El anime/manga Kimetsu no Yaiba le pertenece a Goutage y al estudio Ufotable. El k-drama "What's wrong with Secretary Kim?" le pertenece a la cadena de televisión TvN.
¡El capítulo 25! ¡No puedo creerlo!
Por cierto, ¿Recuerdan la primera escena que rememoro Sanemi cuando quedo solo en su casa? Bueno, si no los notaron, es la misma escena que Nezuko le conto a Teruko en los primeros capítulos. ¿Cómo cambian las cosas de una perspectiva a otra, verdad?
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Nezuko y Genya deciden recuperar sus viejos recuerdos, lo que genera la oportunidad perfecta para Morfeo para robarle la chica a su hermano menor, Genya esta decido a utilizar un viejo momento para separar a la pelinegra de su hermano. Sanemi no puede evitar arder en celos al ver la preferencia de su secretaria por Genya, lo que lleva a que las rencillas entre ambos crezcan dejando a Nezuko en una posición incómoda.
Aoi vive una situación incómoda con Inosuke, todo causado por una frase que la Gerente General no termino de manera correcta, lo que encendió la paranoia de Inosuke sobre su reputación. ¡Dios! ¡Que alguien la salvara!
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What's Wrong with Secretary Nezuko? 25
Nezuko y Genya comían en un pequeño restaurante, estaban sentados cerca de los grandes ventanales que permitían la vista de un increíble jardín que muy pocos restaurantes podían presumir en Tokio. Sus pedidos acababan de llegar y como el restaurante estaba sumamente tranquilo, ambos se sentían en confianza para hablar.
-¿Descansaste bien anoche?- pregunto Genya emocionada, sus labios no podían dejar de sonreír mientras miraba cada pequeño detalle de su rostro. Ella alzo la cabeza y lo miro con esos grandes ojos rosas. -Yo no- confeso.
-¿Perdón?
El dejo los cubiertos y recargo sus codos sobre la mesa. -No pude conciliar el sueño. Después de saber que no estaba solo, en ese lugar oscuro y atemorizante. Tenía sentimientos encontrados.
Nezuko sonrió incomoda. -Me pareció increíble también. El Nii-san que estaba buscando desde hace mucho tiempo había estado tan cerca de mí.
Genya sonrió y su corazón salto. Recargo sus brazos sobre la mesa y se inclinó ligeramente hacia delante. -¿Qué ibas a hacer cuando me encontraras?- ella lo miro confundida. -Dijiste que me estuviste buscando por mucho tiempo.
Ella jugo con sus manos mientras sus labios temblaron, ligeramente. -Bueno, no estoy segura. Solo quería encontrarte sin ningún propósito en particular- confeso, manteniendo su sonrisa ligeramente forzada.
-¿Fui una especie de primer amor para ti?- pregunto Genya con picardía.
Nezuko negó rápidamente con la cabeza y rio incomoda. -No, no es así- ella bajo la mirada y borro su sonrisa.
Genya rio. -Incluso si no soy tu primer amor, vas a ayudarme a recuperar la memoria, ¿Verdad?
Ahora sí, ella sonrió sinceramente. -Por supuesto.
Cuando ambos terminaron de comer, decidieron dejar el restaurante. Genya le abrió la puerta a Nezuko, y ella le agradeció con una sonrisa. Los dos caminaron en silencio hasta la entrada del restaurante, donde alguien los estaba esperando pacientemente.
Nezuko abrió los ojos sorprendida cuando reconoció la musculosa espalda del Vicepresidente, nerviosa se acercó rápidamente a él, quedando en medio de los dos hermanos. -Vicepresidente, ¿Qué te trae por aquí? - pregunto, logrando que él girara su cuerpo.
Sanemi tenía el ceño fruncido y sus músculos se tensaron cuando observo a su hermano. -Debería ser yo el que pregunte. ¿Qué estás haciendo aquí, secretaria Nezuko? ¿Olvidaste la reunión de los compradores de Reino Unido?
Ella parpadeo confundida. -Ya te había comentado que Aoi-san asistiría contigo…
El frunció el ceño. -Me has estado acompañando todo este tiempo. Deberías venir esta vez también. Sabes que esas personas están preocupadas por mantener la seguridad de su información, así que prefieren personas que ya hayan estado allí en todas las reuniones previas.
Nezuko se rasco una ceja. Las palabras del Vicepresidente estaban siendo raras. -¿Así es como eran?- Sanemi asintió como si fuera la respuesta más obvia del mundo, ella quiso replicar pero simplemente negó con la cabeza. Sonrió forzosamente, giro su cuerpo para quedar frente a Genya, y realizo una pequeña reverencia. -Entonces, volveré al trabajo.
Genya asintió, ignorando la mirada mortal de su hermano pequeño. -Si, Nezuko. Te veré luego.
Sanemi apretó la mandíbula junto con los músculos de su espalda, su mirada estaba llena de ira a tal punto que todos los comensales que pasaban a su lado salían prácticamente corriendo para alejarse de él, y aunque Genya intentara demostrar por fuera que estaba tranquilo, sabía que estaba ligeramente temeroso por dentro. -Secretaria Nezuko, espera en el auto- siseó entre dientes.
Nezuko borro su sonrisa y miro entre ambos hermanos, inseguro asintió con la cabeza. -Está bien- susurro antes de caminar hacia el automóvil, estaba nerviosa de lo que podría pasar, pero tendría confianza en que el Vicepresidente se controlaría.
Sanemi metió las manos en los bolsillos de su pantalón y apretó los puños, su hermano tenía la espalda recta y trataba de parecer intimidante, como si de alguna manera ello fuera a funcionar con él. -No te encuentres con Nezuko a partir de ahora- ordeno con voz firme.
Genya negó con la cabeza. -Deberías ser tú el que mantenga su nariz fuera de nuestros asuntos.
-¿Nuestros?- pregunto, con la voz teñida en celos. Rio sarcásticamente y negó con la cabeza. -La palabra "nuestro" solo debería usarse en una relación como la que Nezuko y yo tenemos. Una relación que se ha ajustado mutuamente durante nueve años.
Ahora fue Genya quien sonrió. -¿Sabes qué? Nezuko me busco por un periodo que es mucho más largo que esos nueve años. Ella anhelaba encontrarme por un largo tiempo. Estaba tan desesperada por encontrarme y finalmente lo hizo… Nuestra relación es escrita por el destino.
Sanemi mantuvo su sonrisa, no demostraría ni le daría la satisfacción a su hermano de verlo inseguro. -¿Estas escribiendo una novela justo ahora? ¿Es tu nuevo libro? Si es así, no será un éxito porque la historia es demasiado aburrida.
Genya frunció el ceño. -Bueno, no estoy tan seguro sobre eso. Ya veremos si es ficción o realidad.
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Sanemi conducía mientras un tenso silencio envolvía el ambiente, Nezuko miraba por la ventana o simplemente jugaba con sus manos, ninguno de los dijo nada cuando regreso al automóvil, especialmente cuando ella noto lo molesto que se encontraba.
Cuando escucho el sonoro suspiro que Nezuko dejó escapar, él no pudo aguantar más la curiosidad combinada con los celos. -Hace unos momentos… Creo que él dijo, "nos vemos luego" ¿Qué fue eso?
Nezuko lo miro antes de inhalar profundamente. -Me voy a encontrar con el señor escritor luego del trabajo para visitar el área de reurbanización- confeso.
-¿El área de reurbanización?
Ella asintió con la cabeza. -Si, el barrio en el que solía vivir se convirtió en Yumyung Land. No puedo ir allí ahora. Creo que sería una buena idea visitar algún lugar similar a ese. Algunos de sus recuerdos podrían regresar- con cada palabra que salía de sus labios, Sanemi sentía que le clavaban una daga en su corazón, apretó el volante y su espalda se tensó, sobre todo cuando escucho el tono cariñoso que ella estaba utilizando. -Quiero encontrar mis viejos recuerdos junto con el escritor…
Sin poder aguantar más, exploto. -No, no puedes ir- ordeno.
Nezuko abrió los ojos sorprendida antes de volver a mirarlo. Sus orbes estaban llenos de preocupación y temor. -¿Qué?
-Dije que no fueras.
Ella apretó los labios, podía entender en parte lo que Sanemi le exigía, pero no podía ser tan egoísta como para pedirle algo así, ella se había encontrado con la persona que tantos años llevaba buscando, ella quería tener de nuevo esos recuerdos por más dolorosos que fueran. -Quiero ir- susurro con la voz ligeramente rota. -Hay cosas que quiero descubrir.
Sanemi relajo el agarre que tenía sobre su volante, apretó los labios y la única respuesta que pudo brindarle fue un suspiro lleno de todos los sentimientos que en ese momento sentía.
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Shinobu gimoteo mientras sobaba su estómago, en su mano sostenía una frappe y caminaba lentamente mientras Aoi reía a su lado. -Estoy super llena… No vuelvo a comer así… Pero es que la comida estaba tan buena que no pude resistirme a comer doble porción.
Aoi rio más fuerte, sobre todo al ver la forma en como Shinobu caminaba como una anciana.
-¡Delicioso!
Inosuke miro a la ojiazul reír más fuerte mientras sostenía un café. Su mandíbula se apretó y sintió unas inmensas ganas de alejarla de su compañera.
-Comimos muchísimo.
-Cierto.
Sin poder aguantar otro minuto sin ejercer presión sobre la joven mujer, corrió rápidamente hasta alcanzarlas. -Hola- saludo con amabilidad fingida, la chica de puntas moradas lo miro sorprendida mientras Kanzaki lo miraba con frustración.
-Hola- respondió dudosa Shinobu.
-¿Supongo que ya almorzaron?- pregunto.
Los labios de la ojiazul temblaron y su sonrisa se borró. Su compañera fue un poco más amable y contesto tranquilamente. -Si, acabamos de comer carne y ensalada- y mientras ella le sonreía amablemente, él miro a Kanzaki y la amenazaba con la mirada, ella cerro los ojos con disgusto y negó con la cabeza. -¿Ese es su almuerzo?
Inosuke reacciono cuando escucho de nuevo a la chica de ojos morados. Miro su bolsa y sonrió incómodamente.
-No debería hacer eso, deberías de comer hasta que tu estomago este lleno.
El negó con la cabeza. -Prefiero mi cabeza llena en lugar de mi estómago. Quiero decir, es mejor comprender mis tareas que comer.
Aoi resoplo antes de mirar con una mueca de asco al ojiverde. Shinobu parpadeo confundida antes de sonreír pícaramente, mirando entre Hashibira y Aoi. -Entonces, ¿Quiere unirse a nosotras mañana? Iremos a un taller para comprender nuestras tareas.
Aoi negó con la cabeza. -¡¿Qué quieres decir?!- exclamo.
Shinobu la miro con el ceño fruncido y ella se calló. Inosuke rio y negó con la cabeza. -Está bien, estoy ocupado, así que me iré.
Las dos mujeres realizaron una reverencia y cuando apenas había dado un paso lejos, escucho la voz de la gerente general. -¿Hashibira Inosuke?- pregunto mientras se colocaba a un costado de sus compañeras. El giro su cuerpo y sonrió. -Sabes, escuche algo sobre ti.
-¿Escucho que?- pregunto entre dientes mientras su mirada se posaba en Kanzaki.
-Escuche que sobreviviste una semana con eso- contesto Kikyo mirando su cuerpo.
-¿Realmente revelaste mi secreto?- pregunto con la voz teñida de ira. Kanzaki lo miro con el ceño fruncido y negó con la cabeza.
Kikyo rio. -Aoi no me dijo nada- Inosuke miro sorprendida a la gerente general, quien sonreía. -Además, no es algo para mantener en secreto- al ver que Inosuke no se reía y simplemente la miraba con ojos de temor, ella borro su sonrisa. -De ninguna manera. ¿Estas preocupado que me lo coma?
Shinobu abrió los ojos sorprendida mientras Aoi parpadeaba confundida. Inosuke ladeo la cabeza sin entender a que se refería la pelinegra. Kikyo rio más fuerte y negó con la cabeza.
-Tengo mucho calor corporal. No podría comerlo incluso si me do dieras.
Todos sacudieron la cabeza. Inosuke parpadeo y pregunto. -¿Comer qué?
-Nuestro Hashibira-san- respondió ella y coloco una mano sobre la ancha espalda del ojiverde. -Creía que era asombroso que sobrevivieras trabajando horas extras, todo gracias al extracto de ginseng que te envía tu madre. ¡Escuche que sobrevivías una semana con eso!
Inosuke respiro tranquilamente, Shinobu comenzó a reír y Aoi frunció de nuevo el ceño mientras sus labios formaban una sonrisa macabra. El ojiverde comenzó a reír incomodo mientras miraba a la gerente general.
-¡El extracto de ginseng! ¡Estaba hablando de eso, ya veo! Si… Mi dios…
Aoi rio sarcásticamente antes de mirar con ira pura a Inosuke, quien relajo sus hombros. Kikyo borro su sonrisa y alzo una ceja mientras miraba al joven hombre. -Espera, ¿De casualidad tienes otro secreto?
Inosuke negó con la cabeza rápidamente. -No. También estaba hablando del extracto de ginseng.
-¿Cierto? Deberías llamar a tu madre seguido.
Aoi apretó el vaso entre sus manos, desenado por dentro que ese fuera el cuello del apuesto hombre parado frente a ella. Inosuke miro a la ojiazul y rio aún más fuerte. -Bueno, creo que es una buena idea unirme a su taller, así puedo comprender mejor mis tareas.
Shinobu abrió los ojos sorprendía por el cambio de actitud tan rápido de Hashibira, sonriendo internamente miro entre él y Aoi, ya que había notado cada una de sus miradas y comenzó a conectar puntos entre sus últimas interacciones y sus miradas a escondidas. Aoi abrió los ojos y negó con la cabeza con fuerza.
-¡Suena increíble!- exclamo Shinobu, empujando ligeramente a Aoi.
Inosuke rio otro poco y realizo una pequeña reverencia antes de retirarse hacia su espacio de trabajo, caminando rápidamente. Aoi apretó los labios y pataleo mientras miraba con ira el camino por donde Inosuke había desaparecido.
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Sanemi estaba sentado en uno de los sillones azules que decoraban su oficina, tenía el codo recargado sobre el reposabrazos y su cabeza sobre su mano. Esta aburrido, con su mente concentrada en Nezuko y su creciente relación con su hermano. Los números y documentos se leían en automático, sin importarle nada ni nadie.
Escucho como Nezuko entraba a su oficina, el ruido de sus tacones llenaron el silencio de su oficina, el cual se detuvo cuando ella quedo frente a él. -Vicepresidente, no olvidaste la reunión para la cena, ¿Verdad?
Sanemi asintió sin mirarla, su vista seguía clavada en sus documentos. Nezuko miro a lo lados antes de sonreír.
-La secretaria Aoi te asistirá.
Alzo la cabeza y miro fijamente los ojos rosas. -¿Qué hay de ti? ¿Iras de cacería de recuerdos con el Nii-san que anhelabas encontrar? - pregunto, celoso.
-¿Qué? Ah, bueno…- ella ladeo un poco la cabeza, abrió la boca para después cerrarla.
Sanemi la miro fijamente mientras colocaba una cara de súplica. No vayas. No vayas. Pensó con fuerza, ella lo miro antes de ladear un poco más su cabeza. No vayas.
Nezuko rio incomoda. -Bueno, entonces. Me retirare del trabajo ahora.
Ella realizo una pequeña reverencia antes de prácticamente salir corriendo de la oficina. Sanemi resoplo molesto mientras aventaba la Tablet aun costada suyo.
-¿Irse del trabajo e ir a dónde? ¿A los viejos recuerdos o qué? Debería esforzarse en crear nuevos recuerdos conmigo, en lugar de encontrar los viejos- reclamo a la nada. Inhalo profundamente y se dejó caer en el sillón dejando que su apagado humor se hiciera cargo de él.
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Nezuko caminaba hacia la avenida principal a un costado del edificio, estaba en el teléfono con Genya, quien le había marcado apenas había puesto un pie fuera del edificio. -Si, señor escritor. Acabo de salir del trabajo. Tomare un taxi ahora y…
Ella se detuvo abruptamente cuando vio salir a Genya de una camioneta último modelo de color azul estacionado justo frente a ella. El la saludo con una mano y ella termino la llamada, con una pequeña sonrisa se acercó al automóvil.
Sanemi suspiro por decima vez en el día, estaba en su carro con dirección a un gimnasio, a su lado se encontraba Iguro, quien lo miraba con preocupación. Suponía que su aura depresiva era tanta que hasta incluso Tomioka lo miraba con preocupación por el espejo retrovisor.
-¿Qué sucede? ¿Incluso cancelaste una reunión solo para poder hacer ejercicio?
Sanemi frunció el ceño. -No tengo humor para escuchar conversaciones sin sentido.
Iguro sabía que algo sucedía, así que sería estúpido de preguntar. Pero Sanemi era una cabeza dura. -¿Sucede algo?
El suspiro de nuevo. -No estoy seguro.
Ahora fue el turno de Iguro de suspirar mientras miraba su amigo, quien claramente estaba decaído. El auto paro cuando el semáforo frente al edificio de la corporación se colocó en rojo. El abrió los ojos cuando a lo lejos vio a la secretaria Nezuko sonreír mientras platicaba con el hermano mayor de Sanemi, miro con horror a su amigo, el cual no se había dado cuenta de la situación.
Tosió con fuerza, lo que provocó que Sanemi lo mirara con una ceja alzada, inmediatamente que vio que está bien, Sanemi comenzó a girar su rostro para mirar por la ventana. Iguro rápidamente reacciono y cubrió sus ojos con una de sus manos mientras inclinaba su cuerpo. -¿Adivina quién soy?- susurro con una tono juguetón cuando en realidad estaba temblando de miedo. Sintió como el cuerpo de su mejor amigo se tensaba mientras su cuerpo temblaba de ira, una de sus manos se levantó mientras apretaba su mandíbula.
Por el rabillo del ojo observaba como Genya le abría la puerta del copiloto a Nezuko, quien agradeció con una pequeña reverencia.
-¿Qué demonios estás haciendo en este momento?- siseo entre dientes Sanemi.
Él se acercó sus labios otro poco más cerca del oído de su mejor amigo. -¿Adivina quién soy? Adivina- susurro para después soplar lo que provocó que Sanemi temblara aún más e intentara alejar su cuerpo, su mandíbula se tensó aun punto que Iguro creyó que se rompería un diente. Iguro temblaba de miedo mientras miraba con suplica a la pelinegra, quien se sentaba en el asiento del carro mientras Genya comenzaba a cerrar la puerta.
-Si no sacas tu mano en este momento, tu escritorio será sacado de tu oficina.
-No, no, no quiero. No te diré. Tienes que adivinar.
Un pequeño alivio recorrido su cuerpo cuando vio al hermano mayor de su jefe caminar hacia la puerta del conductor. Pero ese alivio se convirtió en miedo cuando sintió una de las fuertes manos de su amigo tomar una de sus muñecas para alejar su mano. Lucho con todas sus fuerzas contra la poderosa musculatura del peliblanco, tembló y su rostro se colocó rojo cuando coloco toda su fuerza para seguir cubriendo los ojos purpura, Sanemi tembló y apretó su muñeca con mucha fuerza.
Cuando la camioneta azul de Genya comenzó a avanzar, Iguro dejo de luchar, provocando que rebotara sobre el asiento cuando Sanemi logro quitar su mano, él lo miraba con ira mientras intentaba regularizar su respiración. El arreglo su cabello mientras intentaba sonreír, tratando de demostrar que no le temía a su mejor amigo.
-¿Qué quieres decir con "adivina quién soy"? ¿Piensas que no sabría quién eres? - lo cuestiono Sanemi en un tono que demostraba tanta ira, que incluso Obanai se sorprendió al ser la primera vez que él ocupaba ese tono.
Sin mirarlo, Iguro acomodo su traje y cabello mientras respondía. -Puede que pienses que lo sabes todo sobre mi, pero pensé que puede que no lo sepas tan bien.
El rostro de Sanemi paso de la ira a la incredulidad. -¿Qué?
-No soy solo un amigo. Soy tu mejor amigo, amo. No quiero que salgas herido.
Sanemi suspiro antes de girar su rostro, sus puños se apretaron mientras algunos mechones de pelo caían sobre sus ojos, soplo para alejar su cabello antes de mirar nuevamente a su amigo quien sonreía incómodamente mientras acomodaba su cabello negro.
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Genya y Nezuko caminaban lentamente mientras miraban alrededor del vecindario de escasos recursos que era muy idéntico a como era el terreno antes de que Yumyung Land fuera construido. El aire causaba pequeños escalofríos que recorrían su el cuerpo de Nezuko, el lugar causaba que ella se sintiera incomoda mientras observaba como Genya miraba a su alrededor.
-Hemos venido al lugar más parecido. ¿Qué tal? ¿Recuerdas algo?
-No estoy seguro- Nezuko apretó los labios mientras miraba al frente. Genya parecía no tener muchos ánimos de hablar sobre el tema. -Solo recuerdo que la mujer que nos secuestro estaba ciegamente enamorada de un hombre casado. Cuando el hombre la dejo, ella aborto su bebe- Nezuko miro sorprendida al pelinegro antes de girar la cabeza y tratar de recordar otro poco. -Lo hizo por impulso, por resentimiento.
-Creo que eso es cierto. Ahora que escucho eso, creo que había alguien más además de nosotros.
Genya se detuvo y giro cuerpo para mirar a la pequeña pelinegra. -Pero… ¿Quizás recuerdas como escapamos de ese lugar?
Nezuko negó con la cabeza. -No estoy segura. No lo recuerdo bien… Pero sé que estábamos agarrados de la mano muy fuerte…Y recuerdo que me llevaste a mi casa- ella sonrió mientras miraba con agradecimiento a Genya.
-¿Te lleve a casa?- pregunto sorprendido.
Nezuko asintió con entusiasmo, Genya la miro antes de suspirar y girar su cuerpo, ella se desilusionó mientras veía la cara de confusión del señor escritor, su corazón se marchito y no pudo evitar también suspirar.
-Pero… ¿Cómo me llamaba en el pasado?
Ella parpadeo antes de sonreír y que sus mejillas se tiñeran ligeramente de rojo. -Te llamaba, "Nii-san".
Genya sonrió. -Entonces, ¿No puedes llamarme así de nuevo? Yo también hablare de manera menos formal.
Nezuko asintió mientras sonreía.
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Sanemi golpeaba y pateaba con fuerza el saco de boxeo que colgaba frente suyo, tenía sus manos vendadas para no lastimar los nudillos de sus manos. Su traje había quedado atrás y ahora portaba un pans negro y un jersey sin mangas de color blanco. Sus músculos estaban tensos y la fuerza que aplicaba en cada golpe era tal que el saco se sacudía a un punto que era un milagro que aún no cayera de la pared, ya sea roto por la mitad o simplemente porque las cadenas ya no aguantaron el movimiento del saco de box.
Con cada golpe que daba se imaginaba las palabras dichas por su hermana en aquella conversación que tuvo con Nezuko. Se imaginaba cada palabra de autoindulgencia que había tenido para sí mismo y cada adjetivo que lo colocaba como el peor hermano en la historia. Casi podía ver el rostro de su hermano en lugar de un saco de box.
Iguro entro por las puertas rodando por el suelo, se levantó rápidamente y comenzó a calentar mientras soltaba varios golpes al aire, por el rabillo del ojo vio como su amo golpeaba con una fuerza increíble el pobre saco, incluso dejando las marcas de sus puños unos segundos antes de que la arena dentro volviera a su lugar.
Sanemi dio una patada antes de girar su cuerpo para verlo, Obanai negó con la cabeza antes de suspirar. -Sanemi-chan, Sanemi-chan, ¿Qué clase de patada es esa? No hay filo, ¡Para guardar el filo, tienes que estirarla! - pateo el aire, estirando de más su pierna para mostrar su punto. -¡Estirarla!- dio unas pequeñas patadas antes de sonreír. -Deberías recibir lecciones.
Sanemi suspiro antes de realizar una patada con tal fuerza que el saco de box se sacudió con fuerza. Iguro dio un paso hacia atrás, asustado. -¿Qué tal una pelea?- pregunto antes de mirar nuevamente a su Iguro, mientras intentaba regularizar su respiración.
Iguro sonrió antes de golpear con su espalda para estirar los músculos. Se coloco en posición de defensa mientras se acercaba lentamente a su amo y golpear ligeramente sus puños contra Sanemi. Y antes de que el retirara sus fuertes manos, las tomo y apretó ligeramente. -Lo siento.
Obaina se retiró lentamente antes de colocarse frente a él y comenzar el combate. Media hora después, ambos tomaban agua mientras intentaban regularizar su respiración, estaban semi sentados sobre la orilla del ring de artes marciales que había en medio de la habitación.
-¿Sucede algo? ¿Por qué estas tan enfadado?
Sanemi dejo de beber agua antes de inhalar profundamente. -Tengo algo que no quiero que em roben.
Iguro asintió con la cabeza. -Entonces… Por supuesto que no deberías dejar que te roben a la secretaria Nezuko.
El asintió antes de mirar sorprendido a su amigo. Negó con la cabeza y frunció el ceño. -¿De qué estás hablando? No estoy hablando de ella.
Obanai apretó la mandíbula y sus músculos se tensaron. -Para amo, para de autoengañarte, ¡Por favor! ¡¿Hasta cuando vas a decir que es la historia del compañero de clase de tu primo y vas a andar con rodeos?!- Sanemi abrió los ojos sorprendido. -¡Tan solo confía en mí y suéltalo! ¡Y quiero que lo escupas como un hombre! - se inclinó para quedar más cerca de él y señalo su pecho. -¡Como un maldito hombre!
Sanemi parpadeo y sus labios temblaron. -No, eso es…
Sin importar las consecuencias, Iguro picoteo el pecho de Sanemi con fuerza. -¡Estas intentando poner excusas otra y otra vez y otra vez! ¡Uhm! ¡Ve inmediatamente a conseguir a la secretaria Nezuko! ¡¿De acuerdo?! ¡Ambos no pueden seguir coqueteando para siempre!
El Vicepresidente abrió nuevamente los ojos sorprendido. -¿Coqueteando?
-¿Entonces que relación tienen?- pregunto exasperado el Director ejecutivo. -Cuando ambos se gustan, pero no están saliendo, ¿Hay otro termino más que coquetear? - él parpadeo, y miro boquiabierto a su amigo. Iguro chasqueo y trono sus dedos. -¡Ya se! ¡Una aventura! - suspiro y apretó los puños. -Date prisa y ve. Exprésate como te sientes para ganar. ¡Eres Sanemi Shinazugawa!- exclamo mientras volvía a inclinar su cuerpo contra el del peliblanco. -¡Ya sea un producto o un negocio, nunca has fallado en obtener lo que has querido! ¡Eres el más despiadado de entre los despiadados!
Sanemi frunció el ceño y alzo su cuerpo, provocando que Iguro se encogiera. -¡¿"Despiadado"?!
-¡Retiro esa palabra!- Iguro retrocedió antes de hacerse pequeño y levantar su puño. -¡Animo amo!
Sanemi negó con la cabeza, giro su rostro e inhalo profundamente antes de mirar el cielo por la ventana.
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Nezuko sonrió y extendió la vieja libreta a Genya, ambos estaban en una pequeña cafetería cerca del área de reurbanización donde pasaron la tarde caminando. -Aquí está el diario que me pediste.
Genya tomo la libreta y miro con adoración las estampas pegadas por toda la tapa. Eran viejas y estaban prácticamente descoloridas, pero de alguna extraña manera, era hermoso. Abrió la libreta y sonrió cuando vio el dibujo de una pequeña niña con una flor en su mano.
-Espero que te ayude a recuperar tus recuerdos.
Genya dejo el cuaderno sobre la mesa e inhalo profundamente. -Para ser sincero, he vivido odiando mucho a Sanemi. Pensando que, si no hubiera sido por él, yo no habría pasado pro algo así- Nezuko bajo la mirada y apretó los labios. -Pero esos sentimientos están desapareciendo un poco, porque estabas conmigo ese día.
-¿Qué?
-Podemos compartir ese día así. Ahora puedo estar agradecido con Sanemi.
Nezuko sonrió incómodamente, y antes de que pudiera responder, su teléfono vibro, salvándola de una situación muy incómoda. Ella inmediatamente lo tomo y al ver el nombre en la pantalla, sonrió. -Permíteme un minuto- ella contesto y coloco su teléfono sobre su oído. -¿Si, Vicepresidente?
Genya alzo la cabeza y su sonrisa se borró.
-¿Qué? ¿Una emergencia?
Sanemi esperaba con el ceño fruncido y las manos dentro de los bolsillos de su pantalón, su espalda estaba tensa y los músculos de sus brazos estaban tensos al punto que dolían. Inhalo profundamente y se preparó para lo que sea que fuera verla estar junto a Genya.
Y justo en ese momento, el automóvil de su hermano mayor se estaciono frente a él, y al mismo tiempo los dos salieron, él se concentró en Nezuko, quien acomodaba su bolso en su hombre mientras se colocaba a su lado. Ella realizo una pequeña reverencia mientras sonreía. Genya rodeo el automóvil antes de quedar frente a él.
-Está bien si no la acompañas personalmente- dijo Sanemi, mirando con el ceño fruncido a su hermano. La tensión era papable y Nezuko ya sonreía falsamente.
-No puedo hacer eso. Tengo buenos modales- replico Genya, con una pequeña sonrisa burlona.
-Entonces me gustaría que te marcharas con buenos modales. Estamos ocupados. La compañía está enfrentando una emergencia.
Nezuko apretó los labios, y Genya resoplo. -Hay frecuentes emergencias hoy. ¿Es por qué el Vicepresidente no es hábil?
Ella inhalo profundamente y sonrió, de la manera que acostumbraba a utilizar cuando tenía una junta y debía mostrar una buena cara. Intento hablar, pero el Vicepresidente contesto la pregunta de su hermano.
-Es lo contrario. Debido a mis excelentes habilidades, siempre estoy manteniendo a los oponentes bajo control. Bueno, ¿Supongo que no conoces el sentimiento de contenerte por tus excelentes habilidades?
La sonrisa de Genya se borró y dio un paso cerca de su hermano pequeño. Nezuko miro a ambos preocupa y se colocó frente a Sanemi. -Debes estar ocupado. Deberías irte pronto.
Genya suspiro. -Está bien, te llamare, Nezuko.
Sanemi abrió los ojos, Nezuko asintió con la cabeza. -Si, ve con cuidado, Genya-Niisan.
El giro su cuello tan fuerte que sus huesos crujieron, miro con sorpresa y celos a su secretaria. -¿Genya-Niisan?
Genya sonrió de lado mientras regresaba a su automóvil, se despido una última vez de Nezuko antes de arrancar y perderse entre los automóviles. Nezuko sonreía incómodamente mientras trataba de ignorar la mirada mortal que el Vicepresidente le estaba dirigiendo.
Sanemi estaba boquiabierto, parpadeando mientras su mirada pasaba de la pelinegra al carro ya desaparecido de su hermano mayor. Su cuerpo no reaccionaba y su cerebro era incapaz de construir una sola frase coherente.
Lo único que sabía era dos cosas.
Que estaba enojado.
Y que, gracias a ella, acababa de descubrir una nueva faceta suya.
Era un hombre celoso.
Hola, ¿Cómo están? Con todo mi hearth espero que muy bien.
Después de casi un mes de ausencia estoy de regreso, lamento el retraso de este capitulo, espero que el largo del capitulo recompense un poco mi ausencia. ¡Muchas gracias pro esperarme y por decidir seguir esta historia! ¡Las cosas comienzan a complicarse para Sanemi y Nezuko! ¿Cómo lograran salir de esta situación? ¡Dios! ¡Estoy emocionada de seguir! ¡Espero que ustedes también! ¡Muchas gracias por todo el amor que me dan! ¡Espero les haya gustado el nuevo capitulo!, si es así me encantaría que me de dejaran un comentario lleno de amor.
¿Qué sucederán con las actualizaciones? Bueno, si todo sigue bien nos vemos en unos días, quiero recompensar mi ausencia y espero mantener el ritmo de antes. ¡Daré todo de mi! Cuídense mucho, por favor, sigan las medidas de seguridad, y sobre todo no bajen la guardia. Los amo con todas mis fuerzas, y espero leernos pronto.
Con amor, la Interna Fer.
