El anime/manga Kimetsu no Yaiba le pertenece a Goutage y al estudio Ufotable. El k-drama "What's wrong with Secretary Kim?" le pertenece a la cadena de televisión TvN.

¡Especial de San Valentín! ¡Me siento una escritora profesional con esto! XD

Parte 4/4 del especial de San Valentín, y con ustedes la ultima parte de este especial. Gracias por leerlo y gracias por acompañarme en estos cuatro capítulos. ¡Espero los haya gustado!

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Es el turno de Sanemi de recordar un poco el pasado, ¿Cómo termino Nezuko siendo su secretaria? El pasado poco a poco comienza a volver, algo que coloca en una posición incomoda al Vicepresidente.

Nezuko comienza a relacionarse cada vez mas con Genya en un intento de recuperar su pasado juntos, alejándose lentamente de Sanemi.

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What's wrong with Secretary Nezuko? 24

-¿Te preguntas por que te elegí a ti, secretaria Nezuko?- cuestionó Sanemi cuando vio a Nezuko mirar las solitudes de trabajo de las mujeres que hace 9 años habían sido la "posible" competencia de ella.

Su cuello giro tan rápido que Sanemi se preocupó, sus grandes ojos lo miraron con sorpresa, se quedó en silencio unos segundos antes de responderle. -¿Qué?- sus labios temblaron y el decidió no contestar, esperando a que ella procesara su pregunta. Ella asintió antes de afirmarlo con palabras. -Sí.

Camino hasta quedar frente a ella, inhalo profundamente armándose de valor y asintió con la cabeza, concordando con la voz de la cabeza que le exigía que fuera sincero con ella. Su corazón salto en su pecho y permitió que el mismo tomara el control de sus palabras. -Porque eres Nezuko.

Los labios femeninos temblaron y sus ojos se abrieron sorprendidos antes de que sus manos dejaran resbalar unos centímetros la carpeta, que por algún motivo no termino en el suelo.

Sanemi suspiro nuevamente. -Porque eres Kamado Nezuko.

Ella parpadeo confundida. -¿Por qué dices eso?- pregunto en un susurro mientras daba un paso hacia delante. -¿Me conoces desde antes?

Al notar que su respuesta había significado algo completamente diferente a lo que se refería, Sanemi negó con la cabeza, y tomando el valor que le sobraba, decidió dejar que ella interpretada lo que mejor le pareciera. -No hay manera.

Nezuko dejo escapar el aire que no sabía que estaba conteniendo. Trato de sonreír, pero no pudo, ladeo ligeramente su cabeza y miro de nuevo la carpeta entre sus brazos. -Siempre tuve curiosidad. Cuando trabajaba en asuntos generales, como empleada temporal, mi superior me recomendó que solicitara el puesto de secretaria para el futuro Director ejecutivo. Pensé que definitivamente no sería elegida. Pero cuando fue así, fue una gran sorpresa para mi…- Nezuko se detuvo un momento para analizar las siguientes palabras que diría, si quería obtener la verdad detrás de las palabras de Sanemi, tendría que formular correctamente la siguiente oración que saliera de sus labios. Inhalando profundamente, ella dejo que su cerebro tomara la mejor decisión por ella. -Quiero saber a qué te refieres.

Sanemi ahora estaba decidido a que ella olvidara el gran significado que existía detrás de sus palabras pasadas. Si ella no lo había comprendido, el no insistiría. -No hay un significado particular- respondió rápidamente. -Como dije antes, te contraté porque eres Kamado Nezuko- ella abrió ligeramente la boca para decir algo, pero él se lo impidió. Soltando una particular mentira a medias que justificara sus palabras. -Porque Kamado Nezuko fue la que más careció de calificaciones.

Nezuko dio un paso hacia atrás y nuevamente parpadeó confundida. -¿Qué?

-Tuve que elegir a alguien que tuviera que venir conmigo y sufrir muchas dificultades en Estados Unidos. Pensé que, si eran más calificadas, no podrían soportarlo. Así que elegí a la persona con la menor calificación. Porque ella no sería reclutada por nadie más, y tampoco pudiera dejar el puesto tan fácil.

Nezuko asintió completamente desilusionada, su corazón dolía y podía sentir las lágrimas acumularse, rio para aligerar tanto el tenso ambiento como su estado de ánimo. -Ya veo. Pensé que habría otra razón más especial- sonrió falsamente y dejo la carpeta en su lugar antes de continuar su trabajo, ignorando la intensa mirada que el Vicepresidente le estaba dedicando.

Sanemi suspiro y con el corazón latiendo dolorosamente, salió de la habitación para no ser una distracción en su trabajo. Hora y media después, acompañaba a Nezuko a la salida para que tomara un taxi que la llevara de regreso a su casa. Caminaban uno al lado del otro con los hombros femeninos rozando su fuerte brazo. Al sentir el aire frio de la noche ambos suspiraron, relajándose por un momento.

Cuando ambos vieron el taxi estacionado en la puerta de la gran mansión, Nezuko se giró para ver al peliblanco. -Entonces, me iré- realizo una pequeña reverencia antes de comenzar a caminar.

O eso intento, ya que apenas dio un paso cuando fue detenida por la voz de Sanemi.

-¿Te fue bien en la conversación con mi hermano sobre el pasado?- pregunto, con la voz ligeramente teñida de celos. Cuando ella dudo en responder, el continuo. -Los vi a los dos reunidos antes de que vinieras para aquí.

Nezuko intentó responder, pero las palabras no salían de su boca. Ella en verdad lo intento, pero parecía que su cerebro no podía conectar con sus cuerdas vocales.

Sanemi suspiro dolido. -¿Qué se siente encontrar finalmente a quien estabas buscando desesperadamente?

Ella mordió su labio inferior y por fin pudo volver a hablar. -Estaba contenta, pero… Para ser sincera, realmente no lo puedo asimilar.

Sanemi asintió con la cabeza. -Ya veo… Y definitivamente oíste de mí también. Que lo deje allí, y es por eso por lo que mi hermano tuvo que pasar por eso.

Nezuko sonrió incomoda. -Si. También escuche que olvidaste lo que paso después- él no le contesto, solo la miro fijamente, esperando su reacción. Sus ojos purpura reflejaban preocupación y un poco de miedo. Ella se tragó el nudo de su garganta y le sonrió sinceramente. -Si perdiste tus recuerdos, ¿No significa que eso que estaba luchando tanto que preferiste olvidarlo? Así que no te culpes.

Sanemi miro sorprendido a su secretaria, sus ojos no reflejaban miedo ni ira, ni siquiera estaba molesta con él. Lo miraban de la misma manera que en la mañana, quizás no brillaban de la misma manera, pero seguía siendo especial.

-Entonces, realmente me iré. Te veo mañana.

Ella paso a su lado y el quedo tan impactado por sus palabras que ni siquiera pudo detenerla o tan siquiera despedirla, solo se quedó mirando desaparecer en el taxi con rumbo a su departamento. Cuando el automóvil ya no fue visible aún se quedó parado, ahí, sintiendo como su cuerpo se enfriaba por el aire de la noche.

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Nezuko ingreso a su departamento y se dejó caer en su cama, aventando su bolso en el escritorio de su computadora. Inhalo y exhalo profundamente antes de que su mirara se posara sobre su viejo diario que descansaba sobre la pequeña cajonera al lado de su cama. Lo tomo con delicadeza y leyó la primera página.

Para mi Nii-san.

Comenzó a pasar las páginas y se detuvo a la mitad, tan solo para leer la aventura que había escrito, desenado que un día Nii-san lo leyera.

Hoy en el patio jugué a las encondidas con mis hermanos. Elegimos quien buscaría a través de papel, piedra y tijera, y yo fui la elegida. Encontré a mis hermanos tan fácilmente que no fue divertido. Nezuko de seguro encontrara a Nii-san.

Suspiro y se dejó caer en su cama. Ella tenía el corazón dolido.

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Sanemi sostenía entre sus manos la carpeta de color negro, estaba sentado en su oficina con la mayoría de las luces apagadas. Miraba fijamente el viejo y ridículo curriculum que hacía nueve años Nezuko había entregado a su superior para que llegara a sus manos. Ella se veía tan joven en su foto que era claro que recién acababa de terminar su educación básica.

"¿Me conoces desde antes?"

Cerro los ojos y se dejó llevar por los recuerdos que hace unos días le hubieran parecido lejanos.

-"¡Muy bien! Levanta tu vaso".

-"¿Eres buena para el alcohol?"

Sanemi se detuvo a unos pasos de distancia de donde sus futuros empleados estaban conviviendo, festejando el reclutamiento de nuevas personas. Su mirada estaba fija en una joven pelinegra de ojos rosas que a pesar de tener 18 años aun mostraba rasgos ligeramente infantiles.

Como su sonrisa o la forma en como sus ojos brillaban.

Bajo las viejas luces de ese antiguo restaurante aún era la más hermosa de todas, brillaba de una manera tan única que incluso el sol estaría envidioso. Solo podía compararlo con la noche más oscura con la luna en el alto del cielo iluminando cada rincón. Sonreía ampliamente mientras esperaba que sus compañeros le sirvieran una cerveza.

-""No soy tan buena…"

-"¡Solo dale un poco!"

Su voz era dulce, su risa era un sonido tan melódico que las composiciones más hermosas se quedaban cortas comparadas a ese dulce sonido. El corazón de Sanemi no cabía en felicidad y gritaba que quería ir con ella, salir de su pecho y correr a sus brazos donde estaría seguro, pero su cerebro le gritaba que fuera racional, que seguramente ella ni siquiera recordara.

La vio brindar con sus compañeros, sonriendo sin ninguna preocupación o dolor.

-"Estaré bajo su cuidado a partir de ahora".

-"Si, también me ocupare de usted".

-"¿Director ejecutivo?"

Escucho una voz a lo lejos, pero estaba tan concentrado en notar cada pequeño cambio en su rostro que ignoro todo sonido que no fuera su voz o su risa. Noto que alguien se paró a lado suyo, pero también lo ignoro.

-"¿Director ejecutivo?"

Brinco cuando escucho la voz tan cerca suyo, giro su cuerpo y observo a su empleado mirarlo con preocupación antes de sonreír. El negó con la cabeza y sonrió incómodo.

-"Ah, sí. ¿Tienes algo que decirme?"

-"El asunto es… No tiene que sentirse obligado a salir a cenar con los empleados".

Sanemi inmediatamente negó con la cabeza. –"No, esto también forma parte de la obtención de experiencia administrativa"- su empleado asintió, Sanemi miro nuevamente la escena frente a él y sonrió ampliamente cuando vio a Nezuko beber felizmente. –"Creo que fue una buena idea venir".

Sin dudarlo camino hasta la mesa y se sentó en la única silla que estaba vacía, que coincidentemente estaba al lado de ella, Nezuko seguía sonriendo mientras jugaba nerviosamente con sus manos, su sencilla blusa blanca y su falda color negro eran de un estilo que hace diez años estaba de moda.

Sanemi no pudo dejar de mirarla, ni un solo segundo. Sus labios luchaban por disminuir su sonrisa, pero era imposible cuando estaba rodeado de su dulce aroma y su aura tranquila. –"¿Cuál es tu nombre?"- pregunto.

Ella se giró rápidamente, lo miro sorprendida por unos segundos mientras sus mejillas se teñían de rojo y nuevamente sonrió. –"Me llamo Kamado Nezuko"- respondió con alegría.

Su corazón latió fuertemente, su estómago se encogió y un peso de sus hombros se levantó. –"¿Señorita Kamado?"

-"¡Si!".

-"¿Sabes quién soy yo?"- la cuestiono, esperanzado de que ella, mirándolo tan cerca, lo recordara.

Ella parpadeó confundida antes de asentir. –"¡Si! Usted es el hijo del Presidente".

A pesar de que su sonrisa impedía que se enojara con ella, estaba dolido por su respuesta. Giro su cabeza y miro las cervezas, su corazón se había marchitado con tan solo unas palabras.

-"¿De casualidad, no es su hijo?"

Al escuchar su tono avergonzado, negó rápidamente con la cabeza. Si ella no lo recordaba era lo mejor, el encontraría una manera de no dejarla ir de nuevo. –"No, lo soy".

Ella sonrió de nuevo y realizo una pequeña reverencia antes de tomar nuevamente su vaso y brindar de nuevo con los demás acompañantes.

-"Nezuko, ¡Salud!"

Tomo el vaso de vidrio entre sus manos y sin poder evitarlo miro nuevamente a la pelinegra, sabiendo el motivo perfecto para que ella estuviera la mayoría del tiempo con él.

Sanemi revisaba los documentos que el supervisor de área administrativa que acababa de entregarle. Estaba contento con el trabajo, así que apilo los papeles y miro al hombre adulto que esperaba nerviosamente su opinión.

-"Si, esto está bien"- inhalo profundamente y miro al hombre aliviado. –"Esta vez, en lo concerniente a contratar a mi secretaria para asuntos generales… Conozco a una empleada temporal que está contratada en el departamento de asuntos generales. ¿Por qué no le pide que aplique para la posición también?"

-"Claro".

Cuando el empleado cerró la puerta, giro su silla y miro los edificios alrededor de Tokio, sonrió tranquilo al saber que todo estaba saliendo como él deseaba.

Sanemi estaba de pie, jugando nerviosamente con sus manos que estaban dentro de los bolsillos de su pantalón. Trata de no sonreír ni de moverse, pero su corazón brincaba dentro de su pecho y su cerebro estaba apagado.

Escucho pequeños pasos y enderezo la espalda sonriendo ligeramente, le siguieron unos toques delicados antes de que abrieran la puerta. Una dulce voz lleno el silencio de su despacho.

-"¡Hola, Director ejecutivo!"

Se giro de inmediato y vio a la pequeña pelinegra con una amplia sonrisa, vestía una falda azul y una camisa blanca.

-"Desde hoy seré su secretaria oficial, me llamo Kamado Nezuko. ¡Intentare dar lo mejor! ¡Estaré a su cuidado!"- exclamo antes de realizar una reverencia con fuerza.

El rio en voz baja. –"Si, señorita Kamado. Cuida de mí también"- al ver que ella no levantaba la cabeza, volvió a reír en voz baja. –"Ya puedes levantar la cabeza".

Ella se levantó tan rápido que pensó que terminaría cayéndose por el mareo. –"¿Qué?"- ella parpadeó antes de asentir. –"Si".

El bajo la carpeta y mientras inhalaba profundamente dejo caer la cabeza en su silla, deseando que la emoción de Nezuko por Genya se fuera rápidamente.

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-¿No era Sanemi sino su hermano?- pregunto sorprendido Iguro mirando con una ceja alzada a la pelinegra.

Nezuko asintió aturdida. -Si. Él dijo que su hermano era el Nii-san que yo estaba buscando.

Iguro abrió la boca sorprendido, tratando de encontrarle un sentido a lo dicho por la secretaria de su mejor amigo. Estaba por preguntar algo cuando vio la expresión de desilusión y tristeza que ella tenía. -¿Así que estas decepcionada?

-¿Qué? ¿A qué se refiere?

Obanai era sumamente observador y pudo notar el momento en que ella se colocó una máscara de felicidad que en verdad no sentía. En ese sentido era sumamente parecida a Sanemi. -Sobre el hecho de que la persona que estaba buscando todo este tiempo no era Sanemi, sino su hermano. Pareces muy decepcionada.

Nezuko resquebrajo un poco su fachada. -¿Lo parezco?- pregunto, pero cuando se dio cuenta de sus palabras, negó con la cabeza. Sonrió nuevamente, creyendo que entre más procesara la idea de Genya, más rápido lo aceptaría. -No es algo así. De cualquier manera, le estoy dejando saber porque pensé que debería corregir cualquier malentendido. Apreciaría si continuase manteniendo esto en secreto del Vicepresidente.

Iguro asintió, sabiendo que no podía luchar contra lo que sea que se estaba formando en la cabeza de Nezuko, el dejaría que ella resolviera sola su encrucijada, pero aun aportaria un pequeño grano de arroz cuando viera la oportunidad.

-Entonces, me retiro.

Ella rápidamente salió de su oficina y soltó un suspiro. -Parece que Sanemi se encuentra parado en la parte perdedora de la situación. Tengo que hablar con él antes de que haga algo estúpido- estaba por llamar a su amo cuando su teléfono sonó, rápidamente contesto la llamada. -¿Si, Director Choi? ¡Oh! ¿La comida de hoy? No podemos hacer eso. Si, creo que mi reunión de esta mañana va a tomar tiempo. Sí. Sí, entiendo- corto la llamada y comenzó a buscar los documentos de su junta. -¿Dónde están mis papeles? ¿Mitsuri-chan? ¿Mitsuri-chan? ¡Mitsuri-chan!

Al no tener repuesta de su secretaria, rápidamente salió solo para encontrar un escritorio vacío con una pequeña nota rosa sobre la computadora. Rápidamente la leyó y supo que ella le estaba avisando que estaría unos minutos fuera, tomando un té con sus compañeras.

Obanai suspiro y sonrió, regresando a buscar sus papeles, sin poder enojarse demasiado con su hermosa secretaria.

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Mitsuri toma un largo trago de su calientito te, a su alrededor estaban Kikyo, Naho, Sumi y Shinobu quienes tomaban te o simplemente estaban echados sobre sus sillas, estirando sus extremidades para relajarse un poco.

-Ah, estoy tan cansada. Quiero descansar mañana- se quejó Naho mientras colocaba su taza de té aun costado suyo.

Shinobu bostezo. -Tienes razón, ¿A qué se refiere con un taller corporativo este fin de semana?

Kikyo golpeo ligeramente la mesa, sobresaltando a todas. -Oye, ¡Es taller es importante! Tiene la intención de reforzar la cooperación y unidad, tenemos que ir al taller corporativo por lo menos una vez al año- Shinobu realizo una mueca de asco. -Y, además, el centro de arte es un proyecto en el que el Vicepresidente está enfocado. Si decimos que fuimos y que estábamos también pensando en ello, ¿Cuánto feliz estaría el Vicepresidente? Se quedaría sin palabras de la alegría, ¿Eh?

Shinobu, Naho y Sumi realizaron una mueca de asco antes de negar con la cabeza, cuando Kikyo las miro ellas rápidamente asintieron con la cabeza con una sonrisa falsa, Mitsuri comenzó a reír.

-Primero, vamos a escribir lo que tendremos planeado cuando lleguemos allí- continuo Kikyo. -Sin embargo, estaremos en un lugar con buen aire, y podemos beber un vaso de alcohol. Estaremos descansando y jugando a los alrededores- con esas palabras las cuatro chicas inmediatamente se enderezaron -vamos a pensar de esa manera.

Mitsuri suspiro. -Beber alcohol mientras respiras aire fresco debe hacerte sentir realmente bien. También quiero ir- confeso con un puchero en sus labios.

Kikyo sonrió. -¿Por qué no podrías venir? Mitsuri-chan, ven con nosotras.

Mitsuri abrió los ojos como platos mientras las demás vitoreaban. -¿De verdad?- pregunto.

-Si.

Ella brinco emocionada y aplaudió. -Entonces, iré a comprar la comida. ¡Comprare el alcohol y la carne!

-¡Genial!

Kikyo sonrió ampliamente. -Creo que esta es la primera vez que veo a la secretaria Mitsuri tomar tal iniciativa.

Todos rieron y aplaudieron, imaginando la bien que les caería unas vacaciones después de tanto trabajo en la inauguración del centro de arte. Y justo en ese momento, Iguro atravesó las puertas, buscando con desesperación a su secretaria.

-¡Mitsuri-chan!- exclamo mientras suspiraba de alivio. Todos se colocaron de pie y ella inmediatamente giro su cuerpo para verlo, ofreciéndole una sonrisa que derritió su corazón. -Llevo un rato buscándote…

Ella se sonrojo y bajo la mirada avergonzada. -Lo lamento Director ejecutivo, no escuche mi celular…- Mitsuri dejo de sonreír cuando comenzó a buscar dentro de sus bolsas de su pantalón su teléfono rosa.

Iguro sonrió, enternecido por sus gestos. Ella era tan adorable, extendió el teléfono y ella le sonrió a penada. -Olvidaste tu teléfono.

Mitsuri tenía ganas de cavar un hoyo y enterrarse viva para escapar de esta situación tan vergonzosa. -Gracias… ¿Necesitas algo Director?

-Quiero que me ayudes a encontrar los documentos para la reunión del informe de auditoría de la tienda por departamentos Yumyung.

-Por supuesto, pero si no recuerdo mal, esa reunión es el viernes- contesto Mitsuri antes de reír suavemente.

Iguro negó con la cabeza, suspirando enamorado. -Hoy es viernes, Mitsuri-chan.

Al escuchar las risas de sus compañeras, Mitsuri borro su sonrisa. Tomo su teléfono y miro la fecha, que concordaba con lo dicho por el pelinegro. Su boca se abrió horrorizada y su cuerpo estaba lleno de vergüenza. -¡Oh, vaya! ¡Tienes razón, inmediatamente me voy! - se giró rápidamente y realizo una pequeña reverencia. -Entonces, los veré mañana.

Sumi, Naho y Shinobu trataron de contener las risas mientras se despedían de su compañera, la cual ni siquiera espero su respuesta ya que paso a un costado del Director Ejecutivo antes de salir corriendo, completamente apresurada.

Iguro sonrió y caminado, siguió a su secretaria. -¡Mitsuri-chan! ¡Espérame!- grito mientras reía o daba pequeños brinquitos.

Las cuatro rieron fuertemente cuando notaron que la pareja no los escuchaba. -¡Mitusri-chan!- imito Shinobu mientras se carcajeaba.

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-Hijo, ¿Cuándo vas a pasar algo de tiempo conmigo? - pregunto la señora Shinazugawa con un puchero en sus labios. Estaba tomando un té en la sala principal, acompañada de su esposo y su hijo mayor, quien parecía estar desesperado por salir. Genya lo miro y le sonrió ampliamente antes de dejar su taza en el plato que estaba sobre la mesa de centro. -Estuviste fuera todo el día de ayer, ¿Verdad?

-Lo siento. Tenía que encontrarme con alguien importante.

-¿Alguien importante?- pregunto el Presidente, completamente sorprendido. Su hijo sonrió enamoradamente y sus mejillas ligeramente se tiñeron de rojo. Intrigado giro su cabeza para ver a su esposa igual de estupefacta que él, dejo su tazo y sonrió. -¿Una novia?

Genya sonrió aún más. -Bueno… Podría convertirse en una.

La señora Shinazugawa frunció el ceño. -¿Otra? Te estas convirtiendo en un mujeriego…

El negó con la cabeza y rio ligeramente. -Creo que esta vez es distinto. Se siente como un destino que me tomo un largo camino encontrar- sin decir otra cosa, se retiró dejando solos a sus dos padres.

El presidente sonrió y la señora Shinazugawa suspiro. -Sus palabras son tan hermosas. Supongo que es porque es escritor.

-Lo mismo puedo decir mujer. Se siente como si tú también fueras mi destino. Un destino que encontré luego de un largo, largo camino.

Ella borro su sonrisa y negó con la cabeza. -Hubiera sido mejor si hubiera continuado así. Un largo, largo camino- el Presidente borro su sonrisa, la señora Shinazugawa rio de nuevo y golpeo el hombro de su marido. -Es broma, tonto. Te amo.

Y la sonrisa del Presidente volvió.

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Nezuko trabajaba arduamente, su atención se dividía entre escribir un informe, leer unos documentos y acomodar unos papeles que el Vicepresidente necesitaría en juntas cercanas. Aoi se encontraba en una junta, que estaba por terminar después de horas. Estaba por terminar su informe cuando sintió como su teléfono vibraba.

Miro el aparato y noto el nombre de Morfeo, ella lo tomo y llamada mientras seguía en su trabajo. -¿Si, señor escritor?- él le contesto con un tono lleno de alegría. -¿Qué? ¿Almuerzo? - pregunto sorprendida.

-Ayer el tema salió tan de la nada.

No pudimos hablar mucho. Pienso que tenemos mucho de qué hablar.

Nezuko ladeo la cabeza mientras su cabeza comenzaba a poner muchos peros en aceptar la invitación, sus ojos se posaron sobre Sanemi, quien leía y firmaba documentos. Su corazón latió dolorosamente y ella mordió su labio inferior, estaba dudosa sobre la invitación. Tanto su cerebro como su corazón se negaban con firmeza a que ella fuera.

Pero a su vez, ella quería ir.

Sus labios temblaron y su cabeza intento formar una oración, le tomo todo el esfuerzo del mundo, poder decir una sola palabra. -Si- respondió automáticamente sintiendo un gran peso sobre sus hombros.

Cuando termino la llamada, ella tomo su informe e ingreso a la oficina de Sanemi. El la miro en cuanto coloco un pie dentro, observando cada movimiento que ella hacía. Ligeramente nerviosa se acercó a él y le extendió la Tablet.

-Este es el reporte semanal- dijo, rompiendo el tenso silencio entre ambos. Tragando el nudo de su garganta, ella jugo nerviosamente con sus manos. -Y…

Sanemi miro a su secretaria, una de sus cejas se alzó al ver lo nerviosa que estaba. -¿Y?

-Aoi-san lo asistirá en la reunión de compradores del Reino Unido. No tienes ninguna cita especial, además de eso, entonces… ¿Puedo salir a almorzar por separado?

El corazón de Sanemi se detuvo. -¿Tienes algún plan o algo?- pregunto, sabiendo perfectamente con quien tenía esos planes.

Nezuko no quería que el llegara a ese punto, pero debía ser honesta. -El escritor Genya quiere almorzar conmigo.

El bajo la mirada, a pesar de que estaba preparado para su respuesta, aun dolía escucharla decir el nombre de su hermano con un toque de emoción. -Hazlo entonces- respondió con voz fría antes de mirar la tableta.

Ella sonrió incomoda. -Gracias- realizo una pequeña reverencia antes de salir de la oficina.

Sanemi suspiro cuando escucho las puertas cerrarse, su mandíbula se apretó y su ceño se frunció. Tenía que hacer algo rápidamente, antes de que fuera demasiado tarde.

Hola, ¿Cómo están? Con todo mi amor espero que muy bien.

No estoy en un buen momento, publicando estos capítulos me siento muy mal, estoy preocupada y tengo miedo, no se que vaya a pasar, con este tratamiento esperaba mejorar pero al parecer no es así o al menos no al ritmo que mi medico y yo esperábamos. Decidí hacer este especial para alegrarme un poco y alegrarle a ustedes, no les voy a mentir no estoy bien, no saben lo horrible que es vivir sin saber como vas a estar al día siguiente durante una semana de cada mes por diez años. Mi vida es modificada desde los 12 a esa semana en especifico en la que tengo a toda mi familia vigilando cada movimiento que hago, no se si vaya a volver a cama pero es lo mas seguro, no quiero ir a un hospital pero si tengo que hacer eso lo hare. Espero estar mejor en unos días, no puedo prometer que haya capitulo la próxima semana pero daré todo para hacerlo. Así que cambiemos el tema, díganme ¿Les gusto el especial? ¡Muchas gracias por todo el amor que me dan! ¡Espero les haya gustado el nuevo capitulo!, si es así me encantaría que me de dejaran un comentario lleno de amor y kudos.

Cuídense mucho, por favor, sigan las medidas de seguridad, y sobre todo no bajen la guardia. Los amo con todas mis fuerzas, y espero leernos pronto.

Con amor, la Gerente Fer.

P.D. Perdón por esta nota mas larga pero necesitaba expresarme un poco, gracias por leerlo, los amo 3