James le pasó la varita de Remus a la dependienta de la tienda y esta la examin
-Volved dentro de una hora -les dijo
Peter fue el primero en abandonar la cuadrada estancia de fuerte olor a madera, seguido de Remus y Lily, el último fue James. Dejaron atrás la oscura tienda de varitas de Hogsmade y se dirigieron a la plaza. La cantidad de alumnos de Hogwarts era considerable, pero ellos apenas se fijaron. Tenían sus pensamientos sobre una cama de la enfermería. Durante tres días la habían imaginado vacía y durante tres días el destino les había golpeado violentamente contra la realidad. La esperanza de ver vacía esa cama desaparecía día tras día; Madame Pomfrey, evitaba mirarles a los ojos y eso clavaba en sus corazones pequeñas espinas que acabarían por destruirlos, si la situación no cambiaba
Llegaron a la plaza y se sentaron en la fuente que había en el centro. Se quedaron allí un rato, sin hablar. El sol les pegaba en la nuca y las finísimas gotas de agua les mojaban las manos y los pantalones.
-Voy a por un refresco...-dijo Lily rompiendo el silencio-¿Queréis algo?
Los chicos negaron con la cabeza, sin siquiera mirarla. La chica se fue con un suspiro al kiosco que estaba más cerca
-Oye...-dijo Peter al rato - Me voy al castillos...Aquí se sentaba Sirius...para piropear a las tías
Peter salió corriendo, últimamente hacía mucho eso. Huía de los lugares que él solía frecuentar
-¡Peter!- gritó Lily, que ya estaba de vuelta con una lata en la mano, no muy lejos
-Ya voy yo-dijo James con una sonrisa, una falsa sonrisa
Lily llamaba a esa sonrisa máscara: una máscara que había adoptado para apartar del mundo su dolor. En cambio Remus no reaccionó; miraba al suelo, sin importarle nada. Cuando James hubo desaparecido tras una esquina, calcando los pasos de Peter; Lily, se sentó al lado de Remus
-Remus...Ya no eres tú-dijo
-Nada ni nadie está igual que antes-respondió el chico
Lily no había reconocido tanto vacío, tanta tristeza en una voz hasta eso momento.
-Remus...dime ¿has llorado?
El chico no contestó. Ella se acercó más a él y le abrazó, como una madre que protege a su hijo. Sentía tanta pena...Remus no era un llorón, pero sí un sentimental. ¿Cómo no podía haber derramado ni una sola lágrima? Todos habían llorado, aunque fuera en privado ¿Por qué él no lo había hecho?
-¿Por qué...? No pienses que eres un cobarde, los valientes también lloran –dijo
-Pero yo no puedo...
Lily empezó a llorar. La voz triste de Remus, la máscara de James, las huidas de Peter, todo se le había juntado. Echaba de menos a sus amigos.
-No llores Lily porque yo no pueda...-dijo Remus cogiéndola de los- Llora por los demás, yo doy asco...
La chica se irguió, no entendía nada de lo que estaba pasando
-Ni siquiera me dan pena sus padres, no siento nada. Estoy vacío-finalizó el chico
Se levantó de la fuente y se fue calle arriba, al igual que James. Lily no sabía que decir, no entendía nada. Había reconocido mucha pena en su voz y aún así él lo negaba, decía que no sentía nada. ¡¿Por qué no podían deprimirse como personas normales?!
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Severus la encontró en la biblioteca. Lilian estaba dormida sobre un libro, había estado allí todo la mañana y , según Shara, no había pegado ojo por la noche. Se sentó en una silla a su lado y la apartó el pelo de la cara, olía ligeramente a limón. De pronto los mechones marrones de Lilian se tornaron rojos, su cara no era la misma, ahora era Lily, era Lily la que dormía. Ya no olía a limón sino a melocotón, como los cabellos de Lily. Severus quiso abrazarla, pero entonces su espejismo abrió os ojos y no eran verdes, eran marrones. La imagen se rompió en mil pedazos y Lilian volvía a estar sobre el libro. Severus se insultó duramente por olvidar que debía olvidarla, por soñar despierto con una sonrisa imposible, con aquel olor a melocotón.
Cuando Lilian hubo recordado donde estaba y lo que hacía allí empezó a llorar. El chico, en sus escasos gestos de cariño, le acarició tímidamente la cara.
-Todo me sale mal, perdóname –dijo la chica posando su mano sobre la que acariciaba su mejilla- Lo conseguiré...
Severus sonrió y Lilian también. Levantó la cabeza del libro y se estiró un poco, para después ponerse a recoger la mesa. El chico no pudo evitar interesarse en un cuaderno de tapas de cuero rojo, así que lo cogió. Al abrirlo se llevó la sorpresa de que estaba totalmente en blanco
-¿Qué es...?- intentó preguntar, pero Lilian se lo arrebató violentamente y lo cerró sobre su pecho, con fuerza y una expresión de miedo.
Severus había retrocedido un poco ante la inesperada reacción.
-Es mi diario-explicó Lilian mientras lo guardaba- No esperarás que te deje leerlo...
Sonrió amablemente, ya calmada. Se acercó a Severus y le dio un beso en la mejilla.
-¿Sabes lo que le pasa a Black?- pregunt
-Por mi como si la palma-respondió Severus
-Yo me quitaría un peso de encima y tendría a Remus...jugaríamos un ratito...
-¿Sigues con eso?
-"Sip"- cogió la cara de Severus y empezó a acariciarle el contorno de los ojos-Lo hago por ti...
Besó los párpados del Slytherin y se fueron de la biblioteca
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-Tome, señorita. Está en perfecto estado.
Lily cogió la varita de Remus y la examin
-¿De veras no tiene nada?-pregunt
-De veras. El pelo de unicornio está intacto y la madera de sauce también. Pruebe si quiere.
Lily dudó un instante. Al final enarboló la varita y susurró "lumus". La luz que emitió el objeto era casi cegadora. "Nox" volvió a susurrar, y la estancia quedó en penumbra otra vez. Miró la varita una vez más y salió de la tienda. Fuera esperaban James y Peter, al cual el primero logró convencer para que se quedara
-¿Qué tal?-preguntó James
"Está perfecta" habría dicho Lily, pero algo en su interior se lo impidi
-Tendrá que probar él, es su varita -dijo al fin- Pero ha vuelto al castillo, o eso creo
-Vamos a buscarle...
Remus se encontraba en la enfermería y allí se quedaron hasta la hora de la cena, esperando que Sirius despertara. Entonces les relevaron los padres del chico, que había entado viniendo casi todos los días. Después de la cena se fueron a la sala común. Peter y Remus se fueron los primeros a dormir, pero Lily se quedó con James un poco más.
-Les veo muy decaídos...-dijo el chico
-Como para no estarlo.-respondió ella
-Yo estoy bien- dijo James volviendo a esbozar la sonrisa hipócrita- Lo que pasa es que han perdido la esperanza
Lily le dirigió una mirada helada
-Eres tú el que peor está-acus
-¿Yo? Que va, yo sigo creyendo que va a despertar
-¡Mentira!-se obstinó la chica- Si estuvieras bien no habrías puesto esa odiosa sonrisa...
James miró la punta de sus zapatos
-Buenas noches, Lily-dijo
La chica se levantó del sillón y se quedó al pie de la escalera que subía a los cuartos de las chicas. "Sirius y yo tenemos un plan. Él debe despertar" le oyó murmurar. Definitivamente James estaba siendo devorado por su propia máscara, se estaba volviendo loco de dolor y tristeza reprimida.
