Cap 26

...y eso es todo. Una vez terminada la poción pónganla en el frasco, digan su nombre y déjenlo en la mesa. Luego salgan del aula y continúen con sus insatisfactorias vidas.- concluyó el profesor de pociones tras una escueta lista de indicaciones para la prueba que tenían que realizar y, girando un enorme reloj de arena que tenía incorporado uno de manecillas (a James le parecía estúpido) dio comienzo la práctica.

Todos los alumnos se apostaban ante sus calderos y encendían los fuegos. Concentrados, se dedicaban a su trabajo moviendo la mezcla, añadiendo ingredientes, dejándolo reposar...Mientras, el profesor paseaba por el aula lanzando miradas despectivas y cuchicheando alguna que otra indicación a los favorecidos. Esto resultaba indignante, pero enchufados los hay en todas partes. El humo ascendía y el fuerte olor de la poción inundaba el aula, el tiempo pasaba lento. Algunos alumnos parecían cronometrados, en lo que se complació el profesor y se pudo deducir que serían los de mejor nota. Entre ellos estaban Remus, Lily y, como no, Severus.

Quince minutos- anunció el profesor- Los que no están terminando, han suspendido.

Nadie habló, pero la tensión se podía cortar con un cuchillo. Unos calderos se encendieron con luz oscura, otros solo humeaban, incluso los había intermedios, como el de Peter. Algunos ya embotellaban sus pociones cuando Remus y Lily salían por la puerta tras Severus, con expresión de triunfo. El Slytherin, aunque su poción sería con diferencia la mejor, tenía una expresión avinagrada. Entonces Lily pensó: "Ahora o nunca" y se aproximó a él aprovechando que estaba solo sin su estúpida cuadrilla. Dejó a Remus atrás, pidiéndole que esperara.

Severus se volvió al notar presión en su brazo y vio a Lily, que le miraba fríamente.

Necesito hablarte- dijo la chica

Severus no cambió su gélida expresión, pero en su interior notó vibrar su corazón. Se debatía entre hacerse de rogar o acceder a sus deseos. ¡Otra vez Lily necesitaba de él! Sus ojos verdes, su olor...

¿Ya pasa de ti Potter, Evans?- fue lo único que se le ocurrió

Severus...-rogó esta bajando los ojos

Después de tanto tiempo, después de haberle hecho tanto daño, le pedía que la escuchara. No sabía para cual de los dos era más duro, que aún se culpaba por haberle herido.

El chico también desvió la mirada y la clavó en Remus, que vigilaba atento a cualquier gesto de Severus. Este esbozó una sonrisa sarcástica. Más alumnos comenzaban a salir del aula, algunos sonrientes, otros dubitativos y, en última instancia, lívidos.

¿De qué conoce Lusius a Mef Strologof?-preguntó Lily suavemente atrayendo la atención de Severus, le quedaba poco tiempo.

El chico tardó en contestar haciendo memoria, hurgando en su mente y entonces cayó. Se sorprendió y aterrorizó de que Lily quisiera saberlo. Lucius le habló de él sobre un incidente de hacía ya casi un año...volvió a mirar a Remus y creyó comprender el interés de la chica...

¿Para qué quieres saberlo?-preguntó gélidamente

Antes de que ella pudiera contestar alguien se encaramó al brazo de Severus y tiró de él. Era, lógicamente, Lilian. La dos se miraron con ferocidad. Entonces al chico actuó por instinto. Lilian estaba respirando atropelladamente y él, recordando a Mary, empujó a la pelirroja en un intento de protegerla de cualquier ataque de ira. De pronto se vio con dos fuertes manos agarrando el cuello de su túnica y un par de ojos azules inyectados de furia.

�¡Qué coño te crees que haces?- rugió Sirius

Entonces Severus notó una ola de irritación y odio surgir de sus entrañas. Lo hubiera estrangulo, molido a palos, pero su estilo de violencia era más sofisticado que la fuerza física que apenas lograba intimidarlo. Agarró las muñecas del chico y apretó con fuerza, obligándole a soltarle dolorosamente, aunque este no se quejara.

La mitad de lúpula...y el doble de sangre de serpiente- siseó- Tócame otra vez, Black, y te obligaré a beberla.

Dicho esto se alejó con un fru-fru de su túnica y Lilian le siguió como un perrito faldero.

¿Qué a querido decir con eso?- preguntó Sirius mosqueado, frotándose las muñecas.

Que sientes que te mueres...-respondió Remus con un hilo de voz.

Jhoe llegó sonriente al patio interior, esta vez era ella la que llevaba algo para comer y además estrenaba una cinta azul marino para el pelo. Los divisó en un banco, aunque no advirtió que Remus estaba pálido y que James le gritaba hasta que estuvo más cerca. Solo Peter la vio y la hizo un disimulado gesto para que se acercara.

¡...estabas delante, por el amor de Dios! -le regañaba James a Remus cuando ella se puso detrás de Peter.

Lo siento...-se disculpó Remus

�¡Eso es lo único que se te ocurre¡No debiste dejarla sola..!

¡No le culpes!- le interrumpió Lily

¡...te comportaste como un autentico cobarde!- se impuso el chico de gafas

�¡James!- saltó Sirius enojado

Remus no decía nada, estaba con la cabeza gacha tragándose toda la regañina mientras la culpabilidad se revolvía en su estómago.

Si tiene razón...-murmuró

No, no la tiene-sentenció tajante Sirius casi regañando al chico de ojos color miel

James le fulminó con la mirada y su amigo se lo devolvió. Jhoe sintió entonces que sobraba en aquel lugar y tuvo ganas de irse, pero no fue ella quien lo hizo. El chico de gafas se cargó con sus cosas y se marchó, Lily también tomó la mochila.

Lo siento, Remus. Yo hablaré con él - dijo colocándose la mochila antes de salir en su busca.

Cuando la chica hubo desaparecido, Sirius, se volvió hacia Jhoe.

Siento que hayas visto esto- se disculpó levantándose, luego la acarició la cara- ¡La llevas puesta!- exclamó contento, y la chica se tocó tímidamente la cabeza- Me alegro de que te gustara...

Remus miró la cinta de pelo de Jhoe, al igual que Peter, y se le empañaron los ojos. Siruis había comprado SU regalo a Jhoe¡un regalo para una chica que le hacía comp...¡No, no y no! Para nada...Jhoe era la chica que le gustaba a Sirius, aunque a Peter no le hiciera gracia, y él era...era su amigo...Remus bajó los ojos. Si, eso era lo que debía ser, aunque su corazón gritara de pena, aunque el negarse sus sentimientos fuera una muerte lenta y dolorosa. Miró como el chico besaba la mejilla de Jhoe y rememoró las veces que los labios de Sirius habían tocado su piel y como inconsciente e inocentemente se imaginó que era amor, el amor que él le tenía y se odió por ello y también a Sirius por confundirlo sin querer.

Voy al baño-informó y se perdió por otro pasillo

Está enfadado¿verdad?- comentó Sirius

Solo afectado, se le pasará- dijo Peter gélidamente

Pero el moreno sentía algo en el estómago, como si quisiera salir corriendo tras él. ¡Dudaba¿Desde cuando Sirius Black dudaba?. Miró a Jhoe y esta le sonrió, Sirius le devolvió la sonrisa débilmente, se sentía en el lugar equivocado y, tal vez...con la persona equivocada.

¡James, espera!- le gritó Lily haciéndole para tirándole una goma de borrar a la cabeza. El chico se volvió de mala gana.- ¡Has sido un borde y un...!

¡Encima que te defiendo vas...!-protestó el chico levantando la voz intentando imponerse

¡...y un crío!-terminó Lily su frase en un tono más alto, haciendo caso omiso de su novio

�¡Eso piensas?-le gritó él

¡Si!-afirmó ella con rotundidad

¡Pues ya lo sabía!-concluyó el chico.

James le dirigió a Lily una mirada suplicante.

Es solo que...-intentó decir

Que no estabas allí para defenderme y bla bla bla-dijo ella con una tierna sonrisa, acercándose a su pareja y abrazándolo

No quiero que te pase nada¿vale?- explicó el chico rodeando su cintura

Pero eso no te da derecho a tratar así a Remus...-objetó la chica- Le debes una disculpa...¡y una bolsa de golosinas!

James rió por lo bajo y se inclinó para besarla, despacio, sin prisa, cariñosamente; saboreando el todo que rea ella para él. Cuando al fin repararon sus labios Lily se apoyó en su pecho y James, que rea un poco más lato que ella, aprovechó para oler su pelo y enredar sus dedos en las suaves hebras de melocotón rojo fuego. Definitivamente no podía perderla, no ahora.

James se disculpó encarecidamente ante Remus que, muy ruborizado desechó sus disculpas con amabilidad. Una vez entraron en el aula de Historia de Magia, el profesor Binns, recogió sus dos extensas redacciones y leyó la lista de alumnos que tendrían que hacer un trabajo especial si querían que estas les contaran para nota. En ella figuraba Sirius, que se quejó tratándolo de injusto y recordándole todos los trabajos entregados.

Señor Black- le aplacó el profesor con su monótona voz- si no recuperara las horas de sueño en el aula tendría menos trabajo fuera de ella.

El chico se hundió en su asiento y masculló una mordaz crítica de los antepasados del profesor a consecuencia de un manotazo por parte de Lily.

El resto del día transcurrió tranquilo, aunque la emoción de la víspera de lo que sería el último partido de quiddicht era palpable. Sirius volvió a abrir el mercadillo de las apuestas al día siguiente y muchos alumnos no dudaron en empeñar su dinero.

¿En qué piensas emplearlo esta vez?-preguntó Lily divertida

¡En la fiesta para la victoria!- exclamaron él y James a la vez como si la chica hubiera dicho una blasfemia.

Lily arqueó las cejas con escepticismo y se levantó del sillón para irse a la cama. Besó a James mientras Sirius se quejaba de la inmoral de sus actos.

Ya te gustaría a ti...-rió James

Claro...-confesó este gateando hasta la pareja- �¡Ámame, Jim!-exclamó tirándose a sus brazos.

Lily los dejó violándose mutuamente y subió a su cuarto. Mantuvo una animada charla con Annet y Patil hasta que el sueño comenzó a apoderarse de ellas, entonces se tumbó en la cama. Al quitar las sábanas se encontró una nota. "Tienes quince días para leerlo. Shara." rezaba. La chica se quedó mirándolo con la mente en blanco. Esa nota solo podía significar que el cuaderno no estaba en blanco, pero ¿cómo iba a verlo? Si esto era una broma, era de muy mal gusto.