Cap 14

La sala circular, llena de instrumentos extraños y con las paredes estampadas de cuadros vivientes de antiguos directores, quedó en silencio. La madre de Sirius estaba sentada enfrente de la mesa de Dumbledore y ellos detrás de ella, pero el dolor no era el mismo. Acababan de decirles que al día siguiente se llevaban a Sirius y su progenitora se asemejaba al puro hielo, de hecho le afectó más la pelusa que tenía en la manga de la túnica que el estado de su hijo, pero en cuanto se la sacudió se acabó el problema.

-Nos informarán diariamente de su estado – finalizó Dumbledore

Peter y Lily se cogieron, conteniendo el llanto; James miraba al suelo y Remus a la madre de Sirius. Seguía sin sentir nada, ni siquiera rabia por aquel desdeñoso comportamiento. Solo quería llorar y después de lo que le había dicho Joe con más razón.

-¡Que tontería!- dijo James con una sonrisa

Todos le miraron. Tenía los ojos desorbitados y miraba al suelo fijamente. La máscara se había hecho más fuerte y lo había consumido casi por completo.

-¡Pero si está perfectamente! ¡Ayer se movió!- prosiguió

La madre de Sirius sonrió torcidamente y Lily, con los ojos empañados, se acercó a James mirándolo suplicante.

-¡Tenesmos algo que hacer y él nunca me abandonaría!- siguió, siempre mirando al suelo

Lily fue a cogerle una mano, pero él se apartó

-¡No me toques¡-gritó a su novia y luego señaló a la madre de Sirius, que parecía divertida ante la situación- ¡¿Y que hace está mujer aquí?! ¡¡Ella no tiene por qué estar aquí, a ella solo le importa su maldito dinero!! ¡¡No tienes ningún derecho, ni siquiera eres su madre, nunca lu fuiste!! ¡¡Da asco tu falsedad!!

-A mi me han solicitado jovencito. Créeme no estoy aquí por gusto...-dijo la mujer secamente.

James sintió como si le hubieran dado una bofetada, era tanto el asco que le producía esa mujer que no podía seguir respirado su mismo aire, así que salió por la puerta lo más rápido que pudo. Dumbledore se había puesto en pie

-Señores, será mejor que vayan con él- les dijo- Yo...tengo algo que aclarar...

Los chicos hicieron una pequeña inclinación como despedida y se marcharon

Lo encontraron en la enfermería, como era lógico. Estaba discutiendo con Madame Pomfrey. James se quería llevar a su amigo a la habitación

-James, por favor, para...-le suplicó Lily

-No, mírale. Si, aún está despierto- empezó a moverle la mano -Mira, no está rígido. No, no lo está- los ojos de James cada vez eran más nerviosos- ¿Si no está muerto, por qué se lo llevan? No lo pueden hacer

-James, por favor...-volvió a suplicar Lily

-¡Y mira su cara!-cogió a Lily bruscamente del brazo- ¿Es una cara de muerto? ¿Loes? Dime ¡¿LO ES?!

James le hacía daño en el brazo y gritaba, gritaba mucho. Lily estaba asustada y Peter también. Madame Pomfrey le separó de la chica

-¡No me toque!- gritó James y se abrazó al cuerpo inerte de Sirius- No me lo quitaran. No, no lo harán

Empezó a mecer el cuerpo inerte de su amigo, cuando Dumbledore entró. James apretó a Sirius contra sí con más fuerza

-James escucha...-empezó a decir Dumbledore

-¡No tiene derecho! ¡No tiene derecho a hacernos esto!.-replicó el chico

-Y tú no tienes derecho a no darle lo mejor

James no respondió, solo siguió meciendo a Sirius

-Verás: se encuentra mal y tiene que recuperarse. Si, ya sé que el amor es egoísta, que lo quieres a tu lado, pero...él habría dejado que tú te fueras solo para verte volver

-Pero...

-Escucha, James- intervino Lily aguantando el llanto- No le prives de ponerse bien. Si de verdad le quieres líbrate de esa máscara para que tu sonrisa sea más grande y hermosa que nunca cuando él vuelva, porque yo sé que volverá, confía en mí.

James miró el rostro de Sirius y luego a Lily y al resto de personas que estaban presentes. Los ojos de Dumbledore tenían un brillo especial tras aquellas gafas de media luna, él también confiaba en que Sirius volvería en si. Una lágrima de James cayó sobre una mejilla del chico y parecía que el también lloraba. James, sin saber que aquella lágrima era suya, pensó eso, que su amigo lloraba porque James no le dejaba marchar y la máscara al fin se rompió y James volvió a llorar, esperando sonreír algún día. El que todavía no podía era Remus. "Si mañana no lloras no lo harás más" recordó.

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Joe se levantó de la cama, había estado todo el día en la habitación, se encontraba débil. Ser de siete El Siete (séptimo/a hijo/a del séptimo/a hijo/a durante siete generaciones) era un fastidio. Siempre mirando más allá, siempre huyendo de los pensamientos de la gente, evitando el contacto con las manos tras esos odiosos guantes; pero era la primera vez que topaba con un alma gemela pura. Eran difíciles de encontrar y más aún semi-emparejadas o emparejadas. En este caso semi-emparejada y a punto de "romperse", ya que su pareja estaba a punto de desaparecer. Si eso llegaba a pasar el alma quedaría agrietada y casi carente de sentimientos, su propietario no podría hacer magia en mucho tiempo y solo hechizos simples...

Dándole vueltas al asunto estaba cuando se abrió al puerta. Jessica, una compañera de Hufflepuff, entró en la habitación seguida Marta y Verónica, otras compañeras, con no mejor cara.

-¿Qué ocurre?-preguntó Joe

-Se lo llevan...-dijo Marta sentándose en su cama- Se llevan a Sirius Black mañana

Joe se quedó sin respiración. No podían hacer eso, si lo hacían Remus ya no sería el mismo ¡Sirius era su semi-pareja!

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Fueron los últimos en irse a dormir. Lily besó a James, al verdadero James, antes de irse a la cama. Los chicos se fueron a sus habitaciones y se acostaron, ninguno corrió el dosel. Remus miraba a la ventana y recordaba los buenos y malos momentos. "Si mañana no lloras no lo harás más" martilleaba la voz de Joe en su cabeza. Al fin el sueño le venció.

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El castillo estaba helado por la noche y, Joe, era la primera vez que lo experimentaba. Con una simple bata y descalza recorría los pasillos hasta la enfermería. Estaba nerviosa, si la pillaran le caería una buena y además no podría ayudar a Remus y a Sirius. No se sentía obligada a hacerlo, nadie le había pedido nada, simplemente quería hacerlo. El dolor que sintió ella, con la muerte de su madre, no sería comparable en absoluto con el del chico, si Sirius no despertaba.

Llegó a la puerta de la enfermería y la entreabrió despacio. Madame Pomfrey, estaba en su despacho. Entró en la habitación, con la varita a la altura de la cara. No sentía el fría en los pies, pero si como el corazón intentaba romper su pecho de lo fuerte que palpitaba.

Se acercó a la cama de Sirius, bañada por la luz de la luna, y le observó. Dudó un instante, pero al final cogió su mano. Empezó a ahogarse. Sirius gritaba en su cabeza, sufría porque le estaban desgarrando y ella le oía, le oía gemir, gritar, llorar...Igual que a Remus, igual que ha Remus...

El pomo del despacho giró y la puerta se abrió.

-¿Qué haces aquí?- preguntó Pomfrey

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Remus despertó sudoroso. Había tenido una pesadilla: Lilian estaba en su habitación y quemaba todas las fotos de Sirius, una a una, y se reía salvajemente. Se levantó de la cama y cogió su álbum de fotos, no podía imaginar que tuviera tantas. Las primeras anotaciones estaban escritas con letra irregular de niño pequeño, pero luego la caligrafía se estilizaba. No se acordaba de muchas fotos, pero si de los pequeños detalles por los cuales las habían hecho. Siempre se hacen fotos de los grandes acontecimientos, en le álbum de Remus había pocas de esas, la mayoría ponían: "Cuando James me enseñó el jardín de detrás de los invernaderos", "Cuando Peter hizo su primer mapa astrológico", "Cuando Lily nos regaló las bufandas (que parecían redes de pescar)".

Una a una se las vio todas, todos los pequeños momentos que forman una vida. La última foto era de ellos dos solos. Él aparecía rojísimo y Sirius abrazándole por detrás. Mirando el fondo pudo recordar que era de cuando se colaron en el baño de los prefectos. Supuestamente iba a salir el solo, pero Sirius se le acopló de pronto. Cogió la pluma para apuntarlo. Cundo había escrito: "Aquí estamos en..." el corazón de dio una sacudida y sintió que algo caía sobre la tinta, emborronándola.

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-¡Vamos, fuera Señora Norris!-dijo la enfermera echando a la gata del conserje con enojo.

Madame Pomfrey, se acercó a la cama de Sirius y le miró, luego volvió a meterse en su despacho. Joe, había sido rápida y se había agachado justo a tiempo, pero esa podría ser su última oportunidad, así que se dio prisa.

Se concentró y respiró hondo. Poco a poco sintió como una fuerza la empujaba a acercarse a los labios de Sirius. Cuando al fin se unieron sus bocas, una ligera ráfaga de aire entró en la habitación. Joe se fue apartando poco a poco y de la boca del chico salía una especie de humo negro muy denso que se introducía en Joe. Cuando terminó de absorberlo cayó al suelo de rodillas. Estaba cansada, había agotado mucha fuerza entre Remus y Sirius. Cuando consiguió ponerse en pie de nuevo vio que, el chico, tenía la bata manchada de sangre en el costado, donde había aparecido una herida. Joe no podía dejar el trabajo a medias, así que con mucho esfuerzo y dolor, se clavó la uña del pulgar en la muñeca. La sangre empezó a brotar y la dejó caer sobre la herida. La sangre de Joe no manchaba sino que limpiaba la de Sirius y cerraba su herida. No era la primera vez que lo hacía, pero no le gustaba recordar ese día. Cuando al fin la herida se cerró, volvió a caer al suelo, expulsando por la boca un líquido negro que se desvanecía al caer. Se levantó costosamente y se inclinó sobre Sirius.

-Yo, de siete El Siete, te digo que despiertes -dijo

Y luego le besó la frente acompañada de las campanadas de media noche, antes de marcharse...

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Remus no podía creerlo. ¿Era eso una lágrima? ¿Y eso otra? ¿Al fin lloraba? Si, al fin. Empezó a reír como un loco, haciendo despertar a James y a Peter. Miró el reloj, faltaban unos segundos para las doce.

-¡Venga, vamos!-les gritó-¡Es Sirius, ya está despierto!

Dicho esto salió por la puerta. La euforia lo embriagaba, no dejaba de reír y llorar. Subió corriendo a los cuartos de las chicas y llamó a la puerta tan ruidosamente que las habitaciones vecinas también despertaron.

-¡¿Se puede saber que pasa?!- gritó Ante abriendo la puerta de mala gana

-¡¡Que Sirius ha despertado!!-le dijo Remus abrazándola- ¿Dónde está Lily?

La muchacha de pelo rojo se acercó a la puerta ojerosa y medio dormida. Remus soltó a una sonrojada Ante y alzó a Lily en el aire.

-¡Mira, Lily, estoy llorando! ¡¡Llorando!!

Lily se frotó los ojos, era cierto estaba llorando. Remus la cogió de la mano y se la llevó del cuarto. Salió de su casa seguido de Perter y James, que se estaban enterando de la mitad, y de algunos Gryffindors. Michael también les seguía, gritando que se detuvieran, pero Remus solo veía el camino a la enfermería u solo oía su corazón. Cuando abrió la puerta, sin aliento, la luz de la luna iluminaba dos ojos azules. Fue lo más hermoso que vio en su vida. Sus ojos azules, los de Sirius, volvían a brillar

-¿Remus?-preguntó aquella voz dulce y anhelada.

Remus se estremeció al escuchar su nombre y lloró más, pero no podía moverse de la puerta. Temía que todo fuera un sueño y que al acercarse de desvaneciera.

-¿Sirius?-preguntó James, incrédulo- ¡Maldito hijo de...!

Él, Lily y Peter se echaron al cuello del chico riendo y llorando de alegría, que no todas las lágrimas son malas. Incluso Michael gritó entusiasmado y corrió a la cama, pero Remus seguía allí, sin atreverse a acercarse

-¡Eh, Moony! No te quedes ahí con cara de pan. Aprovecha, que es el día de "abracemos a Sirius"- dijo el chico

Al fin, Remus, avanzó, tembloroso, y cogió la cálida mano que le tendía Sirius. Cuando la tocó quiso morir y volver a nacer, no había nada tan intenso, nada tan profundo...Abrazó al chico, sin querer soltarse nunca, nunca; siendo respondido del mismo modo. Ya había vuelto, les habían devuelto una sonrisa, unos ojos azules, en fin: la felicidad.

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NdP: veis como no soy tan cruel??? jajjaja no me cargo a nadie, no os preocupeis Pero mi reino de terror y drama no ha terminado aún juasjuasjuas queda mucho fic por delante. Bueno, ya sabeis, si teneis alguna duda (por que la paranohia del siete en un rayada) escribid, tb si quereis escuprime (con diplomacia y dando razones y soluciones)o simplemente darme una alegría. Os espero!!!

KISKIS by Puchico