El anime/manga Kimetsu no Yaiba le pertenece a Goutage y al estudio Ufotable. El k-drama "What's wrong with Secretary Kim?" le pertenece a la cadena de televisión TvN.
¡El capítulo 26! ¡No puedo creerlo!
¡He decidido hacer un pequeño especial por mi ausencia de tres semanas! ¡Espero que lo disfruten! 1/3
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Nezuko rechaza por ¿Quinta? ¿Sexta? vez al Vicepresidente. Después se va a tomar el taller corporativo para relajarse un poco y dejar de pensar en todo lo que tuviera que ver con los dos hermanos Shinazugawa, sin saber que sus planes, nuevamente, no saldrán como ella esperaba.
Sanemi decide ir al taller corporativo para demostrarle a su secretaria que esta vez no está mintiendo, el en verdad deseaba convertirse en su pareja.
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What's Wrong with Secretary Nezuko? 26
Sanemi giro su cuerpo, apretó los puños mientras miraba a Nezuko jugar con sus manos. -¿Nii-san? ¿Eso sale con facilidad?
Ella sonrió ampliamente y eso le coloco los vellos de punta. -Si. Ya que él no es una Nee-san.
El giro la cabeza incrédulo. -¿Qué?
-Entremos rápido.
-¡No!-exclamo Sanemi mientras detenía del antebrazo a su secretaria, quien había dado un par de pasos para adentrarse al edificio. -No necesitamos entrar- termino mientras soltaba su pequeño brazo.
Ella parpadeo confundida. -¿Qué?
-Tengo hambre. Prepárame ramen- ordeno con firmeza. -Mi hambre es una emergencia.
Los labios de Nezuko temblaron, seguía sin entender que rayos le pasaba al Vicepresidente. -¿Qué significa…?
El la interrumpió antes de que pudiera terminar su pregunta. -¿Qué soy? Soy la persona que decide todo y es responsable de todo sobre el grupo Unqui. Soy alguien que puede volverse loco y afectar la vida de decenas de personas de empelados y sus familias.
-¿Y?- pregunto con incredulidad Nezuko.
Sanemi alzo una ceja. -¿Y? No me puedo concentrar en el trabajo por el ramen. ¿Hay una mayor emergencia para la compañía que esta? - ella abrió la boca incrédula antes de resoplar, estaba molesta al grado que estaba afectando esto a ella y a Sanemi. Incrédula de esta situación tan surrealista que jamás en su vida imagino pasar. -Así que dame ramen, inmediatamente.
Nezuko coloco los ojos en blanco antes de inhalar profundamente y comenzar a caminar hacia el centro, sin importarle si Sanemi la seguía o no. Cuando encontró lo que buscaba rápidamente se adentró, realizo su pedido y pago antes de sentarse en una mesa, ni un minuto después Sanemi se sentó frente a ella mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.
Ninguno de los dos se miraba y el tenso silencio fue roto cuando la mesara dejo el plato de ramen frente al Vicepresidente, incomoda del ambiente entre ambos rápidamente coloco los demás ingredientes antes de retirarse.
Sanemi miro con una ceja alzada el plato antes de mirar a su secretaria. -Este no es el tipo de ramen que quiero.
Nezuko lo miro de la misma manera. -Está tampoco es el tipo de situación que quiero. ¿Por qué estas interfiriendo?
-¿Interfiriendo?
Ella inhalo profundamente, tratando de tranquilizarse. -Sigues apareciendo en lugares en los que estaba con el señor escritor. ¿Si eso no es interferir, que es? - la única respuesta que recibió fue un ceño fruncido. Ella apretó los puños. -Se que ustedes dos no tienen una buena relación. Sin embargo, hay recuerdos del pasado que debo conocer…
-Entierra los recuerdos del pasado- interrumpió Sanemi con voz firme.
-¿Qué?
-La gente debería mirar al futuro. ¿Cuánto vas a vivir pensando en el pasado? - pregunto Sanemi. -Ya son historias del pasado. ¿Son tan importantes? ¿Suficientes para herir los sentimientos del hombre con quien tienes una aventura?
El corazón de Nezuko se aceleró, el enojo que comenzaba a hervir dentro de su vientre fue rápidamente sustituido por las estúpidas mariposas que sentía alrededor de él. Sus mejillas se tiñeron de rojo y sus labios temblaron. -¿Un…Una aven… Aventura?
-Si, "aventura". Aunque la palabra de por si es muy simple, ese delicado cálculo de sentimientos que no pueden ser expresados con otra palabra más que "aventura"- las palabras solo aceleraban el corazón de Nezuko. -Me gustas y te gusto- y esa fue la suficientemente directo como para que su cuerpo se debilitara, su corazón se paralizara y sus mejillas fueran completamente rojas. -Es cierto que estamos teniendo una aventura ahora, ¿No es así?
Sus labios temblaron el doble y sus manos comenzaron a sudar. -¡No! Bueno…
-¿Lo reconoces también, verdad? Que estamos teniendo una aventura ahora mismo- esta incrédula de la forma tan sencilla en cómo lo decía, como si se tratara de uno más de sus cálculos que realizaba a la perfección. -Pero ¿Qué? ¿Un Nii-san que estabas buscando desesperadamente? ¿Recuerdos del pasado que quieres saber? ¿Eso es mostrar buenos modales con quien estas coqueteando?
Nezuko estaba por contestar cuando la mesara los interrumpió de nuevo. -Los dumplings están aquí- la señorita dejo el plato frente a ella, quien tenía el rostro tan rojo que quien no supiera de que estaban hablando, seguramente pensaría que se estaba quedando sin aire.
Intento hablar, pero las palabras no salían de su boca. Carraspeo mientras jugaba con su cabello, sintiendo caliente las orejas y el pecho. -No creo que eso sea algo que debería estar diciendo aquí.
-Eres quien me trajo aquí.
Su boca realizo un puchero antes de comenzar a comer lo que sea que tuviera frente a ella y no tener que hablar con él hasta que fuera inevitable. Cuando ambos terminaron, él la llevo hasta su edificio y a penas estaciono el automóvil, ella inmediatamente se bajó y comenzó a caminar hacia las escaleras de su edificio.
Sanemi bajo rápidamente del carro y corrió hasta quedar frente a su secretaria, provocando que ella se detuviera abruptamente. -Nezuko- ella suspiro antes de subir su cabeza y mirarlo, inhalo profundamente mientras agarraba valor. -Soy inteligente, mi apariencia es extraordinaria, tengo mucho dinero y soy capaz. Así que ahora, deja de contenerte y cásate conmigo- las mejillas de Nezuko se tiñeron de rojo y sus labios se separaron ligeramente. -Esto es diferente que antes-aclaro rápidamente, -cuando te dije que salieras conmigo o nos casáramos. Antes, fue porque quería aferrarme a ti que querías renunciar. Pero ya no es así. Estoy siendo sincero…- El corazón de Nezuko dio un vuelco y el rojo de sus mejillas volvió. -Así que, vamos a dejar de tener una aventura y tengamos un romance.
Ella sonrió mientras miraba fijamente al Vicepresidente, sus labios se movían pero ningún sonido salía. Estaba encantada, en verdad, y las ganas de decir si eran tantas que no creía poder contenerse por mucho tiempo, sus brazos anhelaban abrazarlo con fuerza y no soltarlo…
Pero había un solo problema, uno muy grande.
Sanemi respiraba rápidamente mientras la miraba, sus ojos brillosos, sus mejillas rojas, su bella sonrisa y esa dulce manera de mirarlo que calaba hasta sus huesos. Cuando ella movió los labios y la miro con nerviosísimo mientras intentaba entender lo que decía, estaba tan tenso que creía que en cualquier momento se desmayaría. Estaba por acercarse a ella, cuando sonrió ampliamente y contesto.
-No creo que sea eso.
El suspiro decepcionado y dio un paso hacia atrás. -¿Por qué no? ¿No estamos teniendo una aventura ahora?
Ella asintió con la cabeza. -Si, así es.
Sanemi parpadeo confundido. -Entonces, ¿Por qué me estás diciendo que no saldrás conmigo?
Nezuko bajo la mirada e inhalo. -Eres celoso y competitivo. No quiero comenzar a salir simplemente por eso. La atmosfera y la situación no me gusta- y como remate sonrió ampliamente, falsamente, como el tipo de sonrisa que no le gustaba a él.
Sanemi inhalo profundamente mientras ladeaba su cuerpo. -¿Qué?- pregunto incrédulo.
-Como sea, no creo que ahora sea el momento. Así que, me iré- con otra sonrisa dio una pequeña reverencia y rápidamente salió corriendo antes de que pudiera detenerla, subiendo las escaleras con fuerza.
Sanemi miro a Nezuko desparecer mientras la señalaba con uno de sus dedos. -¡No, es ahora! ¡Es ahora! - grito antes de escuchar como la puerta de su departamento era cerrada con fuerza. Cuando se quedó solo en medio de la solitaria calle, con solo los ladridos de los perros como su compañía, el dejo caer su mano.
-¿Cuántas veces he sido rechazado por esa mujer?- se preguntó.
Nezuko dejo caer su bolso mientras intentaba regularizar los latidos erráticos de su corazón. Suspiro profundamente y con las mejillas rojas realizo un puchero. -¿Por qué siempre se confiesa de esa manera?
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Al día siguiente Nezuko y resto de sus compañeras se encontraban subiendo las múltiples hieleras que Mitsuri había traído de su casa. Todos se encontraban vestidos de manera casual mientras trataban de disfrutar de la temperatura perfecta que hacía en el centro de la cuidad. Todas luchaban por acomodar las cosas en la mediana cajuela que la camioneta del corporativo les había proporcionada para llegar a su taller.
Nezuko suspiro cuando dejo su carga y miro con una sonrisa a Mitsuri. -Mitsuri-san, escuche que es la primera en llegar aquí, ¿Es verdad?
La pelirrosa asintió con la cabeza. -Siempre solía llegar tarde al colegio. Fui la primera en mi escuela cuando se trataba del picnic escolar- todos rieron mientras la miraban. -No creo que sea algo que presumir.
Kikyo palmeo la pequeña espalda de la joven mujer. -Mitsuri-chan, ¿Si llevamos todo?
-¡Carne!- intervino Shinobu con una sonrisa. -No puede faltar la carne.
Mitsuri abrió una de las hieleras que contenía muchos paquetes de carne de distinto tipo. Todos abrieron la boca y sonrieron ampliamente mientras abrazaban a la pelirrosa. -No sabía que clase les gustaba así que para que puedan escoger de acuerdo con sus gustos, traje de todo tipo de cortes. Creo que compre todo el supermercado…
Todos aplaudieron, pero Naho miro preocupado la carne. -Mitsuri-chan, ¿Hay vegetales?
Mitsuri asintió con la cabeza y abrió la segunda hielera, mostrando lechugas, papas y mucho más que nadie alcanzaba a ver por completo. -¿Y el alcohol?- pregunto Sumi. Y con eso la última hielera fue abierta mostrando muchas botellas de agua, refresco y alcohol de todo tipo.
-¡Vaya!- exclamaron todas antes de comenzar a aplaudir con fuerza. Nezuko sonrió ampliamente y subió su pulgar mientras le guiñaba un ojo a su compañera secretaria. -Perfecto- y Mitsuri le sonrió ampliamente, como si su aprobación fuera la más valiosa en el mundo.
-¡Mitsuri-chan! ¡Cuando se trata de esto eres una profesional! - exclamó Shinobu mientras tomaba el brazo de si amiga.
Kikyo asintió. -¡Eso mismo digo yo! ¡Si fueras menos distraída en el trabajo, serias la copia perfecta de Nezuko-chan!
Mitusi se sonrojo mientras sonreía. -Lo sé.
Shinobu le dio un pequeño manotazo a la gerente general antes de realizar un puchero. -Deja de molestar a mi Mitsuri, gerente general. ¡Debería dejar de decir las cosas con tan poca sensibilidad!
Todos reían, hasta que una voz masculina las interrumpió. -Hola.
Todas se giraron a ver, y al observar lo que tenían enfrente sus sonrisas se borraron. Hashibira Inosuke les sonreía mientras portaba su habitual traje con la diferencia de que una pequeña mochila colgaba de sus hombros. Nezuko y Shinobu tosieron mientras Aoi miraba de los pies a la cabeza a su vecino, quien estaba tranquilamente parado a su lado.
Kikyo tallo sus ojos antes de mirar nuevamente al hombre frente suyo. -Hasibira-san, ¿Por qué estas usando un traje para el taller corporativo?
El acomodo las mangas de su traje. -Opino que un taller corporativo es una extensión del trabajo- respondió, orgulloso de sí mismo.
Aoi ladeo la cabeza mientras su mente le recordaba algunas de las palabras que él le había dicho cuando se encontraron en aquella azotea.
"¡Esta bien! ¡Solo tengo un traje!"
Sonrió incomoda mientras intentaba no alterarse ni sentir, aunque sea un poco de compasión por Inosuke.
-Ya que todos estamos, ¿Deberíamos irnos? - pregunto Nezuko con una sonrisa. Regresando el ambiente festivo que hace unos minutos había entre todos.
-¡Vámonos!- exclamaron todos en respuesta. Aoi se giró y comenzó a aplaudir mientras seguía a sus compañeros. O eso intento antes de que fuera jalada por una de las correas de su mochila. Camino forzadamente hacia atrás tratando de mantener el equilibrio hasta que fue separada de las demás, sabiendo quien era, colocó los ojos en blanco antes de subir su cabeza y mirar a Inosuke.
-Kanzaki. ¿Sabes por qué he venido al taller?
-¿Qué?- pregunto confundida antes de exhalar. -Bueno, supongo que viene a ver el centro de arte.
-No. Vine a vigilarte.
-¿Qué?
-Solo tengo un traje- Inosuke toco la tela que cubría su cuerpo, -y vivo en un cuarto en la azotea. No voy a permitirlo, vigilare que no hables de mi estilo de vida escaso.
Aoi pataleo. -¿Pero por qué te parece tan importante que eso no sea revelado?
-¡Claro que es importante! Soy conocido como el más guapo, adicto al trabajo y el hombre más deseado del grupo Unqui- con cada palabra que salía de los labios de Inosuke, Aoi dejaba los ojos en blanco. -Mi imagen… ¡No debe ser arruinada! - siseo entre dientes, con la mandíbula apretada. -Así que…- el cerro sus labios y la miro con ira.
Aoi resoplo y asintió con la cabeza. Estaba por irse hacia la camioneta cuando vio a Shinobu asomándose por la puerta, mirándola con picardía. -¿Qué están haciendo, por qué no suben?- pregunto con voz ligeramente burlona que provoco que los ojos de Aoi se abrieran de horror al descubrir lo que estaba insinuando Shinobu.
-¡Allí vamos!- respondió Inosuke por ambos mientras volvía a colocar su sonrisa. Aoi apretó los puños mientras miraba con ira la espalda de Inosuke, quien ya estaba subiendo a la camioneta bajo la atenta mirada de Shinobu quien sonreía cómplice.
Dio un pequeño grito antes de comenzar a moverse. -¿Por qué es así?
Cuando estaban a medio camino, todos decidieron que lo mejor que podían hacer era tomar un descanso, estirar las piernas y comer algo antes de seguir hasta su destino. Estaban sentados en una mesa en medio de la gigante cafetería que había en el centro de visitantes cercano a la reserva en la que se hospedarían.
Los locales los rodeaban y la mayoría de ellos ya habían hecho un pedido, y estaban comiendo tranquilamente mientras reían. -¡Que rico! Como esperaba, deberíamos comer esta clase de comida en la parada- exclamo Aoi con una gigante sonrisa mientras comía un pedazo de piña.
Frente a ella, Shinobu asintió con la cabeza, y todos rieron. Sentado a un costado de Shinobu estaba Inosuke, quien leía unos documentos sin mirar si quiera la comida. Naho, comió un poco de ensalada mientras miraba al apuesto hombre. -Pero, Hashibira-san ¿Por qué no come? ¿Está a dieta? - pregunto.
Shinobu asintió. -Ella tiene razón. Deje de trabajar y coma. Esta muy rico- ella tomo una pequeña botana que tenía un palillo y se la extendió al ojiverde.
-Estoy bien- Inosuke respondió antes de tomarlo con resistencia, mientras alejaba su cuerpo lo más posible para impedir que la salsa manchara su saco. Pero al tomarlo mal y ella al soltarlo antes, la comida se le resbalo a los dos y cayó sobre el saco azul marino, dejando un rastro de salsa.
Todos gritaron mientras miraban con horror la mancha. Inosuke pego un grito que resonó por todo el establecimiento. -¡Dios! ¡Esta es mi ropa! ¡Es el único conjunto que tengo! - grito completamente enojado sin poner atención en sus palabras, tomando unas cuantas servilletas para comenzar a limpiar.
Aoi abrió la boca sorprendido mientras intentaba patear ligeramente a Inosuke. Todos miraron con incredulidad al ojiverde, Shinobu fue la que se atrevió a preguntar. -¿Qué? ¿Solo tiene uno? ¿No tenía diez?
Inosuke sintió que una cubeta de agua fría le caía, su enojo se esfumo y su estómago se encogió, siguió limpiando mientras sentía la mirada de sus compañeras sobre ella. El rio y negó con la cabeza. -Si tengo diez, pero los uso como si tuviera solo uno.
Aoi rio burlonamente mientras los demás reían. -Ah, ya veo- respondió Shinobu mientras alejaba la servilleta que ya estaba manchada. Inosuke siguió limpiando mientras Aoi rodaba los ojos antes de seguir comiendo más frutas. Justo en ese momento Kikyo llego junto con un plato hondo que humeaba.
Nezuko sonrió. -Te demoraste mucho, Kikyo-san.
-Pensé, ¿Debería comer Udon? ¿Ramen? ¿Udon? ¿Ramen?, así que me demore intentando decidir- Kikyo se sentó mientras todos reían. -Todos, prueben. Aquí, aquí, aquí- dijo mientras les pasaba palillos a todas sus compañeras mientras vitoreaban. -¿Quieren comer ramen y luego irse?- pregunto antes de reír. Todas rieron y Nezuko miro confundida a la gerente general.
-¡Eso es lo que dice una mujer a un hombre para seducirlo!- exclamo Mitsuri.
Nezuko abrió los ojos sorprendida, Kikyo asintió. -¡Es cierto! Esto definitivamente es la representación de una seducción.
-Es cierto.
Nezuko miro la mesa mientras un recuerdo llegaba a su mente.
Nezuko bajo la cabeza avergonzada, jugo con el cierre de su chamarra hasta que su cerebro le dio una grandiosa idea. –"¿Quieres comer ramen antes de irte?"- ella sonrió mientras lo miraba.
Sanemi alzo una ceja y miro sin comprender a la pelinegra. –"¿Ramen?"
-¿Desde cuándo el significado del ramen cambio?- pregunto, preocupada y horrorizada de imaginarse si es que Sanemi sabia el significada del que se burlaban sus compañeros. Sin saberlo su tono de voz había cambiado a uno serio y que prácticamente exigía respuestas. -¡¿No puede significar simplemente ramen y luego irse?!
Todos la miraron con sorpresa, las 6 mujeres y Hashibira-san estaban calladas con la comida cerca de sus labios, parpadeando con la boca prácticamente abierta. Kikyo sonrió incomoda antes de responder a la pelinegra. -Era una broma. ¿Por qué eres tan seria secretaria Nezuko?
Nezuko miro a su alrededor, notando cada mueca de incredulidad que tenían sus compañeros, mirándola con sorpresa, como si sospecharan que su pregunto no había sido solo curiosidad. Ella rio incomoda y coloco una mano sobre su pecho. -¿Estaba siendo muy seria?- rio aún más fuerte. -¡Oh, no!- acomodó su cabello y sonrió.
Las 6 mujeres asintieron y comenzaron a reír antes de seguir comiendo. Nezuko dejo de reír solo para concentrarse en todos los peores escenarios que su cabeza podía imaginar de lo que Sanemi pensaría de ella cuando supiera lo que significaba comer ramen, o quizás lo sabía y por eso anoche estaba tan insistente en que le cocinara ramen.
Le dolía la cabeza de solo pensar.
-¡Estaba sorprendía!- grito Sumi antes de tomar una largo trago de su bebida. -Estaba sorprendida.
-Coman a gusto.
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Sanemi volaba su dron en uno de sus jardines, miraba como el aparato bajaba y subía mientras el sol en el cielo iluminaba el cielo, controlaba en aparato por medio de su Tablet que a su vez gravaba lo que la cámara que colgaba del dron podía captar.
Aburrido de verlo subir y bajar, comenzó a hacer que volara de un lado hacia otro, con sus ojos siguiendo el dron color blanco. Lo bajo hasta que quedo a la altura de sus ojos, siguiendo con su patrón de vuelto, de arriba abajo, de la derecha a la izquierda. Estuvo así hasta que tuvo suficiente, bajo el dron hasta el pasto, lo apago y dejo el control sobre la mesa de centro frente suyo.
-¿Qué? Como soy celoso y competitivo, ¿Hablo sin pensar? Así que dice que sintió mi sincera confesión como eso- asintió con la cabeza y con decisión se levantó y rápidamente camino hacia el interior de su casa, mientras contactaba con Tomioka.
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Nezuko leía un libro tranquilamente mientras comía una bolsita de papas, estaba sentada en el sillón más largo que se encontraba en la sala de la amplia casa que habían rentado, debajo de ella estaban Shinobu, Aoi y Mitusri, sentadas en el piso mientras miraban algo que la ojiazul les estaba mostrando. Frente a ella estaba Naho mirando cada papa con tanta adoración que hasta incluso ella se preocupó.
Cuando llevaba una papa a la boca, Naho la miraba con la baba saliendo de su boca. Ella la miro antes de levantar la bolsita y ofrecerla a la chica, ella negó rápidamente y sonrió forzadamente.
Shinobu y Mitsuri reían mientras Aoi les ensañaba algo en su teléfono, las tres mujeres miraban con asombro como la caricatura 3D de la ojiazul se movía o hablaba cuando Aoi lo hacía. -¡Es realmente divertido!- exclamo la chica, lo que hizo que su muñeco también exclamara lo mismo.
-¡Asombroso!
-¡Increíble!
Aoi asintió antes de inclinarse ligeramente y ver a su superior, quien comía tranquilamente mientras leía. -Ammm, ¿Nezuko-san?- los ojos rosas lo miraron. -¿Realmente podemos jugar así?- ella miro el reloj de su muñeca izquierda. -De acuerdo con el cronograma, deberíamos estar trabajando en la declaración de visión.
Nezuko sonrió y Naho intervino. -Es solo para enviarlo a la compañía, ¿Verdad, Nezuko-san?
Ella asintió. -Así es, solo piensen en divertirse y descansar.
Todas aplaudieron mientras reían, Mitsuri inhalo profundamente y recargo su espalda sobre el sillón. -Ojalá siempre pudiéramos jugar así.
Shinobu se dejó caer sobre Aoi, quien rio, mientras tomaba la mano de la pelirrosa. -Yo también, ¡Jugar es lo mejor!
Sumi y Kikyo sacaron el aire cuando terminaron de beberse la mitad de su cerveza. Inosuke abrió los ojos sorprendido mientras miraba a las dos pequeñas mujeres.
Nezuko bajo su libro y miro con una sonrisa a sus compañeras. -¿Qué es esto? ¿Ustedes ya comenzaron a beber durante el día?
Kikyo asintió con la cabeza. -Si. ¡Para beber, hay que beber durante el día!- exclamo mientras chocaba su lata de cerveza contra la de Naho.
Shinobu realizo un puchero. -¡Entonces, dejen de beber entre ustedes dos y solo sáquenlo todo! Ya que hemos venido aquí de todos modos, vamos a ese valle que vimos en el camino. Compartiremos historias, compartiremos bebidas, ¿Cómo suena eso?
Inosuke negó rápidamente con la cabeza. -No. Creo que es mejor hablar sobre el centro de arte.
Todos lo miraron con una mueca de horror al ojiverde antes de que Kikyo le arrebatara los documentos que cargaba. -¡Vamos al valle!- exclamo antes de girar su cuerpo e ir por las demás cervezas. Todas se levantaron rápidamente, y completamente felices comenzaron a preparar el resto de las cosas.
-¡Vamos! ¡Vamos!
Cuando estaban por salir, Kikyo dejo caer una sandía entre los fuertes brazos de Inosuke, quien apenas pudo reaccionar a tiempo para impedir que se le cayera la sandía, miro a la gerente general quien le sonrió falsamente antes de enredar su brazo con el de Sumi.
-¿En serio?- se preguntó a si mismo mientras suspiraba.
-¿Dónde están los hielos?
-Vamos.
Sin poder hacer otra cosa, Inosuke siguió a sus compañeras quienes ya estaban fuera de la casa, esperando con todas las cosas mientras estiraban sus extremidades, disfrutando del sol.
Refunfuñando alcanzo a todas, la gerente general le lanzo una red que cayó sobre su sandia, ligeramente enojado, coloco la fruta sobre la mesa para después envolver la red y poder cargarla con solo una mano. Cuando giro su cuerpo para encontrar a sus compañeras, observo que esta solo y rápidamente troto hasta que alcanzo a todas.
Ahora caminaban en sobre el puente que conectaba el valle con el área donde se encontraban las cabañas de hospedaje. Aoi, Shinobu y Mitsuri se estiraban, Nezuko y Naho miraban los árboles, mientras que Sumi, Kikyo e Inosuke llevaban las hieleras con todo lo que necesitaban para su picnic.
-¡Caminen un poco más rápido!
-¡El viento es tan agradable!- exclamo Mitsuri mientras estiraba los brazos.
Naho asintió. -Lo sé, ¿Verdad? Es tan curativo estar afuera.
-Seriamos tontos al evitar este lugar en nuestro viaje- Kikyo intervino mientras comía una pequeña barra de chocolate.
Nezuko rio y se detuvo cuando vio un camión que rociaba insecticida pasar frente al puente. Sonrió mientras la nostalgia junto con la emoción se apoderaba de su cuerpo, al momento de reconocer el tipo de camión. -Ha pasado tanto tiempo desde que vi un camión mosquito.
-¿Eso es de tu generación, secretaria Kim?- pregunto Kikyo. -En el pasado, si ese automóvil pasaba, todo el vecindario salía para ver. Abríamos nuestras bocas y lo olíamos.
Todos rieron y cuando la ligera neblina paso frente suyo, abrieron la boca. Nezuko estaba por dar un paso cuando ladeo un poco la cabeza, su sonrisa se borró y abrió los ojos sorprendida cuando la figura se volvió más clara conforme la neblina disminuía.
El resto noto lo inmóvil que se encontraba, así que todos se reunieron a su alrededor mirando con la misma sorpresa que ella la figura que se hacía mucho más clara. Abrieron la boca sorprendidos mientras los pantalones y saco café claro, y un jersey color naranja se abría paso mientras un traje azul marino caminaba detrás de esa figura.
Nezuko dio un pequeño grito ahogado cuando el rostro de Sanemi se abrió paso entre la neblina, lo que le confirmo lo que temía. A su alrededor todos gimotearon sorprendidos mientras trataban de procesar lo que veían.
El Vicepresidente estaba ahí parado, con Tomioka detrás de él.
Dos señores pasaron por enfrente de los dos hombres, quejándose del olor. -¡Apesta!
-¡Pica! ¡Me pican los ojos!
-Rápido, camina rápido.
Las manos de Nezuko temblaron, todos miraban horrorizados al Vicepresidente, quien comenzó a caminar hacia ellos, la única que sonreía era Aoi. La red que cargaba la sandía cayo de la mano de Inosuke, rodando hasta las piernas de Sanemi, quien coloco un pie sobre la fruta para que dejara de rodar.
-Vicepresidente, ¿Por qué estás aquí? - pregunto Nezuko, siendo la primera en reaccionar.
Sanemi sonrió ligeramente. -La razón por la que vie aquí es…- se agacho para tomar la sandía, la sacudió y después giro su cuerpo para entregar la sandía a Tomioka. -Por Tomioka-san.
Giyu miro confundido entre su jefe y sus compañeras de oficina. Nezuko negó con la cabeza, mirando incrédula al sonriente peliblanco.
-Tomioka-san también es miembro de la oficina central. Por supuesto, también debería participar en el taller de la oficina de la sede.
Nezuko sonrió forzadamente. -Entonces hubiera estado bien si solo viniera Tomioka-san.
Sanemi asintió. -Eso también lo pensé, pero es una reunión de personas que hacen esfuerzos por mí. Pensé que sería significativo si yo también participaba personalmente- replico con una sonrisa, mirando a cada uno de sus empleados, especialmente a su secretaria.
Todos asintieron y sonrieron incomodos. Kikyo alzo la mano y tomo la palabra. -Eso significa que durante dos días y una noche…- todos miraron a Kikyo, quien bajo ligeramente la voz. -¿Estará junto a nosotros?
-Si- todos parpadearon confundidos. -Porque yo, Shinazugawa Sanemi, complete la membresía de la oficina central- sus brazos abrieron y por un momento pareció que el sol se colocaba detrás de su figura, para resaltar sus anchos hombros.
Todos parpadearon antes de que Inosuke riera incomodo y comenzara a aplaudir, siendo imitado por todas las mujeres. -¡Increíble! ¡Que asombroso! - exclamaron una a uno, siendo la excepción Nezuko, quien solo podía sonreír incomoda.
-Gracias- Sanemi bajo sus brazos y los aplausos cesaron, metió sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón. -¿Iban camino a algún lado justo ahora?
Shinobu iba a responder, pero Mitsuri se adelantó, hablando con una sonrisa. -Íbamos al valle a beb…- Shinobu le pego en el brazo, callando a la ojiverde. Sanemi miro confundido a la secretaria de su amigo, pero antes de que pudiera decir algo, Kikyo intervino.
-No, acabamos de comprar una sandía y estábamos de regreso a la cabaña- todos asintieron, Inosuke parpadeo confundido y ladeo el rostro. -Volveremos y anunciaremos la declaración de visión. Íbamos a discutir la dirección que el grupo Unqui debe tomar a partir de ahora.
Sanemi asintió poco convencido. -Suena bien. Vuelvan y discútanlo.
Las sonrisas se borraron antes de que aparecieran, claramente incomodos todos asintieron poco emocionados. -¡Si!- exclamaron entre aplausos y sonrisas.
-¡Visión!- grito Inosuke.
Nezuko asintió juntando sus manos, mirando a Sanemi quien sonreía.
Cinco minutos después, Shinobu, Naho, Sumi, Mitsuri e Inosuke estaban sentados en la mesa tratando de escribir algo para presentar, Mitsuri mordía su pluma, Naho y Sumi anotaban atentamente, Shinobu tenía la cabeza sobre la mesa e Inosuke leía unos documentos al mismo tiempo que Kikyo caminaba de un lado a otro.
-¿Qué hacemos? La visión fue lo último en mi mente- exclamo Shinobu mientras realizaba un puchero. -¿Qué se supone que debemos anunciar?
Kikyo se colocó detrás de ella y tomo su hoja en blanco. -Cariño, reduce el tiempo de queja y trata de escribir algo, ¿De acuerdo? - la respuesta de la mujer de ojos morados fue una mueca de aburrimiento. -Crecimiento del pasado, esfuerzos en el presente, esperanzas para el futuro. Su objetivo debe ser alto pero realista- con cada palabra que salía de su boca todos asentía mientras pensaban. -¡Sus sueños deben ser geniales pero poco confiables! ¿De acuerdo? Algo en esas líneas.
-Gerente general- Inosuke hablo con una sonrisa. -¿Tienes ya tu escrito?
Kikyo realizo una mueca antes de caminar hacia su lugar y sentarse con un puchero en sus labios. Cruzando los brazos mientras pensaba en algo. Shinobu frunció el ceño y negó con la cabeza. -¡Dios! ¿De verdad, Kikyo?
Mitsuri pataleo y sollozo. -Si hubiera sabido que sería así, no habría venido. Vine sin motivo.
-Lo sé, ¿Verdad? ¿Quién hubiera pensado que tendríamos que seguir el horario que hizo para aparentar? - respondió Shinobu con el mismo tono decepcionado que la ojiverde, mirando fijamente a Kikyo.
Naho asintió con la cabeza, dejando de escribir. -Es cierto. Parece que llegamos a un campo de entrenamiento, no a divertirnos.
-¡Es lo que estoy diciendo!
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Nezuko cargaba una bandeja llena de fruta picada, caminaba lentamente hacia el patio delantero de la cabaña que habían rentado, donde seguramente estaban sentados todos en la amplia mesa que adornaba el jardín, aburridos tratando de inventar algo ingenioso que los ayudara a tratar de encubrir que nadie estaba haciendo nada.
Se detuvo cuando Sanemi, quien caminaba hacia ella, levanto la mano. -¿Sabes por qué vine aquí, Nezuko?
Ella sonrió y respondió. -Anteriormente, dijiste que era por Tomioka-san.
El negó con la cabeza. -No. No es por él, sino por ti- la sonrisa en el rostro de Nezuko se borró. -Estaba tan enojado pensando en ti, quien me sigue rechazando, así que no pude quedarme quieto. Además, puedes pensar en tu viejo Nii-san si no estoy cerca de ti- ella rodo los ojos. Sanemi se acercó a la pelinegra, obligándola a elevar su cabeza para mantener su mirada. -Vine a llenarte de pensamientos solo sobre mí. Ese bendito cerebro- pico juguetonamente la frente femenina mientras sonreía. Nezuko sonrió incomoda. -Nezuko, ¿Conoces el propósito de este taller esta vez?
Ella ladeo la cabeza mientras pensaba. -Uhm…- una idea se formó en su cabeza y asintió en concordancia con la voz de su cabeza. -¿Para la cooperación y la unidad?
Sanemi negó con la cabeza mientras sonreía. -No. Es para terminar nuestra aventura y comenzar a salir.
La sonrisa de Nezuko se borró mientras su corazón brincaba en su pecho. -¿Qué?
-Espera y veras. Al final del taller, me convertiré en el novio que deseas.
-¿Qué dijo que serían?
Ambos giraron sus rostros, Nezuko estaba horrorizada y Sanemi estaba neutral. Aoi los miraba con incredulidad mientras cargaba otra bandeja llena de fruta, a su lado Tomioka, tan impávido como siempre, simplemente ladeo la cabeza para mirar entre ambos. Sus ojos azules fríos como el hielo brillaban con confusión mientras sus brazos cargaban una bandeja con agua.
Para encubrir rápidamente lo dicho, Sanemi tomo una gran porción de fruta, provocando que las manos de Nezuko temblaran, y las metió en su boca, hinchando sus mejillas. Sonrió forzadamente antes de girar su cuerpo y mirar a sus dos empleados.
Aoi parpadeo y sonrió. -Justo ahora, dijo que "se convertiría" en algo.
-Ah, no- Nezuko negó con la cabeza rápidamente. -Eso fue…- trato de justificarse, pero su cerebro estaba perdido en las anteriores palabras del peliblanco, que era incapaz de formar algo coherente. Miro al Vicepresidente en busca de ayuda.
Él sonrió y rápidamente trago. -Dije que estaremos unificados- ella abrió los ojos horrorizados. -Después de participar en este taller, ¿No creen que todos nos convirtiéremos en uno?
Nezuko suspiro aliviada y observo como la curiosidad junto con la duda del par de ojos azules desaparecía. Tomioka volvía hacer el mismo y Aoi sonrió ampliamente.
-¡Si! Tiene razón.
-Apresurémonos y vayamos. Creo que todos están esperando- y sin decir otra cosa, Sanemi dio media vuelta para caminar hacia la cabaña, detrás de él Aoi y Tomioka lo seguían, una sonriendo y hablando mientras el pelinegro escuchaba atentamente para solo asentir.
Al ver que ellos estaban lejos, Nezuko borro su sonrisa y suspiro mientras sentía una mezcla de emociones. Felicidad y emoción por ver a Sanemi al mismo tiempo que deseaba gritarle y saltar a su cuello para ahorcarlo. Apretó los labios mientras trataba de borrar la sonrisa estúpida que quería formarse en su rostro al mismo tiempo que frunció el ceño.
Respirando profundamente para tranquilizarse, sonrió forzosamente para caminar en la misma dirección en la que habían desaparecido el Vicepresidente.
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Hola, ¿Cómo están? Con todo mi kokoro espero que muy bien.
¡¿Otro especial en un mes y días?! ¡Sip, les dije que estaba muy emocionada con los siguientes capítulos!
