NdP: atencion! este capítulo es uno de los más violentos que he escrito (nada en comparacón que otros fics que vaya...vaya,vaya...--º, al menos en el mio todos acaban enteros...) No es nada para escandalizarse, un poco de sangre y golpes, pero me pone muy triste...y aviso importante para tods que estuvierais esperando el GRAN MOMENTO, prometido: solo dos capítulos más o pa que luego digais que soy mala y terrible ¬¬ y prometo que no os decepcionará jejejejejeje (nada de lemon! >. ) por lo demás, gracias por todos los reviws! kyaaaaaaaaaaaaaaaa! cuanto amor, cuanto apoyo! sois fantastics Bueno, sin más dilación..el 29! KISSKISS by Puchico
Cap 29
Durante el camino a Hogsmeade Lily estaba de los nervios, así que cada vez que James la hablaba ella sonreía forzadamente y asentía. "Todo saldrá bien...lo peor que podría pasar es que llegue tarde...o que..." respiró profundamente ante le segunda opción. ¡Claro que Jhoe iría! Intentó tranquilizarse. Ya habían entrado en el pueblo, desde donde estaban se divisaba la plaza con su fuente y sus tiendas mágicas alrededor y también las múltiples calles que desembocaban en ella. James siguió el camino a Las Tres Escobas.
¿Qué hora es?-preguntó Lily cuando el bar se alzó al final de la calle.
Las siete y cuarto- respondió su novio.
"Peter debe de llevar un cuarto de hora con Jhoe" pensó Lily en un arrebato de optimismo y sonrió. James no pudo evitar besarla en aquel momento, había planeado la tarde más perfecta para ellos dos solos y la chica se dejó hacer con dulzura.
Hola-saludó una voz suave, pero a Lily le sonó a destrucción y se volvió, pálida como la cera, hacia una Jhoe, que, definitivamente tenía de ser una alucinación., debía de serlo.
¿Qué haces tú aquí!-preguntó la pelirroja como si su amiga fuera un fantasma-¡Tú deberías estar en el colegio!
¿Eh...?-susurró Jhoe, que, definitivamente, no tenía ni idea de por qué Lily le decías esas cosas
¡Ya llegué!- anunció otra voz bastante conocida para todos.
El estómago de Lily dio un vuelco "¡NO PUEDE SEEEEEEEEEER!" pensó espantada mirando la sonrisa de satisfacción de James (sino hubiera estado tan conmocionada le habría pegado un puñetazo). Definitivamente había cagadas y después estaba aquella horrible situación¡todo la había salido mal¡Muy mal!.
Remus consultó su reloj una vez más con enojo: eran las ocho y media. ¿Dónde demonios estaba Sirius? Dijo que se iría adelantando...Se paseó por el patio otra vez (lo había hecho para no ponerse nervioso y ahora temía perder los nervios). Llegó pensando que había sido un error y las evidencias lo corroboraban, pero, aún así, Sirius podría haberse presentado para aclararle que no había nada de lo que hablar y que lo que estuvo a punto de oír no era lo que él pensaba. Esta era la idea que le sugería una parte de él, la otra le aseguraba que oyó perfectamente, que ya no eran niños y que debía afrontar lo que...lo que...¡Dios! Sino era capaz de decírselo a si mismo¿cómo iba hablar de ello abiertamente con Sirius?. Bueno, eso era lo de menos, ahora solo importaba que él apareciera por una de las entradas y pegarle un puñetazo por llegar tarde, pero una hora más tarde esa esperanza se había esfumado.
Se sentó en un banco y miró a un punto más allá de las sombras que proyectaban las columnas del lugar. Estaba muy, muy cabreado y dolido. Sirius ya no vendría. Se sentía idiota, engañado, frustrado...eran santísimas cosas a la vez que no sabía si gritar (apretó las mandíbulas para evitarlo). "¡Mentiroso!" acusó mentalmente a un Sirius inexistente que debería estar allí, con él. Un zumbido se asentó en sus oídos y empezaba odiar el patio, el banco, el propio aire y a él mismo, pero su cuerpo parecía clavado en el lugar. Temía moverse porque, si lo hacía, destrozaría algo y ya tuvo un "pequeño y doloroso accidente" de muñeca.
Vaya, si es el señor Lupin - se mofó una voz altanera
Remus se volvió hacia ella y la idea de que destrozar a Lucius Malfoy no sería para nada doloroso se pasó por su mente. Claro está que el chico no venía solo: Crabble y Goyle lo flanqueaban y también la oscura figura de Severus Snape con Lilian colgada del brazo. No, no era una buena idea estar allí, como tampoco lo era que comenzaran a provocarle. Hoy todo le daba igual.
¿Qué hace usted aquí solo?- se burló Malfoy acercándose con toda la cuadrilla-¿ No sabes que para las chicas es peligroso andar solas de noche? -dijo, y todos sus acompañantes se rieron como si hubiera sido el mejor chiste del mundo, menos Severus, que gustaba de un humor más sutil e inteligente.
Por eso tu vas acompañado¿no?- se la devolvió Remus.
Esta vez no hubo risas y Lucius cogió del cuello al chico con fuerza en un rápido movimiento, éste sintió como su rostro enrojecía al no poder respirar bien.
No deberías vacilarme, y menos sin tus amigotes- dijo el rubio dibujando una sonrisa torcida
Me basto y me sobro- sentenció Remus con dificultad por la presión que ejercía el chico en su garganta.
¿Si? Demuéstramelo, muñequito. ¿O prefieres que llamar a Black para que te salve? '¡Ayúdame, Sirius, socorro!' -rió
"Tu lo has querido" pensó Remus cerrando el puño y golpeando el vientre de Lucius. Este le soltó y se abrazó la tripa, lo que aprovechó Remus para darle otro puñetazo en le cara. El chico se hallaba a merced del Griffindorf, con una rodilla hincada en el suelo. "Medidas drásticas" pensó mientras metía disimuladamente la mano en la túnica y sacaba su varita, que de una patada, fue lanzada lejos por su rival
¡Nada de magia! - le gritó y Lucius sintió como un escalofrío recorría su espalda ante el brillo escarlata de los ojos de Remus.
Hizo entonces una seña a Crabble y a Goyle, que cercaron a Remus. El chico miró para ambos lados, aquello se estaba poniendo feo, era la noche de la locura.
Está bien, lo haremos a tu manera - dijo Lucius incorporándose.
Y Remus los primeros golpes: un potente puñetazo que le impulsó hacia la izquierda y luego una patada en la tripa que lo lanzó hacia atrás. Intentó erguirse y pegar a alguno de sus agresores, pero un enorme brazo lo enganchó del cuello y lo empotró en la pared, haciendo que se golpeara el cráneo con violencia contra la roca. No, no era lo suficientemente doloroso. Él quería que le golpearan, que le pegaran por haber sido un idiota, por creer que alguien podía sentir algo por un ser débil, un monstruo como él. Quería que los moratones fueran su ignominia, lo que le mostrara la realidad, la dura lección de que debía estar solo, para siempre...Las heridas de esa noche, los puñetazos y patadas, todo ello tenía que arrancarle ese sentimiento, ese nombre de la cabeza, del corazón y del alma. Por ello suplicó al destino que aquella cruel y sangrienta danza continuara porque, tal vez así, lograría olvidar que las lágrimas que corrían por sus mejillas eran de rabia ya que él le había mentido y traicionado. ¡No quería, no quería! Pero no podía dejar de desear en lo más profundo de su ser que Sirius llegara y le abrazara, encontrarse dormido en el banco y dejarlo todo en una pesadilla.
¿Eso es lo único que sabéis hacer?- se mofó desesperado al ver que todos sus pensamientos en aquel momento crítico iban dirigidos a la persona que le había herido
Así que intentó pegar a Malfoy para que arremetieran contra él con más violencia y exorcizar a Sirius de su mente. Ante su vano intento, Lucius, le cogió por la muñeca y lo atrajo hacia sí para clavar su rodilla en el vientre bajo del chico, contándole el aire y haciéndole caer frente a un de las entradas, donde la habían conducido golpe tras golpe, y escupió al suelo la sangre acumulada en su boca. El rubio aspiró profundamente, amaba ese olor...
Sangre...- se agachó a la altura de Remus y rodó los ojos por su masacrado bello rostro notando una explosión casi orgásmica ante tan sádica visión: un ángel caído...- Caliente, sabrosa...-cerró sus delgados dedos sobre el cuello del chico- Resulta hasta excitante verte así...Seguro que a Black le gusta. Deberías agradecernos que te preparemos para que juegue contigo¿eh, muñequito?- presionó fuertemente con el dedo gordo un corte que Remus tenía en el labio, vertiendo aquel líquido escarlata que tanto le gustaba- ¿Tú no te diviertes, Severus?- preguntó después de soltar bruscamente al chico, pero sin dejar de observarle maravillado.
Su compañero, que hasta entonces no había hecho más que mirar, no se inmutó. Tenía a su merced a la persona que casi lo mata ¿Por qué estaba dudando! No se lo podía creer. Tal vez tuviera miedo de las oleadas de venganza que sacudían su cuerpo, de lo que era capaz de hacer si perdía el control...
Severus...-le susurró Lilian al oído rozando sus labios en su oreja- Hazlo...Ellos te robaron la felicidad, hazlo...Venga, Mese, es la hora de la venganza¡fueron ellos los que acabaron contigo! Que sienta miedo...y dolor.- concluyó temblando de la emoción y dejando un beso en los labios del chico.
¡Bien¡Si señor! Levántate y anda, muñequito- gritó Lucius tomando del pelo y la sudadera a Remus, al ver que su compañero se acercaba, y lo empujó en dirección a él - ¡Todo tuyo!
El Griffindorf, que apenas se tenía en pie, se consiguió estabilizar encorvado y con un brazo rodeando su dolorido estómago. Alzó un poco el rostro y se encontró con los ojos de Severus, brillantes, fieros, desgarradores; llenos de un rencor cuyos motivos solo ellos dos de los de los presentes sabían con certeza.
"Hazlo, Severus, hazlo ya" suplicó Remus con la mirada y, como si sus plegarias fueran escuchadas, recibió un puñetazo de la nudosa mano. Eso era odio, un odio con sentido y consentido. Tumbado en el suelo sentía todos los golpes del chico con intensidad y dejaba su cuerpo a merced de su ira; no podía reprocharle nada, no tenía derecho a defenderse. El Slytherin, ajeno a sus pensamientos, parecía haber perdido el control. Su violenta respiración y la sangre que hervía en sus venas la habían llevado a un estado de inconsciencia donde solo existía la desgarradora idea causar daño, dolor...de matar. Era un éxtasis que sobrecogía su corazón, pero le daba la lucidez de un loco, le levantaba por encima de todo y le desbordaba, ante todo, le hacía sentirse vivo. Y eso, en cierto modo, le aterraba.
¡SEVERUS!-gritó alguien de pronto y algo cálido detuvo el puño que iba para Remus.
Su mano fue apartada y dejó al descubierto dos ojos verdes, humedecidos por las lágrimas. Los observó unos segundos, durante los cuales su corazón no latió y todo sonido fue aislado del mundo. Entonces reaccionó liberando su mano de los dedos de Mary, que se había interpuesto entre él y Remus, parando el golpe a escasos centímetros de su rostro (un poco más de fuerza y le hubiera roto la nariz).
Se miraron intensamente y Severus pudo descubrir la decepción, la pena y el enfado en los ojos de la niña; y como una lágrima que caía por su mejilla le gritaba que era un monstruo. ¡Que dilema¿Cuál de los dos era realmente el monstruo¿Cuándo se es un monstruo¿Cuándo se tiene el corazón sucio o las manos manchadas de sangre?
¿Qué haces tú aquí!- le gritó Lilian a Mary
Vamos- la interrumpió Severus yendo hacia una de las salidas. No podía soportar esa situación, porque, a través de aquellos infantiles, miraba Lily.
¡Espera¡Podría contarlo todo!- protestó Lucius
¡VAMOS!- rugió Severus sin siquiera detenerse
Esto pilló de sorpresa al rubio, que se encogió de la impresión y, aunque no le hacía mucha gracia obedecer órdenes del oscuro chico, le siguió a regañadientes, no sin antes recuperar un poco de su liderazgo haciendo una seña con el brazo a Crabble y Goyle para que fueran tras él. Entre tanto, Mary se había ocupado de incorporar a Remus.
Gracias...-dijo el chico con dificultad cargando la mitad de su peso en la niña, apenas tenía fuerzas, pero ignorando sus heridas, solo había una realidad más dolorosa y presente: "me has abandonado, al final, me has abandonado..."
¡No corras Lily!- le gritó su novio seguido de Sirius.
Había sido una tarde desastrosa para la pareja: Lily solo parecía pendiente del reloj, lo miraba con insistencia cada poco tiempo y siempre que James pretendía estar en un sitio relajados ella consideraba que era hora de volver al castillo. Y, por si fuera poco arruinar su cita, también se metió en la de Sirius y Jhoe, siguiéndoles todo el tiempo y procurando estar el mayor tiempo posible con Jhoe y, de paso, arrastrarla de vuelta también.
Los dos chicos llegaron jadeando al rellano donde Lily había tenido la amabilidad de esperarlos, eso si, ni hablar de respirar: en cuanto pusieron un pie en el sitio, activó el turbo y salió despedida escaleras arriba, para desesperación de sus amigo. Llevaban casi corriendo detrás ella todo el camino de vuelta desde el pueblo y tras dejar a Jhoe la marcha se aceleró de manera increíble, ahora parecía una carrera.
¡Peter!- llamó Lily nada más cruzar el retrato
¡Lily!- reclamó Annet desde el fondo de la sala. Las dos chicas se acercaron mientras Sirius y James se dejaban morir nada más entrar en la instancia- No le he podido dar el mensaje a Jhoe, lo siento- se disculpó- Me dijeron que se había ido a Hogsmeade...
¡Mierda!- musitó la pelirroja con rabia- ¿Has visto a Peter?- preguntó preocupada
¿Nos has hecho correr de esa forma para ver a Peter!- inquirió molesto Sirius
Peter...-susurró Annet mirando a la entrada
Efectivamente ahí se encontraba su compañero y no tenía muy buen aspecto. Sus ojos estaban visiblemente rojos y su expresión apática era preocupante. Se acercó al grupo despacio y, a cada paso que daba, Lily sentía que la culpabilidad la consumía; en aquellos momentos era la persona más miserable del mundo...Pasaron unos angustiosos segundos antes de que el nudo de la garganta le permitiera vocalizar algo
Yo...
¡Eh, los de ahí!- llamó una vocecita interrumpiendo la triste visión. Mini-Lily les reclamaba con medio cuerpo dentro de la sala- !Venid!-El grupo la miró sorprendido, imponía, aún siendo tan pequeña (pasaba unos centímetros de la cintura de Sirius). Se miraron entre ellos extrañados -¡Daos prisa!-ordenó impaciente a lo cual los demás obedecieron con premura.
Los sacó a todos del sitio y les llevó unas escaleras más abajo, donde había un pasillo en penumbra. Sirius, que iba al lado de Mary, se fijó en que la niña la ropa manchada de sangre y estaba sudorosa y jadeante, lo cual le puso los pelos de punta: tenía un mal presentimiento, uno de los muy malos. Al final de corredor un bulto esperaba apoyado en la pared y poco más necesitaron acercarse para que sus corazones se encogieran ante lo que vieron a la tenue luz de una antorcha.
Remus... ¿Pero qué...?- musitó Sirius
Lily aclaró la toalla manchada de sangre una vez más en el agua tibia, la escurrió y con ella limpió cuidadosamente la otra mejilla de su amigo. Allí se extendía un raspón que debía escocer al contacto, pero Remus no se quejó; de hecho había parecido ajeno a todo lo que se sucedía a su alrededor. Con la mirada perdida se había dejado guiar hasta el baño de los chicos del piso superior (enfermería provisional para emergencias ya que casi siempre estaba vacío) y su amiga se puso a atenderle de inmediato mientras los demás esperaban fuera, ya que las ganas de comer no cabían en aquel momento.
La niña que te trajo es Mary Owen- comentó Lily, en un intento por entablar una conversación, mientras aplicaba cobre el carrillo del chico un potingue azul verdoso para que la herida cicatrizara- Es muy amable...Me preguntó si podía ir a verte mañana ¿No te parece simpática? - preguntó con una sonrisa de complicidad intentando arrancar unas palabras de los hinchados labios del chico- Remus...
En ese momento tocaron la puerta interrumpiendo el absurdo monólogo.
¿Se puede ya?- preguntaron James y Sirius al unísono
Lily miró a Remus, abatido, sentado en el banco y con la vista en ninguna parte. "Tal vez le animen" pensó, además el aspecto del chico no era tan deplorable una vez limpia la sangre, así que resolvió ir a abrir y, para su sorpresa, Remus reaccionó cogiéndola de la mano débilmente. La chica captó el mensaje y, con calma, se agachó delante de él mientras le cubría la espalda y los desnudos hombros ya curados, antes de abrazarle con dulzura.
No paséis todavía, chicos- dijo en alto para se la oyera al otro lado de la puerta.
Entonces notó como Remus comenzaba temblar y se apartó un poco por si le estaba haciendo daño, encontrándose con sus hermosos dorados ojos tristes y vacíos.
...Cuando le vi... deseé...que me abrazara...-dijo el chico despacio y tan bajito que Lily tuvo problemas para seguirle- ...yo...solo ...-sollozó-…por favor...déjame olvidar por qué aún...-una lagrima cayó pesadamente por su amoratada cara y, con su ritmo, el corazón de Lily se sobrecogió- ...después de todo...aún ...le quiero...
La chica no daba crédito a sus oídos, pero ya había llegado el momento, así que inspiró profundamente, aguantando su tendencia a llorar cuando otros lo hacían.
Te contaré algo que debí decirte hace mucho tiempo...-le susurró.
