El anime/manga Kimetsu no Yaiba le pertenece a Goutage y al estudio Ufotable. El k-drama "What's wrong with Secretary Kim?" le pertenece a la cadena de televisión TvN.

¡Parte 3/3! ¡Hemos terminado el especial, espero les haya gustado!

¡Las cosas entre nuestras parejas comienzan a encaminarse! ¡Hermoso!

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Sanemi comprende que Genya no era el factor principal que lo separaba de Nezuko, así que decide aferrarse a esa confianza que siente en ella para sacar a adelante todo lo que ella quiera. El la esperara no importa el tiempo, ella siempre sería la única en su corazón.

Y eso es lo que importaba.

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What's Wrong with Secretary Nezuko? 28

Seria mentirse a sí mismo si no admitiera que algunas de las palabras de Nezuko le habían dolido, pero esta platica que tanto necesitaban lo ayudo a abrir los ojos, no era Genya quien los estaba separando, era él mismo quien estaba colocando todas las trabas que impedían que Nezuko aceptara ser su pareja.

Era su propia inseguridad y su miedo de que ella se fuera de su lado lo que estaba nublando su juicio y que estaba provocando una brecha entre ambos. El apostaba su vida entera por ella y que estuviera desconfiando tanto de esto que estaba pasando entre ambos era lo que más le dolía a Nezuko.

Inhalo profundamente y se aferró a esa confianza que sentía en ella, en él y en esto. El confiaba en ella y se lo demostraría. La esperaría no importaba el tiempo que tuviera que pasar, él se quedaría ahí, parado a su lado, apoyándola y amándola.

Al final, su destino era ella y él era el destino de Nezuko.

-Voy a aceptar todas las cosas que quieras hacer y las que desees encontrar- hablo con seguridad, demostrando en cada palabra la confianza que sentía. Giro su cuerpo y miro fijamente a la mujer que quería, ella lo observaba con los ojos abiertos, escuchando atentamente cada una de sus palabras. -Haz lo que quieras. Lo voy a manejar todo. Con confianza. Puedo lidiar con cualquier cosa que tenga que ver contigo, Nezuko.

Sus mejillas se tiñeron de rojo y su corazón se paralizo antes de comenzar a latir como loco. Sin poder ni querer evitarlo, sonrió estúpidamente mientras su cabello negro era mecido por el viento.

-Además, tu lugar siempre será aquí…- Sanemi señalo su costado, abriendo uno de sus brazos como si estuviera abrazándola. -A mi lado.

Nezuko rio mientras asentía con la cabeza, de entre todas sus confesiones, esta había sido la más bonita que él le dijo. Sus ojos se llenaron de lágrimas no derramadas, él sonrió y comenzó a caminar, deteniéndose cuando estaba a su lado. Le ofreció su brazo y ella coloco su mano sobre el interior de su codo mientras una amplia sonrisa permanecía en sus labios. Comenzaron a caminar lentamente mientras sentían como el viento soplaba un poco más rápido, desacomodando ligeramente sus ropas.

Se separaron cuando estuvieron a unos metros de la cabaña, ninguno de los dos tenía ganas de dar explicaciones o simplemente de ser bombardeados con preguntas. La noche ya estaba presente y el camino estaba iluminado por lámparas que daban un aspecto ligeramente terrorífico al camino.

Desde que habían tenido su plática, una pregunta seguía rodando en su cabeza, ella jugo nerviosamente con sus manos, mordiendo su labio para tratar de controlar su boca. Pero no pudo resistir mucho y se detuvo abruptamente. -Disculpa, Vicepresidente- Sanemi, quien también había parado de caminar, se giró para mirarla. -Me dijiste que aceptarías todo lo que quiera saber, ¿Verdad?- él asintió con la cabeza, seguro. -Tengo curiosidad de algo.

-Dime, Soportare todo lo que quieras saber- respondió confiando, cruzando los brazos sobre su pecho.

-Cuando estábamos besándonos… ¿Por qué me alejaste?- la seguridad que había mostrado se desvaneció, ladeo el rostro avergonzado y comenzó a toser. -Dijiste que soportarías todo. Por favor dime. No eres alguien que actúa sin razón, así que cada vez que pienso en lo que paso, no entiendo que estabas pensando para que reaccionaras de esa manera.

Sanemi tosió otro poco, comenzó a mover su cuerpo de un lado a otro mientras su mente trabajaba, ella lo miraba con esos grandes ojos rosas que eran irresistibles. -Ammm… Eso, veras…- suspiro y metió las manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Diría la verdad, una verdad disfrazada. -Cuando cierro los ojos, a veces veo un fantasma.

De todas las respuestas que esperaba obtener, esa era la última opción. Nezuko parpadeo y miro confundida al Vicepresidente. -¿Qué? ¿Desde cuándo? - pregunto preocupada. -Tal vez, ¿Está relacionado con la pesadilla que tienes seguido?

Tuvo que tragarse el nudo de su garganta para poder responder, tenía que deshacerse de esa mirada llena de preocupación que ella le estaba dando, su corazón no podría aguantarlo. Rio ligeramente antes de deshacerse de la tensión de sus músculos. -¿Por qué? ¿Me vas a realizar un exorcismo?

Ella realizo un puchero con sus labios mientras negaba con la cabeza. -Sabes que este no es un momento para hacer bromas…

-¡Por allá, un fantasma!- grito Sanemi con todas sus fuerzas al mismo tiempo que señalaba detrás de ella.

Nezuko brinco y dio un grito mientras se encogía. Al verlo reír, abrió la boca sorprendida.

-Vi mal.

Frunció ligeramente el ceño a la vez que trataba de impedir que su corazón se saliera del pecho. -¿Estas bromeando? Lo que dijiste antes, sobre ver fantasmas cuando cierras los ojos, fue una broma ¿Verdad? - él sonrió mientras asentía con la cabeza. -Eres un tonto…- pataleo un poco antes de girar su cuerpo y ver los árboles detrás de ella, miro a su alrededor, pero no vio absolutamente nada.

Aunque eso no evito que gimoteara y temblara cuando Sanemi comenzó a señalar los árboles que hace unos momentos estaban detrás de ella. Dio un par de pasos, miro al Vicepresidente y realizo un puchero antes de girar nuevamente el cuerpo, y caminar hacia la cabaña, girando de vez en cuando para ver que no la perseguía nada.

Sanemi sonrió y aunque no estaba tan contento de ocultarle la verdad, entre más la mantuviera alejada de sus demonios, mucho mejor. Quizás un día, cuando ella estuviera lista, podría decirle lo que en verdad pasaba. Pero esperaba que ese día nunca llegara. Inhalo profundamente y volvió a sonreír ampliamente mientras miraba su figura hacerse un poco más pequeña. -¡Vamos juntos Nezuko!- grito a lo que ella respondió agitando su brazo en una negativa.

Rio y comenzó a caminar rápidamente a lo que ella acelero, corrió hasta que la alcanzo, la tomo de la cintura con sus manos, lo suficientemente grandes como para rodear su pequeña cintura por completo y la cargo dándole una pequeña vuelta para que quedara detrás de él.

Nezuko rio y su corazón junto con su cerebro se derrito antes eso sonido que nada en el mundo podía compararse.

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Después de una larga caminata y una deliciosa comida/cena todos disfrutaban de la noche mientras bebían. Chocaron sus copas en el centro de la mesa antes de darle un largo trago de su bebida.

Aoi suspiro mientras sentía un pequeño cosquilleó en fondo de su boca cuando termino su cerveza. Mitsuri le ofrecía un poco más de carne a Naho, quien comiendo una lechuga se negó con una sonrisa. Shinobu se sentó entre la ojiazul y Tomioka mientras cargaba un plato repleto de carne y verdura.

Sonriendo y con las mejillas rojas, coloco la mayoría de carne en el plato semi vacío del pelinegro y sobre la lechuga dejo la variedad de verduras que había escogido. El la miro con sus profundos ojos azules, y sintió como sus rodillas temblaban. -Debe de comer bien, trabaja mucho.

Él sonrió, y si no conociera su rostro por completo, podría decir que seguía igual de serio. -Gracias- susurro y ella asintió automáticamente.

Sumi miro sorprendida a Hashibira, quien estaba bebiendo, pero en ningún momento había dejado de leer. -¿Usted bebe mientras trabaja Hashibira-san?

Inosuke asintió con una sonrisa orgullosa. -Si, creo que el trabajo es la mejor comida para acompañar las bebidas- Aoi negó con la cabeza cuando escucho lo ridículo que sonaban sus palabras. -Ni siquiera te da resaca al día siguiente- ella sonrió burlonamente mientras imitaba en su cerebro la última frase dice por el ojiverde.

Kikyo, quien no había dejado de ver a Shinobu, estaba completamente complacida con la interacción de esos dos, aunque a la chica le costara trabaja admitirlo, de alguna manera estaba agradecido de que la obligo a ser su pareja en el concurso. -Pero, Tomioka-san, ¿Usted no bebe?

El negó con la cabeza. -No. Mi trabajo me lo impide, siempre debo estar listo porque nunca se cuándo pasara algo.

Shinobu asintió como una adolescente. Naho dejo de masticar y miro a su compañero. -Usted es como Nezuko-san. Entonces, no debe tener tiempo para citas…- ligeramente sonrojada de las mejillas, Naho se escondió detrás de Mitsuri, que al igual que los demás estaba riendo.

Tomioka no contesto, pero para todos fue suficiente respuesta. Shinobu mordió su labio inferior y tomando valor, pregunto. -¿Qué tipo de chicas le gustan?

Giyu sintió como sus mejillas se teñían de rojo, igual de valiente que ella, le respondió sin despegar su mirada de sus hipnotizantes ojos morados. -Me gustan las chicas tiernas, pero de carácter fuerte, que sepan valerse por sí mismas, que luchen por lo que quieren con uñas y dientes, de cabello negro con grandes ojos y de una estatura menor que la mía…- ver como sus mejillas se teñían aún más de rojo, le provoco una satisfacción que ni todos sus años de trabajo y logros profesionales le habían dado.

Todos vitorearon mientras miraban al pelinegro, quien seguía manteniendo su máscara de indiferencia. Kikyo fue la primera en darse cuenta de las dos figuras que subían las escaleras, llegando a la terraza. Ella rápidamente se calló y camino para recibirlos, el siguiente en ver al Vicepresidente fue Inosuke quien se levantó apresuradamente seguida de Sumi.

Cuando el resto observo este detalle, giraron sus rostros para encontrarse con la sonrisa de Nezuko y la seriedad del Vicepresidente, ambos tenían su ropa y cabello seco, como si la lluvia no hubiera pasado sobre ellos. Shinazugawa-sama estaba parado detrás de la pelinegra, con una parte de su pecho rozando el hombro y brazo derecho femenino.

Todos se levantaron y realizaron una pequeña reverencia. -¿Ya llegaron?- pregunto Kikyo mientras se paraba frente a la pareja.

Inosuke se colocó a un costado de la gerente mientras cargaba una toalla. -Vicepresidente, ¿La lluvia lo mojo, verdad?- pregunto mientras le extendía la tela esponjosa.

Kikyo negó con la cabeza y se retiró la cobija que traía sobre su cuerpo. -Ha pasado por muchas cosas- empujo a Inosuke y comenzó a colocarle la tela sobre los hombros del Vicepresidente, Nezuko se hizo a un lado para esquivar las manos erráticas de la gerente.

Sanemi negó con la cabeza y se retiró la cobija para entregársela a su dueña. -No fue nada. Fue un momento muy significativo.

Aoi alzo una ceja y miro a los recién llegados. -¿Qué tipo de significativo?

Los dos abrieron los ojos mientras sentían las miradas sobre ambos, todos tenían una ceja alzada mientras esperaban una explicación y el silencio era tal que incluso se podía escuchar el sonido de los vecinos terminando su cena.

Nezuko miro a Sanemi, quien estaba igual que ella, tratando de formar una excusa creíble. -Ah…- su cerebro trabajaba a mil por hora, formando una oración coherente. -Mientras estábamos ocultándonos de la lluvia en un refugio… Usamos el tiempo para revisar como está la compañía- termino, sonando más como una pregunto que como una explicación.

Sanemi asintió y todos rieron, todos menos Mitsuri, quien miro el intercambio de miradas y sonrisas nerviosas entre ambos, como si estuvieran ocultando algo. -No creo que sea eso…- sus palabras provocaron que ambos abrieron los ojos horrorizados mientras borraban sus sonrisas. -La atmosfera es extraña- coloco su mentón entre su índice y su pulgar, todos miraban entre ella y la pareja. -Ahora que lo pienso, ustedes dos estuvieron en el mismo equipo en la búsqueda de lazos, - ellos se miraron nerviosos, -llegaron después de la cena… Ustedes dos, de casualidad…

Todos se acercaron a ella, esperando pacientemente su conclusión. No dejo de observarlos ni un solo segundo, notando como sus acciones los delataban. Nezuko estaba claramente nerviosa, jugando con sus manos y sus ojos demostraban temor. Shinazugawa-san aunque parecía tranquilo por fuera, también estaba nervioso, sus manos estaban inquietas dentro de sus bolsillos y no era capaz de mirarla a los ojos, y lo que más lo delato fue cuando trago saliva tan duro que hasta ella escucho el sonido de su garganta.

Sabía lo que pasaba entre ambos, llevaba tiempo sospechándolo desde antes que Obanai se lo comentara. Aunque muchas veces era distraída y torpe no significaba que no observara su alrededor y el aura que siempre rodeaba al Vicepresidente y secretaria era una que solo las personas enamoradas tenían.

Su Director solo le confirmo lo que sospechaba. Pero al igual que él, no diría nada, dejaría que ellos dos hablarán cuando tuvieran que hacerlo. Solo los molestaría y disfrutaría ponerlos nerviosos, y aunque siempre estuvo en contra de algunas de las actitudes burlonas de Obanai, por cinco minutos pudo entenderlo.

Era sumamente increíble poner nerviosos a dos de las personas más confiadas.

-¿Comieron carne antes de venir?- pregunto, salvando a ambos. Siguiendo su papel de secretaria despistada que no conocía absolutamente nada. Ellos suspiraron aliviados mientras sonreían, todos abrieron la boca mientras negaban con la cabeza. -¡Bueno, nosotros comimos cerdo!

Kikyo rio incómodamente. -Creo que estamos sacando conclusiones tontas, todos estamos cansados y acabamos de cenar. Entonces, Vicepresidente, comencemos. Yo asare la carne.

Sanemi asintió. -Está bien, muchas gracias.

-¡Por favor siéntense aquí!- exclamo Shinobu mientras acomodaba un banco frente a la mesa.

Él dejo pasar primero a Nezuko, quien sonriendo se sentó aun lado de Aoi y él tomo el pedazo de banco que sobraba. Kikyo abrió la hielera con la carne y sus ojos miraron con horror cuando lo único que encontró fue hielo derritiéndose.

-¡La carne estaba aquí!- exclamo antes de bajar la voz. -¿A dónde fue?

-¿Ya se aso toda, no?- respondió Sumi rascando su cabeza.

Kikyo abrió los ojos. -¡¿Toda?! Les dije que le dejaran un poco al Vicepresidente.

Mitsuri sonrió. -Usted dijo: "Dejemos un poco". Todos asumimos que eso significaba que usted guardo un poco de carne. Si hubiera hecho que alguno de nosotros guardáramos carne, nadie se hubiera confiado a que el otro lo había hecho.

Sanemi abrió los ojos sorprendido mirando a la secretaria de su amigo, era la primera vez en todo su tiempo con Iguro que la escuchaba decir algo con tanta lógica. Nezuko sonrió incomoda mientras miraba la cara de horror que colocaba cada uno de sus compañeros.

Kikyo no pudo refutar contra eso, así que se acercó a su jefe. -¿Qué deberíamos hacer? Ya no hay comida- él miro a Nezuko quien se encogió de hombros. -Yo, que me gradué de una universidad especializada en ingeniería mientras trabaja arduamente en el corporativo Unqui, saltaré al agua y atrapare un pez para hacerle una sopa de pescado.

Inosuke se levantó rápidamente, llamando la atención de todos. -¡No! Yo iré a comprar un poco de cerdo en este momento.

-Pero usted bebió- Naho intervino mientras miraba al ojiverde. -Y toma 30 minutos llegar al mercado.

-Un viaje de ida y vuelta tomaría una hora…- continuo burlonamente Aoi. Notando con satisfacción como el ánimo de Inosuke se apagaba.

Nezuko miraba a su alrededor mientras su mente trabajaba en una solución. Y milagrosamente llego cuando Naho se movió, detrás de ella había varios paquetes de ramen instantáneo que estaban sin abrir, esperando pacientemente a ser abiertos. -Entonces simplemente comeremos eso- ella señalo el ramen. Sanemi subió la mirada y noto lo que Nezuko estaba señalando. -¿Esta bien, verdad?- le pregunto ella mientras giraba su rostro para verlo. -A ti te gusta el ramen.

Aoi abrió los ojos sorprendida y miro a su jefe. -Vicepresidente, ¿Usted también come ramen?

El asintió con la cabeza. -Comí una porción hace poco y me gusto. Entonces comamos ramen.

-Está bien.

Kikyo sonrió nerviosamente antes de intervenir. -Entonces, iré a hervir rápidamente el agua- realizo una reverencia antes de encaminarse hacia la cocina, con Inosuke siguiéndola para tratar de ganarle y tener el agua primero.

Tiempo después ambos se encontraban sentados en otra mesa, alejados completamente de los demás, esperando pacientemente que su comida estuviera lista.

Sanemi miraba el cielo mientras disfrutaba del silencio que rodeaba la noche. El aire puro sin duda estaba ayudando a que se relajara.

-Es la primera vez que vienes a un taller corporativo, hubiera sido mejor que comas un poco de carne asada al carbón. Qué pena.

Él sonrió cuando vio el tierno puchero que ella realizo con sus labios. -¿Estas segura que no eres tú la arrepentida Nezuko?

-Claro que estoy arrepentida. ¿No sabes lo deliciosa que sabe la carne asada al carbón? Es aún mejor afuera- ella rio suavemente antes de abrir un poco su porción de ramen, sonriendo lo miro de nuevo. -Están listos, podemos comer.

-Está bien- ambos separaron sus palillos y retiraron casi por completos las etiquetas. Escucho como ella soplaba mientras abría su plato, él en cambio, tomo una porción y soplo unos segundos antes de llevárselo a la boca. Termino regresándolos mientras sentía su boca quemarse. -¡Esta caliente!

Nezuko sonrió enternecida y estiro sus brazos. -Permíteme- tomo la etiqueta y la retiro del plástico. Comenzó a doblarla en distintas partes hasta que realizo un pequeño cono, todo bajo la atenta mirada de Sanemi. Extendió su brazo de nuevo y le entrego su creación, la cual él tomo con delicadeza. -Por favor pon un poco aquí.

-¿Qué es esto?- pregunto, completamente confundido.

-Oh, esto te vas a ayudar para cuando comas ramen instantáneo. No estará caliente si comes de allí- Sanemi miro el cono y el ramen antes de verla a ella con confusión absoluta. Nezuko rio y tomo su etiqueta. -Solo un momento- rápidamente realizo los mismos dobleces y en menos de tres segundos tenia un cono igual al del Vicepresidente. Ella tomo un poco de ramen. -Ppo-ro-rok- lo coloco en el cono mientras realizaba unos efectos de sonido. -Ppo-ro-rok.

Sanemi imito a Nezuko, realizando los mismos sonidos que ella. -¿Ppo-ro-rok?

Ella comenzó a soplar en la porción que estaba en el cono y él realizo los mismo. Y cuando ella se llevó a los labios los fideos y comenzó a comer, también la imito, esperando lo peor.

Pero cuando el ramen entro a su boca, en lugar de dolor sintió el rico sabor de los fideos.

-¿No está caliente, verdad?- pregunto ella después de terminar su bocado.

-Mm, buena idea- respondió y rápidamente volvió a hacer lo mismo, tomo una porción de fideos, los coloco en el cono, sin olvidar los efectos de sonido. -Ppo-ro-rok- y soplo. Extendió su cono lleno de ramen a su secretaria. -Ponle un poco de kimchi.

-¿Qué?

-Sabe mejor con kimchi.

Ella sonrió y coloco una porción sobre sus fideos. -Aquí esta.

Sanemi sonrió y también coloco un pedazo de kimchi sobre la porción de Nezuko antes de comer. Cuando los dos ingredientes se derritieron en su boca, asintió con la cabeza. -Delicioso.

Nezuko rio y recargo su cabeza sobre una de sus manos, mirando atentamente como Sanemi comía con elegancia, disfrutando de cada bocado como un niño pequeño.

Estaba era de lejos una de las mejores noches que había pasado junto con él.

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-¿Ya se durmieron? Bebamos una ronda más…- Mitsuri realizo un puchero mientras veía a Aoi, Naho, Sumi y Shinobu acostadas en su cama, enfundadas en su pijama y prácticamente dormidas.

-¿Otra ronda?- pregunto entre dormida Shinobu, antes de que volteara el rostro y su respiración se regularizara.

Mitsuri agito los pies y rápidamente cayó sobre su almohada, tapándose con las cobijas con frustración. Naho se colocó su antifaz para dormir y estiro su cuerpo. -¡Dios! Estoy tan cansada.

Nezuko regreso del baño, cargaba su cosmetiquera junto con una pequeña bolsita que contenía los productos que ella utilizaba para su piel. Sonrió cuando vio a sus compañeras, siendo Mitsuri la única que aun refunfuñaba. -¿Ya se acostaron todas? Entonces apagare las luces.

-¡Buenas noches!- exclamo Aoi mientras bostezaba.

-Que duerman bien- susurro Sumi antes de cerrar los ojos.

Nezuko apago las luces, mientras escuchaba entre susurros la voz de Shinobu. -¡Ah! Ah, la cama.

Ella se sentó en la cama que le tocaba, quitas las cobijas se acostó depositando su cabeza en la almohada y se tapó disfrutando del calor de las cobijas sobre su cuerpo. Estaba por colocar su teléfono a un costado suyo cuando su pantalla se prendió con una notificación de un mensaje.

Rápidamente lo abrió cuando leyó el nombre de la persona que le había enviado el mensaje.

-Duerme bien.

Te doy permiso de soñar conmigo.

Rio suavemente tratando de no despertar a sus compañeras de cuarto. El mensaje del Vicepresidente agito su corazón y sonrojo sus mejillas. Miro a su alrededor y giro su cuerpo para tener más privacidad, comenzó a contestar, pero cuando escucho a Mitsuri moverse mientras tosía, se detuvo y abrió ligeramente los ojos, maldijo en voz baja y cubrió su cabeza con las cobijas, para tener la seguridad de que nadie tuviera la oportunidad de leer sus mensajes. Contesto rápidamente le mensaje antes de reír nuevamente, dejo su teléfono y sonrió ampliamente mientras cerraba los ojos, tratando de regularizar el latido de su corazón para poder dormir.

Sanemi estaba en la terraza de la cabaña, sostenía su teléfono mientras disfrutaba del aire frio de la noche, estaba enfundado en su pijama mientras esperaba pacientemente la respuesta de su secretaria.

Cuando su teléfono sonó con una notificación, rápidamente lo desbloqueo y leyó la respuesta de Nezuko.

-Gracias por el permiso.

Sonrio e inhalo profundamente. Dejo su teléfono en los bolsillos de su pantalón y miro las estrellas. -Entonces, debería ir a los sueños de Nezuko esta noche.

A la mañana siguiente Nezuko salió de su habitación compartida mientras estiraba sus brazos, la mañana era cálida y el sol estaba terminando de ponerse. Camino un poco alrededor de la piscina y se detuvo justo en el punto en el que la carretera se veía, estaba estirando su cuerpo con una sonrisa, pero cuando observo un automóvil sumamente conocido alejarse, su sonrisa se borró.

-Es el carro del Vicepresidente- tomo rápidamente su teléfono de los bolsillos de su pantalón de pijama. Marco el número y apenas había dado dos tonos, escucho la voz de Sanemi. -Vicepresidente, ¿A dónde vas?

-Un comprador de una nueva marca francesa llego de improviso. Es una marca que no ha llegado a Japón aun, así que prepare una reunión para poder ser los primeros en llegar a un acuerdo con ellos.

Ella abrió los ojos sorprendida y sintió su corazón marchitarse. Era imposible lo que él le estaba diciendo. -¿Qué?- pregunto como un reclamo. -¿Cómo puedes tener una reunión de la que no tengo conocimiento?

-El Director Iguro me dio la noticia en la madrugada.

Realizo un pequeño puchero con sus labios. -Entonces debiste decirme- resoplo antes de negar con la cabeza. -De todas maneras, me arreglaré rápido e iré allá- su voz demostraba la emoción que sentía y su corazón volvió a latir con fuerza.

-No, este es mi trabajo.

Su corazón se apagó de nuevo, la emoción que recorría su sistema se apagó y sintió como una cubeta de agua fría caía sobre su cuerpo. -¿Qué?

Sanemi sonrió. -Tu trabajo es disfrutar el resto del taller. Asegúrate de descansar muy bien- y antes de que ella pudiera seguir reclamándole, se despidió antes de colgar. -Bueno, me voy.

Cuando escucho la nada del otro lado del teléfono, bajo su celular y lo miro sorprendida. Realizo un puchero mientras sus labios temblaban, era ridículo que sintiera las lágrimas acumulándose en sus ojos. Pero todas esas emociones se fueron cuando recibió un mensaje del Vicepresidente.

-Si te afecto demasiado que me fuera, visita mi casa luego.

Sintió sus mejillas rojas y su corazón se paralizo, nerviosa comenzó a pensar en las posibles implicaciones que conllevaban el mensaje del Vicepresidente, estaba por contestar cuando llego otro mensaje.

-Estará esperándote un enorme regalo. ¿No te emociona eso?

Su corazón latió tan fuerte que su pecho dolía, apretó los labios para no demostrar la sonrisa que sus labios querían hacer, pero al final termino ganando, su sonrisa era tan amplia que sus mejillas le dolían. Estaba por dar pequeños brincos hasta que escucho la voz de Shinobu.

-¿Qué sucede, Nezuko?- ella inmediatamente brinco del susto y bloqueo rápidamente su teléfono. Shinobu miro a bella pelinegra y el celular que trataba de esconder. -¿Qué clase de texto era que estas tan tímida?- sonrió pícaramente mientras picaba con su codo el costado izquierdo de la mujer. -¿Tal vez te invitaron a salir?

Ella negó rápidamente con la cabeza mientras sonreía tímida. -No, es un mensaje del mercado- se excusó rápidamente mientras evadía la profunda mirada morada. -Aparentemente hay un remate de camarones chilenos- Shinobu asintió con una ceja alzada. -Debo ir a comprar camarones.

Rápidamente corrió hacia la habitación mientras miraba su teléfono bloqueado, sonriendo estúpidamente mientras sentía sus manos sudar. Cuando estaba a solas contesto mientras su corazón latía como loco.

Sanemi miraba su teléfono antes de bajarlo y volver a hacer el mismo proceso, esperando pacientemente la respuesta de Nezuko. Suspiro y sintió la desesperación consumiendo sus entrañas. -¿Qué es esto? ¿Por qué tarda tanto? - se preguntó en voz alta.

Tomioka parpadeo. -Lo siento, Vicepresidente. Pero estoy conduciendo dentro del límite de velocidad.

Sanemi sonrió nerviosamente mientras asentía con la cabeza. -Ah, ya veo. Excelente- bajo su celular y carraspeo. Tomioka realizo ladeo su cabeza mientras miraba confundido por el espejo retrovisor a su jefe. El mensaje que tanto estaba esperando Sanemi llego y sus dedos rápidamente desbloquearon su teléfono.

-Si, iré con grandes expectativas.

Sonrio ampliamente cuando vio el sticker de pato con grandes ojos brillosos mientras juntaba sus manos con emoción. Cuando alzo la cabeza se encontró con la mirada incrédula de unos ojos azules, comenzó a mover la boca en ejercicios para los músculos faciales, bajo su teléfono y fingió bostezar. -Es temprano en la mañana, entonces…

Tomioka asintió con la cabeza incomodo, concentrándose en el camino. El volvió a sonreír mientras miraba de nuevo el mensaje de Nezuko teniendo cuidado de Tomioka.

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Iguro, Sanemi y los dos ejecutivos franceses salieron de la sala de juntas. El más alto de los dos ejecutivos, hablo. -We hope to have a long-term business partnership with this great company (Esperamos tener una asociación comercial a largo plazo con esta gran empresa).

Sanemi asintió con la cabeza, satisfecho. -You will not regret choosing us (No se arrepentirá de elegirnos).

El otro ejecutivo sonrió amablemente. -Thanks, is a pleasure (Gracias, es un placer)- extendió su mano, la cual fue estrechada por la del peliblanco. -Bye.

-Bye.

Iguro realizo una pequeña reverencia cuando los dos ejecutivos comenzaron a caminar hacia la salida, y cuando estuvieron lo suficientemente lejos comenzó a realizar un pequeño baile de festejo, Sanemi miro a su amigo y sonrió ligeramente mientras rodaba los ojos. -Nadie podría abrir la puerta a este negocio más que nosotros.

-No hay nada que yo no pueda hacer en el trabajo.

Iguro se acerco a su amigo con intenciones de abrazarlo, pero Sanemi lo detuvo con una mano sobre su pecho, alejándolo. El realizo una reverencia mientras el peliblanco miraba su reloj. -Te admiro, señor amo.

Sanemi conto las horas que faltaban para que Nezuko regresara. Asintió con la cabeza y miro al pelinegro, quien ya se estaba enderezando. -¿De casualidad tienes tiempo?

Iguro miro su reloj. -Déjame ver… Tiempo…- elevo su cabeza y sonrió. -Mitsuri-chan no esta así que tengo mucho tiempo, ¿Por qué?

-Pensé que podríamos ir de compras juntos.

-¿Ir de compras?

Sanemi asintió. -Estoy planeando asar un poco de carne en mi jardín.

Obanai movió su cabeza y miro confundido a su mejor amigo. -¿Asar carne?

Él sonrió. -Mhm.

Veinte minutos después ambos se encontraban en el supermercado en el área de carnes, Sanemi tenía los brazos cruzados sobre su pecho e Iguro miraba con emoción los cortes de carne. Y en ese momento comprendió porque su amigo y su secretaria estaban hechos el uno para el otro.

Los dos parecían adorar la comida.

-Ya sabes, deberíamos obtener todo tipo de carne. Carne de res, cerdo y todo. Tu eliges el cerdo, amo- Sanemi alzo una ceja mientras veía los distintos trozos de carne, Iguro tomo un trozo de lomo mientras veía a la señorita encargada del departamento. -Disculpe, ¿El lomo esta bueno hoy? Necesito comprar lomo. Entonces, ¡Es un alivio!* - el comenzó a reír hasta que giro su cuerpo y quedo de frente a su amigo, quien lo miraba con incredulidad y vergüenza.

Obanai dejo de reír antes de sonreír y comenzó a depositar en el carrito distintos paquetes de carne, caminaron hasta el área de carnes frías y el comenzó a escoger todo tipos de salchichas mientras las depositaba en el carro que ya iba por la mitad. -Si pruebas las salchichas a la parrilla, nunca más volverás a comer salchichas cocinadas en un sartén. Están en un nivel totalmente diferentes.

Sanemi asintió y siguió a su amigo quien ya se dirigía al área donde se encontraban las verduras, Iguro agarro rápidamente varios paquetes de papas. -Vamos a comprar algunas papas. En el momento en que estos niños van a la parrilla…- él se relamió los labios mientras asentía con la cabeza, -no solo son papas de nuevo. ¿Te imaginas lo delicioso que es?

Después de otra media hora de compras, un carrito lleno y pagar las cuentas, Iguro sonreía mientras metía las cosas en la cajuela del automóvil de Sanemi. -Compramos de todo de la mejor calidad y yo, el mejor chef, estaré contigo así que…- coloco la última bolsa y apretó el botón para cerra la cajuela. -Va a estar muy delicioso- comenzó a pegar ligeramente su frente con uno de sus dedos mientras podía saborear la comida. -¡Oh dios! Deberíamos haber comprado un poco mas de verduras…- se callo abruptamente mientras miro el espacio vacío donde hace un minuto estaba parado Sanemi.

Miro a los costados hasta que vio el perfil de su jefe, detrás del vidrio. Se acerco a la puerta del asiento trasero de la derecha y observo como la ventanilla bajaba mientras el peliblanco asomaba su cara. -Gracias por ayudarme con la compra de comida de hoy. Entonces te veré en el trabajo mañana.

El pelinegro parpadeo confundido. -¿Qué? ¿No fui yo quien comería contigo? - el automóvil comenzó a avanzar rápidamente mientras se dirigía a la salida del estacionamiento. -Oye, oye, oye. ¡¿Me usaste, jugaste conmigo?! ¡Oye! Eres malvado. ¡Eres malvado! - grito con fuerza observando como el auto giraba hacia la derecha.

Suspiro y acomodo su cabello antes de acomodar el carrito color rojo en el espacio correspondiente.

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-¡Buen trabajo a todos!- grito Naho mientras los siete bajaban de la camioneta. La cajuela fue abierta y todos comenzaron a sacar sus bolsos y las tres hieleras de Mitsuri. Estirándose y ayudando a la pelirrosa pronto terminaron de vaciar la parte trasera del automóvil.

-No podemos separarnos de este modo- dijo Kikyo mientras acomodaba la correa de su bolsa sobre su hombro. -¿Qué tal si vamos por un poco de carne y alcohol?

Sumi negó con la cabeza. -Realmente quisiera ir con ustedes, pero necesito dejar el auto. Los veo mañana.

-Adiós.

Sumi rápidamente se subió a la camioneta y la encendió. Inosuke negó con la cabeza con una pequeña sonrisa. -Tampoco puedo ir. Creo que es mejor leer una pagina mas de documentos de trabajo que tomar un vaso de alcohol. Adiós- el realzo una reverencia antes de comenzar a caminar hacia la parada de autobús.

-¿Nezuko-san?- pregunto Kikyo con un puchero.

Ella negó con la cabeza con una sonrisa. -Yo también tengo planes. Lo siento. Los veo mañana- se despidió agitando sus manos y realizando una reverencia camino hacia la pequeña parada de taxis.

-¡Adiós!- exclamaron Aoi, Naho y Mitsuri.

Shinobu frunció el ceño mientras miraba el largo cabello de Nezuko meciéndose de un lado a otro mientras caminaba. -Nezuko-san parece un poco sospechosa… Ella parece que va a tener una cita.

Mitsuri abrió los ojos y sonrió mientras guardaba esa información para hablar con Obanai y obtener un poco más de pistas y poder comprobar que esa reunión tan importante de Nezuko-san era con el Vicepresidente. Naho rio y empujo ligeramente a Shinobu. -De ninguna manera. Nezuko-san siempre está sola.

Kikyo asintió con compasión. -Ella no tiene tiempo, aunque es sumamente hermosa, de tener citas. Siempre esta al lado del Vicepresidente todo el tiempo. ¿Qué quieres decir con una cita?

Mitsuri sonrió por dentro y tapo su boca, fingiendo sorpresa. -¡Oh dios! Entonces, el Vicepresidente y ella… Están… Tal vez…- todas se acercaron a ella, y soltó la única razón, que no sea algo romántico, por lo que esos tortolos podían estar juntos. -¡Están trabajando! ¿El fin de semana?

Todas abrieron los ojos horrorizadas, ella rio entre dientes disfrutando de la frustración de sus compañeras. Shinobu parpadeo mientras pensaba. -¿Creen eso?- todas asintieron seguras. -Este es tu futuro Aoi. Cuando la Nezuko renuncie, tendrás que trabajar como ella.

Aoi trago saliva nerviosa mientras sentía la mano de Mitsuri acariciar su espalda con dulzura, apoyándola. -¿E…Enserio?

-Bueno, mejor hablemos del futuro de Aoi-chan mientras bebemos y comemos…

Todas sonrieron y realizaron una reverencia de despedida. -¡Adiós! ¡Hasta luego!

Naho y Mitsuri se fueron por la izquierda mientras tomaban la agarradera de las hieleras, Shinobu camino rápidamente en la misma dirección que hace unos minutos Nezuko había tomado, Aoi camino un poco más lento, detrás de Shinobu antes de correr mientras reía, tomando el brazo de su compañera.

Kikyo suspiro de frustración antes de sonreír y dirigirse hacia el primer restaurante que encontrara en su camino de regreso a casa.

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¡El especial ha termino, espero que hayan disfruto mucho de los capítulos, para mi fue satisfactorio escribir! *Por cierto, Iguro se ríe en el supermercado porque "carne" y "alivio" suenan igual en coreano.

Las cosas entre Nezuko y Sanemi volvieron a su cause, ambos confían en el otro y en la relacion romántica que ambos estaban construyendo, y las cosas entre nuestras demás parejas comienzan a formarse y no podía meter el InoAoi sin un poco de amor/odio con una tensa relacion. ¡Muchas gracias por todo el amor que me dan! ¡Espero les haya gustado el nuevo capitulo!, si es así me encantaría que me de dejaran un comentario lleno de amor y kudos.

Nos vemos en una semana o semana y media. Cuídense mucho, por favor, sigan las medidas de seguridad, y sobre todo no bajen la guardia. Los amo con todas mis fuerzas, y espero leernos pronto.

Con amor, la Interna Fer.