El anime/manga Kimetsu no Yaiba le pertenece a Goutage y al estudio Ufotable. El k-drama "What's wrong with Secretary Kim?" le pertenece a la cadena de televisión TvN.

¡Dios! ¡El primer capitulo del año! ¡Bienvenido 2021!

¡El capitulo 16!

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Sanemi prueba por primera vez el ramen junto con Nezuko, pero lo que ninguno de los dos sabe es que el que un hombre y una mujer coman ramen a tan altas horas de la noche, tiene otro significado. Hasta que Hanako e Iguro se los aclaran. Asimismo Hanako tiene una profunda y larga platica con su hermana pequeña y lo que sea que esta sucediendo entre ella y el Vicepresidente.

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What's wrong with Secretary Nezuko? 16

-Quiero amarte.

Nezuko abrió los ojos sorprendida mientras su corazón latía a un ritmo tan rápido que por un momento sintió que se saldría de su pecho y terminaría fundiéndose con el corazón del Vicepresidente. Su sonrojo se extendió por todo su rostro y cuello, su respiración quedo atascada en el fondo de su garganta mientras su cuerpo se derretía.

Con las pocas fuerzas que le quedaban logro levantar su cabeza dejando sus manos a cada costado de la cabeza del peliblanco. Ella lo miro y Sanemi hizo lo mismo, su estómago se encogió cuando sus ojos se encontraron, sus grandes manos ahora estaban sobre su espalda media, sosteniéndola con una delicadeza que no creía posible en un hombre como él.

Estaba a punto de decir algo, lo que fuera, pero su cuerpo reacciono por sí mismo y redujo la distancia entre sus rostros, provocando que sus narices se tocaran. Ninguno de los dos parecía estar molesto por su cercanía ni hacia nada por moverse, o eso pensó, hasta que el Vicepresidente ladeo su rostro con las mejillas ligeramente rojas.

-Eso es lo que dice ese libro infantil. ¿Estás diciendo que ese es tu romance ideal?

Nezuko parpadeó y rápidamente se colocó de pie, sus manos inmediatamente jugaron con el cierre de su chaqueta mientras él se sentaba en su cama. No tenía la menor idea de cómo pronunciar ni una sola palabra o de tener una idea de cómo comenzar una conversación sin terminar cometiendo un error por lo nerviosa que estaba. -Ya te memorizaste el libro- felicito mientras miraba sus dedos jugar con su chamarra, esa era su mejor idea y no tenía la menor idea de si él volvería a actuar como si nada. -Tu memoria en realidad es fascinante, Vicepresidente.

El asintió con la cabeza y Nezuko mordió su labio, se miraron nerviosos solo para volver a girar sus rostros rojos, Sanemi se acomodó de mejor manera en la cama y ella miro la cocina. -¿Todavía está hirviendo el agua?- corrió rápidamente hacia la cocina verificando que todo estuviera bien.

Sanemi se quedó sentado en la cama mirando a la nada, y al darse cuenta de lo estúpido que parecía se levantó rápidamente, su cuerpo se sentía tembloroso y su corazón aún seguía acelerado. Cruzo los brazos sobre su pecho y se quedó mirando fijamente los otros libros que la pelinegra tenía sobre su computadora.

Nezuko dejo salir un largo suspiro, sus manos temblorosas apenas podían sostenerla sobre la cocina. Su corazón latía a un ritmo que definitivamente no era normal y sus mejillas eran completamente rojas. Su estómago estaba encogido mientras miles de mariposas lo atacaban sin piedad, miro por el rabillo del ojo para ver si el Vicepresidente estaba cerca solo para ver que detrás de ella no había nadie.

Dejo escapar un gemido mientras mordía sus labios, sus dedos trabajaron automáticamente y apagaron el agua que hervía furiosamente, no tenía la menor idea como podría prepararle un buen ramen sin que ella misma saliera perjudicada en el proceso.

Pero de alguna extraña manera lo logro.

De hecho, había sido el ramen más perfecto que había cocinado desde que supo preparar un simple huevo.

Llamo al Vicepresidente quien se sentó al mismo tiempo que ella dejaba su plato frente a su lugar, el huevo que ella le había prometido flotaba sobre la pasta, ella se sentó frente a él y coloco su propio plato. Sanemi miraba fijamente el plato del famoso ramen, miro nuevamente a su secretaria quien evadió su mirada mientras sus mejillas volvían a ser rojas.

Estuvieron así un minuto antes de que ella se atreviera a enfrentar su mirada, le sonrió y señalo el plato con comida. -Por favor, pruébalo.

El volvió a mirar el plato y ladeo la cabeza, pero no podía decirle que no a Nezuko, especialmente cuando lo miraba con sus grandes ojos y sus mejillas rojas. -Normalmente no como cosas que están llenas de químicos aditivos, pero como sé que le pusiste mucho esfuerzo, me lo voy a comer.

Nezuko sintió que su corazón dio un vuelco mientras su sonrojo se extendía por su pecho, ella sonrió ampliamente y miro como el separaba los palillos para dar su primer bocado. -Es un honor.

Ella miro fijamente como sus ojos purpuras miraban con intriga a los fideos que colgaban de sus palillos al plato, el asintió con la cabeza antes de comenzar a comer la pasta, tratando de ser lo más delicado posible y no machar su camisa. La sonrisa de Nezuko creció cuando vio que el Vicepresidente masticaba mientras sus ojos parpadeaban antes de mirarla fijamente.

-¿Cómo esta?- pregunto.

-No está mal- respondió Sanemi después de pasar el bocado de comida. Había sido mejor de lo que había esperado de una comida chatarra.

-¿En serio?- ella volvió a cuestionar más emocionada de que esperaba. Estaba contenta de que él no estuviera comiendo solo por obligación. Conocía sus gestos y podía decir que Sanemi en verdad estaba disfrutando de su comida.

-Sí, ahora tú también come- Sanemi ordeno mientras colocaba un pedazo de huevo en su plato. Nezuko le sonrió mientras le agradecía. Ella rápidamente tomo sus palillos y agarro un pedazo de lo que sea que había en medio de la mesa, lo coloco sobre la pasta que estaba a punto de comer. El alzo su mirada para verla y ella le sonrió.

-Normalmente se come ramen con kimchi, sabes. Es mucho mejor.

El miro los dos ingredientes, y parpadeó confundido. -Sodio más sodio… ¿Eso tiene sentido? ¿Experta en nutrición? - Nezuko le guiño un ojo mientras le señalaba la comida. Confiando ciegamente en ella, asintió y se metió la pasta con el famoso kimchi. Comenzó a masticar lentamente, inseguro de lo que pasaría, cuando sus pupilas gustativas entraran en contacto con todos los sabores quedo gratamente sorprendido, tal fue así que incluso dejo de masticar y miro sorprendido a su secretaria quien abrió sus ojos mientras le sonriera.

Sanemi le dejo unos cuantos en su plato antes de vaciar el resto al suyo, escucho a la pelinegra reír mientras él se llevaba a la boca un gran tramo de pasta con la mayor cantidad de kimchis, el asintió con la cabeza mientras comía mirando como ella hacia lo mismo con una gran sonrisa en su rostro. Nezuko sentía una felicidad que ni el ver a sus hermanos comer su comida le provocaba, había algo en la imagen del Vicepresidente comiendo mientras lo disfrutaba que hacia su corazón revolotear, era una clase de felicidad muy distinta a todo lo que hubiera sentido.

Podía decir que su comida le sabia más sabrosa.

Media hora después ambos caminaban lentamente hasta el carro de Shinazugawa-sama, Nezuko tenía las manos escondidas en los bolsillos de su chaqueta y Sanemi se giró cuando estaba a unos cuantos pasos de la puerta de su automóvil. Le dio una pequeña sonrisa a su secretaria. -Gracias por el ramen- dijo mientras se sentía completamente satisfecho, diferente a lo que había pasado en la cena con sus padres.

-No hay nada que agradecer Vicepresidente. Dijiste que estaba llena de aditivos, pero realmente lo disfrutaste. ¿Verdad?

Sanemi asintió con la cabeza. -Ya que fue la primera comida hecha por ti, Nezuko.

Sus mejillas se sonrojaron y sus orejas ardieron. -¿De verdad?- Nezuko pregunto mientras reía. Observo su pequeña herida y su sonrisa vacilo un poco. Odiaba ver su rostro herido. -Asegúrate de desinfectar la herida y de ponerle pomada antes de irte a dormir. ¿Está bien?

-Está bien.

El Vicepresidente dio media vuelta y comenzó a caminar hacia su carro. Pero cuando estaba a tan solo dos pasos del vehículo se detuvo abruptamente, giro nuevamente y dejo salir un suspiro. Sus ojos purpura se encontraron con sus ojos y Nezuko sonrió, esperando pacientemente que el dijera algo. Sus labios se abrieron, pero ninguna palabra salió, ella ladeo la cabeza y parpadeo, esperando que Sanemi dijera algo.

El peliblanco carraspeo antes de tragarse el nudo en su garganta. -Gracias… Por hoy.

Nezuko borro su sonrisa por la sorpresa que había sido escuchar esas palabras de él. Sanemi asintió y despidiéndose con una mano se apresuró a meterse a su carro. Nezuko volvió a sonreír, especialmente cuando el Vicepresidente la miro mientras arrancaba su automóvil, lo despidió con una mano mientras veía como el carro aceleraba, perdiéndose en la oscuridad de la noche.

Ella regreso a su departamento, suspirando mientras se recargaba en puerta de entrada. Sin borrar su sonrisa se encamino a la cocina y recogió los platos que habían quedado vacíos, recogió las tazas y los cubiertos, dejando todo en el fregadero. -Bueno… Esta es la primera vez que el Vicepresidente ha entrado a mi casa.

Cuando estaba por limpiar la mesa, el timbre de su casa sonó. -¿Vicepresidente?- pregunto en voz altas antes de encaminarse hacia la puerta. Miro a su alrededor queriendo saber si había dejado algo, el resulto, negativo. -Pero no dejo nada.

Abrió la puerta solo para tener en la cara una bolsa grande de color blanco, detrás de ella escucho a su hermana mayor gimotear, ella abrió los ojos sorprendida mientras miraba a su hermana batallar para sostener la bolsa y su portafolio de trabajo. Nezuko dejo pasar a su hermana, Hanako le sonrió mientras agitaba la bolsa y cerraba la puerta detrás de ella.

-Oh, Nee-san, ¿Qué te trae por aquí? - pregunto sonriendo forzosamente, sus ojos estaban fijos en la bolsa que colgaba de los brazos de su hermana.

-Puedo visitar a mi hermana pequeña en cualquier momento, ¿O debería hacer una reservación? - Hanako dejo su portafolio de trabajo y bolso a un costado de la entrada de la casa de su hermana. Le entrego la bolsa a Nezuko quien apenas pudo sostenerla, giro hacia su refrigerador y sonrió. -Ten. Tienes cerveza, ¿Verdad?

-Sí- respondió automáticamente Nezuko, dejando la bolsa sobre su mesa.

Hanako borro su sonrisa cuando vio dos platos hondos sucios en el fregadero de su hermana. Alzo una ceja y miro a la pelinegra. -¿Qué es eso? ¿Tuviste un invitado?

Nezuko bloqueo la vista de su hermana y se hizo la que no entendía. -¿Oh? ¿Qué? - su hermana la miro fijamente mientras sus brazos se cruzaban contra su pecho, Nezuko retrocedió y sonrió inocentemente. -El Vicepresidente.

Hanako abrió la boca antes de comenzar a pegarle en el brazo, Nezuko gimoteo y sobo el área adolorida cuando Hanako dejo de agredirla. -¡Estas loca!- exclamo con un tono lleno de ira. -¡¿Cómo se atreve una mujer adulta a traer un invitado masculino a su casa?! ¡¿Has pensado en lo que dirá Tanjiro cuando se entere?!

-Solo comió ramen y se fue. Eso fue todo- respondió rápidamente Nezuko. Queriendo de alguna manera de disminuir el enojo de su hermana, lo cual no funciono. Hanako frunció aún más el ceño mientras sus fosas nasales se dilataban.

-¡¿Qué?! ¡¿Ramen?! ¡¿No fideos chiclosos, ni fideos negros?! ¡¿Ramen?!- con cada pregunta que salía de los labios de su hermana su tono aumentaba, al último ya prácticamente le estaba gritando.

-¿El ramen significa… Tanto? - un puchero se formó en sus labios y sus ojos estaban brillosos. Ella no podía entender por qué su hermana estaba tan enojada. ¿Había hecho algo malo?

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-Por supuesto que sí- Iguro tomo un trago de té antes de seguir con su explicación. Sanemi lo miraba fijamente mientras trataba de comprender a lo que se refería. -Cuando una mujer dice… "Cariño, ¿Quieres comer algo de ramen?"- trato de imitar a una mujer, pero fallo miserablemente, ahora no sabía si la ceja alzada de su amigo era por su estúpida interpretación o que no llegaba a entender nada. -Eso significa, "cuando te comas este ramen, estamos saliendo". Es lo mismo que decir, "me gustas" o sus variantes.

Sanemi recargo su mentón sobre su mano. -Quiero decir, no es caviar o trufas. Ofrecer algo de comida instantánea llena de aditivos… ¿Tiene un significado tan profundo?

Iguro dejo su tazo sobre la mesa de centro y se acomodó en su asiento. -Dios mío, ¡Que Sanemi-chan tan ingenuo! El ramen es solo una excusa. Cuando un hombre y una mujer están en un ambiente cerrado, se quieren tomar de las manos, y quieren abrazarse- Sanemi dejo caer su codo y casi termino estrellándose contra el piso. Iguro miro a su amigo que hace menos de un segundo lo estaba mirando ligeramente sorprendido solo para casi caer al piso -¿Qué sucede?

-No. No es nada- Sanemi negó con la cabeza antes de recomponerse totalmente.

Obanai miro a su amigo quien parecía haber encontrado algo entretenido en el suelo, ya que miraba fijamente el piso de su casa. -Espera, ¿Esto es sobre la secretaria Nezuko?

Como si de un botón se tratara, Sanemi inmediatamente subió su mirada y lo miro con el ceño fruncido. -¿Cómo te atreves? ¿Crees que tenemos tanto tiempo libre? ¿Crees que somo como tú y Mitsuri-san?- Obanai alzo una ceja y logro, por primera vez, que él se pusiera ligeramente nervioso. -Es sobre el amigo de la universidad de mi primo.

Iguro negó con la cabeza. Sanemi solía provocare muchos dolores de cabeza y esta vez no podría ser diferente. -¿Entonces, crees que yo estoy libre? Tan tarde en la noche… ¿Tengo tiempo que escuchar la historia del amigo de la universidad de tu primo? - pregunto seriamente antes de tomar su taza de té y beber un largo sorbo.

Sanemi asintió y cuando vio al pelinegro tomar una galleta, sonrió ampliamente. Su mente llena de aquella rica cena con Nezuko.

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-¿Te gusta el Vicepresidente, verdad?

Nezuko se puso roja. -¿De qué estás hablando? ¡Sigues diciendo eso! ¡Tú y Tanjiro son iguales! - tomo un largo trago a su cerveza mientras evadía la mirada de su hermana.

Hanako sonrió comprensivamente. -Nezuko-chan, las personas son felices cuando conocen a alguien similar a ellas. No solo los humanos. Cada organismo viviente en la tierra lo hace, tienes el ejemplo en Tanjiro y su esposa, en mi- Nezuko miro a su hermana quien sostenía su cerveza mientras jugaba con su argolla matrimonial -¿Has visto la pareja de perro-pájaro en el programa de Tv, "Oh mi dios, de verdad?"

-¿Perro- pájaro? ¿Estás diciendo que un perro y un pájaro son una pareja?

Hanako asintió con la cabeza. -Sí, es fascinante, ¿Cierto? Es increíble. Dos seres diferentes volviéndose pareja… Es muy difícil.

Nezuko sonrió. -¿Qué? ¿Estás diciendo que el Vicepresidente es el perro y yo soy el pájaro?

-Es similar. Tu Vicepresidente es un millonario, y nosotros solo somos gente promedio. Somos especies totalmente diferentes- Nezuko borro su sonrisa y bajo la mirada. -Si le decimos que solíamos pelear por esta pierna de pollo frita mientras crecíamos, - Hanako tomo una piernita de la caja y ambas la miraron -¿Podría entenderlo? Pelear por esta simple pierna de pollo frita, ¿No sobre algunas acciones de la compañía? El pertenece a un mundo totalmente diferente. Un mundo que esta tan distante, tan lejos que no puedes acercarte a él, no importa cuánto intentes. Y él jamás podrá hacer nada para entender todas las cosas que nosotras sufrimos, las carencias que tuvimos y lo mucho que valoramos lo que tenemos, aunque sea poco. -Hanako miro como su hermana tenía los ojos tristes y miraba sus pies, ella sonrió y abrazo a su hermana. -Pero sabes, creo que eso es lo que lo hacen únicos. Dos opuestos que a pesar de las diferencias gravitan uno alrededor del otro, por eso es posible que un perico y un perro estén juntos.

Nezuko miro sorprendida a su hermana quien recargo su cabeza sobre la suya.

-Lo que quiero decir, es que estoy preocupada por ti. Estoy preocupada de que tus sentimientos salgan heridos.

Nezuko trato de sonreír pero no pudo. -Lo sé. Pero, es mi problema.

Hanako asintió mientras abrazaba a su hermano. -Mi hermanita ya creció.

Quince minutos después Hanako tomo sus cosas y salió del departamento acompañada por su hermana, debajo estaba el carro del esposo de Hanako, esperando que la pelinegra bajara para irse a casa. Nezuko abrazo por última vez a su hermana mayor. -Cuídate. Escríbeme cuando llegues a casa, dales un gran beso a mis sobrinos.

Hanako asintió y sonrió. -Bien. Adiós. Entra y descansa.

-Adiós.

Cuando Hanako vio a su hermana cerrar la puerta ella sonrió con nostalgia. -Nezuko-chan ya es todo una mujer- con un suspiro bajo las escaleras y camino hasta el carro de su marido, quien la saludo con un beso antes de arrancar con dirección a su casa.

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Genya gimoteo entre sueños, su cuerpo temblaba y sudaba. Estaban pasando tantas cosas en su pesadillo que no podía identificar la mitad de las imágenes, tan solo podía verse a sí mismo con 12 años gritar y suplicar por su madre.

Mama. Mama, duele mucho.

Era una casa vieja y sin muebles, había un peluche de conejo sucio y viejo colgando de una ventana, un teléfono descompuesto de color blanco y muchas telarañas.

¿Dónde están? Tengo miedo.

Genya despertó mientras trataba de recuperar la respiración, tosió y miro a su alrededor solo para ver su habitación parcialmente iluminada, se sentó y sintió como su pijama se pegaba a su cuerpo. Suspiro profundamente y con piernas temblorosas se acercó al baño.

Necesitaba una ducha de agua fría.

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A la mañana siguiente Nezuko terminaba de arreglar unas cosas antes de partir al trabajo. Como se había levantado más temprano de lo normal pudo tender su cama, elegir cuidadosamente su ropa y preparar todas las cosas de su bolso. Llevaba una falda lápiz de color rosa con una camisa color blanco. Colgó su bolsa café claro sobre su hombro y tomo su celular, estaba a punto de sentarse para colocarse sus tacones cuando su teléfono sonó.

Ella miro su celular, el nombre del Vicepresidente brillaba en toda su pantalla y ella sonrió. Tomo la llamada y pego su teléfono a su oído mientras se sentaba en el sofá. -Vicepresidente.

-Secretaria Nezuko, ¿Dónde estás?

-Aún estoy en mi casa. ¿Necesitas algo?

-¿Estas lista para ir a trabajar?

Nezuko alzo una ceja y parpadeó sin poder comprender las preguntas del Vicepresidente. -Sí, estaba a punto de salir de mi casa.

-Está bien, entonces, apresúrate y sal.

Ella sonrió. -Está bien- cuando su cerebro proceso en su totalidad sus palabras, su sonrisa se borró. -¿Qué?- sus ojos se abrieron como platos al escucharlo reír mientras le respondía. -¿Disculpa?- se levantó rápidamente y corrió hacia su ventana, quito las cortinas y miro al Vicepresidente recargado en su vehículo mientras alzaba la mirada. El peliblanco la saludo mientras le dedicaba una pequeña sonrisa, el teléfono cerca de su oreja derecha. -¡Dios mío! ¿Por qué estás aquí? - su única respuesta fue una sonrisa. Ella asintió con la cabeza -saldré en un segundo. ¡Sí! - colgó rápidamente la llamada y se apresuró a ponerse sus tacones.

Sanemi miraba el piso frente al edificio de su secretaria, alzo su mirada cuando escucho sus tacones resonar, su sonrisa creció cuando la vio correr rápidamente hacia él. Sus pasos resonaban por el silencioso espacio y se veía adorable mientras su cabello era agitado por el viento.

-¿Qué te trae aquí tan temprano en la mañana?- Nezuko pregunto sin darse cuenta que su zapato se atoro en un pequeño borde del suelo. Perdido el equilibrio y su cuerpo comenzó a hacerse para delante mientras sus pies trataban de detenerla, ella gimió y cuando menos se dio cuenta estaba entre los fuertes brazos del Vicepresidente, quien al verla tropezar, se apresuró hacia ella, llegando a tiempo para sostenerla de la cintura mientras su cuerpo se giraba hacia un lado.

Nezuko termino por enredar sus brazos en el cuello del peliblanco mientras sus rostros quedaban a centímetros de distancia. Ella subió su mirada completamente sonrojada, los orbes púrpuras la miraban fijamente mientras sus manos abrazaban su espalda, por primera vez fue consciente de lo bien que se sentía estar entre esos poderosos brazos y lo fácil que era para el sostenerla y rodear su cuerpo con su imponente figura, su colonia olía de maravilla y su corazón estaba a punto de salir de su pecho.

Sanemi no estaba mejor, su aroma a flores intoxicaba su sistema mientras sus brazos no querían dejar ir su pequeño cuerpo, sus brazos se sentían tan correctos alrededor de su compacta cintura, sus ojos rosas brillaban como el sol y sus mejillas completamente rojas eran adorables. Sus delicados brazos alrededor de su cuello se sentían bien, ella era como una pluma entre sus brazos.

Nezuko deslizo sus brazos lentamente del cuello masculino, acariciando sin querer sus hombros y pecho. Despego sus manos de los músculos, sus brazos dejaron ir su cintura y ella se sentía morir de la vergüenza. -Discúlpame- dijo mientras se alejaba completamente de su cuerpo.

Sanemi miro fijamente el espacio vacío de sus brazos luego a su secretaria y después sonrió. -Eso no es necesario.

-¿Disculpa?- si las mejillas de Nezuko eran rojas, ahora lo eran al doble.

-¿Qué?

-¿Qué?- Sanemi parpadeo y Nezuko asintió sonrojada. -Sí.

Ambos se miraron fijamente antes de que ella huyera hacia el asiento del conductor. O eso intento, ya que fue detenida a medio camino por Sanemi. -¿A dónde vas, secretaría Nezuko?

-Debería conducir yo. Tomioka-san no está aquí, así que…

-No. Conduciré yo.

-¿Qué?- Nezuko vio como él abrió la puerta del copiloto mientras le sonreía.

-Sube al auto, Nezuko.

Ella asintió ligeramente asustada de su comportamiento. Parecía haber despertado en un mundo alterno o que alguien había secuestrado al Vicepresidente y le había hecho algo. Lentamente camino hasta el asiento del copiloto, ella realizo una pequeña reverencia en agradecimiento y subió al automóvil, sintiendo como el colocaba su mano detrás de su cabeza. -Cuidado con tu cabeza.

Sanemi rodeo el automóvil y se subió al asiento del piloto, mirando con una sonrisa como ella se colocaba el cinturón de seguridad. Nezuko lo miro con sus grandes ojos y su sonrisa se amplió. -Nezuko, hoy estas bonita…- ella abrió la boca sorprendida mientras sus mejillas volvían a ser rojas. El apretó los puños y negó con la cabeza. -si querías escuchar eso, deberías haber prestado más atención a tu ropa.

-¿Perdón?

-Usaste esta blusa el miércoles y viernes pasado. Alguien va a pensar que es el uniforme del grupo Unqui.

Nezuko acomodó el cuello de su blusa. -Ja… Miércoles… Viernes. ¿Cómo recuerdas todo eso?

-Yo también estoy abrumado por mi increíble memoria. A veces hay cosas que quiero olvidar, ¿Sabes? - ella realizo un puchero y el sonrió. Tomo una bolsa dorada del asiento trasero y la coloco en el regazo de la pelinegra, quien miro el paquete sorprendida.

Nezuko saco un tupper con distintos emparedados del interior de la bolsa y miro confundida al Vicepresidente. -¿Qué es esto?

-Esto es un 'croque monsieur' hecho por mi chef en casa. Si no has desayunado aún, adelante y come esto.

Ella asintió. -Está bien.

Estaba dispuesta a dejar la bolsa cuando sintió el peso de algo más, metió la mano y saco una botella de café. Ella miro la etiqueta y después a su jefe.

-Este café también. Es todo tuyo.

Nezuko asintió. Tenía ganas de llamar a emergencias y reportar como demente al peliblanco. -Está bien.

-La bolsa también puedes quedártela.

-¿Qué?- Nezuko giro su rostro para ver a Sanemi, quien le sonreía mientras la miraba fijamente. -Gracias- Sanemi le señalo el café y ella parpadeo confundida. -¿Ahora mismo?- pregunto mirando entre él y la botella, su jefe asintió y ella sonrió mientras abría la botella, le dio una largo trago, sintiendo la mirada púrpura sabre ella.

Sanemi asintió y sonrió. Sin saber que su secretaria lo miraba completamente preocupada mientras una mueca de miedo se instalaba en su rostro. -Deberíamos irnos ahora- se colocó el cinturón de seguridad y arranco el carro, avanzando a buena velocidad hacia el edificio donde ambos trabajaban.

Hola, ¿Cómo están? Con todo mi corazón espero que muy bien.

¡Aleluya! El primer capitulo del año, con todas mis fuerzas espero que este año sea mejor que el anterior. En verdad espero que se hayan pasado unas buenas fiestas en compañía de sus seres queridos, en México ayer fue día de Reyes, así que aquí esta mi regalo, atrasado, pero al final un pequeño detalle XD. ¡Espero les haya gustado!, si es así me encantaría que me de dejaran un comentario lleno de amor y kudos.

Una historia de amor no puede estar completa sin la escena en la que el hombre salva a su mujer de una caída, en este caso fue menos dramático y un poco mas ridícula, como sucedería en la vida real jaja.

Cuídense mucho, por favor, sigan las medidas de seguridad, y sobre todo no bajen la guardia, la vacuna no es el final del camino. Los amo con todas mis fuerzas, y espero leernos la próxima semana. Besos y abrazos.

Con amor, la Vicepresidenta Fer.