Hanami, Final alternativo. Me quiere a mí!
By Aiolos.
- Aaaaahhhh!
El grito de Rukia resonó por los pasillos de la división despertando a todos. Su respiración era aún entrecortada, y el sudor le corría por la piel, cuando una de sus compañeras en la división entró en su cuarto asustada por el tremendo grito.
- ¿Te encuentras bien, Rukia? – preguntó Mizu.
- Si, Mizu, no te preocupes. Sólo ha sido una pesadilla.
- Pues debe de haber sido horrible. Por el grito que has pegado parecía como si te estuvieran atacando.
- Ja, ja, ja. No era eso – dijo Rukia riendo con nerviosismo.
- ¿Seguro que no pasa nada? – inquirió Mizu -. No pareces muy tranquila.
- Es que pienso en lo que he soñado y se me pone la piel de gallina – dijo la otra mientras se sonrojaba.
Al ver la reacción de su amiga, Mizu se interesó aún más por la temática del sueño.
- Cuéntame que has soñado.
- No, de veras que mejor no – le dijo Rukia reticente.
- Venga Rukia. Suéltalo ya - le insistió mientras se sentaba en la cama al lado de la otra mujer y le miraba con una ligera amenaza en lo ojos.
- Está bien. Pero promete que no se lo dirás a nadie.
- Prometido.
- Verás. He soñado que celebrábamos el Hanami y que Ichigo y los demás volvían a la Sociedad de Almas. Y resulta que yo…esto…estaba enamorada de Ichigo y nos declarábamos y besábamos en una escena muy pastelosa.
- …
- ¿Qué?
- Nada – dijo Mizu mientras intentaba no reírse.
- Sabía que no te lo tenía que haber contado. Ahora pensaras que soy una tonta.
- Mujer, un poco tonta si que pareces – le dijo su amiga -. ¿Qué tiene de malo que te gustase Ichigo? De hecho, todos pensábamos que era así.
- … ¡Cóooooomo! – volvió a gritar Rukia.
- Pero que quieres que pensemos. Por como te comportabas con él parecía que te gustaba mucho.
- ¿Cómo me comportaba?...pero, si sólo intentaba ser amable.
- Bueno, eso da igual – le cortó Mizu -. Ahora hay algo más importante.
- ¿Ah, si?
- Sí – dijo Mizu mientras se levantaba de un salto y apuntaba a Rukia con un dedo, sonriendo -. ¿Quién te gusta entonces?
- …
- ¿Qué pasa? Si no te gusta Ichigo y te has puesto así sólo por soñar que os dabais unos besitos, será porque te gusta otra persona.
Rukia enrojeció aún más mientras bajaba la mirada para que Mizu no se diese cuenta de ello. Sin embargo eso era imposible. Mizu tenía muchas habilidades, y una de ellas era calar a la gente.
- Yo tenía razón. Te gusta alguien más. ¿Quién, Rukia?
- Yo,…esto,…no es verdad.
- No me mientas.
- Renji – dijo muy bajito. Mizu lo había oído perfectamente, pero se hizo la loca.
- ¿Cómo? No lo he escuchado.
- Renji – dijo casi gritando mientras la miraba con cara de odio.
Y entonces, apareció el rey de Roma.
- ¿Me llamabas, Rukia? – preguntó un hombre con el pelo rojo y muchos tatuajes.
Las dos mujeres se quedaron de piedra al verlo. Cuando se recuperaron de la impresión cada una sufría de una reacción muy distinta. Mientras Rukia se ponía tan roja como el pelo de Renji, Mizu comenzaba a reírse sin poder parar mientras se estrujaba las vestimentas.
- ¡Renji! – dijo Rukia -. No era nada. Sólo hablábamos.
- ¿De qué hablabais para nombrarme a mi? – preguntó curioso el hombre mientras miraba a las dos.
- De nada – contestó Rukia rápidamente.
- Bueno yo me marchó ya – dijo Mizu y antes de que Rukia acertara a decir nada, la shinigami ya salía por la puerta guiñándole un ojo a Rukia a espaldas de Renji.
Rukia no sabía que hacer. Renji seguía allí, de pie, mirándola con una cara extraña. Ella seguía mirando hacia abajo pero podía notar como él la miraba. De repente, empezó a notar como una necesidad imperiosa de contarle a Renji sus sentimientos crecía en su interior. Casi como si estuviese fuera de su cuerpo Rukia fue testigo de cómo empezaba a contarle a Renji todo lo que sentía.
- Renji, yo…esto, no se como decírtelo – decía Rukia en voz muy baja, mientras bajaba la cabeza para mirarse el regazo. Renji, mientras tanto, la miraba con ojos inquisitivos, pero en realidad no la escuchaba, de tan bajo que ella hablaba.
- Rukia, no te oigo – dijo mientras se agachaba delante suya -, ¿qué es lo que quieres decirme?
Renji alargo la mano y asió a Rukia por la barbilla, haciendo que, suavemente, levantase la cabeza para que le mirase a los ojos. Cuando sus ojos hicieron contacto, Rukia supo que ese era el momento. Y ni corta ni perezosa, rechazó las inútiles palabras, para plantarle un beso a Renji en la boca. Durante unos segundos Renji se mantuvo quieto, mientras Rukia intentaba introducirle la lengua en la boca. De repente, volvió a la realidad y se dio cuenta de lo que pasaba. Rukia le besaba, Rukia le quería. Eso era lo que había estado esperando tanto tiempo. Así que, respondió a los intentos de Rukia y empezó a besarla. Los brazos de Renji rodearon a Rukia y la alzaron para tumbarla en la cama.
- Brenji….a purta – intentaba decir Rukia. Viendo que no podía, empujó a Renji para quitárselo de encima -. La puerta, Renji. Cierra la puerta.
Renji la miró sonriendo picaronamente y se levantó. Fue hasta la puerta y la cerró. Luego volvió para seguir con el asunto.
- El pestillo, Renji – dijo Rukia y añadió sensualmente, mientras se quitaba el kimono-. No querrás que nadie nos interrumpa, ¿verdad?
Renji la miraba alucinado, recorriendo las curvas de su pequeño cuerpo, deleitándose con la visión de sus lugares prohibidos. Pero sólo era capaz de pensar en una cosa.
"¡Me quiere a mí!"
