El anime/manga Kimetsu no Yaiba le pertenece a Goutage y al estudio Ufotable. El k-drama "What's wrong with Secretary Kim?" le pertenece a la cadena de televisión TvN.

¡Estoy de regreso! Medio de infiltrada mientras escucho una de mis clases XD

¡El capítulo 18! ¡Que emoción! Estamos más cerca de tener el primer cuarto de esta historia...

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Después de una rápida búsqueda por internet, Sanemi tiene el plan perfecto para poder hacer la confesión que Nezuko quería. Así que invita a su secretaria a tener una cita esperando que esta vez su relación por fin cambie.

Nezuko acepta feliz, pero lo que ninguno de los dos sabes es que la cita no saldrá como ambos esperaban, y no de una manera buena.

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What's wrong with Secratary Nezuko? 18

Esto iba en contra de todo lo que representaba ser genial para Sanemi, pero no tenía otra solución, tenía que encontrar el lugar correcto para poder llevar a la secretaria Nezuko y darle lo que tanto buscaba. Su amigo no estaba y sus empleados no lo ayudaron en nada.

Quien diría que ser ordinario sería tan difícil.

Comenzó a teclear antes de arrepentirse sobre lo que estaba haciendo. Dio un suspiro mientras veía la lista de opciones que le habían aparecido en el buscador.

Fuera de su oficina tanto Nezuko como Aoi estaban trabajando arduamente en sus labores, Aoi alzo la vista cuando escucho un par de tacones acercándose a su escritorio, sus ojos azules se encontraron con los orbes morados de Shinobu-san, quien le sonrió mientras cargaba su laptop en su brazo derecho.

-Aoi, vamos a la reunión del equipo de planeación.

-Claro- respondió mientras comenzaba a juntar sus cosas.

Shinobu giro su rostro y se encontró con la atractiva imagen del Vicepresidente concentrado en su trabajo, su ancha espalda estaba totalmente recta y sus manos trabajan en teclear rápidamente, su cabello blanco estaba perfectamente peino y sus masculina cara tenía el ceño fruncido, gesto que denotaba su concentración en su trabajo.

-Wow- suspiro enamorada. -Nuestro Vicepresidente normalmente es genial, pero…- Nezuko dejo de teclear y alzo la mirada para ver a la pelinegra recargase en su escritorio -cuando él está trabajando, es realmente sexy.

Nezuko miro fijamente a su jefe, su rostro estaba parcialmente iluminado por la luz del sol que se filtraba por los ventanales de su oficina, sus dedos trabajan a un ritmo constante y el mouse entre su mano era muy pequeño. Se perdió en la imagen que resultaba hipnótica, se veía extremadamente atractivo, sobre todo el poder que emanaba al estar simplemente sentado. Cuando vio que Shinobu la miraba, ella rápidamente parpadeó y volvió sus ojos a la computadora, tratando de fingir que no había pasado nada.

-Secretaria Nezuko, usted también lo encuentra completamente sexy, ¿Verdad?

Nezuko negó con la cabeza mientras intentaba controlar el sonrojo de sus mejillas. -No estoy segura, lo veo todos los días, así que no sé.

Si la miraba, aunque sea por un segundo, estaba segura de que se sonrojaría y ella no deseaba que nadie malinterpretase absolutamente nada. -Vamos- escucho decir a su compañera solo para sentir que Aoi se paraba mientras se despedía de ella.

-Regreso más tarde.

Cuando escucho los dos pares de tacones alejarse, volvió a mirar al Vicepresidente, tenía una mano sobre su boca y parecía estar leyendo algo muy importante, se veía realmente guapo, su vientre se contrajo y ella sonrió, pero cuando él se movió Nezuko reacciono y borro su sonrisa mientras negaba con la cabeza. Shinobu le estaba metiendo ideas muy locas en la mente.

Sanemi sonrió satisfecho cuando encontró lo que estaba buscando, soltó el mouse y miro fijamente la pantalla de su computadora con el artículo que había elegido. -Perfección-susurro para sí mismo mientras se recargaba en su silla, esta noche la secretaria Nezuko recibiría una increíble sorpresa.

Una sorpresa que esperaba cambiara el rumbo de sus vidas.

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-Creo que él puede abrir el centro de arte ahora- susurro Shinobu mientras tecleaba los últimos detalles de la junta en su computadora, a su lado Aoi rio mientras preparaba las cosas que necesitaría para comenzar a tomar notas de la reunión.

Cuando resoplo y giro su cabeza pudo ver como Hashibira ingresaba a la sala de juntas. Portaba su característico traje azul mientras caminaba seguramente hacia una de las sillas. Ella se colocó rápidamente de pie y trajo consigo a la sucesora de la pelinegra, quien miro sorprendida al recién llegado.

-Hola-saludo Shinobu mientras su compañero dejaba sus cosas en una de las sillas en medio de la larga mesa de madera. Aoi no saludo y el ojiverde les dedico una pequeña sonrisa antes de girar su cuerpo y comenzar a sobar su cuello mientras estriaba la espalda.

Shinobu se sentó nuevamente en su silla mientras seguía sus correcciones en su laptop, Aoi frunció el ceño cuando noto un pequeño grano de arroz pegado en la parte de abajo del perfectamente planchado saco de Hashibira-sama, su cerebro recordó aquella vez que paso de largo de ella, cuando le explicaron quién era, que pudo ver el mismo grano de arroz pegado en el mismo lugar que ahora sus ojos detectaban. Incluso podía recordar que ella intento decirle, pero él la había ignorado.

El segundo recuerdo que asalto su mente fue cuando Hashibira-sama fue hasta su oficina a dejar la memoria usb con la presentación del proyecto, el mismo grano, la misma posición. Ese mismo día fue cuando Shinobu-san la regaño cuando intento decirles que ella sospechaba que no tenía diez trajes iguales, sino uno.

Abrió los ojos sorprendida, su mirada no la podía apartar de aquella pequeña mancha blanca. "Escuche que Hashibira-san compra diez trajes iguales y los usa rotándolos".

Parpadeó confundida mientras mordía su labio inferior, alzo su cabeza cuando miro al fornido hombre darse vuelta y sentarse en la silla que había escogido. Recargando sus brazos contra la mesa y sacando su teléfono para distraerse mientras los demás llegaban.

Ese definitivamente es el rastro que dejo un grano de arroz… Sí el tuviera diez cambios de ropa, ya no estuviera ahí.

Pensó sin poder despegar su mirada del hombre, su ceño se frunció y sus manos apretaron la carpeta donde anotaba las cosas de la junta. Shinobu tampoco podía despegar su mirada de Hashibira mientras sus dedos no dejaban de teclear, algo que la hubiera impresionado sino estuviera tan desconcertada.

Al sentirse ligeramente incomodo por la intensidad de las miradas que estaban dirigidas hacia él, Inosuke alzo la cabeza y enfrento las dos miradas femeninas, ellas rápidamente bajaron la cabeza mientras una de ellas se disculpaba antes de que siguieran trabajando. Estaba por decir algo cuando todos sus compañeros que faltaban ingresaron por la puerta, todos se comenzaron a sentar, rompiendo el tenso silencio entre los tres.

-¿Deberíamos iniciar la reunión?- pregunto el encargado, mientras se sentaba a la cabeza de la mesa.

-Si, empecemos- respondió Shinobu mientras sonreía. Aoi sonrió a las demás personas, pero cuando su mirada se posó en Hashibira la misma se borró, realizo un pequeño puchero con sus labios antes de negar con la cabeza y concentrarse en su trabajo.

Su informe no se entregaría solo.

Una hora después Shinobu salía sola de la sala de juntas, Aoi había tenido que ir a hacer unas cosas antes de poder regresar a sui puesto de trabajo. Caminaba tranquilamente por los pasillos semi desérticos mientras sostenía su laptop. Silbaba una canción y sonreía a todo aquel que llegaba a pasar a su lado.

Se detuvo a mitad de su camino cuando su celular sonó, lo saco del bolsillo de su blusa y miro el nombre de su mama brillando en la pantalla. -Sí, mama- su madre le respondió del otro lado y su sonrisa se borró -¿Por qué me está diciendo que vaya a una cita a ciegas?- pregunto enojada, su madre respondió y ella rodo los ojos. -Está bien, está bien. ¿De que trabaja? ¿Tiene su fotografía? ¡Dios, mama!

Su brazo fue golpeado por alguien, ella bajo su teléfono para disculparse por quedarse a mitad de un pasillo, pero el hombre, quien había empujado su brazo, ya se estaba disculpando. Ella negó con la cabeza y realizo una pequeña reverencia, a su lado el resto de sus compañeros sonreían mientras hablaban. Ella supuso que acababan de salir de alguna junta ya que Hashibira-sama estaba con ellos, el cual se había tenido que retirar antes de tiempo para ir a otro compromiso que tenía. -Lo lamento.

La bola de gente se fue y sintió como Aoi envolvía su brazo con el suyo, Shinobu le sonrió mientras regresaba a su llamada, más bien dicho, a su discusión telefónica. Aoi estaba a punto de caminar cuando vio como un botón rodaba desde el saco de Hashibira-sama hasta su zapato, se agacho y recogió el pequeño botón negro. Intento detener al dueño, pero este ya estaba demasiado lejos como para escucharlo.

Como se había detenido Shinobu la miro sostener el botón. -¿Qué es eso?

-Ah, este es un botón que cayó de la ropa de Hashibira-sama, pero…

Shinobu le arranco el botón y sonrió. -Venga vamos a devolvérselo, en algún punto debe de darse cuenta de que su botón no está. Aún tenemos tiempo antes de tener que regresar a la oficina.

Aoi negó con la cabeza. -¿Podría devolvérmelo? Podríamos ponerlo en una situación difícil si no tiene su botón. Por lo que veo, parece que él solo tiene un traje.

-¡¿Estás diciendo eso de nuevo?!- grito enojada Shinobu. -¿Por qué sigues pensando eso? ¿Tienes pruebas?

Ella volvió a negar con la cabeza. -¡No estoy diciendo una mentira, es un hecho!- su compañera la miro fijamente mientras se acercaba a ella -por dos días seguidos, él tiene un grano de arroz pegado en el mismo lugar. Y cuando lo vi antes, el grano de arroz ya no estaba, pero, quedo la marca donde estuvo. Eso quiere decir que, él no lava ese único traje y lo sigue usando.

Shinobu rodo los ojos. -Vaya, tenemos una verdadera Sherlock Holmes, aquí.

Aoi siguió a Shinobu mientras realizaba un puchero, estaba perdida en sus pensamientos, ella encontraría la manera de demostrarles que tenía la razón sobre sus suposiciones.

En cuanto llegaron a la oficina se adentraron a la pequeña cocina para prepararse un té, dentro estaba la secretaria Nezuko preparando los bocadillos del vicepresidente. Ellas seguían enfrascadas en su discusión mientras Nezuko las miraba con una sonrisa.

-Él tiene diez trajes- replico Shinobu mientras disolvía el azúcar de su té.

Aoi resoplo. -¡Estoy diciendo que tiene un solo traje!.

-¡Dios! ¡Tiene diez trajes!

-El solo tiene uno.

Nezuko tomo el hombro de su sucesora y lo apretó. -Basta ya. ¿Importa si tiene diez trajes o uno? ¿La vestimenta es realmente tan importante?

Shinobu asintió. -Bueno, cuando viene de ti, parece de esa manera- Nezuko borro su sonrisa y miro a su compañera. -Incluso si no tienes variedad de ropa, trabajas muy bien.

-¿Qué?

Aoi solo pudo mirar entre las dos mujeres. -Secretaria Nezuko, utilizaste la misma blusa el miércoles y viernes pasado, ¿Verdad?

Nezuko parpadeo confundida y miro a cada lado mientras sus mejillas se sonrojaban. En su cabeza resonaran las palabras que el Vicepresidente le había dicho esa misma mañana. "Usaste esta blusa el miércoles y el viernes pasado. Alguien podría pensar que este es el uniforme del grupo Unqui".

Borro su sonrisa y sus labios se abrieron para decir algo, pero ninguna palabra salió de su boca. Y el comentario de Aoi solamente la puso más nerviosa. -Ah, también uso esa ropa el jueves de la semana pasada.

-¡Ella también la uso el martes de esa semana!

-Deténganse- exclamo Nezuko, sus dos compañeras la miraron sorprendidas. Ella carraspeo y sonrió. -¿La ropa es importante? Todas ustedes viven solo mirando la ropa. Aoi, apresúrate y verte el agua.

-Sí.

Su sonrisa se borró y realizo un puchero con sus labios mientras acomodaba su blusa, miro a sus dos compañeras, quienes reían y realizaban sus coas como si hace menos de cinco minutos no le hubieran dicho que su ropa era repetitiva. Acomodo el cuello de su blusa, se sentía ofendida, incluso más de lo que se había sentido cuando el Vicepresidente le dijo lo mismo.

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Sanemi escucho como la puerta de su oficina era tocada, alzo la vista de su tableta y observo como Nezuko se adentraba a su oficina, con una bandeja con té y galletas antes de dejarla sobre la mesa de centro. -Dijiste que la cena con el presidente del grupo UK, ¿Es esta noche?

-Sí, a las seis.

-Creo que el presidente tiene algo que decirme, así que no tienes que venir, secretaria Nezuko.

Ella sintió y sonrió. -De acuerdo, entonces me retiro.

-¿Qué hay de las ocho?- pregunto antes de que ella diera media vuelta, su sonrisa se borró mientras comenzaba a recordar su agenda. -Vamos a tomar vino juntos- ella se sonrojo y bajo la mirada -tengo algo que decirte.

Sus labios temblaron y sus manos comenzaron a jugar con su tarjeta de identificación. -¿Algo que decir?- Sanemi asintió y sus piernas temblaron. -Entonces, haré una reservación en el salón del hotel Ilusion que recientemente adquirimos. Eh, para revisar la atmosfera y todo los demás.

Sanemi negó con la cabeza. -No es necesario, ya he realizado la reservación.

Ella parpadeo y lo miro sorprendida. -¿Qué? ¿Hiciste la reservación personalmente? - él asintió mientras sonreía y Nezuko sonrió ampliamente al mismo tiempo que su sonrojo se esparcía por su pecho y cuello.

Nezuko se retiró de la oficina del Vicepresidente y cuando cerró la puerta se recargo en esta, suspiro profundamente mientras sentía sus piernas de gelatina, sonrió y movió sus manos nerviosa, miro su ropa e incluso jugo con el cuello de su blusa. Ella no podría ir así, él mismo se lo había dicho, había ido a muchos lados con esa misma blusa.

Y si el Vicepresidente se había tomado el tiempo para hacer la reservación él mismo, era algo sumamente importante y ella no podría arruinarlo con su sosa vestimenta de secretaria. Tomo rápidamente su bolso y despidiéndose de Aoi, prácticamente corrió al primer centro comercial que estaba cerca de su oficina.

Se adentro a distintas tiendas para mirar la ropa que ella podría utilizar, hasta que media hora después estaba dentro de una tienda exclusiva mirando los vestidos sencillos pero elegantes que tenían en la parte de atrás de la tienda. Saco un bonito vestido azul de encaje y miro el precio, sus ojos casi se salen de sus orbitas cuando vio el costo de la prenda, ella no estaba costumbrada a gastar tanto dinero en ropa.

Realizo cuentas mentalmente y sonrió cuando se dio cuenta de que podía pagarlo sin ningún problema. Miro nuevamente el vestido y asintió, miro a su alrededor y vio a una empelada acomodando ropa. -¿Disculpe?- la chica se acercó a ella y le enseño el vestido azul -¿Tiene una talla más chica que esta?

La señorita se acercó para mirar la etiqueta y después negó. -La talla mediana en este modelo está agotada- Nezuko realizo un puchero -pero si quiere puedo encargarla por usted.

Nezuko negó con la cabeza. -No importa. Tengo que ponerme algo en este momento.

-¿Ahora mismo?- Nezuko asintió y sonrió mientras dejaba el vestido. -Ah, usted debe ir a una cita.

Su corazón se paralizo y giro lentamente su rostro. ¿Un…Una cita? - pregunto nerviosa. Ella rápidamente negó con la cabeza. -No, nada de eso- nerviosamente comenzó a pasar por los demás vestidos, sin realmente verlos. Al sentir que la empleada aún se guía a su lado, se giro para verla, sonriendo nerviosamente. -Estaré eligiendo ahora.

Quince minutos después, salía de la tienda con un corto vestido de color amarillo, era ajustado de la cintura y caí suelto hasta la mitad de su muslo, tenía cuello tortuga y era de mangas largas, teniendo un pequeño corte en la tela que dejaba al descubierto sus hombros. Había soltado su cabello y arreglado su maquillaje, su ropa la llevaba en una bolsa que la tienda le regalo, que colgaba de su mano derecha.

Ella no podía esperar para mirar su reacción al verla cambiada.

Estaba por llamar al Vicepresidente cuando su celular sonó, ella lo tomo y miro el número del escritor brillar en la pantalla, tomo la llamada y sonrió. -¿Sí, escritor?

-Ya saliste del trabajo, ¿Verdad? ¿Qué estás haciendo?

-Tengo planes, lo lamento.

-¿De verdad? ¿Dónde?

-En el salón del hotel M.

-¡Wow! Que coincidencia, estoy cerca del hotel M. ¿Puedo verte por un segundo?

Nezuko borro su sonrisa y negó con la cabeza aun sabiendo que él no la vería. -No lo creo, realmente no es una buena idea. Como dije antes, tengo planes, importantes.

-Es algo malo, iba a contestar tu propuesta.

Nezuko mordió sus labios y bajo la cabeza cuando escucho su respuesta, en verdad quería impresionar a Sanemi pero tampoco quería que nada empañara su velada juntos. Ella quería escuchar lo que quería decirle.

-No me responsabilices si cambio de opinión.

-¡Espera! Está bien- suspiro, deseando que todo saliera como ella quería. -Tengo muy poco tiempo.

-Solo necesito diez minutos, así que no te sientas abrumada.

Ella asintió no muy convencida, sus dientes mordían su labio inferior. -De acuerdo.

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Sanemi estaba tranquilamente sentado en el vacío restaurante. Suspiro mientras esperaba que Nezuko llegara, sus manos jugaban nerviosamente en el interior de los bolsillos de su pantalón. Había dos copas en medio de la mesa y los empelados eran el único sonido que existía en el restaurante.

Pudo incluso escuchar a uno de ellos acercándose a él, mostrándole una botella de champaña. -Esta es la champaña limitada Dom Perignon que usted quería.

Sanemi asintió mientras sonreía. -Traiga esto con el pastel después.

El empelado asintió mientras se retiraba. Sanemi siguió sonriendo mientras miraba su reloj. -Por supuesto la champaña no puede faltar en una celebración. Nezuko, te felicito con anticipación. Te has convertido en la única mujer que recibirá mi ordinaria y honesta confesión- miro nuevamente su reloj y acomodo su corbata. -Ella llegara pronto.

Nezuko caminaba por las afuera del hotel mirando lo tranquilo que estaba todo, las luces se reflejaban en la piscina y toda la atmosfera era muy íntima. Todo era perfecto. Camino lo mas silenciosamente posible, deseando que Sanemi no la escuchara llegar y ella pudiera hablar con el escritor sin ningún inconveniente.

-¡Escritor!- exclamo cuando miro la ancha espalda y el cabello negro.

Genya se giró y miro embelesado a la hermosa secretaria de su hermano, que esta noche con ese pequeño vestido y su cabello suelto era un Ángel. Se sintió un poco mal solo traer una sencilla playera con un pantalón de vestir. -Wow, estabas bella hace rato, pero ahora estas incluso más hermosa. Debes tener planes muy importantes esta noche.

-¿Qué? Ah, bueno…- ella se sonrojo y comenzó a tartamudear mientras jugaba con las mangas de su vestido. -No creo que deberíamos estar hablando acerca de esto mientras estamos de pie, y no tengo tiempo… Entonces, ¿Qué decidiste?

Genya asintió mientras sonreía. -Sí. Confiare en ti Nezuko-chan y hare el evento.

Nezuko abrió los ojos. -¡¿Ah, de verdad?!- pregunto prácticamente gritando. Olvidando por completo su plan sobre que Sanemi no supiera de esto. -¡Ah, gracias!- ella realizo una pequeña reverencia mientras sonreía.

-Quería verte tan pronto como fuera posible, porque sabía que estarías así de feliz- Genya tomo su portafolio y saco un libro, lo extendió a la pelinegra quien miro sorprendida el libro.

-¿Este no es tu nuevo trabajo, el que será lanzado la próxima semana?

Genya casi empujo el libro contra su estómago. -Acéptalo, es un regalo para conmemorar nuestro trabajo juntos.

Nezuko tomo el libro. -Gracias- realizo una pequeña reverencia y acaricio la portada.

-Cuando lo abras, estarás incluso más agradecida. También lo firme.

Sus ojos brillaron y casi estaba por brincar de la emoción. Abrió el libro y su sonrisa se borró cuando leyó las palabras que estaban escritas.

"Una conexión que comenzó por casualidad podría haber sido inevitable. Shinazugawa Genya".

Nerviosa miro al escritor, a lo lejos pudo escuchar pasos, pero ella no pensó que seria importantes. Inesperadamente el libro fue arrancado con violencia de sus manos, ella alzo la vista para ver al Vicepresidente a su lado, él estrello con fuerza el libro contra el pecho del escritor.

-Vicepresidente- susurro notando la tensión entre los dos hombres, que no dejaban de mirarse con enojo en sus ojos del mismo color. Ese detalle llamó la atención de Nezuko quien observo el ligero parecido que ambos hombres tenían. Quería decir algo, lo que sea para romper la tensión del momento, pero las palabras estaban atoradas en su garganta. Sintió como Sanemi tomaba su mano para comenzar a caminar, alejándola del escritor. -¿Qué sucede, Vicepresidente?

Él no le respondió solamente apretó el agarre sobre su muñeca mientras caminaba más rápidamente, ella casi tenía que correr para seguir sus pasos, sus tacones resonaban por el silencioso restaurante. Estaban a la mitad de las mesas cuando ella detuvo su cuerpo y logro zafar su muñeca de su agarre. Sanemi se giró para mirarla enojado y ella frunció el ceño. -¿Podrías explicarme lo que está sucediendo?

-Eres tú la que debería explicar esta situación- su voz era grave y denotaba lo enojado que estaba -Nezuko, ¿Qué demonios estaba pasando?

Ella apretó los labios antes de suspirar, ella señalo la puerta del restaurante. -Esa persona es el escritor Morfeo. El vino para decirme que participara en el concierto de libros en la inauguración de nuestro centro de arte- su tono demostraba molestia.

Sanemi cruzo los brazos, sus músculos estaban tensos. -¿Desde cuándo fue planeado esto?- podía sentir su sangre hirviendo de ira y una sensación oscura nublo sus pensamientos. Una sensación desconocida se estaba formando en la boca de su estómago. Tenía tantas ganas de ir a golpear a su hermano.

-Te lo dije antes. Tenía una buena idea para invitar a un escritor popular para el evento de lanzamiento del centro de arte- su tono no cedió y él tampoco.

-El escritor popular del que estabas hablando… ¿Es él?

-Sí.

Sanemi enterró sus uñas en sus bíceps. -Entonces, ¿Por qué no me lo reportaste?

-Necesitaba asegurarme de que sucedería con seguridad antes de reportarlo. De otra manera, seria insignificante.

-No lo hagas- ordeno.

Sus ojos se abrieron y sus labios temblaron. -¿Perdón?- ella negó con la cabeza -¿Por qué?

El suspiró y descruzo sus brazos. -Solo no lo hagas.

-¿Podría conocer la razón?- pregunto mientras inhalaban profundamente. Necesitaba un poco de paciencia.

-¿Tengo que explicarte cada pequeña cosa que haga?- su tono de voz se elevó y ella lo miro atónita. Dio un paso para atrás y sus ojos lo miraban dolidos. -Si dije que no, es un no. Eso es todo.

Nezuko trago saliva y su corazón dolió. Suspiro y bajo la mirada. -Si lo que ibas a decirme esta noche… ¿Puede esperar si no es urgente?

Los ojos purpura la miraron con resignación y un poco de dolor. -Seguro. De todas maneras, no era importante.

Nezuko sintió su corazón partirse y suspiro, sus ojos se llenaron de lágrimas y aunque le costó trabajo, logro sonreír. -Entonces, me retiro.

Ella dio una pequeña reverencia y mirándolo a los ojos dio media vuelta antes de comenzar a caminar hacia la salida. Sanemi miro como su figura se hacía más pequeña hasta que la misma desapareció por la puerta del restaurante.

Bajo la mirada y sintió su corazón romperse, sus ojos estaban rojos por las lágrimas que amenazaban con querer salir de sus ojos. Suspiro y negando con la cabeza el comenzó a caminar hacia la salida, al pasar por la cocina se tipo con el demás personal, que traían en un carrito un hermoso pastel de color rosa.

-¿Esta bien señor?

-Disculpe.

Sanemi asintió. -Estoy bien- sus ojos se posaron en el pastel y la champaña, apretó los ojos y su corazón latió dolorosamente. Desvió la mirada y frunció el ceño.

Nezuko caminaba por la calle, estaba triste y tenía muchas ganas de llorar. Se detuvo frente al espejo de una tienda de ropa y miro su bonito vestido. Limpio la lagrima que amenazó con salir y siguió su camino. Tiempo después ella ingreso a su departamento y se dejó caer en el piso de su sala.

Sus pies dolían, ella había caminado desde el restaurante hasta su casa. Se quito los tacones y los aventó aun costado suyo. Cuando quito su tacón derecho pudo ver una pequeña cortada en la parte posterior de su tobillo. Suspiro y se permitió que una lagrima corriera por su mejilla, limpio la sangre y abrazo sus piernas. -Tenía esperanzas para nada. Soy yo la que resulto lastimada.

Hola, ¿Cómo están? Con todo mi kokoro espero que muy bien.

Estamos a punto de tener el primer cuarto de esta historia, ¿No es genial? Yo de verdad estoy feliz con todo el recibimiento y el amor que me dan, jamás en mi vida pensé escribir una historia un poco larga y estoy orgullosa de eso. ¡Muchas gracias por todo el amor que me dan! Y ya me voy porque voy a llorar, ¡Espero les haya gustado el nuevo capítulo!, si es así me encantaría que me dé dejaran un comentario lleno de amor.

Cuídense mucho, por favor, sigan las medidas de seguridad, y sobre todo no bajen la guardia. Los amo con todas mis fuerzas, y espero leernos pronto. Besos y abrazos.

Con amor, la Secretaria Fer.