El anime/manga Kimetsu no Yaiba le pertenece a Goutage y al estudio Ufotable. El k-drama "What's wrong with Secretary Kim?" le pertenece a la cadena de televisión TvN.

¡Dios! ¿En verdad ya es el ultimo capitulo del año? Oh si.

¡El capitulo 15!

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La señora Shinazugawa esta decidida a que su familia tenga una cena normal después de tantos años de estar separados, y para conseguir que su hijo venga esta dispuesta a hacer todo lo necesario. Llama a la secretaria Nezuko y juntas deciden persuadir de que el Vicepresidente vaya a casa para cenar.

Pero la cena no sale bien, lo que orilla a que Sanemi termine en el departamento de Nezuko.

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What's Wrong with Secretary Nezuko? 15

Sanemi leía atentamente el documento en su Tablet, estaba sentado en el sofá azul de dos plazas con el cuerpo completamente recto. Escucho como los tacones de su secretaria se adentraban en su oficina y alzo su mirada para ver su sonrisa.

-Estos son los planes que el departamento de planificación mando en relación con el evento de presentación de la biblioteca.

Ella le extendió los papeles y él los tomo, comenzó a leer, y mientras más avanzaba menos le gustaba lo que leía. -No hay nada innovador o emotivo en esto- respondió mientras fruncia el ceño -¿Qué hay de ese concierto de libros que mencionaste antes?- pregunto mientras alzaba la vista para verla.

-Estoy en proceso de resolverlo. Lo siento- él suspiro y ella se dio cuenta de que su corbata estaba desacomodada. Sonriendo ella se agacho. -Vicepresidente, voy a colocar bien tu corbata.

Nezuko se terminó de agachar y con delicadeza comenzó a colocar de manera correcta la corbata, Sanemi alzo su mirada solo para encontrarse con los ojos rosas de Nezuko, sus mejillas que estaban ligeramente sonrojadas y una sonrisa que crecía en cuanto sus ojos se encontraron.

Su corazón comenzó a latir rápidamente y se perdió en el rosa de esos iris. Cuando ella acerco otro poco su rostro se puso más nervioso y rápidamente detuvo sus manos. -O…Otra vez. Y…Yo lo hare hoy.

Nezuko se alejó, pero nunca dejo de sonreírle. -Está bien.

Sanemi rápidamente acomodo su corbata mientras miraba a su secretaria, rápidamente bajo su mirada para volver a concentrarse en los papeles no en ella y su tonta sonrisa. Pero no podía hacerlo con ella mirándolo fijamente. El silencio que reinaba entre ellos fue interrumpido por el sonido de su celular, ella lo miro por el rabillo del ojo y su sonrisa creció un poco.

-Vicepresidente, voy a tomar esta llamada.

El asintió queriendo estar lejos de esos ojos rosas, cuando la escucho salir dejo salir un suspiro mientras dejaba los papales sobre sus piernas. Su corazón latió aún más rápido al punto en que su pecho dolió y el no pudo evitar soltar un pequeño alarido de dolor.

-Repentinamente, mi corazón…- aunque fuera un poco doloroso la sensación que loa acompañaba era increíble, como nada que hubiera sentido antes. Comenzó a masajear su pecho mientras suspiraba. -Tengo que encontrarme pronto con mi médico. No creo que mi corazón este bien.

Su corazón latió aún más rápido mientras pensaba en pedirle ayuda a Nezuko, él dejo caer la cabeza sobre el respaldo del sillón e inhalo profundamente.

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-Secretaria Nezuko, no te pedí que salieras en un momento en que estabas ocupada, ¿Verdad? - pregunto la señora Shinazugawa mientras sonreía.

Nezuko negó con la cabeza mientras tomaba un trago de su café. Ambas estaban en una lujosa cafetería, la madre del Vicepreisdente quería decirle algo y la había citado en ese lugar. -No tiene nada de qué preocuparse, ¿Hay algo que pueda hacer por usted?

La señora Shinazugawa sonrió y tomo una de las múltiples bolsas de compra que cargaba con ella. Se le entrego mientras ella lo miraba sorprendida. -Vine a darte esto. Ten. Es tuyo.

Ella negó con la cabeza mientras veía la cara bolsa dentro de la bolsa de compras. -¡No, señora! No tiene que ir tan lejos como para cuidar de mí. Está bien…

-Acéptala. La compre mientras compraba la mía, ¿O prefieres que vayamos por ropa o joyería? - Nezuko negó con la cabeza rápidamente. Ella tomo la bolsa y sonrió mientras la colocaba aun lado suyo. -Pero… ¿Sanemi-chan está muy ocupado hoy?

-Por el lanzamiento del centro de arte fue adelantada, estará ocupado en todas estas semanas.

-Entonces, su condición no debe ser muy buena, si le pido que venga a cenar hoy- la señora Shinazugawa realizo un puchero mientras cruzaba los brazos. -¿Crees que me responda de manera irritada?

Nezuko negó con la cabeza. -No, no creo que llegue tan lejos. Especialmente porque no tiene otros planes para esta noche- ella le guiño un ojo cómplice a la madre de Sanemi quien sonrió.

-¿De verdad?- la señora Shinazugawa-sama sonrió ampliamente antes de pararse rápidamente.

-¿Va ir a su casa? ¿Quiere que prepare un auto para usted?

-No. Por lo que dijiste, creo que puedo ir a ver personalmente a Sanemi-chan. ¡Secretaria Nezuko, muchísimas gracias!

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Sanemi leía atentamente mientras corregía los documentos en su tableta. Estaba tan concentrado que no podía prestarle la atención que quería a su amada madre, quien tenía una sonrisa mientras lo veía trabajar, sus compras del día estaban a un costado suyo.

Tenía ganas de decirle a su madre que no tenía mucho tiempo, pero el hecho de que ella estuviera en su oficina le alegraba. Sobre todo, al ver que su dinero ganado era bien invertido.

-Sanemi-chan… Por la noche, que tal si reunimos a toda la familia y aunque sea tengamos una comida…

Ahora frunció el ceño, alzo la mirada e inhalo profundamente. -No puedo.

Su madre realizo un puchero. -¿Por qué? La secretaria Nezuko dijo que no tenías nada planeado por la noche.

-¿La llamaste de nuevo?

-No, solamente la llame para darle un regalo. Ella trabaja mucho, deberías ser más considerado. Y como la secretaria Nezuko, yo también quero recibir un regalo- Sanemi alzo una ceja y su mama frunció el ceño solamente para sonreír de nuevo. Pasará lo que pasará el no caería en las manipulaciones de su madre. -Sanemi-chan, ¿No le puedes dar un regalo a tu Oka-san? Quiero que vengas y que nos reunamos como familia…

-No puedo.

-Tu Oka-san, aunque no lo notes por mi aspecto, se ha vuelto vieja. Solo tengo dos hijos. Uno de ellos vive en el extranjero, no sé si lo voy a ver cada dos o tres años. Me pregunto cuántas veces voy a poder verlos a todos juntos antes de morir- al ver que su hijo no respondía, ella resoplo. -Cenemos juntos, ¿Sí?

Sanemi suspiro y negó con la cabeza. -Lo siento Oka-san, pero esta vez no puedo aceptar.

La señora Shinazugawa miro a su hijo quien inmediatamente volvió a su trabajo, ella inhalo profundamente y tomo sus cosas para salir, y dejar solo a su hijo. En cuanto salió le regalo una pequeña sonrisa a la secretaria de su hijo, pero por la forma en como la miraba ella sabía que no había tenido éxito.

-¿No le fue bien?- pregunto mientras realizaba un pequeño puchero con sus labios.

-No. Para ser honesta, no es una cena a la que Sanemi-chan quisiera ir. El no hace caso, ni siquiera cuando intento persuadirlo- Nezuko negó con la cabeza y ella pudo sentirse mejor. - Es duro como una roca. No hay soluci…- miro fijamente a la hermosa pelinegra y sonrió internamente.

Si existía una solución y Nezuko era el principal factor para conseguir lo que deseaba. Su hijo era increíblemente débil ante Nezuko.

Miro sus zapatos y realizo un puchero. -Mis tacones tienen polvo.

La pelinegra le sonrió. -¿Le doy algo para limpiarlos?

Nezuko se agacho para buscar en la parte de debajo de su escritorio un pequeño pañuelo que siempre guardaba para limpiar sus zapatos. Sonriendo ella se levantó para entregar el pañuelo. -Tenga…- se quedó callada cuando no vio a la señora Shinazugawa pero su bolso rojo estaba perfectamente acomodado en su escritorio. -¿A dónde se fue dejando su bolso aquí?- se preguntó mientras miraba a cada lado de su escritorio.

Tomo el caro bolso color rojo y antes de que pudiera hacer algo su teléfono sonó. Era la mama del Vicepresidente. -Si, señora, dejo su bolsa…- su sonrisa se borró cuando le contestaron del otro lado de la línea. -¿Perdón?

-Quiero que le digas a Sanemi-chan que me traiga mi bolso a casa, específicamente esta noche.

Ella sonrió y asintió como si la fuera a ver. -Ah, sí, lo entiendo. Hasta pronto.

Nezuko rio mientras se encaminaba hacia la oficina de su jefe. Minutos después Shinazugawa-sama caminaba de un lado a otro mientras miraba con irritación la bolsa de su madre que reposaba sobre su escritorio. Negó con la cabeza y se detuvo abruptamente mientras cruzaba los brazos. Las costuras de su camisa se estiraron en un intento de mantener sus músculos dentro de la tela.

-Enviare esto a casa con Tomioka.

Ella negó con la cabeza. -No puedes. Tu madre dijo que tienes que ser tu quien se la lleve esta noche.

Sanemi tenso aún más sus músculos. -¿Dónde está tu lealtad, secretaria Nezuko?- siseó entre dientes -¿Es más importante mi madre que yo?

-No. Tú eres el más importante.

Sanemi no intento ni sonreír ni permitir que el ego se le subiera a la cabeza. Descruzo sus brazos y metió sus manos en los bolsillos de su pantalón.

-Por eso te digo que debes ir a tu casa esta noche. Tu corazón está preocupado por tu mama y sé que te sientes mal de haberle dicho que no, así que por eso no estás bien- ella se acercó hasta él y comenzó a arreglar su corbata que nuevamente estaba chueca, él no dijo nada ni hizo un moviente por alejarse. -No sé porque estas siendo tan difícil en esta situación, pero no hagas nada que incomode tu corazón- aliso las arrugas de los hombros de su camisa y le sonrió. -Entonces me voy.

Sanemi suspiro mientras se dejaba caer en su silla, la cual chillo ante su repentino peso. Inhalo profundamente y tomo el bolso de su madre, se supone que no haría eso, pero Nezuko se enojaría con él si no terminaba cumpliendo la petición de su mamá.

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La señora Shinazugawa no pudo evitar sonreír ante la vista de sus dos hijos comiendo uno al lado del otro, por un momento sintió ganas de llorar al verlos nuevamente sentados como una familia, su mente recordó cuando sus dos bebés eran pequeños y aun dependía de ella, pero sus dos hijos ahora eran unos adultos hechos y derechos.

Cuando sus ojos se encontraron con los de Genya ambos sonrieron aún más. El tomo carne de con sus palillos y la deposito sobre su palto. -Coma de esto también.

-Estoy bien, hijo.

El negó con la cabeza. -No va a decir el viejo cliché: "Estoy satisfecho con solo verlos comer", ¿Verdad?

El presidente negó con la cabeza mientras pasaba el bocado dentro de su boca. -No, no. Como su madre ha estado cuidando su cuerpo estos días, generalmente no como mucho en la cena.

-Es correcto. No hay otra manera de mantener este cuerpo sin ningún esfuerzo.

Todos rieron menos Sanemi lo que fue inmediatamente captado por ella. Su hijo menor estaba tenso y parecía irritado, así como triste. -Sanemi-chan- sus ojos púrpuras la miraron y ella sonrió -deberíamos haber invitado a Nezuko-chan, ¿Verdad?

Él se tensó aún más y frunció el ceño cuando Genya intervino. -¿Nezuko-chan?

-La secretaria de Sanemi-chan. Ella es la única persona en quien él confía y depende. Desde que la secretaria Nezuko está al lado de Sanemi-chan, estoy muy agradecida y tranquila.

Genya sonrió y asintió con la cabeza. -Hasta su nombre es bonito. Nezuko.

Sanemi tenía muchas ganas de desviar el tema de su secretaria, pero su madre parecía que había encontrado el pretexto perfecto para seguir presumiendo a Nezuko. -Ella es extremadamente bonita. Antes de que te vayas del país, llamemos a Nezuko-chan y comamos juntos…

-Es cierto, ¿Recibieron el informe para adelantar la inauguración del centro de arte? - Sanemi interrumpió por primera vez a su madre, él no quería que ella le presentara a Genya a su secretaria. Su madre lo miro sorprendida pero su padre asintió.

-Sí, escuche que los malditos de UK tomaron la decisión de adelantar el suyo. Bien jugado hijo, ¡Te pareces a mi cuando se trata de competitividad!

Genya borro su sonrisa y comenzó a comer nuevamente, mientras sus papas de nuevo le colocaban toda su atención a su hermano. Sanemi miro a su hermano mayor quien parecía mirar entre sus dos padres sin llegar a comprender del todo.

-Pero si adelantan el proceso de repente, ¿No tienes demasiado de lo que preocuparte? Tu madre está preocupada por tu salud.

-El cuida bien de sí mismo. Tu salud es el todo de nuestra compañía.

-Si, no se preocupen- Sanemi volvió a comer mientras se sentía menos tenso. Mientras ninguno de ellos volviera a mencionar a Nezuko todo estaba bien.

-Come un poco de esto también- su madre coloco carne en su plato y le sonrió ampliamente. -¿Por qué solo comes arroz?

Su padre asintió mientras lo veía comer un gran pedazo de carne. -Come estas costillas. Están deliciosos.

Genya apretó los puños debajo de la mesa mientras miraba a sus padres desvivirse por Sanemi, era como si de repente él hubiera dejado de existir para ellos y lo único importante fue su hermano. Como siempre.

-¡Dios! Ya estás diciendo cosas que dice una madre.

Los tres rieron mientras el presidente negaba con la cabeza, Genya se sentía tan fuera de lugar que por un momento considero levantarse de la mesa, si él se iba seguramente ninguno se daría cuenta, pero su orgullo era mucho más fuerte y se quedó a comer en silencio mientras escuchaba la plática de sus papas y Sanemi.

Después de la cena él fue a la oficina de su padre, donde en ese momento su hermanito estaba terminado de checar unas cosas antes irse a su casa, se sentó en el sillón aun lado de la silla de su hermano y bebió un trago de su café, dejando la otra taza frente al peliblanco.

-Toma tu café- ordeno mientras se recargaba en el sillón. Su hermano nunca dejo de mirar la Tablet, pero eso tampoco le sorprendió.

-Después. Estoy trabajando- respondió automáticamente.

Genya suspiro. -Bueno, siento mucha curiosidad por esa secretaria Nezuko Kamado- Sanemi tenso su cuerpo, pero no dejo de leer, no debía mirar a su hermano si quería que esto estuviera tranquilo. -Se estuvo adaptando a tu personalidad durante los últimos nueve años. ¿Qué tipo de chica es para lograrlo? - Sanemi inhalo profundamente, pero sus dedos agarraran con más fuerza la tableta. Genya sonrió de lado y dio otro trago a su taza. -Si mantienes tu boca cerrada y no dices nada es que no me la vas a presentar- solo hasta ese momento el dejo el aparato y enfrento su mirada -¿Por qué? Si me encuentro con ella… ¿Tienes miedo de que salga con ella y te la quite?

Sanemi apretó los puños mientras sentía que su sangre se calentaba. Tenía que cortar esto antes de que perdiera el control. -Vete- ordeno con los dientes apretados.

-De verdad no te entiendo. Si trato de extender mi mano primero, ¿No deberías estar gradecido?

-¿Por qué debería estar agradecido?

-Como siempre, eres egoísta. ¿Estas preguntando porque no lo sabes? Dije que te perdonare. ¡Estoy diciendo que dejare que el pasado sea el pasado, e interactuare contigo como si nada hubiera pasado!

Con cada palabra que salía de los labios de su hermano, Sanemi sentía que se llenaba más de furia, una furia que amenazaba con hacerlo explotar, una furia que se combinaba con la tristeza. Nego con la cabeza mientras luchaba con las ganas de dejar escapar una lagrima al mismo tiempo que estrellaba su puño sobre su hermano. Genya parecía estar igual que ya que sus ojos estaban rojos y sus puños estaban apretados. -Para alguien que dice que está dispuesto a perdonar, ¿No lo has prolongado demasiado tiempo? Sobre algo que paso hace veinte años. Algo que ni yo puedo recordar.

Genya se tragó el nudo de su garganta mientras trataba de controlar las lágrimas que amenazaban con salir. -Shinazugawa Sanemi. ¿Por qué me odias tanto?

Sanemi negó con la cabeza. -No te odio. Solamente siento desprecio hacia a ti.

Él se paró rápidamente para irse de ahí, la mirada de su hermano era dolida y no le importó, no era nadie para juzgarlo. Cuando estaba dispuesto a salir la mano de su hermano tomo su hombro, deteniéndolo abruptamente. Él se giró para verlo y se tensó al sentir la dureza con la que los dedos de Genya apretaban su hombro. Ambos eran igual de musculosos y altos, ninguno de ellos le temía al otro.

-¡No hables sin saber! Si no hubiera sido por lo que hiciste en aquel entonces, la posición en la que estas, hubiera sido mía.

Sanemi quito bruscamente la mano de su hermano mientras negaba con la cabeza. -¿Realmente piensas así?

-¿Qué?

-Genya, eres débil e incompetente. Eres el tipo de persona que, por protegerse a sí mismo, lastima a otros. Aunque nunca hubiera ocurrido ese accidente, nunca hubieras llegado a esta posición.

Paso de largo de su hermano, quien lo miraba con tanta ira que sabía que estaba a punto de explotar. Estaba a punto de salir de la oficina de su padre cuando sintió que su hermano lo agarraba del hombro nuevamente, la diferencia que cuando él se giró recibió de lleno un puñetazo en la mandíbula que lo mando al suelo.

-¡Idiota!

El sintió como la sangre invadía sus pupilas gustativas, así que subió su mano para notar que tenía una cortada en su labio inferior. Enojado se paró inmediatamente, tomo a su hermano por el hombro y le propino un puñetazo en su mentón, no lo suficientemente fuerte como para cortarlo, pero si para hacer que el casi perdiera el equilibrio.

Cuando estaba a punto de darle otro golpe, sus papas entraron rápidamente a la habitación. -¡¿Qué están haciendo?! ¡¿No pueden detenerse?!- su padre grito mientras intentaba jalarlo del hombro.

Sanemi miro con ojos rojos a su hermano quien también estaba punto de defender, su mano tembló y por un momento las lágrimas se volvieron casi incontrolables, Genya parecía estar a punto de caer al piso con los ojos rojos de contener el llanto.

-Paren, por favor, solo paren- suplico su madre entre lágrimas, intentando alejar a su esposo. -Paren, por favor. Ya basta, paren.

Sanemi miro a su madre, quien era abrazada pro su padre mientras las lágrimas corrían por su rostro. Su mano tembló aún más solo para terminar cayendo, empujo a su hermano con su hombro y salió rápidamente del despacho para dirigirse hacia la puerta.

Genya también se fue de la oficina, pero tomo la dirección contraria que Sanemi, se adentró a su habitación y azoto la puerta con todas sus fuerzas. Se dejo caer sobre su cama mientras miraba al espejo el gran golpe que luciría por unos dos días en su mejilla. Paso la mano derecha por sus cabellos y por un momento estuvo tentado a golpear el espejo.

Su teléfono sonó y estuvo tentado a ignorar la llamada, pero al final termino contestando no queriendo perderse algo de su próximo lanzamiento solo por estar enojado. -¿Hola?

-Escritor, le han enviado la publicidad del plan promocional por correo electrónico. Ya que es urgente, necesito que lo confirme ahora mismo.

-Si, entiendo.

Sin ganas se levantó de su cama y camino hasta el escritorio dentro de su habitación. Prendió su computadora y se metió a su correo, rápidamente se llevó una sorpresa al leer el nombre del correo.

"Esta es la propuesta del proyecto. Soy la secretaria del Vicepresidente del grupo Unqui Group, Kamado Nezuko".

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Sanemi conducía a máxima velocidad por las casi desérticas calles de Tokio. Sin pensarlo mucho rápidamente se metió al carril de máxima velocidad por el camino que sabía era el más corto para llegar a su casa. Cuando estuvo fuera de su edificio, se estación con toda la tranquilidad que podía sentir en ese momento. Apago el automóvil y salió del mismo mientras cerraba con fuerza la puerta.

Camino hasta que pudo ver su ventana, las cortinas estaban cerradas, pero aun así se podía preciar la luz que indicaba que el departamento no estaba vacío. El suspiro y negó con la cabeza. ¿Qué demonios estoy haciendo?

Decidido a que ella no supiera que estaba aquí, dio media vuelta para encaminarse hacia su carro, pero cuando alzo la vista se encontró con Nezuko caminando hacia su departamento, estaba vestida con un short corto que le llegaba cinco dedos arriba de las rodillas, una playera extremadamente grande y una chaqueta del mismo tamaño. Las tres prendas eran blancas al igual que sus zapatillas, su cabello estaba suelto y no estaba maquillada.

Y aun así lucia hermosa.

Caminaba mientras sostenía una bolsa del supermercado y con su otra mano sostenía su teléfono el cual estaba mirando fijamente, sus labios cantaban alguna canción que seguramente escuchaba con sus audífonos y su cuerpo se movía ligeramente, bailando improvisadamente.

La miro acercarse y sonrió mientras veía como ella sonreía mientras cantaba y movía su cuerpo. Las luces de la calle parecían que solo estaban para que el admirara cada pequeño detalle de ella. Pero su sonrisa se borró cuando ella paso de largo, sin siquiera darse cuenta de su presencia.

Sanemi tomo su hombro y ella dejo escapar un grito mientras tiraba la bolsa con sus compras, giro su cuerpo mientras retrocedía asustada. Él pudo ver el momento en que ella lo reconoció, sus ojos rosas eran tan expresivos.

-¡Vicepresidente!- exclamo ella mientras sus mejillas se teñían de rojo.

-¿Qué clase de pensamientos tenías que no veías a alguien justo frente a ti?- pregunto molesto por lo distraída que era su secretaria.

Nezuko se quitó rápidamente los audífonos mientras miraba con horror la bolsa en el piso. -¿Por qué estás aquí, Vicepresidente?- pregunto ella mientras recogía la bolsa. Reviso la misma viendo un desastre de huevo, cascaras y cartón. -Ah, todos los huevos se rompieron excepto uno. ¿Por qué viniste sin llamar...?

Se callo abruptamente cuando vio su rostro, sus ojos estaban molestos y tristes, su rostro tenía una mueca que denotaba que no quería hablar pero que le decía lo mismo que sus ojos. El suspiro y ella se fijó en la cortada que adornaba su labio inferior.

-Vicepresidente, ¿Por qué tu cara esta así? - lo cuestiono mientras acunaba su mejillas y tocaba su herida.

Sanemi realizo una mueca y termino quitando la mano de su secretaria de su cara. -No necesitas saber.

-¿Por qué viniste aquí desde la casa de tus padres? ¿Paso algo en el camino?

-Solo debes saber que vengo de ahí. No hagas más preguntas.

-Está bien- ella sintió con la cabeza y miro esa fea cortada que no iba en su rostro. -Pero, primero vamos a desinfectar esa herida, sino va a dejar una cicatriz.

Sin dudarlo tomo la muñeca del Vicepresidente y lo guio hasta su departamento, Sanemi se dejó arrastrar por ella mientras miraba sorprendido entre ella y su departamento, esta sería la primera vez que entraría a su casa, cuando ambos subieron las escaleras ella lo soltó y abrió la puerta. Nezuko ingreso con una sonrisa a su departamento solo para ver con horror como estaba completamente desordenado. Su ropa estaba tirada y tenía ropa sucia con limpia mientras su ropa interior estaba en sus sabanas.

Cuando escucho como el peliblanco estaba por pasar ella giro rápidamente para empujarlo del pecho y sacarlo nuevamente a la calle. -Espera. Treinta segundos…- miro de nuevo su departamento y negó con la cabeza -mejor un minuto- y sin más cerró la puerta.

Sanemi tosió mientras sobaba su pecho al sentir lo increíblemente fuerte que era ella. Miro a su alrededor solo para encontrarse la oscura noche y el maldito perro que llevaba ladrando desde que había llegado.

Nezuko rápidamente guardo la ropa limpia y coloco en la canasta su ropa sucia. Acomodó su mesa y tendió las abanas para que su cama no pareciera un nido de pájaro, acomodo a Haz-trabajado-duro sobre sus almohadas y miro la ropa interior sobre la silla, al no tener tiempo se fue por la solución fácil. Las aventó detrás de Haz-trabajado-duro mientras lo volteaba para que nada se viera.

Sanemi miro su reloj contando los segundos. -Tres, tres. Tres, tres.

Repentinamente la puerta fue abierta con Nezuko sonriéndole e invitándolo a pasar con su brazo. -Adelante.

El obedeció y se adentró en el mediano apartamento solo para ver en casi perfectas condiciones. Escucho como la puerta era cerrada y miro como Nezuko se para a un lado suyo. -Mi departamento está en un poco desordenado, ¿Verdad?

-No…- el hablo más fuerte de lo que esperaba por lo que tosió -es muy viejo.

Ella rio mientras asentía. -Por favor entra- y nuevamente ella despareció para comenzar a buscar un botiquín.

Él se quitó los zapatos y se colocó las sandalias rosas que estaban en el frente de sus pies, teniendo que casi forzar su pie en las mismas. Sintiéndose ridículo pro estar utilizando unas sandalias rosas busco un lugar en donde sentarse. Nezuko regreso y le mostro su botiquín con una sonrisa. -Estoy bien.

-Yo no estoy bien. Hay muchos momentos en los que se toman fotos cuando haces una aparición oficial. Así que, si hay una imperfección en ese rostro, sabre que es mi responsabilidad, ¿Verdad? Por favor sígueme.

Nezuko nuevamente volvió a tomar su muñeca y los sentó en su silla giratoria, ella se sentó frente a él con las piernas cerradas, mientras el abría las suyas para que ella pudiera meter sus piernas en medio y pudieran estar más cerca. Ella preparo todo y cuando estaba dispuesta a comenzar se estiro no consiguiendo llegar a él, Sanemi también intento estirarse hacia ella, pero seguía siendo imposible que sus brazos alcanzaran su altura.

-Se que te es un poco incomodo, pero puedes acercarte una poco más…

Nuevamente la obedeció y termino de encerrar sus piernas entre las suyas, se agacho aún más y sus rostros quedaban lo suficientemente cerca como para que ella lo curara. Nezuko le sonrió y cuando estaba dispuesta a curarlo el retrocedió completamente nervioso.

Sus manos temblaban, su corazón latía rápidamente y su respiración quedo atascada en el fondo de su garganta. Limpio el sudor sus palmas de su mano y con decisión se acercó hasta ella, no podía dejarse llevar por las sensaciones que le provocaba la cercanía de su secretaria, por más que le gustaran. Nezuko se acercó hasta él y con delicadeza coloco el pequeño algodón con alcohol sobre sus labios.

El salto por el ardor y gimió de dolor, ella brinco ligeramente solo para sonreírle. Con la misma delicadeza que la caracterizaba ella comenzó a limpiar la herida, sus delicadas manos tocaban su cara y labios mientras trabajaba. La miro, observando lo concentrada que ella estaba, notando cada pequeño detalle de su rostro. Cuando termino de limpiar su herida ella se alejó para tomar un poco de pomada con un hisopo, se volvió a acercar a él, pero esta vez su nariz prácticamente rozaba la suya.

Nezuko subió su mirada y sus ojos se encontraron, el mundo a su alrededor dejo de existir. Se miraron por unos segundos antes de que ambos se alejaran rápidamente del otro, el incluso dejo libres sus piernas mientras se hacía para atrás.

-Por si las dudas, no pongas la tirita. ¿Crees que una tirita desechable es adecuada para una cara como la mía?

Ella rio mientras negaba con la cabeza. -No la pondré. Pero ¿Cómo te lastimaste realmente? No es una herida que acaba de aparecer. ¿Peleaste con alguien?

Sus grandes ojos rosas lo tentaron a decir la verdad, tuvo que morderse la lengua para que las palabras no salieron de su boca. Negó con la cabeza y frunció ligeramente el ceño, no deseaba que ella se involucra con malos recuerdos. -¿No te dije que no preguntaras más?

-Lo siento, simplemente quería saberlo…- Nezuko bajo la cabeza avergonzada, jugo con el cierre de su chamarra hasta que su cerebro le dio una grandiosa idea. -¿Quieres comer ramen antes de irte?- ella sonrió mientras lo miraba.

Sanemi alzo una ceja y miro sin comprender a la pelinegra. -¿Ramen?

Ella asintió con la cabeza. -Cuando uno no se siente bien, hervir y comer un ramen picante realmente mejora el estado de ánimo. Es lo mejor- Sanemi parpadeo confundido ante la efusividad de Nezuko por un plato de comida procesada. -Ese único huevo que no se rompió y se mantuvo vivo, lo pondré en tu plato.

Sanemi sonrió y asintió con la cabeza solo para ver como ella se levantaba rápidamente de la cama y se dirigía a la pequeña cocina con una sonrisa radiante. Nezuko coloco agua en una olla para después ponerla en el fuego y que hirviera, sonreía y tarareaba una canción mientras preparaba las demás cosas.

Mientras él concina Sanemi se paseaba por su departamento mirando cada cosa que tenía en el mismo. En este momento estaba en su escritorio mirando los libros que tenía en repisas de todos los tamaños. Un viejo libro de ingles le llamo la atención así que lo saco y comenzó a hojearlo hasta que encontró una pequeña nota de color azul.

"¡Tareas! Cosas para memorizar con mi vida en riesgo"

¡Este director ejecutivo es un completo idiota!

El rio ante la contestación de Nezuko a su nota, cerrando el libro lo volvió a dejar en su lugar solo para notar que el mismo libro que ella estaba leyendo en la librería estaba ahí, en su departamento.

-Hasta este libro infantil está aquí.

-¿Qué sabes tú, Vicepresidente? Tu ni siquiera conoces el amor.

Nezuko aparecía por la cocina, mirándolo con esos grandes ojos de ciervo. Él sonrió y decidió molestarla un poco. -Entonces, ¿Tu conoces el amor? Siempre estás sola.

No pareció afectarla, ya que aún mantenía una sonrisa. -He leído mucho sobre ello en libros.

El asintió con la cabeza. -Que maravilloso.

Eso si parecido afectarla ya que su sonrisa se borró y sus manos juguetearon un poco con las mangas de su chamarra. -¡El agua ya debe estar hirviendo!- exclamo mientras regresaba a la cocina.

Sanemi rio mientras dejaba el libro en su lugar, cuando alzo los ojos puedo ver a Haz-trabajado-duro acostado en el centro de la cama, el problema, estaba boca abajo. Negando con la cabeza él se acercó hasta la cama, agachando su cuerpo para girar al muñeco. -¿Por qué este chico esta boca abajo?

Como si de un sexto sentido se trata, Nezuko se asomó por la cocina mirando como las manos del Vicepresidente tomaban a su peluche. Ella rápidamente corrió hasta él. -¡No, tú no puedes hacer eso! ¡No puedes quitarlo!

Ella rápidamente lo empujo por el hombro, y como él se estaba girando para verlo ambos terminaron cayendo sobre su cama, la posición, la misma que aquella vez cuando ella le estaba aplicando hielo en su tobillo. Ella cayó sobre el mientras el caía sobre Haz-trabajado-duro.

Ambos se miraron y el corazón de Nezuko comenzó a latir rápidamente mientras se sonrojaba. Shinazugawa-sama no parecía estar molesto porque ella estuviera encima de él, de hecho, la situación le recordaba exactamente a aquella que vivió con él en su casa. Trago saliva e intento ponerse de pie.

Los musculosos brazos del Vicepresidente rodearon su cintura, sus manos descansaban sobre su espalda alta, con el movimiento termino estrellando su pecho contra el suyo y su cabeza quedo a un costado de la suya. Nezuko abrió la boca sorprendida sin ser capaz de poder decir algo, sus manos prácticamente estaban abrazando sus anchos hombros.

Sanemi suspiro provocando que ella se estremeciera entre sus brazos. -Por un momento. Quiero estar así un momento- susurro en su oído, ella se tensó entre sus brazos solo para relajarse nuevamente, él trago saliva y apretó el agarre en su cintura. -Quiero amar mucho a partir de ahora.

El corazón de Nezuko se detuvo mientras su respiración se agitaba. Sus manos perdieron toda la intención de intentar alejarse y su cerebro parecía estar de vacaciones.

-Quiero amarte.

Hola, ¿Cómo están? Con todo mi amor espero que muy bien.

¡Dios mío! No puedo creer que este sea el ultimo día del año, y que mejor para festejar este caótico 2020 que con el ultimo capitulo del año. ¡Espero les haya gustado!, si es así me encantaría que me de dejaran un comentario lleno de amor y kudos.

Las cosas comienzan a escalar rápidamente entre los hermanos Shinazugawa, pero de alguna manera estos enfrentamientos entre hermanos acercan a Nezuko con Sanemi, o tal vez no... Ya que si no emociono y termino dando spoilers jaja.

Sin mas me despido, Cuidense mucho, por favor, sigan las medidas de seguridad, se que es difícil especialmente con estas fechas pero es mejor aguantar un año, lo cual no es fácil, para poder verlos el próximo año. Yo con todo mi corazón les deseo un feliz año nuevo, desde mi casa les mando un gigante abrazo, espero que el próximo año este lleno de cosas buenas para ustedes, que logren sus metas y que tengan el amor que necesitan, gracias por terminar el año conmigo y esta increíble historia que amo escribir, gracias por permitirme entrar a sus celulares y de alguna manera a su vida, gracias por seguir esta historia, espero poder leernos el próximo año en circunstancias mejores. Amor y felicidad es lo que les deseo a cada uno de ustedes, son mis bebecitos que adoro leer cada comentario que dejan, que me llenan el corazón de felicidad con cada kudo, en verdad gracias. Solo me queda decirles ¡Feliz 2021! Besos y abrazos.

Con amor, la Vicepresidenta Fer.