El anime/manga Kimetsu no Yaiba le pertenece a Goutage y al estudio Ufotable. El k-drama "What's wrong with Secretary Kim?" le pertenece a la cadena de televisión TvN.

¡Feliz día del amor y la amistad! ¡Un poco tarde pero seguro jajaja! ¡Que más para terminar este día de enamorados con nuestra pareja favorita!

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¿Quién dijo que tener una relación con tu jefe sería tan fácil? Ahora que Nezuko y Sanemi están juntos las cosas son un poco complicadas, ¿Cuándo son el Vicepresidente y la secretaria? ¿Y cuando eran Sanemi y Nezuko? ¡Que dios los ayude!

Mientras tanto, Genya busca una forma de comunicarse con Nezuko para explicarse sobre su confesión. Las cosas entre Mitsuri e Iguro se complican, rompiendo una promesa.

La sonrisa de Sanemi se borró ligeramente, frente a él Nezuko esperaba pacientemente una respuesta mirándolo con sus grandes ojos rosas. Rio ligeramente nervioso mientras se tragaba el nudo de su garganta, sus manos inmediatamente se metieron a los bolsillos de su pantalón. -¿Por qué me estas preguntando algo tan obvio?

Ella mordió su labio inferior antes de sonreír ligeramente. -Esto puede sonar algo extraño para ti, pero siento que ese Nii-san eres tú, Vicepresidente- la sonrisa de Sanemi se borró por completo. -Viendo como has estado sufriendo con pesadillas todo este tiempo, como si hubieras pasado por una experiencia traumática, y la cicatriz en tu tobillo, también…

-Si yo fuera el Nii-san que tantos has buscado, estoy seguro de que las cosas no podrían ser más perfectas, pero eso Nii-san no soy yo- interrumpió Sanemi. -Las pesadillas y la cicatriz, no tiene nada que ver con eso- los ojos rosas de Nezuko lo observaron buscando cualquier indicio de mentira. -Además, si soy ese Nii-san o no, ¿Cuál es el problema? ¿Tus sentimientos cambiaran por eso?

Nezuko negó rápidamente con la cabeza, sonriendo en un intento por encubrir sus sentimientos contradictorios respecto a las palabras dichas por su pareja. -No, no cambia. Independientemente de ese asunto, estoy enamorada de ti, Vicepresidente- él sonrió ampliamente tranquilizando un poco sus inseguridades. -Entonces, duerme un poco más- señalo el sofá antes de besar la mejilla de su novio y caminar hasta la salida, dejando solo al Vicepresidente.

Sanemi borro su sonrisa cuando las puertas de su oficina se cerraron, estaba sumamente preocupada por los puntos que Nezuko estaba conectando, rozando la verdad. Debía buscar la manera en cómo manejaba los asuntos con su familia, ahora que ella era su novia debía tener cuidado sobre todo los asuntos relacionados con el secuestro si en verdad quería protegerla.

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-Sí. Creo que estaré allí alrededor de las 7.

Nezuko miro a Aoi contestar su teléfono casi escondida, sonrió antes de sentarse con delicadeza tratando de hacer el menor ruido posible, los ojos azules de su compañera la miraron con agradecimiento, ella asintió con la cabeza antes de girar ligeramente su cuerpo antes de comenzar a teclear suavemente.

-Le enviare el código de acceso, así que, si llega antes, por favor mueva el equipaje adentro por mí- Nezuko no pudo evitar mirar a Aoi con curiosidad. -Gracias por ese gran favor. Adiós- ella colgó dejando su celular sobre el escritorio, sonrió ampliamente y contesto la pregunta en los orbes rosas de su superior. -Hoy me estoy mudando.

La pelinegra asintió con la cabeza, su ceño estaba ligeramente fruncido. -Pero es un día entre semana…

-Es más barato que el fin de semana. Apenas comencé a trabajar, así que mis padres están pagando el depósito del apartamento y los costos de la mudanza por mí. Entonces debería mantener el costo bajo y hacer mi parte.

Nezuko sonrió enternecida, Aoi debía amar mucho a sus padres. -Probablemente sea difícil vivir sola después de vivir con tus padres todo este tiempo.

Aoi sonrió. -Aún así, para convertirme en una mujer profesional como Nezuko-san, no tengo otra opción- su superiora negó con la cabeza mientras empujaba ligeramente sus brazos. Ella apretó los puños mientras sus ojos brillaban con admiración. -Voy a concentrarme más en el trabajo ahora que vivo cerca.

-¿No deberías estar en la reunión del equipo de desarrollo en este momento?

La sonrisa de Aoi se borró antes de mirar con confusión a Nezuko. -¿Qué?- miro su reloj para después jadear de horror, como siempre su superiora tenía razón. Tomo rápidamente sus cosas bajo la divertida mirada de Nezuko, sonrió incomoda mientras rodeaba el escritorio. -Me concentrare más en el trabajo a partir de ahora. Regresare.

Nezuko rio mientras negaba con la cabeza, escuchando los tacones de la ojiazul perderse en el pasillo. -Bien- estaba por teclear cuando sintió a tu teléfono vibrar, estaba recibiendo una llamada, su sonrisa se borró cuando leyó a la persona que brillaba en su pantalla. Tomo su celular y alzo su mirada solo para observar a Sanemi trabajar arduamente, apretó los labios insegura de que hacer, no quería mayores malentendidos con ninguno de los dos.

Genya debía entender que eligió a Sanemi y el Vicepresidente aún se sentía inseguro respecto a las acciones de su hermano mayor.

Inhalo profundamente antes de girar su teléfono, ignorando la llamada. Retomo su trabajo olvidándose del mundo, pero sobre todo del Niii-san que supuestamente había encontrado.

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Esta llamada no puede ser conectada. Sera reenviado al correo de voz.

Genya suspiro antes de terminar la llamada, prácticamente se había aprendido el mensaje del buzón de voz que siempre lo recibía cuando llamaba a Nezuko. Desde su declaración ella lo estaba evitando, él le debía una explicación, ella no debía tener ni una sola duda de sus sentimientos o malentender que su declaración había sido provocada por el miedo de que su hermano menor la terminara apartando de su lado.

Aunque si era una parte de su apresurada confesión, sería estúpido mentirse a sí mismo, no era el hecho más importante. Ella debía ver que ambos estaban conectados al mismo destino. Observo su celular antes de convencerse que, por el momento, la mejor solución era enviar un mensaje de texto.

Pero el sonido de una voz conocida y tacones acercándose a él lo detuvo. -¡Escritor! Ha esperado mucho, ¿Cierto?

Genya sonrió falsamente mientras su mánager se sentaba frente a él. -No, para nada.

La mujer de corto cabello castaño coloco su bolso en la mesa mientras inhalaba profundamente. -La respuesta al concierto de su libro ha sido increíble. Causo que nuestra agencia colapse hoy- él sonrió sinceramente, orgulloso de sí mismo. -Hay solicitudes para apariciones en televisión y entrevistas. Seguras siendo activo en el futuro, ¿Verdad?

La sonrisa de Genya se borró mientras negaba con la cabeza. -No. No estoy interesado- respondió rápidamente, tratando de que su mánager entendiera su punto sobre el poco anonimato que le quedaba.

Algo que no funciono por la manera en cómo la castaña frunció el ceño. -¿Por qué no? Será bueno para usted estar activo. Eres increíble con las palabras. El mundo realmente disfruto de su concierto, especialmente cuando al final habló de la persona que le gusta- Genya miro a su mánager quien tenía una amplia sonrisa, como un fan leyendo una historia de amor. -Esa persona también estaba en la audiencia, ¿Cierto?- su mirada parecía ser la respuesta que necesitaba por la manera en cómo sus ojos brillaron. -Oh, ella debe estar extremadamente conmovida.

Él no lo creía de esa manera.

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Iguro prácticamente corrió hacia su oficina, Mitsuri-chan estuvo tranquila todo el día, no hubo reclamos, ni gritos o cualquier cosa parecida, solo una pequeña indiferencia con una actitud fría y evasiones a sus intentos de afectos físicos.

Quería maldecir, gritar, patalear como un niño chiquito, arrodillarse para suplicarle a la pelirrosa su perdón, gritarle que había sido un tonto y que estaba dispuesta a colocar el título que ella quisiera a su relación. Incluso, si ella lo permitía, ya tenía en mentes un par de anillos que podrían adornar su hermoso dedo anular en signo de su compromiso y amor eterno.

Le daría la boda del siglo, así tuviera que trabajar horas extras por el resto de su vida.

Se detuvo abruptamente cuando observo la imagen frente a él, en el escritorio de su secretaria se encontraba Mitsuri-chan junto con la secretaria suplente, la señorita Seon. La mujer de orbes verdes instruía a la casi recién ingresada que era prácticamente más distraída que su superior. Un escalofrió recorrió su columna, su estómago se apretó y su corazón latió dolorosamente contra sus costillas, esto era malo, mucho.

-Eso es todo, la agenda del Director esta acomodada por la siguiente semana, y los registros del día son los únicos que debes acomodar- dijo la mujer de cabellos rosas, sonriendo mientras una caja de color negro descansaba en su silla. -Lamento que tengas que tomar mi puesto de último momento, pero tengo la confianza de que harás un mejor trabaja que yo secretaria Seon.

-¡¿Mitsuri-chan?! ¡¿Vas a renunciar?!- exclamó Iguro, su voz rota por la tristeza que partió en dos su corazón. No, esto no podía ser real, si ella se iba para el todo dejaba de tener sentido.

Mitusri inhala profundamente. -Secretaria Seol, ¿Crees que nos puedas dar unos minutos al Director Iguro y a mí? - la mujer de cabellos negro realizo una reverencia antes de dejarlos solos.

-Mitusri-chan, hablemos. Hemos superado muchas cosas, podemos con esto y más- Obanai fue el primero en hablar, buscando con sus manos sostener las muñecas femeninas. -Van a cambiar las cosas, te lo juro, e incluso si no ya no te sientas cómoda puedes buscar otro trabajo, sin embargo, no me dejes…

Los ojos verdes se llenaron de lágrimas, los pedazos de su corazón astillando su pecho. -Lamento si mi renuncia le causa algún problema Director Iguro, Pero no me puedo quedar, sé que seguirás consiguiendo grandes cosas con la secretaria Seol a tu lado- ella tomo la caja con sus cosas, camino hasta quedar frente al hombre que más amaba en su vida. -Espero que sea muy feliz, Director, que encuentres a alguien que te hagas inmensamente feliz.

El dio un paso hacia delante, con la clara intención de tomar una de las delicadas manos, no obstante, se detuvo cuando ella reacciono, alejando su cuerpo. Su brazo cayo junto con sus hombros, estaba por llorar. -Te amo Mitsuri, ¿Cómo puedo ser feliz si la persona que amo no está conmigo? ¿Cuándo me preguntaste si es que yo quería terminar nuestra relación? Esa es una decisión que debemos tomar los dos.

Mitusri apretó la caja entre sus manos. -Eso sería verdad si fueras mi pareja, pero no lo eres. La decisión de irme es solamente mía- inhalo profundamente, tomando las ultimas fuerzas de su cuerpo. -Gracias por todo Obanai, ten una buena vida- y sin mirar atrás, se fue, sintiendo como su alma salía de su cuerpo con cada pasa que la separaba del que un día era el hombre con el que imaginaba pasar el resto de su vida.

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La nueva secretaria del Director corrió cuando escucho el interruptor de su nuevo escritorio, sonrió ampliamente cuando ingreso en la oficina, ignorando sus temblorosos pies que casi provocaban que se callera. Coloco sus manos frente a su vientre, tratando de ocultar sus manos temblorosas y sudadas.

El hombre que acababa de convertirse en su jefe estaba evidentemente triste, sus ojos rojos era la evidencia de el gran trabajo que estaba haciendo para mantener su fachada profesional y no caer destrozado como su mirada gritaba.

Ni siquiera le sonrió, solo acomodaba los papales en su portafolio. -Secretaria Seol, el chofer Choi no se encuentra disponible, ¿Podrías llevarme en su lugar? Necesito revisar los documentos en el camino.

Ella asintió, sonriendo ampliamente, lo que pareció terminar de ensombrecer los orbes heterocromáticos. -Claro que sí, simplemente déjemelo a mí. Cuidare bien de usted sin ningún error, Director.

Iguro que conocía la reputación de la joven pelinegra, dijo sarcásticamente. -No me llevaras a la vida después de la muerte, ¿Verdad? - la primera respuesta que recibió fue una risa tan diferente a la que estaba acostumbrada a escuchar.

-¡De ninguna manera!

El trato de sonreír o reír ante el entusiasmo de su nueva secretaria, empero, cuando intento elevar las comisuras de sus labios, las lágrimas amenazaron con correr, así que en su lugar asintió concentrándose en guardar todo lo que necesitaba para su junta.

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Sanemi estiro su cuello después de media hora de estar leyendo cuentas en la Tablet que sus manos sostenían, cuando sus ojos se encontraron con la hermosa imagen de su bella novia que estaba trabajando arduamente, una sonrisa se instaló en sus labios, oprimió el botón llamando a su secretaria.

Ella inmediatamente atendió su llamado, el sonido de sus tacones resonó en su oficina hasta que se detuvo frente a su escritorio. Sonrió ampliamente mientras el cruzaba sus brazos encima de su pecho. -¿Me llamaste?- preguntó Nezuko.

-Hoy podemos almorzar juntos, ¿Verdad?

Nezuko asintió con la cabeza. -No tienes almuerzos programados, así que es posible.

Sanemi sonrió. -Es nuestra primera comida juntos después de convertirnos en una pareja- dejo caer los brazos, extremadamente feliz, -así que me gustaría estar en un lugar especial.

Su novia asintió nuevamente. Ella ya parecía estar listando diferentes lugares en los que podría conseguir un lugar. -Hare una reservación en un increíble restaurante.

-No en algún lugar en el que hayamos estado antes, sino en algún lugar nuevo.

-Si. Hare una reservación en un lugar nuevo.

Sanemi coloco su mentón entre su dedo pulgar e índice. -¿Qué tal si consigues un pastel también? Deberíamos celebrar este momento especial.

Nezuko rio ligeramente. -Si. Voy a conseguir la tarta de queso que te gusta.

El sonrió, emocionado. -Bien…- fue ahí cuando ambos se dieron cuenta de un pequeño pero gran detalle. Estaban actuando como jefe-secretaria en lugar de una pareja, las sonrisas se borraron de sus rostros al mismo tiempo que ambos giraron los rostros.

Sanemi inclino ligeramente la cabeza, confundido. ¿Qué es esto? ¿Es realmente una conversación entre una pareja?

Nezuko apretó ligeramente los puños, sus dientes superiores mordieron su labio inferior. Es lo que siempre he hecho, pero me está haciendo sentir un poco… Extraña.

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Ambos se encontraban comiendo, la comida recién hecha se derretía en sus paladares, un hermoso candelabro de plata adornaba la pulcra mesa de madera negra mientras el lugar exclusivo les permitía la intimidad de poder estar ellos dos solos con las contadas apariciones de los meseros. Sanemi estaba feliz de poder compartir su primera comida con su novia en un lujoso restaurante que era tan exclusivo que el chef americano preparo su comida frente a ellos.

Ella sonrió cuando el mesero coloco un pulcro pastel blanco a un costado de sus platos, retirándose inmediatamente. El peliblanco sonrió, pasando el bocado antes de hablar. -Puede ser cursi, ¿Pero deberíamos encender algunas velas?

Nezuko rio mientras negaba con la cabeza. -Las velas no son necesarias.

La sonrisa en los labios de Sanemi se borró. -Pero hice un esfuerzo especial para preparar una celebración para nuestro comienzo.

Ella mantuvo la sonrisa en su rostro. -La preparación la realicé yo, ya quien fui quien hizo la reservación- al escucharse Nezuko cerró los ojos, frustrada. Los dos volvieron a girar sus rostros, incomodos por no saber manejar la situación. Eran buenos siendo jefe-empleada, pero al parecer no eran tan buenos como pareja.

Nezuko realizo un puchero, Sanemi cerró los ojos, reflexionando como podía romper esa capa de incomodidad que su relación estaba presentando en su primer día. Dejaron sus cubiertos al mismo tiempo, el carraspeo y ella busco un pretexto para hablar.

El tomo su copa de agua prácticamente vacía, la pelinegra rápidamente reacción, rellenando la copa. Sanemi tomo un largo trago antes de que pudiera dar las gracias, apenas coloco la copa en su lugar, tosió, al sentir como el agua casi se atoraba en su garganta.

Nezuko rápidamente tomo el pañuelo de su bolso y lo extendió a su novio, quien cubrió su boca. Ella tomo nuevamente sus cubiertos, dispuesta a comer antes de que el alto chef llegara a su mesa. -¿La comida es buena?- pregunto el hombre de cabellos rubios y anchos hombros.

Nezuko sonrió ampliamente. -Oh sí. Es muy deliciosa.

-Gracias. Lucen como una gran pareja- ambos sonrieron, satisfechos con el cumplido del hombre extranjero. -Si alguien los viera, pensarían que es su secretaria- así de rápido que aparecieron las sonrisas, estas se borraron ante la inocente observación del hombre. -Disfruten su comida.

Dejaron los cubiertos nuevamente, no volvieron a mirarse a los ojos, ella intento sonreír, fallando miserablemente, él carraspeo sin saber que hacer. Ambos terminaron su comida en silencio, incluso salieron del restaurante separados caminando bajo el cálido sol de la tarde.

Sanemi se detuvo cuando los pequeños hombros de Nezuko estuvieron justo a un costado de su cuerpo. -¿Deberíamos ir a una cita en lugar de regresar a la oficina?- pregunto, en un intento de quitar esa capa de incomodidad e incertidumbre que los engullía.

-¿Perdón?- respondió Nezuko, sorprendida.

-Vamos a caminar e ir a ver una película.

Ella rápidamente negó con la cabeza. -No podemos.

No pudo evitarlo, sus labios se fruncieron. -¿Por qué estas tan seria, cuando no hay nada programado para la tarde?

-Aun así, debes estar presente en la oficina. Hacer algo personal durante las horas de trabajo, especialmente ir a una cita, no parece lo correcto.

Sanemi suspiro, negando con la cabeza. -Es confuso.

Nezuko parpadeo confundida. -¿Eh?

-Eres una secretaria cuando estas así- envolvió su pequeña cintura con uno de sus brazos, juntando sus cuerpos, una de sus pequeñas manos se colocó en uno de sus pectorales, -y así, somos una pareja- Nezuko inhalo profundamente, aceptando las palabras de su pareja. -Necesitamos resolver algunas cosas.

-¿Qué quieres decir con resolver?- pregunto ligeramente triste, este jamás fue el comienzo que ella esperaba tener en su primera relación formal. Sus labios se fruncieron en un puchero.

-Obtuve todo tu apoyo como mi secretaria a lo largo de los años, pero eso parece hacerme ver como un hombre malo ahora, así que no estoy contento con eso. Por ejemplo, antes, rellenaste mi copa para mí, o darme el pañuelo que has estado cargando para mí. Ese no es el comportamiento normal de una pareja, ¿Verdad?

Ver la preocupación en los ojos púrpura de su novio, ablando su corazón. Era tan tierno. -No se puede evitar- replico, sus manos se posaron en la corbata negra para acomodarla, -es mi trabajo estar un paso adelante de ti para ayudarte a sentirte más cómodo.

-Entonces, es por eso por lo que dije que necesitamos resolver algunas cosas- uno de sus dedos comenzó a jugar con los largos mechones negros. -A partir de ahora, solo haz lo que se te exige en el trabajo. Todas las otras cosas personales, las hare yo mismo.

Nezuko rápidamente negó con la cabeza. -Pero aun así es…

-No digas nada y acéptalo- Sanemi interrumpió a su pareja, queriendo que ella se dejara mimar por él. Sus hermosos ojos rosas lo miraban con ligera preocupación. -No puedo evitar ser un jefe egoísta, pero no quiero ser un novio egoísta- beso la frente de su mujer, inhalando el dulce aroma de su cabello.

Nezuko asintió con la cabeza, enterrando su nariz en el pecho masculino. Esto no era lo que quería, sin embargo, había aceptado para tranquilidad de su pareja, callando la voz de su cabeza que le gritaba que su acuerdo no era tan buena idea.

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El carro rojo avanza a rápida velocidad en una de las grandes avenidas de Tokio, dentro Iguro leía sus documentos mientras su secretaria conducía. Inhalo profundamente, sintiendo que el dolor de su corazón se apagaba un poco, al menos distraerse en el trabajo estaba funcionando.

-Bien, secretaria Seol, no volverás a cometer errores, ¿Verdad? No te puedes perder, ¿De acuerdo? - guardo los importantes papeles en su portafolio, sintiendo como un escalofrió de nervios recorría su cuerpo.

La pelinegra sonrió. -No se preocupe. Conozco bien este vecindario. Puedo orientarme con los ojos cerrados.

-No nos obligaras a cerrar los ojos para siempre, ¿O sí? - bromeó oscuramente. Parecía que su humor estaba completamente sarcástico.

La joven secretaria no se tomó a mal el comentario de su jefe, rio y señalo con uno de sus dedos el edificio que estaba pasando el semáforo al cual casi llegaban. -Mire, ya estamos aquí.

-Oh, mira eso. Al ver que no te equivocas, me hace sentir más incomodo.

Ella nuevamente rio, ignorando como el director se acomodaba por quinta vez su cinturón de seguridad. Detuvo el automóvil con el cambio a rojo del semáforo frente al edificio al cual necesitaban llegar. La gente comenzó a cruzar y todo hubiera estado bien si él no hubiera girado el rostro.

Cruzando tranquilamente estaba Mitsuri con una gran sonrisa y las mejillas rojas, eso no hubiera sido un problema, incluso estaría feliz de encontrarla después de que ella se fuera. El problema recaía en que un hombre de cabellos naranjas con rojos la acompañaba, estaba cargando la caja con la que ella salió de su oficina, mientras hablaba con una gran sonrisa. Era alto, mucho más que él, era un hombre de complexión musculosa y tenía una sonrisa gentil.

En pocas palabras era mucho mejor que él.

Iguro sintió que el mundo se detuvo, su mano dejo caer su portafolio, los pedazos que formaban su corazón se clavaron con fuerza contra su pecho. Ella se veía tan perfecta, tan hermosa… Y se veía tan feliz con otro hombre que no era él. Mitusri limpio un poco el hombro masculino antes de reír, era como si él jamás hubiera existido en su vida, como si el dolor que hace tan solo unas horas estaba en sus ojos verdes jamás existiera.

La secretaria Seol abrió los ojos sorprendida. -Esa señorita, ¿No es su exsecretaria, Director?

Ella siguió su camino ignorante de su existencia, su corazón se detuvo cuando paso a un costado de su carro, aun cuando desapareció de su rango de visión no puedo girar su rostro para mirar al frente. Las ganas de bajarse para ir detrás de ella eran incontrolables. ¿Por qué ella lo dejo? ¿Tan fácil era olvidarlo?

La joven mujer se sintió culpable cuando escuchó la exhalación dolorosa de su jefe, sus ojos de distintos colores llenos de dolor y tristeza. Salto cuando el carro detrás de ellos toco el claxon, alertándola del cambio de semáforo. Rio en un intento de aligerar el ambiente, de calmar el dolor de un corazón destrozado. -Podrían ser simplemente amigos- no recibió respuesta así que suspiro, la sonrisa de su rostro se fue. -Debí haberme perdido en el camino, entonces, usted no lo habría visto. Siempre cometo errores, excepto por hoy de entre todos los días. Lo siento señor.

Iguro negó con la cabeza, la joven no tenía la culpa de sus problemas personales. -No te preocupes, estoy bien- apretó los ojos impidiendo que las lágrimas salieran, inhaló profundamente y miro al frente, concentrándose en lo que importaba. Todo mientras una promesa se repetía en su cabeza, provocando que sus ojos brillaran de tristeza, anhelo y profundo dolor.

Sin poder evitarlo le pregunto a su secretaria la duda que había tenido desde que la secretaria Nezuko había decidido renunciar –"Mitsuri, ¿Alguna vez haz pensando en renunciar?"

Los ojos verdes de su secretaria lo miraron fijamente antes de sonreír, una sonrisa que podía opacar al mismo sol –"Siempre voy a estar contigo director Iguro."

-"¿Siempre?" - pregunto temeroso.

-"Siempre."

Sanemi acomodo las hojas con los registros que necesitaba para el siguiente reporte que tenia que entregar a su padre. Reviso los documentos, contando el número de copias que necesitaba para archivar, entregar y tener a la mano en caso de que el equipo de contabilidad de la empresa solicitara una copia. Estaba por llamar a Nezuko, sin embargo, se detuvo al observar a la bella pelinegra subrayar con un marcatextos rosa en lo que parecía ser un borrador de su agenda correspondiente a la próxima semana.

Negó con la cabeza. -No, no- colocó un clip a los documentos y salió de su oficina. El sonido de sus pasos alerto a su secretaria, quien rápidamente lo miro con una sonrisa.

-¿Hay algo que necesitas?

Sanemi sonrió. -Negligencia. Necesito negligencia y pereza de ti- ordenó antes de perderse por el pasillo.

Nezuko ladeo su cabeza, confundida, tratando de averiguar que significaban las palabras de su pareja.

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Kikyo movió sus tensos hombros, ingreso por las puertas de su espacio de trabajo compartido sintiendo que la energía de su cuerpo se filtraba al pensar en el resto de las horas que necesitaba trabajar. -Aunque no hable mucho en el salón de conferencias, mi garganta me está matando- dijo desganada, sus compañeras junto con la secretaria Aoi caminaban igual de desanimadas detrás de ella, estirando el cuerpo en busca de desestresar sus músculos.

-Buen trabajo- Shinobu con pocos ánimos, resoplando al mover su cuello.

Kikyo se detuvo abruptamente cuando giro su cuerpo, el cual se paralizo al ver la imagen que estaba sucediendo frente a sus ojos, su boca se abrió en shock. -¿Qué es esto?- pregunto, llamando la atención de sus compañeras, quien al igual que ella retrocedieron asustados con las bocas abiertas.

Shinazugawa-sama estaba tranquilamente programando la copiadora, oprimiendo cada botón con delicadeza. Cruzando los brazos cuando la maquina comenzó a fotocopiar. Kikyo corrió rápidamente hasta la máquina, su equipo detrás de ella. -Vicepresidente, ¿Qué está pasando? - sus manos temblaron y la carpeta en sus brazos resbalaba, especialmente cuando los ojos purpuras se encontraron con los suyos. -Si necesita copiar algo, debió haberme dicho.

-Yo lo hare- exclamo Naho.

Shinobu asintió. -Yo también puedo hacerlo, señor- ante los nervios la voz de la pelinegra de puntas moradas se quebró, haciéndola sonar como una adolescente temerosa.

Sanemi negó con la cabeza. -No, ya lo hice y también he dominado esta fotocopiadora- palmeo la máquina, los ojos de sus empleadas siguieron sus movimientos. -Copia normal, copia ampliada y copia reducida. Ya he a prendido todo- explico con orgullo. -Hare mis propias copias de ahora en adelante- prosiguió a tomar una pequeña maquina negra, engrapo sus juegos de copias, ignorante del pequeño saltito de sus empleadas ante el sonido de la grapa incrustándose en el papel. Intento regresar a su oficina, no obstante, su cuerpo casi se estrello con el muro que formaban el equipo de mujeres, las cuales realizaron movieron su cuerpo en una especie de baile nervio antes de formarse en dos líneas. -Gracias a todas- camino con una sonrisa de orgullo, sin saber las muecas de horror en el rostro de las féminas.

Justo cuando estaba por cruzar las puertas se encontró con Nezujo, quien traía consigo una pequeña carpeta plateada, ambos se miraron y sonrieron, ella realizo una pequeña reverencia antes de que siguieran con su camino. La sonrisa de la veterana secretaria se borro en cuanto noto el terror plagado en el rostro de sus compañeras, quienes seguían mirando el pasillo por donde Sanemi había desaparecido.

-¿Qué está pasando?

Aoi mordió su labio. -¿No estabas en tu asiento, Nezuko-san?

Ella parpadeo confundida. -No, he estado en mi escritorio todo este tiempo- con su pulgar izquierdo señalo el pasillo detrás de su espalda. El jadeo colectivo inundo sus oídos.

Shinobu rasco su nuca. -Entonces, ¿Cómo paso?

Harta de no saber nada, Kamado cuestionó. -¿Qué es? ¿Qué sucede?

-Nezuko-kun… El Vicepresidente estaba copiando algo personalmente.

-¡¿Qué?! ¡¿Copiando?!- grito Nezuko ante las palabras de Kochou.

Kikyo asintió. -Si- masajeó su pecho, justo donde su corazón pulsaba. -De verdad pensé que mi corazón se detuvo. Ustedes escucharon, ¿Verdad? Mi corazón latiendo, ¿Cierto?

Nezuko miro el pasillo, la preocupación grabada en su rostro, intento sonreírles a sus compañeras en un intento de tranquilizarlas, sin embargo, las comisuras de sus labios no pudieron mantenerse elevada, solamente suspiro. Entrego la carpeta a la gerente y regreso a su escritorio, camino lento al estar frente a las ventanas de la oficina del Vicepresidente, mirando como el peliblanco acomodaba unas hojas.

Ladeo su rostro, su ceño se frunció ligeramente. Una sonrisa pequeña se poso en sus labios cuando el rosa se encontró con el púrpura, el hombre orgulloso señalo las hojas que su otra mano sostenía para después señalarse a si mismo. Nezuko forzó una sonrisa, asintiendo con la cabeza, cuando los orbes púrpuras volvieron a concentrarse en los papeles, la sonrisa se fue.

Ella mordió su labio inferior, sus brazos se cruzaron debajo de su pecho. -¿Qué es esta abrumadora situación?

-Nezuko-san, debe ir a la oficina del director ejecutivo- la ojirosa salto al escuchar la voz de la pelinegra. Aoi camino hasta colocarse a un costado suyo. -El director Iguro la está buscando.

Asintió con la cabeza. -Iré inmediatamente- la mujer de cabellos cortos se fue inmediatamente, su rostro se giró notando que Sanemi seguía trabajando, su cabeza está en una discusión entre ir a hablar con su novio o cumplir sus obligaciones de secretaria. Dio un pequeño paso antes de que una de las voces ganara, suspiro y rápidamente se perdió en el pasillo en dirección de la oficina del mejor amigo de su pareja.

Ella solo esperaba que esto se quedara en un accidente de una sola ocasión.

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-Sabes, las galletas del Vicepresidente se ven de mucha categoría y deliciosas.

Shinobu tomo un largo trago de su taza de café, escuchando el parloteo de comida de Kikyo, ambas ingresaron en la pequeña cocina.

-¿Debería probarlas?

Ella se atraganto no solo por la pregunta de la mujer mayor sino por quien se encontraba en el cuarto. Kikyo jadeo asustada al ver lo mismo que la mujer de cabello negro y puntas moradas.

-¿Quieres una?- pregunto Sanemi, sosteniendo en una pequeña pinza de metal una galleta de chocolate en forma de corazón.

Kikyo negó rápidamente con la cabeza. Shinobu estaba sin palabras. -¡No, no! Por favor, olvide lo que acabo de decir. Yo nunca toque sus galletas, ni siquiera una vez.

El peliblanco parpadeo confuso antes de dejar la galleta en el plato de vidrio, coloco las pinzas en su lugar y cerro la caja. Agarro la bandeja negra que contenía sus bocadillos, inhalo profundamente sintiendo el rico té. Cerro los ojos, feliz consigo mismo. -Adiós- se despidió de sus dos empleadas, dirigiéndose a su oficina. Sin ser conocedor de la sorpresa en los ojos rosas de su novia que regresaba a su escritorio, que lo observo a lo lejos con su pequeña bandeja.

Ella rápidamente corrió hacia el equipo de mujeres, el ambiente estaba tan tensó que prácticamente podría cortarse con un cuchillo, una capa de preocupación se combinaba. -¿Acaso el Vicepresidente se acaba de preparar su propio refrigerio?

Shinobu asintió. -Lo vi con mis dos ojos. De verdad fue espantoso.

Nezuko gimió internamente. Naho prosiguió. -¿Qué pasa con él hoy? Hizo copias y preparo refrigerios por sí mismo.

-Creo que se lo que pasa- respondió Kikyo, horrorizada y preocupada por partes iguales. Nezuko tembló. -Si pueden tolerarlo, reúnanse a mi alrededor.

-Ya estamos a tu alrededor- exclamo Shinobu, nerviosa.

-Solo… Quiero que…. Olvídalo. Creo que…

Todos miraron expectantes a Kikyo, los labios de la mujer Kamado temblaron, nerviosa de posiblemente estar tan cerca de que su relación fuera descubierta.

-Él nos está dando una pista de un próximo despido.

Nezuko suspiro aliviada, con un pensamiento cursando su mente. Que Dios me ayude a resolver esta situación.

¡Hi! ¿Cómo están mis hermosas criaturas? Con todo mi amor espero que estén bien y que todo esté en orden en su preciosa vida.

Nos vemos de nuevo, unos días después de lo que tenía planeada, sin embargo, considero que fue lo mejor ya que podemos terminar este día con nuestra pareja favorita. Espero que hayan tenido un bonito 14th de febrero en compañía de los que más aprecian, sean amigos o pareja. Ahora, ¿Vieron el final de temporada? Yo shore como loca, apareció Douma (chinga tu madre y también a mi jajaja) y quedamos como payasos al esperar la reunión de las lunas superiores :,v nuestros épicos domingos de SnK y Kimetsu se acabaron.

¡Muchas gracias por todo el amor que me dan! ¡Espero les haya gustado el nuevo capítulo!, si es así me encantaría que me dé dejaran un comentario lleno de amor. Cuídense mucho, por favor, sigan las medidas de seguridad, y sobre todo no bajen la guardia. Los amo con todas mis fuerzas, y espero leernos pronto.

Con amor, la Presidenta Fer.