Cap 23
-Buaaaaaaaaaaaaaa...Me parece una pasada - se quejó Peter mientras clavaba al tenedor en una patata cocida - Yo que me esperaba un lunes tranquilo y nos mandan dos mapas astrológicos de Junio y Agosto, dos redacciones: una de la dinastía de las Veelas de 1416 y otra de los ogros asiáticos, el encantamiento "reververaqua" para la semana que viene y preparar la prueba de pociones de muerte temporal para el lunes que viene- recitó haciendo memoria de la agenda- Por no contar con los trabajos extra y la tarea diaria...
-Pero tú no tienes que entrenar por las tardes también…- suspiró James haciendo a un lado las zanahorias que encontraba en su plato- Dos semanas... ¡sólo dos semanas y la copa será nuestra!
¡Di que sí-exclamó Sirius enarbolando su vaso de agua¡Lucharemos, venceremos..!.
¿Te ha dado por ser animadora? Estarías muy mono con minifalda y las piernas peludas- dijo Lily divertida, que acababa de llegar a la mesa (su última clase fue runas y no la compartía con los chicos).
¿Qué te importa- dijo Sirius fríamente.
Todos le miraron algo confusos, era una reacción nueva hacia Lily. A James no le hizo ni pizca de gracia así que carraspeó, pero su novia solo se llevó un trozo de pan a la boca con expresión de "lo suponía" y se sirvió algo de estofado. No hablaron mucho durante la cena, más que nada por la conmoción y la vaga tensión que había en el ambiente. El martes la cosa no mejoró entre la pelirroja y el moreno, sino que empeoró. En clase de pociones, practicando el potingue que tendrían que entregar la semana próxima, Lily le volcó sin querer polvos de serpiente negra africana en la túnica, haciéndole un agujero grande y mal oliente. Por más que la chica se disculpó, Sirius ni la miró. No se alteró, ni gritó, sólo inspiró profundamente y se quitó la túnica con un hondo suspiro (algún que otro desmayo femenino como consecuencia). No habló con ella en las horas que siguieron y la ignoró lo máximo posible. Ella sabía el por qué de su actitud, pero no pensaba pedir perdón por una verdad.
¡Vale ya, Sirius! Esto es de críos...-le espetó cuando este le volcó encima un tintero entero "accidentalmente"¿Qué coño te pasa- preguntó mientras limpiaba su túnica con un hechizo
El chico la miró con indiferencia y luego respondió
-Que hay formas y formas de decir las cosas…
Lily dio un golpecito de impaciencia a la mesa de trabajo de la sala común, donde se habían reunido todos para hacer deberes.
-Vale...Lo siento, tal vez me pasé - cedió, al fin serena- Pero es lo que pienso.
�¿Me crees egoísta- preguntó dolido el chico
¡No! Solo opino que no sabes lo que quieres...
¡A quién quiero es cosa mía- respondió él, tajante.
Remus, James y Peter les habían estado mirando por turnos, como si fuera un partido de tenis, pero al oír lo último dicho por Sirius dejaron sus cosas sobre la mesa y se fueron a la otra punta de la sala, tirando de Peter.
¿Pero estás seguro de lo que siente ella-preguntó Lily sentándose de nuevo.
¿Hace falta que lo demuestre más- respondió él imitándola.
¿Y tú¿Qué sientes tú- preguntó Lily ignorando su respuesta.
Sirius no se sonrojó, nunca lo hacía. Se acomodó más en su silla y suspiró
¿Ahora eres mi psicóloga- inquirió burlón y molesto
-Déjate de tonterías y responde- dijo la chica muy seria casi ordenándoselo. Si había algo que Lily no soportaba era que la gente te tomara a broma los sentimientos.
-Me gusta, me gusta mucho - declaró el chico sin vacilar
-Pero no la quieres...-afirmó Lily
¿Tú que sabes- protesto Sirius
Ella respiró hondo. Tenía que hablar con Remus y decirle todo, ya era hora. Recogió sus cosas, no tenía nada más que hablar con Sirius. Se levantó y cargó la mochila en el hombro derecho.
-No sé que va a pasar...-murmuró
-Que, tal vez, salga con ella -le dijo el chico fríamente
¿Crees que hablo de Jhoe- preguntó ella con una sonrisa triste- No te equivoques. Además ¿qué pasa con Peter-se volvió sobre sus talones - A él también le gusta -concluyó
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El resto del día su trato fue menos áspero, aunque no más allá de lo cortés, lo que James agradeció ya que era difícil colocarse en uno de los dos lados y prefería la neutralidad.
La noche se desplegó sin ser advertida y el sueño comenzaba a hacer estragos en la caligrafía de las redacciones sobre veelas. Ninguno marchó de la sala sin sus 80 cm. de royo terminado y dejaron para el próximo día el asunto de los ogros. A Remus le tocó cargar con el libro donde tenían toda la información, que era peludo y negro y no paraba de rugir y gruñir amenazadoramente.
Lily subió a su habitación, hoy el camino se le hizo especialmente largo. Cuando llegó, por fin, a la puerta alguien la asió del brazo. La chica se giró tranquilamente pese al brusco tirón. Sonrió al ver quién era.
¡Ah! Hola, Shara¿qué tal-saludó
-Toma esto y guárdalo. Por favor, que ella no se entere. Tienes poco tiempo para leerlo- dijo la chica nerviosa en extremo.
Lily recibió un paquete morado y lo observó dubitativa.
-Me vo...-iba a despedirse Shara cuando Lilian se acercó a ellas
Venía de las duchas, que quedaban al fondo del pasillo, así que Lily se volvió y miró a la recién llegada con el ceño fruncido mientras escondía disimuladamente el paquete morado tras ella. A su lado, Shara, había palidecido y temblaba.
-Tranquila, vengo en son de paz- dijo con una sonrisa torcida, mientras se apartaba el pelo de la cara¿Y que haces tú aquí- le dijo a Shara de manera no muy cortes y Lily se interpuso entre ellas.
-Yo...bueno...- empezó a decir la chica de gafas- Yo...Buenas noches Lily y gracias por lo de la otra vez.
Dicho esto se marchó a la habitación con premura. Lilian y Lily la vieron alejarse.
-No te preocupes, querida, Remus ya no está en mi lista -aseguró Lilian con una risita oscura
¿Y qué me dices de Severus- preguntó Lily armándose de valor
-Eso no te incumbe... ¡Ya no está contigo- se alteró Lilian de pronto¡Eso no tiene nada que ver contigo�¡Deja a Mese, no te acerques a él�¡YA NO ESTAIS JUNTOS, NO ESTUYO!
El corazón de Lily dio un vuelco. ¿Había llamado a Severus "Mese"? Se apoyó en la puerta y giró el pomo, no quería hablar más con ella. Un torbellino de dudas y de palabras le bullía en la cabeza, tenía que mirar todos sus papeles y sacar algo en claro. Además Lilian se había acercado frenéticamente y la situación podía resultar peligrosa.
¡Él nunca fue mi juguete- sentenció Lily
Lilian levantó la mano, pero en ese momento la puerta se abrió y apareció Annet que, al ver la escena, tiró de Lily para dentro del cuarto.
-Lárgate...-le ordenó desafiante a Lilian.
Se aguantaron las miradas durante unos eternos segundos y luego puso rombo a su habitación con ademán de altivez. Annet cerró la puerta entonces y se echó a los brazos de Patil.
�¡Que miedo- exclamó- Pensé que moría... buaaaaaaaaa...
Lily y Patil rieron. Al cabo de un rato se hallaban compartiendo opiniones sobre la agresividad de la chica desde sus respectivas camas. Poco antes de las doce, Patil y Annet, ya habían convocado cita con Morfeo, así que Lily aprovechó y acumuló todo el material que habían recopilado sobre Lilian. Se enterró bajo la sábana una vez corrido el dosel y sacó su varita para proporcionarse luz. Lo primero era abrir el paquete que Shara la había entregado, que curiosamente era un cuaderno. Al abrirlo Lily dio un respingo. Todo olía a limón bajo su sábana, con lo cual lo que tenía entre las manos pertenecía a Lilian. Buscó en vano en todas las páginas inmaculadas, allí no había absolutamente nada. ¿Para qué le daba un cuaderno en blanco¿Era una pista o un despiste? Metió en ese cuaderno el pedazo de papel que encontraron en el suelo y los dejó a un lado. Eso sí, los dos objetos estaban cuarteados, era lo único claro. Miró entonces las palabras de Shara sacadas de su mente y empezó a atar cabos. Ese tal "Mese" estaba muerto, pero, aún así, Lilian lo confundía con Severus. ¿Lilian identificaba a Severus con un muerto? "Bueno, si, es paliducho, pero..."pensó la chica. Lilian estaba equivocada en algo, no sólo en Severus y Mese, pero sólo este último podría aclarar sus dudas, lo malo era que la había palmado. Eso sí, había una pequeña esperanza de que Severus pudiera decirle quién era Mese, pero habría que identificar a Mese como otra persona: alguien que hubiera muerto, que tuviera otro nombre, que se pareciera a Severus y que Lilian quisiera mucho. Entonces Lily cayó en que Mese podría ser el hermano de Lilian, así todo encajaría. Entonces la chica identificaba a Severus con su hermano, pero... ¿Qué tenía que ver la sonrisa de Severus en todo esto? El papel decía textualmente -Pero Lilian no sabe que el que sonríe es Severus- . Severus pocas veces sonreía, solo cuando algo le gustaba de verdad (y solían ser cosas que erizaran la piel a cualquier otra persona). Entonces, una de dos: o Lilian tenía una extraña obsesión por su hermano o hacía cosas que a los dos les agradaba. Como podría ser...Lily no tenía ni idea de los gustos del hermano de Lilian, así que resopló con frustración. Bueno, al menos había avanzado algo en la investigación, pero sabía que eso iba para largo. Apagó la varita y recogió todo lo que tenía en la cama con sigilo. Se acostó intentando retener todas sus divagaciones.
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¡Jhoe-llamó Lily alegremente cuando salieron de runas.
La morena la miró y se sonrojó con una sonrisa en los labios. Ahora tocaba el recreo de la mañana y se disponía a comer algo ya que se había quedado dormida y no había podido desayunar. Lily se aproximó y la cogió del brazo.
¡Qué guapa estás hoy-la halagó haciendo que enrojeciera aún más- Vente, estamos en el patio interior. Hace calorcito y tengo bollitos de chocolate -anunció alegre.
-Vale- accedió tímidamente la chica.
El patio interior era uno de los lugares más bonitos para estar cuando hacía sol, como aquel día. El centro era una calzada de piedra con un pozo en medio y estaba bordeado de un pasillo cubierto. El límite lo imponían columnas lisas sin capitel y, pegados a la pared interior, había varios bancos de piedra. Allí se encontraban los chicos charlando cuando llegaron ellas y las saludaron alegremente. Jhoe no estaba siempre con ellos, sólo en ocasiones muy puntuales ya que tenían solo dos clases comunes Hufflepuff y Gryfindorf entre ellas runas. Claro que no faltaba entre ellos los saludos por los pasillos y en el comedor. Ella y Peter no habían vuelto a verse en los bancos, pero él no parecía molesto en absoluto.
Se acomodaron y empezaron a hablar animadamente. Lily encontró el momento oportuno para hablar de lo sucedido la noche anterior y todos decretaron que el sábado era un buen momento para poner todo en orden. Pasaron al tema del quiddicht dejando suspendida esa charla desagradable con tan buen tiempo. Sirius y Lily había bajado la guardia y puesto el alto el fuego, eso sí, ella no se privaba de dedicarle miradas de reproche cuando este se pegaba a Jhoe o le dejaba furtivos besos en la mejilla. Parecía que ninguno de los dos se daba cuenta de cómo reaccionaba Peter. Sus ojos se tornaban vidriosos y apartaba la mirada. Cada gesto entre ellos se clavaba en su corazón como una espina y le dolía, aunque él no dijera nada. Peter, no tenía costumbre de quejarse, aguantaba en silencio todo lo que le viniera encima. Y no solo él, Lily empezó a tomar en cuenta a Remus. Él parecía contento, no perdía la sonrisa, aunque su voz se volviera un eco para Sirius cuando Jhoe decía su nombre, dejaran un juego a medias porque este quería acariciarle el pelo o el recorrido de una tímida mano se detuviera y retrocediera cuando Sirius abrazaba la cintura de la chica. Remus siempre sonreía.
Así transcurrieron los demás recreos de la semana y en adelante. Por las tarde solo les esperaba los deberes y el estudio y a James también los entrenamientos. Cada día volvía más cansado, pero Lily le recibía con su mejor sonrisa y le besaba tiernamente. En ese momento él se olvidaba de su dolor de cabeza y de lo mucho que sufría su espalda. Cuando se perdía en los ojos verdes de su novia y abrazaba su grácil cuerpo era el momento más feliz del día. ¿Quién lo diría hace unos años? Por aquel entonces ella le ignoraba y él la seguía por los pasillos suplicándole una cita. Lily había aprendido que James no era como se pensaba en un principio; y había dejado de hacerle llaves de judo cada vez que este la tocaba cuando se rompió la nariz protegiéndola de Lucius. Aún no sabía como ocurrió, pero un día, a principios del curso pasado, se sorprendió besándole bajo la capa invisible. Se había encontrado en un pasillo, por la noche, ella huyendo de Severus y él preparando una de sus bromillas. Antes de que McGonagall les pillara, James la arrastró bajo su capa y la apretó contra sí. La cosa terminó con un puñetazo de Lily a James por "pervertido". Poco después no podía dejar de pensar en él y al fin salieron. De eso hacía ya un año y ahora rodeaba su nuca para profundizar más un beso mientras él jugaba con su pelo de olor a melocotón.
