El anime/manga Kimetsu no Yaiba le pertenece a Goutage y al estudio Ufotable. El k-drama "What's wrong with Secretary Kim?" le pertenece a la cadena de televisión TvN.

¡Parte 2/3 del especial!

*PPM: Partes por millón: Cantidad de productos defectuosos por millón.
*CSI: Índice de satisfacción del cliente.

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Nezuko estaba agotada, Genya quiere alejarla de Sanemi, Sanemi no quiere que vea a Genya. Ella quería tener ambas cosas, recuperar sus recuerdos y seguir construyendo una relación con el Vicepresidente, pero ambos la estaban orillando a una posición donde tenía que elegir a solo uno, ella no podía ni quería.

Y lo más doloroso era que Sanemi desconfiaba de ella, desconfiaba de su lazo y lo que estaban construyendo.

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What's Wrong with Secretary Nezuko? 27

Sanemi miraba fijamente a sus empleados, algunos de ellos escribían otros evitaban su mirada y unos pocos trataban de sonreírle, sentado a su lado se encontraba Nezuko quien escribía un par de notas mientras esperaba instrucciones.

La gerente general estaba parada al final de la mesa con las manos temblando ligeramente mientras trataba de mantener una sonrisa. Cuando posaba su mirada en otra persona, escuchaba a Kikyo suspirar mientras esa persona bajaba rápidamente la mirada y se volvía un nudo de nervios.

La gerente general carraspeo. -Bien, entonces, a partir de ahora presentaremos nuestras visiones- sonrió y comenzó a caminar hacia su lugar mirando a sus compañeros. -Entonces, ¿A quién le gustaría… Le gustaría empezar? - todas se comenzaron a señalar entre sí o se encogían mientras pasaba a su lado. -Entiendo. Demos una ronda de aplausos…- todos comenzaron a aplaudir y ella toco el hombro de Shinobu. -A la jefa de sección Koucho- rápidamente se sentó antes de que la pelinegra pudiera hacerle algo.

-¿Qué?- Shinobu pregunto mientras veía a todos aplaudir más fuerte, incluso se escucharon los fuertes aplausos del Vicepresidente. Ella se sonrojo y negó con la cabeza. -Ah, eso no es…- avergonzada se levantó rápidamente mientras maldecía a Kikyo. Camino rápidamente hacia donde estaba parada la gerente y bajo la mirada al sentir los orbes púrpuras sobre ella. -Bueno yo… Yo…- trago saliva nerviosa. -Entonces yo…- sus mejillas se tiñeron de rojo al sentir la intensa mirada color azul de uno de los dos invitados improvistos. -Si nosotros nos… Nos olvidamos de dónde venimos al principio… Nuestro sentido de logro au…amentara- cerro los ojos y trato de controlar el calor que se apoderaba de su rostro. -¡Nuestros s…suel…sueldos aumentaran!

Sanemi casi podía oler el nerviosismo de la pobre mujer, sonrió compresivo y hablo tranquilamente. -Si se siente nerviosa, vuelva a su asiento.

Ella dio una reverencia. -S…Si, gracias.

Miro a su secretaria, sus ojos rosas brillaban con incertidumbre y confusión mientras mantenía esa sonrisa ligeramente falsa. Estaba por decir algo cuando uno de los tres hombres que había en la habitación, hablo.

-Entonces, creo que es mi turno.

Sanemi giro su rostro y reconoció los ojos verdes de la competencia de atletismo. Alzo una ceja y observo cada paso que daba para levarse y colocarse en el lugar indicado, todos aplaudieron emocionadas incluida Nezuko, lo que provocó que sus músculos se tensaran.

Inosuke inhalo profundamente y junto sus manos antes de hablar. -El psicólogo estadunidense McClelland dijo una vez, que los humanos de las experiencias pasadas de éxito reciben satisfacción- Sanemi suspiro ligeramente aburrido. -O tras recibir una compensación, su deseo de logro se fortalece- Inosuke elevo su puño mientras la mayoría de las mujeres giraban a ver a Sanemi, quien ladeo su rostro mientras cubría sus labios. -Derive mi idea de esta teoría y aplicándola de manera práctica, reduciré el PPM* y elevare el CSI* a la mayor cantidad posible.

Mitsuri parpadeo confundida e inclinándose sobre la mesa, le hablo a Shinobu. -Conozco a un grupo musical que se llame así, ¿Pero no crea que sea lo mismo, verdad?

Shinobu rio y asintió con la cabeza. Sanemi abrió los ojos sorprendido antes de cerrarlos, debería dejar de sorprenderse de lo distraída que podía llegar a ser la secretaria de Iguro.

Inosuke siguió su idea, mientras una gran sonrisa se instalaba en su rostro. -En ese punto, al priorizar mis tareas, mostrare mi capacidad para planificar de manera efectiva. Esta es mi visión.

Sanemi asintió con la cabeza, sus empleados rápidamente se colocaron de pie mientras aplaudían fuertemente, el ojiverde realizo una reverencia antes de sentarse nuevamente. -¡Vaya!- exclamo una de ellas, Nezuko aplaudía mientras sonreía complacida. -¡Asombroso!- exclamo otra.

El tosió y ladeo el rostro. -No vine a este taller para hacer esto- susurro para sí mismo o eso creyó hasta que Kikyo interrumpió sus pensamientos.

-¿Eh?

Giro su rostro sorprendido de que alguien lo escuchara. Sonrió ligeramente y negó con la cabeza. -Oh, no es nada en absoluto- la gerente general asintió y sonrió. Sumi se levantó rápidamente mientras sonreía.

-Entonces, la visionaria graduada de la Universidad de Tokio presentara su visión…

Sanemi alzo una mano e hizo que la chica se detuviera casi al terminar su proceso de levantarse de la silla. -Espera- ordeno, sonrió y coloco sus manos sobre la mesa. -Una visión no debe expresarse arrastrándola a palabras.

-¿Entonces cómo?- pregunto Kikyo.

-Tendremos que usar… la mirada- el señalo de sus ojos hacia el frente, Nezuko miro confundida a su jefe antes de negar con la cabeza, Sumi se sentó rápidamente con ayuda de Shinobu y todos guardaron silencio. -En lugar de largos discursos, muéstrenme que visión tienen a través de su mirada durante dos segundos. Entonces, empecemos.

Sanemi se giró y enfrento la mirada de Kikyo, la cual seguía siendo sumamente infantil, asintió con la cabeza y miro a Sumi quien parecía estar concentrada, aunque en realidad tenía una mueca de esfuerzo, parpadeando miro a Shinobu quien frunció ligeramente el ceño, dándole profesionalismo y un poco de misterio a sus ojos morados, asintiendo se encontró con la fría mirada de Tomioka y un escalofrió recorrió su espalda.

Paso a la de Hashibira quien mantuvo su mirada sin titubear, ladeo su rostro y se encontró con los ojos azules de Aoi, quien a deferencia de Tomioka, eran comprensivos y empáticos, sonrió ligeramente antes de ver a Mitsuri quien sonrió dulcemente, asintió con la cabeza antes de encontrar los ojos de Naho quien no coloco ninguna mueca, solo una máscara de frialdad que seguramente le enseñaron en algún curso de lenguaje corporal. Su corazón se aceleró cuando supo que la última persona seria Nezuko, los únicos ojos que en realidad quería ver.

Salto un poco sobre su asiento cuando se encontró los orbes rosados, Nezuko lo miraba con una mueca de incredulidad, sorpresa y un poco de enojo. La esquina de uno de sus labios estaba ligeramente alzada y su entrecejo estaba fruncido de una manera que denotaba pena. Él sonrió y extendió su mano hasta que quedo cerca del brazo femenino. .¿Esa es la mirada de tu visión, secretaria Nezuko?

Ella inmediatamente sonrió y su ceño se relajó. -Ah. Es una mirada que representa mi voluntad de superar cualquier dificultad y adversidad en el futuro.

Sanemi sonrió ampliamente. -Excelente- su sonrisa se borró y él rio ligeramente. Giro su cuerpo para observar de nuevo al resto de sus empleados. -Entonces la presentación de las visiones termina aquí. A partir de ahora tendremos libre.

Todos aplaudieron, excepto Aoi, quien alzo una mano mientras miraba su reloj. -No es así- dijo y todas las sonrisas se borraron mientras las miradas se posaban sobre la ojiazul. -Es hora de ir a la caza de las cintas.

-¿Caza de cintas?- pregunto Sanemi.

-Si. Se debe escribir el futuro de nuestra empresa en cintas y esconderlas por todo el bosque. Nos dividiremos en grupos de dos- y esa simple frase fue suficiente para llamar la atención de Sanemi, quien alzo la mirada para ver a su segunda secretaria. -El equipo que encuentre más cintas ganara- giro su cabeza para mirar a Nezuko, quien inmediatamente desvió la mirada. -Es como una actividad de búsqueda de tesoros.

Sonrió complacido y asintió con la cabeza. -¿Un grupo compuesto por dos?- miro de nuevo a Nezuko, quien ahora si lo miro con sus grandes ojos. Sonrió aún más y cruzo los brazos sobre su pecho. -Eso suena bien. Comencemos de inmediato. Yo estaré…- nuevamente su mirada cayó sobre Nezuko, quien giro la cabeza, negando con la cabeza comenzó a ver a sus demás empelados, siendo Inosuke el único en ofrecerse alzando la mano, los demás bajaron la mirada o trataron de esconderse. -En un equipo con la secretaria Nezuko- canturreo disfrutando de como ella alzaba rápidamente la cabeza para mirarlo con sorpresa y un poco de terror.

Todos asintieron y rápidamente recompusieron sus posturas. -¿Por qué tengo que ser yo?- pregunto ella, con tono suave.

-Mientras buscamos, discutiré temas como política, asuntos externos, economía y comercio mundial. ¿Hay alguien además de la secretaria Nezuko a quien le gustaría acompañarme? - pregunto sabiendo la respuesta. Ella frunció el ceño antes de apretar los puños.

-Creo que la secretaria Nezuko es perfecta para eso- respondió Shinobu con una sonrisa de disculpa mientras miraba a la pelinegra.

Kikyo sonrió mientras asentía con la cabeza. -La secretaria Nezuko y el Vicepresidente estarán en un equipo- Sanemi miro a Nezuko con una sonrisa a lo que ella le respondió con un puchero. Kiyko señalo a Naho y Mitsuri. -Ellas dos estarán en un equipo, - después señalo a Inosuke y Aoi -ustedes en otro- la sonrisa de ambos desapareció y se miraron con el ceño fruncido. La gerente señalo a Shinobu y Tomioka, quienes estaban sentados uno al lado del otro, -y ustedes dos en otro- Shinobu rápidamente negó con la cabeza mientras evitaba mirar los ojos azules. Aoi gimoteo mientras cubría sus ojos. -A continuación, el subgerente Nakahara y yo estaremos atando las cintas en el bosque.

-Si, adelante- respondió Sanemi, sin despegar sus ojos de Nezuko, la cual rio sarcásticamente.

-¡Muy bien!- Kikyo se levantó junto con Naho, Shinobu se estiro y tomo del brazo a su compañera para mirarla con ojos de súplica mientras negaba con la cabeza. La gerente general sonrió y se acercó al odio de Shinobu. -Después me lo agradeces.

Shinobu la miro con tanta ira que provoco una pequeña risa en ella, el sonrojo de sus mejillas era sumamente adorable y no pudo evitar comparar a la chica con un gatito cuando se esponjaba.

Diez minutos después Nezuko, Aoi, Mitsuri, Naho se estiraban mientras esperaban que Shinobu saliera del baño. Disfrutaban del cálido aire y la sensación de su piel siendo ligeramente calentada por el sol.

Cuando Shinobu se acercó a ellas, todas sonrieron mientras miraban su nuevo aspecto. Ella ocupaba una blusa corta color negro que resaltaba su pequeña cintura y unos pantalones blancos que se ajustaban a sus increíbles piernas. Se veía realmente hermosa.

Nezuko sonrió y asintió con la cabeza.

-¡Shinubu-chan!- exclamo Naho mientras miraba encantada el aspecto de su amiga, sobre todo sus tenis que combinaban con su playera. -¡Te ves muy hermosa!

Mitsuri asintió. -Te ves muy sexy…- susurró antes de reír.

Shinobu sonrió mientras acomodaba su blusa. -Mi hermana mayor me compro este conjunto y lo empaco sin que me diera cuenta, supongo que en algún momento debía de ocuparlo, así que decidí que fuera en un paseo por el bosque.

-¿Entonces por qué te tardaste tanto si no estabas escogiendo tu ropa, Shinobu-san?- pregunto Aoi con una sonrisa.

-Eso es fácil, tenía que esconder algo- ella les guiño un ojo y todas sonrieron cómplices, comprendiendo su mensaje. -Si tener una hermana medico tiene una ventaja es eso, ella siempre me enseñó a ser prevenida y siempre cargar toalla sanitaria conmigo, así que si un día tiene una emergencia no duden en acudir conmigo.

-¡Muchas gracias!- exclamaron todas.

-Muy bien, ahora sí solo guardo mi celular y podemos irnos sin ningún problema- ella bajo la mirada y comenzó a guardar su celular en el bolsillo delantero de su pantalón, como la tela era nueva, lograr meter su teléfono fue una tarea complicada, así que cuando lo logro, alzo las manos. -¡Lo logre, soy genial!- soplo los mechones de su fleco que se salieron de su lugar y alzo la mirada solo para encontrarse que ya no había nadie a su alrededor. -¿Dónde están?- giro su cuerpo y vio a las cuatro mujeres caminar unos metros delante de ella con los brazos enredados. -¡Oigan, vamos juntas!

Las cuatro gritaron antes de comenzar a correr a lo que Shinobu acelero el paso riendo junto con ellas. Todas se detuvieron cuando vieron las figuras masculinas platicar con Kikyo y Sumi, quien al parecer ya habían regresado de colgar las cintas.

Kikyo sonrió. -Bien, bien, primero manténganse juntos en los equipos que se les asigno antes.

Aoi dejo ir a duras penas a Nezuko solo para colocar los ojos en blanco cuando sintió a Inosuke detrás de ella. -Si. Secretaria Nezuko, venga por aquí- Kikyo indico el lugar al lado del Vicepresidente y ella se colocó con una sonrisa incomoda, ignorando la mirada de Sanemi. Shinobu también camino de manera lenta sintiendo ya las mejillas rojas. -Vamos Shinobu, puedes caminar un poco más rápido- ella miro con ira pura a la gerente general, quien rio. Cuando se colocó a lado de Tomioka su corazón se aceleró. -Así es. Que buena empelada eres. Vicepresidente…- el peliblanco la miro y ella sonrió mientras extendía un pequeño chocolate envuelto en papel dorado y azul. -Este es un chocolate, si su nivel de azúcar en la sangre disminuye mientras camina, puede comerlo.

Inosuke abrió los ojos, Mitsuri y Naho rieron mientras negaban con la cabeza. Sanemi tomo el dulce y asintió con la cabeza. -Gracias- lo guardo inmediatamente en el bolsillo de su saco y miro al resto de equipos. -Además, el premio por el primer lugar de hoy incluirá una tarjeta de regalo que ya estaba preparada, y agregare una PC Tablet para cada miembro de la pareja ganadora.

Todos abrieron la boca sorprendidos antes de comenzar a aplaudir. Inosuke comenzó a maldecir en voz baja mientras su lado competitivo se activaba. Kikyo aplaudió. -Entonces, entonces. ¡Preparados!- todos se colocaron en posición, Inosuke trago saliva mientras miraba fijamente el camino, Nezuko miro al Vicepresidente que tenía los brazos cruzados sobre el pecho y ella se recompuso su postura con una mueca. -¡Empiecen!

A penas dio la señal la gerente general Inosuke salió corriendo, recorriendo varios metros en segundos, todos miraron sorprendidos al ojiverde mientras Aoi miraba horrorizada la tierra que levantaba con cada paso que daba. -Ah, Hashi… ¡¿Qué demonios?! ¡Hashibira! ¡Vamos juntos!

El resto de las parejas reacciono y comenzó a correr iniciando la búsqueda, todos menos Nezuko y Sanemi. Aoi suspiro frustrada antes de agarrar velocidad y tratar de alcanzar al ojiverde.

-¡Tenemos que hacerlo!

-¡Animo!

Nezuko sonrió y le indico el camino a Sanemi mientras ambos comenzaban a caminar lentamente. Naho sonrió y miro a todos los participantes. -No será tan fácil.

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Por alguna extraña manera Aoi logro alcanzar a Inosuke, ella trataba de recuperar el aire mientras miraba al ojiverde buscar como desesperada en cada rincón de la sección del bosque en la que se había detenido. Pasaba de un lado a otro, como un niño pequeño al cual le habían dado muchos dulces.

Comenzó a caminar lentamente para tratar de dejar descansar sus músculos adoloridos. Y justo en ese momento, él volteo. -¿Qué diablos estás haciendo? ¡Date prisa! - exclamo Inosuke con enojo. -Tenemos que ganar y obtener esa Tablet- al ver su expresión de incredulidad antes de que negara con la cabeza y cerrara los ojos mientras se quedaba quieta para respirar, él parpadeo. -¿Qué es esa expresión? ¿Estás pensando que me veo miserable? ¿Estás pensando que soy demasiado codicioso cuando se trata de un premio?

-¡No es así!- exclamo Aoi, sus labios tenían un puchero mientras sus pies pataleaban un poco.

-Escucha cuidadosamente, Kanzaki. No me estoy aferrando al primer premio. Me estoy aferrando al título de ser el ganador del primer lugar, ¡Porque siempre es emocionante ser un ganador! - ella rodo los ojos. -Bien, entonces… ¡Vamos a movernos, movámonos!

Aoi gimoteo antes de comenzar a caminar, Inosuke paso frente suyo mientras señalaba un árbol con emoción. -¡Oh! ¡Es una cinta! Por allá.

Ella se giró y noto en una de las ramas más altas una pequeña cinta amarilla, dio un pequeño grito emocionada. -¡Es una cinta! ¡Encontramos una! ¡Encontramos una!- y ambos corrieron hasta quedar debajo del árbol. Comenzaron a saltar intentando llegar a ella, pero al notar que si Inosuke, quien era mucho más alta que ella, podía alcanzarla mucho menos lo haría ella.

El lucho un poco más antes de rendirse. -¿Cómo mierda la ataron allí?- asintió cuando la voz en su cabeza le dijo que hacer, Inosuke desabrocho su saco y se lo quito con sumo cuidado.

-Encontramos una cinta…

Giro su cuerpo mientras doblaba con sumo cuidado su saco, sintiendo la mirada de Aoi sobre él pero no le intereso, rezando al cielo y agradeciendo a Dios rápidamente extendió su saco bajo la mirada incrédula de la ojiazul.

-¿Qué estás haciendo?- al ver que le estaba ofreciendo su saco, ella abrió la boca sorprendida. Estiro sus brazos y los junto para que el pudiera colgar con todo el amor del mundo el saco azul.

Sintiéndose más ligero y con el aire caliente sobre la tela de su camisa blanca rápidamente subió tomo el tronco del árbol. -¿Vas a tratar de llegar?- pregunto Aoi y él asintió, colocando sus pies sobre el tronco, resistiendo su peso en sus fuertes brazos.

-Por supuesto. Tengo que llegar en primer lugar y obtener esa PC Tablet- comenzó a escalar teniendo cuidado de donde colocaba sus pies y brazos. -Tengo que ser el ganador.

-Ten cuidado, por favor- exclamo la ojiazul cuando noto lo alto que estaba. El siguió escalando como si fuera un profesional, llego a la rama indicada y con fuerza se sostuvo de un brazo mientras el otro desenredaba la cinta amarilla.

Cuando lo logro, comenzó a gritar. -¡La tengo! ¡Es mía!

Aoi aplaudió mientras reía. -¡Bien hecho!

Inosuke sonrió antes de mirar hacia abajo a la futura secretaria del Vicepresidente. Y solo en ese momento fue consciente de la altura a la que estaba, dio un pequeño grito ahogado antes de subir nuevamente la mirada. -Es… Es más alto de lo que pensé- intento bajar un pie pero al ver que este no pisaba nada más que el aire, su cuerpo tembló. -Eh, veras…- Aoi lo miraba desde abajo con una sonrisa. -Kanzaki-san…

-¡Si!

-Por favor, ayúdame. No puedo bajar.

La sonrisa femenina borro. -¿Qué?

-¿Podrías agacharte y te pisare o algo así?- pregunto nervioso mientras se aferraba con mayor fuerza a la rama. -¡Por favor que sea rápido!

-¡¿Pisarme?!- exclamo indignada la ojiazul.

-¡Rápido!

Ella sonrió de lado y saco su teléfono antes de pegárselo a su oído derecho. -¡Oh, mama!- exclamo con fuerza, sabiendo que Inosuke la escuchaba.

-¡Kanzaki!

-Si, no puedo escucharla muy bien. El servicio debe ser bastante malo porque estoy en las montañas- comenzó a alejarse lentamente, disfrutando de cada paso que daba para alejarse de él.

-¡Kanzaki!- exclamo horrorizado Inosuke.

-Si, intentare bajar…- ella dejo el saco sobre un arbusto lo suficientemente resistente para soportar el peso de la tela. Dio un par de pasos más antes de salir corriendo, dejando completamente solo a Inosuke.

-¡Kanzaki! ¡Si dejas la chaqueta allí…!- grito notando como ella se iba corriendo, intento bajar pero sus pies ya no respondían. -¡¿Cómo te atreves a dejar mi saco allí?! ¡Quítalo! ¡Kanzaki! ¡Kanzaki! ¡Kanzaki!- con cada grito que daba su respiración se agitaba y su voz se quebraba. Cuando noto que ella ya estaba lejos, maldijo. -¿Cómo demonios puede dejar mi saco ahí para que se ensucie? No puedo bajar ahora. ¡Me voy a volver loco, maldita sea!- al notar que estaba en un bosque solo y que no había nadie cerca, Inosuke comenzó a gritar con todas sus fuerzas. -¡Sálvenme! ¡Alguien sálveme!

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Genya sonreía mientras leía el diario que Nezuko le había entregado anoche, sus recuerdos de la niñez eran como un bálsamo para sus heridas que seguían sin sanar en su totalidad.

Hoy, papa trajo caramelos. Deje muchos para Nii-san. Nee-san intento robar y comérselos, pero yo los protegí para Nii-san.

Cambio de página y rio mientras veía el dibujo que adornaba la mitad de la hoja.

Nii-san, ¿Cómo estás? ¿Bien o mal? ¿Es por eso por lo que no vienes a verme?

No me has olvidado, ¿Verdad?

Seria genial si vinieras.

La letra de Nezuko cuando tenía cinco años era algo sumamente adorable, todo lo contrario, a la forma elegante que hoy en día utilizaba.

Nii-san, olvide tu nombre. No puedo recordarlo.

Ahora puedo escribir bastante bien, pero no puedo recordarlo para escribirlo. Vuelve y dímelo.

Genya cerro la libreta y suspiro profundamente. Una sonrisa se posó sobre sus labios y sentía su corazón latiendo como loco. -Me pregunto qué hará Nezuko ahora.

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Nezuko y Sanemi caminaban en un tenso silencio, ninguno de los dos en realidad estaba concentrado en la búsqueda y ella sentía que realmente no podía disfrutar ni del bosque ni la perfecta temperatura por lo que sea que había venido a buscar el Vicepresidente al venir hasta aquí.

Repentinamente él se detuvo, como si supiera que estaban lo suficientemente lejos como para no ser interrumpidos o escuchados por alguien. Ella también se detuvo y lo miro directamente a los ojos. -Nezuko, ¿Deberíamos continuar la discusión que no pudimos terminar antes?

-¿Qué?

-No me voy a confesar solo porque me he visto envuelto en celos o competitividad- aclaro Sanemi con una sonrisa. -Es malentendido que debo aclarar.

Nezuko estaba por responder cuando su teléfono sonó, lo saco de los bolsillos de pantalón de mezclilla y al ver el nombre en su pantalla el color se fue de su cara. Miro al Vicepresidente y escondió su teléfono, buscando la manera de colgar sin que él se diera cuenta.

Pero era demasiado tarde.

El la miraba fijamente, notando su nerviosismo y lo tensa que se encontraba. Al notar que no contestaba, Sanemi frunció el ceño, tomo el celular de Nezuko aun cuando ella intento esconder la pantalla de él. Y cuando leyó el nombre, su sangre se calentó. Apretó la mandíbula y tenso los músculos antes de contestar. -¿Qué pasa?

-¿Por qué estas contestando el teléfono de Nezuko?

La voz de su hermano era tensa y demostraba enojo. Pero no tanto como él se sentía en este momento. -Porque estamos juntos.

-¿Qué?

-Si no es urgente, cuelga ahora. Estamos en medio de algo importante- sin esperar la respuesta de su hermano, rápidamente colgó para después regresarle su teléfono a la pelinegra. Ella rápidamente lo tomo y lo miro con el ceño fruncido.

-¿Qué estás haciendo?

Dio un paso hacia delante. -Te he dicho que te concentres en la persona que te gusta.

Nezuko suspiro exasperada. -También te he dicho que hay un recuerdo que realmente quiero recordar.

Sanemi apretó los puños. -¿Y entonces? ¿Seguirás tratando de reconectarte con el pasado mientras me ves a mí?

-Si- respondió rápidamente Nezuko.

-¿Incluso cuando lo odio tanto?

-Si- él inhalo profundamente y ella se cansó. -Olvídalo- susurro antes de darse media vuelta y caminar por donde veían. Estabá enojada, dolida y ligeramente culpable. Genya y Sanemi la estaban llevando a un límite que se estaba volviendo insoportable.

Ella se estaba cansando de los dos.

Sanemi suspiro mientras veía la figura de Nezuko hacerse más pequeña, apretó los puños tratando de controlar sus emociones que comenzaban a nublar su juicio. La situación tan tensa que él y Nezuko tenían era todo responsabilidad de Genya, si tan solo él no se hubiera metido entre sus asuntos, todo será tan diferente.

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Para no dejar sola e impedir que Shinobu hiciera una tontería, Naho y Mitsuri acompañaban a la pelinegra mientras esta caminaba lo más lejos posible de Tomioka. Las dos se reían de lo avergonzada que estaba, de sus mejillas rojas y de sus ojos que no se atrevían de ningún modo a mirar al pelinegro.

Todo era risas entre las tres cuando Mitsuri reconoció algo que colgaba de un árbol. -¡Ahí esta!- grito mientras señalaba el árbol.

Tomioka, Naho y Mitsuri comenzaron a correr para atrapar la cinta, pero era claro que el ojiazul no estaba haciendo un verdadero esfuerzo para impedir que las dos mujeres le ganaran. -¡Agárrala Mitsuri!- exclamo Naho.

Incluso permitió que la pelirrosa lo empujara, pero lo que provoco fue que ambos perdieran el equilibró cayéndose al piso, siendo él quien recibió el peor golpe. Naho fue la que termino tomando la cinta con tal fuerza que incluso arranco unas hojas. -¡Vamos!

Mitsuri se colocó de pie y abrazo a su compañera para comenzar a festejar. Shinobu se colocó frente a Tomioka, observando como lentamente se colocaba de pie. Como estaba verificando que no tuviera heridas visibles, no se percató que sus dos amigas ya se habían ido, dejándola a solas con él.

-¿Esta bien?- pregunto claramente preocupada, mirando cada parte de su cuerpo. Parecía estar bien con tan solo tierra manchando algunas partes de su saco, pero aun así quería su confirmación de que estaba sano.

-Si.

El escuchar su voz causo que un escalofrió recorriera su columna y que su estómago se encogiera. Era una voz que denotaba poder y masculinidad, sin duda era la voz más grave que había escuchado, después de la del Vicepresidente. Sus mejillas ya eran de color escarlata así que decidido burlarse un poco de él. -¿Por qué dejo que hiciera eso? ¡Luce como una persona que puede golpear un oso fácilmente!

Él sonrió ligeramente y su corazón se detuvo, sus oídos se sentían calientes y sus piernas temblaron. -Desde pequeño me enseñaron que un hombre no debe ser agresivo con las mujeres.

Emocionada por poder hablar con el más que con monosílabos, tiro por toda la borda su timidez inicial. -¿Fueron sus padres?

Giyu asintió mientras sacudía la tierra de su cuerpo. -Y mi hermana mayor, ella fue la más dura respecto a ese tema. Utilizando cualquier método para que fuera uno de mis valores más importantes…- rio suavemente mientras recordaba las muchas veces que su hermana lo regañaba cuando era más brusco de lo usual con una chica.

El sonido masculino de su risa fue como el sonido más bonito que en su vida había escuchado, suspiro y sonrió estúpidamente, mientras su lengua se soltaba. -Yo también tengo una hermana mayor.

-¿De verdad?- pregunto sorprendido. No con lo que ella le había dicho, sino por el hecho de que no estuviera tan nervioso en su presencia que no pudiera ni siquiera formar una palabra coherente. Ella asintió con la cabeza emocionada y rio, provocando que su corazón se derritiera con el sonido melódico de risa.

-Ella es médico, ¿A qué se dedica su hermana? - ambos comenzaron a caminar lentamente, olvidándose de las cintas o de su alrededor, solo eran ellos dos.

-Es maestra de jardín de niños. Ella es excelente en su trabajo, amable y paciente con cada niño, amaba su profesión más que a nada. Me imagino que su hermana también, digo, usted es muy buena en lo que hace.

Si ella creía que sus mejillas no podían ser más rojas, estaba equivocada. Bajo su mirada y nerviosamente jugo con sus manos. -Yo solo cumplo con mis obligaciones. Usted también es bueno en su trabajo- al no recibir una respuesta, y al pensar que había dicho algo malo, ella subió la cabeza solo para encontrarse con los ojos azules mirándola fijamente. -¿Sucede algo? ¿Tengo al en el rostro? ¡Oh, dios! ¿Tengo escurrido de nuevo mi maquillaje?

El negó con la cabeza. -No, claro que no. Amm, Koucho-san…

-¿Si?

-No quiero asustarte, pero tienes un insecto detrás suyo.

Shinobu giro el rostro y se encontró de frente un horrible animal que la miraba con sus grandes ojos, grito completamente horrorizada mientras comenzaba a moverse, sacudiendo toda su ropa para quitar cualquier todo rastro del insecto o si existía la mínima posibilidad de tener uno entre sus prendas.

Giyu intentó tranquilizarla, pero al ver que la chica estaba histérica y no podría controlarla, sonrió incomodo antes de pasar a su lado para quitar el pequeño animal y llevarlo hacia otro árbol. Estaba a punto de avisarle para que se tranquilizarla, cuando Inosuke, cargando una su saco que estaba doblado perfectamente sobre su brazo izquierdo, se colocó a un costado de la inquieta mujer.

-¿Qué le pasa?- pregunto mirando con irritación a la chica.

Estaba por contestarle, pero ella grito por él. -¡Un insecto! ¡Un insecto!

Inosuke negó con la cabeza. -Como sea. ¡Tengo cosas que hacer! - paso ignorando a la chica antes de detenerse para tratar de buscar a su pareja.

-¡Dios! ¡No me agradan los insectos! - grito mientras pasaba sus manos por su torso, sin darse cuenta con el movimiento había provocado que la tolla sanitaria guardada en el bolsillo trasero de su pantalón saliera poco a poco, hasta que un fuerte moviente provoco que el paquete color rosa cayera en el pasto. Shinobu abrió los ojos mientras miraba horrorizada la bolsita rosa.

Tomioka miro el paquete rosa, sabiendo perfectamente lo que era. Ambos miraron como Inosuke giraba el rostro dando indicios que en cualquier momento giraría su cuerpo y descubriría la toalla. Shinobu cubrió sus labios con sus manos, para intentar sofocar el grito que salió de su boca.

Giyu no podía permitir que ella pasara por una vergüenza como esa, así que rápidamente se quitó su saco, quedando solamente en su chaleco del mismo color y una camisa blanca que marcaba los músculos de sus brazos. Tiro el saco al suelo, logrando cubrir el paquete rosa justo a tiempo antes de que el otro hombre volteara.

Shinobu miro con los ojos abiertos como el saco caía sobre la toalla, tapando toda evidencia. Los dos actuaron normalmente en el momento que Inosuke los miro. -Bueno, por cierto, ¿Han visto a Kanzaki?- los dos negaron con la cabeza y Hashibira frunció el ceño. -Ah, en serio…- rápidamente comenzó a caminar por el mismo camino que habían seguido Mitsuri y Naho hace unos minutos.

Cuando se quedaron solos, Shinobu se encogió sobre ella misma mientras Tomioka sonreía, se acercó lentamente hacia donde estaba su saco y lo recogió doblándolo de una manera especial. Se lo entrego a la mujer, quien lo miro con sus dos grandes ojos morados y sus mejillas de color escarlata. Ella lo tomo con delicadeza aun cuando sus brazos temblaban.

Realizo una pequeña reverencia, a lo que ella lo imito con timidez. Él se giró y comenzó a correr hacia el camino distinto al que todos habían tomado, decidido a buscar cintas.

Shinobu tembló mientras sentía su corazón saltar a su garganta, su pecho dolía de lo fuerte que eran sus latidos, su mente estaba muy lejos cuando olio la colonia del pelinegro, sus piernas temblaron y estuvo a punto de caer. Con cuidado desdoblo la tela, solo para encontrarse con el paquete rosado.

Pego el saco a su pecho mientras todo su cuerpo temblaba, especialmente su corazón, quien se paralizo a un punto que su hermana se hubiera preocupado.

Ella sabía que el pequeño enamoramiento de niña que había sentía por un hombre atractivo de ojos azules había crecido a un punto que sabía que no existía vuelta atrás.

Shinobu Koucho estaba enamorada de Tomioka Giyu.

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Nezuko refunfuñaba con cada paso que daba, sus puños seguían apretados y las ganas de girarse para regresar con Sanemi luchaban contra sus ganas de golpearlo por su idiotez. Y como si no tuviera suficiente con esa combinación de sentimientos contradictorios se sentía triste y decepcionada, sumamente decepcionada.

De Sanemi, de Genya y de ella.

Creía que el caminar un rato por el bosque, a solas, ayudaría a calmar sus sentimientos, pero no había funcionada, y las ganas de dar media vuelta para regresar con el Vicepresidente estaban ganando por mucho.

Pero su orgullo era mayor, y aun no lo perdonaba, estaba lejos de tener ganas de soportar su actitud celosa que rayaba lo irracional. Algo ilógico viniendo de alguien tan racional como el peliblanco.

Doblo por una esquina y apenas dio un paso con dirección la cabaña cuando el cielo se oscureció por completo y gruesas gotas de agua comenzaron a caer del cielo. Miro al cielo con enojo mientras cubría con una de sus manos sus ojos, sintiendo como su ropa y cabello se mojaba lentamente. -¡¿Enserio?!- pregunto enojada.

Comenzó a correr mientras cubría su cabeza con sus dos brazos, con cada paso que daba la lluvia caía con mayor fuerza, mojando su ropa y cabello, dejo de correr, caminando lentamente mientras buscaba la manera de cómo llegar rápidamente a la cabaña. Bajo uno de sus brazos para quitar una rama cuando repentinamente la lluvia dejo de caer sobre su cabeza.

Abrió los ojos sorprendida mientras sentía que su mano tocaba tela y un fuerte brazo rodeaba su espalda. Se detuvo abruptamente provocando que la persona a su lado también lo hiciera, abrió sus ojos sorprendida cuando reconoció la colonia que estaba impregnada tanto en la figura como en el saco. Su corazón se aceleró y su estómago se llenó de mariposas. Giro lentamente su rostro para ver la cara de Sanemi, quien sostenía el saco de manera en que cubría sus cabezas y hombros, su jersey estaba ligeramente mojado y si seguían parados en medio de la lluvia terminarían mojados de las espaldas, piernas y zapatos.

Sanemi giro su rostro y los ojos de ambos se encontraron, él sonrió y sus piernas temblaron. Intentó decir algo, pero no podía formar una oración coherente, su boca se movía, pero no producía ningún sonido. Tuvo que tragarse el nudo de su garganta para poder hablar de nuevo. -Vicepresidente- ella tomo la otra punta del saco, ayudándolo a sostener su improvisado paraguas.

Sanemi miro el camino mientras buscaba una manera de salir de la lluvia. -Solo mantenlo sobre tu cabeza. ¿Cuándo volverás a tener una sombrilla valorada en 9 millones de yenes sobre tu cabeza de nuevo? Este saco es una edición limitada, ¿Sabes? - Nezuko sonrió mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. -Vamos a refugiarnos de la lluvia.

Ambos comenzaron a correr mientras pegaban su cuerpo, en algún punto ambos comenzaron a reír mientras se miraban, olvidándose de la lluvia, sus cuerpos mojándose y el enojo que había hecho que ambos se pelearan. Ella de vez en cuando empujaba ligeramente el torso de Sanemi mientras el reía. Cuando ambos vieron bancos de madera cubiertas por un pequeño techo, no dudaron en correr hasta ahí para impedir que sus cuerpos siguieran mojándose, se sentaron en la orilla del banco, uno al lado del otro mientras el saco de Sanemi descansaba a un costado del peliblanco.

La lluvia no había parado y el aire se estaba volviendo frio. Nezuko jugaba con sus manos nerviosa mientras sentía su corazón latiendo fuerte contra su pecho, ambos giraron sus rostros encontrando los ojos del otro, se sonrieron antes de cada uno mirar de nuevo al frente. Nezuko trago saliva y sus manos comenzaron a sudar.

Sanemi inhalo profundamente al aire con olor a lluvia y tierra, relajando sus músculos. -¿Qué pasa si alguien se enferma?

Nezuko giro la cabeza y sonrió. -Estoy bien- contesto sintiendo su piel fría. -Soy bastante fuerte y saludable.

El asintió con una sonrisa. -Eso lo sé. Me refiero a mí. ¿Qué pasa si yo atrapo un resfriado?

Ella borro su sonrisa. -Es cierto, no recordaba que eres sensible al frio- él volvió a asentir y ella rio, provocando que Sanemi también riera. -¿Cuándo se va a detener la lluvia?- Nezuko elevo su mirada para ver si el cielo seguía nublado pero sus ojos se encontraron con una araña, quien tejía su telaraña en una de las esquinas del techo.

Grito mientras su cuerpo temblaba, elevo sus pies para colocarlos sobre el banco, pego sus rodillas a su pecho y escondió su cabeza en medio. Sanemi reacciono rápidamente y elevo su mirada, se colocó de pie y tomo la araña para dejarla sobre el pasto y que buscara otro refugio para la lluvia.

Giro un poco su cuerpo y tomo uno de los pequeños hombros de la pelinegra. -Nezuko, todo está bien ahora. No tienes que asustarte- sus grandes ojos rosas lo miraron llenos de lágrimas contenidas mientras el brillo del miedo cubría su mirada. Temblaba y estaba sumamente pálida, sus manos sostenían sus rodillas y su boca producía pequeños sollozos. Cuando lo reconoció dejo de temblar lentamente mientras soltaba sus rodillas, él palmeo suavemente su brazo mientras sonreía. -Está bien, está bien. Yo estoy contigo- ella comenzó a inhalar y exhalar profundamente, una idea inmediatamente se formó en su cabeza, giro su cuerpo y busco el pequeño dulce en los bolsillos de su saco. Cuando lo encontró, rápidamente volvió a su lugar mientras le extendía el chocolate a su secretaria. -Toma esto, Nezuko.

Nezuko abrió los ojos sorprendía mientras miraba la envoltura amarilla, miro nuevamente al Vicepresidente, sus ojos reflejaban preocupación, una preocupación que solo una vez en su vida había visto.

-Come esto y relájate.

Su cerebro no pudo evitar recordar cuando Nii-san le regalo un caramelo en la misma situación de ahora, cuando ella se encontraba con tanto miedo que no podía dejar de llorar, y él le regalo lo último que le quedaba de comer mientras la miraba de la misma manera que el Vicepresidente.

-Nii-san, quiero ir a casa- sollozo Nezuko.

El niño coloco uno de sus dedos sobre sus labios y negó con la cabeza. -Nezuko, deja de llorar. Silo haces, te daré algo delicioso.

Nezuko miro con sorpresa a Nii-san. -¿Algo delicioso?- pregunto mientras frotaba sus ojos.

El asintió con la cabeza y con esfuerzo saco la caja de su suéter. Rápidamente la abrió y le entrego el caramelo moviéndose todo lo que el agarre en sus manos y pies le permitía. -Toma, un caramelo. Come esto y no llores, ¿Esta bien? Prométemelo.

Ella tomo el dulce y asintió con la cabeza, sin dudarlo se lo metió en la boca y comenzó a saborear la dulzura del caramelo, llenando un poco el vacío de su estómago.

-Disfruta.

Nezuko inhalo profundamente y trago el nudo de su garganta, sonrío ampliamente mientras controlaba las lágrimas que estaban a punto de caer y tomo el dulce con sus manos ligeramente temblorosas. -Gracias- susurro. Tratando de desenvolver la envoltura sin despegar ni un solo momento sus ojos de los de Sanemi, quien suspiro aliviado cuando ella coloco el dulce en su boca.

Unos segundos después su cuerpo dejo de temblar y sintiéndose más segura volvió a estar sentada, ella frotaba su mano derecha en su brazo izquierdo mientras observaba las gotas de agua caer con menos fuerza que al principio.

Giro su cabeza cuando sintió la mirada purpura del Vicepresidente sobre ella, su sonrisa era hermosa e ilumina su rostro profundamente masculino. -¿Te sientes mejor ahora?- pregunto mientras sus rodillas se tocaban.

Ella asintió con la cabeza, sus labios tenían una sonrisa. -Si, me siento mucho mejor.

Sanemi suspiro y cuando estaba por decir algo cuando la lluvia dejo de caer. Inclino su cuerpo y miro alrededor, notando que ya no caía más agua. -Parece que la lluvia se detuvo.

-¿Deberíamos volver ahora?

El asintió con la cabeza. -Vamos.

Los dos tomaron su respectiva chaqueta antes de comenzar a caminar lentamente de regreso a la cabaña, estaban caminando por un puente que conectaba el área del bosque con el terreno donde estaban todas las cabañas de hospedaje, ambos habían decidido tomar el camino largo para disfrutar del aroma a lluvia y tierra mojada.

Estaba atardeciendo y el cielo era color amarillo naranja, lo poco que quedaba de sol calentaba sus cuerpos e iluminaba sus figuras.

-Creo que adquirí mi fobia a las arañas después de ese incidente- Nezuko termino su explicación con una sonrisa. -El incidente de secuestro en el que estuve envuelta cuando era niña- ambos se detuvieron en medio del puente, y ella inhalo profundamente. -En ese momento había una gran araña detrás de la puerta.

-¿Sabes esa extraña sensación que tienes cuando vuelves al lugar que visitaste cuando eras niña?- pregunto. –"¿Este lugar siempre fue tan estrecho?" "¿Era tan pequeño?" Algo así.

-¿Eh?

-Cuando eres niño y tienes un cuerpo pequeño, todo parece relativamente grande para ti. Por esa razón, debiste haber pensado que la araña que viste siendo niña era grande. No necesitas preocuparte ahora.

-¿Eso crees?

Sanemi inhalo profundamente. -¿Alguna vez has tenido un perro?

Ella negó con la cabeza. -No, nunca lo he tenido.

-Hace tiempo, tuve un perro labrador pura sangre, el mejor. Su nombre era Big Bang Andrómeda Supernova Sonic.

Nezuko rio suavemente. -¿Lo nombraste así cuando eras pequeño, verdad?

Él sonrió orgulloso. -Por supuesto que lo hice- ella asintió con la cabeza. -Big Bang Andrómeda Supernova Sonic era muy dulce. No ladraba mucho y era brillante. Que Big Bang Andrómeda Super Sonic…

-¿Podemos llamarlo simplemente Big Bang para acortarlo?- pregunto Nezuko con una amplia sonrisa, aun sabiendo la respuesta.

Sanemi alzo una mano. -Por supuesto que no- la pelinegra asintió mientras intentaba controlar la risa que quería escapar de sus labios. -De todas formas, ese chico tenia un extraño habito. Cuando conseguía un premio, lo enterraba. Nunca lo sacaba después, solo lo olvidaba.

-Si comparamos el perro con una persona, sería muy olvidadizo- Nezuko cruzo los brazos sobre su estómago.

-Quizás. Big Bang murió hace mucho tiempo. Pero debe haber muchos premios enterrados en algún lugar en el jardín de la casa de mis padres. ¿Crees que es necesario ir a buscar y desenterrar eso? - él dio un paso para quedar cerca de ella y trato de sonar lo más compresivo posible. -Después de todo el trabajo duro para encontrarlo, podrías terminar con premios aterradores que están prácticamente podridos. Yo… No quisiera que recuperes un recuerdo doloroso- ella lo miro sorprendida, sus labios se separaron ligeramente. -Ambos, mi hermano y mi familia tuvimos un momento realmente difícil debido a ese incidente. Estaba preocupado de que quizás tuvieras un momento difícil como tuvimos nosotros- sintió como sus mejillas se teñían ligeramente de rojo mientras asentía con la cabeza, derrotado, al mismo tiempo que chasqueaba con la lengua. -Y… Quiero decir. Yo también estaba celoso, como dijiste

Nezuko sonrió de nuevo, asintiendo con la cabeza, disfrutando de que él aceptara la verdad. -Entiendo cómo te sientes- ella extendió uno de sus brazos y con su mano tomo el antebrazo del Vicepresidente, sintiendo sus músculos y la suave tela debajo de sus dedos. -Pero, como sabes, he vivido para mi familia. Y en mi trabajo también tengo que vivir por alguien más. Así que… Yo raramente he experimentado la consideración o cuidado de otra persona- él la miraba fijamente, el temor brillaba en el fondo de sus ojos, inconscientemente comenzó a acariciar suavemente con su pulgar, tratando de destensar sus músculos que comenzaban a sentirse más duros. -Pero ese día, en ese momento, cuando podría ser tan aterrador, Nii-san me protegió. Esa fue la mayor cantidad de cuidado que he experimentado- Sanemi trago saliva y ella suspiro, alejando su mano de su cuerpo. -Deseo que no odies verme con Genya-Niisan, quien me mostro tan gran consideración por primera vez.

Al ver que él respondería, Nezuko apretó los labios, decidida a que ambos no pelearan de nuevo, comenzó a caminar lentamente. Y cuando estaba tan solo un par de pasos lejos de él se detuvo al escuchar su voz.

-Voy a aceptar todas las cosas que quieras hacer y las que desees encontrar- ella se giró y observo el perfil de Sanemi siendo iluminado por el atardecer. -Haz lo que quieras- él se giró y ambos se miraron fijamente. -Lo voy a manejar todo. Con confianza. Puedo lidiar con cualquier cosa que tenga que ver contigo, Nezuko.

La manera firme, que demostraba confianza absoluta en ella, fue lo que más la dejo sorprendida. Abrió los ojos mientras su corazón se paralizaba en su pecho, sus labios se abrieron, pero no pronunciaron ninguna palabra, solo se quedó ahí parada, observándolo mientras sus palabras se colaban hasta el último rincón de su alma.

El confiaba en ella y eso era todo lo que necesitaba.

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Lamento haber publicado este especial una semana tarde, pero se me complico mucho escribir los últimos dos capítulos de este especial jaja XD

*PPM: Partes por millón: Cantidad de productos defectuosos por millón.
*CSI: Índice de satisfacción del cliente.