CAP. 1 Te vi pasar
Primavera 1922
Faltan dos semanas para la boda de Annie y Archie, el tiempo ha pasado muy rápido, ya pasaron dos años desde la fiesta de compromiso de los chicos y casi un año que vi a Albert en Lakewood- pensaba Candy mientras un suspiro escapaba de su boca.
Candy!, Candy!, hola Candy- le hablaban Paty y Annie mientras la veían con cara de sorpresa.
-¿Qué? ¿cómo?, perdón chicas que me decían- Annie se empezó a reír al igual que Paty, pusieron una mirada cómplice entre ellas y asintieron con la cabeza como afirmando que estaban de acuerdo en hacerle una pequeña broma a su amiga – Hay Candy estábamos platicando sobre lo guapos que son los hombres Ardley, tu nos dijiste que si sobretodo Albert y suspiraste de forma ¿cómo decirlo mmm?… muy enamorada -dijo por ultimo Paty; ¿es en serio? pregunto Candy mientras los colores se le subían al rostro y escuchaba como se reían a carcajadas sus amigas. -Relájate solo estábamos jugando contigo Candy, verdad Paty. Miren en la esquina esta el restaurante del que les hable cuando estuvimos con la modista.
En la esquina había un edificio alto donde se encontraba el restaurante Boston Oyster House entramos al lugar por una gran escalera, contaba con columnas, paneles de madera oscura, manteles blancos sencillos y servilletas de lino, y un techo plateado. Nos toco una de las mesas de la entrada ya que era un lugar concurrido y no teníamos reservación, yo seguía apenada por la broma y ellas lo notaron -vamos Candy ya paso quita esa cara, mejor por que no nos cuentas que has pensado de hablar con el Sr Albert sobre tus sentimientos por el - hay Paty es que no se si esa platica entre nosotros resulte bien, no quiero perder nuestra amistad o que cambie solo por que el no siente lo mismo por mi y cada día que pasa pienso que en verdad solo me ve como su amiga o en el peor de los casos como su hermanita.
Señoritas buen día, les ofrezco algo de beber mientras revisan el menú o les puedo recomendar el platillo del día -nos ofreció el mesero y nos entregaba el menú a cada una, pero mientras lo escucha pude ver entrando a Albert por el otro lado de la escalera y como lo guiaban al área de reservados, se miraba tan guapo con su traje gris y corbata a juego, seguía manteniendo su corte de cabello corto, sus ojos se miraban cansados con ojeras pero mostraba su hermosa sonrisa y por un momento quise salir corriendo para abrazarlo y saber como ha estado durante todos estos meses, ya que durante este tiempo que ha estado de viaje solo me había mandado una postal desde california donde me contaba que regresaría un día antes de la boda por que se alargaron las negociaciones.
Ya estaba por levantarme cuando una mano tomo mi brazo, era de Annie que se encontraba sentada a mi lado derecho y me detuvo -espera un momento Candy – levante la vista hacia ella y después mire a Paty que se encontraba sentada frente a mí pero ella solo asintió con la cabeza. -Nos puede traer un café para cada una por favor- le dijo Paty al mesero y este se retiro
-Por que me detuviste Annie no iba a salir corriendo si es lo que te preocupa- ella me miraba con cara de duda y sin quitar su mano de mi brazo, - no es eso Candy pero me temo que no viste con quien entro del brazo el Tío William-
Busque nuevamente la figura de Albert y de pronto lo vi, y si efectivamente no estaba solo, su brazo sostenía el de una joven y hermosa mujer rubia casi tan alta como el, vestía un elegante vestido a la moda color azul y un pequeño sombrero del mismo color. No pude evitar sentir un nudo en mi estomago y sentir ese sentimiento de desamor que creí no volvería a tener, al ver como delicadamente se soltaba de su brazo para abrir y acomodar su silla, como sonreía con ella y pensar que su risa ya no la comparte conmigo desde hace ya varios meses. Que tonta eres Candy por creer que en todo este tiempo que el solo te miraba y te sonreía a ti, pero es que sus cartas y sus acciones pasadas me decían otra cosa- se contestaba ella misma en sus pensamientos-tal vez solo me confundí con lo amable y atento que es, que yo quise ver algo más.
Estando en mis pensamientos no me di cuenta que el mesero trajo los cafés y pregunto si deseábamos ordenar, era tanto mi aturdimiento que al ver mi cara Paty dijo que era todo y que trajera la cuenta. Annie me miraba a mi y a la chica también -Candy no te preocupes puede que solo sea cosa de negocios esa chica se llama Andrea Lewis, su padre es dueño de varias joyerías importantes del país y tal vez mas tarde cuando termine su trabajo el Tío William pase a mi casa a visitarte, si sabe que esta semana te quedaras en mi casa ¿verdad? Su pregunta me hizo dejar de voltear a ver a Albert y concentrarme ahora en mi café – No se lo dije, como el me comento en su postal que llegaría un día antes de tu boda, no creí necesario decirle que vendría unos días antes contigo a Chicago y que después partiría con ustedes a Lakewood para la boda.
-No puede ser Candy, será mejor que nos vayamos a la mansión de los Ardley para que le cuentes nuestros planes y te asegures que te permita alojarte en mi casa estos días, mira que son mis ultimas semanas de soltera y no se cuando nos volvamos a juntar otra vez solo nosotras- La cara de Annie estaba furiosa, tenia sus brazos cruzados, yo no sabia donde meter la cabeza por mi metida de pata por no decirle a Albert mis planes para esta semana en casa de Annie. - Basta ya no la regañes ves como se encuentra y tú todavía te pones así-. Comento Paty mientras sacaba de su bolso dinero para pagar la cuenta -listo esta vez yo invito – gracias contestamos ambas y nos retiramos del restaurante, yo ya no voltee a mirar la mesa de Albert solo camine detrás de las chicas
En las afueras del restaurante nos dispusimos a tomar carro para ir directo a la mansión Andrew para poder hablar con Albert. Se estaciono frente a nosotras un carro Ford convertible color negro con las insignias de los Andrew -hola chicas ¿cómo están?- nos saludaba Archie desde adentro del carro, bajo del coche y saludo con un beso en la mejilla a Annie la cual se sonrojo por que el beso que recibió fue casi en los labios, Archie solo le regalo una sonrisa coqueta a su prometida, después saludo a Paty y por ultimo a mi. -Annie las he buscado con la modista para ayudarlas con los paquetes de sus vestidos, su asistente me comento que tu vestido estará hasta el miércoles y ese mismo día entregaran todos los vestidos y que ustedes ya se habían retirado pero en fin ya las encontré señoritas ¿a dónde las llevo, ya almorzaron?- Annie tomo el brazo de Archie que este ya le había ofrecido- que tal si nos invitas a almorzar a la Mansión – claro será un honor y un placer contar con su visita- Archie como siempre tan caballeroso nos abrió a cada una la puerta del coche primero a Annie en el área del copiloto y por ultimo a nosotras en la parte trasera. Durante el trayecto no deje de darle vueltas en mi cabeza si Albert se encontraba en una cita amorosa o si en verdad solo eran negocios como lo menciono Annie.
Llegamos a la Mansión y cuando entramos Archie se encargo de solicitar el servicio para almorzar, en la mesa Archie y Annie no dejaban de lanzarse miraditas coquetas -jijijiji- no pude aguantarme una leve risa que me causo su actitud de tortolos enamorados – de que te ríes Candy - me pregunto Archie con una ceja levantada en su rostro. -Oh de nada, solo que es lindo verlos tan enamorados- Ellos se miraron entre ellos y se rieron también al igual que Paty, -oye Candy, ¿y tú como vas con mi Tío?- casi me ahogo con el agua de frutas que estaba bebiendo y ya solo pude hacer una mueca con mis labios y levante mis hombros en forma de resignación -nosotros solo somos amigos- le dije, el me dio unos golpecitos en mi mano izquierda la cual tenia descansando sobre la mesa -en serio que no hay peor ciego- el no termino la frase por que el mayordomo entro al comedor y le aviso que tenia una llamaba por teléfono del Sr William Andrew, gracias Wilson la tomare en el estudio. -Señoritas con su permiso- y se retiro del comedor.
-Hola Tío Abuelo, ¿cómo se encuentra?- le pregunto por el teléfono mientras se reía en silencio y se sentaba en la silla detrás del escritorio esperando la respuesta de Albert, -Hola sobrino ya te he dicho que no me digas así, ya tuve suficiente con Candy y su venganza, creo que este insulto se vera reflejado en la disminución de tus días de vaciones- bromeaba también el -vamos tío William que solo era una pequeña broma, me matara mi prometida si le digo que nuestra luna de miel durara menos tiempo de lo planeado, por favor- el escucho la risa de Albert -¿en donde te encuentras tío?, Candy está aquí en la mansión y no tarda en preguntar por tu regreso- Albert no contestaba no sabía si contarle que se encontraba de paso en Chicago pero él no quería que nadie se enterara, solo George sabía que tuvo que llegar de emergencia a la ciudad. Archie empezó a preguntarse si se perdió la llamada -bueno, hola tío me escucha- tapo la bocina con su otra mano y ya iba a colgar -Me puedes pasar a Candy por favor, me gustaría saludarla- se escucho de pronto la voz de Albert antes de colgar la bocina -si tío permíteme iré avisarle-.
Nosotras nos encontrábamos ya comiendo el postre un rico pastel de manzana cuando vimos entrar de nuevo a Archie -Candy mi tío desea hablar contigo por teléfono- me levante de mi asiento sin disculparme por retirarme de la mesa lo bueno que no está la Tía abuela si no ya me hubiera llamado la atención por mis modales, sonreí triunfante y llenada de alegría por saber que Albert desea hablar conmigo- Fui al estudio lo mas rápido que pude casi corrí cuando me encontré fuera de la vista de los chicos.
-Hola Albert ¿Cómo estas? -que bueno que no podía ver mi cara por que estoy segura que tenia cara de tonta solo por la emoción de hablar de nuevo con el, -Hola pequeña muy bien gracias, ocupado con los negocios pero bien George me ayuda mucho para terminar lo mas pronto posible y llegar a Lakewood a tiempo para la boda ¿y tu Candy como te encuentras?- bien con ganas de verte, claro que eso solo lo dije en mi mente -bien Albert gracias por preguntar, me gustaría hablar contigo sobre estos días que estaré en Chicago-
Albert escucho el llamado del tren para partir a Milwaukee -Candy tengo que irme, pero sabes que siempre apoyo tus decisiones – espera - le dije para que me diera oportunidad de hablar -¿entonces no te veré aun? - no lo siento estoy por tomar el tren nos vemos luego Candy cuídate, adiós- se escucho el sonido del auricular cuando terminan la llamada, ni si quiera alcance a despedirme de el
CONTINUARA..
