente sonrojado, ella miro sus manos sintiendo sus orejas calientes.
-Te estoy diciendo que duermas en el cuarto de huéspedes porque ya es tarde- el señalo el pasillo donde estaba su habitación y las de invitados. -¿Por qué te estas asustando?
-¿Qué?- Nezuko alzo su mirada mientras sus manos jugaban con su chaqueta.
-Ya te has quedado a dormir aquí cuando trabajaste hasta tarde en la noche.
Ella abrió la boca mientras asentía con la cabeza. -Sí, ¡Por supuesto!
Nezuko maldijo en voz baja sintiendo que su sonrojo se extendía por su pecho. Sus manos juagaban con el cierre de su chaqueta mientras mordía el interior de su mejilla. Sanemi sonrió cuando vio el sonrojo de su secretaria.
Giro su cuerpo y coloco su brazo izquierdo en el respaldo, detrás de la espalda de ella. -¿Qué estabas esperando?
Nezuko giro su rostro y sonrió. -¿Esperar? Nada, absolutamente… Nada. Nosotros no hacemos ese tipo de cosas.
Sanemi asintió mientras sonreía ampliamente, quería molestar un poco más a Nezuko, especialmente porque se mostraba muy nerviosa y su sonrojo era adorable, pero su teléfono sonó antes de que él pudiera decir algo. Lo tomo y contesto -¿sí?- la voz del otro lado contesto y su sonrisa se borró, asintiendo el ordeno con voz fría. -Hagámoslo- apretó su teléfono y miro a su secretaria, aún sonrojada, su sonrisa ya no estaba y lo miraba curiosa. -Lamentablemente, no creo que te vayas a poder quedar aquí esta noche, secretaria Nezuko. Disculpa por decepcionarte.
Nezuko inhalo aliviada. Sonrió ampliamente sabiendo que ella se había librado de lo que sea qué pasaría si se quedaba. -¡¿Decepcionarme?! ¡Y…Yo no había pensado en dormir aquí! - ella negó efusivamente con la cabeza, recalcando lo mismo con sus brazos. El sonrió al ver su reacción, lo que provocó que estuviera más nerviosa. -Me parece que te ves mejor ahora, me voy.
Sanemi sonrió aún más cuando vio como Nezuko se iba, primero caminando rápidamente después corriendo. Pero su sonrisa se borró cuando recordó a la persona que se dirigía a su casa, dejo caer su teléfono en la mesa y apretó los labios.
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Nezuko caminaba por las calles de Tokio mientras estaba perdida en sus pensamientos. Sus manos jugaban con su chaqueta y su cuerpo aún se sentía tembloroso. -Me pregunto qué tipo de llamada fue esa. Su expresión era tan sombría.
Estaba tan perdida de su pensamiento que no fue consciente de que un hombre venia caminando en dirección contraria a la suya, perdido en su teléfono celular. Su hombro choco contra el fuerte brazo del hombre provocando que su teléfono cayera y su café casi se derramara sobre su ropa.
-¡Ay, dios mío! ¡Dios, lo siento! - exclamo mientras se agachaba para recoger el teléfono. Cuando se paró para entregar el aparato se fijó en el ligero parecido que el hombre tenía con su jefe. Era alto y musculoso, cabello negro en un estilo mohawk y ojos púrpura oscuros. Ella le sonrió y miro el teléfono entre sus manos, revisando que no haya nada roto. -No creo que se haya roto en ninguna parte.
-No hay ningún problema- él le sonrió y colocando la bolsa en el piso, se agacho para amarrar la agujeta que ella no se había percatado que tenía desamarrada. -Si caminas por ahí así, te caerás.
-No tenías que preocuparte, podía hacerlo yo misma. Pero, aun así, muchas gracias- Nezuko agradeció con una sonrisa, mientras el pelinegro se levantaba y le sonreía -Te entrego tu teléfono.
El hombre tomo el teléfono. -Sí, gracias. Nos vemos.
Ella asintió mientras veía como el hombre pasaba de largo para seguir su camino. Nezuko asintió mientras sus manos jugaban con el cierre de su chaqueta. -Él es una persona dulce. Totalmente opuesto a alguien que conozco.
Nezuko siguió su camino sin saber que el misterioso hombre con el que se había topado giraba su rostro y sonreía mientras la veía alejarse entre las calles.
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Sanemi tenía el ceño fruncido mientras escuchaba como la puerta de su casa era cerrada. Él estaba mirando por los ventanales con las manos en los bolsillos de su pantalón.
-¿Ni siquiera vas a invitarme a sentar?
Giro su rostro para ver a su hermano mayor sentarse como si estuviera en su propia casa, como si en verdad hubiera confianza entre ellos. -¿Por qué estás aquí a esta hora?
Genya sonrió sarcásticamente mientras cruzaba las piernas -¿Es necesario un motivo para que un hermano mayor visite a su hermana menor?- rio para después tomar un trago de su café. -Volví debido al nuevo lanzamiento que estaré teniendo el próximo mes. Como no los contacte con antelación, mamá y papá están en Corea. No tenía ganas de volver a una casa vacía, así que me detuve a saludar- Sanemi giro su rostro lo que irrito a Genya. -Para serte sincero, volví porque quería perdonarte- Sanemi miro nuevamente a su hermano mientras apretaba sus puños. -Honestamente, todavía tengo momentos difíciles con los recuerdos que aparecen de vez en cuando. Pero odiarte y molestarte contigo solo me hacen sufrir. Motivo por el cual he pensado en perdonarte.
El peliblanco rio sarcásticamente mientras negaba con la cabeza. Miro nuevamente su jardín tratando de controlarse para no golpear a su hermano y sufrir un colapso.
-¿Deberíamos beber juntos? Existen tres razones por las que me enamore de Francia y me quede. La escritura, las mujeres y el vino- Genya saco el vino que había comprado mientras leía nuevamente su etiqueta.
-¿Por qué no te vas ahora?
-¿Qué?
-Estoy cansado.
Y sin más Sanemi se encamino hacia su habitación, dejando completamente solo a su hermano mayor, quien apretó la botella entre sus manos mientras dejaba escapar un suspiro.
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Nezuko ingreso a su departamento con un suspiro. Se quito la chaqueta y cuando estaba a punto de doblarla los sujeta cables de la mañana se cayeron en el piso. Ella se agacho para recogerlo y después mirarlos fijamente, recordando el incidente con el Vicepresidente.
"Ya los quite Vicepresidente, ¿Te encuentras bien?"
"¿Q…Quién fue?"
Ella inhalo profundamente mientras se dejaba caer en su cama, recordando el día que se entero acerca de su fobia a los sujeta cables.
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Nezuko corto rápidamente los sujeta cables mientras los encondía en sus manos. Su jefe tenía las manos sobre sus ojos, sudaba y temblaba, sus pies no dejaban de moverse y estaba completamente pálido.
-"¡Las quite todas! ¿Se encuentra bien, Director ejecutivo?"
El quito sus manos de sus ojos, pero no dejaban de temblar. Sus labios también temblaban y su voz estaba entrecortada. –"Señorita Kamado".
-"¿Sí?"
-"Un día me contaste que lo que le temías más que el mundo son las arañas, ¿Verdad?"
-"Sí"- ella miro con preocupación a su jefe. El parecía estar a punto de desmayarse.
-"Los sujeta cables son así para mí. Así que, desde ahora, por favor, no los utilices".
Ella vio como su cuerpo no dejaba de temblar. Aquel hombre que parecía no tener ningún defecto ahora temblaba como un niño pequeño. –"¡Por supuesto!"- exclamo mientras apretaba los sujeta cables, sintiendo como se enterraban en su piel.
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Mi jefe, quien aparentaba no tener ninguna debilidad. Ese día me demostró que él era una persona normal, como yo.
Nezuko abrazo con fuerza a Haz-trabajado-duro mientras miraba el sujeta cables en sus dedos. Dejo salir un gran suspiro mientras se levantaba para enjugarse los pies y doblar su ropa sucia. Se cambio con una pijama holgada y se metió a su regadera para lavarse sus piernas y pies.
-¡Ah, eso duele!
Exclamo mientras sentía como el agua irritaba su tobillo derecho. Ella bajo la vista para ver una gran marca de color rojo. Abrió la boca sorprendida al ver la fuerza con la que su compañero había amarrado el listón que unió sus piernas.
-¿Qué tan fuerte lo amarramos?
Al igual que con el sujeta cables, su mente recordó la gran cicatriz que el Vicepresidente tenía en su tobillo. Mordió su labio mientras miraba su proprio tobillo.
¿Qué era esa cicatriz alrededor de sus tobillos? ¿Qué le sucedió al Vicepresidente en ese entonces?
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Sanemi miraba por la puerta de vidrio que estaba en su oficina. El jardín de su mansión estaba perfectamente iluminado y el cielo nocturno tenía muchas estrellas para no parecer completamente negro.
Saco su teléfono cuando escucho como vibraba con un mensaje. La única persona que podía molestarlo a estar horas de la noche sin provocar su ira era su secretaria.
-¿Tu tobillo está bien?
Pensé que sería de gran ayuda para su recuperación si no te estresabas, así que cancele tus citas que sean fuera de la oficina de esta semana. También le pedí a la señora Shin que te preparé una bolsa con hielos en la mañana. Asegúrate de descansar.
Sanemi sonrió mientras miraba su largo mensaje. -Que molesta. Debería ponerte más límites.
Guardo su teléfono y con una sonrisa se encamino hacia su dormitorio. Repentinamente el sueño había llegado a su cuerpo.
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Aoi ingreso rápidamente a la pequeña cocina de la oficina, Nezuko-san estaba tranquilamente preparando el té y las galletas que usualmente el Vicepresidente comía cuando llegaba en la oficina, ella se acercó completamente apenada hasta la pelinegra.
-Nezuko-san, ¡Lamento llegar tarde!
Nezuko sonrió mientras negaba con la cabeza. -Está bien. Solo asegúrate de llegar temprano mañana.
Aoi asintió con la cabeza. -De acuerdo. Por cierto, ¿Se encuentra bien el tobillo del Vicepresidente?
-No es muy serio, pero creo que será mejor para el que descanse, así que cancele sus planes de hoy. Asegúrate de reagendar todo más tarde.
-Está bien- ella rápidamente tomo la bandeja con el té. -Hare esto, no te preocupes.
Kikyo caminaba de un lado a otro, Sumi la imitaba mientras Shinobu tenía dos dedos sobre el puente de su nariz, a su lado Naho miraba preocupada la computadora de Shinobu, donde los documentos de lo que sería un gran fracaso en su empresa se burlaban de ella.
-¿Qué debemos hacer?- pregunto Naho.
-Creo que debemos decirle de inmediato- respondió Sumi.
-¡Enserio! ¡Están por todos lados, es lógico que él lo sabe! - grito Shinobu.
-Oigan, esta es una situación de emergencia- intervino Kikyo, tratando de controlar a su equipo.
Tanto Nezuko como Aoi se acercaron a las mujeres que lucían preocupadas, Aoi aun cargaba la bandeja con las cosas así que la dejo sobre uno de los escritorios para no tener que estar cargando todo el tiempo.
-¿Cuál es el problema?- pregunto Nezuko.
-La cosa es, el grupo UK del centro de arte adelanto su apertura para principios de agosto- respondió Kikyo, completamente angustiada.
La sonrisa de Nezuko se borró y miro fijamente a la gerente general. -¿Qué?
-¿Cuál es el problema?- pregunto Aoi con una sonrisa.
-Nuestro centro de arte hace su lanzamiento el 20 de agosto, todo se ira en picada si no hacemos nada. Esos malditos lo tomaron en consideración y reprogramaron su evento para que ocurriera antes de eso- intervino Shinobu mientras se dejaba caer en su escritorio.
-Tenemos que lanzar primero nuestro centro de arte, para que todo el enfoque se pueda centrar sobre nosotros- termino Naho.
Sumi fue la siguiente en hablar. -Y el Vicepresidente ya estaba preocupado porque el lanzamiento sería más o menos el mismo tiempo.
Nezuko asintió. -Debemos hacer un plan de acción antes de que el Vicepresidente llegue…
-Solo hay un plan de acción que podemos tomar.
Todos giraron para ver la entrada de la oficina cuando la grave voz del Vicepresidente interrumpió a la secretaria Nezuko. Shinazugawa-sama caminaba hacia ellos con paso firme, sus manos estaban en los bolsillos de su pantalón. Apenas terminaron de reconocerlo, todas se enderezaron para realizar una reverencia y saludar a su jefe.
Sanemi miro fijamente a su secretaria. -También adelantaremos la apertura a julio.
Todas sus empleadas, menos Nezuko, lo miraron sorprendidos. Kikyo sacudió la cabeza incrédula. -Julio es… El próximo mes. No quedan muchos días.
Su secretaria asintió con la cabeza. -Sí, lo entendemos. Nos prepararemos para eso.
Ahora todas ellas miraron incrédulas a la pelinegra, Sanemi sonrió y asintió con la cabeza, sabía que su secretaria sería la primera en decir si ante el reto, no era su mano derecha por nada.
Diez minutos después de su improvisada junta Naho corría de un lado a otro entregando documentos, se acercó a Kikyo quien estaba inundada en papeles para entregarle lo que acababa de imprimir. -Aquí. Esta es la información del centro de arte que recibimos del departamento de planificación.
-También estoy buscando el material de referencia sobre la construcción del centro de arte- grito Sumi mientras terminaba de imprimir los documentos.
-Asegúrate de prepararlo rápidamente para que pueda verlo mientras él está ahí- exclamó Kikyo leyendo los documentos de Naho.
Mientras tanto Shinobu hablaba por teléfono con algunos de los proveedores que necesitaban. -Ah, ¿Es el jefe del centro? Si, esta es la secretaria del Vicepresidente. El Vicepresidente se dirige al centro de arte ahora. Dijo que acelerara la apertura a julio.
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Mientras tanto Sanemi junto con Nezuko se encaminaba hacia el centro de arte, ambos caminaban firmemente mientras cruzaban el jardín del edificio acompañados por todos los empleados que los habían recibido. Comenzaron a examinar el edificio completo notando cada pequeño detalle y cuando estaban llegando al área conjunta a la biblioteca, Sanemi se giró para ver al nervioso encargado del centro de arte.
-¿No habrá problema para abrir el centro de arte el próximo mes?- pregunto seriamente mientras sentía que Nezuko se colocaba a su lado.
-Desafortunadamente, la principal atracción de la exposición al aire libre, el trabajo de malla de alambre 3D, aun no se ha completado. No tendremos suficiente tiempo para complementarla e instalarla- respondió nervioso el hombre de mediana edad. Sanemi frunció el ceño y antes de que pudiera hablar, su secretaria intervino.
-Si es difícil hacerlo fuera del sitio. Es posible para ellos mover las piezas incompletas aquí y así poder trabajar en el sitio donde será expuesta al público.
Sanemi giro para ver a su secretaria con una sonrisa, ella ya incluso tomaba decisiones por él, había progresado tanto en 9 años. El hombre sonrió y las arrugas de su rostro se marcaron un poco más, parecía estar más relajado frente a la presencia dulce de su secretaria. -Entiendo.
Se encaminaron hasta el gran teatro que tenía el centro de arte. El miraba fijamente las luces y lo bien diseñado que estaba el espacio que aprovechaba cada rincón. -No existe ningún problema con la apertura del teatro el próximo mes, ¿Cierto?
El jefe jugo un poco con los botones de su saco. -La cosa es que desafortunadamente…
Después se encontraban mirando la librería, Sanemi miraba como los libros se encontraban acomodados por estantes de colores que representaban diferentes géneros. Él se giró para ver a su empleado y realizar una pregunta común ese día. -Tratándose de la librería, ¿Habrá algún problema con la apertura del próximo mes?
El hombre trago saliva. -La cosa es que…
-¿Podría ser posible, que usted va a seguir con, "desafortunadamente"?- pregunto irritado.
Su empelado tembló ligeramente. -Me disculpo. Tratándose de las películas, documentales y el video del archivo del sistema administrativo no está disponible. No se ha resulto los asuntos de los derechos de autor de todos ellos.
Nezuko sonrió mientras asentía. -En tanto ustedes no los exhiban en la pantalla, no sería un problema. Pueden empezar a mostrar los videos que cuenten con los derechos de autor en orden, como eventos.
El jefe asintió mientras Sanemi. -Se que ustedes deben estar impactados por el cambio repentino de horarios. Pero asegúrense de continuar con su trabajo sin errores.
-Sí, Vicepresidente.
El peliblanco se giró para mirar su secretaria. -Entonces revisemos la biblioteca un poco más.
-Sí.
Ambos dejaron atrás a los empelados mientras se perdían en la biblioteca sin ningún rumbo, visualizando cada librero para verificar que todo estuviera en su lugar.
Hola, ¿Cómo están? Con todo mi corazón espero que muy bien.
Me siento muy orgullosa de mis misma por terminar el nuevo capitulo en una semana. ¡Espero les haya gustado!, si es así me encantaría que me de dejaran un comentario lleno de amor y kudos.
La verdad anhelo con todo mi ser que volvamos a las actualizaciones semanales, pero depende de mi progreso, pero voy mucho mejor así que hay grandes posibilidades.
Ya probamos un poco sobre la tensión que existe entre Sanemi y Genya, se que es raro ya que en el manga su amor es tan dulce, pero juro que aquí también se aman pero de una manera complicada. No me odien, pero necesito que estos dos estén enojados con el otro por un tiempo mas (Spoiler: mucho tiempo).
Pero basta de texto, espero que hayan disfrutado el capitulo, sigan las medidas de seguridad de sus paises y cuídense mucho. Esperemos vernos la próxima semana.
Con amor, la interna Fer.
