Capítulo 8. Hanami.
¡El día había llegado!
Los nervios estaban a flor de piel, más aún si cabe que los días anteriores. Todos se preparaban para la noche que se acercaba. Las shinigamis iban nerviosas de un lado a otro, siempre en grupos, mientras cuchicheaban al paso de cada shinigami, lo que no hacía más que poner aún más nerviosos a estos. Los shinigamis pensaban en si le dirían, al fin, lo que sentían por la persona amada.
Finalmente todos los preparativos estaban listos y las dos divisiones encargadas de organizarlo todo al fin podían respirar tranquilos y disfrutar del ambiente festivo que se respiraba, sin tener que pensar en nada más.
Y finalmente llegó.
Estaba oscureciendo, cuando empezó la fiesta. Todos empezaron a llegar vestidos con sus mejores galas. Nadie llevaba esa noche sus ropas de shinigami. Inoue, Ishida y Chad llegaron acompañados de Renji, quien había ido a recogerlos. Los tres miraban asombrados a todos esos shinigamis, extrañándose al verlos sin uniforme.
Ichigo se encontraba en la división trece esperando a Rukia, mientras veía el sol hundirse por el horizonte, arrancando destellos en las aguas del río y los pétalos de los cerezos. Estaba tan absorto mirando el bello paisaje que no advirtió la llegada de Rukia que se acercaba desde detrás. Ella se puso a su lado y durante un rato miró el ocaso, sin que él se diese cuenta. Después de un rato ella le cogió la mano. Él se sorprendió y la miró. En sus ojos vio promesas y anhelos que correspondían a lo que él mismo sentía.
"Rukia, estás…guapísima"
"Gracias, es que sienta bien no ir con el uniforme" le agradeció ella mientras se sonrojaba. Llevaba un kimono blanco, con flores de cerezo bordadas en él y un obi de color azul. Todo era muy sencillo pero resaltaba el color de sus ojos. "¿Nos vamos?"
Él sonrió y asintió.
Cuando llegaron ya estaba todo muy animado. Allí estaban todos los capitanes con sus tenientes y sus divisiones al completo. Todos se divertían relajados. Bueno, todos no. Había uno que se divertía, y mucho, pero no estaba demasiado relajado.
"Shunsui, ¿cómo estás? Te veo un poco nervioso"
"Ukitake, estoy bien. No te hagas el gracioso"
"No, es verdad. El gracioso eres tú. Aunque hoy no lo pareces mucho" y se fue riendo.
"Maldito Ukitake." Mascullaba Shunsui, cuando su teniente se acercó.
"Capitán, al final todo ha salido bien"
"Nanao-chan, como no iba a salir bien, organizándolo tú. Pero, no me llames capitán por favor. Esta noche solo somos dos shinigamis. Como todos los demás."
"Gracias por el cumplido"
Shunsui la miraba fijamente, de arriba abajo. Había algo fuera de lugar. Nanao iba muy guapa con su kimono azul claro y se la veía más relajada. Pero no era eso. Había otra cosa.
"¡Nanao-chan!"
"Capitán….digo, Shunsui, ¿qué ocurre?"
"¿Dónde has dejado el libro?"
"Ah, eso. Bueno es que esta noche es para divertirse, ¿no?"
"Bien dicho, mi querida Nanao-chan" dijo relajándose de repente. Sentía que algo bueno iba a pasar.
Ichigo y Rukia estaban con Inoue y los demás. Aún iban de la mano lo que habían notado todos. Renji hervía de celos, pero en el fondo, muy en el fondo, se alegraba por Rukia, pues durante todo este tiempo, había sido testigo del sufrimiento de la shinigami. Inoue, sin embargo, no parecía preocupada. Su etapa Ichigo parecía haber pasado a la historia y ahora solo se alegraba por él. Ahora era Ishida por el que se interesaba. Los dos estaban juntos, hablando animadamente y se los veía muy cómodos.
Fueron pasando las horas, como en un sueño, mientras los shinigamis bebían y comían, algunos más que otros. Al poco tiempo el grupo ya había empezado a separarse mientras los shinigamis se reunían en grupos más pequeños de amigos. Había muchas parejas también, que hablaban y reían, mientras caminaban o se quedaban quietos. También había algunas cogorzas memorables, como la del General Yamamoto, que reía con el capitán Byakuya y el capitán Komamura, que tampoco le iban a la zaga en cuanto a borrachera. Sin embargo, el que ganaba en este tema era, como no, Shunsui, al que empezaba a no entendérsele nada de lo que decía. Nanao, que estaba junto a él, también estaba entonada aunque ella, fiel a su estilo, no lo parecía tanto. Ambos charlaban bajo la divertida mirada de Ukitake y la capitana Unohana. Uruhara, Yoruichi y Soi Fong estaban juntos hablando mientras observaban a todos los demás. Mientras tanto Matsumoto, Shuuhei y Kira bebían, más de la cuenta, juntos, mientras compartían sus penas. Incluso Mayuri y su hija Nemu se encontraban en la fiesta. Kenpachi y toda su trupe de la once andaban también por allí, divirtiéndose a costa de Ikkaku y su ya famosa bola de billar.
