El anime/manga Kimetsu no Yaiba le pertenece a Goutage y al estudio Ufotable. El k-drama "What's wrong with Secretary Kim?" le pertenece a la cadena de televisión TvN.

¡El ultimo capitulo! ¡Ufff 60 páginas en total de estos cuatro capítulos! ¡Valió la pena la desvelada! ¡Espero que sea lo mismo para ustedes! ¡Gracias por acompañarme y seguir aquí, no saben cuánto los amo!

.

Ahora que Sanemi sabe que la negativa de sus hermanos de aceptar su relación provocaba a Nezuko, él estaba dispuesto a luchar con uñas y dientes para que los Kamado lo acepten y vean que no solo esta con Nezuko por interés, él quería hacerla inmensamente feliz y si para eso necesitaba ganarse a sus hermanos con uñas y dientes, lo haría.

Así que armándose de valor va a la pequeña reunión de hermanos, anunciando claramente su noviazgo.

.

What's Wrong with Secretary Nezuko? Capítulo 37

Iguro miro con molestia a su amigo, el hombre irradiaba felicidad, silbaba y tenía una sonrisa que casi rozaba en lo maniaco. Si no fuera porque conocía el motiva de su felicidad, sin duda ya hubiera llamado a emergencias para internar en un psiquiátrico a Sanemi.

No lo dejaría libre hasta verlo convertirse nuevamente en ese hombre frio y apático que antes podría acabarse el mundo a que mostrara alguna emoción.

Lo observo jugar billar desde el sillón individual donde reposaba. Podía apostar la mitad de su fortuna que ni siquiera le importaba el juego, simplemente lo había traído a su casa en lo que la dopamina se bajaba de su sistema.

Un entretenimiento.

Maldijo a su suerte, mientras más se hundía en la misera irónicamente su amigo más feliz era. ¿Qué clase de maldita broma era eso? Mientras ese hombre brillaba jugando billar él estaba sombríamente sentado en un sofá, lamentando su existencia.

Suspiro, tratando de llamar la atención del hombre. Funciona ya que se detuvo el sonido del taco contra las bolas.

-¿Tienes alguna preocupación?

Alzo la cabeza, esperanzado de por fin ser visto. Quizás un Sanemi enamorado no era tan malo.

-Eso es lo que quieres que pregunte, juzgando por tu expresión ahora.

Rápidamente asintió. -Si. Pregúntame, solo quiero hablarlo con cualquiera.

-Entonces hazlo.

-¿Debería?- el silencio fue su confirmación. -Vi a Mitsuri en la tarde del mismo día que se fue- Sanemi detuvo sus movimientos, miro a su amigo, quien retorcía las manos en un intento por no llorar. -La vi con alguien más. Se veía muy feliz, como no hubiera roto una relación de años hace unas horas.

-Te vez bastante infeliz por eso.

Iguro asintió. -Si tuvieras que elegir a las tres personas mas infelices del mes, estoy confiado en que estaría ahí. ¡¿Cómo es que ya pudo conocer a alguien más?! ¡¿Cómo pudo hacerme eso?! ¡¿No signifique nada para ella?!

Sanemi volteo los ojos. -Debiste formalizar hace muchos años.

-¡La trate muy bien!- grito. Ante la mirada de Sanemi, bajo su tono. -La trat5e muy bien. En cada ocasión le compraba bolsos y joyería. ¡Solía hacer el desayuno y le dije que se veía bonita incluso sin maquillaje! En mi defensa es muy bonita, ¿Cómo no me atrevería a recordárselo?

El peliblanco masajeo su sien derecha, quizás ahora que veía el amor como otra cosa entendía que lo único que quiso Mitsuri no fueron regalos, quería seguridad, algo que Iguro no le brindo.

-Además, por supuesto que trátate bien a Mitsuri, pero sobre todo trate bien a su familia.

Eso si llamo la atención de Sanemi. -¿A su familia también?

-Como dice el dicho, si tu esposa es hermosa entonces tienes que tratar amablemente a tu familia política. Yo era si. Para mi seguros y cuñados era lo mas querido, me bañaba en afecto y siempre me recordaban que hacia las cosas bien.

Camino hasta sentarse en su sofá, justo a la derecha de Obanai. -¿De verdad?- cuestiono casualmente.

-Si, lo fui.

-Bueno, ¿Qué tan bien los trataste?

Iguro frunció el ceño, ofendido. -¿No me crees?

Sanemi resoplo. -No es que no te crea. Solo quiero ver si tenias conocimientos de cómo manejar esa situación.

-De todas formas, cuando se trata de la familia…- detuvo la dirección de sus pensamientos, observo a su amigo elevando una ceja, los orbes púrpuras parpadearon, esperando pacientemente que continuara. Sonrió pícaramente, leyendo entre líneas. -¿Quieres verte bien en frente de la familia de la secretaria Nezuko, ¿Verdad?

Sanemi rio nerviosamente, encogiéndose de hombros. -¿Qué? No, para nada…

Obanai pataleo riendo, disfrutando del poder que conllevaba tener mas experiencia que el Vicepresidente. Amaba esos segundos donde él era el superior. -¿Cómo explico para que Shinazugawa Sanemi entienda desde su perspectiva?- se preguntó, mirando sus unas. Aplaudido cuando una idea se formo en su mente. -Bien, mira esto amo. Sabes que, para alcanzar los pedidos de nuestra compañía, los subcontratistas van a grandes extremos, y ponen una increíble cantidad de esfuerzo, ¿Cierto? Sin descanso, ellos intentan probarse a si mismo y ser atrayentes como buenas compañías.

-Si.

-¡Es así exactamente!- grito el pelinegro, Sanemi simplemente parpadeó. -Amo, tienes que ser juzgado por la gran corporación que es la familia de la secretaria Nezuko. Eres la compañía nueva. Acabas de ser presentado, tienes el 0% a tu favor. Entonces de ahora en adelante, tienes que atraer y verificar que eres una buena compañía.

El peliblanco chasqueo los dedos. -Ya que lo explicas de esa forma, entiendo ahora. Entonces, ¿Qué hiciste?

Iguro rio malvadamente, se aprovecharía de esa inocencia. -Por ejemplo…- se coloco de pie, inclinado su cuerpo hacia adelante. -Inclina tu cuerpo 45 grados hacia adelante, juntas tus manos…- vio por las esquinas de sus ojos como Sanemi lo imitaba, conteniendo la risa comenzó a frotar sus manos. -Si, si, si… Por supuesto… Por supuesto… Eso esta bien. Bien. Bien- tuvo que morderse los labios para contener su risa al escuchar a Sanemi imitarlo.

Al darse cuenta de lo estúpido que se veía y que había caído en una de las bromas de Iguro, se detuvo, maldiciendo al hombre pelinegro y conteniendo las ganas de golpearlo.

-¡Debes hacer todo lo que te pidan!

-¿Qué?

Ahora sí, con toda la seriedad del mundo, respondió. -Cada vez que te reúnas con tus suegros, deja tu orgullo atrás.

-¿Debería ir tan lejos?

-Debes ir tan lejos- reitero con autoridad, -si es que quieres conseguir su aprobación- después de decir esas palabras se dio cuenta de la situación, de cómo todo había dado media vuelta. -¿Qué es esto? ¡Querían que me aconsejaran y en vez de eso termine aconsejando! - tembló abrazando su cuerpo. -Me están dando escalofríos…

-Conseguir la aprobación de la familia…

.

-Todo está limpio, así que descansen antes de irse…

Los tres hermanos Kamado sonrieron a la señora que con los años se había vuelto una especie de abuela para ellos, cada año la señora mayor los recibía preparándoles una habitación para que dejaran sus cosas y pudieran estar lo más cómodos posibles.

-Gracias- exclamaron los tres al mismo tiempo, inhalando profundamente el aire limpio.

Cuando los tres quedaron solos, Tanjiro dejo caer la maleta en la gran mesa de picnic, donde el mar podía visualizarse en todo su esplendor, su gran cuerpo cayo sobre la madera, sonriendo como un niño pequeño. Hanako lo imito.

-Como visitamos este lugar cada año ya me siento como en casa.

Nezuko camino lentamente hasta sentarse, menos animada que sus hermanos. Ante su silencio sus hermanos la miraron, borrando sus sonrisas. -Nezuko… ¿Por qué estas tan desanimada? - pregunto Hanako, tomando la pequeña mano de su hermana. Todo el día no has estado animada, ¿Te sucedió algo?

Nezuko negó con la cabeza. -No es nada.

Tanjiro suspiro. -¿Es por lo que te dije ayer sobre el Vicepresidente?

-Tampoc…

Su hermano exhalo, claramente ordenando sus pensamientos. -Nezuko… Sabes que soy como tu padre, ¿Cómo puedo permitir una relación que huele a problemas? No importa lo mucho que lo piense, él no es para ti.

Ella resoplo indignada, acomodando su cabello. -Nunca lo has conocido, así que no sabes nada de él. Tiene una personalidad increíble…

Decidido a no tener una discusión con su hermana pequeña observo a Hanako, golpeando juguetonamente la rodilla de su hermana. -Hanaka-chan, ¿Has perdido peso? Te vez mas delgada que la ultima vez que te vi. Ya pareces estar recuperándote de tu parto…

Nezuko jadeo, entendiendo la intención de su hermano mayor. Su hermano no lo hizo, sonrió moviendo sus piernas. -¿De verdad? En realidad, gane 2 kilos- se coloco de pie acomodando su falda negra. -Supongo que la ropa oscura me hace ver más delgada- rio, observando como Nezuko también lo hacía, mostrando por primera vez en el día una sonrisa sincera. -De todas formas, no se que esta pasando, pero intenta sentirte mejor Nezuko. Hoy tenemos que divertirnos mucho.

La más joven miembro de la familia Kamado suspiro, desconectando sus pensamientos. Dejo su maleta en la mesa, dejado caer su cuerpo. -Esta bien, vamos a divertirnos, mucho.

Sus hermanos la imitaron, los tres acostados cerraron los ojos olvidando al mundo entero, recordando los viejos momentos donde en lugar de ser tres eran cinco.

.

-¡Hoy vamos a divertirnos mucho! En la fiesta de bienvenida de la casa de Aoi.

Todos rieron por las palabras de Shinobu. Estaban tranquilamente caminado con dirección al edificio de la joven secretaria. Algunas cargaban carne otras cervezas mientras eran guiados por Aoi.

-¿Ya casi llegamos?- pregunto Naho.

-Si, ya estamos aquí- con su mentón señalo la entrada del edificio color café, que estaba justo en medio de dos tiendas, una cafetería y una pequeño local de artículos de variados de oficina. -Mi casa es por allá.

-Ah, esta esta.

-Ah, aquí.

Cuando estaban por ingresar al edificio, se4 encontraron con quien Aoi reconoció como la dueña. -¡Oh, la señorita del tercer piso!

Ella realizo una reverencia. -¡Hola!

-Si. Es mi fiesta de bienvenida.

La señora mayor sonrió. -Si ese es el caso, ¿Por qué no usa la terraza en la azotea en vez de su pequeña habitación? - la sonrisa de Aoi murió para dar paso a una mueca de horror. -Entonces, tengan un buen momento.

-Adiós…

-Adiós.

Maldijo en voz baja, escuchando a sus compañeras emocionarse. -¿Terraza en la azotea? Eso suena genial. Será mas divertido beber al aire libre. ¡Podemos emborracharnos más!

Aoi negó rápidamente. -¿Qué no? ¡N…No! Hace mucho calor como para estar afuera. Simplemente vamos a mi casa.

-¿Por qué? El clima es perfecto para beber afuera- replico Kikyo.

-Vamos a arriba. El lugar es tan alto que apuesto que la vista es impresionante. ¡Vamos a la azotea! - grito Naho, las mujeres dieron un paso, sin embargo, rápidamente se vieron detenidas pro el cuerpo de Aoi.

-Creo que podríamos tener un inconveniente con la persona que vive en la azotea.

La Directora frunció el ceño, comenzándose a molestar. -No venimos aquí todo el tiempo, estoy seguro de que nos perdonara por hoy- sus compañera asintieron, retomando su caminar. -Vamos, vamos.

Aoi se coloco frente a las escaleras, gritando. -¡Esperan un minuto!- los ojos de todas se posaron con fastidio sobre ella. -¿Podrían ir primero a mi casa y traer la comida que habíamos ordenado? Me adelantare a la azotea y limpiare la mesa. Esta muy sucia. Tómense su tiempo en venir- corrió por las escaleras, dejando atrás al resto.

Shinobu parpadeo confundida. -Esta bien, lo entendemos- respondió, aunque era evidente que la joven ojiazul ya no la escuchaba.

Todos se miraron confundidas. Kikyo sonrió. -Ella es muy amable.

Sumi asintió. -Esta bien, no se preocupen demasiado. Vamos.

-Me gustan las azoteas.

-Ella de verdad preparo todo.

.

Inosuke regaba tranquilamente sus plantas, mirando las hojas verdes brillar por las gotas de agua. -Toma esto y crece…. Crece mucho…- ordeno pasando la regadera en cada maceta. -Solo porque sean pequeños tomates frescos no significa que tienen que quedarse pequeños.

Su tranquilidad fue rota por la puerta azotándose y el sonido de una fuerte respiración acercándose lentamente hacia él. Uno de sus brazos fue tomado con fuerza mientras su cuerpo era inultamente arrastrado.

Frunciendo el ceño miro la pequeña mano que intentaba moverlo moviendo sus ojos hasta encontrarse con unos iris azules, que brillaban con miedo y preocupación.

-¡Tenemos una emergencia!- grito Kanzaki-san, intentando recuperar el aliento.

El sonrió. -¿Qué esta pasando? ¿Sus compañeros de trabajo vienen hacia aquí o algo así?

Kanzaki lo observo sorprendida. -¿Cómo lo supo?- sus brazo señalo la entrada. -Están viniendo aquí. Vinieron para hacerme una fiesta de bienvenida de mi casa y quieren beber aquí.

-¡¿Qué?!

-No tenemos tiempo. Rápido, ocúltese- intento mover el poderoso cuerpo masculino, fallando nuevamente. Sus ojos iban desde la entrada hasta el hombre.

Inosuke frunció el entrecejo. -¿Por qué debería ocultarme? Tenia que evitar que vengan aquí.

Aoi estaba por replicar, cuando una voz se interpuso en su conversación, la voz de Terauchi-san.

-Vaya, ¿Por qué es tan alto?

Inosuke dejo caer la regadera de plástico, gimiendo de dolor cuando golpeo su dedo meñique, salto un poco maldiciendo su suerte. Aoi se hizo hacia tras rápidamente, tratando no mojar mucho sus tenis.

Recogió la regadera solo para darse cuenta de que estaba siendo ridículo, necesitaba irse. Aoi tomo nuevamente su brazo, empujando su espalda.

-Rápido… Rápido…

-¡Maldición!- exclamo corriendo hacia la entrada sin embrago se detuvo al escuchar más voces acercarse, retrocedió mirando sus opciones. -¿Qué hago?- le pregunto a la mujer, ella negó con la cabeza igual o más desesperada que él.

-¡No lo sé!

-¡Mierda!- se dejo caer y se arrastro debajo de la mesa, intentando ocultar su cuerpo debajo de la mesa de picnic.

Aoi jadeo. -¡¿Qué estás haciendo?!

Gateo hasta que sus pies dejaron de ser visible, giro hasta quedar apoyado en uno de sus cotados, doblando un poco sus piernas. Fue justo a tiempo ya que dos mujeres ingresaron por la puerta, jadeando por un poco de aire.

Aoi sonrió nuevamente, colocándose frente a la mesa, interponiéndose en la vista de Hasibira-san.

-Vaya ¡El lugar es muy lindo! - exclamo sin aliento Shinobu, mirando el cielo.

-¡Oh Dios, mie espalda!- jadeo Kikyo recargándose en su compañera de iris morados.

Inosuke maldijo en voz baja, reconociendo esas dos voces.

Aoi rio nerviosamente. -Vinieron tan rápido. Les pedí que pasaran a mi casa para traer la comida.

Kikyo inhalo profundamente, el corazón le estaba por salir de a través de su garganta. -Con todo el tiempo que llevo en la compañía, no debería ser yo el que lleve la comida.

Shinobu rio. -Yo solo la seguí, Naho y Sumi dijeron que ellas podían solas.

La Directora avanzo hasta la mesa cuadrada de gran tamaño. Palmeo la madera sintiendo la dureza y por consiguiente la calidad. -¡Oh Dios! Esta mesa es realmente genial- se sentó recargándose para recuperar el aire.

Shinobu la imito, alzando la mano cuando Sumi ingreso alzando las bolsas con la comida. -Vengan aquí- llamo para horro de Inosuke, quien apretó los labios encogiendo aun más su cuerpo.

Contuvo las ganas de golpear el suelo al ver otras dos mujeres entrar, con mucha mas efusividad que las dos primeras.

Sumi abrió la boca, maravillada. -Hermoso, la vista de esta azotea es realmente genial.

Naho comenzó a depositar las bandejas de comida. -¡La vista nocturna debe ser increíble!

Aoi cerro los ojos pensando en las mil formas que Hashibira-san ya estaba imaginando, matándola.

-De acuerdo, entonces vamos a divertirnos toda la noche.

Todos exclamaron de felicidad a excepción de la anfitriona quien exclamo horrorizada. -¡¿Toda la noche?!

-¿Qué quiere decir con toda la noche?- susurro Inosuke golpeado el piso.

-¡Vamos! ¡Siéntense! ¡Siéntense!

-¡¿Por qué ordeno tanto, Aoi-kun?!

La ojiazul se dejo caer horrorizada, queriendo que la tierra se la tragara y la escupiera en otra realidad donde jamás sus compañeras se enteraron de su mudanza.

.

Nezuko cortaba con una cuchara una sandia, sentía la mirada ansiosa de Hanako, casi con la saliva de fuera por las ganas que tenia de quitar su mano para meter su cuchara. Ella removió retirando la pulpa de la cascara.

Señalo la fruta, y rápidamente Hanako vació el refresco de limón, seguido Tanjiro puso los hielos, ella levanto la mano deteniendo a su hermano, para remover la mezcla hasta que los hielos estuvieron cubiertos de sandia y refresco.

Hanako tembló, mordiendo su cuchara. -¡Vamos, vamos, rápido, rápido!

Ella sonrió, retirando las manos, sus hermanos rápidamente atacaron metiendo sus cucharas para llevarse una gran porción a sus bocas. -¡Esto debe estar delicioso!- exclamo Tanjiro antes de llenarse la boca.

Nzuko tomo su porción sin importarle si el liquido rojizo pudiera manchar su blusa blanca, sin embargo, su mano se detuvo a medio camino hacia su boca, cuando sus ojos reconocieron un automóvil de lujo que se estacionaba mientras un hombre grande y músculos de cabellos rojos bajaba con una caja de comida.

Trago nerviosamente, colocándose de pie rápidamente, llamando la atención de sus hermanos. -¿Vicepresidente?

Sus hermanos rápidamente se levantaron, Tanjiro tenso la espalda frunciendo el ceño cruzando los brazos sobre su pecho, queriendo dar a entender que no se sentía intimidado por el Vicepresidente.

Su pareja camino lentamente hacia ellos, ella negó con la cabeza. -¿Cómo llego hasta aquí?

Sanemi la ignoro, miro a Hanako y Tanjiro. -Encantado de conocerlas, soy Soy Shinazugawa Sanemi.

Nezuko apretó los ojos y con sus manos señalo detrás de ella, gritando con su cuerpo que quería hablar a solas con él. Su novio capto su mensaje y con una sonrisa, prosiguió.

-Si me permiten, la secretaria Nezuko quiere hablar conmigo.

Los dos se apartaron del resto de los Kamados, yendo a las terrazas de las habitaciones donde un pequeño jardín los rodeaba. Ella exhalo, encorvando un poco la espalda. -¿Qué está pasando?

-Mencionaste que visitas a menudo el mismo alojamiento en Jebu-do cada año. El año pasado te rompiste el tobillo jugando al badminton en la escuela primaria cerca del alojamiento- ella sonrió con ternura. -Busqué un alojamiento cerca de la primaria y encontré este lugar.

-Lo que quise decir fue, ¿Por qué estas aquí? Estoy con mis hermanos…

-Es por eso por lo que vine. Están preocupadas por nuestra relación, así que vine aquí para aliviar sus preocupaciones. Lo voy a lograr. Voy a hacer mi mejor esfuerzo.

-¡Nezuko!

Tanjiro camino apresuradamente jalando el brazo de su hermana, alejándola del Vicepresidente. -¡Onii-chan!- ignoro su reclamo, mirando al hombre frente e él. Sin querer ocultar el desprecio y poca emoción que su presencia le provocaba.

-No vino aquí para que le de trabajo. ¿Puedo preguntar de que se trata esto?

Hanako intervino. -De casualidad, ¿Están saliendo? - sus dos hermanos la vieron, los ojos rosas con sorpresa y los orbes rojos con enojo.

-Bueno…- comenzó nerviosamente Nezuko. -Nee-san…

-Si. Estamos saliendo- respondió con seguridad Sanemi.

Nezuko mordió su labio inferior, Tanjiro y Hanako abrieron los ojos, el primero con horror la segunda con sorpresa. La pelinegra suspiro deseando que las cosas a partir de ahora no empeoraran.

¿Por qué nada podía salir peor, verdad?

¿Verdad?

¡Hola! ¿Cómo están mis hermosas criaturas? Con todo mi amor espero que estén bien y que todo este en orden en su preciosa vida. Que las cosas estén saliendo lo mejor posible, y que el próximo inicio de la primavera les alegre. Yo debo admitir que no me gusta el calor, se me hace desagradable la primavera y verano, odio sudar jajaja, pero la vida es así y no me queda de otra que aceptarlo. Ustedes no sean amargados como yo y disfruten de todo, del calor y el frio.

¡Lamento mi tardanza! ¡Las cosas en la universidad han estado de locos! Jajaja sin embargo, como les dije en el primer capítulo, vamos a fingir que estos cuatro equivalen al tiempo que desaparecí. Como estoy ocupada puedo tardarme un poco más, pero tratare de subir dos capítulos cuando actualice. ¡Que Dios me ayude a cumplir esa promesa! Jajajaja.

¡Muchas gracias por todo el amor que me dan! ¡Espero les haya gustado el nuevo capitulo!, si es así me encantaría que me de dejaran un comentario lleno de amor y kudos. Cuídense mucho, por favor, sigan las medidas de seguridad, y sobre todo no bajen la guardia. Los amo con todas mis fuerzas, y espero leernos pronto.

Con amor, la Presidenta Fer.