Una corta semana había pasado desde aquella maravillosa noche, hoy era el día, hoy su Hermione se iba de vacaciones, no la vería por dos largas semanas, más de lo que podía soportar, Hermione le había dicho de quedarse pero ella le había insistido que no, a pesar que de era lo que más deseaba en el mundo.
Miró con ternura a la chica que dormía en la cama, tenía una gran sonrisa en su rostro, seguro por los sucesos de la noche anterior, no pudo evitar sonreír ella misma, la amaba tanto, anoche había sido la cuarta noche que no volvía a dormir a su cuarto, sus compañeras ya empezaban a preguntarle donde y con quien se quedaba, ella solo evitaba el tema con una sonrisa.
No le había preguntado a la castaña sobre el asunto de Malfoy, no quería importunarla y suponía que cuando Hermione quisiera contarle le contaría, podía esperar todo lo que Hermione necesitara, mientras estaría con ella apoyándola y haciéndola feliz.
El aire que entraba por la ventana la helo el cuerpo obligándola a ponerse algo de abrigo, llevaba ya un buen rato despierta, algo inusual, ya que Hermione siempre solía despertarse antes que ella, se acerco a la premio anual y le acarició el pelo con ternura. Hermione despertó al sentir el leve contacto y sonrió al ver el rostro de su amada pelirroja a su lado.
-Buenos días-murmuro Ginny
-Muy buenos, pues acabo de despertar con la mejor visión del mundo.
La pequeña Weasley se sonrojo ligeramente y la beso delicadamente, estuvieron un rato prodigándose caricias y besos.
-Ginny, deberías bajar ya, los chicos se van a preocupar, yo ahora mismo bajo ¿ok?
-Ohhh-dijo la pelirroja haciendo un puchero-yo quería quedarme contigo, pero si quieres que me vaya...
-No, no quiero que te vayas, ni ahora ni nunca, pero deberías irte, solo para que los chicos no se preocupen, si preguntan por mi, diles que te he dicho queestoy haciendo la maleta¿ok?
-Ok, ok-dijo Ginny besándola y saliendo por la puerta.
Llego al comedor con una sonrisa radiante, efectivamente ya estaban allí Harry y su hermano, se dirigió hacía ellos sonriendo.
-Buenos días chicos
-Buenos días-dijeron ambos
-¿Y Mione?-preguntó el pelinegro
-Me ha dicho que esta haciendo el equipaje
-Ahhh ok-dijo Ron y empezó a desayunar con su habitual entusiasmo, Harry y Ginny le miraba divertidos.
¿Que pacha?-pregunto el pelirrojo con la boca llena
-Nada, Ron, nada-respondió Harry riendo
-Gump-gruño el guardián de Quidditch
En ese momento entro Hermione al comedor y se dirigió sonriendo a la mesa donde estaban sus amigos y la persona que amaba. Ginny la miro largamente mientras se sentaba y saludaba a los chicos, dios iba a extrañarla demasiado, hacía menos de veinte minutos que había probado los besos de Hermione y ya los añoraba, no quería ni pensar que haría durante dos semanas.
-Atención por favor-dijo Dumbledore, todo el comedor se volvió a mirarle-bien. Quiero decir que el expreso partirá a las 11 mañana, por lo que en dos horas todas las personas que se vayan deben estar en la estación, gracias.
¡Dos horas¡Solo dos horas¡Dios! Era muy poco tiempo, cogió la mano de la castaña por debajo de la mesa y la agarro con fuerza, Hermione solo la miro con dejo de tristeza y le devolvió el apretón.
-Bueno chicas-empezó Harry-¿Qué os parece si vamos a los terrenos del colegio? Así estaremos juntos hasta que Herm se vaya
-Sí, por mi bien¿Ginny?-preguntó Hermione
La pelirroja no quería ir, solo quería coger a la premio anual y hacerla el amor hasta que se tuviera que ir, pero acepto sin rechistar, sabía que la felicidad de Hermione se debía en parte a Harry y a Ron.
Se dirigieron a los terrenos del colegio, afuera estaba todo nevado, era una maravillosa vista, Ron se dirigió corriendo hacía Luna quien se encontraba cerca del lago.
-Hola-dijo la rubia cuando llegaron donde ella
-Hola Luna-dijeron los demás
Ninguno se dio cuenta de que Harry cogía nieve con las manos y hacía una bola.
-Hermione-dijo Harry
La castaña se dio la vuelta y no le dio tiempo a hablar, una gran bola de nieve había impactado contra su cara.
-¡Harry James Potter!-gritó furiosa cogiendo otra bola y tirándola, con tan mala suerte que le dio a Ron.
Pronto el trío dorado estaba jugando y tirándose bolas mientras Ginny y Luna observaban y hablaban.
-¿Y qué tal con Herm?-pregunto Luna
-Bien, muy bien
-Vas a echarla de menos ¿eh?
-No tienes idea de cuanto-dijo Ginny suspirando
Unas fuertes carcajadas distrajeron su atención, Hermione estaba tumbada en el suelo mientras Harry y Ron le hacían cosquillas, no pudo evitar sonreír, amaba esa risa, era lo último que quería escuchar en su vida.
-La amas más de lo que pensaba
-¿Qué dices?-pregunto la pelirroja confundida
-Que la amas mucho, más de lo que yo me imaginaba
-¿Cómo lo sabes?
-Lo sé-respondió Luna sonriendo enigmáticamente
Ginny solo la miró confusa y volvió a dirigir su mirada a su amada, estaba preciosa, con las mejillas sonrojadas por el frío y por la risa, el pelo algo revuelto le caía levemente por la cara, esos ojos brillantes y esa adorada sonrisa en su rostro, sintió enormes ganas de besarla en ese momento, de repente Hermione la miro y su sonrisa se hizo más amplia, la pelirroja solo puedo sonreír y suspirar por no poder ir corriendo a su lado y abrazarla y besarla como nunca lo había echo.
El tiempo se paso rápido y pronto llego la hora de la partida, se encontraban todos en la estación, Hermione estaba a punto de subir y Ginny luchaba con furia por retener las lágrimas y las ganas de suplicarle que se quedara con ella, Hermione se despidió de cada uno de ellos, cuando iba a abrazar a Harry este la cogió de la muñeca y le dijo muy bajito:
-Lo haré
La castaña solo sonrió y le abrazo con fuerza, mientras cierta pelirroja se tragaba sus celos, no iba a volver a hacer daño a Hermione con sus estúpidos celos, casi la perdía una vez, no estaba dispuesta a que hubiera una segunda.
Cuando le toco a ella, Hermione la miro a los ojos y lo que Ginny vio no le gusto, la castaña tenía lágrimas en los ojos y la miraba con tristeza, no soportaba verla así, la abrazo con fuerza mientras intentaba retener en sus sentidos el tacto de su piel, el olor de su pelo, se separo lentamente de ella y la miro larga e intensamente.
-Te quiero-susurro levemente
-Y yo a ti, y yo a ti
Hermione monto en el expreso con cara triste y se dirigió a dentro, el corazón de Ginny empezó a latir muy rápido, no iba a poder estar sin ella, se iba a morir de tanto extrañarla. Una mano en el hombro la saco de sus pensamientos, era Luna, que la miraba con preocupación, sonrió con pesar y se dirigió junta a ella y los chicos hacía el castillo.
Estaba ausente, solo podía pensar en ella, definitivamente Hermione le había calado muy hondo, no podría olvidarla jamás, no podría estar con otra persona, en otros brazos, se reprocho por pensar en eso, no debía preocuparse, ahora estaba con Hermione y al menos ella ,no pensaba dejarlo. Miro el reloj por undécima vez en un minuto, parecía que el tiempo jugaba con ella, que en vez de ir adelante fuese para atrás y aumentara su tortura. Se dirigió a fuera, necesitaba que le diese algo el aire, caminaba por los pasillos distraida, tanto que no se fijo que choco con alguien hasta que escucho:
-¡Maldita pobretona¿No te enseñaron modales en la ratonera donde vives!
Era Draco Malfoy, sintió ganas de partirle la cara, como se atrevía a decirle eso, además sentía un gran rencor por él, le había hecho daño a Hermione, a su Hermione.
-¡Cállate Malfoy! No tengo ganas de envenarme escuchándote hablar
-¡Cómo te atreves a hablarme pobretona¡Tú y tu familia sois una deshonra para el mundo mágico¡Amigos de los sangre sucia!
Fue lo último que dijo, Ginny le había metido la bofetada más fuerte de toda su vida, se encontraba furiosa, podía meterse con ella, podía decir cualquier cosa, pero no iba a permitir que insultara a su familia y mucho menos que insultara a Hermione, eso nunca.
-¡No vuelvas a decir nada malo de mi familia o de los hijos de muggles¿me oyes!
Y se fue de allí, mientras la gente la miraba con la boca abierta y otros la miraban con orgullo, oía las maldiciones y amenazas de Malfoy, pero no le importaba¡dios! Estaba furiosa, furiosa por Malfoy, furiosa con todos, furiosa con Hermione, por no haberse quedado. Sintió una punzada de dolor en el pecho¿qué estaba diciendo? Era una tonta, Hermione no se había quedado porque ella misma le había dicho que se fuera, no podía enfadarse con Hermione, con su adorada Hermione.
Sintió el aire en la cara cuando salió a los terrenos del castillo, se dirigió cerca del lago y cerro los ojos, se imagino que la castaña estaba con ella, que la abrazaba y acariciaba, la necesitaba tanto...
Un picoteo en su hombro le saco de sus ensoñaciones, una lechuza blanca con motitas doradas estaba parada en su hombro, la lechuza tenía una rosa y una carta, era Calixto, la lechuza de Hermione.
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